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La evolución y la biología molecular. Acerca del libro de Georges Salet «Azar y certeza»

LA EVOLUCION Y LA BIOLOGIA MOLECULAR
Acerca del libro de George:s Salet "Azar y Certeza".
POR
Juuo GARRIDO.
Para todo aquel que no esté influido por filosofías artificia­
les o por prejuicios ateos, resulta evidente que la compleja y mara­
villosa trama estructural de los seres vivos no ha podido ser el· re­
sultado del juego del azar. Todo reloj, todo mecanismo, supone uu
plan preconcebido
y uu relojero o artífice inteligente que lo ha con­
cebido y realizado, y los animales y las plantas son mecanismos mu­
chísimo más complicados y mejor ajustados que cualquiera de
las.
máquinas

construidas por el hombre. Son máquinas capaces de cons­
truir y ensamblar ellas mismas sus partes constitutivas y además dan
origen por si solas a otras análogas dotadas de sus mismas propieda­
des. Resulta paradójico pensar que todo este funcionamiento, tan
complicado y preciso, sea un mero producto de la combinación for­
tuita de ciertos elementos materiales constitutivos del universo que
han llegado, por sí solos, a lo largo de un tiempo más o menos largo,
a formar estos curiosísimos conjuntos atómicos que llamafilos seres
vivos.
Es interesante comprobar cómo en el transcurso de la historia
del pensamiento humano bar aparecido y aparecen científicos y filó­
. sofos

que uiegan las
.más claras evidencias del
sentido común,
la
mayor

parte de las veces para apoyar determinados sistemas
·artificia­
les

que ellos construyen en su afan de notoriedad. En lo referente a
la vida han existido
y existen filósofos que persisten en considerarla
como el fruto del azar, que sería como una Fuerza o Potencia· inma­
nente y ciega que produciría todo lo que existe en el un_iverso sin un
plan y sin finalidad predeterminada.
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JUUO GARRIDO
El último, en fecha, de estos autores, no es un filósofo sino un
científico, y un científico distinguido, galardonado con el premio Nobel por más señas, y cuyo principal y quizás único bagaje filosófico parece ser una
fe ciega en el ateísmo. Se trata del profesor Monod,
del Instituto Pasteur de París, que en su libro «Azar y Necesidad»
(1)
presenta a la luz de la nueva Biología molecular una serie de con­
sideraciones que con un ropaje moderno no hacen sino repetir las
viejas tesis de Demócrito y de otroo filósofos materialistas y ateos
anteriores. Según Monod: Los acontecimientos elementales que cons­
tituyen la

vida
y originan la evolución de los seres vivos son micros­
cópicos
y fortuitos, sin ninguna relación con los efectos que pueden
tener .robre
su funcionamiento finalista (teleonómico lo llama Monod
para cambiar el vocabulario) (2). Pero lo que ha olvidado
J. Monod en su libro es que el azar
obedece a leyes y que las leyes del azar son leyes naturales, científi­
cas, tan seguras y definitivas como pueden set las de la electricidad o
la química, hasta el punto qu~ la ciencia, y especialmente los capí­
tulos más modernos de la física no pueden concebirse ni eshldiarse
sin tener en cuenta las regularidades que rigen los acontecimientos
fortuitos. Se puede, por medio de un tratamiento matemático ade­
cuado, analizar las probabilidades de los acontecimientos y, en par­
ticular, los acontecimientos en los que intervienen gran número de
factores imprevisibles.
En biología también se pueden estudiar matemáticamente las pro­
babilidades de formación, funcionamiento y evolución d_e los seres
vivos, sobre todo desde que los descubrimientos de la biología mo­
lecular, a los que ha contribuido brillantemente el
mismo profesor
Monod,

han permitido enfocar los principales fenómenos vitales
desde un punto de vista de las estructuras
y de las interacciones Hsi­
co-quím.icas de sus constituyentes materiales fundamentales.
Este estudio matemático .probabillstico es el que ha realizado el
científico francés Georges Salet,
matemátirn distinguido
y que ya
_ se hab_ía · ded!cado _ anteriormente á ciertos estu~ios biológi(:os.
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Salet analiza a la luz de los últimos descubrimientos de la bio-
(if "J;'MONÓb, Le Hasard et la Nécessité, Paris, 1971.
(2) J. MONOD, Loe. cit., pág. 135.
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LA EVOLUCION Y LA BIOLOGIA MOLECULAR
logía, la noc10n de evolución. Admite como un hecho demostrado
que las especies se pueden modificar por medio de procesos de
< tación» y que la «selección natural» puede ser. un factor importanté
en estas modificaciones. Pero estas mutaciones pueden explicar modi­
ficaciones, simplificaciones o supresiones de
órganos y funciones en
los seres vivos, pero nunca la
ªEarición de_

nuevos órganos
y nuevas
funciones que tengan como consecuencia una evolución ascendente.
Los darwinistas
y neodarwinistas, dice Salet en su obra (3) «res­
ponden
que las ob.s-ervaciones que poseemos

hasta ahora
Je refieren
a

períodos
muy cortos, algunos miles

de
aiios, .que son

poca
coJa con
respecto
a los centenares de millones de las eras geológicas». El pro­
blema consiste, pues, en determinar
. el

tiempo necesario para
fa evo­
lución biológica
y este es un problema que ahora se puede enfocar
de un modo preciso, ya que
el mecanismo de las mutaciones se co­
noce, en sus líneas generales, de un modo bastante completo. Son va­
riaciones de
1a estructura molecular de los «genes», en particular de
sustancias como el ADN, los _que rigen las variaciones de las carac­
terísticas de
los animales. La conclusión de Salet es determinante :
la duración de los períodos geológicos debería ser multiplicada por
10 seguido de .vario.s centenares o millares de ceros para que fuese
posible obtener, por mero
azar, la aparición de· un solo órgano nuevo
por modesto. que fuese. Si son necesarios tiempos -fantásticos, · dice
Salet,
es, dicho en doJ palabra11 porque si el número de elementos
de una estructura funcional
crece en
progresión
aritmética, el
tiempo
necesaria para
que é1ta se

realice por
azar crece -_en progresión
geo­
métrica.
Esta idea sencilla es susceptible de un análisis detallado,
tanto desde
el punto de vista biológico como físico-químico. En la
obra de Salet no sólo se estudian con todo detalle las diferentes parti­
cularidades e implicaciones
de:. las posibJes variaciones

de las estruc­
turas biológicas, sino que se relacionan éstas con las modificaciones
de los elementos genéticos
y se sale al paso de las diversas objecio-
nes que se
pu·eden presentar. ·
Para

el desarrollo de su te.sis Salet empieza con unos
_capít\llos
sen~illos
pero

precisos sobre las recientes
adquisidon~s de
la
biÓlo-
(3) G. SALET, Hasard et Certitude. Le TranJformiime devant la. Biq­
logia actuélle,
P~ris (éditions scientifiques Saint-Edme)_, 1972 (454-págs,).
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JULIO GARRIDO
gia en lo referente a la estructnra del substrato material de la vida
y los mecanismos fnndamentales del funcionamiento de la célula viva
y su reproducción. Pasa después a analizar las relaciones entre la
evolución biológica y la evolución molecular, llegando a la conclu­
sión de que a pesar de los enormes adelantos que ha experimentado la
biología en estos últimos años, persiste el misterio que siempre ha
existido acerca de las causas de las organizaciones fnncionales tan
ajustadas y perfectas, tanto a escala atómica como a escala macros­
cópica.
Después de esta introducción biológica estudia Salet en una ter­
cera parte de su obra las nociones de a.zar y de ley natural a la luz
de

los estudios matemáticos recientes, haciendo hincapié en la ley
de Borel (4), que fija los límites de imposibilidad de los aconteci­
mientos excepcionales
y que puede servir para plantear de nn modo
preciso el problema de la evolución en términos probabilisticos.
Con estas dos bases, biológica y matemática, se puede ya em­
prender nn análisis del neodarwinismo planteando el problema desde
el pnnto de vista de la biología molecular
y de las alteraciones de los
genes por medio de mutaciones; la _ cuestión más importante es el
estudio de la posibilidad de formación por medio de mutaciones de
un órgano nuevo en fo. embriogénesis de los metazoarios. Resulta así
perfectamente limitado el papel de la selección natural que única­
mente
rechaza formas

inadaptadas o aberrantes, pero es imposible
que juegue un papel positivo para obtener formas complicadas a partir
de estructnras biológicas más sencillas, con lo cual queda bien esta­
blecida la independencia de los grandes grupos taxonómicos de
la
clasificación zoológica ( 5). En la quinta parte de esta obra se aborda la apasionante cuestión
del origen de la vida haciendo
uso del

mismo planteo probabilistico
(4) E. BORBL, Les probahilités et la 11ie1 Paris (P. U. F.), 1943.
-Probabilités et Certitude, -Paris (P. U. F.), 1950.
(5) El Dr. Howard Byington Holbody en un artículo reciente
(C. R. _S.
Q_uarterly, 9, núm. 1 (1972), págs. 5·13) llega a resultados_ análogos por
medio de razonamientos matemáticos parecidos. Su conclusión es que el
Darwinismo
€S, física y matemáticamente, un absurdo. A este respecto se
puede consultar también el estudio de Howe y Davies, «Natural Select1on
reexamined»,
C. R. S. Quarterly, S, núm. 1 1971), págs. 30-43.
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LA EVOLUCION Y LA BIOLOGIA MOLECULAR
que se ha utilizado para el desarrollo del tema de la evolución. Pasa
revista a las teorías e intentos actuales para explicar el origen de los
primeros organismos o una supuesta «evolución molecular»
capaz,
según

algunos, de
producir «genes

desnudos» antecesores de las cé­
lulas actuales.
La explicación de la vida no se
p~ede, de

ningún modo, encon­
trar en
el azar, y así lo reconocen actualmente la mayoría de los cien­
tíficos, aun los que se declaran materialistas y ateos. Pero estos últi­
mos, como por principio, rehusan admitir una intervención sobre­
natural, se lanzan por una «tercera . vía» para explicar el origen de
los seres vivos y de
la evolución. Esta «tercera vía» sería el admitir
que las estructuras vivientes son el resultado de una ley natural que
tendría como consecuencia que estructuras qu_e a primera vista pa­
recen altamente improbables fuesen, en realidad, mucho más proba­
bles de lo que se supone. Pef'o aquí nos encontramos, dice Salet,
frente a un verdadero juego de palabras: < a las leyes probabilísticas que ahora rigen el mundo físico, la vida
ha Jllfgido en el pasado en virtud de una ley natural eJ no decir nada;
el
valor explicativo
de eJta afirmaci6n
eJ el miJmo que la

célebre
«virtud dormitiva del opio_».
La ciencia no eJ eJto.
Para
explicar el origen de la vida por
medio de una misteriosa
ley biogénica se deberían atribuir a la materia poderes extraordina­
rios superiores a las leyes_ físico-químicas que rigen sus
acciones o
si

no se cae en el Creacionismo o en uno de los
transformismos es ..
piritualistas.

Resulta imposible salir del dilema siguiente:
- O la aparición
de· la vida y su evolución son fruto del azar.
- O escapan a las leyes más ciertas de la físico-química.
La tercera vía conduce a un callejón sin salida.
Queda el examen de los transformismos espiritualistas que Salet
analiza en un denso capítulo, en el cual hace resaltar que todas estas
posiciones, que por otra parte son numerosas, diversas y contradic­
torias son, en
el fondo, sistemas filosóficos sin conexión con la rea­
lidad científica.
La obra termina con unas consideraciones sobre la
ciencia y la filosofía frente al origen de los- seres vivos. Las conclu­
siones de Salet son las siguientes :
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,.
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/UUO GAR.RJDO
< problema del origen de las especies :
La primera es decir que la Ciencia, en 1a acepción estricta del
término, no ha aportado-ni puede aportar ninguna solución a esta
cuestión. El científico debería, pues, desinteresarse de este problema
y ceder el lugar al filósofo. Es 1a actitud de prudencia y no se puede
criticar'ª los

que la adoptan.
La segunda actitud es la de
la ob,tinación. Consiste en decir
que la Ciencia debe su fecundidad a la afirmación de que todo puede
ser explicado por la materia
y sus leyes. Se afirma entonces de un
modo definitivo que el problema del origen de las especies será re­
suelto mañana del mismo modo que se ha resuelto actualmente el de
la actividad biológica.
Esta actitud parece más próxima de la fe, de la fe materialista,
que del espíritu científico, puesto que resulta del progreso mismo de
la Biología que
una explicación ffrico-quimica del origen de Ja, es­
pecies está en contradicción con las -leyes de la_ materia.
Esta actitud es además estéril. Es a causa de ella que el problema
del origen de las especies no ha dado un paso desde
hace 150 años.
Hace 150 años que se afirma como un hecho la transformación de
las especies sin aportar verdaderas pruebas de ello y sin esbozar ni un
principio de explicación. Hace 100 años que se busca por este cami­
no sin encontrar nada y que lo único que se hace es repetir, bajo
formas apenas diferentes, lo que Darwin decía en 1859. Esta caren­
cia llega a ser escandalosa hoy, cuando la Biología molecular ha real­
mente llegado a descorrer el velo de los misterios de
la reproducción
y la herencia.
La tercera,actitud (que no es la mejor) es la de los tramformiJta,
e,piritualiJta,.
O bien hacen intervenir el poder de Dios, pero sin
permitirle derogar las leyes naturales, resultando una actitud que
está sujeta a las mismas objeciones que la precedente. O bien supo­
nen gratuitamente

una acción del espíritu o del alma del viviente
ssobre los fenómenos de
la herencia, lo que. constituye un retorno
dhfrazado del VitaliJmo.
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LA EVOLUCION Y LA BIOLOGIA MOLECULAR
A fin de cuentas, solamente existe una actitud posible que es la
que se acaba de indicar: Consiste en afirmar la anterioridad de la Inte­
ligencia a

la Vida.
Muchos dirán que ya no se trata de Ciencia sino
de Filosofía.
Y a he explicado más arriba este punto, pero no romperé
lanzas por una cuestión de vocabulario. La única cosa que me in­
teresa, en efecto, es que esta conclusión es una consecuencia de la
ob.rervación y el análisis riguroso de los hechos.»
El libro de Sal et termina · con un cierto número de sustanciosos
anexos que desarrollan punt05 especiales de su tesis o reproducen
opiniones y textos importantes que apoyan
las ideas sustentadas en
la

obra.
Los d05 primeros anexos son de índole matemática y estudian, el
piimero,
la ley física de los grandes números como una consecuencia
de la ley de Borel, y el segundo, el problema de las probabilidades
y
el A. D. N. con la demostración matemática del «Teorema funda­
mental sobre la Selección natural» que analiza las probabilidades de las mutaciones de un grupo de genes en un conjunto genético y
fas
probabilidades

de formación de todos los A. D. N. que
. tienen
la
misma composición global.
El anexo III estudia, según
L. Cuénot, las complementaridades
anatómicas entre órganos que no están constantemente ligados, en
particular en las alas de los insectos. Siguen unos fragmentos impor­
tantes de Bergson ( 6) sobre la formación de órganos viables en los
seres vivos por medio de variaciones accidentales y CJ.ue, a pesar de
haber sido ese.ritos hace más de cincuenta años, tienen perfecta a.e~
tualidad y demuestran la imposibilidad de obtener la convergencia
de cambios simultáneos que
produzcan una
evolución que enriquez­
ca al ser vivo en su estructura o en sus funciones.
Se reproducen también en anexo algunos textos importantes del
gran biólogo antievolucionista Louis Vialleton,-cuyas Obras, escritas
en una época en la que no se conodan las particularidades de la bio­
logía molecular, llegaron a demostrar, por un camino diferente,
la
(6) H. BERGSON, L'Evolution créatrice1 Paris, 1907.
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JULIO GARRIDO
imposibilidad de la evolución biológica. Estas obras (7), que nunca
han sido refutad_as, merecerían ser más conocidas. Salet reproduce al­
gunas páginas, fundamentalmente de Vialleton, en lo referente a las
correlaciones y a su crítica del transformismo.
El estudio monográfico de la discontinuidad anatómica existente
entre los reptiles y los mamíferos es otro de los asuntos tratados en
anexo; en él se demuestra la imposibilidad de que existan formas in­
termedias entre estos dos tipos estructurales del esqueleto. La «novela
imaginativa» del llamado
Diarthro gnathus Broomi es desmontada
y resulta que en este· caso, como en todos los demás, la Paleontolo­
gía
es incapaz de presentar series continuas de fósiles que unan gru­
pos en los que los órganos homólogos ejerzan funciones diferentes.
El anexo siguiente
analiza el

problema de la disimetría molecu­
lar
y las respuestas dadas por Oparin y Dauvillier a la imposibilidad
de explicar
racionalmente la disimetría molecular en los serei vivos.
Sigue otro anexo en el que se estudian las tendencias filosóficas de la
Biología actual
y la crítica de las diferentes teorías que han sido pre­
sentadas por los filósofos sobre los seres vivos: Mecanismo o Meca­
nicismo, Vitalismo, Finalismo, Evolucionismo, Creacionismo, etc. Lle­
gando a la conclusión de que, a pesar de lo que mnchos puedan pensar
o decir, la casi totalidad de los biólogos actuales (aun los marxistas) son, en
el fondo, mecanicistas y finalistas. Salet prefiere el término
«maquinicista»
para significar

que los seres vivos son verdaderas má­
quinas físico-químicas. En
este punto

la tesis de Salet ha sido impug­
nada muy recientemente por el P. Georges de Nantes (8); invoca
el libro de Gilson (9), que revindica para los seres vivos la existen-
(7) L. VIALLETON, Morphologie deI Vertebrés1 Paris, 1911.
-Membres et ceintures des vertebré.r tétrapodes. Critique du Trans­
formisme, Paris, 1924 (710 págs.).
-L'origine des étres vivants. L'illusion tramformiste, Paris, 1929
(395 págs.).
(8) La Contre-Réforme Catholique au xxe siecle, núm. 58, julio 1972,
págs. 13-14.
(9) E. GILSON, D'Aristote a Darwin et retour. Essai sur quelques cons­
tantes
de la biophilosopbie,
Paris, 1971.
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LA EVOLUCION Y LA BIOLOGIA MOLECULAR.
da de una fuerza que gobierne, una estructura· dinámica, una poten­
cia de síntesis de la cual el ADN es sólo el instrumento. Pero aquí
llegamos
al problema del alma animal, problema purameote filosófico
que no podemos tratar aquí
y que ha sido enfocado recientemente de
nuevo por varios autores, como C. Tresmontant (10); R. Dalaha­
ye (11) y P. Loyer (12).
Continuando con la descripción de los diferentes anexos de la
obra de Salet, diremos que éstos se terminan con dos temas, uno el
del razonamiénto por el absurdo en la controversia transformista y, el
último, sobre la objeci,ón que se puede hacer si se considera la po­
sibilidad de que el número de planetas fuese infinito.
En
lo referente al primer tema, se estudian las diferentes actitu­
des tanto de los creyentes como de los no creyentes. Nos alegramos
ver que las tesis del demasiado célebre padre Teilhard de Chardin
no merecen para el autor más que una rápida mención de menos de
una página, pues solamente la ligereza de sus seguidores ha podido
dar beligerancia a un pensamiento tan inconsistente. La conclusión de Sal et en esta controversia es que el ·
razonamiento por el absurdo
en
la controversia

del transformismo es, en el fondo, un abandono
de una discusión
científica para

sustituirla por una discusión filosó­
fica del Creacionismo.
La posición de los no creyentes tiene su ló­
gica y, según la expresión de Jean Rostand, resultan condenados al
Transformismo a causa de su ateísmo, condena que les
lleva al

ab­
surdo.
-No son

admisibles las posiciones de los creyentes que quieren
sustituir a Dios para pedirle cuentas de lo
que ha

hecho; esta acti­
tud es tanto
más intolerable Cuando se trata de sacerdotes de reli­
giones que enseñan
la absoluta libertad y trascendeocia de Dios.
Lo que no se puede admitir eo nombre de la Ciencia es
la imposibili­
dad
del Creacionismo· como si fuese una verdad científica. El papel
de la Ciencia, dice Salet, es estudiar los fenómenos entre los cuales
el de la creación es uno de ellos.
Si

el número de planetas fuese infinito no cambiarían para nada
(10) C. TRESMONTAN, Le probteme de l'áme, Paris, 1969.
(11) R. LAHAYE, Qu'est-ce que l'áme? Réponse a Claude Tresmontant, .
París, 1971.
(12) P.
LOYER, Du Cosmos a Dieu, Paris, 1971.
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.JULIO GARRIDO
las conclusiones de Salet, pueS los aconteamientos aleatorios que se
han producido en la superficie de la tierra durante la vida limitada de ésta, continuarían obedeciendo a las leyes probabilísticas en gene­
ral
y a la ley de Borel en particular.
En resumen, la teoría de la evolución biológica ascendente de las
especies, recibe un rudo golpe con la obra de Salet. Golpe al que pro­
bahlemente respondan los evolucionistas con una conspiración del si­ lencio, como ocurrió con las obras de Vialleton
y de otros científi­
cos que estudiaron objetivamente el problema del origen de las es­
pecies. Pero los verdaderos hombres de ciencia acabarán dándose cuen­ ta de que en este asunto, como
en tantos

otros, no es posible adoptar
hipótesis generales simplistas. Pues la teoría de la evolución es tan
elemental
y simplista como lo era la de Proust, que admitía que todos
los elementos químicos no eran sino condensaciones del más
senci_.
llo

de todos, el hidrógeno. La noción de evolución, dice
L. Salleron en un estudio recien­
te (13), es
una enfermedad

infantil de la ciencia. Pero de una en­
fermedad es
posible curar. La Ciencia, con sus pretensiones imperia­
listas y unitaristas, se encontrará siempre con dos obstáculos: lo que
es
y lo que no -es:
Lo
que
es, es decir, observación,
experimentación, verificación, me­
dida
y, finalmenté1 inhibición frente a las conclusiones ajenas a sus
propias
posibilidades.
Lo que no

es, es decir filosofía, metafísica
y teología, que están
por encima de ella. Porque la teoría de la evolución biológica debería haber sido úni­
camente un problema científico
eshl.diado objetivamente,

pero des­
graciadamente se ha dado al evolucionismo una carga pasional
y se
he hecho de él una verdadera arma ideológica. La Evolución ( con
· mayúscula)

se ha interpretado por muchos como un sistema para
hacer desaparecer a Dios de
la Creación o, por lo menos, para rele­
garlo a un papel secundario y difuso que habría actuado eu el origen de una materia dotada de potencialidades extraordinarias ; de esto a
divinizar la materia no hay
más que un paso. Se ha utilizado el mito
(13) L. SALLERON, La notion_ d'évolution, «Itinéraires», núm. 165, ju­
lio-agosto 1972, págs. 6-17.
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LA EVOLUCION Y LA BIOLOGIA MOLECULAR
evolucionista para hacer descender al hombre . de los animales de un
modo gradual e insensible, con lo cual se destruye
la noción del pe­
cado original, la necesidad de la Redención y toda la economía cris­
tiana, pues las nociones del Bien y del Mal quedan diluidas en vagas
nociones de atavismo animal.
Si las especies progresan por influencia del medio en que viven
y pueden llegar a cambiar de naturaleza, fácilmente se puede extra­
polar a la vida de la humanidad
y considerar que el progreso de ésta
es solamente un reflejo de las condiciones sociales y económicas en
que se desarrolla. Finalmente, la idea cristiana de la salvación del
alma y de la vida eterna queda sustituida por una esperanza en un
superhombre feliz, que no conocerá
la enfermedad ni la muerte
gracias a ciertas mutaciones que harán progresar de un modo acele­
rado su naturaleza.
La Evolución, idea fuerza del neopaganismo y de 1a descristiani­
zación debe ser combatida en Su propio terreno, que es el científico.
Por eso debemos saludar con júbilo la aparición de estos recientes
libros que demuestran su inconsistencia.
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