Índice de contenidos
Número 283-284
Serie XXIX
- Textos Pontificios
-
Actas
-
El sentido de la Revolución Francesa
-
La persecución religiosa en la Revolución Francesa (1789-1794)
-
De Maistre y su «Étude sur la souveraineté». Una crítica a los principios de la Revolución Francesa
-
La Revolución Francesa y la perversión del lenguaje
-
El impacto de la Revolución Francesa en la concepción de los ejércitos
-
La Contrarrevolución y las libertades
-
- Estudios
- Notas
- Información bibliográfica
Autores
1990
Martirián Brunsó Verdaguer: La Tradición no quiere morir: I. La Tradición teñida de sangre
INFORMACION BIBLIOGRAFICA
tocracia, con contadas excepciones, la burguesía y el ejército.
Con don Carlos,
el pueblo y el clero.
Por último,
e!l trabajo ratifica otro hecho también conocido y
asimismo bastante silenciado, cual es el del predominio de la
peor chusma en las ciudades isabelinas, reclutada, en gráficas
palabras de Menéndez Pelayo, «en
las cuadras de Ios presidios».
Los asesinatos liberales, iniciados en Madrid en 1834, con la
matanza de frailes, tuvieron
.il año siguiente sangriento eco en
la inmortal ZaragO'Za y en otras ciudades españolas. Los mismos
fueron quienes, a consecuencia del 5 de marzo, asesinaron, sin
motivo
alguno, salvo el de sus sanguinarios instintos, al general
Esteller, que estaba al mando de la plaza en
ausencia de su ca
pitán genetal Oraa. Triste suceso que en modo alguno puede
considerarse aislado, pues se repitió con otros ilustres genera
les liberales:
Bassa, Quesada,· Sarsfield.
Y
si al contenido se une el continente, con excelentes repro
ducciones de cuadros y grabados de la época, el libro tiene mé
ritos más que sobrados para figurar en la biblioteca de cualquier
interesado por aquellos años.
FRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA CrGOÑA
Brunsó Verdaguer, Martirián (pbro.): LA TRADICION NO
. QUIERE MORIR: l. LA TRADICION TE!l;IDA
DE SANGRE (*)
Dentro del ambicioso proyecto que mosén Brunsó se ha
propuesto
llevar a cabo en busca de nuestra identidad nacional,
damos ahora noticia del segundo libro de tan meritorio intento
que aparece con el título que encabeza estas lineas.
· En él se refieren· los hechos de nuestra historia desde la
'muerte de Fernando VII hasta el 18 de julio de 1936. Un siglo
de nuestra vida como nación. Y tan reciente que marca y con
diciona nuestro hoy. A esta narración histórica sucederá otra de
pénsamiento político, Los muertos que siguen hablando, cuya
aparición le animamos desde estas páginas a acelerar en
1o po
sible, pues nos parece de importancia cipital.
La línea conductora del relato es, lógicamente, la cronológi
ca y, dentro de ella, los capítulos vienen encabezados por los ti
tulares del poder supremo: María Cristina, Espartero, Isabel II,
el gobierno provisional, la monarquía saboyana, la república y
(*) Nord, Gerona, 1989, 286 págs.
596
Fundaci\363n Speiro
[NFORMACION BIBLIOGRAFIC.A
la ambigua situación de Serrano, Alfonso XIII, la regencia de
María Cristina, Alfonso XIII y la segunda República.
La obra no es de investig,,ción sino de divulgación histórica.
Lo que no es ciertamente un demérito. Y permite el acceso a
ella a un público más numeroso que
el interesado por los libros
de investigación. Que encontrará
· aquí la· verdadera historia de
España tan manipulada, tergiversada y ocultada en la mayoría
de los títiños que hoy se exhiben en nuestras librerías.
·
Ciertamente el autor interpreta los hechos desde sus ideas.
Pero, ¿es
que algún historiador no lo hace así? ·¿Cabe ese dis
tanciamiento ideológico que permita tratarlos como
si se tratase
de minerales o vegetales? Estoy convencido de que no. Y no
hay
más que repasar los títulos recientes pera comprobar que
todo historiador es deudor de su pensamiento. Que en muchos
casos
les lleva a falsear esos mismos hechos. Lo que en el caso
de Brunsó no ocurre.
Se podrá estar o no de acuerdo en su in
terpretación, y
yo adelanto desde ya que la suscribo, pero su
historia es la historia de España. Y su intei:pretación, para mí,
es la verdadera.
Por ello, el libro tiene un doble interés. Para quienes se sien
ten herederos y continuadores del pensamiento tradicional por
que encontrarán
en & la confirmación de sus ideas y de sus
leáltades. Y para los otros porque, a lo menos, verán que hay
otra
historiografía, minoritaria hoy desgraciadamente, pero que
existe y debe ser tenida en cuenta. Y aquel que no esté cegado
de prejuicios comprobará que hay mucha verdad, mucha
más
verdad que en otros sitios, en la interpretación tradicional de
nuestra historia.
Que el autor es beligerante, cierto. Que en algún caso caben
matizaciones, no lo negaré. Pero cada autor tiene
su estilo y yo
leo con agrado a los míos cuando no ocrntan sus sentires para
intentar hacerse amables a los que nunca los van a aceptar.
Nos encontramos, pues, ante un excelente resumen de nues
tra historia más reciente que será utilísimo para todos aquellos
que quieran acercarse a ella y conocerla de verdad. Porque sólo
así tiene sentido. Muy recomendable, por tanto, a los ·jóvenes que
no encontrarán en texto alguno una síntesis tan completa y, al
mismo tiempo, tan formativa ..
Pero también agradecerán su lectura quienes habiéndose
aproxitnado ya a estas conocimientos quieran recorda~los o rein
terpretarlos. Por todo lo expuesto debemos felicitar a Martirián
Brunsó, y felicitamos, por la aparición de este
1ibro.
FRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA CIGOÑA
Fundaci\363n Speiro
tocracia, con contadas excepciones, la burguesía y el ejército.
Con don Carlos,
el pueblo y el clero.
Por último,
e!l trabajo ratifica otro hecho también conocido y
asimismo bastante silenciado, cual es el del predominio de la
peor chusma en las ciudades isabelinas, reclutada, en gráficas
palabras de Menéndez Pelayo, «en
las cuadras de Ios presidios».
Los asesinatos liberales, iniciados en Madrid en 1834, con la
matanza de frailes, tuvieron
.il año siguiente sangriento eco en
la inmortal ZaragO'Za y en otras ciudades españolas. Los mismos
fueron quienes, a consecuencia del 5 de marzo, asesinaron, sin
motivo
alguno, salvo el de sus sanguinarios instintos, al general
Esteller, que estaba al mando de la plaza en
ausencia de su ca
pitán genetal Oraa. Triste suceso que en modo alguno puede
considerarse aislado, pues se repitió con otros ilustres genera
les liberales:
Bassa, Quesada,· Sarsfield.
Y
si al contenido se une el continente, con excelentes repro
ducciones de cuadros y grabados de la época, el libro tiene mé
ritos más que sobrados para figurar en la biblioteca de cualquier
interesado por aquellos años.
FRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA CrGOÑA
Brunsó Verdaguer, Martirián (pbro.): LA TRADICION NO
. QUIERE MORIR: l. LA TRADICION TE!l;IDA
DE SANGRE (*)
Dentro del ambicioso proyecto que mosén Brunsó se ha
propuesto
llevar a cabo en busca de nuestra identidad nacional,
damos ahora noticia del segundo libro de tan meritorio intento
que aparece con el título que encabeza estas lineas.
· En él se refieren· los hechos de nuestra historia desde la
'muerte de Fernando VII hasta el 18 de julio de 1936. Un siglo
de nuestra vida como nación. Y tan reciente que marca y con
diciona nuestro hoy. A esta narración histórica sucederá otra de
pénsamiento político, Los muertos que siguen hablando, cuya
aparición le animamos desde estas páginas a acelerar en
1o po
sible, pues nos parece de importancia cipital.
La línea conductora del relato es, lógicamente, la cronológi
ca y, dentro de ella, los capítulos vienen encabezados por los ti
tulares del poder supremo: María Cristina, Espartero, Isabel II,
el gobierno provisional, la monarquía saboyana, la república y
(*) Nord, Gerona, 1989, 286 págs.
596
Fundaci\363n Speiro
[NFORMACION BIBLIOGRAFIC.A
la ambigua situación de Serrano, Alfonso XIII, la regencia de
María Cristina, Alfonso XIII y la segunda República.
La obra no es de investig,,ción sino de divulgación histórica.
Lo que no es ciertamente un demérito. Y permite el acceso a
ella a un público más numeroso que
el interesado por los libros
de investigación. Que encontrará
· aquí la· verdadera historia de
España tan manipulada, tergiversada y ocultada en la mayoría
de los títiños que hoy se exhiben en nuestras librerías.
·
Ciertamente el autor interpreta los hechos desde sus ideas.
Pero, ¿es
que algún historiador no lo hace así? ·¿Cabe ese dis
tanciamiento ideológico que permita tratarlos como
si se tratase
de minerales o vegetales? Estoy convencido de que no. Y no
hay
más que repasar los títulos recientes pera comprobar que
todo historiador es deudor de su pensamiento. Que en muchos
casos
les lleva a falsear esos mismos hechos. Lo que en el caso
de Brunsó no ocurre.
Se podrá estar o no de acuerdo en su in
terpretación, y
yo adelanto desde ya que la suscribo, pero su
historia es la historia de España. Y su intei:pretación, para mí,
es la verdadera.
Por ello, el libro tiene un doble interés. Para quienes se sien
ten herederos y continuadores del pensamiento tradicional por
que encontrarán
en & la confirmación de sus ideas y de sus
leáltades. Y para los otros porque, a lo menos, verán que hay
otra
historiografía, minoritaria hoy desgraciadamente, pero que
existe y debe ser tenida en cuenta. Y aquel que no esté cegado
de prejuicios comprobará que hay mucha verdad, mucha
más
verdad que en otros sitios, en la interpretación tradicional de
nuestra historia.
Que el autor es beligerante, cierto. Que en algún caso caben
matizaciones, no lo negaré. Pero cada autor tiene
su estilo y yo
leo con agrado a los míos cuando no ocrntan sus sentires para
intentar hacerse amables a los que nunca los van a aceptar.
Nos encontramos, pues, ante un excelente resumen de nues
tra historia más reciente que será utilísimo para todos aquellos
que quieran acercarse a ella y conocerla de verdad. Porque sólo
así tiene sentido. Muy recomendable, por tanto, a los ·jóvenes que
no encontrarán en texto alguno una síntesis tan completa y, al
mismo tiempo, tan formativa ..
Pero también agradecerán su lectura quienes habiéndose
aproxitnado ya a estas conocimientos quieran recorda~los o rein
terpretarlos. Por todo lo expuesto debemos felicitar a Martirián
Brunsó, y felicitamos, por la aparición de este
1ibro.
FRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA CIGOÑA
Fundaci\363n Speiro