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Número 283-284

Serie XXIX

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José Juan Górriz Ruiz: La revolución de la modernidad, ¿la bestia del Apocalipsis?

INFORMA.CION BIBLIOGRAFICA
Góniz Ruix, losé Juan: LA REVOLUCION DE LA MODER­
NIDAD, ¿LA
BESTIA DEL APOCALIPSIS? (*)
Un libro sorprendente. De tei,logía de la historia. El doctor
Górriz se enfrenta desde el pensamiento tradicional y en la me­
jor línea donosiana, evidente y reconocida, con fa crisis moderna
de un mundo que ha apostatado de sus creencias y que hoy
na:
vega a la deriva, mU!Cho más si cabe que en los días ddl genial
marqués de V aldegamas.
Bl pr6logo de nuestro admirado amigo Rafael Gambra se,
ría la mejor nota sobre el mismo. Venciendo la idea de reprodu:
cirio, que sería lo más c6modo para mí y lo más ilustrativo para
el lector, no me resisto a transcribir dos párrafos
def mismo en
los que
el ilustre fil6sofo describe con toda exactitud la obra
que
analizamos. . .
«El método de razonamiento y exposici6n que utiliza este
libro es inverso al que es habitual hoy en esta clase de obras.
En virtud de un humanismo o antropocentrismo muy entrañado
en el ambiente, suelen estos libros emplear un método
-diría­
mos--inductivo: parten de la situaci6n actual del hombre o de
la sociedad para, sobre su diago6stico, elevarse a las causas mo­
rales o religiosas de sus males. La religi6n y la Ley de Dios apa:
recen así -'-al menos dialécticamenre--como los remedios o so­
lucioi:tes a situaciones humanas.
Este ,libro emplea, en cambio, un método deductivo y teocén­
trico. Desde sus primeras líneas realiza una profesi6n de fe al
afirmar que la Revelaci6n y la Teología son indispensables para
un análisis serio de la historia. A partir de aquí deduce con rigor
del oscurecimiento y la pérdida de la fe, las crisis morales, so­
ciales y psíquicas que
se van apoderando de,! hombre hasta lle­
gar a un punto en que éste no soporta ya ni sus males ni sus
remedios».
Y en
esa lucha entre la ciudad de Dios y la del hombre, en­
tre el modernismo y 1la ·tradici6n se fija especialmente en Lamen­
nais, Tyrrel, Teilhard, Maritain y el socialismo y el marxismo
por un lado y en Balmes y Donoso por el
otro.
Sus nueve errores . que condicionan el cambio actual., con
profundas resonancias del
Syllabus y de Donoso son: la Cris­
tiandad fue una err6nea interpretaci6n del Cristianismo y de la
misi6n de la Iglesia. La pretensi6n de
conciliar Liberalismo. y
(*) Zaragoza, 1990, 314 pllgs.
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INFORM.A.CION BIBLIOGMFICA
Catolicismo. La no confesionalidad del Estado. El dividir al
hombre
en dÓs: el privado, religioso y el público que no tiene
que tener religión. La
separación tajante entre Iglesia y Esta­
do. La exigencia de que los católicos abandonen su deber de
cristianizar las
Ieyes, [a sociedad y la política, pues no tienen
derecho alguno a imponer
su fe y su religión a nadie. La torcida
interpretación del «Mi Reino no es de este mundo». La tam­
bién equivocada exégesis del «Dad al César lo que es del César
y a Dios lo que es de Dios». Y el culto a los derechos humanos.
Por esta senda se llega a un inquietante oscurecimiento de
la
idea religiosa con todas las consecuencias personales y sociales
que ello
impilica y que se han hecho particu1'armente sensibles
en el postconcilio.
Bien sé que, incluso muchos
buenos cat6Ficos, gentes pia­
dosas y que quieren vivir la vida sacramental de la Iglesia, se
quedarán perplejas ante la línea argumental
del libro. Pero a
poco que piensen
en sus tesis agradecerán el habel'las meditado
y
hallarán en muchas de ellas el único camino para salir de la
confusión babélica en la que hoy nos encontramos.
Al mismo tiempo que leía estas
páginas apasionantes y apa­
sionadas vi en otra lectura una noticia aparentemente inconexa
con el texto de Górriz. Se refería a un obispo hispanoamericano
que después de haber trabajado incansablemente
por sus indios,
de haberles levantado
escuelas y hospitales, mejorado sus culti­
vos, creado cooperativas y levantado
en lo posible su mísero ni­
vel de vida se encontró con que casi todos habían abrazado una
secta protestante. Y preguntando a uno de
los pocos que Ie ha­
bían permanecido fieles
el . porqué de aquella traición, recibió la
siguiente respuesta.
Es que los misioneros protestantes les ha­
blaron de Dios. Y pensé que aquello tenía bastante que ver con
el libro de Górriz.
Por supuesto que no todo lo que en él
se dice es dogma de fe.
Pero su lectura me parece importantísima para estos días des­
nortados que nos ha tocado vivir. Cierto que los lectores de
Verbo, que en su inmensa mayoría suscribirán las premisas del
autor, tal vez sean -pensará alguno---- los menos necesitados
de esta [ectura. Y

o no lo creo así. Porque ha de servir para con­
firmar creencias o para recordarlas
y para tener un bagaje de ar­
gumentos con los que responder al ambiente de hoy. · ·
Libro, por todo lo dicho, importante y de gran interés. Pero
no sería sincero ni con el autor ni con los lectores si no hiciera
una cierta advertencia sobre las páginas que dedica al Concilio.
Entiendo que, leídas ligeramente, pueden ser interpretadas en
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INFORMACION BIBLIOGRdFIC4
sentido lefevbrista que personalmente comprerulo y hasta respeto
pero que no sigo. Pienso también que tienen una lectura más
reposada, que eda que yo he querido hacer.
FRANCISCO JOSÉ FERJ,/ÁNDEZ DE LA CIGOÑA
Abascal, Salvador: LAZARO CARDENAS, PRESIDENTE
COMUNISTA (*).
Una nueva aportación de Salvador Abascal, esta vez en dos
volúmenes, a
!a historia mejicana desde que se produjo la inde­
pendencia hasta nuestros días.
Y hemos de repetir la importan­
cia de la tarea emprendida en aquella nación, hija predileeta de
nuestra patria, que durante tres siglos se llamó Nueva Espa­
ña
y que desde su independencia ha sido gobernada, salvo en
brevísimos períodos,. por una minoría masónica que
se ha mos­
trado siempre radicalmente antiespañola y anticatólica y, por tan.­
to, antimejicana.
Es realmente impresionante la labor de este viejo luchador
por el México católico que es .Salvador Abascal, que en la últi­
ma década ha publicado nada menos que siete volúmenes que
se aproximan a las tres
mil páginas y que van completando --es
ya realmente poco lo que falta-una historia de México escrita
desde la Contrarrevolución.
Y es preciso señalar, una vez más, la valentía del autor si­
tuado contra corriente de todo cuanto alli se lleva, se valora y se
reconoce oficialmente. Si el valor de Abascal está más que acre­
ditado por su .combate en
favor de la causa católica desde los
días de su movimiento sinarquista, el que ahora está llevando a
cabo
con su Editorial Tradici6n, desmitificando a todos los san­
tones revolucionarios --Gó:tnez Parías, Santa Anna, Juárez, Ma­
dero, Carranza, Obregón, Calles, Garrido Canabal, Cárdenas ... -
no
es menos meritorio ni arriesgado. Con riesgo incluso físico.
En esta ocasión es el presidente Lázaro Cárdenas el que sirve
para conducir la historia desde el asesinato de Alvaro Obregón
hasta el advenimiento de Avila Camacho. Con Cárdenas conclui­
rá la fase más aguda de
la persecución religiosa pero no ésta que,
aunque
más solapada, omnipotente, llega hasta nuestros días.
Son unos años importantísimos para entender el México actual
que Salvador Abascal describe con su estilo de siempre, vivo,
(º) Tomo I: Hasta el 31 de·diciembre de 1935. Tomo II: 1936-1940,
Editorial Tradici 600
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