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Un curioso efecto en el comunista Garaudy de la apologética teilhardiana...

UN CURIOSO El¡ECTO EN EL COMUNISTA GARAUDY
DE
LA APOLOGETICA TEILJIARDIANA ...
En su obra: Marxisme du XX" Siecle, Roger Garaudy es­
cribe:
"Teilhard de Chardin ha planteado a su Iglesia y, más allá
de ella, a todos los hombres de nuestro tiempo, un problema fun­
damental,
el problema fundamental de nuestro siglo, el mismo
que
Marx plan.teó por primera vez hace cien años Y al cual aportó
los primeros_ elementos para su respuesta : ¿ cómo pensar el por­
venir y hacerse dueño de él ?
"Este descubrimiento de Marx ha sido el origen de la más
profunda transformación del
mundo que la historia ha conocido.
Esta cuestión planteada por el P. Teilhard a los cristianos exigía
de ellos nada menos que
una inversión de su actitud con respecto
al mundo. Recordaba
un aspecto fundamental del cristianismo
frecuentemente oculto
por un platonismo latente; que el ir hacia
Dios no exige volverse de espaldas al mundo, sino al _contrario,
que cada uno participe plenamente en su transformación y en
su construcción, con la mayor y más apasionada entrega. En tal
perspectiva, Dios no es ya un ser, ni siquiera la totalidad del
ser, porque una totalidad tal no existe y porque el ser está en ..
teramente abierto sobre el devenir a crear ... "
He aquí lo que tiene la ventaja de estar claro ... y lo que jus­
tifica, de un modo-tan perentorio como indirecto, el monitum del
Santo Oficio del que puede decirse que abruma menos a Teilhard
que este texto de Garaudy.
¿ Cómo un Dios que "no es ya un ser, ni siquiera la totalidad
del
ser" ... podría ser identificado con Aquél que se ha mostrado
por el "ego sum qui sum,, -"Yo soy El que soy"-... ; aquel
de quien
el apóstol Santiago dijo en su epístola (I, 17): "Toda
gracia excelente y todo don perfecto vienen de lo alto y descien­
den del
Padre de las luces en las que no se encuentra ni cambio,
ni sombra, ni
variación"?
Nada de común entre este Dios y el Dios en con~trucción
permanente de Garaudy-Teilhard. Nosotros no somos, nosotros
jamás seremos, de esta religión.
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Habría, por otra parte, más cosas que decir acerca de este
pasaje de Garaudy. Y esto en nombre de esa
"Historia", por otra
parte tan cara a los marxistas.
¿ "Un aspecto... del cristianismo, frecuentemente oculto por
un platonismo latente" ... ?
De hecho, el platonismo jamás ha tenido tanta influencia en la
Iglesia como en el curso de dos o tres siglos que precedieron
a la síntesis tomista.
Lo cual, dicho sea de páso, valió al cristia­
nismo
una serie bastante larga de crisis doctrinales, fermentos de
herejías, etc. Sin embargo, a pesar de esto,
jamás el cristianismo
ha estado tanto como en esa época "cara al mundo" ni "ha parti­
cipado
tan plenamente a su transformación y construcción, con su
pensamiento más lúcido, con
su acción más entregada, con la ma­
yor y más apasionada entrega".
Y, entonces,
¿ de qué se mofa Garaudy?
¿ Hace falta que la ignorancia de las gentes cristianas sea
hasta este punto conocida
para que no se tenga temor de servir­
le estos
platos?
Pero bastaría una sola lectura de un solo libro de historia,
por poco honesto que sea, de la filosofía de la Edad Media para
comprender hasta qué punto estas gentes no saben nada de aque­
llo de que hablan o de lo que
se mofan de nosotros, desvergonza­
damente.
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