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Familia, matrimonio, divorcio

FAMILIA - MATRIMONIO - DIVORCIO
Sacralidad de la familia: debemos honrarla y aaistirla con ma­
yor
eficacia y educarla
con más solícita

pedagogía, de forma
muy distinta de como ciertas costumbres pretenden.
"E! nuevo caJendario litúr{Jl'v:o sitúa hoy la C'ele/Jración de la
"S"{!Yada Familí,,; pequeña, singulo!r e incompa'11Jble sadedad do­
"méstica en
la cuaJ, vivi.á Cristo niño, muchaicho, joven, Mtesano
"«mientras crecía
y se robustecía lleno de sa/Jid.urfn.» ,(Le 2, 40).
"He
ahí la Sagrada Fa,m,itia de Jesús: humiüle cuadro h.u,.
"mllln "Ella nos da ocwsi&n para extender nuestra bendición a .,..,s-­
"tra famili "conser-i'Cn
el sentúlo constituliw de su propóo e indestructible
"amwr, a su unMad con /;aJs múltiples virtudes que contribuyen, a la
"felicidad
y a la dignidrtd. Que pr(i'l}a/ezca el sent¼l.o cri,stú,,no qwe
"advierte el misterio
reflejado en la sociedad conyugal, el

del
mfi­
"nito anwr
con que Cristo ama a su lg,leski,, a la hwmtbl"lidad ar El
"asociada y por El red>m;d,a,.
"Este extrll'm'dinari<> y excelso caríicter
sagrado d.e la fwm,ilia
"const#uye -continuó el Sumo Pontífice- un vawr rel;g.ioso de
"smgu}air gra:ndezr,, Lo sabemos, P'ero es además un 'Wlor sacial
''y cirvil de SU"ma 1Mtp1ortan.cia., incluso en el orden natural, que ha­
"'rt!mos l>ien en custodiar con no menor cuidado y en celebrW con
"convencida y sag,,z firmeza por
la

salud
moral de nuestro
"pueblo.
"Debemos honrM y asistir a lGJ familia con mayor eficacia; de­
"bemos educarla con la

más
solícita pedagogía, de forma muy di,s­
"tinta
a como dertas costumbres presentes

lo
pretenden; debemos
"invoca"° para
la fainiilco esa «ecología» de la cual hoy se advierte
"tmnto
la necesidaxJ.. ¡ES que nuestros hijos no tendrá:n. derecho
"a
'll "seducciones de una licenciosa inmoralidad?
PAULO VI: Alocución en el rezo del Angelus
del domingo 26 de diciembre de 1971: texto
italiano de
L'Oss-1?rvatore Romano del 27-28.
Importancia de la familia.
"En la prá,:ti,:a desearíamos dirigir a las famNias cristianas
n uoo p,af!abra de omiso y de consuelo: vutlva;n a tomar el,'kls con­
" ciencia de

su
dignidad y de

su
misión, y se comprometan decidi-
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Fundaci\363n Speiro

"dwmente a u, profesión de las virtudes esp,ecíficas que carox:ter;..
"za'n la sociedad doméstica) vu.e1lvan a, encantrcw en las fuentes
"purificadas del a,,nor cristiano su f1 "servir aq1 leyes

de la
vúia, que las hacm depositwrias de
nla
constante obra creadora de· Dios, sepan ada,ptar honesfa'm,i,lffl,te
"a las nuevas e;r;gencias modernas las costumbres de sus hogwres,
"eomprendan
la fi "y sientan que
en la Iglesia· ellas pueden ocupar wn puesto de e,,-­
"traor'dinair-ia bel~eza."
PAULO VI: en la Audiencia general del 17
de diciembre de 1969 (texto italiano en L'Os­
servatorl! Romano del 18 de diciembre ; texto
en castellano: Ecclesia núm. 1.472 del 27 de
diciembre).
Apoyo a la familia como célula fundamental.
"Hemos observado c'on satisjación que entre vuestros obje­
,, N!Vos figuran
" el 11Jpoyo prestado a los valores morales, la ayu,­
"da facilitada a esta célula fundmmental rJe la vida sadxd que es
"una familia wnida la protección eficaz, tanta cantra los azotes,
"que en-nuesWos d1í,as son n-i,u1y amenazadores para las j6venes
"--cama la droga, de la que es neceslJJria a toda casta y sin demora
"yugul,ar la difusión pelÍ[JYosa-."
PAULO VI : Alocución a la Comi,sión social y
sanitaria del Parlamento Europeo del 16 de
abril de
1970; texto

francés en
L'Osservatore
Rom,ano del 17; texto en castellano: Eccksia
núm. 1.488 del 25 de abril).
Inmensa necesidad de protección a la familia.
"Honremos hoy e invaquemos " San José, el operario humil­
"dé, el esposo de Marf,a Virgen y padre le{!{JJl de Jesús, que ha
"dado a Cristo, Hijo de Dios, el estado cwil terreno. Le ha dccdo
"la fa,,nilia, la patrw, la herencia histórica tfe la estirp,e de DOllM,
"la hr,lntación, el alimento, el idioma,
la edueaci6n del pueblo, el
"s&micio de
la autoridad doméstica, el

trabajo y
la profesión,
la
"cua,liifieac:ión sO'CiaJ de arlesooo, y csp,ecwlmente la defensa, la
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Fundaci\363n Speiro

"custodia, la protección durante su infancia atrw,da,da y perse­
" guwa,
y su flo,ecient~ y oculta aáolesr:encia ..
"
" . nosotros debemos sentir afecto. hacia este Santo· priimle­
,, giudo, conw ejemplo
y protector de la familia doméstica, d;e la
"que la Providem:ia nos ha dado a: cada uno de nosotros, y de
"aquella otra institucional,, la familia, del
hombre, socieda&. primdr
"m y sagra,la, fwnduda p•or Dios creaáor, gobernad1JJ con sus le­
"yes, santificada por
Cristo y penetrada del Espíritu Santo, a,nwr
"lMZ!ino.

Todos
smbemos que
hoy
la familia. twne una inmensa nB'­
"neeesidad
de protección y de amor inviolable y santificante: San
"José, p,ia,losamente iwoocado, no deja,-á de prestarle

su patro­
" ciwio. Y así tambMn querrá trroteger .a la Iglesia Santa, hay .tan
"tur/Jada.
y r,fligiáa; y

nosotros
también, a
este
fin, a/, saludar a
"la Vi,rgen, desemn,1J"s tenerlo com,o ejemplo y pro-tector."
PABLO VI: Alocución duran.te el Ang-elus el
día de San José, 19 de marzo de 1;971 (traduc­
ción de
Ecclesia núm. 1.563 del 3 y 10 de abril).
Caracteres de la unión matrimonial entre hombre y mujer que
la hacen radicalmente diferente de toda otra asociación
humana, inevoc-ahle e indisoluble.
"3. Como nos ensefw la San.ta Escritura, el malrimmiio,
"lilfl,tes de ser un Sacramenta, es unai gran realidad terrena:
"«Dios creó al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó,
"hombre y mujer los creó» (Génesis, 1, 27). Es n,ecesario, siem­
" pr:e vr>lver a esta primera p,ágínw de
la Biblia, s; se quiere cO'Ylle
"prender
lo que es, lo que debe ser wna pareja humana, un hogar.
"Los análisis psicológicos, las invest,gaciones psicoamiUticas, las
"encuestas sociológicas, las reflexioties filosóficas p,odrán cierta­
"menle a;p•or/oJr sus luces so,bre la sexunlid(]Jd y el amor hwmanr>,
"P'ero no nos cegarfan si desp1reci.ásemos esta enseñainza fundar
"mental que nos ha sido dada desde el principio: la dunlidad de
"'sexos ha sido querida por Dios, frara que juntos el hombre y
"k, mujer sean ~· de Dios, y como El, fuente dé vida: «CrB'­
"ced
y multip.zicaos, 'llenad la tierra y dominatfkr.» (Gen. 1, 28).
"U na lectura atenta de
los Profetms, de I<,$ libras sapienciaks, del
"Nuevo TesÚJílnento, nos nw,estra /,a significaci6n de esta realidad
"fundam,ental, y nos enseña o, no reducirla al de~eo fisico y a la
,, actinlidad sexual, sino a descubr"ir en ella el c(J)f'ácter c0111,plemen-
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"tano de los valores del hombre y de la m,wjer, la grandez(JJ ji /,as
"demlidmdes del =r conyugaJ, su fecundidad y su u,pe,·tura; al
"misterio
del designio de amor de
Dios.
"
"5. La unión del hombre y de la mujer difiere, en efecto,
"ra&lcalnwnte de toda otra asociación humaM, y

constituye
urna,
"realidad singular, es decir, la ¡,a,-eja fundada sobre la entrega
"mutua de un,o a <>Ira: «Y

el/!os se
h "24). Unidad cuya indisolubilidad irrev<>eab/.e
es

el
sello pwesto
"s<>bre
el compromiw Ubre y mutuo de

dos
pers "«desde entonces»,
ya no son dos. sino «UM sola carne» (Mat. 19,
"6): una sola cmrn.eJ U1JU1J pareja, se podría casi d:erir un solo ser,
"cuya umddad tomará forma social y jur$,J~ por el matriJmo.nio,
"y
se manifeslrtr'á por una comunidad de vida, cuya expresión fe­
"cundo es la entr,ga clfJYnal. Es decir, al cas11JYse los esposos ex­
"presan

una
va,luntad de pertenecerse durante toda la VÜÚJ, y con­
"traer con esta
finaUdad un víncu/,o objetivo, cuyas leyes y exi-­
,, gencias, lejos de ser Ulnal se,,..-lfidwmbre, son una ganmtfn, y una
"proteccián, un 'IJ,erdad-ero apoyo, como vosotros mismos lo tx­
,, ¡,er-imentáis en 'li'J.estra experiencia cot'iáiaina."
PAuW VI : Alocución al movimiento "E.quipos
de Nuestra Señora" 4 de mayo de 1970; texto
francés en L'OsservatO'Ye Romano d'el 4-5 de
mayo;
texto

en castellano:
Ecclesia núm. 1.491
del 16 de mayo).
La indisoluhHidad del matrimonio.
"La ama;rgura surge, en prim;er lugar, como es na,PU,ral, de la
"conmeración del daño moral que semejante innovadón es/6; lla­
"mada a hacer
al pueblo, ;1alúmo. La Ig'esia no puede, en efecto,
"dejlliT' de

proc/o;rn,,w
aquel altisimo principio que,

inscrito ya
en
"el derecho natural, ha sido confirmado y reforzado, para los cris­
"Nanos, por la ley del Evange/,io, en la que Cristo ad'llierte que el
"hombre no pwode atreverM a sefrar'lliT' lo que Dios mismo ha un>­
"do. Ni puede la Iglesia. dejar de recordar que la obsmxuncia de
"ley tan sole,nne
y elemula es, para, el hom/Jre, y en particular para
"el

cristiano,
no sólo deber, sino garant!a de b'en: el bien, jus­
"ta,menle, p.-ocodente de la defensa que la-indisolul,ílülad del víncu.
"lo m11Jtrvm.anial garant/,:a para la estabiiJdad, para /a, seguridad,
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"para la serenMad de la familia, célula natural de la sociedad hu­
" mmna, y especialmente de las híj<>s."
PAULO VI : Alocución al Sacro Colegio con
ocasión de la Navidad del 23 de diciembre de
1970; originaJ: italiano; traducción de Ecclesia
núm. 1.523 del 2 de enero de 1971.
La plenitud de amor, fusiona; y el erotismo, destruye.
"4. Esta enseñooza conserva hoy día tado su volar y nos
"defiende contra las tentacilmes ck un erotismo destructor. Este
"fenómena ikn,igrante deberw, al menas, P'onernos en gux¡rdia
"sobre el
peligro de una civi,/,ización materialista qwe presiona os­
,, cUtY'armewte en es~e terreno nvísterioso que e.s como un últitmo rc­
"fu!fo, de un valor sagrado,. ¿ Sabremos sacarlo de la ciénaga de
"/.a sens~? Sefraffios al menos, oote una invasión cín.icmnenfe
"rea{izada por industri'1les omaros, yugular sus efectos nefa~tos en
"las
jóvenes.
Sin
barreras m retrocesos, se trata de fOIIJOYecer wia
"edurn)(:ión que ay,,,Je al mño y al adolescente a tomar proyresiiva­
"mente conciencia
de la fuerza de fos impulsos que se d...piertam
"en
ellos,

a
integrarlos en la construcción, de su fjersommdad, a
"dom/4nar /,as fuerzas que surgen para realizar una plena mad,,,­
"rez afectiva igua{ que la sexual, a prepararse f*)r ello a la et>­
"trega d:e si en wn Olm01' que le imprimirá su verdadera dimen­
,, si&n de manera exclush!a y definitilua.
" . .
"6. El don no es, en efecto, wna fusión. Cada p,ersontdld "manece distmta,
y lejo,s de disrih,erse en la entrega mutua, se
"afirma y

se
pule; crece

a lo
largo de la vida conyugal, según esta
"ley grande de! o»nor: da,rse
el uno al otro para darse juntos.
"El amor
es,

en
efecto, el cimien,to que da su solúlez a e.rta co­
" munidad de vida, y el ñnpulso que la arrastra hacia wna pleni,­
"tud eada vez
más perfecta. Todo el ser participa de elh, en las
"profundidades de su misterio personal, y de sus componentes
"afectivos, sensi/Jles, carnales igua{ que
los espiritunks, ,hasta. lle­
,, /!(111' a constituir cada vez más P'erfectamente esta imo.ge,n dé Dios
"(fue la fkJ,'eja tiene eomo m,/si6n enea.mar a lo largo de sus díaJs
"tejihkiola
con sus aiegrl.as y con sus pruebas puesto qwe es una
"gran verdad
que

el
amor es más que el amor. No, existe amor
"conyugal alguno
que no sea, en

su
exultación, impulJso had,J, el
"infinito, y que no se considere, en su impulso, total, fiel, exclu­
"sivo
y fecundo (Cfr. Humanae Vitae, núm. 9). En esta P'ers­
"pectiva
es donde el deseo encumlra su p{eno sign;¡kado,. Medio
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"tonto de expresión como de conocvmiiento y de comuni6n, el
"aclo conyugal conserva, fvrtalece el amor, y su fecundidad con­
"duce a la pareja o, su plmo desarrolla: él se convierte, a imo,gen
"de D-ios,
en fuente de vida.
"El cristiano so,be que el wmor humano es bu= por su origen,
"y si ha mo, como todo lo que existe en el hombre, herida y de­
"formado por
el peco,do, encuentra, en

Cristo
su salvación y su
"redención .. Por lo demás, ¿"no es ésta la lección de vevnte siglO's
"de historia crist'mui? Muchas po,rejas IWln encontrado realmente
"en su vida conyugali
el canvino de la santidad, en esta CDm4<0IWOO
"de vida, que es la úmca quti puede fundarse sobre un sacramento."
PAULO VI : Alocución al movimiento "Eq_ui­
pos

de Nuestra Señora" (4 de
mayo de 1970;
texto
francés en L'Osservatore Romano del 4-5
de

mayo ; texto en
castellano : Ecclesia número
1.491 del 16 de mayo).
Consecuencias perniciosas del divorcio.
ª . no queremos silenciar /,a triste impresión que SÍC'lt1r
"pre nos ha producido, el ansia de quienes aspiran a introducir
"el dimarcio en la legislación y en la vida de naciones que tienen
"/,a suerte de eslalr inmunes de él, como si fuera desdoro no t·ener
"esta institución hoy, mdice de' una pernkiosa decadenv:ia. mm-G!l,
"y camo si el dimo.-cio fuera el remedio de los males, qwe él siin
"embargo extiende y aigrava aún más, fll/lJoreciendo el egoísmo,
"la infidelidad, la discordia, donde debería reino,r el. anwr, la pa­
"ciencia,
/,a coincordia, y sacrificon,do con desp,adadai frialdad ]os
"intereses
y las derechos de los hijos, débiles víctimas de legali­
"zados d;es&rdtines domésticos.
"Creemos que es_ un b_eneficio moral y social y que es un
"signo de. ci~wn superior para un puel,/o, el mantener sólida,
"intacta y sagrada fD institución 'familiar, y queretnps creer qwe
"el pueblo italiano, al que no se ie ha pues/Q un yugo con las nor­
"mas
del Concvrdato,"1/kIJ/imas aJ matrimonio, sino que se le lum
"canferido
una defensa y un honor, comprenderá cuál es en este
"rompo fúndamentc,/ para su fortuna moral y cwil la ~ena e!ec­
" ción que ha de hacer y defender."
~84
PAULO VI : Discurso a la Sagrada Rota Ro­
mana t"n.
la apertura del Nuevo Año

Judicial,
el
Z3 ele_ enero de 1967 {texto italiano en L'Os­
-s.erva,tore Romano· del.- 2.}-24; texto en castella­
ito :-Eeclesio·núm. 1.328, 11 de febrero).
Fundaci\363n Speiro