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Número 317-318

Serie XXXII

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Unidad en la diversidad. El desafío de las naciones

UNIDAD EN LA DIVERSIDAD. EL DESAFIO
DE LAS NACIONES
La unidad en la diversidad.
«Hoy en Vadstena estamos· t;elebrando nuestra unidad •. Es la
"unidad en la diversidad.
¡Ella es auténticamente n6rdica y autén­
"ticamente católica! Con diferentes talen.tos y diferentes
paises y
"divers~_ culturas .... _ Jesú_s, uno en el ideal._del. servicio cr~~tiano,
''uno persiguiendo la }ustida, uno proclamando una igual dignidad
nhumatza para. to~os». . . .
JuAN. PABLO II: Homilía durante. la Misa ci:c
lebrada'. en el patio del ~stillo de Vadstena,
sábado 10. de junio. L'Osservato,:e Romano, edi­
. ción setn.'arial · ~ lengua española, año XXI,
-núm. 27 (1.070), domingo 2 de julio de 1989.
El resurgir . de' las -nacionalidades; -
«El resurgir de las nacionalídades es una ;á,acteristica de nues­
"tra época. Algunos pueblos,
asfixiados. por el'comunismo en .Euro­
"pa ceniral y oriental,. reivindic4,:z;.~us-.propiqs_ dereéhos 4 consti­
,ituirse como naciones autónomas. Es legitimo que Sft, p.r"est~ aten­
" ción a sus .deseos. La Jglesla, por, su parte, defiende los dérechos
"de
las nadones; y

a
m~nudo b'¡¡ rt!pre'sentado para ellas un apoyo
"s61ida. -
P!t efecto, los derechos del. hombre s6lo se hacen efecti­
''vos
-en el interior de lirs comunidades naturales en las que se
"desarrolla su vidtJ. Pero existe ásimis,i,o:ot:ra comunidad hacia la
"que todos somos responsables,
es decir, toda. la humanidad, con
"sus diferentes componentes geográficos y culturales. Las naciones
"deben aprender a vivir
¡untas en el respeto mutuo, apoyándose
nsiempre en Zas· estruCturas ;urídicas comúnes de carácter interna­
"cional~ a .escala continental e, incluso, mundial. Esa$ instituciones
"son necesarias de modo .particular' hoy día, a fin de que se destie­
"rre el uso de la fuerza como n;edid para resolver los conflictos y
"se dé cabida a la cooperación econ6mica y a¡ desarrolló».
JUAN PAl>LO. II: Dls,curso a algunos l!dexes
de .partido.s. demóqa:ta,&-e.ri.stianos, 23 de noviem­
bre. L~Osservatore Romano, edición semanal (:'tl
lengua· española; afio-XXIV, núm. 1 (1.201),
3 de enet'Q' de 1992. ·
Verbo, núm. 317-318 (1993), 677-679 677
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El desafío que representa a la nueva Eslovenia.
«La identidad nacional constituye de suyo una gran riqueza
"incluso -y con mayor raz6n-en un mundo como el nuestro,
"llamado a una colaboraci6n cada vez más. estrecha, pues es cada
"vez mayor eh,cercamiento de los pueblos. • · · n . . . . . . . . . . . .
»La autonomía nacional es un val.ar importante, pero no abso·
"luto. Muchas veces en la historia antigua y. reciente, hasta llegar
"a nuestros días, el sentimiento patri6tico ha degenerado en na­
" ,ionalismos cerrados y agiesivos, que han. provocado. lágrimas y
""sangre~ . . ' . .
·. »Este es;. pues, un desafío decisivo para el momento híst6ricq
"qt(e
la hum¡¡nidad está viviendo. Si no querem.os re~tir ciertos
"errores,
· que en el pasado íncidierOn trfrtementé en la historia
"europea y mundial, es necesario reafirmar con fuerza que hay que
"anteponer· el hombre, con su dignidad inalienable, a cualquier
"interés
nacional y que, -,:,or encima· .de ·las tradiciones particulares
"de c@a um, ·delos grupos hUlnánÓs, está la comunidad intema­
"cional, qt(e·, hqy, que crJ1,;struir en lt( }usticia, la solidaridad y la
"paz. 'Todo grupo social debe tener en cuenta las necesidades y
"las legitimas aspiraciones de los demás
grupos; más aún, debe
"tener muy en cuenta
el bien común de toda la familia humana'
"(Gaudium et spes, 26). Si olvidamos esto o nos alejamos de esta
"visi6n ·Je la historia humana, corremos :el riesgo de dar vida nue­
>,vamente a peligros escenarios de guerra fratricida, como los que
''están sembrando_ la muerte en la zona balcánica y en otras po,rtes
"del- mundo». · · · · ·
Jv.. ciin, presidente de 'la' Repúhlic'á .de Eslovenia, en
visita oficial, viernes 19 de feDrero. L'Osserva­
tore Romano, edición sematial en· lengua espafíO­
la, afio XXV, núm. 12 (1.264), 19 de.marzo•de 199}. . . .
Ante el redespertar de . Lituania in.dependiente ..
«La Iglesia, que conoce muy bien el valor de la hist~ria como
"preparaci6n al reino que viene {cf_ Gaudium et spes, 39), a la vez
"que
coopera con los esfuerzos de· /.os hombres por alcanzar la
"libertad y la ;ustícia, mira más allá, sii, contentarse ;amás con los
"objetivos logrados "de Cristo: '.Ca~itas enim Christi urget n'os' (2 Co 5, 14). No se
"trat°> sin ... embárgo, de. una.,urgencia según la carne. Sin ansia ni
"impaciencia, sino con el 'celo por la casa de Dios' (cf. Jn 2, 17),
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"la Iglesia sigue sembrando abundantemente la semilla espiritual
"del Evangelio en el terretiO de las getieradonei que se suádeti,
"porque estf¡ segura de. ql(e edrará r«ices y al fi11 dará fruto gra-
" das a la' acd6n- misterio sil cdef Espíritu. · . · ·
» Esta es la misión de los disdj,Mi>s del Señor en todas las
"épocas de la historia. Esta es la tarea primordial de cada uno de
"nosotros, los obispos,
llamados·'a'ser en el umbral del tercer mi­
' "lenio testigos
de Gm~, 'que 11cqs.libert6 para ser li.bres' (Ga 5, 1).
"
»Ha llegado, pues, la hora del despertar y de la primavera, la
"hora de la formación de las nuevas generaciones y de la educá'.
ción de las conciencias, a fin de que el bien de la libertad,, vi_vido
"a la luz de la verdad evangélica, mádurefdé losfrutos esperados
"en todos los ámbitos de la sociedad. Los cristianos saben que
,,tienen -que. _contribuir re_sptmsablemey(e, en primera· línea, .a la
"reconstrucción moral, política y económic_a, d?l p'4s, Es necesario
"contar cor personas preparadas y bien formadas para esta em-
"presa importante y dzfldl: ' .. . . ,' ..
»Advertls
en vuestra gente una tensión comprensible-entre el
"gusto del
descubrímierito de lafraternidad civil y la experiencia
"de las coosecuencias inevitables del pasado -reéiente, Es preciso
"plasmar
a los art!fices de un futuro de legalidad, en el que las
"reladones entre los· dudadanbs sean reguladas por· el 'magisterio
"impartía!
del .derecho, Además, hoy se p/antea0e/oproblema d,e la
"opd6n entre los diferentes modelos.de desarrollo y sus consiguien­
'!tesi opciones económicas, 'que cenll'evizn ·una' propia orientación de
"carácter. ético y cMtural. Por otra parte, n& es #di la ,definición
"de las relticionei inifrnaciánalei en una· zona· géogr!zfictl coinO la
"vuestra, marcada por fuertes tendenciaS ae cambio.
»En esta perspectiva, es necesario que las nueva! fuerzas so­
" ciales ~e movilicen con gran. sentid,o. de ,esponsabilidad: y de d,is­
" cernífftiento, para no· ceder a la tentación Ü..e ·un bienestar única­
"mente material-..El desarrolh,--escribien la (ndclka,Cet,tesimus
"annus---'no debe ser .entendido de manera exclusforimente econ6-
"mica, sino bajo ,~tJª dimensión_ htltn'!lna_ ir,(e,gr~l.: flo se ___ f:ata sqla-
"mente de elevar a todos los pueblos al nivel del que gozan hoy
7o_s pa!St:, ~ás ricos, sino de fundm; sobre el traba¡o_ soiid,ario una
'
vzda mas digna, hacer crecer e/ecttvamente la digniJad y la crea­
"tividad de toda ·persona, su, cápacidad de rlisponder- a, la propia
"vocad611 y, por ,tanto, a la llamada de Dios' (n. 29)». •• '• ó '· . _ .• •• -, •• ;, • •· --'' ._
JuAN PABLO' IÍ: Visitá' '~é<:Í funina», Discurso
a la Conferencia episcopal de Lituania, sábado
27 de febrero. L'Osservatore Romano, edición
semanal en lengua espafiola, afi9 XXV, l)Úm. · 12 (1.264), 19 de marzo de 1993.''
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