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Número 339-340

Serie XXXIV

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Democracia y corrupción (En torno a la llamada crisis del Estado moderno): Jean Montaldo. Rendez l'argent!; Ramón Tamames. La economía española (1975-1995); Danilo et alia Castellano. La decadenza della Repubblica e l'assenza del politico

INFORMA.CION BIBUOGRA.FICA.
También es una interpretaci6.n: «si hemos pasado cuatro si•
glos malgastando las energías del pueblo en tareas externas e
inútiles y si en 1917 fuimos capaces de morder tan ciegamente
el anzuelo (
... ) c¿Es nuestra miserable situación actual el resul­
tado de nuestra historia?» (pág. 141).
La conclusión es una alarma: «Hemos llegado hasta la Gran
Catástrofe Rusa de los años noventa del siglo
xx» (pág. 141): la
mujer rusa
es estéril; Rusia se .divide y cuartea; la conciencia na­
cional rusa es amorfa; «para dirigir el Estado son demasiado
pocas las personas que sean a la
vez sabias, valientes y desintere­
sadas, porque estas tres cualidades no pueden volver a coincidir
en un nuevo Stolypin»; el
caráctel: popular ruso está «oprimido,
ensombrecido
y quebrado» (pág. 14 3); y.. . el pueblo está dege­
nerado. Ante la actual degeneración de Rusia, la gran pregunta
extrema y pletórica de vitalismo, es la siguiente:
«¿Debe existir
nuestro pueblo o de;ar de existir?». - ·
La -conclusión es, por último, una misión: «necesitamos ( ... )
salvar también nuestro carácter, nuestras tradiciones
J;>opulares,
nuestra cultura nacional, nuestro camino histórico» (pág. 146).
Rusia, en la encrucijada decisiva,
ha perdido su historia aunque
ahora puede recomenzarla mediante la reconstrucción de «una
Rusia
moral y (de) ninguna otra porqlle de no ser así ya nada
importará» (pág. 147), ·
JosÉ FERMÍN GARRALDA ARIZcUN.
DEMOCRACIA Y CORRUPCION
(EN T_ORNO A LA LLAMAD,!.. CIUS1S DEL ESTADO MODERNO)
Jean Moritaldo: RENDEZ L'ARGENT! (*) ; Ramón Tamames:
LA ECONOMIA ESPA~OLA 1g75_¡995 (~*) ,_y l)anilo Cas­
tellano
et alt.: LA DECADENZA DELLA REPUBBLICA
E_ L'ASSENZA DEL POLITICO (***). - -
Casi .al mismo tiempo, durante un viaje a Bolzano en ~ctubre
pasado para participar en un congreso sobre Estado y bien con¡µn,
he leído tres obras que_ tienen relación con Ja, denominada. p:isis
del Estado, pues
si en, España todavía .no es un lµgar común re-
(*) Albín Michel; Parls, 1995 (14;5· X 22,5 cm.), 323 pá~s.
(**) Temas de Hoy, Madrid, 1955 (14 X 22 cm.), 613 págs. ·---__
(***) Edición e Introducción de DANILO CAsTELLANO, Monifuzzir Bo-lonia, 1995 ( 17 X 24 cm;), VIIl" + ,198ipág$. --'· ' . '
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fNf':QQMACION ,JJfBL_lOGRA.FiCA.
feril;se a ella, .en ptros lugates, como Italia, no :hay politólogo,
filósofo
del Derecho o profesor de Derecho Constitucional que
no dedique algún libro
.o estudio a dicha cuestión.
. Peto, ¿qué es lo que se encuentra en crisis? ¿El sistema de­
mocrático? ¿Los partidos? .¿La clase política de los políticos pro­
fesionales? ¿El régimen electoral? ¿La Administración? ¿La de­
mocracia? ¿La representación? ¿La economía? ¿La patticipación?
¿El Estado moderno? ¿La sociedad? .. ¿Sólo la sociedad política
o también la civil?
En cuanto a la naturaleza de la crisis, ¿es sustancial o acciden­
tal? ¿Afecta· al núcleo de las instituciones y del sistema, a su fun.
¿ Bastará un reajuste para salir de ella . o será preciso repensar el
fundamento de las actuales instituciones y del Estado moderno?
¿Sus consecuencias? ¿Bastará con aplicar medidas
específi­
cas para limitar los efectos nocivos en espeta de un futuro ajuste
derivado de
la potencialidad correctora del propio sistema? ¿Será
preciso corregir éste para eliminat las consecuencias negaiivas de
esa crisis?
¿Serán remediables? ¿A qué plazo? ¿Dejarán secuelas?
Y ¿por qué
la. crisis?
Aunque
de muy diversa factura, todas estas obras tienen en
común que, directa o indirectamente, se refieren a esa -crisis. El
primeto de ellos afecta a Francia y es de estilo periodístico y
sensacionalista. Rendez /'argent!, de Jean Montaldo, es complemen­
to v· en cierta medida continuación de su anterior obra Mitterrand
et les 40 voleurs ... ( 1 ). Es una denuncia de los modos de actua­
ción del Partido Socialista Francés, equivalente a lo que en España
se ha incardioado en lo que se ha llamado la cultura del pelotazo,
es decir, las tramas y formas pata, prevaliéndose del poder, lograt
el enriquecimiento
ilícito del partido, de algunos políticos y de
sus amigos. Es una crónica de la corrupción de la política
fran­
cesa generada por el PS: tráfico de influencias, desvíos y mal­
versación de fondos, comisiones, financiación patalela del parti­
do, etc., a la que no escapa el Presidente Mitterraod ni el de­
rrotado caodidato a la Presidencia, Lionel Jospin. Se trata de una
«asociación de malechores» (pág. 16) que comenzó a funcionar
a pleno rendimiento con
la llegada al poder en 1981 de Mitte­
rrand,
apoyándose, sobre todo, en la sociedad cooperativa Urba­
consei/ -y las filiales y herma.nas posteriores-; pata llegar a alcao­
zar sólo con ella, desde 1981 a 1991, la cifra nada desdeñable de
1.200 millones de fraocos (unos 28.800 millones de pesetas)
(1) IDEM, Mitterrand et les 40 voléurs ... , Albín Michel, París, 1994.
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INFORMiA·CJON B1BL10G1UFJCA
(pág. 299); sin embargo, se trata de· una bagatela si se compara,
por
ejemplo, con la del affaire Joséphine, en el que, negociado y
conseguido . un. préstamo
· de Arabia Saudita de 24 mil millones
de dólares
al 8 % anual, se constituye una sociedad intermedia
que, a su vez, lo presta un interés del 9,5367 %, es decir, si la
denuncia es cierta, unos 140.000 millones de pesetas que el Es.
tado pagará en comisiones diversas (págs: 31:3-318). A juicio del
autor
el saqueo producido en Francia durante los catorce años de
presidencia socialista, no se debió al

azar, sino que fue urdido
por verdaderos profesionales, convirtiendo
la corrupción en una
industria como otra cualquiera; en un sistema de gobierno
en
todos los niveles: local, departamental, regional y nacional, aparen­
temente ignorado
por todos, salvo por la prensa escrita (pág. 59).
La confianza de Montaldo en el sistema judicial francés es
prácticamente inexistente, pues pese a la extensión de la corrup­
ción, cree que la mayoría de los asuntos quedarán impunes, dada
la escasez
de jueces que no estén más preocupados por su ascenso
en la carrera que
por la· buena administración de justicia (págs.
301-302). Y desde luego,
la crítica es, sobre todo, a la situación
ptovocada por· ·el scicialismo;. aunqlle, es cierto, no escapa a ella
la derecha que no ha hecho más que segnir el ejemplo dado por
la más alta magistratura (pág.3'01). Con todo, el reproche no al­
canza al ·sistema, sino a la gestión y a la concepción del poder
durante esos catorce .años que han «mach8cado los valQres e.sen~
ciales de probidad e imparcialidad que son fundamento del es­
píritu republícáno» (pág. 47).
Aún cuando admitiéramos ésta
iiltíma afirmación -lo que
es mucho suponer, pues el espíritu republicano, desde su apari­
ción con la
Revolución francesa, su definitiva instalación con la
Tercera· República en el siglo pasado hasta nuestros días,
se
ba caracterizado por su radicalismo y sectárismo, especialmente
anticatólico-, sorprende que el sistema qued~ incólume de toda
crítica, cuandO en ese mismo sistema y. no otjo" ep." el que ~~ pró­
duce todo lo que Montaldo describe, denuncia y critica. Por lo
que, cuando menos, cabe afirmar que si
·no fo pro.duce, lo pertnite.
Sin embargo, para Monta!do,
se trataría de una crfsis purament,
accidental. · ·
El segundo es el libro de Tatnames La .econom!a e~pafiola
1975-1995 (2). No cabe duda de_ que del Ramón Tamames afiliado
(2) Contiene diversos anexos útiles que comprenden una ·cronologfa de
los principales acontecimientos de carácter· éooh6mico (J>á,;s. 419'524), los
diferentes
gobiernos (Pags. 525-5}7), estadísticas sobre·pobláci6n y. empleo,
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INFORMA CJON · BIBLIOGRAFICA
al PCE y miembro de su Comité ·Central y de su Comité Ejecu,
tivo en 1976 al actual, hay un largo trecho. Sin embargo, de
sabios
es rectificar en lugar de ratificar los propios errores. Libro
interesante,. a pesar de que en parte es autojustificativo y en
ocasiones «casi» W1as _ memorias ....,.....como su ruptura con el PCE
(págs. 193-197) o sus propuestas y vaticinios (passim}--, en el
que se contienen aquí y allá juicios nada frecuentes respecto al
régimen anterior y
a la transición. Así, por ejemplo,
el reconoci­
miento del despegue económico entre 1959
y 1963 y el mante­
nimiento de la paridad con el dólar a 60 pesetas desde 1959 a
1967 «nada
más ni nada menos» (págs. 78-79); la ignominia de
la entrega del Sabara a Marruecos (pág. 102); que en 1976 «la
gran mayoría seguía siendo franquista», aunque atenue el valor
de la afirmación al indicar que lo era «si no por convicción,

por ignorancia e inconsciente comodidad» (pág. 104); la cárcel
del
76 -donde estuvo detenido mes y medio-, «todavía sin
sida, sin apenas droga ni violaciones» (pág. 107); el que algunos
«líderes muy
progres -entre ellos el mismísimo don Felipe Gon­
zález--estuvieran interesados en que el PCE siguiera siendo
ilegal» (pág. 117); la escasa fuerza social del partido comunista,
ya que en las elecciones generales del 77 «el PCE había demos­
trado en ellas una fuerza mucho menor de la que se presumía»
(pág. 135) o los créditos regalados a los partidos
-el Banco de
Bilbao le facilitó al PCE «75 millones al 8,75 por ciento, el tipo
de interés que Suárez decidió para esta clase de financiaciones.
Con una inflación de
casi el 25 por ciento, nos daban el dinero
a
ese precio. Eran los gloriosos tiempos de la transición» (pág.
173)-.
Mientras que la obra anterior se mueve exclusivamente en el
plano de la denuncia de la corrupción, ésta es un análisis de la
economía española en
esos veinte años al hilo de los aconteci­
mientos políticos más importantes, durante los cuales estima
el
autor que ha estado entre la ineficacia y el latrocinio; en efecto,
también
es la historia de la corrupción, pues se destaca continúa­
mente la instrumentalización de la economía
(y de la política en
general)
al servicio de un partido, e incluso, de una persona,
instaurándose
el «Estado cleptocrático avanzado» (pág. 293): A
su juicio, la transicióh, política ·y económicamente necesaria, ha
sido una_ sucesión de erro tes e ineficacia, grave y progresivamente
acentuada durante el mandato del PSOE, en el que hay que aña­
dir la corrupción hi.stitucionalizada.
ren41 y 'desarrolló, Sectór público! sector exterior, dinero y precios y etnP.:te­
sas (págs. 541-601) y un índice ·de nombres (págs. 603~13).
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INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Desde la «confiscación» de RUMASA, que «no obedeció a
razones estructurales
ni financieras», sino que «la motivación fue,
a todas luces,
fundamentalmente política» (pág., 209), constitu­
yendo un «paradigma de. corrupción» (pág. 210), la política eco­
nómica careció de norte, «pasando a predominar una especie de
improvisación permanente; si .acaso con dos ideas fuerza: conte­
ner la inflación y aumentar la presión fiscal» (pág. 209). Así, el
análisis de la política económica del PSOE es
absolutamente des­
favorable y la entrada en Europa --con. un horizonte en el que
cada
vez resulta más alejada la convergencia-mal negociada:
«nuestros medios oficiales fueron demasiado
entusiastas al prin­
cipio en su europeísmo. Y sólo tardíamente les
llegó el espíritu
crítico
y exigente» (pág. 238). La corrupción -«El Estado clep­
tocrático»-es repasada casi en su totalidad: RUMASA, las plus­
valías de RENFE, el AVE, la Expo y Pellón; los casos
de Aida
Alvarez, Juan Guerra, Salanueva, Ollero, Palomino, Planasdemut
o Cullel; Filesa, Focoex, Iberoorp, Tibidabo, Banesto, el GAL,
los fondos reservados, Roldán, Intelhorce, Crillón, los créditos
FADH, Cruz Roja o PSV, son algunos de
los. escándalos a los
que se pasa revista (págs. 291-329). Así, a su juicio, «lo que
González fue consiguiendo con sus manejos, no fue una España
roja
----eomo prometió en 1977 con gran desenvoltura-, sino
rota
pro domo sua, es decir, a cambio de perpetuarse en el poder,
en medio
de la cleptocracia que contribuyó a crear» (pág. 388).
«El
panorama es el de una sociedad instalada en el paro, una
nación a la deriva en términos de ética,
un Estado con todos los
síntomas de descomposición avanzada» (pág. 19-20), aunque el
autor no lo achaca
al sistema democrático, al que defiende, sino
a la «excesiva permanencia
de las mismas personas en el poder»
(pág.
295).
Juicio que, tras el análisis efectuado por su autor consignado
en su obra, no sólo parece excesivamente benevolente sino del
todo inadecuado. Máxime
cuando se añade que «las instituciones
más relevantes
-Fiscalía General, Defensor del Pueblo, Tribu­
nal Constitucional, Tribunal Supremo de Justicia y Tribunal de
Cuentas-apenas funcionaron para desvelar los tejemanejes de
un poder definitivamente corrupto», que ha salido a
la luz gracias
a «la Judicatura y la parte más sana de los medios
de comunicación
social» (págs. 330-331).
Si el Ejecutivo y el Legislativo y las más
altas instituciones no
han funcionado -y nos hemos «sal,vado»
de la ignorancia más supina graci,as a unos pocos . medi0$\de co­
municación social (prensa) que han desvelado los affaires a la
Judicatura-no parece lógico ni congruente que se achaquen los
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INFORMACION BIBLIOGRAFICA
males tan sólo a· esa permanencia en el poder y nuestra precaria
situación económica «casi por. entero, imputables a
la propia po­
lítica económica» (pág. 239). Algo más debe de ocurrir para que
todo. ello haya
.sido posible, de tal modo que lo que debe ser
anormal haya adquirido carta de naturaleza y para que nuestra
economía haya .retrocedido de . forma tan acusada y anormal.
La
tercera obra es un volumen colectivo publicado en Italia
con el tí rulo
de La decadenza. della Repubblica e l' assenza del
político (3 ) .. El volumen, aunque se refiere a cuestiones de la más
viva actualidad, . no alude a fa corrupción institucionalizada en
Italia, sino que la da por sabida;
es filosófico y al contrario que
los anteriores, no es_ sólo descriptivo de unas situaciones ni in­
terpretativo de ellas, sino que aborda el núcleo de la crisis cons­
titucional
italiana. <:orno advierte Castellano no se trata de una
mera crisis «política»
ni de una simple deficiencia gubernamental,
ni de una crisis de crecimiento, sino que se trata de una crisis del
ssitema, del Estado moderno, que trae causa de su génesis y
desarr()lio. Por eso, su solución no se encuentra en la reforma
de las instituciones, lo que por otra parte no tendría mayor con­
sistencia que la de un acto d,;, fe en la propia validez del Estado
moderno;
la . cuestión de fondo afecta a los presupuestos ideoló­
gicos en que se funda la Constitución, por lo que no basta una
operación de «ingeniería constitucional», sino -que es necesario
un cambio radical respecto a los principios en los que se sustenta
la Constitución. Y es que no estamos ante una crisis como eclosión
de una patología, que casi encontratía un remedio automático con
unas pocas reformas, sino en una decadencia irreversible del
Es­
tado moderno, provocada por la inexistencia de lo político en su
verdadera significación; esto· trae causa
de. que el Estado moderno
ha querido constituir lo político como producto de la voluntad
despreciando e ignorando
la realidad natural de la política ( 4).
Darulo . Castellano muestra de modo meridiano que el deno­
minado
principio personalista de la modernidad, con su errónea
concepción de
la persona, en el que basa el artículo 2 de la Cons­
titución italiana, primordial en su sistema constitucional, resulta
de
tod.o punto inadecuado para la convivencia y para una concep,
ción sustantiva de lo político. El concepto de persona de la Cons-
(3} La obra además de los estudiOS a los que sucesivamente me referiré,
contiene una interesante .reflexión sobre
la ju'sticia de LUIGI BAGOLINI
(«"Gt$tizia·n e cristianesimo», págs. 9-36) y un ensayo de ERNESTO Mo­
LINARI («ll.gobetno "difettivo"», págs. 177-191) y un índice de autores cita-
dos (págs. 193-198). . . ·
(4) D. CASTELLANO,-«Introduziorie», op. Cit., págs. 1-8,
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INFORMACION .BIBLIOGRAFICA
titución italiana tiene un significado ideológico, susceptible de
ser interpretado desde. diferentes puntos de vista, constituyendo
un relativismo que impide toda fundamentación
auténtiea de lo
político, de la persona, de los derechos y de la .convivencia. El
individualismo, la .concepción
dé la libertad como libertad negati­
va, ·es_ decir, como autoderminación absoluta, fin en ·sí misma en
lugar de medio para el desarrollo del hombre conforme a . su na­
turaleza racional, determinan que el Estado se conciba como con­
trapuesto al individuo y que los derechos no sean otra cosa que
reflejo del poder constituyente que los establece, que
se concibe
como protector de
la voluntad de la persona, de sus deseos o de
sus caprichos, cualesquiera que sean. Así, el bien común
es inexis­
tente, puesto que
ni siquiera se considera que exista el bien del
hombre en cuanto tal;
el derecho positivo se convierte en el único
criterio
del bien y del mal; la Constitución es el límit~ que la
soberanía popular se da a
·SÍ mis1ru1; Así, .la crisis del Estado mo­
derno no es• más que la agudización de su fatrinseca enfermedad,
de su mal orgánico, de
la incompetencia para . constituir · una co­
munidad de hombres libres para vivir conforme . a· la virtud y a
la razón (5).
· ·
Esa imposibilidad para fuadamentar la política y esa 'incom­
petencia para gestionar lo público racional y justamente, se pone
de relieve por
Mi ch ele Gaslini (6) en el terreno económico al
mostrar el sometimiento del bien común hasta su desaparición
debido a la interpretación efectuada· por los partidos de los dere­
chos económicos de la Constitución italiana. Cuestión propiciada
por la génesis de la Constitución
y por su híbrida forniulación,
incluso
anfibol6gica, fruto del compromiso entre concepciones
contrapuestas, que han impedido hasta la determinación de con­
cepciones técnicas, que deberían haberse impuesto por sí mismas,
para el
norma,! funcio11amiento de las instituciones y de las rela­
ciones entre
ética y economla, propias de un Estado europeo de
wltura católica y occidental (pág. 83). Así, mediante la crítica
de diversas disposiciones legislativas, expone cómo se ha ido le­
gislando conforme a razones extrañas al
bien común y a la natu-
raleza intrínseca de la economía. · · ·
Gaslini indica que la grave insuficiencia de los principios del
(5) D. CASTELLANO, «Il !'concetto" .di persona umana negli atti dell'
Assemblea costltuente e l'impossibile · :fondazione del político»,.· ·op. cit.,
págs. 37-71. · . · · · • ·· · · · · (6) M1CHRLE GASLINI, «Spunti critlci, per un lineamento analitico
dell'otfontamep_to legislativo della. prima Rep~bblica italiana, in téma. di di­
ritto dell'economia», op-. cit.,--págs,. 73-124.
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lNl!ORMAClON B1BL10GRAF1CA
ordenamiento económico italiano obedecen a que se creyó poder
conformar mediante
el poder el ámbito de la iniciativa económi­
ca; la consideración del mercado como una eotidad-absolutameote
gobernable y comprimida dentro de
los límites nacionales; la
ratio oeconomica de las disposiciones relativas a esa materia, en
lugar de inspirarse en un tecnicismo objetivo propio de ella, se
ha supeditado.
a· los intereses particulares de los partidos políti­
cos,
camuflados bajo Ja etiqueta sociales, pero en realidad, dirigido a obtener un incremeoto del
electorado., mediante la creación
·de un bienestar amoral y ficticio,
basado en
el.incremento del déficit público, cada vez más carente
de freoos y de control. Por todo ello, propone la necesidad de
una nueva República con.una nueva
ConstÍtución (págs.122-123).
Francesco Gentile (7)
:se ocupa de•la definición de Res pu­
blica de Cicerón (Republica, I, 25, 39), .sobre todo de la natura­
leza y finalidad de la
comunidad política, entendida como unidad
de la multiplicidad, y ·con
el bien común poniéndola
en contraste con la realidad actual en la que brilla
por su ausencia ..
Giancarlo Giurovich (8) expone que al no existir-ni princi­
pios ni valores objetivos, sillo tan sólo opiniones y opciones, todo
se resuelve· en norJl1!lS ·producidas conforme_ a la fuerza que se
dispone para respaldarlas, por lb que carece de sentido hablar de
Estado
. y de ordenamiento jurídico, pues para serlo realmente,
no ha de
instaurar cualquier ordeo, sino precisamente el que se
.funda en la ·verdad ·y la justicia, sin lo cual nos encontramos. ante
el· relativismo de la actual sociedad, que _ nunca constituirá una
auténtica comunidad política
(págs. 132-137) y profundiza en las
razones de «la" democracia moderna y fa imposible .fundamenta·
ción de· la política» (págs. 140-150) que ponen de manifiesto que
nos encoritramos
--ante el derrumbe del sistema liberal democrá­
tico en que se .sustenta la Constitución italiana: El análisis se
Centra eD los conceptos de bien común,' Sbbetánfa V seculariza.
ción y
se· concluye con la necesidad de renunciar a la concepción
moderna en
la' que la democracia se concibe ne;, como . una forma
de gobierno, sino como su
.fundamento, so pena de quy cµalquier
«reforma» consista ·en más de lo mismo (pág. 152).
Goisis (9) expone los ataques continuos que
la familla.ha.su-
. _ "(7)' F'RANéESCO CENTn.ii, «Le. cóndizio~i ~élla''Re.i 'pubÚca»: op. cit., p,g,. 125-128. .. . e . · ·. . .
(8) GIANCARLO. GIDRovrcH,, .. «Postille al dibattito .. sulla crisi istituzio-~~e»-, op, cit.¡ ·págs .. 129-1_:,z., .: . '-.. _··,_ . .
(9) GrusEPPE G0IS1s~ «L'ecliss.i della famiiµa: un fattor~ decisivo ·di
decadenza della Repubblica», op. cit., págs. 153'175.
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INRQIUtlA.CION BIBLWGRAFICA
fríelo desde el final de la guerra mundial, especialmente desde la
izquierda que, peyorativamente, la calificaba
de «butguesa», cuan­
do en realidad ·la familia se sostenía, en .su inmensa mayoría, en
una
inspiración popular y cristiana (pág. 153); sin olvidar la con­
tribución de las concepciones liberal y radical, con sus visiones
individualistas
de la existencia y exasperadamente disolventes de
la sociedad que conducen al narcisismo (pág. 154). El panpoli­
ticismo intentando abarcar la totalidad de la dimensión privada
de la persona,
la emigración y el consumismo y el placer indivi­
dual como ideal de felicidad (pág. 155), han sido sucesivas y
progresivas heridas causadas a la institución familiar. También
aquí se aprecia la forma de actuar del Estado moderno con el
desprecio por
el bien común, los ataques a · los valores religiosos
y
la explosión de la secularizaci6n, el obrar al margen de la na­
turaleza humana y de la realidad natural de la familia -y recuer­
da que ya Qcerón la calificaba de
seminarium civitatis-; y es
que, el pensamiento moderno excluye
el papel fundamental de la
familia en la sociedad, que sólo se considera como relación entre
individuos y Estado (págs. 165-i70). Por eso, no hay otra
so­
lución -y ello exige una profunda revisión v sustitución de prin­
cipios-, siguiendo los pasos de la tradición cristiana, que reco­
nocer la importancia trascendental de esta institución primaria,
como fundamento de la sociedad, y por ende, de la política
(págs. 172-173).
El núcleo de la argumentación de esta obra da respuesta
adecuada a la desesperanzadora denuncia
de Montaldo y a la tris­
te descripción de Tamames. Cuando nada hay que quede fuera de
lo opinable; cuando todo
es susceptible de ser decidido por los
pactos, los votos de las mayorías, o la voluntad de los elegidos;
cuando la naturaleza de
las cosas, el orden natural, la ley moral
y
los preceptos de la religión católica, todo lo más quedan rele­
gados a la conciencia intima de cada cual, sin traducción en
el
obrar social donde son sistemáticamente conculcados, las institu­
ciones, las sociedades y
los Estados sé destruyen, éonvirtiéndose
en instrumentos al servicio de egoístas intereses particularísimos.
La crisis del Estado moderno lo es de su filosofía y no tendrá
verdadera solución más que acudiendo a la auténtica fundamen­
tación del Estado. De otro modo,
continuarár,i las actuaciones
demagógicas, las mentiras electoralistas, la concepción de la polí­
tica como
medfo personal, el permi.sivismo para el mal y la difi­
cultad creciente para obrar
el. bien. Y cuando las naciones se
deslizan por esa pendiente cada vez 1DlÍs acusada, terminan por
desaparecer o
por ser absorbidas. por otras. El panorama actual
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INFOR'MACION BIBUOGRAFICA
y el futuro que cabe vislumbrar, desgraciadamente, no son nada
halagüeños sino se rectifica la senda por la que nos conducen.
Camino que, todo hay que decirlo, no es ni ineluctable ni
irreversible. Hace unos años, casi nadie hablaba de la posible
caída del telón de acero;
es más, era lugar común entre los bien
pensantes,
entre los progres de salón, y entre todos aquellos que,
en el mundo occidental,
al abrigo del totalitarismo y del GULAG,
se dedicaban a ensalzar «éxitos» e ideología, además de todos los
que hacían profesión de
marxismo desde la cátedra, el libro o el
medio de comunicación, considerar no sólo que no había que
influir para que abandonaran su modus vivendi, sino que en bue­
na parte sus «principios» y planteamientos continuarían ejercien­
do influencia o incluso terminarían por imponerse por sí mismos.
Y en 1983, Revel (10) dedicaba una de sus obras a mostrar que
ante la consustancial expansión agresiva del comunismo, las
de­
mocracias occidentales no cesaban de plegarse, justificar aquella
y favorecerla, especialmente con argumentaciones intelecruales.
Y, sin embargo,
el telón se derrumbó (11). .
Análogamente, en ningún sitio está escrito que esta sociedad
democrática ni que la democracia moderna constituya
la fase final
de la historia o la única forma de organización social y política.
Del mismo modo que
el telón se rasgó, también puede suceder
que la sociedad contra
la que clama Juan Pablo II, (12), que no
es otra que la surgida de la Revolución francesa, pueda caer. La
crisis del Estado moderno debe set el punto de partida para la
reflexión y la
. voluntad de reconstruir la ciudad sobre sus funda­
mentos .divinos y naturales ( 13).
EsTANISLAO CANTERO.
(10) Cfr. JEAN-FlLIN~oIS REVEL, Comment les démocraties finissent,
Grasset, París, 2.ª ed., 1983; en relación con ella, E. CANTERO, «El mal de
la democracia, moderna: del enor a la autodestrucción», Verbo, núm. ~23-
224 (marzo.abril 1984), págs. 539'556.
(11) Cfr. LUIS MARIA SANDOVAL, Cuando se rasg¡z el telón. Ascenso y
calda del socialismo real, Speiro Madrid, 1992.
(12)
Cfr. JuAN PABLO II, Centesimus annus, núm. 46 y 47, Ediciones
Paulinas, Madrid, 1991, págs. 80-84; IDBM, Evangelium vitae, núm. 20,
San Pablo, Madrid, 1995, pags. 3941; E. CANTERO, La concepción de los
derechos
humanos en Juan Páblo II, Speiro, Madrid, 1990, págs. 12-17;
IDaM, .«Nueva evangelización y contrarrevoluci6n», Verbo, núm. 317-318
(septiembre-0etubre 1993) (págs. 911-935), págs. 913-924.
(13)
Cfr. SAN Pío, X, Notre charge apostoUque, núm. 11, en Doctrin~
Pontificia, Documentos políticos, BAC, Madrid, 1958, pág. 408.
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