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Número 441-442

Serie XLIV

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Dimensión social de la Realeza mariana en el magisterio de Pío XII

DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
EN EL MAGISTERIO DE PÍO XII
POR
SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, 0.S.B.
SUMARIO: l. FUNDAMENTOS DE LA REALEZA MARIANA: 1. Maria en el Cielo: Reina y
Madre de los hombres-, 2. Realeza de María; 3. Títulos de la Realeza maria­
na; 4. Naturaleza espiritual de la Realeza de Maria.-TI. DIMENSIÓN SOCIAL DE
LA REALEZA DE MARÍA: 1. Fundamentos; 2. Reina de la Paz, 3. Reina y pro­
tectora de los cristianos; 4. Protección de Maria frente al laictsmo-, 5. Reina
de las Patrias, 6. Reinado en el campo del orden y de la justicia sociales,
7. Deberes pe,-sonalesysoctafes hacia la Realeza mariana.-III. CONCLUSIONES.
La Realeza de la Santísima Virgen Maña es uno de los privile­
gios derivados
de su Maternidad divina. En los tiempos recientes,
ha sido en gran medida Pío XII (1) quien ha expuesto con mayor
solemnidad y precisión esta doctrina, de tal modo que, además
de ser el Papa de la Asunción, puede ser considerado como el
Papa de la Realeza de María: cuatro años después de la defini­
ción
de aquel dogma, instituyó la fiesta que tenía por objeto la
dignidad regia
de la Virgen, por medio de la Encíclica Ad Coeli
Reginam, promulgada el 11 de octubre de 1954. Ciertamente, era
la consecuencia necesaria derivada de la Asunción de la Madre
de Dios y de su glorificación celestial. Aquí deseamos centramos
en la dimensión social de esta Realeza mariana (2).
(1) El conjunto de la mariología de Pío XII lo estudiamos en el libro La
Virgen Maria en el magisterio de Pío XII, que será publicado, D. m., ¡x:,r la
Biblioteca de Autores Cristianos (B.A.C.) en 2007.
(2) Abreviaturas y .siglas utilizadas en las citas: Aloe.: Alocución; Carta Ap.:
Carta Apostólica; Carta Ene.: Carta Encíclica; Const.
Ap.: Constitución Apostólica;
Verbo, núm. 441-442 (20o6), 65-99.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
L fuNDAMENTOS DE LA REALEzA MAIUANA
l. María en el Cielo: Reina y Madre de los hombres
Después de su gloriosa Asunción, María Santísima goza eter­
namente
en el Cielo, se encuentra allí completa como persona y
gozando de la visión de Dios y de la Humanidad de su Hijo
Jesucristo,
de la dicha eterna junto a Él, glorificada en su alma y
también en su cuerpo, y as! reina ahora "vestida de sol y coro­
nada de estrellas" (3), con "la refulgente corona de gloria con que
el Señor ciñó la frente purisima de la Virgen Madre de Dios" ( 4).
En efecto, Pío
XII, acorde con la Tradición cristiana, tiene
presente
que María fue recibida con honores en el Cielo y ha sido
coronada por Dios en la gloria, pues incluso el rezo del Rosario
termina
con la contemplación de este misterio (5). Ella, cierta­
mente, fue elevada
al trono de Dios (6) y sentada a la derecha de
Cristo Redentor, su Hijo Unigénito (7). Allí participa de su gloria
Exhort. Ap.: Exhortación Apostólica; Rrn.: Radiomensaje; BAC: MARíN, Hilarlo, S.
J. (ed.), Doctrina Pontificia, vol. IV (Documentos marianos), Madrid, Biblioteca
de Autores Cristianos (B.A.C.), 1954 (se citará BAC y n2 del texto); NS: Nuestra
Señora, Presentación e índices por los Monjes de Solesmes, Prólogo de Monseñor
M. M. Dubois, Buenos Aires, Ediciones Paulinas (Enseñanzas Pontificias, 6), 1963
(se citará NS y n2 del texto).
G) Carta Ap. Dum saeculum, al cardenal Maglione, 15-IV-1942, n. 2; NS 370;
BAC 699. Const. Ap. Muni.ficentissimus Deus, 1-XI-1950, nn. 6, 9 y 11; NS 493, 501
y 512; BAC 800, 803 y 806. Aloe. Commossi, a los fieles reunidos en la plaza de
San Pedro, 1-XI-1950; NS 532, 536 y 539; BAC 815. Carta Ene. Fulgens Corona, 8-
IX-1953, n. 8; NS 603; BAC 855. Rm. a la Acción Católica Italiana en la apertura
del Año Mariano, 8-XII-1953, n. 1; NS 623; BAC 865.
(4) Carta Ene. Fulgens Corona, 8-IX-1953, n. l; NS 584; BAC 848.
(5) Aloe. a las mujeres de la Acción Católica Italiana, 6-X-1940; NS 368. Carta
Ap.
Dum saeculum, al cardenal Maglione, 15-IV-1942, n. 2; NS 370; BAC 699.
Carta Ene. Mystict Corporis, 29-VI-1943; NS 385; BAC 713. Carta Ene. Ad Coeli
Regtnam,
11-X-1954; NS 676; BAC 899. Aloe. Le testimonianze, en la Basílica de
San Pedro, 1-XI-1954; NS 738; BAC 919.
(6) Carta Ene. Ad Coelt Regtnam, ll-X-1954; NS 684; BAC 900.
(7) Const. Ap. Munifú:entisstmusDeus, 1-XI-1950, nn. 11 y 15; NS 506 y 520;
BAC 805 y 809. Aloe. Dans l'Encyclique, a las Hijas de María, 17-VII-1954, n. 5;
NS 648; BAC 884. Carta Ene. Ad Coeli Reginam, 11-X-1954; NS 709; BAC 902.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
en grado sumo y con peculiar excelencia (8), porque "de la
Realeza del Hijo refluyó sobre la Madre
una singular prerrogati­
va y preeminencia" (9).
Es importante tener en cuenta lo que dice Pío XII sobre el
origen
de esta gloria celestial: "Los orígenes de las glorias de
María, en el momento culmen que ilumina toda su persona y
su misión, es aquel en que, llena de gracia, dirigió al arcángel
Gabriel el
fiat que manifestaba su consentimiento a la divina dis­
posición;
de tal forma que Ella se convertía en Madre de Dios y
Reina y recibía el oficio real
de velar por la unidad y la paz del
género humano" (10).
Por lo tanto, la Realeza de María no es un privilegio por el
que se desligue de sus hijos, los hombres, sino que le hace estar
unida a ellos
con solicitud maternal, de tal modo que esa
Realeza alcanza una dimensión social: "Sin duda, María es en el
Cielo eternamente feliz
y no sufre ni dolor ni tristeza; pero no
permanece insensible, antes bien alienta siempre amor
y pie­
dad para el desgraciado género humano a quien fue dada por
Madre" (11).
2. Realeza de Maria
Son numerosas las alusiones que Pío XII hace a la Santísima
Virgen presentándola como "Reina del Universo", bien expresa­
mente con este
título, bien por conceptos análogos que vienen a
reflejar lo mismo, tales como "Reina del mundo", "Reina del Cielo
(8) Carta Ene. Mediator Det, 20-XI-1947; NS 440. Const. Ap. Munificentis­
.simusDeus,
1-XI-1950, nn. 12 y 15; NS 509 y 520; BAC 806 y 809. Aloe. Commossi,
a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, 1-XI-1950; NS 535; BAC 814. Carta
Ene.
Fulgens Corona, 8-IX-1953, n. 8; NS 603; BAC 855. Carta Ene. Ad Coeli
Reginam, 11-X-1954; NS 706; BAC 902. Rm. y Carta je mesuis elevée, al Congreso
Mariano Libanés, 18-X-1954; NS 725;
BAC 914.
(9) Carta Ene. Ad Coelt Reginam, 11-X-1954; NS 683; BAC 900.
(10) Aloe. Le testimonianze, en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 741;
BAC 920.
(11) Rm. Tra i memorandt, al Congreso Mariano de Sicilia, 17-X-1954; NS
724; BAC 912.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
y de la Tierra", "Reina de todos", etc. (12). También la denomi­
na "augusta Soberana de la Iglesia militante, purgante y triunfan­
te" (13), "Reina del Cielo" (14), "Reina
de los Ángeles" (15), "Reina
de los Santos" (16), "Reina de los Apóstoles" (17) y "Nuestra
Reina" (18), o
bien se refiere a Ella con palabras que de. forma
clara incluyen estos conceptos.
Para
comprender correctamente el modo en que la Santísima
Virgen
es Reina y cómo esa dignidad y ese poder le vienen de
(12) Carta Ap. Dum saeculum, al cardenal Maglione, 15-N-1942, n. 2; NS
369; BAC 699. Rm. Benedicite Deum, para el 25º aniversario de las apariciones de
Fátima, 31-X-1942, n. 4; NS 380; BAC 707. Rm. Benditoseja o Senhor, para la coro-­
nación de Nuestra Señora de Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 412 y 414; BAC 737.
Aloe. Commossi, a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro de Roma, 1-XI-
1950;
NS 527 y 529; BAC 814. Oración O Ver.,gine Immacolata para el Año
Mariano,
21-XI-1953; NS 618; BAC 862. Carta Ene. Ad Coeli Reginam, 11-X-1954;
NS 676 y 709; BAC 899 y 902. Aloe. a los cardenales y obispos, 2-XI-1954; NS 756.
Carta Ene. Memintssejuvat, 14-Vll-1958; NS 845.
(13) Aloe. a los peregrinos genoveses, 21-N-1940; NS 364.
(14) Aloe. a los peregrinos genoveses, 21-N-1940; NS 361. Const. Ap. Muni­
ficentissimus
Deus, 1-Xl-1950, nn. 11 y 15; NS 506.y 520; BAC 805 y 809, Aloe.
Commossi, a los fieles reunidos
en la plaza de San Pedro, 1-Xl-1950; NS 539; BAC
815. Carta Ene. Ad Coelt Regtnam, 11-X-1954; NS 676; BAC 899. Aloe. Le testimo­
nianze,
en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 740; BAC 920.
(15)
Carta Ap. Dum saeculum, al cardenal Maglione, 15-N-1942, n. 2; NS
370; BAC 699. Aloe. a las Hijas de Maña, 25-X-1942; NS 372. Rm. Bendito seja o
Senbor,
para la coronación de Nuestra Señora de Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 414;
BAC 737. Aloe. Commossi, a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, 1-XI-
1950;
NS 535; BAC 814. Aloe. Le testimonianze en la Basílica de San Pedro, 1-XI-
1954;
NS 752; BAC 923. Rm. al X Congreso Mariano Internacional, 17-IX-1958,
NS 850.
(16)
Aloe. a los peregrinos genoveses, 21-N-1940; NS 364. Rm. Bendito sefa
oSenbor, para la coronación de Nuestra Señora de Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 414;
BAC 737. Aloe. Nostis profecto, al Consistorio, 30-X-1950, n. l; NS 467; BAC 790.
Aloe.
Le testimontanze, en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 752; BAC 923.
(17) Aloe. a los peregrinos genoveses, 21-N-1940; NS 363. Rm. Venerables
hermanos, al Congreso Mariano
de México, 12-X-1945; NS 400; BAC 729. Rm.
Bendito seja o Senhor, para la coronación de Nuestra Señora de Fátima, 13-V-1946,
n. 4; NS 414; BAC 737. Aloe. a los cardenales y obispos, 2-XI-1954; NS 756.
(18)
Carta Ap. Dum saeculum, al cardenal Maglione, 15-N-1942, n. 2; NS
370; BAC 699_ Aloe. Commossi, a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro de
Roma,
1-XI-1950; NS 527 y 529; BAC 814. Carta Ene. Ad CoeliReginam, 11-X-1954;
NS 710; BAC 902. Aloe. Le testtmonianze en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954;
NS 750-751; BAC 923.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
Dios por su unión con Cristo, nos parece oportuno recordar el
texto del radiomensaje Bendito seja o Senbor, para la coronación
de Nuestra Señora de Fátima en 1946, ya que allí afirma que era
digna
de recibir la gloria y el imperio por su condición de Madre
del Rey divino y
por su relación de parentesco con la Santísima
Trinidad
09). También asevera que lo mereció por su asociación
a Cristo, el
"Rey de los mártires", en la Obra de la Redención, y
que sigue estándola en la distribución de las gracias; y añade:
''Jesús es Rey de los siglos eternos por naturaleza y por con­
quista;
por Él, con Él, subordinada a Él, María es Reina por gra­
cia, por parentesco divino, por conquista, por singular elección.
Y
su reino es inmenso, como el de su Hijo y Dios, pues de su
dominio nada queda excluido. Por eso la Iglesia la saluda Señora
y Reina
de los ángeles y de los santos, de los patriarcas y de los
profetas,
de los apóstoles y de los mártires, de los confesores y
de las vírgenes; por eso la aclama Reina de los Cielos y de la
Tierra, gloriosa, dignísima, Reina
del Universo: Regina coelorum,
gloriosa Regtna mundi,
Regina mundí dignissíma; y nos exhorta
a invocarla día
y noche entre gemidos y lágrimas de que está
lleno este destierro:
~salve, Reina, Madre de misericordia, vida,
dulzura, esperanza
nuestra». Ésta su Realeza es esencialmente
maternal, exclusivamente benéfica" (20).
El Papa recoge las invocaciones que como Reina se le hacen
en las letanías del Rosario. E incide en que comparte el imperio
de Cristo, reinando junto a Él y por Él (21), como "Reina que
constantemente hace su oficio de intercesora ante el Rey que
engendró", según dijo Sixto N (22). Es Reina por la gracia y el
amor
de Dios, y lo es así:
(19) Rm. Bendito seja o Senhor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 413; BAC 737.
(20) Rm. Bendito seja o Senhor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 414; BAC 737.
(21) Carta Ene. Mystici Co,poris, 29-VI-1943; NS 385; BAC 713. Const. Ap.
MuniftcenttssimusDeus, 1-XI-1950, n. 15; NS 520; BAC 809. Aloe. Commossi, a los
fieles reunidos
en la plaza de San Pedro de Roma, 1-Xl-1950; NS 527; BAC 814.
Aloe. a la Unión Mundial
de las Organizaciones Femeninas Católicas, 29-IX-1957,
NS 828.
(22) Carta Ene.
Ad Coeli Regtnam, 11-X-1954; NS 692; BAC 900.
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"Ciertamente, en sentido pleno, propio y absoluto, solamen­
te Jesucristo, Dios y Hombre, es
Rey; con todo, también María,
sea como Madre
de Cristo Dios, sea como asociada a la obra del
divino Redentor [. .. ], participa Ella también de la dignidad real,
aunque en modo limitado y analógico. Precisamente de esta
unión con Cristo Rey deriva en Ella tan esplendorosa sublimidad,
que supera la excelencia de todas las cosas creadas; de esta
unión con Cristo nace aquel poder regio, por el que Ella puede
dispensar los tesoros del Reino del divino Redentor; en fin, en la
misma
unión con Cristo tiene origen la eficacia inagotable de su
materna intercesión
con su Hijo y con el Padre" (23).
3. Títulos de la Realeza mariana
La de María es ante todo una Realeza de excelencia, gozan­
do de suprema dignidad y primacía entre todas las criaturas (24).
Es Reina porque nació de raza real (25), por ser Madre de Dios (26),
Madre de Cristo Rey y Compañera asociada a Cristo Rey como la
"nueva
Eva" del "nuevo Adán" (27). Asociada a la Obra redento­
ra
de su divino Hijo, "se podrá legitimamente concluir que como
Cristo, nuevo Adán, es Rey nuestro
no sólo por ser Hijo de Dios,
sino también
por ser Redentor nuestro, así, con una cierta analo­
gía, se
puede igualmente afirmar que la Bienaventurada Virgen es
(23) Carta Ene. Ad Coelt Regtnam, 11-X-1954; NS 706; BAC 902.
(24) Rm. Bendito seja o Senbor, para la coronación de Nuestra Señ.ora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 413; BAC 737. Rm. y Carta Apost. C'est avec une
douce, al Congreso Mariano de Canadá, 19-VI-1947, n. 6; NS 429; BAC 754.
Carta Ene.
Ad Coeli Regtnam, ll-X-1954; NS 707-708; BAC 902. Aloe. Le
testtmonianze en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 748 y 751; BAC
922 y 923.
(25) Carta Ene. Ad Coeli Regtnam, 11-X-1954; NS 695; BAC 901.
(26)
Rm. Bendito seja o Senhor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 413; BAC 737. Carta Ene. Ad Coeli Regtnam, 11-X-
1954; NS 682-683, 685, 701 y 702; BAC 900 y 902. Aloe. a la Unión Mundial de las
Organizaciones Femeninas Católicas, 29-IX~1957, NS 828.
(27)
Rm. Bendito seja o Senhor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 413-414; BAC 737. Carta Ene. Ad Coeli Regtnam, 11-
X-1954; NS 682-683, 692, 695, 701 y 702, 705, 706; BAC 900, 901 y 902. Aloe. l.e
testtmoníanze en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 751; BAC 923.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
Reina, no sólo por ser Madre de Dios, sino también porque,
como nueva Eva, fue asociada al nuevo Adán" (28).
Esta doble condición de
Madre y Socia, que a su vez le confe­
ría
la de Reina, fue ya una realidad desde el mismo momento de la
Encarnación, tanto por el mensaje divino que el Ángel le portaba
como por el obediente
ftat con que Ella respondió: "Así que con ra­
zón
pudo San Juan Damasceno escribir: -Verdaderamente fue Seño­
ra
de toda criatura cuando fue Madre del Creador•; y de igual modo
afirmarse que el primero que anunció a María con palabras celes­
tiales la regia prerrogativa fue el mismo arcángel San Gabriel" (29).
Su participación estrecha
como Corredentora en la Obra sal­
vífica
de Cristo le valió además ganar su dignidad regia por con­
quista (30). Eso mismo la hace también merecedora del título
de
"Reina de los Mártires" y debe ser tenida por Reina como Madre
de la divina gracia y Medianera de las gracias (31). Pío XII, al ini­
cio
de la encíclica Ad Coelt Reginam, quiere advertir con claridad
que la Realeza universal de María no es una verdad nueva o un
título nuevo, sino una verdad de fe que ha existido siempre en
la Historia de la Iglesia (32).
4. Naturaleza espiritual de la Realeza de Maria
La Realeza de María no es del orden de las realezas tempo­
rales, por lo que su reconocimiento no quiere decir que para
honrarla haya que adherirse a una forma de gobierno deterrni-
(28) Carta Ene. Ad Coeli Reginam, ll-X-1954; NS 705; BAC 902.
(29)
Carta Ene. Ad Coeli Regtnam, 11-X-1954; NS 702; BAC 902. También
puede verse
el texto recogido sobre los orlgenes de las glorias de Maria en el
punto b) anterior, de la Aloe. Le testimonianze, en la Basilica de San Pedro, 1-XI-
1954; NS 741; BAC 920.
(30)
Rm. Bendito seja o Senhor, para la coronación de Nuestra Señ.ora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 414; BAC 737. Carta Ene. Ad Coeli Reginam, 11-X-
1954; NS 703 y 704; BAC 902. Aloe. a la Unión Mundial de las Organizaciones
Femeninas Católicas, 29-IX-1957,
NS 828.
(31)
Rm. a la Acción Católica Italiana en la apertura del Año Mariano, 8-XII-
1953, n. 2; NS 625; BAC 866.
G2) Carta Ene. Ad Coell Reglnam, ll-X-1954; NS 676 y 681; BAC 899.
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nada o a una estructura política particular, sino que "es una
Realeza ultraterrena, la cual, sin embargo, al mismo tiempo pene­
tra hasta lo íntimo de los corazones y los toca en su profunda
esencia,
en aquello que tienen de espiritual y de inmortal" (33).
Y esto no niega la existencia de una dimensión social de tal
Realeza.
Por lo tanto, la Realeza
de María se ejerce desde lo más ele­
vado del Cielo (34) y
no por voluntad de dominio, sino como en­
trega total
de Sí misma, con la más alta y total generosidad (35).
La suya es una Realeza maternal (36), mísericordiosa (37), de
mediación (38), pues no en balde escucha y satisface nuestras
plegarias (39), derramando sus beneficios (40). Por eso, también
cabe afirmar
que es una Realeza eficaz que suscita, forma y coro­
na a los santos (41).
(33) Aloe. Le testimonianze, en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 740;
BAC 920.
(34) Aloe. Le tesUmonianze, en la Basílica de San Pedro, 1-Xl-1954; NS 752;
BAC 923.
(35) Aloe. Le testimonianze, en la Basilica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 748;
BAC 922.
(36) Rm. Bendito seja o Senhor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 414; BAC 737. Rm. Embora, al Congreso Mariano
del Brasil, 7-IX-1954; NS 675; BAC 898. Carta Ap. Quidqutd Malabarensi al
Superior General de la Tercera Orden Carmelitana Malabarés, 30-X-1955;
NS 767.
(37) Rm. Bendito seja o Senhor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 414; BAC 737. Aloe. Le testtmonianze, en la Basílica
de San Pedro, 1-XI-1954; NS 755; BAC 923.
(38) Rm. Bendtto seja o Senbor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 414; BAC 737. Rm. a la Acción Católica Italiana en la
apertura del Año Mariano, 8-XII-1953, n. 2; NS 625; BAC 866.
(39) Aloe. Le testimonianze, en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 749
y 755; BAC 922 y 923.
(40) Aloe.
Nostis profecto, al Consistorio, 30-X-1950, n. 4; NS 475; BAC 793.
Carta Ene. Ad Coe# Reginam, 11-X-1954; NS 706; BAC 902.
(41)
Carta Ene. Ad Coeli Reginam, 11-X-1954; NS 709; BAC 902.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
II. DIMENsJÓN SOCIAL DE 1A R1lALBzA DE MAllíA
l. Fundamentos
Desde la gloria, Maria no se despreocupa de sus hijos que
aún están inmersos en la peregrinación terrenal, sino que sigue
llena
de amor y compasión hacia ellos y no deja de ayudarles,
principalmente por su intercesión:
"Ella no cesa de derramar sobre los pueblos de la tierra y sobre
todas las clases sociales la abundancia de las gracias. [. .. ] Reina más
que ninguna por la elevación de su alma y por la excelencia de los
dones divinos, Ella no cesa de conceder todos los tesoros de su
afecto y de sus dulces premuras a la mísera Humanidad. Lejos de
estar fundado sobre las exigencias de sus derechos y de un altivo
dominio, el Reino de María no tiene más que una aspiración: la
plena entrega de Sí en su más alta y total generosidad" (42).
Al igual que el Reinado de Cristo tiene no sólo una proyec­
ción sobre los corazones, sino también sobre las sociedades
(Reinado Social de Cristo, conforme a la enseñanza de Pío XI en
Quas Primas), lo mismo sucede con la Realeza de Maria: Ella
reina sobre la sociedad humana, como Soberana en todo y en
todos, en las familias, en las clases y gremios sociales, en todas
las actividades públicas y,
en conjunto, en toda la Patria, tal como
les dijo Pío XII a los brasileños en 1954 ( 43). Por eso, Maria,
"Reina
de la paz y del mundo" ( 44), que ha recibido de Dios el
oficio regio
de velar por la unidad y la paz del género humano,
trata de guiar a los jefes de las naciones y los corazones de los
pueblos hacia la concordia y la caridad ( 45), así
como de abrir las
(42) Aloe. Le testimoníanze en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 748;
BAC 922.
(43) Rm. Embora, al Congreso Mariano del Brasil, 7-JX-1954; NS 675; BAC 898.
( 44) Rm. Bendito seja o Senbor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 415; BAC 737.
(45) Aloe.
Le testimonianze, en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 741;
BAC 920.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
sendas de la fe a cuantos aún no conocen a su divino Hijo ( 46),
incluso interviniendo prodigiosamente para la implantación, la
consolidación y la defensa de la fe católica, según lo decía ya San
Cirilo
de Alejandría ( 47).
2. Reina de la Paz
El de Maria es un poder inmenso de intercesión como Madre,
dirigido a la salvación
de sus hijos los hombres ( 48); por lo tanto,
Ella goza
de una potestad regia a la par que está animada de
amor materno ( 49). Su "clemente y materno imperio" es una
potestad de mediación, capaz de llevarla a ser "Mediadora de
paz" en los conflictos entre los hombres (50), precisamente por­
que es Mediadora ante Dios en favor de los hombres. Esta potes­
tad de mediación, como ya hemos visto antes, se efectúa en la
distribución de las gracias, en el ejercicio de la intercesión ante
el Señor y en su auxilio seguro y bondadoso en todas las nece­
sidades (51).
En los primeros tiempos
de la II Guerra Mundial, Pío XII
exhortaba encarecidamente a los hijos de la Iglesia en el mundo
a "reunirse en apretado haz junto al altar de la Virgen Madre de
Dios todos los dias del próximo mes, a Ella consagrado, para ele­
var suplicantes plegarias" (52). Invocándola
en varias ocasiones
como "Reina de la Paz" y "Reina de la Paz y de la Misericordia",
afirmó su protección y piadosa intercesión
para calmar los odios
(46) Aloe. Le testimonianze en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 752;
BAC 923.
(47) Rm. Venerables hermanos, al Congreso Mariano de México, 12-X-1945;
NS 400; BAC 729.
(48) Aloe. Dans l'Encyclique, a las Hijas de María, 17-VIl-1954, n. 5; NS 648;
BAC 884.
(49) Carta Ene. Ad Coeli Reginam, 11-X-1954; NS 710; BAC 902.
(50) Carta Ene. Ad Coelt Reginam, 11-X-1954 NS 718; BAC 904.
(51) Carta Ap. Mater spei et gratiae, al cardenal Villanueva, 24-IX-1945; NS
398; BAC 7'1:7.
(52) Carta Ap. Superiore anno, al cardenal Maglione, 15-IV-1940, n. 2; NS
355; BAC 670.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
y los rencores entre los hombres y que pudiera brillar la aurora
de la paz (53). En 1942, cuando consagró el mundo a su Inma­
culado Corazón,
en medio del fragor del conflicto le pedía la paz
universal: "Compadeceos de tantas ruinas materiales y morales;
de tantas aflicciones, de tantas angustias de padres y madres, de
esposas, de hermanos, de niños inocentes; de tantas vidas sega­
das
en la flor de la edad; de tantos cuerpos desmenuzados en
horrible carnicería; de tantas almas atormentadas y agonizantes,
de todas aquellas que están en peligro de perderse eternamente.
Vos, ¡oh Madre de misericordia!, alcanzadnos de Dios la reconci­
liación cristiana
de los pueblos [. .. ]!" (54). Tanto el mensaje de
Fátima como el de Lourdes guardan estrecha relación con el tema
de la paz, por lo que Pío XII indicó que se debía escuchar la lla­
mada de la Virgen a la oración y la penitencia, a la confianza y a
rogar por la paz universal (55).
En 1948 pedía
que a las públicas oraciones elevadas durante
el mes de mayo correspondiese
un despertar de vida cristiana y
que ese año se encomendase especialmente la situación de Pales­
tina, entonces candente
por la creación del Estado de Israel y el
inicio de los duros conflictos entre árabes y judíos, y rogaba
que
se suplicase a la Virgen un arreglo justo y el triunfo de la concor­
dia y la paz (56).
Ciertamente, María tiene poder para que este mundo sin paz
y martirizado por los odios y la división, que deben su origen al
debilitamiento de la fe y a la pérdida del sentido del amor y de
la fraternidad
en Cristo, pueda retornar al calor del afecto y de la
vida
en los corazones humanos (57). Siendo como es "Reina de
la paz y del mundo", hay que rogarle que ayude a éste a encon-
(53) Por ejemplo, Aloe. a los peregrinos genoveses, 21-IV-1940; NS 367.
(54)
Rm. Benedtctte Deum, para el 25º aniversario de las apariciones de
Fátima, 31-X-1942, n. 4; NS 375-376; BAC 707.
(55) Rm. Benedícite Deum, para el 252 aniversario de las apariciones de
Fátima, 31-X-1942, n. 4; NS 373-380: BAC 707.
(56)
Carta Ene. Auspiciaquaedam, 1-V-1948, nn. 3-4: NS 447-448; BAC 772-773.
(57) Aloe. Commossí, a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, 1-XI-
1950; NS 533; BAC 814.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
trar la paz y a resurgir de sus ruinas (58), porque Ella ha recibi­
do de Dios el oficio regio de velar por la unidad y la paz del
género humano, y tratará
de guiar a los jefes de las naciones y
los corazones
de los pueblos hacia la concordia y la caridad (59).
Desde los momentos
en que este Papa cogió el timón de la
Iglesia
en 1939, cuando se terminaba de fraguar la II Guerra Mun­
dial y finalmente estallaba, hasta los últimos tiempos
de su Ponti­
ficado, la preocupación
por la paz fue una constante en él. Al
final de su Pontificado, dirigiéndose al X Congreso Mariano Inter­
nacional
en septiembre de 1958, aludía al acoso de los poderes
del Infierno contra el bien
de la Humanidad y, entre otros ele­
mentos
de este ataque, se refería a la excitación de los odios
sociales y las tensiones y las discordias existentes en el mundo;
por eso animaba a los fieles a pedir la paz de Cristo para los cora­
zones de los hombres y para sus relaciones sociales e interna­
cionales, a solicitar el Reino de Cristo y a hacerlo a través de la
intercesión maternal de María, como "muy dulce Madre y muy
poderosa Abogada" y como "Soberana de los Ángeles y Reina de
la Paz" (60). Muy poco antes, advertía que, si bien no existía en
ese momento un gran choque bélico mundial entre los pueblos,
sin embargo
no reinaba aún la paz justa entre los hombres ni un
fraterno entendimiento (61).
Hay que tener en cuenta los años de tensiones que enmar­
caron el Pontificado de Pío XII: la II Guerra Mundial entre 1939
y 1945, justamente al principio, y luego la "Guerra Fría" y los
enfrentamientos locales derivados
de ella, tales como la terrible
Guerra de Corea; a todo esto se sumaron las guerras de inde­
pendencia de
las antiguas colonias europeas, especialmente en
África, y la subversión marxista en Asia y América, que trataba de
hacer saltar a continentes enteros azuzando el odio de clases
ante, indudablemente, salvajes injusticias sociales, pero de las
(58) Rm. Bendito seja o Senhor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 415; BAC 737.
(59) Aloe.
Le testimonianze, en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 741;
BAC 920.
76
(6o) Rm. al X Congreso Mariano Internacional, 17-IX-1958, NS 848-850.
(61) Carta Ene. Meminíssejuvat, 14-VII-1958; NS 845.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
cuales quedaría demostrado que el remedio mejor no serían ni
los conflictos armados, ni la estrategia del terrorismo y la guerri­
lla, ni las situaciones de inestabilidad y huelgas desastrosas, ni el
propio comunismo en el poder.
Es importante tener presente esta consideración que Pío XII
hace de la Realeza de María como garantía de la paz universal:
"Creemos también que esta fiesta [de Santa María Reina], ins­
tituida con esta carta encíclica, para que todos reconozcan más
claramente y honren con más cuidado el clemente y materno
imperio de la Madre de Dios, contribuirá mucho para que se con­
serve, se consolide y se haga duradera la paz de los pueblos,
amenazada casi a diario con acontecimientos plenos de ansiedad.
¿No
es Ella el arco iris puesto sobre' las nubes hacia Dios como
señal de pacífica alianza? [. . .] De modo que el que honra a la
Señora de los Cielos y de los mortales -y nadie se tenga exen­
to de este título de reconocimiento y de amor-invóquela como
Reina muy excelsa, Mediadora de paz; respete y defienda la paz,
que no es lo mismo que injusticia impune ni licencia desenfre­
nada, sino
más bien concordia bien ordenada bajo el signo y
mando de la Voluntad de Dios; a fomentar y hacer crecer tal
concordia
nos impulsan las maternales exhortaciones y órdenes
de la Virgen Maria" (62).
La Virgen Santísima, como Madre de Dios y Madre de los hom­
bres,
es la "Reina de la Paz", "Mediadora de la Paz", "Maestra de la
Paz" y "Guía de la Paz" para los
pueblos y sus gobernantes. A Ella
deben acudir la Iglesia y todo el género humano para obtener de
Dios este bien tan preciado, así como un primer estadio indispen­
sable: la paz del propio corazón. Desde luego, un medio magnífi­
co para solicitar de María el don de la paz, tanto individual y fami­
liar
como social y universal, será el rezo del Santo Rosario (63). Y
sólo
en la paz con Dios y en el respeto a la justicia y a la ley eter­
na será posible cimentar el edificio de la paz mundial (64).
(62) Carta Ene. Ad Coelt Reginam, 11-X-1954 NS 718; BAC 904.
(63) Rrn. Magnificat antma, a los peregrinos de Fátima, 13-X-1951, n. 3; NS
565; BAC 833.
(64) Rrn. Magnijicat anima, a los peregrinos de Fátima, 13-X-1951, n. 3; NS
566; BAC 833.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
3. Reina y protectora de los cristianos
Maria Santísima es una Madre y Reina poderosa, tanto que
Pío XJI infundía ánimos al pueblo ruso frente a la persecución
comunista exhortándole a confiar
en Ella, porque "si María inter­
pone su poderoso patrocinio, las fuerzas del infierno no podrán
prevalecer" (65).
La Realeza de Maria es victoria: Ella triunfa con Cristo sobre
el pecado y sobre el demonio (66), y es así "vencedora de todas
las batallas
de Dios" (67). El Papa solicitó su mediación en las
guerras con sus terribles consecuencias, la desunión universal, las
diversas calamidades y angustias, los ataques contra la verdad y
la virtud, la corrupción
de costumbres ... (68). De un modo sin­
gular,
puede frenar la persecución contra la fe y auxiliar a aque­
llos cristianos
que la sufren en diferentes partes de la Tierra,
sobre todo en el bloque comunista (69), y por eso le ruega:
"Reinad sobre la Iglesia
[. .. ]. Mas reinad especialmente sobre
aquella parte de la Iglesia que está perseguida y oprimida, dán­
dole fortaleza para soportar las contrariedades, constancia para
no ceder a injustas presiones, luz para no caer en las asechanzas
(65) Carta Ap. Sacro vergente anno, al pueblo ruso, 7-VII-1952; NS 574;
BAC 843.
(66) Rm. Bendito seja o Senbor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 412; BAC 737. Carta Ene. Fu/gens Corona, 8-IX-1953,
n. 8: NS 603: BAC 855.
(67) Rm. Benedtcite Deum, para el 2511 aniversario de las apariciones de
Fátima, 31-X-1942, n. 4; NS 373; BAC 707.
(68) Carta Ap. Superiore anno, al cardenal Maglione, 15-N-1940, n. 2; NS
355; BAC 670. Aloc. a los peregrinos genoveses, 21-N-1940; NS 367. Carta Ap.
Dum saeculum, al cardenal Maglione, 15-N-1942, n. 2; NS 370; BAC 699. Carta
Ap. Exofficiis litteris, al obispo de Autún, 15-1-1948; NS 442; BAC 769. Const. Ap.
Muniftcenttssimus Deus, 1-XI-1950, n. 1; NS 482; BAC 795. Carta Ene. Ingrnen­
tíum malorum, sobre el Santo Rosario, 15-IX-1951, n. 3; NS 550; BAC 827. Aloe.
Dal nostro cuore, a los fieles de Roma, 10-11-1952; NS 567; BAC 835. Carta Ene.
Ad Coeli Reginam, 11-X-1954; NS 677; BAC 899. Aloe. Le testimonianze en la
Basilica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 742; BAC 921.
(69) Asi, Carta Ene. Ingruentium malornm, sobre el Santo Rosario, 15-IX-
1951, n. 6; NS 559; BAC 830.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIAN.:A.
del enemigo, firmeza para resistir a los ataques manifiestos, y en
todo momento, fidelidad inquebrantable a vuestro Reino" (70).
Maña, pues, es Patrona y Protectora del pueblo cristiano ante
todos los peligros
que le acechan, tanto desde la hostilidad externa
como desde
las herejías que amenazan con romper su unidad y
manchar el depósito
de la fe. Todo ello quedó claro en la Consa­
gración del
mundo a su Imnaculado Corazón en 1942, cuando Pío
XII le encomendó "la libertad completa" de la Iglesia de Dios fren­
te a sus enemigos
y para que aumentasen en los fieles el amor a la
pureza, la práctica de la vida cristiana y el celo apostólico (71). Por
eso mismo, muchas veces le rogaba por la Iglesia perseguida (72).
La devoción mariana es una garantía para que se conserve la
fe de los pueblos católicos, como se lo indicó Pío XII a los mexi­
canos y a los colombianos (73):
cuando se reconocen su Realeza
y
su Maternidad, la pureza y la integridad de la santa fe quedan
a salvo (74). Además, María, "Señora de la Salud", salva a todo el
pueblo cristiano, al que ha protegido continuamente en las des­
gracias y calamidades (75).
Allí donde se honra a la Santísima
Virgen, florece
la felicidad, porque se reúne un gran tesoro (76).
4. Protección de María frente al laicismo
Una de las intenciones fundamentales de Pío XI al instituir la
fiesta
de Jesucristo Rey y promulgar el magnífico texto de Qua,s
Primas, fue poner un freno al laicismo moderno que avanzaba
(70) Aloe. Le testimonianze, en la Basilica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 753; BAC 923.
(71)
Rm. Benedícite Deum, para el 2~ aniversario de las apariciones de Fátima, 31-X-1942, n. 4; NS 379; BAC 707.
(Ti) Así, Carta Ene. Memtntssejuvat, 14-VII-1958; NS 846. (73) Rm. Venerables hermanos al Congreso Mariano de México, n. 4, 12-X-1945, n. 4; NS 403; BAC 731. Rm. Entre los primeros, al Congreso Mariano de Colombia, 19-VII-1946, n. 1; NS 417; BAC 740.
(74)
Rm. Venerables hermanos al Congreso Mariano de México, n. 4, 12-X-1945, n. 5; NS 404; BAC 732.
(75) Carta Ap.
Suavissima inter, 2-II-1947; NS 423; BAC 744. (76) Rm. a los fieles del Ecuador, 22-N-1956; NS m.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
en el mundo. Algo semejante quiso hacer Pío XII con la Realeza
mariana. Y
es que la Santísima Virgen, ciertamente, es un obstá­
culo no sólo frente al ateísmo (o antiteísmo) marxista, sino asi­
mismo ante el materialismo creciente de la sociedad occidental
en expansión por el mundo entero (77); dificulta también las con­
juraciones del reino del mal
que actúa con estrategia infernal para
destruir el Reino de Dios, la fe y la moral (78). Sus virtudes, en
definitiva, son el mejor antídoto contra todos estos males, naci­
dos en buena medida de la soberbia del hombre contra Dios:
"En nuestro siglo, sobre todo, frente a las pretenciosas y paga­
nas doctrinas, que ensalzan la grandeza del hombre conculcando
los derechos soberanos de Dios y los designios de su Misericordia,
la devoción mariana
ha de ser para todo cristiano un toque eficaz
que haga prevalecer lo divino en nuestra vida y la disponga a todo
lo que eso significa. ¿La Madre del Verf.x> encamado no canta en
todos sus misterios el más resonante triunfo del amor del Salvador
sobre una humilde creatura? A todos los que, ideológicamente
extraviados o
de pasiones desordenadas, buscan, dudan, se deba­
ten o abandonan, presentemos a María •bendita entre todas las
mujeres•, radiante de humildad,
de pureza y de caridad, prevenida
por los méritos de su Hijo con la luz de la gracia" (]9).
5. Reina de las Patrias
María protege y socorre también a la Patria y hace triunfar en
ella el mensaje de su divino Hijo (80). Como reina sobre la socie­
dad humana, reina en la Patria (81), y por eso se le puede llamar
(77) Rm. a los católicos suizos, 16-V-1954; NS 643; BAC 879. Rm. Depuis le
8 décembre, al Congreso Mariano de Bélgica, 5-IX-1954; NS 668; BAC 891.
(78) Rm. Bendito seja o Senbor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 5; NS 416; BAC 738.
(79) Carta Ap. Mu/tiples etfec 1950; NS 462.
(80) Aloe. Commossí, a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, 1-Xl-
1950;
NS 538; BAC 815. Rm. y Carta Je me suis élevée, al Congreso Mariano
Llbanés, 18-X-1954; NS 727; BAC 915.
(81)
Rm. Embora, al Congreso Mariano del Brasil, 7-IX-1954; NS 675; BAC 898.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA .MARIANA
"Reina de Francia", "Reina de España", "Reina de México", "Reina
de Colombia", "Reina de Venezuela", etc. A la vez que ampara así
el amor a la Patria y un patriotismo natural y cristiano, es capaz
de inspirar el amor fraterno entre los distintos pueblos y nacio­
nes y
puede hacer que se superen las rivalidades que los divi­
den (82). María, "Reina de la paz y del mundo" (83) y "Sede de
la Sabiduría", que ha recibido de Dios el oficio regio de velar por
la unidad y la paz del género humaoo, trata de guiar a los jefes
de las naciones y los corazones
de los pueblos hacia la con­
cordia y
la caridad: de ahí la necesidad de invocar el Reino de
María (84).
Pío
XII ofrece toda una serie de referencias a la Santísima
Virgen como Reina de las diversas Patrias:
nos fijaremos en
algunas de ellas y en los continentes a los que pertenecen. Y
cabe comenzar
por Europa, pues los Pontífices Romanos de la
época contemporánea han mostrado un hondo sentido euro­
peo y han reafirmado las raíces cristianas del continente y de
toda la civilización occidental, precisamente cuando uno y otra
se han ido apartando cada vez más de los valores auténticos
que constituyen su ser. Europa debe mucho a la Virgen María
y Pío
XII recordó que las victorias de Lepanto y Viena en el
siglo XVI, ante la amenaza turca, se alcanzaron por su interce­
sión (85).
Pío XII es un Papa enormemente vinculado a las apariciones
de la Santísima Virgen en Fátirna. Con este motivo y con respec­
to al carácter cristiano y mariano
de Portugal, tiene frases precio­
sas como éstas: "la Virgen Santa María y el Vicario
de Cristo en la
Tierra, dos devociones profundamente portuguesas, y siempre,
desde los primeros albores de la nacionalidad, en el afecto del
fidelísirno Portugal, unidas desde cuando las tierras reconquista­
das, núcleo de la futura Nación, fueron consagradas a la Madre
(82) Así, Aloe. Nostispro/ecto, al Consistorio, 30-X-1950, n. 4; NS 4n; BAC 793.
(83) Rm. Beruiito seja o Senbor, para· la coronación de Nuestra Sefi.ora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 415; BAC 737.
(84) Aloe. Le testimonianze, en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 741;
BAC 920.
(85) Aloe. a los peregrinos genoveses, 21-IV-1940; NS 367.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
de Dios como tierra de Santa Maria, y el reino, apenas constitui­
do, fue puesto bajo la égida
de San Pedro" (86).
El Papa incidió en la mirada amorosa de la Virgen sobre
Portugal,
que se hizo patente al visitar Maria aquella Nación
0917), que entonces se hallaba bajo dominio masónico, y a la
que consiguió llevar en poco tiempo a una era de renacimiento
bajo la guía segura, prudente, honesta y eficaz de Oliveira
Salazar. Aunque no le mencione expresamente en el texto, es evi­
dente la alusión implícita, sobre todo a él, pero también a sus
colaboradores y a los militares que,
de la mano de los generales
Gomes
da Silva y Carmona, les prepararon el camino: "Vosotros
Dos portugueses] tenéis una gran deuda para con la Virgen,
Señora y Patrona
de vuestra Patria. En una hora trágica de tinie­
blas y desvarios, cuando la nave del Estado portugués, perdido
el rumbo
de sus más gloriosas tradiciones, desgarrada por la tor­
menta anticristiana y antinacional, parecía correr a seguro nau­
fragio, [. .. ] el Cielo previó e intervino piadoso, y de las tinieblas
brilló la luz, del caos surgió
el orden, la tempestad amainó en
bonanza, y Portugal pudo encontrar y reanudar el hilo perdido
de sus más bellas tradiciones de Nación fidelísima, para conti­
nuar, como en los días en que _"en la pequeña casa lusitana» no
faltaban •cristianos atrevimientos• para •dilatar la ley de la vida
eterna•,
en su ruta de gloria de pueblo cruzado y misionero.
Honor a los beneméritos
que fueron el instrumento de la
Providencia para tan grande empresa; pero antes, gloria,_ bendi­
ción y acción de gracias a la Virgen Nuestra Señora, Reina y
Madre de su tierra de Santa María" (87).
Pío
XII recuerda a continuación que ya Pío XI había expre­
sado
en 1934, en su carta apostólica Ex o.fficiosis litteris, los bene­
ficios
de la Virgen para con Portugal por estos hechos, e insiste
en que el país goza actualmente de una "maravillosa paz" y de
una "atmósfera de milagro" que además le está preservando de
(86) Rm. Benedicite Deum, para el 2511 aniversario de las apariciones de
Fátima, 31-X-1942, n. 1: BAC 704.
(87) Rm. Benedícite Deum, para el 2511 aniversario de las apariciones de
Fátima, 31-X-1942, n. 2; BAC 705. Las cit.as que hace son de Luis de Camoens, Os
Lusiadas, cant. 7, oct. 3 y 14.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
la II Guerra Mundial en curso. Más aún, como Portugal "florece
en esta primavera perfumada de vida católica, prometedora de
los mejores frutos, hoy, con mucha más razón, debemos confe­
sar que la Madre de Dios nos llenó de beneficios realmente extra­
ordinarios, y a vosotros os incumbe el sagrado
deber de rendirle
infinitas gracias" (88).
El Papa recuerda, en efecto, todos los actos del año jubilar,
en los que la Nación portuguesa se ha volcado; ha sido una
inmensa manifestación de fe, e indica con especial entusiasmo y
cariño la aportación de los niños y de los humildes (89). Exhorta
a proseguir escuchando el mensaje
de la Virgen y su llamada a la
oración y
la penitencia, a la confianza y a rogar por la paz uni­
versal, como "Reina del Santísimo Rosario", "Auxilio de los cris­
tianos",
"Refugio del género humano", "Vencedora de todas las
grandes batallas de Dios" y "Reina de la paz", a la que le consa­
gra precisamente el
mundo (90).
En 1946,
de cara a la coronación de la imagen de Nuestra
Señora de Fátima, recordó nuevamente esos inmensos beneficios
otorgados por la "Inmaculada Reina y Patrona de Portugal" a esta
Nación católica. Ciertamente, la Virgen hizo con Corazón mater­
nal y compasivo "el prodigio de Fátirna", y la verdad es que el
pueblo lusitano ha respondido con auténtica devoción y grati­
tud (91). La protección de Nuestra Señora sobre Portugal se ha
extendido a lo largo
de "ocho siglos de beneficios", y en los últi­
mos treinta años se ha hecho evidente
una vez más, porque a las
agudas crisis sufridas
han sucedido grandes dones; y todo ello,
por supuesto, debe hacer ver la Cava de Iría como "una fuente
manante de gracias celestiales, de prodigios del orden físico y
mucho más
de milagros morales, que de alú fluyen a torrentes
(88) Rm. Benedtcite Deum, para el 252 aniversario de las apariciones de
Fátima, 31-X-1942, n. 2; BAC 705.
(89)
Rm. Benedicite Deum, para el 252 aniversario de las apariciones de
Fátima, 31-X-1942, n. 2; BAC 705.
(90)
Rm.. Benedícite Deum, para el 252 aniversario de las apariciones de
Fátima, 31-X-1942, n. 4; NS 373-380; BAC 707.
(91)
Rm. Bendito seja o Senhor, para la coronación de -Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. I; NS 407-408; BAC 734.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
sobre todo Portugal y, rompiendo las fronteras, se esparcen por
toda la Iglesia y por el universo entero" (92).
Por eso, el agradecimiento
de Portugal ha sido no sólo una
exigencia en justicia, sino que se ha convertido en una realidad,
tanto cuando hace trescientos años el rey proclamó a María Reina
y Patrona, como ahora: "Hoy todos vosotros, todo el pueblo de
la tierra de Santa María, con sus pastores, con su gobierno, a las
fervorosas oraciones, a los sacrificios generosos, a las solemnida­
des eucarísticas, a los mil homenajes que os sugirió el amor filial
y agradecido, habéis unido la preciosa corona
con la que habéis
ceñido las sienes de Nuestra Señora de Fátima; en ese oasis ben­
dito, impregnado de lo sobrenatural, en donde más palpable­
mente se experimenta su prodigioso patrocinio;
en donde todos
sentís más próximo su Corazón Inmaculado, que palpita de
inmensa ternura y maternal solicitud
por vosotros y por el mundo
entero" (93).
En 1950, dirigiéndose a los católicos franceses
en la canoni­
zación
de Juana de Francia, les recordó que la historia de su
Patria está
por entero tejida de las gracias y de los favores de
María, razón
por la cual debían seguir esforzándose en la defen­
sa de Ella misma y
de la fe (94). Pero esa mirada maternal de la
Virgen sobre Francia, como Reina y Patrona, también se
la trajo
a la memoria
en más textos (95). En ese país, donde el culto
mariano se remonta a los orígenes de su evangelización, existen
numerosos santuarios dedicados a la Santísima Virgen y catedra­
les famosas bajo su advocación; santos naturales de aquellas tie­
rras, como San Bernardo, la
han cantado con fervor, además de
haberla invocado príncipes, pastores y fieles innumerables, y se
han realizado peregrinaciones y romerías; y
en el siglo XIX, tras la
(92) Rm. Bendito seja o Senhor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 2: NS 410: BAC 735.
(93) Rm. Bendito seja o Senhor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 3: NS 411; BAC 736.
(94) Aloe. La Pentecóte, en la canonización de Juana, reina de Francia, 29-
V-1950; NS 458; BAC 787.
(95) Por ejemplo, Carta Ap. Multiples et fecondes, al Congreso Mariano de
Rennes,
30-VI-1950; NS 460, 461 y 463.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
Revolución de 1789 y otros acontecimientos agitados, la Madre
del Redentor
no dejó de acudir en ayuda de sus hijos franceses
y se apareció
en varios lugares, como en París a Santa Catalina
Labouré y
en Lourdes a Santa Bemardita (96).
Por lo
que se refiere a España, en el radiomensaje dirigido al
Congreso Mariano Nacional de 1954 hizo un repaso de los san­
tuarios consagrados a la Virgen en nuestra Patria y llamó la aten­
ción sobre El Pilar de Zaragoza, un lugar privilegiado en el amor
maternal
de Maria y en el que está presente toda la Hispanidad;
cita asimismo a algunos
de los grandes pintores y escultores
españoles
que han representado la belleza de la más bendita
entre las mujeres y todo ello le hace afirmar: "España ha sido
siempre, por antonomasia, la «tierra de María Santísima•, y no hay
un momento de su Historia, ni un palmo de su suelo, que no
estén señalados con su nombre dulcísimo" (97).
En el Congreso
de 1954 se realizó la Consagración de España
al Inmaculado Corazón de María, ceremonia y acto de piedad y
de entrega total que el Papa puso en relación con la promoción
de esta devoción por San Antonio María Claret (a quien él había
canonizado),
de una parte, y con la Consagración de España al
Sagrado Corazón
de Jesús en el Cerro de los Ángeles en 1919, por
otro lado (98). ·Aquella consagración en el Cerro de los Ángeles
fue realizada
por el rey Alfonso XIII; destruido el monumento del
Sagrado Corazón por las milicias "rojas" (así autodenominadas)
en 1936, fue reconstruido al término de la Guerra de España y
Franco renovó la Consagración. En 1926 se
había instalado ade­
más una comunidad de monjas carmelitas, a raíz de la inspiración
que tuvo Santa Maravillas de Jesús en su convento de San Lo­
renzo de El Escorial (99); teniendo que huir en 1936, regresaron
igualmente
en cuanto pudieron tras el fin del conflicto. Hoy es
(96) Carta Ene. Le Pelerinage, a los cardenales y obispos de Francia, 2-Vll-
1957:
NS 794-796.
(91) Rm. QuiénNospudtem, al Congreso Mariano Español, 12-X-1954; BAC 905.
(98)
Rm. Quién Nos pudtera, al Congreso Mariano Español, 12-X-1954; NS
720-723 BAC 906.
(99) Recibió la inspiración en 1923; ,en 1924 se establecieron ya algunas reli­
giosas
en Getafe, mientras se construía el convento.
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·sAN11AGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
uno de los centros neurálgicos de reparación y de vida espiritual
cristiana en España, precisamente situado en su centro geográfi­
co. No pocos valores comunes encuentra con el Valle de los
Caldos, donde se alza el monumento a la Santa Cruz de mayores
dimensiones
en todo el mundo y una comunidad de monjes
benedictinos ruega
por la paz de España y del mundo, así como
por las almas de todos los caídos en ambos bandos en aquella
Guerra de 1936-39.
También
en 1954, al dirigirse al Congreso Mariano de Bélgica,
afirmó que este país es asimismo "una tierra mariana", como lo
testifican las estatuas milagrosas que desfilaron triunfalmente en
la llanura de Koekelberg con motivo de la reunión (100). Tal de­
voción del pueblo se refleja además
en los diferentes vocablos con
que la invocan los belgas (101) y en que ahora, como prueba de
su reconocimiento, desean realizar un acto de Consagración,
poniendo bajo su égida las actividades personales, familiares y
nacionales (102). Entre otros frutos, el Papa augura
un floreci­
miento vocacional y reconoce "el magnífico esfuerzo misionero
de Bélgica" en África y en muchos puntos más del globo, lo cual
es una "gloriosa tradición"
que testimonia la vitalidad del catoli­
cismo belga (103).
Cabria referirse a otros textos
de Pio XII para los italianos, los
suizos, los peregrinos
de Lichtenstein, etc., con alusiones a la
devoción mariana en sus países, pero no lo hacemos para no ser
prolijos.
Por otra parte, Pío XII mostró una preocupación y un amor
muy importantes por la "Iglesia del silencio" y por las naciones
sufrientes bajo la bota soviética. De
un modo especial, relacionó
la historia religiosa de Polonia y sus esperanzas con su tradicio-
(100) Rm. Depuís le 8 décembre, al Congreso Mariano de Bélgica, 5-IX-1954;
NS 665; BAC 891.
(101)
Rm. Depuís le 8 décembre, al Congreso Mariano de Bélgica, 5-IX-1954;
NS 666; BAC 891.
(102)
Rm. Depuís le 8 décembre, al Congreso Mariano de Bélgica, 5-IX-1954;
NS 667; BAC 892.
(103)
Rm. Depuís le 8 décembre, al Congreso Mariano de Bélgica, 5-IX-1954;
NS 670; BAC 892.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
na! devoción mariana: Maria es "la celestial Reina de Polonia",
venerada
de una manera muy particular en Czestochowa, y la
Consagración de la Nación a su Inmaculado Corazón
en 1945
debe hacer que los polacos busquen su fuerza y encuentren su
refugio
en Ella, la cual se ha mostrado "terrible como un ejército
en orden de batalla" a la hora de defender los derechos de su
divino Hijo (104).
Si esta exhortación la hizo en 1948, en los ini­
cios aún de la dominación marxista, en 1951 recordó nuevamen­
te el amor del pueblo polaco a Maria y su devoción ya antigua al
misterio
de su gloriosa Asunción; el Papa expresó a los obispos
también "nuestro profundo amor hacia Polonia, siempre tan
valiente
y fiel", y les animó a reavivar su confianza en la Virgen
para soportar "las dificultades actuales", "como buenos soldados
de Cristo", sin dejarse vencer por el abatimiento (105. Ella, que
en otras ocasiones ha soconido a la Nación polaca, no dejará de
hacerlo ahora (lo6). ¿Quién podía entonces imaginar que de un
futuro Papa polaco, hondamente mariano y enamorado de Fátima,
vendría la caída del comunismo tras el ''Telón de Acero"?
A la Polonia
mártir, que ha sufrido tantas veces en la Historia
y
en poco tiempo conoció la ocupación nazi y la soviética, Pío XII
trataría de infundirle ánimos otra vez mencionando expresamen­
te a
María como su Reina en 1955. Ella, que siempre estuvo pre­
sente para salvar al pueblo polaco en sus vigorosas vicisitudes y,
junto con la unión de la católica Polonia con la Santa Sede, "cons­
tituye para los polacos
un honor sumo y un válido acicate para
resistir denodadamente a la perversidad del ateísmo, que,
por
desgracia, nada deja de intentar para debilitar y corromper esta
Nación, tan ferviente seguidora
de la religión católica" (107).
Pío
XII consagró Rusia al Inmaculado Corazón en 1952, tra­
tando de responder a la petición
de la Virgen en Fátima, si bien
(104) Carta Ap. Flagrantt semper animi, al Episcopado polaco, 18-1-1948; NS
444. La cita e.s de Cant. 6, 3,
(105) Carta Ap. Cum iam lustri abeat, al episcopado de Polonia, 1-IX-1951;
NS 541-543.
(106) Carta Ap. Cum iam lustri abeat, al episcopado de Polonia, 1-IX-1951;
NS 544-545.
(107) Carta Ap. Gloriosam Regtnam al Episcopado polaco, 8-XTI-1955; NS
768-770; la cita, NS 769.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
no se cumplieron plenamente todos los requisitos por Ella indi­
cados (108). En la carta apostólica Sacro vergente anno que diri­
gió entonces a los pueblos
de Rusia, hizo referencia a la devo­
ción mariana existente entre ellos e hizo ver que, detrás del ateís­
mo militante que allí intentaba extirpar de los corazones de los
ciudadanos la religión y la virtud cristianas, se hallaba el mismo
Satanás como promotor,
pero que las puertas del Infierno no
podrían nada si María interponía su patrocinio (109). Tan arrai­
gado está
· el amor de los rusos a la Virgen, que incluso en el
Kremlin se construyó
un templo (cerrado al culto divino por las
autoridades marxistas) dedicado a
su Asunción a los Cielos (llO).
El Papa, lejos de dejarse arrastrar por el odio, en el texto de la
Consagración
de Rusia al Inmaculado Corazón pedía: "Dígnese
nuestra amorosísima Madre mirar también con ojos benignos a
aquellos
que organizan las formaciones de los ateos militantes
y les prestan
todo género de ayuda, con la luz que viene de lo
alto y dirigir con la gracia divina sus corazones hacia la salva­
ción"
(1 ll).
De un modo genérico, Pío XII encomendó varias veces a la
Virgen la "Iglesia del silencio", la "Iglesia perseguida" por el co­
munismo
en los países del este de Europa. Lo hizo en la Consa­
gración del mundo al Inmaculado Corazón
en 1942 de forma
implícita
(ll2) y en otras ocasiones de manera más o menos
clara
(ll3).
(108) Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón, unida a la Carta Ap.
Sacro vergente anno, al pueblo ruso, 7-VII-1952; NS 575-577; BAC 843.
(109) Carta Ap. Sacro vergenteanno, al pueblo ruso, 7-VII-1952; NS 573-574;
BAC 843.
(110) Carta Ap. Sacro vergente anno, al pueblo ruso, 7-VII-1952; NS 573;
BAC 843.
(111) Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón, unida a la Carta Ap.
Sacro vergente anno, al pueblo ruso, 7-VII-1952; NS 575; BAC 843.
(112) Rm. Benedicite Deum, para el 25r.i aniversario de las apariciones de
Fátima, 31-X-1942, n. 4; NS 378-379; BAC 707.
(113) Aloe. Nostisprofecto, al Consistorio, 30-X-1950, n. 4; NS 478; BAC 793.
Carta Ene. lngruentium malornm, sobre el Santo Rosario, 15-IX-1951, n. 6;' NS
559; BAC 830. Carta Ene. Ad Coelt Regtnam, 11-X-1954; NS 717; BAC 903. Aloe.
Le testimoníanze, en la Basílica de San Pedro, 1-XI-1954; NS 747; BAC 922. Carta
Ene. Meminíssejuvat, 14-VII-1958; NS 846.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
Por otra parte, a la par que reconociendo la independencia
de los Estados hispanoamericanos y el aprecio existente en ellos
hacia sus denominados "libertadores", Pío XII tenía gran estima a
la labor evangelizadora desempeñada por España y sus hijos
misioneros. Ciertamente, comprendía que éstos, inspirados por el
Espíritu Santo, plantaron en "las regiones colonizadas por la
madre España" el triple amor a la Eucaristía, a Maria y al Papa,
que ha permanecido firme frente a todas las tempestades (114).
Asimismo, recordó cómo la Cruz fue llevada al Nuevo Mundo
por
"las frágiles carabelas hispánicas" (115).
Pío XII muestra un afecto especial de devoción hacia Nuestra
Señora de Guadalupe, "Emperatriz de América y Reina de Méxi­
co",
que se apareció al "pobrecito Juan Diego" y dejó milagrosa­
mente grabada
en su "tilma" el testimonio de esa visita C este
joven indio ha sido elevado recientemente a los altares por Juan
Pablo II). La Virgen de Guadalupe ha tenido, tiene y tendrá una
influencia inmensamente beneficiosa para la Nación mexicana y
para todo el continente americano: "La amable doncellita pedia
una sede para desde ella mostrar y dar todo su amor y compa­
sión, auxilio y defensa a todos los moradores de aquella tierra y
a los demás que la invocasen y en Ella confiasen. Desde aquel
momento histórico, la total evangelización fue cosa hecha, y, lo
que es más, quedaba izada una bandera, alzada una fortaleza,
contra la que se romperían las iras
de todas las tempestades.
Estaba firmemente asentado
uno de los pilares fundamentales de
la fe en México y en toda América [. .. ]" (116).
La Virgen de Guadalupe es así la "excelsa Patrona" a la que
los mexicanos han recurrido siempre con fervorosa devoción y
confianza y por la que valientemente se lanzaron a la defensa de
la fe (en clara alusión a los "cristeros"), al doble grito de "¡Viva
Cristo Rey!" y "¡Viva la Virgen de Guadalupe!". Ella, por su parte,
(114) Rm. Entre los primeros, al Congreso Mariano de Colombia, 19-VII-1946,
n. 1; NS 418; BAC 740.
(115)
Rm. Venerables hermanos, al Congreso Mariano de México, 12-X-1945,
n. 3; NS 401; BAC 730.
(116) Rm. Venerables hermanos, al Congreso Mariano de México, 12-X-1945,
n. 3; NS 401; BAC 730.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, 0.S.B.
les infundió ánimos y finalmente ha llevado a una mejora de la
situación para la religión en México, pues es la garante de la con­
servación de la fe allí y en todo el continente (117). Cariñosa­
mente, el Papa la menciona también, al estilo mexicano, como "la
morenita de Tepeyac", y se alegra de que el Congreso Mariano
Nacional
de 1945 la haya aclamado como Sedes Sapientiae (118).
Pío
XII se refirió a la devoción mariana en otras naciones de His­
panoamérica, como Colombia, a la que definió "tierra de la Virgen"
y "jardin mariano", "un firme baluarte de nuestra santa fe en el con­
tinente americano" (119). Confirmó
que la Virgen del Carmen es
Reina de Colombia y exhortó a este pueblo a suplicarle la fe católi­
ca, la pureza
de costumbres y la santidad de vida, como fundamen­
to de la felicidad, del bienestar y de la alegria de sus gentes (120).
También dirigió
unas bellas palabras a los fieles que en 1952
asistieron a la coronación de Nuestra Señora de Coromoto, Patro­
na y Reina de Venezuela: definió a esta Nación como "tierra de
la Virgen", recordó la relación de toda América con la Virgen del
Pilar y les
exhortó a rogar a Maria por la Iglesia, por la libertad
para la educación cristiana, por la familia como célula funda­
mental
de toda sociedad, por la caridad y la justicia en las rela­
ciones socioeconómicas y para qu_e nunca arraigasen en Vene­
zuela doctrinas extrañas y que niegan las prerrogativas marianas
(parece una alusión principalmente a la infiltración, ya entonces,
de sectas protestantes) (121).
En 1954 recordó igualmente "la piedad del pueblo boliviano
hacia la Santisima Virgen",
con ocasión del II Congreso Mariano
Nacional
en la ciudad de Sucre (122), y alabó la devoción de los
(117) Rm. Venerables hermanos, al Congreso Mariano de México, 12-X-1945,
nn. 3-4; NS 402--403; BAC 730-731.
(118) Rm. Venerables hermanos, al Congreso Mariano de México, 12-X-1945,
nn. 4-5; NS 403--404; BAC 731-732.
(119) Rm. Entre los primeros, al Congreso Mariano de Colombia, 19-VII-1946,
n. 1; NS 417; BAC 740.
(120) Rm. Entre los primeros, al Congreso Mariano de Colombia, 19-VIl-1946,
n. 3; NS 420; BAC 742.
(121) Rm. Si siempre fue, para la coronación de la imagen de Nuestra Señora
de Coromoto (Venezuela) 12-IX-1952; BAC 845.
(122)
Carta Ap. La piedad del pueblo, al Congreso Mariano de Bolivia, 13-
Vlll-1954; NS 658; BAC 888.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
brasileños que le juraron redoblada fidelidad y amor como
"Inmaculada Reina y Patrona del Brasil" (123), después de indi­
carles
que éste nació a la sombra · de la Cruz y prosperó siempre
amparado
por la Madre Santísima (124). En abril de 1956 el Papa
se dirigió a los fieles del Ecuador y solicitó la benignidad de la
Virgen sobre este país (125),
y a los argentinos les ofreció un
breve repaso de su devoción mariana y de sus santuarios, de los
que destaca el de Luján, a la vez que rogaba a "Nuestra Señora de
la Emigración y de los Emigrantes" por los que allí estaban (126).
Por lo que toca a los países de América del Norte, elogió la
iniciativa del Congreso Nacional Mariano
de Canadá celebrado en
Ottawa en 1947 y advirtió las esperanzas que él tenía en la apor­
tación del "activo y floreciente Canadá" para
la restauración de
los valores cristianos en el mundo (127).
Pío
XII sentía una gran estima por el Próximo Oriente cris­
tiano y por el entusiasmo que en éste ha habido hacia la Virgen
Santísima
desde los orígenes de la Iglesia. Al Congreso Mariano
del Líbano
en 1954 le recordó que había sido en Éfeso, en
Oriente, donde se había definido dogmáticamente su Maternidad
divina, y cómo Ella misma había vivido en las tierras de Oriente,
además de hacer grandes loas de la Patria libanesa y de su devo­
ción mariana (128).
Por lo que atañe al Extremo Oriente, en 1946 publicó la carta
apostólica
Philippínas ínsulas, en la que se refería a los frutos de
la civilización cristiana y proponía a la Virgen como Modelo (129).
Al poco de terminar la II Guerra Mundial, Pío XII tuvo en 1947
un recuerdo lleno de cariño hacia el pueblo chino, donde la fe
católica se iba abriendo paso con cierta fuerza y había adquirido
(123) Rm. Embora, al Congreso Mariano del Brasil, 7-IX-1954; NS 675; BAC 898.
(124) Rm. Embora, al Congreso Mariano del Brasil, 7-IX-1954; BAC 897.
(125) Rm. a los fieles del Ecuador, 22-IV-1956; NS 773-777.
(126)
Rm. a los fieles de la Argentina, 2-XII-1956; NS 785-787.
(127) Carta Ap. Ad Octaviensi arcbtdioecesi, al cardenal Guigan, legado pon­
tificio del Congreso Nacional Mariano de Ottawa, Canadá, 25-III-1947; NS 424-425;
BAC 745.
(128) Rm. y Carta Je me suts elevée, al Congreso Mariano Libanés, 18-X-1954;
NS 725-728; BAC 914-917.
(129)
Carta Ap. Pbtltpptnas tnsulas, 31-VII-1946; NS 421-422; BAC 743.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
la admiración del presidente protestante Chiang Kai Chek y de su
esposa; dirigiéndose a los fieles
de la diócesis de Siüchow, men­
cionó
cómo ellos habían atribuido al Inmaculado Corazón de
María su salvación en los años del conflicto universal (130). En
1954 el
Papa también se refirió a la piedad existente en la India
católica hacia la Virgen,
como expresión de una fe íntegra (131).
En fin, Pío
XII ofreció en 1955 unas palabras de aliento a las
familias
de los soldados sudafricanos caídos en la II Guerra Mun­
dial y
que se hallaban en peregrinación en Roma; entonces les
propuso el ejemplo de María como Madre valiente al pie de su
Hijo muerto
en la Cruz (132). Tres años antes, había dirigido un
radiomensaje al I Congreso Mariano de Sudáfrica, proponiendo a
la
Vrrgen como Modelo de la mujer y recordando el pasado cristia­
no del continente, con una notable referencia a San Agustín 033).
6. Reinado en el campo del orden y de la justicia socia/(!S
Teniendo en cuenta que María es Consuelo de los afligidos y
Salud
de los enfermos, Pío XII exhortaba así tras la definición del
dogma de la Asunción:
"Y vosotros, más particularmente cercanos a nuestro corazón,
ansia atormentada de nuestros días
y de nuestras noches, solici­
tud angustiosa
de cada una de nuestras horas; vosotros, pobres,
enfermos, prófugos, prisioneros, perseguidos, brazos sin
trabajo y
miembros sin techo, que
sufñs, de cualquier fanúlia y de cualquier
país que seáis; vosotros, a quienes
la vida terrena parece dar sólo
lágrimas y privaciones, por muchos esfuerzos que
se hagan y se
deban hacer
para venir en ayuda vuestra, elevad vuestra mirada
hacia Aquella que, antes
que vosotros, recorrió los caminos de la
pobreza, del desprecio, del destierro, del dolor; cuya misma alma
(130) Carta Apost. Novissimo universarnm, 1-V-1947, n. 6; NS 427; BAC 747.
(131) Rm. al Congreso Mariano de la India, 8-XII-1954; NS 759-761.
(132) Aloe. a las familias de los soldados sudafricanos muertos en la guerra,
10-X-1955; NS 766.
(133) Rm. Hardly ayear, al I Congreso Mariano del África del Sur, en Durbán,
4-V-1952; NS 568-569; BAC 836.
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DIMENSIÓN SOCIAL.DE LA REALEZA MARIANA
fue atravesada por una espada al pie de la Cruz, y que ahora fija
sin titubeos
sus ojos en la luz eterna" (134).
Una vez más volvemos a insistir aquí en la importancia del
Reinado
de Maria y de su proyección sobre lo personal, lo fami­
liar y
lo social, hasta lo mundial y, por supuesto, lo celestial. Es
decir, se trata de un Reinado universal, como el de su Hijo, Jesu­
cristo Rey, a Quien está unida y asociada. Y como hoy, lamenta­
blemente,·
ya no sólo fuera de la Iglesia, sino incluso en su seno,
con frecuencia se olvida esta realidad del Reinado universal de
Cristo y de María, que implica una extensión sobre las socieda­
des,
nos parece conveniente recordarlo de nuevo y recoger para
ello otra cita más de Pío XII, muy elocuente:
"Desde lo hondo de esta Tierra de lágrimas [. .. ], elevamos
los ojos a Vos, ¡oh Maria, Madre amadísirna!,
para reanimarnos
contemplando vuestra gloria y para saludaros Como Reina y
Señora de los Cielos y de la Tierra, como Reina y Señora nues­
tra. Con legítimo orgullo de hijos, queremos exaltar esta vuestra
Realez.a y reconocerla como debida por la excelencia suma de
todo vuestro ser, dulcísima y verdadera Madre de Aquel -que es
Rey por derecho propio, por herencia, por conquista. Reinad,
Madre y Señora, señalándonos_
el camino de la santidad, diri­
giéndonos y asistiéndonos, a fin de que nunca nos apartemos de
él. Lo mismo que ejercitáis en lo alto-del Cielo vuestra primacía
sobre las milicias angélicas [. . .J, así también reinad sobre todo el
género humano [. .. ]. Reinad sobre la Iglesia, que profesa y cele­
bra vuestro suave dominio y acude a Vos como a refugio seguro
[. . .]. Mas reinad especialmente sobre aquella parte de la Iglesia
que está perseguida y oprimida [. . .] Reinad sobre las inteligen­
cias, a fin
de que busquen solamente la verdad; sobre las volun­
tades, a fin
de que persigan solamente el bien; sobre los corazo­
nes, a fin
de que amen únicamente lo que Vos misma amáis.
Reinad
sobre los individuos y sobre las familias, al igual que
sobre las sociedades y naciones; sobre las asambleas de podero­
sos, sobre los consejos de los sabios, lo mismo que sobre las sen­
cillas aspiraciones de los humildes. Reinad en las calles y en las
(134) Aloe. Commossi, a los fieles reunidos-en la plaza de San Pedro, 1-XI-
1950; NS 532; BAC 814.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
plazas, en las ciudades y en las aldeas, en los valles y en las mon­
tañas, en el aire, en la tierra y en el mar; y acoged la piadosa ora­
ción
de cuantos saben que vuestro Reino es Reino de Misericor­
dia{. . .}. Obtened.nos que quienes ahora os aclaman en todas las
partes del mundo
y os reconocen como Reina y Señora, puedan
un
día en el Cielo gozar de la plenitud de vuestro Rein!), en la
visión de vuestro Hijo divino, el cual, con el Padre y el Espíritu
Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Así sea" (135).
Si nos fijamos bien, en este texto nos hallamos ante una
extensión clarísima de la doctrina del Reinado de Jesucristo a la
del Reinado
de Maria: Pío XII tiene totalmente presente lo
expuesto
por Pío XI en Quas Primas. Por lo tanto, una vez más,
se hace evidente que Maria debe reinar en la sociedad humana,
porque tiene todos los derechos concedidos por Dios para ello,
y de su Reinado se derivarán inmensos beneficios, entre los cua­
les destaca de un modo especial el de la paz, del que antes nos
hemos ocupado. Y
es que Ella, como Madre, Reina y Señora, pro­
tege
al mundo y vuelve sus ojos de misericordia hacia los sufri­
mientos
que lo atormentan (136). Bajo su mirada maternal no hay
antagonismo ni división de nacionalidades o razas, ni contrastes
que causen desavenencias, porque todos los hombres se consi­
deran hermanos por el vínculo cristiano (137). Gracias a su amor
y patrocinio, todos los pueblos
podrán ser pacificados con Dios
y entre
sí y proclamarla bienaventurada, a la vez que se produ­
cirá el triunfo del Reino
de Cristo (138).
Pío
XII se refirió también al papel que la Virgen Santísima
puede y ha de tener en la resolución en paz y justicia de los con­
flictos sociales y
en el fin de las injusticias sociales, y a la impar-
(135) Rm. Bendito seja o Senbor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946,
n. 4; NS 414; BAC 737. Aloe. Le testimonianze, en la Basílica
de San Pedro, 1-XI-1954; NS 750-755; BAC 923.
(136) Por ejemplo, Aloc. Commossi, a los fieles reunidos en la plaza de San
Pedro, 1-XI-1950; NS 538; BAC 815.
(137) Aloc. en la canonización del Beato Padre Luis Maria Grignion de
Montfort, 21-VII-1947;
NS 431. Rm. Magnificatanima, a los peregrinos de Fátima,
13-X-1951, n. 2; NS 563; BAC 832. Const. Ap. Primo exacto, 1-XI-1957; NS 832.
038) Rm .. Benedicite Deum, para el 25º aniversario de las apariciones de
Fátima, 31-X-1942, n. 4; NS 380; BAC 707.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
tancia de su Reinado sobre los agentes encargados de asegurar un
orden social justo, tales como las asociaciones gremiales 039).
No deja de tener relevancia el hecho de que tratase de tales
aspectos cuando se dirigía a países
con serios problemas de este
tipo, tales como el Brasil, la India o las Filipinas, además
de
recordarlo a otros de Europa donde el movimiento social católi­
co tenía entonces una fuerza considerable.
Nuestro siglo, indudablemente, tiene necesidad como nunca
de las virtudes de Maria: de su humildad, de su sencillez, de su
pureza; y la tiene igualmente del mensaje de su Hijo, que Ella nos
transmite: caridad y fraternidad,
verdad y justicia (140). Cuando
se reconoce. a María como Señora y se le reconocen sus privile­
gios, se derivan grandes bienes para la sociedad actual, y eso era
lo
que esperaba también Pío XII cuando definió el dogma de su
Asunción: que tuviera repercusiones provechosas para toda la
Humanidad, y
de un modo especial para vencer el materialismo
y la corrupción
de costumbres y las guerras que nacen de éste;
el Papa afirmaba que,
al declararse oficialmente esta verdad de
fe, se aclararía ante los ojos de todos el elevado destino de los
cuerpos y de las almas y, en consecuencia, llevaría a un respeto
mayor por el hombre en su integridad (141).
7. Deberes personales y sociales hacia la Realeza mariana
Este Reinado de María conlleva unas exigencias para noso­
tros: fe en su Realeza, sumisión leal a su autoridad y una corres-
039) Así, Carta Ap. Multlplesetjeco,uks, al Congreso Mariano de Rennes, 30-VI-1950; NS 463. Otros textos sobre estos aspectos, también en Rm. Au moment, a los peregrinos de Santa Ana de Auray (Bretaña), 26-VII-1954, n. 1; NS 652; BAC 885. Rm. Embom, al Congreso Mariano del Brasil, 7-IX-1954; NS 675; BAC 898. Carta Ene. Ad CoeliRegtnam, 11-X-1954; NS 716; BAC 903. Rm. QuiénNospudlem, al Congreso Mariano Español, 12-X-1954; NS 722; BAC 906. Carta Ap. Philw,inas tnsulas, 31-VTI-1946; NS 422; BAC 743. Rm. al Congreso Mariano de la India, S-XIl-1954; NS 761. (140) Rm. Entre los primeros, al Congreso Mari.ano de Colombia, 19-VIl-1946, n. 3; NS 420; BAC 742. Rm. y Carta fe mesutsélevée, al Congreso Mariano Libanés, lS-X-1954; NS 727; BAC 915.
(141) Rm. y Carta Je mesuis élevée, al Congreso Mariano Libanés, 18-X-1954; NS 727; BAC 915.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
pondencia filial y constante a su amor, además de nuestro servi­
cio en la familia y en la sociedad (142). Si el pueblo cristiano reci­
be tantos beneficios de Maria, está obligado a rezarle y a darle el
culto debido (143). Reclama nuestra oración y la imitación
de sus
virtudes.
La devoción mariana produce unos frutos benéficos
para la Iglesia y para toda la sociedad humana.
Pío
XII conf"ia en la fuerza del Santo Rosario y, en conse­
cuencia, en el deber de amor y devoción que para los· cristianos
adquiere su rezo, tanto privado como público. El Papa enseña
que es una devoción de una singular eficacia, ante todo porque
es el medio más conveniente para
atraer la protección maternal
de Maria (144). Junto a lo que apunta más en el sentido de lo per­
sonal, su rezo alcanza importantes gracias para la Iglesia entera y
para quienes
en ella se hallan más necesitados. Con la ayuda divi­
na obtenida
por su medio, la Iglesia podrá enfrentarse con éxito
al enemigo infernal y brillarán tiempos mejores para ella y para
la sociedad; por eso se debe encomendar especialmente el res­
peto a los derechos de la Iglesia y el influjo benéfico
que ella
produce (145)
y, muy singularmente, "no os olvidéis, repetimos,
de aquellos
que languidecen desgraciados en las prisiones, en las
cárceles, en los campos de concentración. Entre ellos se encuen­
tran también, como sabéis, obispos expulsados de sus sedes úni­
camente
por haber defendido con heroísmo los sacrosantos dere­
chos
de _Dios y de la Iglesia; se encuentran hijos, padres y madres
de familia, arrancados de los hogares domésticos, que pasan su vida
infeliz
por desconocidas tierras y bajo desconocidos cielos" (146).
Pío
XII, pues, pide que se encomiende en el Rosario a todos
aquellos que sufren,
pero de un modo especial se observa que
(142) Rm. Bendito seja o Senbor, para la coronación de Nuestra Señora de
Fátima, 13-V-1946, n. 4; NS 415; BAC 737.
(143) Carta Ene. Haurietis aquas, 15-V-1956; NS 778.
(144)
Carta Ene. Ingruentium malorom, sobre el Santo Rosario, 15-IX-1951,
n. 3; NS 551; BAC 827.
(145) Carta Ene. Ingruentium malorom, sobre el Santo Rosario, 15-IX-1951,
n. 5; NS 556-558; BAC 829.
(146) Carta Ene. Ingruentium malorum, sobre el Santo Rosario, 15-IX-1951,
n. 6; NS 559; BAC 830.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
tiene muy presente a la Iglesia perseguida, principalmente bajo
regunenes comunistas (147). En el pasado, la Cristiandad pudo
probar la eficacia de esta devoción, por ejemplo en Lepanto (148).
Pero también será enormemente beneficioso su rezo para el con­
junto de la sociedad y a nivel mundial. Al arzobispo de Manila le
desea el Papa que, bajo los auspicios del Rosario, "renazca
en
vuestro pueblo [de Filipinas] la antigua virtud, fuertemente incli­
nada al bien, y brille la esperanza
de una era mejor, en la que,
junto a un sincero respeto hacia la Voluntad divina, se desarro­
llen las letras sagradas, todo género
de ciencia, las artes liberales,
las nobles costumbres, el reino de la justicia social y la felicidad
cristiana" (149).
Por lo tanto, Pío
XII confia aquí en una eficacia completa del
Rosario, extendida a todas las facetas del desarrollo humano:
material, social, intelectual, moral y espiritual. Ciertamente, pen­
saba además que gracias a su rezo la Iglesia podría penetrar sin
obstáculos
en los corazones de los hombres y entre las distintas
clases sociales, para ejercer asi su influencia positiva y promover
la recíproca y mutua colaboración entre los pueblos y su frater­
nal alianza (150). En efecto, la
paz ha sido siempre una de las
intenciones principales a la hora de rezar el Santo Rosario.
Resumiendo todo esto
último, son elocuentes estas palabras del
Romano Pontífice:
"No dudamos, por consiguiente, en afirmar de
nuevo en público cuán grande es la esperanza por Nos deposi­
tada
en el Santo Rosario para curar los males que afligen a nues­
tro tiempo. No con la fuerza, ni con las armas, ni con la poten­
cia humana, sino con la ayuda divina obtenida por medio
de esta
oración [ .. J" (151).
(147) Un poco más atrás, también hace referencia a esta persecución en
Carta Ene. Ingruentium malorum, sobre el Santo Rosario, 15-IX-1951, n. 2; NS
548-549; BAC 826.
(148) Aloe. a los participantes en el Concurso Internacional "Premio Roma"
para nuevas variedades de rosas, 10-V-1955; NS 762.
(149) Carta Ap. Philippinas ínsulas, 31-VII-1946: NS 422: BAC 743.
(150) Carta Ene. Ingruenttum malorum, sobre el Santo Rosario, 15-IX-1951,
n. 5: NS 558: BAC 829.
(151) Carta Ene. Ingruentium malornm, sobre el Santo Rosario, 15-IX-1951,
n. 5: NS 556: BAC 829.
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SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, O.S.B.
fil. CoNCLUSIÓN
Conforme a lo que acabamos de ver, la devoción a Maria
consigue auxilios y gracias
para la Iglesia, además de facilitar la
extensión del Cuerpo
de Cristo:
"Es Maña Quien, en una hora critica de la Humanidad, quiso
recordar a sus hijos extraviados el
verdadero sentido de la vida,
mostrando
su trascendencia fundamental y su unión con la otra
vida, la vida que nos dará la verdadera y perfecta felicidad. Es
Ella Quien se digna enseñar, con la ternura y la pedagogía de una
Madre, los grandes medios esenciales para llegar a un fin tan ele­
vado: la plegaria asidua y confiada y la indispensable mortifica­
ción cristiana que la sostiene. Su prudencia sobrenatural les indi­
ca el camino seguro; aquel que pasa por los representantes de su
Hijo en la Tierra, aquel que pasa por la Iglesia. [. . .]. Y porque esto
es así; hoy como en el siglo pasado, porque estamos seguros que
jamás nos faltará su solicirud y su asistencia, [. . .] queremos pro­
clamar bien alto [. . .] Nuestra certeza de que la restauración del
Reino de Cristo por Maria no podrá dejar de realizarse[.,.]" (152).
"¡Hermanos e hijos muy queridos! ¡Pedid para el mundo, en
esta hora solemne, todos los dones que os parezcan necesarios y
oportunos;
[. .. ] pero pedid sobre todo [ ... ] la paz de Cristo, que
sobrepasa a todo sentimiento, en el corazón de los hombres, en
sus relaciones sociales e internacionales, consecuencia narural de
la aplicación íntegra del Evangelio! ¡Pedid con vuestras plegarias
el Reino de Cristo, al que vuestra Madre muy querida os invita
con su ejemplo y para el cual su intercesión maternal os procu­
ra
sin cesar todos los medios necesarios! ¿No posee Ella acaso un
lugar privilegiado en él a causa de la función que la Providencia
le
ha querido asignar en la vida de la Iglesia y en la de cada uno
de sus miembros?" 053).
Queremos incidir en el valor de estos textos, como hemos
hecho con otros que de una u otra manera hacen referencia al
98
(152) Rm. al X Congreso Mariano Internacional, 17-IX-1958, NS 847.
(153)
Rm. al X Congreso Mariano Internacional, 17-IX-1958, NS 849.
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DIMENSIÓN SOCIAL DE LA REALEZA MARIANA
Reino de Cristo, no sólo en su realidad escatológica y ni siquiera
en aquella otra espiritual ya del tiempo presente, que está en
relación con los corazones y la vida interior de los hombres; sino
también, y de
un modo singular, en esa dimensión social, hoy
lamentablemente tan olvidada incluso
por no pocos pastores,
que parecen temer hablar del "Reinado Social de Jesucristo" y
casi prefieren considerar que ésta es una doctrina seiniequivoca­
da de Pío XI, inapropiada a nuestro tiempo e inadecuada para
una coyuntura política laicista. También resulta triste,
en un extre­
mo opuesto, la tendencia de aquellas corrientes cristianas que
han interpretado el Reino de Cristo en un sentido exclusivamen­
te temporal y material, como de construcción de un proyecto
sociopolítico utópico que,
en más de una ocasión, ha conducido
a desastrosas consecuencias, debido a que han preferido inspi­
rarse en unas fuentes ajenas y aun contrarias a la doctrina cató­
lica. Por todo esto, creemos que resulta de un valor actualísi­
mo todo lo que se refiere a la doctrina del Reinado Social de
Jesucristo; y para confirmar ese carácter permanente de ella,
deseamos resaltar estos textos en los que Pío XII, poniéndolo en
relación con la misión de la Santísima Virgen, recoge el pensa­
miento tradicional de la Iglesia Católica, que había sido expues­
to con claridad
por su predecesor Pío XI.
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