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Número 441-442

Serie XLIV

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Literatura, religión y política en la Francia del siglo XIX: Saint-Simon

LITERATURA, RELIGIÓN Y POLÍTICA
EN LA FRANCIA DEL SIGLO XIX: SAINT-SIMON
POR
ESTANISLAO CANTERO
Claudio Enrique de Rouvroy, conde de Saint-Simon (1760-
1825) nació
en el seno de una familia de antigua aristocracia a la
que pertenecía el célebre memorialista, el segundo duque de
Saint-Simon (1675-1755), aunque el tronco común distara tres
siglos. Buena o mala,
su educación tuvo que ser católica, si bien
"caótica en su conjunto" (1), pero a los trece años se negó a
hacer la primera comunión por considerar que incurriría en hipo­
cresía,
por lo que fue castigado por su padre; de ser cierto el
hecho, acreditaría su rechazo de la religión católica desde muy
joven. Siendo capitán, participó contra los ingleses en la guerra
de independencia americana, en la que fue hecho prisionero y,
de regreso a Francia, terminará su vida militar como coronel. Con
la Revolución
hará una grandísima fortuna, al convertirse en "uno
de los más grandes especuladores" que comerciaron con los "bie­
nes nacionales"
que se habían expoliado a la Iglesia (2); fortuna
que dilapidaría, hasta llegar a vivir en la extrema pobreza en los
primeros años
de la segunda década del XIX. En 1793, en un acto
público, cambiará
su apellido por el de Bonhomme y, como ha
(1) Olivier PETRE-GRENOlJILLF.AU, Saint-Simon. L'utopie ou la raison en acte,
Payot, Patis, 2001, pág. 41.
(2) Maxime
LEROY, La vie du comte de Saint-Simon, Librairie Grasset, Pañs,
1925, pág. 133.
(3) O. PETRE-GRENOlJILLF.Au, Satnt-Simon. L'utopie ou la raíson en acte, ed.
cit., págs. 59-87.
Verbo, núm. 441-442 (2üo6), 101-114.
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demostrado Pétré-Grenouilleau (3), en modo alguno puede atri­
buírsele el desarrollo de una actividad revolucionaria durante
la
revolución, especialmente hasta el año 1793, como habían pre­
tendido GouWer o Leroy ( 4).
Amante del lujo y los placeres --su
mesa tenía bien merecida fama-, de vida desordenada, este
mujeriego, tuvo,
con una de sus sirvientas, una hija natural,
Caroline Charlotte Thillays nacida el
29 de mayo de 1795 (5). En
1801 se casó con SopWe de Champgrand, a fin de dar mayor
relieve a las recepciones
en su casa, de la que se divorció al año
siguiente. En 1823, probablemente una depresión, le llevó a un
intento
de suicidio, perdiendo un ojo al dispararse un arma de
fuego.
Los últimos años de su vida estuvo asistido por Julie
Juliard,
ama de llaves que también hacía de escribiente, y de la
que algún autor ha dicho que era su amante (6).
Saint-Simones considerado en muchas Wstorias como funda­
dor del socialismo (7), quizá porque lo dijo así Durkheim, que
también le atribuyó la paternidad del positivismo y
de la socio­
logía (8) o porque
en ciertos momentos de búsqueda de legitimi­
dades
en el pasado, se lo apropiaran socialistas como Jaures (9),
(4) M. LERoY, la vie du comte de Saint-Simon, ed. cit., págs. 113-114, 126-127.
(5) M. LERoY, la vie du comte de Saint-Stmon, ed. cit., pág. 334; O. PETRE­
GRENOIBLLEAu, Saint-Simon, ed. cit., págs. 107-108.
(6) Georges WHILL, Satnt-Simon et son oeuvre. Un précurseur du socialisme,
Perrin et Cie., Libraires-Editeurs, Paru;, 1894, pág. 30; Ghita !ONESCU, El pensamienro
político de Saint-Simon 0976), Fondo de CUltura Económica, México, 1983, pág. 24.
(7) Teófilo URDANOZ, o. P., Historia de la Ftlosojia, BAC, Madrid, 1975, vol.
V, págs. 6-10.
Para Weil fue socialista y padre del socialismo francés ( G. WEII,, Satnt-Simon et
son oeuvre, ed. cit., págs. 169 y 227). Faguet le consideró, en cierta medida, "socia­
lista por sus negaciones, ya que no era hberal" (Emile FAGUET, Polítiques et mora­
listes du Dfx-Neuvieme Siecle. Segunda Serie, Societé F~ d'Imprimerie et de
librairie, 5.1 ed., Parls, 1903, págs. 38 y 29). Leroy le presenta como "inventor del
socialismo" aunque como "socialista autoritario"; también le considera fundador de
la sociología, (M. lEROY, La v1e du comte de Saint-Stmon, ed. cit., págs. 321, 312 y
235). Gouhier,
con mejor criterio, niega que fuera socialista (Henri GoUHIER, la jeu­
nesse d'auguste Comte et la formation du postttvtsme, tomo III, Auguste Comte et
Saint-Stmon, libra.irle Philosophique J. Vrin, París, 2.ª ed. 1970, págs. 227-230).
(8) Emile DururnEIM, Le soctalisme. Sa définition. Ses débuts. La doctrine
saint-simontenne 0928), PUF (col. Quadrige), París, 1992, págs. 133, 165, 168-
169, 181 y 186; 132 y 133; 124.
(9) Christophe PROCHASSON, Saint-Simon ou /'anti-Marx, Perrin, París, 2005,
págs. 198 y sigs.
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LITERATURA, REUGIÓN Y POÚTICA EN LA FRANCIA DEL SIGLO XIX: SAJNT-SIMON
o porque, con anterioridad, Marx y Engels le calificaron de socia­
lista utópico como a Fourrier y a Owen (10). Pero si puede dudar­
se muy fundadamente que fuera fundador del socialismo
-su pen­
samiento
no es socialista (11)-, hay muchas más razones para con­
siderarle precursor del positivismo e, incluso quizás,
de la sociolo­
gía, aunque sea Comte quien, por su formulación sistemática, haya
pasado a
la historia como padre de tal ciencia, a pesar de que tanto
Durkheim como Gurvitch (12) atribuyeran
tal paternidad al conde.
Aunque los autores
no se han puesto de acuerdo, muchas de las ideas que luego expondña Comte con mayor detenimiento y
extensión, pero casi
con idéntica falta de claridad, las encontra­
mos
en Saint-Simon. Entre quienes niegan cualquier influencia
del
conde en Comte asi como cualquier asomo de paternidad res­
pecto a la filosofía positiva, Gouhier y Littré. Littré
-interesado en negar el pan y la sal a Saint-Simon, para resaltar más la ori­
ginalidad
de Comte y, por ende, de quienes le siguieron-, para
el que la falta de toda preparación intelectual en el conde le in­
capacitaba para cualquier posibilidad
de filosofia positiva (13)
--expresión que en Saint-Si.man tenía un sentido indetermina­
do (14)-, siendo imposible que Comte haya sido su discípulo (15); y para el que las pocas buenas ideas de Saint-Simon le eran aje­
nas (16). En general, quienes
de alguna manera han mostrado su
aprecio
por Comte han solido negar la influencia del conde (1 ?).
(10) Federico ENGELS, Anti-Dahring, Ciencia Nueva, Madrid, 1968, págs. 36 y 282-284; Del socialismo utópico al soctalismocientffico, en Obras escogidas de MARx y ENGELS, Fundamentos, Madrid, 1975, tomo 11, págs. 122-125; Carlos MARX, Manifeste du parti comuniste, Le Llvre de Poche, Pañs, 1973, pág. 48. (11) Resume bien la cuestión O. PETRE-GRENOUIIJ.EAU, Saint-Simon. L'utopie ou la raison en acte, ed., cit., págs. 379-387; C. PROCHASSON, Saint-Simon ou ... , ed. cit., págs. 174-224.
(12) Georges GURVITCH, Les fondateurs franfllis de la sociologie contempo­raine.-Saint-Simon et P.J Proudhon (1955), trad. esp. i,os.fundad-Ores.franceses de la sociología moderna: Saint-Stmon y Proudhon, Nueva Visión, Buenos Aires, 1970. (13) Emile LrrrnE, Auguste Comte et la Philosopbte Positive, Librairie de L. Hachette et Cie, París, 1863, págs. 75 y 79.
(14) E. LrrTRE, Auguste Comte et ... , ed. cit., pág. 83. 05) E. LITrnE, Auguste Comte et ... , ed. cit., págs. 79 y 92. (16) E. LITrRE, Auguste Comte et ... , ed. cit., págs. 94 y sigs.
(17) Así, Arnaud, que demasiado categóricamente indicó que la cuestión había sido dilucidada, de una vez por todas, por Gouhier (Pierre ARNAUD, ~Presentation", en Politique d'Auguste Comte, textos escogidos y presentados por P. Amaud, Armand Colin, Paiis, 1%5, págs. 14-16).
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A partir de 1798 afloran las preocupaciones científicas de
Saint-Simon y desde 1802, "el deseo de guiar a la humanidad
hacia su destino" (18). En las
Cartas de un habitante de Gine!,ra,
publicadas en 1803, ya anuncia, tanto la necesidad de aplicar a
las relaciones sociales y a
la política el método que luego se lla­
mará positivo, como una nueva religión que sustituya al cristia­
nismo:
"Es necesario que los psicologistas expulsen de su socie­
dad a los filósofos, a los moralistas y a los metafísicos,
como los
astrónomos y los químicos hiceron con los astrólogos y los alqui­
mistas"
09); hay que considerar "como fenómenos psicológicos
nuestras relaciones sociales"
(20).
En esta época afirma que "nada hay más digno y bello que
dirigir nuestras pasiones hacia el único objetivo de aumentar
nuestros conocimientos"
(21); para ello, hay que poner "el poder
espiritual en manos de los sabios" (22). Según la revelación que
ha tenido, "un hombre
de gran poder será el fundador de esta
religión"
(23), el cual no es otro que él mismo. En ella se le dice:
"Roma renunciará a la pretensión
de ser la capital de mi iglesia;
el Papa, los Cardenales, los Obispos y los sacerdotes dejarán de
hablar en mi nombre", y "un dia llegará en que haré de la tierra
un paraíso" (24). Entre tanto, es la religión de Newton la nueva
religión
que hay que establecer: "He colocado a Newton a mi
lado;
Je he confiado la dirección del conocimiento y el mando de
los habitantes de todos los planetas" (25); para ello hay que ''fun­
dar un establecimiento para que la inteligencia humana siga el
camino más corto para acercarse indefinidamente a mi divina
providencia" (26), y asi se establecerán por todo el mundo los
(18) O. PEnrn-GREN0lITllEAU, Saint-Simon, ed. cit., págs. 127-160, cit., pág. 160.
(19) SAINT--SIMON, Lettres d'un habitant de Gi#1,eve a ses contemporains, sin
lugar ni fecha (cito por la edición de la Biblioteca Macional Francesa, que Gallica
atribuye a 1815, pág. SS.
(20) SAINT-SIMON, Lettres d'un habitant de Ge-neve ... , ed. cit., pág. 57.
(21) SAINT-SIMON, Lettres d'un babitant de Geneve ... , ed. cit., pág. 23.
(22) SAINT-SIMON, Lettres d'un babttant de Geneve ... , ed. cit., pág. 70.
(23) SAINT-SIMON, Lettres d'un babttant de Geneve ... , ed. cit., pág. 92.
(24)
SAINT-SIM0N, Lettres d'un babttant de Geneve ... , ed. cit., págs. 71 y 73.
(25) SAINT-SIM0N, Lettres d'un habttant de Geneve ... , ed. cit., pág. 75.
(26) SAINT-SIM0N, Lettres d'un babitant de Ge-neve ... , ed. cit., pág. 74.
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LITERATURA, RELIGIÓN Y POLÍ11CA EN LA FRANCIA DEL SIGLO XIX: SAINT-SIMON
templos de Newton, bajo la autoridad de un Consejo supremo de
sabios, del que dependerán los Consejos nacionales, con ello se
dará fin a la guerra
en Europa. Tanta ciencia no podía tener más
que una ley: "La ley de la gravedad es la ley única a la que he
sometido el Universo" (27). Se trata, pues, de una pseudoreligión,
pues no hay otra denominación para lo que Leroy califica como
una religión laica
en la que la fe y la moral encuentran su fun­
damento
en la ciencia (28).
Es en 1814, en una obra en la que figura la coautoría de
Thierry como discípulo
-fue su secretario desde 1814 hasta
1817-, donde el positivismo aparece con mayor claridad. La
"investigación" que desarrolla Saint-Simon se apoya "en los prin­
cipios en los que se basa la certeza de toda demostración: el razo­
namiento y
la experiencia" (29). Sostiene que todas las cíencias
deben aplicar el mismo método para ser una ciencia positiva y
que el método de observación ha de introducirse en las cuestio­
nes políticas (30):
"El método de las ciencias de observación tiene
que aplicarse a la política; el razonamiento y la experiencia son
los elementos de este método" (31).
Al mismo tiempo se precisa
un nuevo "código de moral general tanto nacional como indivi­
dual"
G2), teniendo en cuenta que "no se puede ser verdadera­
mente feliz más
que buscando la propia felicidad en la felicidad
(27) SAINT-SIM0N, Lettres d'un ba"bttant de Geneve ... , ed. cit., pág. 93.
En su Memoire sur la science de l'homme (1813), si los textos son realmente
suyos
y no han sido manipulados por sus discípulos, dirá que la idea de gravitación
"desempeñará el papel de idea general y sustituirá a la idea de Dios", en Oeuvres de
Saint-Simon, edición del Consejo instituido por Enfantin, que cito por la reproduc­
ción de Oto Zelle,, Aalan, 1964, vol. 11, pág. 276; véanse las págs. 285-286, 300, 303.
(28) M. LERoY, La vte du comte de Saint-Simon, ed. cit., págs. 221-222.
(29)
SAINT-SIM0N, De la Réorganisation de la Société Européenne ou de la
nécessité et des moyens de mssembler les peuples de l'Europe en un seul corps poli­
tique en conseroent a cbacun son irulépendance nationale, Delaunay Llbraire,
París, 1814, pág. 33.
(30) SAINT-SIM0N, De la reorganisatton ... , ed. cit., pág. 34. "La finalidad de
nuestro trabajo es sustituir por hechos los razonamientos de los metaf'1Sicos",
SAINT-SIMON, Catechisme politiq_ue des industrlels (1823-1824), trad. esp. Catecismo
político de los industriales, prólogo de Mariano Hurtado Bautista, Aguilar, Buenos
Aires, 1960, pág. 79.
(31) SAINT-SIM0N, De la reorganisatton ... , ed. cit., pág. 48.
(32)
SAINT-SIM0N, De la reorganisatton ... , ed. cit., pág. 60.
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ESTANISLAO CANTERO
del prójimo" (33). Ya en esta obra propone una nueva organiza­
ción europea para acabar con el caos producido por la guerra.
Siete años más tarde, en 1821, publica el Sistema industrial,
en el que, aunque sin formularlo como una ley, aparece lo que
pocos años más tarde será la ley
de los tres estados de Comte, con
las mismas c.aracterísticas para cada uno de ellos y con idéntico
desarrollo y sucesión temporal que Comte explicarla amplísima­
mente. Un anticipo
puede verse antes, en 1813, al indicar que "la
ciencia general, es decir, la filosofía, tuvo que ser conjetural mien­
tras lo fueron las ciencias particulares; que tuvo que ser a medias,
conjetural y positiva, cuando una parte de las ciencias particula­
res se hizo positiva mientras la otra seguía siendo conjetural; y que
será totalmente positiva cuando todas las ciencias particulares lo
sean. Esto ocurrirá cuando la fisiología y la psicología se
basen en
hechos observados y discutidos" (34). Incluso el recurso compa­
rativo
de la astronomía y la química respecto a la astrología y la
alquimia será recurrente
en Augusto Comte. ¿A quien correspon­
día la paternidad de las ideas vertidas en el Sistema industria{/ Los
autores no se han puesto de acuerdo, pero lo cierto es que esta
obra se publicó sin que apareciera en ella el nombre de Comte.
Para Saint-Simon la crisis
que vive Europa, especialmente
Francia, se
debe a la falta de organización y la carencia de apli­
cación de principios científicos: "La crisis consiste esencialmente
en el paso del sistema feudal y teológico al sistema industrial y
científico y durará hasta
que la formación del nuevo sistema esté
en plena actividad", "que es el único que puede poner fin a la
tormenta social actual" (35).
"De modo análogo a como en las ciencias la astronomía y la
química ven hoy a la astrología y a la alquimia, en la política se
producirá el
paso de lo conjetural a lo positivo, de lo metafisico
a
lo físico" (36). "Entre el sistema feudal y teológico y el sistema
industrial y científico hay
una especie de sistema intermediario y
(33) SAJNT-SIMON, De la reorganisatton ... , ed. cit., pág. 100.
(34)
SAJNT-SIMON, Memoiresurlasciencedel'homme, ed. cit., pág. 17.
(35) SAINr-SIMON, Du Systeme industriel, Antoine-Augustin Renouard, París,
1821, págs. I y 11.
(36) SAINf-SIMON, Du Systiíme industriel, ed. cit., pág. m.
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LITERATURA, RELIGIÓN Y POLÍTICA EN LA FRANCIA DEL SIGLO XIX: SAINT-SIMON
vago, tan sólo destinado a modificar el antiguo sistema de modo
que sea posible el desarrollo del nuevo sistema y más tarde
pueda hacerse la transición" (37). Se trata de "un sistema inter­
mediario y transitorio" y "en absoluto organizador" (38).
Al igual
que después dirá Comte, Saint-Simon indica que "hay que reco­
nocer la influencia destacada de los legistas y metafísicos para
modificar el sistema feudal y teológico y para impedir que aquél
ahogara al sistema industrial y político" (39), aunque "es un error
capital", "creer
que el nuevo sistema que hay que edificar debe
basarse en las doctrinas de los legistas y de los metaf"ISicos", error
producido
ál "no remontarse en la serie de observaciones políti­
cas" ( 40).
Los legistas y metafísicos tuvieron su utilidad, pero en
las circunstancias nuevas son perjudiciales (41).
Según Saint-Simon, sólo
puede haber dos sistemas de orga­
nización tanto
en lo social como en lo espiritual, el caduco feu­
dal y teológico y
el industrial y positivo, "un sistema de creencias
y
un sistema de demostraciones positivas", "fundado en observa­
ciones positivas" ( 42).
"Hoy las decisiones científicas son las úni­
cas con capacidad para liderar una conciencia universal" ( 43).
Contrario,
como después lo será Comte, a los derechos del hom­
bre por considerarlos una aplicación de la metafísica ( 44), recla­
mará el poder espiritual para los sabios y los artistas ( 45) y pro­
pugnará un sistema de moral positiva ( 46). Asimismo, propondrá
un plan de reformas detallado, en donde el Parlamento, com­
puesto por tres cámaras distintas -de invención, de examen y
de ejecución-, supondrá, aunque no lo diga así, una represen­
tación
de intereses de la ciencia, el arte y la industria ( 47).
(37) SAINT-SIMON, Du Systeme industrie/, ed. cit., pág. N.
(38) SAINT-SIMON, Du Systeme industrie/, ed. cit., págs. V y VIL
(39) SAINT-SIMON, Du Systeme industrie/, ed. cit., pág. v.
(40) SAINT-SIMON, Du Systeme industrie/, ed. cit., pág. IX.
(41) SAINT-SIMON, Du systeme industrie/, ed. cit., págs. XVI y XVII; cate-
cismo ... , ed. cit., pág. 197.
(42) SAINT-SIMON, Du Systeme tndustriel, ed. cit., pág. X.
(43) SAINT-SIMON, Du Systeme industrie/, ed. cit., pág. 49.
(44) SAINT-SIMON, Du Systetne industrie/, ed. cit., pág. 56.
(45) SAINT-SIMON, Du Systeme industrie/, ed. cit., pág. 63.
(46) SAINT-SIMON, Du Systeme industrie/, ed. cit., pág. 67.
(47) Véase sobre la cuestión E. DURKHEIM, Le soctaltsme, ed. cit., págs. 169-
172; Francesco GENTILE, Dalla conce:done illumini.stica alla concezione storlcisti-
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ESTANISLAO CANTERO
Un año antes, en L 'Organisateur, había indicado que esas
transformaciones estaban dominadas
por la ley del progreso a la
que el hombre esta sometido aunque puede intervenir muy limi­
tadamente: "la ley superior del progreso del espíritu humano
arrastra y domina todo; los hombres no son más que instrumen­
tos para ella. A pesar
de que esta fuerza deriva de nosotros, no
está en nuestro poder sustraernos a su influencia o dominar su
acción, del mismo modo que no podemos cambiar a nuestro
antojo el impulso primitivo
que hace girar nuestro planeta alre­
dedor del sol". "Los efectos secundarios son los únicos sometidos
a nuestra influencia. Todo
lo que podemos es obedecer a esta ley
(nuestra verdadera Providencia) con conocimiento de causa,
siendo conscientes de la marcha que nos impone, en lugar de ser
empujados ciegamente
por ella" ( 48).
Relativismo, progreso, razón y capacidad,
unido al elitismo y a
las desigualdades reales, constituyen algunos
de los elementos cen­
trales
de la construcción elaborada a lo largo de su vida por quien
quiso pasar a la posteridad
como reformador social y político.
En el Nuevo cristianismo, poco antes de su muerte, expondrá
y defenderá, como tantas veces se ha dicho, un cristianismo sin
religión y sin Dios ( 49), en el que todo lo que hay de divino
resulta ser puramente
humano (50), cuyo único principio -"los
hombres deben comportarse como hermanos los unos con los
otros" (51)--, es meramente moral. En efecto, aunque la nueva
religión, "tendrá su moral, su culto y su dogma; su clero y sus
jefes (.
.. ) estará purgada de todas las herejías actuales; la doctri-
ca della vita socia/e. Saggio su/ concetto dí societa nel pensiero de C. H. Saint­
Stmon,
CEDAM, Padua, 1960, págs. 323-329; O. PETRE-GRENOUILLEAu, Saint-Símon ... ,
ed. cit., págs 354-359.
(48) SAINT-SIMoN, en Oeuvres de Saint-Símon, ed, cit., Otto Zeller, Aalen,
1964, vol. IV, pág. 119.
(49) Henri DESROCHE, "estudio introductorio", en SAINT-SIMON, Le nouveau
christíanisme et les écrits sur la religíon, edición de H. Desroche, Seuil, París,
1969, págs. 41-42.
(50) Michele Federico SCCIACA, L'oscuramento dell'tntelltgenza, (1970), trad.
esp.
El oscurecimiento de la inteltgencta, Gredos, Madrid, 1973, págs. 192-196;
"Desde el sansimonismo a la tecnocracia de hoy", Verbo, núm. 103, marzo 1972
(págs. 281-294), págs. 283-285.
(51) SAINT-SIMON, Le nouveau christianisme et les écri:ts sur la reltgion, edi­
ción de H. Desroche, Édittons du Seuil, Paiis, 1969, págs. 144 y 169.
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LITERATURA, RELIGIÓN Y POÚTICA EN LA FRANCIA DEL SIGLO XIX: SAINT-SIMON
na moral será considerada por los nuevos cristianos como lo más
importante; el culto y
el dogma serán enfocados como accesorios
y cuyo objeto principal será fijar la atención
de los fieles de todas
las clases
en la moral" (52). El culto, pues, no es la adoración
debida a Dios:
"el culto tiene por objeto llamar la atención de los
hombres, regularmente reunidos el
día de descanso, sobre los
intereses comunes a todos los miembros de la sociedad, sobre los
intereses generales de la especie humana" (53). Tampoco el
dogma es verdad revelada por Dios, sino "una colección de
comentarios cuyo objeto es, tanto la aplicación general de la
filantropía a los grandes acontecimientos políticos
que puedan
surgir, como facilitar a los fieles las aplicaciones de la moral en
las relaciones diarias entre ellos" (54). Como indicó Weil, en Saint­
Simon, "la filantropía
debe reemplazar al temor de Dios" (55). Al
criticar al catolicismo, Saint-Simon indica que la función del clero,
que éste ha traicionado, no es otra que establecer "la unidad de
fin de la especie humana", que, por ello, implica "la mejora de la
existencia moral y física
de la clase más numerosa" (56).
Ateo
- bre de Dios "no es otra cosa que un término cómodo para desig­
nar la gran ley de la humanidad" (57}-o panteísta, según los
autores
que se han ocupado de él -Durkheim consideraba que
su religión era "una filantropía basada en una concepción pante­
ísta del Universo" (58) y Gurvitch "un moralismo panteísta, fun­
dado
en un humanismo prometéico (59}-, en cualquier caso,
Dios es ajeno a esta
religión, de la que ha sido expulsado. Como
observó Durkheim, para esta
religión, "la verdadera misión no es
ligar al hombre a
un objeto supra experimental, sino darle a la
(52) SAINT-SIMON, Le nouveau cbrishanisme, ed. cit. pág. 148.
(53) SAINT-SJMON, Le nouveau christianisme, ed. cit. págs. 169 y 172.
(54)
SAINT-SIMON, Le nouveau cbrlstianisme, ed. cit. pág. 172.
(55)
G. WEIL, Saint-Stmon et son oeuvre, ed. cit., pág. 240.
(56) SAINT-SIMON, Le nouveau cbrlsttantsme, ed. cit. págs. 165 y 166-167.
(57) G. WEIL, Saint-Simon et son oeuvre, ed. cit., pág. 224.
(58) E. DURKHEIM, Le socialisme, ed. cit., pág. 219; también, O. PETRE-GRE­
NOUill.EAU, Saint-Stmon, ed. cit., pág. 376.
(59) Georges GURVITCH, Los fundadores franceses de la sociología moder­
na ... , ed. cit., pág. 84.
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ESTANISLAO CANTERO
especie humana el sentimiento de la unidad de lo real" (60). La
salvación personal y la vida eterna, como es ·obvio, tampoco
tiene cabida en esta religión, cuyo fin es puramente terrenal,
pues fue un error del catolicismo "predicar un fin metafísico: el
pañso celeste" (61), y Jesucristo no fue más que un moralista, ya
que, "la sublime misión
que confió a sus apóstoles fue organizar
la especie humana
en interés de la clase más pobre" (62). Ya en
1803 había escrito: "os escribiré una carta en la que enfocaré la
religión como una invención humana, la consideraré como la
única naturaleza de institución política que tiende a la organiza­
ción general de la humanidad" (63).
La religión, para Saint-Sirnon,
no era más que un sistema de ideas· que dependía de la ciencia
en cada momento de la historia: "Los sistemas de religión, de
política general, de moral, de instrucción pública, no son más
que aplicaciones del sistema de ideas, o, si se prefiere, es el sis­
tema de pensamiento considerado bajo diversos aspectos"; "todas
las religiones conocidas se han basado en el sistema científico y
toda reorganización del sistema científico producirá, consecuen­
temente, la reorganización y mejora del sistema religioso" (64).
Como ha observado Gentile
-en una obra rehabilitadcira de la
figura del
conde-la religión tiene carácter instrumental para la
política, pues el Estado nuevo
no puede realizarse sólo con una
disposición racional, sino
que precisa el esfuerzo de la voluntad
y del sentimiento,
que es lo que domina la religión (65).
Tras su muerte, aunque
no dejó escuela propiamente dicha,
un grupo de discípulos de la última hora, como Enfantin, que le
vió una vez, o Bazard, que no llegó a conocerlo (66), crearon una
(60) E. DURKHEIM, Le socialisme, ed.. cit., pág. 209.
(61)
SAINT-SIMON, Le nouveau cbrlstianisme, ed. cit. pág. 166.
(62)
SAINT-SIMON, Le nouveau christianisme, ed. cit. pág. 161.
(63)
SAINT-SIMON, Lettres d'un habttant de Geneve . .. , ed. cit., pág. 100.
(64)
SAINT-SIMON, Memotre sur la sctence de l'homme, ed. cit., págs. 18 y 30.
Véase lo dicho anteriormente sobre la manipulación de esta obra por sus dis­
dpulos. Como el papel lo aguanta todo, no falta quien, todavía, habla de "reha­
bilitación
de valores cristianos defendida por Saint-Simon" (G. IONESCU, El pensa­
miento político de Satnt-Simon, ed. cit., pág. 67).
110
(65) F. GENITLE, Dalla cona,zioneü/umlnistfca ... , ed. cit, págs. 340-341,357; 167.
(66) o. PETRE-GRENOUillEAU, Saint-Simon, ed. cit., pág. 398.
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LITERATURA, RELIGIÓN Y POLÍTICA EN LA FRANCIA DEL SIGLO XIX: SAINT-SIMON
escuela o familia santsimoniana (67), que, con fracturas sucesi­
vas
-incluida la de Pierre Leroux (68)--, dieron lugar tanto a
una izquierda como a una derecha santsimonianas, en las que las
ideas
de Sant-Simon sufrieron alteraciones y supresiones nota­
bles.
Lo que contribuyó a su descrédito. Su pensamiento, si bien
filtrado
por sus discípulos, influyó durante bastantes años en
buena parte de los alumnos de la Escuela Politécnica y en diver­
sas realizaciones del Imperio
de Luis Napoleón, y hasta se ha
señalado
su influencia en Marx (69). Este adalid del industrialis­
mo -término acuñado por él, con el que reivindicaba el poder
para los industriales, que eran todos aquellos que producían
algo-, para unos, liberal -incluso estatista (70)--, para otros,
prohombre del capitalismo, o
padre del socialismo, -sin que fal­
ten los
que le atribuyen el origen de la tecnocracia o, cuando
menos,
haber sido su precursor (71), simpatías o fidelidades apar­
te, fue muy poco claro y su pensamiento
no siempre fue rectilí­
neo por lo que es inclasificable entre las ideologías consagradas;
(67) Véase Pierre Musso, Saint-Stmon et le saint-símonisme, PUF (col. Que
sais-je?), Palis, 1999, págs. 98-122.
(68) Paul BENICHou, Le temps des propbetes. Doctrines de l'dge romantique
(1977), Gallimard, Pañs, 2001, págs. 330-358.
(69) G. GURVITCH, Losfundadoresfra,nceses de la sociología moderna ... , ed.
cit., págs. 20, 40, 51, 67 y 84.
En opinión de Musso, que considero exagerada, "cuatro grandes corrientes de
pensamiento surgieron directamente de Saint-Simon: en primer lugar, el positivis­
mo de Augusto Comte (. .. ); después, el socialismo, tanto el pensamiento anar­
quista de Proudhon (. .. ) como el de Pierre Lerou:x:, y, sobre todo, de Marx(...);
posteriormente, una corriente de la sociología iniciada con Emile Durkheim (. .. );
finalmente,
la propia escuela saint-simoniana" (P. Musso, Saint-Simon et ... , ed. cit.,
págs. 3-4).
Ansart, que también le considera precursor de Marx, al que influyó notable­
mente, aprecia
en su obra un pericxio liberal de 1816 a 1818 y uno, posterior,
socialista
de 1819 a 1825 (Pierre .ANsART, Sociologie de Saint-Stmon, trad. esp., So­
ciología
de Saint-Simon, Península, Barcelona, 1972, págs. 196-204 y 23).
(70) Dalmacio NEGRO PAVON, La tradtcíón liberal y el Estado, Real Academia
de Ciencias Morales y Políticas, Madrid, 1995, pág. 253.
(71) Juan VAll.ET DE GoYTisow, Ideología, praxis y mito de la tecnocracia, 3.ª
ed., Montecorvo, Madrid, 1975, pág. 147; Metodología de las leyes, Editoriales de
Derecho Reunidas, Madrid, 1991, págs. 164-165.
También se ha estimado que ha sido el teórico de la política de la sociedad
tecnológico-industrial, G. IONESCTJ, El pensamiento político de Satnt-Simon, ed. cit.
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ESTANISLA O CANTERO
tuvo algo de algunas de ellas, pero lo más correcto es conside­
rarle
en categoría aparte, como saintsimoniano. Tal falta de clari­
dad y esa dificultad explica que haya dado lugar a tan diversas
interpretaciones (72) entre autores reconocidos,
como las de
Leroy, Gouhier -para el que no fue más que un animador, pero
nunca un creador, limitándose a ser un intérprete de la actua­
lidad, cuyo pensamiento
se adaptaba a las diversas situaciones
de una sociedad inestable, disfrazándolo ocasionalmente (73}--,
Durkheim, Gurvitch -- nuino y a considerarle un renovador (74}--, Gentile -- taca
su realismo como reacción frente al racionalismo iluminísti­
co y superación del materialismo, al
tiempo que una exigencia de
valoración moral para el poder político (75}--, o, recientemente
la
de la excelente obra de Pétré-Grenouilleau.
Saint-Simon vivió o dijo vivir para la gloria. Pero
no fue sólo
la reputación, el
honor y la fama -- cualidades-, lo que ansió, sino que, además, dijo que era· un
enviado de Dios, que Dios se le había revelado. Hombre supe­
rior,
según su propio aprecio, no podía ser juzgado con los mis­
mos cánones que el resto de los mortales; sus flaquezas estaban
justificadas, mejor aún, no eran tal cosa sino experiencias nece­
sarias para acrecentar sus conocimientos filosóficos. Tanto
amor
de sí mismo parece superar cualquier posibilidad de normalidad.
Para Faguet fue
un loco extremadamente inteligente al tiempo
que superlativamente orgulloso (76).
En sus escasos papeles autobiográficos, escritos entre 1802
y 1810,
en los que no es fácil deslindar la ficción de la realidad,
dijo
descender de Carlomagno (77) y así se lo indica por carta
a
su sobrino Víctor de Saint-Simon, siendo la prueba más defi-
(72) Véase la obra citada de PR0CHASS0N.
(73) H. GoumER, La Jeunesse ... , ed.. cit., tomo III, págs. 1, 133 y 223.
(74) G. GURVITCH, Los fundadores .franceses de la sociología moderna .. , ed.
cit., pág. 29.
(75) F. GENTILE, Dalla concezione ílluministica ... , ed. cit., págs. 358 y passim.
(76) E. FAGUET, Politiques et moralístes ... , ed. cit., págs. 1 y 282.
(77) Claude Henri de SAINT-SIM0N, ''Vi.e de Saint-Simon écrite par lui-méme",
en SAINT-SIM0N, Son premier écrlt. Lettres dún babítant de Geneve, etc., publicado
por Olinde Rodrigues, A La Llbrairie Saint-Simonienne, Paris, 1832, pág. XV.
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IJTERATURA, RELIGIÓN Y POLÍTICA EN LA FRANCIA DEL SIGLO XIX.-SAINT-SIMON
nitiva, que el mismísimo Carlomagno se le apareció una noche
durante el tiempo que permaneció en la prisión donde, final­
mente, durante
once meses, le arrojó la Revolución; en tal
visión, el emperador le dice que con él, su casa estaba destina­
da a una gran misión: "Hijo mio, tus éxitos como filósofo igua­
larán los míos
como militar y como político" (78). ¿Megaloma­
nía (79)? Para justificar sus
años de especulador dijo que "corría
tras la gloria" (80). Su vida careció
de altibajos pues fue una
ascensión contínua: "Mi vida presenta una serie de caídas a
pesar de lo cual no he fracasado, pues lejos de descender siem­
pre he subido; es decir, ninguna de mis caídas me ha hecho
caer del lugar del que había partido. Las empresas que empren­
dí y
que no llegaron a su fin, han de ser consideradas como
experiencias que me eran necesarias como trabajos preparato­
rios a los
que dediqué parte de mi vida" (81).
Su personalidad diferente y superior, exigía ser valorado y
juzgado excepcionalmente: "Soy consciente
de que mis faltas
deben atribuirse a la imperfección de la naturaleza humana y no
a mi propia fragilidad" (82). "El hombre que se dedica a investi­
gaciones
de alta filosofía, durante el curso de sus experiencias,
debe cometer muchas acciones al borde de la locura" (83), pues
a diferencia
de los demás hombres, "recorre la carrera del vicio
en una dirección que le conducirá, necesariamente, a la más alta
virtud" (84). En definitiva, dice: "mis acciones
no deben ser juz­
gadas conforme a los mismos principios que las
de los demás, ya
que toda mi vida activa ha sido un curso de experiencias" (85).
No ha
de chocar, pues, que su autoestima fuera superlativa: "La
estima por mí mismo ha aumentado siempre, en proporción al
perjuicio
que he causado a mi reputación; tengo que felicitarme
(78) SAINT-SIMoN, Oeuvres de Saint-Simon, publicadas por los Miembros del
Consejo establecido por Enfantin, Volumen I, Aalen, OttoZeller, 1964, págs. 97-98;
la cita en la pág. 101.
(79) O. PErRE-GRENOIBLl.EAU, Saint-Simon, ed. cit., págs. 82-83.
(80) SAINT-SIMON, ''Vie de Saint-Simon écrite par lui-méme", ed. cit., pág. XXVII.
(81) SAINT-SIMON, "Vie de Saint-Simon écrite par lui-méme", ed. cit., pág. XXX.
(82) SAINT-SIMON, ''Vie de Saint-Simon écrite par lui-méme", ed. cit., pág. XXXII.
(83) SAINT-SIMoN, "Vie de Saint-Simon écrite par lui-méme", ed. cit., pág. XXXIII.
(84) SAINT-SIMON, "Vie de Saint-Simon écrite par lui-méme", ed. cit., pág. XXXIV.
(85) SAINT'-SIMON, "Vie de Saint-Simon écrite par lui-méme", ed. cit., pág. XXXIV.
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ESTANISLAO CANTERO
por mi conducta puesto que puedo presentar perspectivas nue­
vas y útiles a mis contemporáneos y a la posteridad" (86).
Saint-Simon, retóricamente, duda si la religión
de Newton le
fue revelada mediante
una aparición o en un sueño (87), pero,
en cualquier caso, fue Dios quien le habló -y así lo dice el
conde: "Es Dios quien me habló"-, revelándole la nueva reli­
gión (88).
En la lntroduction aux travaux scientifiques du XIXe
siecle (1808), afirma que se vio "destinado por el gran Orden de
las cosas a hacer ese trabajo", y en el Travail sur la gravita/ion
universelle (1813), habla de si mismo como de un nuevo Sócra­
tes (89). "He recibido
-dirá en otro lugar-la misión de quitar
los poderes políticos al clero, a la nobleza y a la magistratura para
dárselo a los industriales; cumpliré esta misión pese a todos los
obstáculos
que pueda encontrar, incluso si el poder real, ciego
ante sus verdaderos intereses, intenta oponerse" (90). En
el
Nuevo cristianismo sostiene estar "convencido de cumplir una
misión divina" y "lleno de confianza en la protección divina otor­
gada a mis trabajos" (91); y al dirigirse a los
Príncipes de las
monarquías europeas, les dice: "Escuchad la voz de Dios que
habla por mi boca" (92). Sin duda, como ya advirtió Leroy, quien
no creía en Dios no podía creer que Dios le hablará (93), pero
tal supuesta boutade, si no refleja la locura de Saint-Simon, como
otros autores han sostenido, manifiesta, cuando menos, su eleva­
dísimo ego al presentar de ese modo la misión que él mismo se
asignó.
(86) SAINT-SIMON, «Vie de Saint--Simon écrite par lui-méme", ed. cit., pág. XXXVII.
(87) SAINT-SIMoN, Lettres d'un habitant de Geneve ... , ed. cit., pág. 71.
(88)
SAINT-SIMON, Lettres d'un habitant de Geneve .. . , ed. cit., pág. 98.
(89) Ambas noticias
en P. BENirnou, Le temps des prophetes ... , ed. cit., pág. 253.
(90)
SATNT-SIMON, Du systeme industrie/, Antoine-Augustin Renouard, Pañs,
1821, pág. 131.
El es el que realizará la reforma social y política y el que llevará a los indus­
triales
"el primer grado de consideración y poder", "enpresa a la que he dedica­
do -añade-cuarenta y cinco años a meditarla y prepararla", Catecismo ... , ed.
cit., págs. 87 y 88.
114
(91) SAINT-SIMoN, Le nouveau cbristian'isme, ed. cit., pág. 183.
(92) SAINT-SIMON, Le nouveau christian'isme, ed. cit. pág. 184.
(93) M. LERov, La 'Vie du comte de Saint-Stmon, ed. cit., págs. 280-286,
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