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Daniel Arasa: La invasión de los maquis

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
DanielArasa: LA INVASIÓN
DE LOS MAQUIS'''
Comienza la historia de esta última batalla, desarrollada
con sordina, después del final oficial de la Guerra Civil, cuan­
do el partido comunista con una gran determinación continúa
su lucha casi en solitario rehaciendo su estructura, tanto en
Espalia como entre los exiliados internados en los improvisados
campos de concentración que les habían preparado sus camara­
das del Frente Popular francés. Aquellos espalioles cruzaron la
frontera en plena derrota con la esperanza de una buena acogi­
da por parre de los franceses y se encontraron hacinados tras las
alambradas de los campos de concentración y vigilados por
gendarmes y moros uniformados bajo la bandera francesa.
Digo final
oficial de la Guerra Civil, pues si su preámbulo
es la revolución de Octubre de 1934, su epílogo o los coletazos
de la guerra se prolongan más allá de abril
de 1939, ya que los
diferentes grupos que formaban
el Frente Popular no acababan
de asumir la derrota confiando desde el inicio en la superiori­
dad aplastante de todo tipo de medios materiales y en
el poder
de los padrinos internacionales. El gobierno de la República,
vio frustradas sus esperanzas de prolongar la guerra civil
en la II
Guerra Mundial que
se veía como inminente desde 1938, y lo
cierto es que de alguna forma continuó el enfrentamiento por
ambos bandos a través por un lado de la intervención de la
"División Azul" de voluntarios en la URSS y
por otro más
modestamente con la intervenci6n, sobre todo de comunistas, en
el maquis francés durante la ocupación alemana, en unidades
francesas de la Legión, integrados en pequeñas unidades
de In­
glaterra o de la URSS o participando en misiones de espionaje.
(*) Belacqua de Edc. y Publicaciones, S. L., Barcelona, 2004.
V,.,./,o. núm. 443-444 (2006), 323-328.
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A partir de 1944, antes de terminar la II GM, dirigidos por
de los comunistas y bajo el paraguas de los vencedores se intentó
la revancha con los "maquis", anclados en la hipótesis de que el
pueblo espafiol suspiraba por su llegada. El fuerte apoyo de los
aliados
en material y logística, reforzándolo con el bloqueo ame­
ricano de la venta de petróleo a Espafia
en 1944 y que puso la
economía espafiola
al borde del colapso, y más tarde con la reti­
rada de embajadores y
el aislamiento, no fueron suficientes para
evitar
un fracaso que incluso contribuyó a fortalecer el Régimen.
La lucha también tuvo su tregua --<:orno relata el autor de
esta
historia-cuando el 23 de agosto de 1939 tanto los comu­
nistas franceses y espafioles como sus adversarios al sur de los
Pirineos, quedan desconcertados
por el pacto Molotov-Ribben­
tÍ-op, ante el que los comunistas pronto reaccionan con disciplina
aceptando no solo el pacto sino justificando el reparto de Polonia
entre Alemania y la URSS y pasando a una intensa campafia con­
tra la intervención
en la guerra en defensa de Polonia. El idilio de
conveniencia, se ve interrumpido con la operaci6n Barbarroja,
cuando en el verano del 41 los alemanes invaden la URSS.
Como se relata, el fracaso de la invasión pirenaica en el 44 fue
tan severo casi desde el inicio, que las grandes unidades acabaron
diluyéndose en pequefias partidas de "maquis",
que degeneraron
en bandolerismo, como reconocen en sus relatos los propios ma­
quis, y que duraron hasta 1950 coincidiendo con el fin del bloqueo
internacional.
En este sentido, esta es la fecha que puede conside­
rarse como del fin de la guerra en todos sus aspectos incluido
el
final del racionamiento. La supervivencia de casos aislados de algu­
nos anarquistas como
Pacerías o Sabater, totalmente independien­
tes del "maquis" comunista, continuaron la lucha, demostrando
una gran audacia y valor, pero no pasaron de anécdotas.
La
obra que nos ocupa saca al luz una lucha que se llevó a
cabo casi
en silencio entre un Ejército espafiol depauperado y
con escasos medios, que participó solo en la etapa inicial y las
unidades comunistas del Frente Popular infiltradas a través de
la frontera franco-espafiola. Las fuerzas iniciales empleadas
estaban encuadradas
en unidades de tipo batallón, aunque bajo
la
denominación de brigada. Para hacernos una idea del total de
las fuerzas empleadas inicialmente, baste decir
que sus efectivos
eran superiores a los
que empleó Franco en su marcha desde
Cádiz y Sevilla hasta Madrid combatiendo de manera continua
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durante poco más de dos meses. A partir de 1946, el empleo del
Ejército se limitó a sellar la frontera pirenaica impidiendo
el paso incluso de individuos asilados, pues la mayor parte de las tropas empleadas en Ia infiltración de "maquis", se retiraron o
fueron bajas
como muertos o prisioneros. -
Más adelante fue la Guardia Civil la que llevó el peso de la
lucha de "contrapartidas", ya que las agrupaciones de "maquis"
apenas llegaban a pequefias partidas que se conformaban con
sobrevivir a base de atracos en las zonas montañosas, preferen­
temente de León, Galicia y Asturias, o los anarquistas que ac­
tuaban independientemente
en Barcelona o en zonas urbanas.
Especial interés tiene el capitulo dedicado a las bajas y a los
prisioneros, que el autor estima, creo que acertadamente, en
cerca de 1.000 en 1944.
En la parte dedicada a los prisioneros, llaman la atención algu­
nas anécdotas, como el testimonio del capitán de "maquis" Antonio
Lopez (pág. 303): "Me sometieron a intensos interrogatorios en
Ueida .. , el comandante del Ejército, dio orden a un oficial de la
guardia
civil que me pegara, pero el de la Benemérita se negó diciendo que tenía órdenes de que no se golpease a los prisioneros".
Tan ejemplar relato, se entrelaza
con otros vergonzosos
como el de la ejecución, por un sargento de la Guardia Civil,
de 9 maquis que acababan de rendirse en
una aldea.
También
se relata en la obra el papel de Carrillo en esta his­
toria,
por un lado impulsando la invasión de los "maquis", y por otro dando unas sorprendentes muestras de realismo al aceptar su
fracaso y la retirada de la mayor parte de
las fuerzas. Igualmente
aparece
el protagonismo de Carrillo en la decisión del asesinato
de algunos cabecillas del interior insuficientemente sumisos y
acusados de traidores al parecer con poco fundamento.
El reflejo del nulo arraigo
de los "maquis", junto con las
difíciles condiciones del Ejército y de la vida en Espafia en
aquellos afios, son como
una película que no deja de suscitar
asombro, al comprobar
el profundísimo cambio que sufrió
Espafia en los 25 afios siguientes,
de tal forma que parece tra­
tarse de dos países diferentes.
Comprendo las dificultades de documentar mejor muchos
de los hechos y datos relatados, contrastando visiones subjetivas
empapadas de retórica y fantasía con datos objetivos y creo que merecería la pena un esfuerzo por completar una obra que a mi
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me parece estimable aunque caiga a veces en las concesiones
que actualmente se hacen a posicionamientos pretendidamente
demócratas o liberales.
El
autor deja traslucir una simpatía, no exenta de admira­
ción, por este episodio de los "maquis" en el que se mezclan la
audacia,
el valor y cierto aire romántico con algunos detalles
bastante menos edificantes. Sin embargo resulta una historia en
la que parece que el autor se esfuerza por ser imparcial en el
relato de esta guerra, en el que ambos contendientes estuvieron
interesados en aplicarle sordina.
Hecho de menos un reflejo de la componente ideológica y
religiosa de esta lucha
que no es más que una prolongación de
la Guerra Civil y que por parte de la población civil encontró
una oposición activa, particularmente en la Navarra fronteriza
con alta proporción de vascoparlantes, precisamente debido a
las firmes convicciones ideológicas y religiosas del pueblo.
ANTONIO DE MENDOZA CASAS
Joseph Ratzinger: VERDAD, VALORES
Y PODER<'>
Esta breve y densa obra escrita por el entonces cardenal
Ratzinger, recoge tres discursos pronunciados entre 1991
y 1992
en diferentes lugares, el primero de ellos con motivo del ingreso
en la Académie des Sciences Morales et Politiques. El nexo común
de estas conferencias está perfectamente reflejado en el título.
El
autor recoge la postura del reverenciado gurú de la filo­
sofía del derecho, Kelsen,
que se revela comentando el texto
evangélico sobre el proceso contra Jesús ante ~ilatos, en el que
éste le pregunta: ¿Qué es la verdad? La pregunta de Pilatos es, a
juicio de Kelsen, expresión del necesario escepticismo del polí­
tico, que obra como un perfecto demócrata confiando el pro­
blema de definir lo que es justo a la mayoría, convirtiéndose en
figura emblemática de la democracia relativista.
(') Ed. Rülp (108 p,g.), Maddd, 2005.
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