José Miguel Gambra, La sociedad tradicional y sus enemigos, Madrid, Guillermo Escolar editor, 2019, 238 págs.

José Miguel Gambra (1950) no precisa de presentación en estas páginas. Si su padre (Rafael Gambra Ciudad), colaboró en ellas casi desde los primeros números, tanto José Miguel como su hermano Andrés Gambra Gutuiérrez, por su parte, lo han hecho desde que dieron sus primeros pasos en el campo de la inteligencia y el apostolado católicos. José Miguel Gambra, catedrático de Lógica en la Complutense de Madrid es especialmente conocido por los trabajos de la materia de su especialidad, a partir de su tesis sobre la analogía en el pensamiento del gran tomista español del siglo XX fray Santiago Ramírez, O. P. Pero también se ha destacado por otros textos, valientes, pugnaces y agudos a la vez, en defensa del orden cristiano, incluida su vertiente política. Es precisamente este género el que ha prodigado en Verbo y al que pertenece el presente libro, extemporánea refutación –nos dice en la presentación– del que Karl Popper publicó por los años de la Segunda Guerra Mundial en pro de la «sociedad abierta». Ya que se trata, como anuncia desde el título, la defensa de la «sociedad tradicional» frente a sus enemigos (tantos y tan variados) de hoy.

Aunque su origen inmediato se halle en unas conferencias que don José Ramón García Gallardo, HSSPX, le encargó para la formación de los jóvenes de la Hermandad de Madrid, el texto que ahora ve la luz ha sido reelaborado a conciencia y se nos ofrece como una obra lograda de introducción a la filosofía de la política y al pensamiento tradicionalista. Consta de ocho capítulos, seguidos de una conclusión y una bibliografía esencial. Estos son: «Aristóteles y las paradojas de la modernidad política», «El bien común», «Las dos espadas», «El liberalismo: la raíz del mal», «El liberalismo católico», «Patria y nacionalismo», «Corporaciones y totalitarismo», «Las formas de gobierno».

Los tiempos modernos, se destila en la conclusión, han sido el escenario de las guerras más cruentas y sanguinarias de la historia. Y sus protagonistas, bajo máscaras distintas, han sido siempre los mismos: el liberalismo y el totalitarismo. Las páginas de este libro desentrañan las premisas comunes de esa verdadera guerra intestina «entre dos hermanos deudores de la misma ideología». Y, además, expone, para oponerlo a lo anterior, el legado carlista y los caracteres de la única tradición, de origen divino, a la que el hombre debe someterse. La ilustración de Augusto Ferrer Dalmau, que llena la portada, lo aclara previamente, por si falta hiciere. La edición, además, es excelente.

Se trata de una obra que, propedéutica por su origen, es al tiempo profunda y está sencillamente expuesta. No se leerá sin provecho.