Olivier Dard, Christophe Boutin y Frédéric Rouvillois (eds.), Le dictionnaire des populismes

Olivier Dard, Christophe Boutin y Frédéric Rouvillois (eds.), Le dictionnaire des populismes, París, Cerf, 2019, 1214 págs.

La utilización del plural por parte de los editores de este diccionario no es casual, sino deliberada. Conscientes de la dificultad de captar la entraña del populismo, han preferido no meterse en demasiadas precisiones previas, que dificultan a no dudarlo el desarrollo de una obra enciclopédica. Se han acogido, así, al plural, alegando que refleja mejor la riqueza, el espesor y la diversidad del fenómeno. Lo que es cierto. Aunque deja pendiente la indagación del objeto, sustituida…por el método, esto es, el diccionario. Con todo, la introducción, sugestiva, ofrece algunas pistas, casi todas con signo de interrogación, a lo largo de una treintena de páginas: ¿modas?, ¿fragmentaciones?, ¿estigmatizaciones?, ¿patología?, ¿ideología?, ¿reacción?, ¿amenazas?, ¿una amenaza para el ambiente?, la cuestión del antisemitismo, ¿la democracia y el Estado de derecho en peligro?

Ciento siete autores, de doce nacionalidades, especialistas en historia, literatura, filosofía, derecho público o ciencia política, escriben doscientas sesenta y tres entradas sobre multitud de países, partidos, movimientos, instituciones o personalidades. Sendos índices tópico y onomástico constituyen un instrumento imprescindible para su manejo, al tiempo que una noticia breve de los autores permite conocer a quiénes formulan los juicios estampados. Diríase que tras buena parte de éstos se adivina una perspectiva que podría calificarse de conservadora, y no sólo porque los curadores nos hayan ofrecido apenas un año antes de esta obra otra de características semejantes sobre el conservadurismo (Le dictionnaire du conservatisme), que no deja de constituir el pendant del populismo. Un poco en la línea del libro, reseñado –y criticado– en estas páginas (véase Verbo, núm. 535-536) el mismo año de su publicación, 2017, de la profesora Chantal Delsol, que rescata ciertos aspectos de algunos de los populismos. Claro está que la búsqueda de una orientación por lo menos común, si no exclusiva, en un diccionario, es abusiva cuando no va acompañada de un examen pormenorizado de todas las voces. Cosa que no nos he dado hacer en esta breve nota.

Como quiera que sea el resultado es un volumen cuidado, aun formalmente, e interesante. Una simple ojeada del contenido y de los índices lo evidencia. Por nuestra parte, descubrimos que la voz «Carlismo», que difícilmente puede señalarse como un populismo moderno, ha sido redactada por el profesor Miguel Ayuso. Como que una voz sobre Ortega y Gasset, que más bien representaría un elitismo liberal antidemocrático, conservador, pues, pero acatólico (cuando no abiertamente anticatólico), está firmada por el profesor de Murcia Jerónimo Molina. Un tercer español, Antonio Elorza, desde luego no clasificable en el conservatismo, menos aún en el tradicionalismo, es el autor de la voz «Democracia popular». Esta escueta muestra, española, evidenciaría una mayor variedad que la que hemos señalado líneas atrás. Señal de que no es fácil el juicio. Lo que es seguro es que el libro se consultará con provecho incluso en aquellos extremos en que pueda discreparse.

Vicente BERROCAL