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El principio de subsidiariedad

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El principio de subsidiariedad en el mundo inorgánico

EL l"RINCIPIO DE SUBSIDtA:Rf,EJ')AD · EN EL MUNDO
IINORGANICO
POR
]ULIO. GARRIDO. MARECA
Los organizadores de esta prestigiosa Reunión de amigos . de la
Ciudad Católica mé han pedido que jes 'hable a ustedes sobre las
relacirures entre el principio de subsidiariedád y el mundo· inorgánico,
que 'es el aspecto de la realidad más alejado de los problemas de la
filooofía politica en el que este principio tiene su más destacada
aplicación.
Les· confieso que cuando· empecé a pensar sobre la manera: de
cumplir' este encargo me pareció difícil el encontrar relaciones, esta­
blecer analogías y hacer comparaciones entre este principio y' las
materias de las que se ocupan las ciencias naturales inorgánicas .. Sin
embargo, a medida que iba pensando sobre la posibilidad de encon­
trar estas :relaciones, aparecían un cierto' número -de ideas 'que ·,n() me
parecen desprovistas de interés; aunque sólo sea por desenniarRñai el
nudo que Se foima. cuando se' enlazan diVersos domiiiios del cono­
cimiento alejados · entre sí.
El primer
·· punto que mé pareció útil considerar fue · el de · las
relaciones entre fos · conocimientos tan extensos, tan · precisos y tan
fructlferos de las ciencias de los seres inorgánicos y el pensamiento
filos6fico.
Es este 'J>unto, ~ri:iotlarmente inret~te en el mundo actual, en
el
que la ciencia y la técnica parecen ser los valores supremos y en
el que la filosofía parece relegarse a rin papel secundario. Creo que
no
está de más insistir sobre la falacia de esta posición que· relega
la filooofía a la mera categoría de opinión, de modo que el saber
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/UUO GARJIJDO MARECA
filosófico no sería ni más ni menos que la historia de las opiniones
de los hombres a lo largo del espacio
y del tiempo.
En cambio, las ciencias naturales serían la expresión de conoci­
mientos objetivos, en cierto modo definitivos e
independientes de
opiniot1es; pei:sonales. llesnlta,. 8lli; en la meote ·d* AlU cisión entre el conocimiento cientifko y el conocimiento filosófico;
el primero sería el dominio
de la seriedad y la seguridad, mientras
que el segundo sería algo
flucttiante y variable a merced del vien­
to
de las opiniones. Si esto fuera así, sqla difícil elaborar tesis
que
relacionasen el principio de subsidiarie<Íad, dominio de las opi­
niones, con
la seriedad definitiva de las conclusiones de los cien­
tíficos.
· A
mi Juicio, es urgente. al:>andona.r: esra:,dicoromía, restituyendo
a
la filosofía su carácter, de ciencia objetiva y a las ciencias naturales
su :contenido filosófico. Señalando, límites y aclarando conceptos; pues
ru ·én las ciencias naturales, todo es objetivo y. definitiv~ ni en la fi-
lósofía todo son opiniones. ,
La filosofía es ciencia, y es ciencia objetiva porque se ocupa de
fa realidad, como se ocupan las ciencias empíricas, pero analwa esta
realidad, no en el detalle delos casos particulares, sino,t!n los prin­
cij>iqs generales. Por otra parte, las ciencias naturales se.,acercan a
la filosoffa en el momento que quieren remontarse , ,de fos análisis
parciales a las ideas generales.
, Para , obtener reales progresos en el conocimiento, la filosofía
deberla integrarse ,en
la ciencia y la ciencia eri la filosofla; ,Maridaje
que há existido, eri otras épocas pasadas, pero que ha sido roto, por
un lado, por los científicos que han abandonado las · preocupaciones
pórJas ideas generales, y, por otro lado, por los filósofos que, de­
jando
a un lado .el método· científico, que es ,,.el de dejar h &Osm, lanzándose a lucubraciones' ideológicas, es decir,' abandonan,
do el realismo filosófico.
Aunque· .sea salirme del. terna, no. quiero desaprovechar. esta oca­
sión para recalcar. que el realismo científico -es una .consecuencia del
realismo filosófico y, si estudiásemo,¡ el .origen del método cienth
fiw, .de dejarse llevar pot. la realidad, .sé. llegaría, seguramente, al
si,Slo XIII,-:~l tOmismo: y sWI precuisores.-~.
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PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD. Y MUNDO INORGANICO
Lo que ha :pasado es que el .realismo científico .ha tenido :un
desarrollo excesivo y el exceso de información ha matado y está .. ma­
-tando a la formación. (Actualmente. estamos informados de infini­
dad
de detalles y circunstancias, pero es cada vez· menor la formación
general, hay mucha ciencia y muy poca fil050fía.) la. ciencia .y la
:filosofía deben ser una misma cosa, siempre que la filosofíá. se. aten­
.ga a la realidad; pero tengamos bien . en cuenta que la realidad no
es únicamente la realidad material .. Existen diversos niveles en la
.realidad,
y es precisamente la consideración escalonada del mundo
tea! la que permite encontrar interesantes relaciones entre el prin­
cipio
de subsidiariedad y el mundo. ele las ciencias naturales.
• • •
En la realidad existen varios niveles fenomenológicos y de or,
ganización, cada uno tiene . sus leyes propias, . pero lo .que es _intere­
sante es estudiar la interacción entre los. diferentes niveles, y c~mQ
y r11ándo las leyes. propias de un nh,el influyen o tienen acci6n sub­
sidiaria. (de. ayuda) sobre
la realidad a un. nivel .inferior_ o saperior ;
este
es el punto en el que el principio .de subsidiariedad puede jugar
_cierto papel en el mundo de las ciencias naturales.
En la. naturaleza existen claramente cua.tro_ niveles de organiza­
ción y de funcionamiento .cuyas jnter~iOl't.e$· son interesante$. de
considerar .
.. El primer i:dvel es el mtmdu inorgánico de.loo-.seres inanimados
que estudian, las· ciencias físicas, químicas; geoI~gicas y.· astronómicas:.
Está · formado por seres que carecen de órganos, pero que tienen
cierta órganiZación. Dentro de este mundo inorgánico existen, a su
,iez, diversos niveles, que van desde el · átomo y las partículas ele­
mentales hasta los. sistemas planetarios, Niveles que están regidos por
léyes más o· menos complicadas que están relacionadas· unas. con. otras
formando
11n sistema ¡erárr¡uiro romplk esfuerza en unificar a partir de ciertos principios fundamentales lo
menos numerosos posible.
Los últimos descubrimientos de la física atómica y de la teoría
cuántica permiten esperar que los
distintos aspectos del mundo inor-
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¡uuo. GARRIDO . MARECA
gánko se poddo: explicar a· partir de un número reducido de prin­
cipios básicos.
El segundo nivel es el mtlndo de los seres vivo,, <¡_ue presenta
caracteres muy· distintos del mundo inorgánico, a pesar· de· que mu­
chos -científicos han quéddo establecer una unificación· _y· sistemati­
zación de los fenómenos biológicos según el modelo de las ciencias
físicas.
Se han tratado de enunciar «leyes biológicas» eón las· cuales
se podrían · explicar lós variados y complejos aspectos de la vida. con
un
esquema parecido al que existe, por ejemplo, en la física· del
estado sólido a
parcir de los principios básicos de la teoría cuá.ntica,
con lo cual la biología se coilvertiría en una especie de mpet' físi,~.
Pero cuando se analiza con detalle y, al mismo tiempo, con espíritu
de síntesis los fenómenos de la vida, se ve que éstos tienen carac­
teres tan diferentes del mundo inorgánico que es difícil enfocar los
dos · niveles con el mismo esquema mental. Las leyes biológicas no
SOi! deducibles a partir de las leyes físicas, aunque dependan en mu­
chos aspectos de algunas· de ellas.
Las leyes básicas de la física atómica no parece ·qué se alteren en
los niveles superiores de organiZación, induyehdo los· ·seres vivos. La
ciencia moderna trata de explicar los niveles superiores de organiza­
ción,
en lo podble¡ a partir dé las leyes básicas de la física atómica,
peto· no se· logra homologar los seres vivos con los sistemas inorgá­
ruoors porque se rrata de algo diferente, en donde rigen otros prin·
cipios, por ejemplo, el de entropía negativa o neguentropía.
El terter r,lv,4 es id eonjunt<> de estructuras, fenómenos y ácon­
tecimientos
en los que interviene el hombre con su libre albedrío
y su creatividad. En este nivel rigen principios y leyes sociológicas
y morales que difícilmente son reducibles a los niveles anteriores.
Todavía
existe un ttldl'lo nivel, en el que se manifiesta de un
modo directo la influencia del mundo sobrenatural ; es el mundo
de la gracia, de los hechos milagrosos y de la acción directa de la
Causa primera.
* • •
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PRINCIPIO DE SUBSIDIARJEDAD .Y MUNDO INORGANICO
La confrontación entre el principio .de subsidiariedad, intimo,
menre
relaciunado .. con el concepto de jerarquía, ·Y . los resitltados y
la metodologia -de las ciencias naturales, tiene caracreres especiales
en el mundo inorgánico, regido· por leyes más o menos complicadas,
pero en el que
también tienen su influencia los otros tres niveles de
la realidad : el biológico, el del libre albedrío humano y el teológico;
el desenmaañar las. influencias e -interacciones de. estos t~ niveles
es tarea de gran interés científico y filosófico.
El mundo inorgánico, considerado independientemente de los
otros tres niveles, constituye típicamenre lo que llama Jacques Ruef,
en su VMon q11mtic" del Universo, el orden «jupiterino», no con­
secuencia de
la voluntad del

hombre, sino,
sometido a leyes inflexi­
bles marcadas por la divinidad.
El principio
de subsidiariedad puede considerarse aquí bajo dos
aspectos distintos

: en
la naturaleza · del mundo inorgánico ( de cómo
es y cómo funciona) y en el proceso que se ha tenido que seguir
para llegar al conocimiento de este mundo. Ambos aspectos están
íntimamente relacionados, pues no se puede desligar el conocimiento
que tenemos
de las cosas del método para llegar a aquél.
En· el mundo inorgánico, la ciencia ha · buscado siempre la .sim­
plificación en la expresión de las leyes que lo rigen. Una teoria o
un edificio científico se considera tanto 0más perfecto· en cuanto que
hace uso del número más pequeño posible de leyes básicas, de las
cuales todo lo demás puede deducirse de un modo necesario y lógico.
Es el proceso que podríamos llamar, si se me permite el neologismo,
de
· monirmizd&lón del conocimiento: en el limite querer deducir todos
los
procesos y todas las leyes a una ley única (monismo). A pesar
del indudable valor metodológico de este proceso, la experiencia en­
seiia que cada nivel de organización ·tiene sus leyes propias que, sin
anular las leyes de
los niveles inferiores, le prestan sus características
peculiares.
El universo material se reparte así en un conjun~ .. de niveles de
organización de creciente complejidad: desde su materia prima, 1a
energía,
hasta los seres más complicados,·
Eh. ·nuésfra exCU.rsión por el-·mundo· ·dC,· los seres inorgánicos, a
la luz del principio de subsidiariedád, ;estudiaremos por separado las
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JUUO GARIUDO MARJJCA
estr11cturdr, ]05 fen6merws y los dCOnterimiento-s. En cada una do estas
tres categorías veremos cómo la naturaleza está regida por leyes que
la ciencia se esfuerza
en desentrañar y la realidad funciona por la,
interacciones
de estas regularidades y leyes, interacciones fortuitas,
resultado de otras intetacciones anteriores.
En lo referente a las e'strtlcttlrtlS, consideraretnóS el mundo como
,s, independientemente de la vatiable tiempo, su trama y leyes do
su arquitectura: a•l estudiar los fenómenos, veremos las variacion~
que estas estructuras experimentan en el tiempo, cambios de estruc­
turas que se verifican· necesariamente, y del ·mismo modo, cuando las
condiciones de
¡,artida son las mismas, siguiendo leyes de compleji,
dad creciente a medida. que las interaccionés y los factotes que in­
tervienen son más numerosos.
En fos (leonterimiento,s fenómenos que ocurren en un lugar determinado y en una fecha y
horá también· determinada. Los acontecitnient05 ·son, de por sí, irre­
petibles, pues no se puedén dar en dos instantes distintos enctamen­
te las mismas condiciones de partida en un fluir siempre cambiante
de la realidad· material.
La realidad se
puede considerar como mera Sucesión de aconte­
cimientos irrepetibles
en fos diferentes puntos del universo, y en­
tonces los
fenómenos sólo serían pequeña, porciones de los aconte­
cimientos que tendrían· ciertas semejanza y las estructuras la trama de
la realidad en un átomo de tiempo o cuando se considetan construc­
ciones materiales que varían muy poco a lo largo del flujo temporal
y pueden dar origen a esquematizaciones estáticas.
Por
otra parte, se puede considerar también coino verdadera rea­
lidad material las estructuras que son lo que al fin y al cabo real­
mente conocemos, siendo-los fenómenos· meras sucesiones de estruc~
tura, de acuerdo con leyes fijas, y los acontecimientos, conjunción de
estructuras que nunca se pueden repetir
exactamente.
Para
la · exposición del tema del cual aquí tratamos, preferimos
adoptar esta última posición y remontar de 'las estructuras a los fe­
nómenos
y de éstos a los acontecimientos, y dentro de cada una de
estas
tres categorías cortsiderar los diferentes niveles métricos de or­
ganización en el mundo inorgánico.
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PRINCIPIO DE SUBSIDIARJEDAD 'Y MUNDO INORGANICO
El principio de suhsidiariedad · en lás estructuras inorgáni~s
La primera cuestión qne se nos presenta es el considerar cuáles
son
los· elementos que forman estas éstructur~, y aquí se plantea el
problema del conocimiento de los
componentes básicos · del mundo
material : los
átrnnm ·que -postularon los antiguos.
Las viejas teoríás-materialistas de l.eucipo y Demócrito conside­
raban la realidad formada por estructuras constituidas por átomos
indivisibles que se unían entre sí de ároerdo con detetminadas leyes.
La deducción de la compleja realidád a partir de unos elementos
primordiales
y de unas léyes sencillas, -ha sido el sueño dorado de
todos Ios monistas.
La física -moderna ha logrado · grandes -éxitos en su intento · de
unificación de
Jás bases del universo material y á medida que -pro­
gresa en su conocimiento
se aclaran y ·unifican-problemas, pero; ·por
otro lado, surgen nuevas complicaciones.
Con el ·trabajo ingente; de
pléyades
de físicos, se ha llegado precisa y detalláda· del universo material a
diversos ·niveles.
El nivel más inferior ·del qne parece ·que ha surgido todo lo
demás por complicaciones sucesivas; es el de la energía en forma

lu.z, los Uamad<,s' fi»onei; -Já materia prima del universo serla la
Ju, de acuerdo con el relato b!blico. La lu.z es · la forma· más sutil de
la materia. Pero ya en lá energía nidiánte aparece .. cierta organización;
púes se· puede presentar en diferentes formas, es decir, no todos los
fotones tienen· siempre el mismo· estado ni· las mismas cara.cterísticás~
De los fotones se originan pares de electrones y la presencia · de
estos pares de electrones cambia por completo el universo; pues, a
diferencia
· de los fotones, fos -electrones pueden asociarse según de­
terminadas leyes, originando estructuras duraderas, y así tenemos un
segundo nivel
· de organización qne tiene base binaria, puesto qw,
en é1 · -intervienen cargas positivas y negativas. La flsica moderna
ailmite fa eicistericfa de cierto numero de ¡,articulas elementales que
podrían ser asociáciones de fotooes. lll hecho seguro es que algunas
de estas partículas se asocian siguiendo normas muy· precisas for~
mando estiucturas . muy estables. que -Corresponden a un centenar de
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fUIJO GARRIDO MARBCA
esquemas diferentes, coru,tituyendo los átomos que, contrariamente
a
la etimología de su nombre, no son indivisibles, sino __ que_ están
formados
por un cierto número de partículas elementales asociadas.
El mundo
de los átomos se origina a partir de los electrones y
protones, porque estas partículas pueden entrar en sociedad, en
sociedades
limitadas y ordenadas que tienen_ gran estabilidad. Esta
visión corpuscular del átomo no es más que una -aproximación, ya
que el esquema intuitivo y sencillo en forma del sistema planetario
de Bohr ha sido sustituido .por teorías que se basan en un modelo
matemático
en el · que -se -pierde la referencia intuitiva y queda sus­
tituida
por un sistema de cí,!culo que permite prever las propiedades
observables
de los átomos, pero carece de representación sensible,
Al nivel atómico
y sub-at(>mico nos encontramos en un mundo que
trasciende nuestros sistemas de representación, y .. sólo es cognoscible
por las _regularidades de sus efectos. En este mundo los elementos
no :están localizados en un' solo lugar, y en_ su comportamiento rige
el principio ele indeterminación.
Los átomos son susceptibles de interacción y de asociación, son
setes
sociables y pueden formar agrupaciones estables de un nivel
supetior: las
moléculas y los. cristales, i:¡ue obedecen no sólo a las
leyes atómiqs, sino " otrli! lryes súplementflfias.
Aquí surge el problema de la subsidiariedad de las leyes con la
pregunta siguiente': ¿son las sociedades moleculares y cristalinas de
la misma naturaleza que las de los átomos?
·
Actualmente se tiende a considerar que las moléculas y los cris­
tales son sistemas formados por núcleos atómicos rodeados de una
nube de electrones de diferentes energías. Hagamos notar la relación
que_ tienen estas ideas con la-famosa controversia de loo siglos XIV
y 'xv sobre la unidad y la pluralidad de formas sustanciales en la
teoría hilemótfica.
Los uniformistas decían que · en toda sustancia
existe ¡¡na sola forma, mientras que los plurifotmistas admitían que
existía una superposición de formas más o -menos coordinadas, es
decir, que los componentes no perdetían su individualidad' ruando
se integran en una. naturaleza. diferente a la que tenían ·ruando es­
taban aislados.
La física moderna, en el caso de lás _moléculas y cristales, ten-
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PRINCIPIO DE SUBSIDIAIUEDAD Y MUNDO INORGANICO
derla más bien al uniformismo. La molécula y el cristal sería a ma­
era de un átomo gigante con muchos núcleos.
Hay que admitir, sin embargo, que, además de las leyes que
rigen la arquitectura atómica, deben tenerse en cuenta en los edifi­
cios moleculares y cristalinos las leyes geométricas y físicas que rigen
la interacción
y situación relativa de los diferentes núcleos que en­
tran
en la estructura. Es la diferencia entre agregación y organización
de
ocden superior, diferencia que, por otra parte, no es siempre fácil
de establecer.
Cuando subimos a niveles superiores de organización, es decir,
a niveles macroscópicos, las diferencias entre organización y agrega­
ción resultan más evidentes, es la diferencia que establecen los libros
elementales
de química entre mezcla y combinación. Hay que tener
en cuenta que en el caso
de la agregación siempre existe una cierta
organización.
Asi, por ejemplo, en un montón de granos de arena
existen determinadas leyes
en la posición relativa de los granos, te­
niendo en cuenta la forma y tamaño de los granos y el principio de
la impenetrabilidad
de la materia, que permiten estudiar la disposi­
ción probabilística de las vecindades entre los granos. Si en lugar
de granos de arena se trata de un conjunto de esferillas iguales, las
configuraciones posibles quedau perfectamente definidas por con­
sideraciones geométricas.
A nivel de cada organización se pueden establecer
leyes que rigen
la
poblafión de objetos de nivel inferior. Así, por ejemplo, para un
mineral las leyes son
la distribución geométrica y energética de los
átomos que lo constituyen. Para los . yacimientos minerales son las
leyes de interdependencia de las distintas especies minerales que en
ellos se encuentran. Pá.ra la disposición de los yacimientos en un.a
zona de la corteza terrestre son las leyes de distribución de los ele­
mentos geológicos que la constituyen.
Las leyes que rigen un nivel determinado no se pueden, en ge­
neral, transponer a otro nivel, pero
no pueden contradecir las que
rigen los otros niveles, superiores o inferiores. Resulta, así, que
existe una jerarquía de las leyes.
Las relaciones· de · las estructuras del mundo inorgánico con el
mundo de los seres vivos, con el mundo
de la acción humana -y con
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JUUO GARRIDO MARllCA
el mÜndo de la Causa primera, ·permite hacer resaltar, también, esta
jerarquía de las leyes.
Los . seres vivos actúan de. diférentes maneras en las est~cturas
del mundo inorgánico creando determinadas estructuras (panales d_e
las abejas, nidos, :etc.) y también dejando al morir estructuras de
origen orgánico (f6siles). Pero es el hombre _el qw, ha ejercido y
ejerce cada vez más una acción modificadora y creadora de las es­
tructuras inorgánicas. Desde los primitivos ensayos de la metalurgia
basta_ las más complicadas operaciones de_ la. síntesis química, el hom­
bre se ha esforzado en modificar ciertas esttucruras inorgánicas 'f
crear · ottas nuevas muy complicadas, · pero no ha podido biu:erlo más
que aceptando y sometiéndose a las leyes que rigen el mundo inor ~
gánico. Por ejemplo, los estudios recientes sobre física atómica han:
permitido descubrir procedimientos ¡,ara la formación artificial de
átomos cada vez más complejos, con los cuales se inttoducen en el
universo dosis fundamentales de orden creciente. Sin embargo, cuan­
do queremos seguii-por esta línea nos -encontramos con_ una· gran.
dificult•d, pues, ·a medida que aumenta la complejida.d de los áto­
mos, disminuye su estabilidad, y los átomos muy pesados se desin­
tegran expontánea y rápidamente. Queda entonces, en la práctica,
limitada
la dimensión posible de los átomos y existen algo menps
de un centenar de tipos estables diferentes (dementos químicos)­
El
número. de _esttucturas ató,micas distintas podría racionalmente
crecer indefinidamente, pero otras
.leyes distintas. limitan estas posi­
bilid•des racionales.
Así_ resalta claramen\e la falacia del fam!)5a axioma hegeliano
sobre
la iden.tidad de fo mciorutl y lo real: ,«W"' 11ernüfdch ist tb,s
ist wi,rklich, ,md was whklich ist das is vernüf#ch».
No, todo lo racional no es siempre real, m tudo lo real es ra­
cio,u,I. para n11eslra inteligen estructuras· inorgánicas está la Causa primera que puede hacerlas;
confluir de un modo excepcional para prodncir unos efectos dife~
rentes de los corrientes y hasta prcxlucir' cambios estructurales alta­
mente sorprendentes· éomo, por ejemplo, la· transformación de agua
en vino en: las' bodas de Caná.
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PRINCIPIO DE SUBSIDIARJEDAD Y MUNDO INORGANICO
Er espíritu humano es congruente i:on la realidad, pero ésta es
demasiado compleja para ser apreheodida eo su totalidad.
El principio de suheidiariedad en el mundo de los fenómeno!
En ei esrudio de Jas estructuras de fa naturale'.la no . se puedé
piésciridir de' una· actitud diacrónica, en efecto, las estructuras ma~
teriales están sujetas a transformaciones, cambios·y alteradories. Aún
los estructuras que páreceo más estables e invariablés, como puede
ser·· un cristal -de ·-diáma:nte, son, en esenda, · sist~ dirtámiCos-,en
los que la variable tiempo tieoe un' significado. ,Lo ·que ocurres es
que, a veces, las vá.riacionés · son ta:n · i-ápidas. cQn:lo-eri, el caso de his
ondas de oscilación · térínJca, o tan ·fon tas como :cicur,e en la: metainic­
tización, ··que
resulta que el· cristru se i:too ·presenta cóino algo estable
e invariable. Pero siempre estas transformaciones
y evoluciones dia,
crónicas-se tealizart de acuerdo con-éiert-ás,,n"Otmas ··de.:paso ·de ·un.a
estructura·· -a otra, y este. paso se verifica de a.cµerdo con ciertas · leyes
que rigeo el feoómeno físico correspondiente.
Las ciencias naturales· ptleden -existir porque· éxisten cánexiones
ne,-esarias entre los fenómenoo y los resultados estructurales como
consecuencia de. estos fenómenos. Es .el·· deJ'erminísmc;
La afirmación del determinismo es evidente .cuando se refiere
a un nivel de la realidad en el que existe la posibilidad de lo que
se puede llamar una inf(Jt'mddón fuerte, Es decir, para < tiempo
comprendidos entre el segundo y, alguno, años y dimensiones
métrifas. comprendidas entre un milí1ll:e!ro y_ unos kilómetros. Dentro
de este dominio se desarrollan los fenómeno, directamente observa­
bles, mientras
que. fuera de él solamente podernos obteoer informa­
ción a través de ~paratos más o i:nenos complicados o empleand9
deducciones más o· menos "problemát_icas a partir de observaciones
fragmentarias.
Existe siempre la teodeocia a edificar represeotaciones de los
fenómeno,, aunque
sean de un dominio exterior al de información
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¡uuo GARRIDO /\!ARECA
fuerte, a la escala de nuestros sentidos. Pero entonces surge el pro­
blema de la
tramferencid de eJ'ettd, problema íntimamente relacio­
nado
con la jerarquía y subsidiariedad de las leyes fenomenológicas.
Ante todo hay que tener en cuenta que no existe simetría entre
el paso de la escala humana ( de información fuerte) a la microflsica
y
el paso de la escala humana a la geofísica, por ejemplo, o sea, la
física a escala de nuestro planeta.
En microflsica se pueden emplear
métodos experimentales y deductivos, pero
se tropieza, entre otras,
con la dificultad que
en el mundo atómico no son válidas las reglas
de
la mecánica ordinaria, existiendo el principio de indeterminación
no valedero a escala mayor.
En la geofísica no se pueden emplear ordinariamente métodos
experimentales, y
las deducciones deben llevarse a cabo por induc­
ciones y por síntesis a partir de múltiples y
muy variadas observa­
ciones fragmentarias y necesariamente incompletas.
Cuaudo se pasa de un nivel de organización a otro superior,
aun
dentro
de la física a escala humana, aparece un nuevo factor, el
fact(Jf de eftruc'lura, que no existe en el nivel inferior. Por ejemplo,
en el caso que veíamos antes de un montón de granos de areua,
se
puede estudiar el comportamiento de un grano de arena, de tamaño
y forma determinada, cuando se encuentra, por ejemplo, una co~
rriente de agua. Pero cuando se trata de un montón de granos de
arena
en la corriente de agua aparecen, además de los fenómenos
de cada uno de
los granos, las interacciones de los granos. Cada uno
de los granos influyen en la trayectoria de
los demás, y los fenóme­
nos del conjunto de los granos de arena es el resultado de todas estas
interacciones y de la estructura del conjunto. El grano de arena se
convierte en este conjunto en un pllÍltO anónimo.
La descripción microscópica del comportamiento de los granos
individuales no basta para definir el del nivel macroscópico.
La descripción del comportamiento de
los objetos de un nivel
N, no bastd., en general, para definir el comportamiento del nivel
N + 1, pues aparecen nuevos fenómenos.
Recíprocamente,
la descripción macroscópica de un nivel N no
basta para definir el comportamiento de los objetos a un nivel
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PRINCIPIO DE SUBSIDIARJEDAD Y MUNDO INORGANICO
N - 1 y, a veces, esta deducción resulta imposible. Cada nivel re­
quiere su metodología.
Esto que ocurre en la métrica, ocurre también con la dimensión
tiempo. Por ejemplo, en el magnetismo terrestre no se pueden re­
gistrar las variaciones rápidas, digamos diarias, al miJm!J tíemp!J que
las variaciones seculares o las variaciones en el transcurso de las
épocas geológicas. En este caso, el estudio de las variaciones lentas
requieren una metodología especial en
la cual las variaciones locales
rápidas quedan relegadas al mero papel de un «ruido de fondo» que
puede ser despreciado.
Las ciencias paleofísicas intentan extender el conocimiento a los
fenómenoo que ocurrieron hace mucho tiempo y que se han podido
registrar,
fooilizar, como ocurre con el magnetismo, la temperatura
o la presión.
En este caso solo se pueden obtener datos de un modo
fragmentario
y razonar por analogía.
Hay uo caso en el que
se ha podido reconstruir de un modo
muy preciso
fenómenoo muy antignoo, y es el que se relaciona con
la mecáoica celeste, que
es el ejemplo más perfecto de sistema ce­
rrado en el que se ha organizado una teoría abstracta sobre la base
de un pequeño número de
leyes ( las leyes de Newton). En cambio,
en el polo opuesto de las dimensiones métricas, la microfísica, la
teoría cuáotica que rige
el mundo de las moléculas, tiene una estruc­
tura muy diferente de la de la mecánica celeste, pues está basada
en
la mecáoica estadística, que es una aplicación de la teoría de la
probabilidad.
Un paso más radical en la misma dirección se da coa
la introducción de
la mecáoica cuáotica.
La acción de loo seres vivoo ea los fenómenos del mundo mate­
rial tiene caracteres muy especiales.
En primer lugar, en su interior se originan y realizan fenómenos
de índole muy particular, fenómenos excepcionales. Por ejemplo, los
fenómenoo morfogenéticos estáo gobernados por un genotipo ea el
cual están registradas de un modo misterioso, pero preciso, las fases
del crecimiento de acuerdo con
un programa determinado.
No es necesario insistir sobre la importancia y la significación de
la acción del hombre en el desarrollo de multitud de fenómenos,
basta solo recordar que al igual que ocurría con las estructuras, y
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¡uuo GAR.IUDO ll(ARECA
quizá de. un modo más amplio, el hombre es capaz de montar fenó,
menos inéditos, pero siempre de acuerdo con ciertas leyes que ,él no
ha creado. Puede aprovechar y. combinar las leyes, pero no puede
modificarlas.
Por definición, en los fenómenos reproducibles actúan solo cau­
sas segundas, por lo ~to, fa acción de Dios sobre ell~ solo se
manifiesta a. través de éstas,
*' * ...
Los aoontecimfontos y el principio de auhs4Jiariedad
Para los pandeterministas no deberí~ existir acontecimiéntos,
sino solo fen(>menos m,\s o met\os complicados y · ~ .. o menos repro­
ducibles,
porq~e no se. pue~ .dar varias veces e,¡:actallle!'-te las mis-
mas caµ.sas. . . · ... , . . ,_ . . . _ ·
Sin ~go, la f.ísica moderna admit~ la exist~a de fenóme,
nos·aleatorios-qu.e. Sf? presentan, en cietto modo, romo manifestacio­
n<'s de la libertad de las partículas. El hecho es ta¡nbién que en el.
u¡iive,rso existen acÓntecimientos distintos irreproducibles y que, en
realidad, cada fen,Smeno observado es, -en el fondo, un aconteci­
,:µiento irrepetible. de-un modo exacto.
1lfr el.nivel de-la. «información fuerte», dependiente de sus di­
mensiones espaciales y tempo,rales, se. pueden delimitar, con mayor
o . menor dificultad, . la tratrw. • de los distiqtos. fenómenos que. con­
curren a su evento, pero es, en gi:;µerad., imposible el determinar la
91,µs~ de cada_ ponflu~ncia de fen,ómenos .
. . Cuando se. trata de acontecimientos pasados que han dejado como
recuerdo una._estructura determinada, las c:911diciones y la trama. de
fenómenos se puedé intentar deducir a partir de razÓnamientos y
experi,encias-y, sobre -todo,_de analogías con __ fenómenos actllales. Es
lo que ocurre en . las ciencias. geológicas, . en las cuales se. trata de
deducir acontecimientos pasados que han dado lugar a las estructuras
existentes actua_lmet,.te ep. la coi:1:eza ter.restre.
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PRJNCIPIO DE SUBSIDIARJEDAD. Y MU;NDO INORGANICO
_ Es en. el domin,io de los_ aconteciµi.iento.s. donde _se_ hace notar más
daramente la acción de la Caus.a prinÍer..;· Ja acción de Dios. La
trama compleja de los .fenómenos que co¡tlluyen en el desarroll~ de
cada acontecimiento
.. está regido por la. Voluntád, del Ser . Supremo
c¡ue puede en casos ·e=¡,cionáles. basta_ suspender o . alter_ar las leyes
mismas que rigen los fenómenos.
• • •
En esta vista panorámica del mundo inorgánico a la luz del prin­
cipio.
de subsidiariedad; hemos querido hac&r · resaltar la existiiricia
,de niveles ele-organización; ·analizat--Ias-··-ióteracciones que· existf!fl
tre ellos. y considerar cómo el conocimiehto de cada urió de estos
niveles ayuda a la comprensión-del--de -los-lliveles superiores e infe­
riores a él, siendo cada· uno de ellos: ·Súbsidiarío de los otroi( pero
esta subsídiaríedad se ejerc"e ·en los dos· sentidos; pues t<1nkl son de­
pent:Nente.r los ni11ehJ1s superiores de los inferiores como los inferio­
res de los superiores.
Los progresos rápidos que
se realizan en el conocimiento cien­
tífico hacen aparecer, cada vez de un modo más claro, la existencia
de estas subsidiariedades que, por un lado, alejan de un monismo
simplista, y, por otro, hacen resaltar la armon!a de la creación. Ar­
mon!a y dependencia son los dos principios básicos de la realidad.
La ciencia moderna puede estar orgullosa de sus progresos, pero
no hay que descuidar nunca la existencia de diversos niveles de co­
nocimiento. Guardar la clara noción de la existencia y dependencia
O.e estos niveles nos parece tarea primordial.
No creemos que se pueda expresar mejor la importancia de esta
tarea primordial que, recordando unas palabras pronunciadas
por
P!o XII, el 2 de marzo de 1947.
Decía así:
< .. ~un desafío: si quiere conservar su prestigio y salir del punto muer­
"to, tendrá que adaptarse a la vida y al pensamiento moderno, a los
"descubrimientos científicos y a la extraordinaria potencia de la
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¡uuo GARJIJDO MARECA
"técnica, frente a los ruales las formas históricas del cristianismo
"y sus viejos dogmas no serían sino evanescentes luces del pasado.
»¡Grave error!, y ¡cómo se descubre detrás de estas afirmaciones
"la ilusión falaciosa de los espíritus superficiales! Estos parecen em­
"pujar a la Iglesia, como a un lecho de Prorusto, a los cuadros es­
"trechos de las organizaciones humanas. Como si una nueva confi­
" guración del mundo, como si /,. Jo,minadón presente de la ciencia
"y de l" técnica ocupase todos lrJs dominios y no de¡ase ningún er­
"pddo libre p,,ra la vida sobrenatural.»
La experiencia se ha hecho, desgraciadamente, se han querido
confundir los. niveles diferentes y reducir la superior a lo inferior.
Tenemos ahora en la Iglesia muchos miembros de
la jerarquía que
qureren adaptarse al mundo y que quieren depender de él, y el
resultado desastroso está a la vista de todos.
Urje,
pues, restablecer claramente la idea de los niveles de co­
nocimiento y sus relaciones de interacción y subsidiariedad.
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