Volver
  • Índice

Navidad y Epifanía

NAVIDAD Y EPIFANIA:
MISTERIOS DE LA ENCARNACION Y DE LA REVELACION
Navidad y esperanza, pese .a la caducidad del progreso hu­
mano.
" ... El nacimiento de Cristo, diwitno y natural, debe ser nues­"tro ren "ravilloso propi,o de nucslra fe, un hecho vital;·
J Debemos renacer) podemos renacer. ¿ Quién de-n.osotros no "tiene la experiencia de la ine:wrable voracidad del tiem¡pot
"¡Quién no _ve _có1no; todo-progr?so_ hum'll,M es insuficiente en si "mw,,o y por SI'. mwn,o des.arrollo lleva. aneja la limitación de "su caiucidaid? ¡Quién no advierte, especiahnente hoy, que toda
"mooifestación de la vida ofrece el /J/anco a una despiadada, y en
'' cierto sentido,
ló'firca contradicción? ¿ Quién de nosotros ná .lleva "en el fondo de su espíritu /,a mordedura de la desconfianza;; des­·"confümza en sí mrismo, si se conoce bien coffliO débil y _pecador,
"desconfianza- en los
det11ás, desconfianza en la sociedad, descon­
"fiwnza en la ávilización, desconfi.cm:za en el mundo?
"La Naw;dad, com,o lo hemos dicho ya en nuestro mensaje,
"vence esta desconfi,a:nza,· y nos C0111l}81'J,ce de que se puede y se "debe espe_rwr. Es neces{J)Yio_ reriacer; es necesMÍo co11ienzar de ''nuevo. Renacer hoy, recomen-zar hoy.
"La fiesta de hoy, alegre y profunda, nos infunde esta esp·e­JJra(f/,za y nos enseña el camino. Es necesario ,renacer m:ediante.
nlos criterios, miedin:nte los principios, miediant.e las energf,as que
"Crista pone hoy todooía; a nuestra disposici6n. En Cristo, con
"Cristo

es
siempre posible empezM de nuevo y reem,prenáer /,a "construcci6n de nuestra vida personrd, áe nuestra vida familiar,
"de nuestra vida social
y cwil. El nacimiento de

Cristo
esperen­
'·'ne. Cristo
es la infancia, es la jwventuá y es la vi;rilidad nueva
"del mundo.
Con

El
pode.n,os celebrar,

no sólo
su anti[Jua Na-­
''vidad, sino también nuestra nueva Navidad.>'
PAULO VI: Felicit.ación Navideña antes de la bendición Urbi et Orbi el 25 de diciembre (texto italiano en COsservatore Romano del
27-28 de diciembre de 1%18; texto

en caste­
llano:
Ecclesia núm. 1.423, sábado 11 de. ene­
ro
de 1969).
Necesidad de la Fe en Cristo, Dios y Hombre, para el hombre
de hoy.
"I gua/mente se presenta el hecho de que las condicwnes rea-­
"! es, e:cistencwes, del hombre denuncian /,a necesidad de una a,yu­"da de la dvvina r!!'l!tlación aun pa;ra las verdades religiosas a las
Fundaci\363n Speiro

"que podría lle[JGII' de suyo la razón ( cfr. S. Th., 1, 1; Denz.
"Sch.
3005 (1786), Concilio Vaticano I, "De Fide", c. 2), y ello
"por
razones de faáUdad, de seguridad y
de
integridad. Así qu,e,
"aun perm<1necíendo la capacidad natural del hombre para razo­
"nar acerw de

las
cosas dvvinas, así como

el deber de emplear bwn
"nuestras facultades cognoscitivas en

el estudio
teológico y en
.
"la

vida
espiritual [cfr. Denz. Sch 3019-3020 (1799-1800)], es
"de sabios, y útil, entrar en la escuela de la palabra divina, y
"acogerse con fe a las enseñcrnzas que nas revela,, y la sagrada
"tradición y la
Sagrada Escritura nos

ofrecen
"como un
espejo
'"en el qu,e /a Iglesia peregrina. en la tierra contempla a Dio·s, de
"quien recibe todo, hasta que llegue a verlo cara a cara, camio es
"El" (Const. Dogm. "Dei V erbum,", núm. 7)."
"Un célebre escritor rusa hace exclam'llr a uno de sus perso­
"najes: "¿ Un hombre culto, un europeo de nuestro tiempo, pue­
"de creer todavía, puede

creer en la
dvvinidad de Jesucristo, Hijo
"de Dios?
Puesto

que,
a:J fin, toda la fe está en esto" (Dosto"
"yerwski), y

un
famllJSo teólogo católico alemdn comienta: "El mis­
''terio
de Cristo oo consiste, en realidad, propir:miente hablando,
"en el hecho de que sea Dios, sino en que sea a la vez Dios y
"hon:,bre. El prodigio inaudito·, increíble, .no es sólo que en la faz
''de Cristo resplandezca la majestad de Dios, sino que un Dio,s
"sea al mism,o tiempo hombre, que un Dios se. haya miostrado bajo
"la formu de

un
hom,bre" (Adam, Jesucristo, 1934). Nuestra ge­
"neración SDente la presión de esta gran doctrf,,na; 31 con frecuencia
,.voces no
ca_tólicas, que se

difunden
hoy en el miUndo, repiten
"con núevas pal "vocadas
(Matth.,

16,
14): Se dice que es un personaje e:rtraor­
,, dina;rio;
pero

no se sabe bien
quién es,· por amda,r más seguros
ny nragnificárndolo m.oralmiente con una cantata se acaba por mir
,Jnimtiza~lo esenáal;m1ente. Se abjeta a la doctrina católica el Ser
'1mJtica, helénica, metafísica,
SO'brenatural ... 1 y la apología que los
1'autores hetero-doxO's de m:oda hacen de Cristo se reduce a admitir
"en El "a un hambre PMticularm:ente bueno' "un hom:bre para
''los demás", y se riiJue así aplicando a esta -interpretación de Cris­
''to

un criterio
que ha llegado a, ser_ decisivo y despótico, el de
"la capacidad moderna de captarlo, acercarlo y definirlo. Se le
"m'i.de con

metro
hwmano, con
un
dogmia.tismo subjetivo; en resu-
1·mridas cuentas, con un fin1 aunque bueno·, utüUario, se /,e acepta
'"porque Cristo

puede
servir hoy

a un fin
humanitario y socio0
,.lógico.
"La
verdad no cuenta si no es a la medida de su com·prensi­
"bilidad; el misterio pierde su contenido, teológico y religioso, y
'ºse resuelve en refle:ríones prácticas aplicables a la sociedad mo­
"derna
y a los gustos volub!es de un mMndo en transformación.
nPara esconder

el
vacío doctrinal} que así se

produce, se, dirige
''
alguna

que
otra vez a la Iglesia católica, fiel a su secular cristo­
"logía, la

acusacMn de no
hal,er imitado bastante al, Señor: de
Fundaci\363n Speiro

"haberlo encerrado en fórmulas dogmáticas incomprensibles y su--
, peradas. Pensamos en estas acusaciones con am,a;rgura, co111 ho~
"nestúl,ad, serena:mente.
Pero

no queremos entrar ah.ora en
dis­
''cusiones, ni polémicas, ni apol-agéticas,· están juera de lugar,
"Queremos sólo poner sobre aviso a vosotros, fieles hijos, y con .
''vosotros a cuantos se fúm de la confesión victorivsw de Pedro
·"sabre el mistmo de Jesús, el Hijo del hambre: "Tú eres Cristo,
"el
Hijo

de Dios
vvvo" (Matth., 16,

16),
para permanecer "fuer­
''tes

en
la fe" (1 Petr., 5,

9).
Debemos atener,¡os a la palabra del
'·Pontífice, teólogo

del
,mis/erío de

la Encarnación. San León
"Magno, al enseñar: ''El Verbo de Dios, Dios mrismo, como Hijo
;'de Dios ... , se ha hecho hombre: plegándose así a tomar nuestra
n pequeñez, sin abdícM de su grandeza, permaneciendo lo que
''era y asUtn:iendo lo que n.o era, uniendo la verdadera naturaleza
"de
siervo a la naturaleza

que
tenía igual a la de Dios Padre"
"(Serm. núm.
XXI;

P. L. 54, 192)."
· PAuLO VI : Audiencia general, anterior y
próxima a la Navidad (18 de noviembre de
1968;
texto italiano en L'Osservatore Roma­
no del 19; texto en castellano: Ecclesia. nú­
mero
1.422, sábado 4 de enero de 1969).
El misterio de la Epifanía, divino designio según el cual
"plugo a Dios, en su bondad y sabiduría, revelarse a si
mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad"
( Eph.,
1, 9).
''Es la fiesta de la Revell1Ción. Es la fiesta de la mooifesta-­
n cián de Dios en un orden nuevo, diverso y superi-Or, no, con­
"trari.o
aJ, de su co-gnoscibilidad racional en el marco de la na­
"turaleza; una manifestación que abre ante nosotros, en cierta
"medida, aunque inn:i.ensam1ente rica

e
inefable, una visión supe­
"riar de las verdades divinas en sí mismt1s, del plano dvuim.o a
"nuestra
,,,rirada,, y por ello acerca de la verdad de nuestro ser y
"de nuestra salvación1 e inicia una relación marO!l!Ülosa, sobre­
"natural, entre Dios y el homtbre; establece, desde ahara,, una
"relación vital, una religión verdadera, una comunión entre !.a
"ReaF,dad -vi;va, y trascendente de la Dwini!dad y cada uno de
,,nosotros; mds CMtn, con la hwmrinida,d que recibe el don, ki luz
"de la vida de nta Re-velación. Este designio se cumcp,/e en
,, Jesucristo y se nas c01nunica medi(J)11,te nuestra acej)ta.ción, esto
"es, la fe, para luego difundirrse con esa corriente procedente del
"espíritu
Santo a la
que
damws el nontbre de caridad, de
gracia,
"y haciendo de los crtyentes, así regenerados y favorecidos, ·un
"solo cuerpo en Cristo: la Iglesia.',
PAULO· VI: HQmilía en la consagración de
doce nuevos obispos en la fiesta de la Epi­
fanía (texto

italiano, francés, inglés y español
en L'Osservatore Romano del 7--8 de enero de
1969; texto en castellano:
Ecclesia núm. 1.42):1.,
sábado 18 de enero de 1969).
Fundaci\363n Speiro