Índice de contenidos
Número 89
Serie IX
- Textos Pontificios
- Actas
- Congresos
- Estudios
- Información bibliográfica
- Ilustraciones con recortes de periódicos

Autores
1970
Martirián Brunsó, España en el diálogo
INFORMACION BIBUOGRAFICA
En los seminarios se forjan hombres, cristianos, sacerdotes ...
Tres niveles que hay que tener siempre ante los ojos para que no formemos sacerdotes sobre arena, no sea que vayamos a tener ex
seminaristas, no sacerdotes modelos de-anticlericalismo, malos cris
tianos o algo más ...
Tras una exhortación final, acaba el libro con una importante
nota bibliográfica "para los que deseen estar al día en datos es
tadísticos o ilustrarse más sobre
el tema tratado".
MAITE V AI,LET REGÍ.
Martirián Brunsó: ESPA8A EN EL DIALOGO {*)
Martirián Brunsó es un sacerdote catalán seriamente pr~ocu
pado por
la confusión intelectual que reina en la actual sociedad
española. Entiende, acertadamente,
Brunsó que
no basta preocuparse,
sino que es caridad gritar "j al lobo!" cuando éste penetra en el
redil. Hay que conocer, profesar y difundir la verdad. Como
ha es
crito
Juan XXIII en la
encíclica "Ad
Petri Cathedram": "La cau
sa y raíz de todos los males, que por así decirlo amenazan a los
pueblos y a las naciones y perturban las mentes de muchos, es la
ignorancia de la verdad. Y no sólo
la ignorancia, sino a veces
hasta el desprecio
y la temeraria aversión a elia."
Cada uno, en su puesto y según las facultades que recibió de
Dios, está en conciencia obligado a difundir y aplicar el mensaje de Cristo. Como dijo Pío XII, quien posea medios de fortuna, sea
especialmente generoso; quien tenga cualidades de escritor u ora
dor, hable, escriba, etc.
Brunsó, que se desenvuelve en ambientes intelectuales,_ está
en condiciones de ejercer el apostolado de la pluma. Fruto de su
preocupación por el desorden · mental reinante son una serie de
publicaciones, que vao desde estudios filosóficos y teológicos has
ta
la novela, pasando por el ensayo. Ejemplo de lo primero es un
análisis del catolicismo actual, bajo el título de V
erlmlismo o
esen
cia del
cristianismo, y
de lo segundo, las novelas Los cipreses
que maldijo e/ dúiblo, que nos trae a la memoria la conocida obra de
(*) Ed Vicente Ferrer. Barcelona. 1966, 350 págs., 1'9 cm., rúst.
901 •
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIELIOGRAFICA
Gironella de parecido título, y Los curas viejos, sobre el sacerdote
espafíol, figura a la que ha dedicado otros dos libros. Entre los ensayos, debemos resaltar
España en el diálogo, pu
blicado en 1966, y que constituye un análisis del progresismo y del
integrismo enfocados desde el negativo punto de vista anti-inte
grista y polémico de que hace gala
el progresismo.
Este libro, denso, de apretada letra, tiene mayor contenido
del que a primera vista pudiera parecer.
Consta de una introducción, cinco capítulos numerados y uno
final de conclusión. En la introducción se hace un recuerdo de la Cruzada espa
fíola
-así llamada
precisamente por el Episcopado en célebre
carta colectiva-·y una referencia a la situación actual.
Al comienw de la parte principal se define lo íntegro como
lo entero o completo, a lo que no le falta nada. Por consiguiente,
integrista, en relación con el catolicismo, podría ser considerado
el creyente que acepta-íntegra la doctrina católica sin omitir nada
sustancial de nuestra religión. Esta doctrina es la ensefíada por
Cristo y los Apóstoles, rectamente interpretada por el magis
terio pontificio. Normalmente, cualquier verdadero creyente acepta íntegra la
doctrina católica y no se llama a sí mismo integrista. Han sido
los progresistas -y éstos sí que utilizan y se ufanan de este tí
tulQ-<
los
que han puesto en circulación, en sentido peyorativo,
el apelativo de integrista aplicado a los católicos conservadores, ene
migos de novedades dañosas, a quienes pintan como retrógrados, inmovilistas, intransigentes
y animados de espíritu condenatorio
de todo lo que se aparte de su particular criterio.
Y es curioso que, en la práctica, los "abiertos", los partida
rios del diálogo, los comprensivos, son en realidad los más intran
sigentes, agresivos y condenatorios. Como dice el Cardenal Siri:
"A cualquiera que resulte incómodo por el hechn de querer ad·
herirse ~n todo a Cristo o a su Iglesia, a cualquiera que se niegue
a recortar la verdad
católica, la
coherencia católica, se le lanza
al rostro la acusación
: ¡ Eres un integrista ! Si alguien afirma que
hay que obedecer a la Iglesia en todos los terrenos en que ella
cree debe intervenir, le censuran o se ríen de él: ¡ Eres un inte
grista! Si alguien no se deja llevar de la manía donde todos co
rren, sólo porque corren y sin razón concreta, se le dice: ¡ Tú eres
un integrista!" Esta actitud nos trae a
la memoria un expresivo
chiste de "Mingote", en que conversan dos progresistas, cuya
902
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBUOGRAFICA
conclusión es la siguiente: "Y al que no sea partidario del diálogo le eliminamos,
y listo."
En
el libro que comentamos se hace una historia bastante de
tallada del agrio anti-integrismo de los progresistas franceses
y su repercusión fuera de Francia, especialmente en Canadá, con
extensa cita de documentos, algunos recogidos íntegramente. Así, por ejemplo, se transcriben definiciones y conceptos emitidos por
los Padres. Rouquette, Cóngar, Chenú y Liegé en las revistas
Parole et Mission, Eludes, Esprit, Ternoignage Chretien, l. C. l., etcétera, entre otras publicaciones. Estos progresistas consideran
a los "integristas" como los "peores enemigos de la Iglesia, más
dañinos que los comunistas", y a los que habría que tratar como
a perros rabiosos. Se recoge la polémica francesa,
con la
sólida
y clara defensa, hecha por Madiran y Marce! Clément, de
V erbe y la Cité Catho!ique, acusados insidiosamente mediante la inter
pretación caprichosa de un
RafrPort doctrinal del Episcopado fran
cés. Se trata también de la repercusión de
e.sta polémica
en Es
paña y de los imitadores en nuestro país de los progresistas fran
ceses. Con especial referencia a Espafia, se explica el origen y des
arrollo del partido integrista y se expone
el concepto de la Tradición --continuidad de lo permanente en lo transitorio----, fuente
y raíz de todo sano
progreso, según lo§ más
autorizados pensado
res católicos, como Menéndez y Pelayo y Pradera. El libro,
pese a
su
enérgico subtítulo: "El anti-integrismo,
crimen de lesa
patria, s.igno y azote de nuestro tiempo", es obje
tivo y equilibrado,
y termina con un llamamiento a la concordia y a la nnidad cat61ica, pidiendo perd6n el autor, en la última pá
gina, a quienes pudiera haber ofendido.
GABRJEI, ALI'EREZ CAr,LEJÓN.
Mirian del La.go: LOS CIPRESES QUE MALDIJO
EL DIABLO (*)
Son los del cementerio de Gerona, secularizado en virtud de
la Ley de 30 de enero de 1932.
Se trata de unas memorias noveladas del período comprendido
(*) Editor: Martirián Brunsó Imp-renta: Tulleres Gráficos Vicente
Ferrer, de
Barcelona, 1968,
652 págs.
9r_~.
Fundaci\363n Speiro
En los seminarios se forjan hombres, cristianos, sacerdotes ...
Tres niveles que hay que tener siempre ante los ojos para que no formemos sacerdotes sobre arena, no sea que vayamos a tener ex
seminaristas, no sacerdotes modelos de-anticlericalismo, malos cris
tianos o algo más ...
Tras una exhortación final, acaba el libro con una importante
nota bibliográfica "para los que deseen estar al día en datos es
tadísticos o ilustrarse más sobre
el tema tratado".
MAITE V AI,LET REGÍ.
Martirián Brunsó: ESPA8A EN EL DIALOGO {*)
Martirián Brunsó es un sacerdote catalán seriamente pr~ocu
pado por
la confusión intelectual que reina en la actual sociedad
española. Entiende, acertadamente,
Brunsó que
no basta preocuparse,
sino que es caridad gritar "j al lobo!" cuando éste penetra en el
redil. Hay que conocer, profesar y difundir la verdad. Como
ha es
crito
Juan XXIII en la
encíclica "Ad
Petri Cathedram": "La cau
sa y raíz de todos los males, que por así decirlo amenazan a los
pueblos y a las naciones y perturban las mentes de muchos, es la
ignorancia de la verdad. Y no sólo
la ignorancia, sino a veces
hasta el desprecio
y la temeraria aversión a elia."
Cada uno, en su puesto y según las facultades que recibió de
Dios, está en conciencia obligado a difundir y aplicar el mensaje de Cristo. Como dijo Pío XII, quien posea medios de fortuna, sea
especialmente generoso; quien tenga cualidades de escritor u ora
dor, hable, escriba, etc.
Brunsó, que se desenvuelve en ambientes intelectuales,_ está
en condiciones de ejercer el apostolado de la pluma. Fruto de su
preocupación por el desorden · mental reinante son una serie de
publicaciones, que vao desde estudios filosóficos y teológicos has
ta
la novela, pasando por el ensayo. Ejemplo de lo primero es un
análisis del catolicismo actual, bajo el título de V
erlmlismo o
esen
cia del
cristianismo, y
de lo segundo, las novelas Los cipreses
que maldijo e/ dúiblo, que nos trae a la memoria la conocida obra de
(*) Ed Vicente Ferrer. Barcelona. 1966, 350 págs., 1'9 cm., rúst.
901 •
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIELIOGRAFICA
Gironella de parecido título, y Los curas viejos, sobre el sacerdote
espafíol, figura a la que ha dedicado otros dos libros. Entre los ensayos, debemos resaltar
España en el diálogo, pu
blicado en 1966, y que constituye un análisis del progresismo y del
integrismo enfocados desde el negativo punto de vista anti-inte
grista y polémico de que hace gala
el progresismo.
Este libro, denso, de apretada letra, tiene mayor contenido
del que a primera vista pudiera parecer.
Consta de una introducción, cinco capítulos numerados y uno
final de conclusión. En la introducción se hace un recuerdo de la Cruzada espa
fíola
-así llamada
precisamente por el Episcopado en célebre
carta colectiva-·y una referencia a la situación actual.
Al comienw de la parte principal se define lo íntegro como
lo entero o completo, a lo que no le falta nada. Por consiguiente,
integrista, en relación con el catolicismo, podría ser considerado
el creyente que acepta-íntegra la doctrina católica sin omitir nada
sustancial de nuestra religión. Esta doctrina es la ensefíada por
Cristo y los Apóstoles, rectamente interpretada por el magis
terio pontificio. Normalmente, cualquier verdadero creyente acepta íntegra la
doctrina católica y no se llama a sí mismo integrista. Han sido
los progresistas -y éstos sí que utilizan y se ufanan de este tí
tulQ-<
los
que han puesto en circulación, en sentido peyorativo,
el apelativo de integrista aplicado a los católicos conservadores, ene
migos de novedades dañosas, a quienes pintan como retrógrados, inmovilistas, intransigentes
y animados de espíritu condenatorio
de todo lo que se aparte de su particular criterio.
Y es curioso que, en la práctica, los "abiertos", los partida
rios del diálogo, los comprensivos, son en realidad los más intran
sigentes, agresivos y condenatorios. Como dice el Cardenal Siri:
"A cualquiera que resulte incómodo por el hechn de querer ad·
herirse ~n todo a Cristo o a su Iglesia, a cualquiera que se niegue
a recortar la verdad
católica, la
coherencia católica, se le lanza
al rostro la acusación
: ¡ Eres un integrista ! Si alguien afirma que
hay que obedecer a la Iglesia en todos los terrenos en que ella
cree debe intervenir, le censuran o se ríen de él: ¡ Eres un inte
grista! Si alguien no se deja llevar de la manía donde todos co
rren, sólo porque corren y sin razón concreta, se le dice: ¡ Tú eres
un integrista!" Esta actitud nos trae a
la memoria un expresivo
chiste de "Mingote", en que conversan dos progresistas, cuya
902
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBUOGRAFICA
conclusión es la siguiente: "Y al que no sea partidario del diálogo le eliminamos,
y listo."
En
el libro que comentamos se hace una historia bastante de
tallada del agrio anti-integrismo de los progresistas franceses
y su repercusión fuera de Francia, especialmente en Canadá, con
extensa cita de documentos, algunos recogidos íntegramente. Así, por ejemplo, se transcriben definiciones y conceptos emitidos por
los Padres. Rouquette, Cóngar, Chenú y Liegé en las revistas
Parole et Mission, Eludes, Esprit, Ternoignage Chretien, l. C. l., etcétera, entre otras publicaciones. Estos progresistas consideran
a los "integristas" como los "peores enemigos de la Iglesia, más
dañinos que los comunistas", y a los que habría que tratar como
a perros rabiosos. Se recoge la polémica francesa,
con la
sólida
y clara defensa, hecha por Madiran y Marce! Clément, de
V erbe y la Cité Catho!ique, acusados insidiosamente mediante la inter
pretación caprichosa de un
RafrPort doctrinal del Episcopado fran
cés. Se trata también de la repercusión de
e.sta polémica
en Es
paña y de los imitadores en nuestro país de los progresistas fran
ceses. Con especial referencia a Espafia, se explica el origen y des
arrollo del partido integrista y se expone
el concepto de la Tradición --continuidad de lo permanente en lo transitorio----, fuente
y raíz de todo sano
progreso, según lo§ más
autorizados pensado
res católicos, como Menéndez y Pelayo y Pradera. El libro,
pese a
su
enérgico subtítulo: "El anti-integrismo,
crimen de lesa
patria, s.igno y azote de nuestro tiempo", es obje
tivo y equilibrado,
y termina con un llamamiento a la concordia y a la nnidad cat61ica, pidiendo perd6n el autor, en la última pá
gina, a quienes pudiera haber ofendido.
GABRJEI, ALI'EREZ CAr,LEJÓN.
Mirian del La.go: LOS CIPRESES QUE MALDIJO
EL DIABLO (*)
Son los del cementerio de Gerona, secularizado en virtud de
la Ley de 30 de enero de 1932.
Se trata de unas memorias noveladas del período comprendido
(*) Editor: Martirián Brunsó Imp-renta: Tulleres Gráficos Vicente
Ferrer, de
Barcelona, 1968,
652 págs.
9r_~.
Fundaci\363n Speiro