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  • Índice

I. El diálogo católico-marxista. II. ¿Son compatibles cristianismo y socialismo? III. Fracaso del socialismo en Cuba. IV. El camino truncado de los países comunistas europeos

ILUSTRACJONES CON RECORTES DE PERIODlCOS
l. EL DIÁLOGO CATÓLICO-MARXISTA, Y LA PRETENDIDA TERCERA VÍA ENTRE EL
COMUNISMO Y EL CAPITALISMO.
A raíz de un mano a mano que, en una de las cadenas francesas de.
televisión, sostuvieron en
mayo

último el
Cardenal ·DaniJélou y

el
marxista
"heterodoxo" Roger Gai-.andy, sobre el tema «Cris-tia~ y marxistas ante
el mundo moderno», nuestro amigo Louis Salleron ha publicado en l'I'INE-­
RAIRES, número 145 de ju:lio-agosto, un artículo titulado "La troisieme voie".
en el que comenta ambas cuestiones y del cual traducimos el núcleo central.:
«Había esperado que el Canlenal se colocase en el terreno
religioso del mismo modo que Garandy se situó en el terreno
marxista. Muy

al contrario, en la cinta que presentó,
y luego a
todo
fo largo del debate, se encerró en la cuestión social, conteo~
tándose
con
aclararla con la
luz cristiana.
Prácticamente,
la lec­
ción

que el espectador medio pudo sacar fne la siguiente: si el
comunismo aceptase al Dios cristiano sería perfecto.
Puso frente a frente capitalismo y marxismo, sin proponer
nada, con lo que se inclinaba a aceptar el «análisis marxista»,
y no
halló nada que contestar cuando Garandy le hizo notar que la
Iglesia condena el comunismo como «intrínsecamente perverso»,
mientras
no condena sino los
abusos del
capitalismo. ·«Yo pre­
feriría -dijo Garandy- que condenarais el capitalismo en sus
principios
y el comunismo en sus perversiones».
»Se sufría
... O, por
lo meno·.s, yo sufría al ver cómo un hom­
bre de inteligencia superior
y además profundamente cristiano,
como el Cardenal Daniélou se encontraba acorralado por pre­ guntas de ese género; y sufría porque, habiendo aceptado la pre­
sentación del cristianismo bajo
.su aspecto

económico social, que
no es ciertamente la especialidad del Cardenal, no se sintiera en
condiciones de recordar que la solución cristiana, es la que el
periodista de «La
'croix» denomina

«La tercera
vía».
»¡Ah!,


bien por qué. Ante todo la conoce mal. En
segundó.
lugar,

evidentemente está convencido de que el comunismo tiene
ya ganada,
desd~ ahora,

la partida, y de que toda la cuestión
905
Fundaci\363n Speiro

consiste actualmente en «recui>erlarlo», bafiándolo en una salsa
cristiana que
lo transforme en «socialismo democrático», ese so­
cialismo
en el cual todo el mundo sueña y del que nadie es ca­
paz de trazarnos un modelo, ni
siquiera aproximado.
»¿Puedo

indicar al Cardenal -a mi viejo amigo Daniélou­
que
el arco

de honor que abre la tercera vía, se halla en
el pri­
mer párrafo del
s-egundo ca·pítulo

de la Encíclica
Mater et Ma­
gistra? Helo
ahí,

en
lengua vernácula»:
«Ante todo debe afirmarse que el mundo económi,co es crea­
ción
de la iniciativa pers en su actividad indi,vidual,, ya en el, seno de las diversas asocia­
ciones para
el, fo.gro de intereses comune.s.»
«Esta proposición básica excluye de raíz la abolición de la
propiedad privada de los medios de producción, en lo cual, con­ siste
-Marx dixit-todo el comunismo, por el contrario incluye
la más amplia difusión de
la propiedad privada, el contrato, la
asociación y, con más generalidad, la libre actividad económica
regul,ada por el Poder político, que es representante del bien
común
a'l que
debe subordinarse la Economía.
»Es la doctrina social de la Iglesia. Sólo con ella puede lograr­
se la

justicia, la libertad y la prosperidad, en la medida en que
estos bienes son alcanzables. Y es cuanto permanece de esta
doc-­
trina,

o lo que de ella se redescubre, lo que explica que
'las na­
ciones

occidentales, con todas sus taras, aseguran a
sus poblacio­
nes

una vida menos injusta, menos tiránica y menos miserable
que la observada en las naciones sometidas
al yugo comunista.
»La doctrina

social de la Iglesia
¿está periclitada?
Hay que
reconocer que a los
ojos del

episcopado francés, efectivamente
lo
está.

Pero todavía ayer
la: reiteraba

Juan
XXITI, y

hoy la profesa el
R. P. Calvez,
jeauita eminente,

perfecto conocedor de Marx y
es•
pecialista,

en Francia, de cuestiones económicas.»
II. ¿SON COMPATIBLF.S CRISTIANISMO Y SOCIALISMO?
La vieja cuestión enunciada ha. sido replanteada. pot' nuestro amigo
Marcel Clément, en su. trabajo «Sociallsme "a visage. hwnain"», publicado
en "L'HoMME NoUVEAu" del 19 de JuliJo.
Pío XI, en su encíclica Ouad.ragésimo anno, fonnuló, en 1931, las si~
guientes afirmaciones:
"SI ACASO EL SOCIALISMO, COMO TODOS J.JÓS ERRORES, TIENE MÁS PARTE DE
VRRDAD
{LO CUAL l\11.INCA HAN

NEGADO LOS NUEVOS
.PONTÍFICES), EL
CONCEPTO
DE LA SOCIEDAD, QUE LE ES CARACTERÍSTICO Y SOBRE EL CUAL DESCANSA, ES
906
Fundaci\363n Speiro

INCONCILIABLE CON EL VERDADERO CRISTIANISMO. SOCIALISMO RELIGIOSO, SÓ~
CIALISMO CRISTIANO., SON
TÉRMINOS CONTRADICTORIOS; NADIE PUEDE AL MISMO
J1F.l\.{PO SER BUEN CATÓLICO

Y SOCIALISTA
VERDADERO'·' ,[núm. 46],
Sin embargo, hoy., muchos católicos claman para que· la Iglesia no
pierda la oportunidad histórica> que se le presenta., de col.ahotar con /,os
hombres que se esfuerzan. en conskt.tir un "socialismo con rostro humano",
Marce!
Clémenf ,-..según te cual "EL SOCIALISMO ES., ACTUALMENTE,
LA
MÁS SERIA TENTACIÓN PARA LOS
CRISTIANOS., LA QUE

MÁS AMENAZA SU
FE"
recoge y replica a las objeciones que se oponen a la doctrina, de la Qua-­
dragésimo anno, ccmdenatoria del socialismo. Esas objeciones y sus corres­
pondientes

réplicas,
las extrai:'tsmos extemamente a Continuación:
«l.1 OBJECION: LA FE CRISTIANA Y EL SOCIALISMO NO SE SITÚAN
·EN EL MISMO PLANO.
LA FE

CONCIERNE AL ALMA.
EL SOCIALISMO,
ES
UN SISTEMA ECONÓMICO SOCIAL. No PUEDEN,
PUES, CONTRADECIRSE.
NORMALMENTE SON

COMPLEMENTARIOS.
»No es así, por desgracia. Ya que precisamente,
la fe cristiana
y el socialismo,
¡ confluyen de hecho en el mismo plano! El so•
eialismo no

es un simple problema económico. Es una filosofía
del bienestar y despliega
su espiritualidad.

La
fe cristiana no
está únicamente ordenada a
la salvación. Conlleva implicaciones
en la vida temporal. En la práctica no existe nivel donde, una y
otra, no se presenten igualmente como una REDENCION. Es
ahí donde la contradicción
explota.
»El sqcialiBmo se

alza contra el desorden
establecido, contra
las

injusticias sociales, en síntesis:. CONTRA
EL PECADO DEL
MUNDO. La causa de este pecado b. señala en el carácter pri­
vado de la actividad económica, en la libertad de empresa y de 4?.omercio a que conduce, en la dictadura de las «empresas mono­
polistas» a que da lugar. »La redención social, que lógicamente dimana, consiste en
cambiar la forma de la sociedad, en
institucionalizar así la jus­
ticia

social y la participación de los trabajadores.
»El cristianismo, por su
par~ enseña

que CRISTO
ha venido
para CARGAR Y EXPIAR EL PECADO DEL MUNDO. La
causa de este pecado la descubre en las debilidades íntimas del
hombre caído. Condena no sólo las faltas que nacen del amor
desordenado
al dinero, sino ta~ién una sensualidad desbordada
y una sed in·saciahle de dominación. Luego perdona setenta veces
siete a los hombres que cometen estas faltas y les infunde luz y
fnerzil para

apartarse de ellas.
»Cristo no vino a redimirnos para
carpbiar la

forma de
la
907
Fundaci\363n Speiro

908
sociedad, sino para renóvat el corazón de los hombres y A TRA­
VES DE ELLOS

la
faz de

la tierra.
»Así, en

este nivel,
ilos hallamos
frente a DOS EXPLICACIO­
NES DEL PECADO. Una la atribuye fundamentalmente a 'las
estructui-as que

dejan
al hombre en libertad para explotar a los
trabajadores.
La otra la atribuye a una íntima debilidad de 1a
natnraleza

humana. Nos encontramos ante DOS PROYECTOS DE
REDENCION. Uno a través de la reforma de las estructuras eco­
nómicas, el otro mediante la renovación de las personas y de la
sociedad regeneradas en Cristo. Nos hallamos ante DOS ES­
PERANZAS. Una, en la virtud del sistema colectivista, realiza­ dor de
los objetivos

materiales de la vida
según un
ideal de jus­
ticia; la otra, en la virtud de cada persona iluminada y
afirmada
por la gracia y viviendo interiormente según las exigencias de la
justicia y de la caridad para cumplir la voluntad de Dios, en la
tierra como en el cielo. »Es por esto que Pío XI, midiendo las palabras, decía que no
se puede ser a la vez VERDADERO socialista y BUEN
cris­
tiano.

Pues el verdadero socialista lógicamente sitúa
ANTE TODO
el combate social, el combate contra las estructuras de derecho
privado, contra todos aquellos que están vinculados a
esas es­
tructuras.

En cuanto al poder, impone políticamente su visión de
la caída (en el pecado
«capitalista») y

de la redención
(siguien­
do

la «vía socialista»).
Mientras que
el «buen» cristiano
sitúa
ante

todo el combate interior en
el enfrentamiento
espiritual,
y
pone su esperanza en el apostolado que transforma incluso el alma de la sociedad. Los obreros son los apóstoles de los obreros,
los patronos son los apóstoles de los patronos. La justicia social, resulta de la
colaboración entre

las clases, en un recíproco
es­
fuerzo

de paz fraterna.
»2."' OBJECION:

No
HABÉIS COMPRENDIDO REALMENTE EL CoN­
c1uo.
LA APERTURA AL MUNDO ES LA APERTURA AL SOCIALISMO, EL
SENTIDO

MÁS PROFUNDO DEL
«ACCIORNAMENTO» ES
EL PASO DE UNA
IGLESIA CON CRISTIANDAD A -

UNA
IGLESIA MISIONERA,
ÉSTO ES
DE UNA
foLESIA FEUDAL,

BURGUESA Y ESTÁTICA A UNA
foLESIA IGUALATARIA,
PROLETARIA

Y CAMINANTE.
»Para contestar a esta objeción evidentemente es preciso po­
nerse
previamente
de acuerdo en determinar
qué se entiende ver­
daderamente

por
e1 Concilio.
Quienes

afirman que
la apertura

al mundo es una apertura al
Fundaci\363n Speiro

socialismo, pero clandestina, o fundada en una «lógica del Con­
cilio», o

en
el «sentido de la historia» que ellos imaginan, etc.,
no tienen evidentemente
más autoridad
que en su deseo,
que to­
man por una realidad.
Y si nos atenemos al Concilio y al Papa, esa identificación de
le apertura al mundo
y· de la apertura al socialismo no se tiene
en pie.
El Concilio es muy claro: «LA MISIÓN PROPIA QUE CRISTO CON·
FIÓ A SU
IGLESIA NO
PERTENECE
AL ORDEN POLÍTICO, ECONÓMICO
O
SOCIAL» ... «COMO, ADEMÁS,

EN
FUERZA DE
SU MISIÓN Y DE SU PBO·
PIA NATURALEZA, NO ESTÁ VINCULADA A NINGUNA
FORMA PARTICULAR
DE

LA CULTURA
HUMANA, NI
A NINGÚN SISTEMA
POLÍTICO, ECONÓMICO
Y

SOCIAL ...
» (núm.
42). No hay, pues, en
los textos
ninguna aper­
tura al socialismo no menos que a ningún otro
sistema.
Hay

incluso la indicación de una reserva respecto al socialis­
mo.
Y a que, en este mismo documento, se precisa que la Iglesia,
«ES A LA
VEZ SEÑAL Y

SALVAGUARDIA DEL CARÁCTER TRANSCENDENl'AL
DE
LA PERSONA HUMANA» (núm.

76).
Y es, esencialmente, este ca­
rácter transcendente del hombre
e'l que olvida, en la práctica, el
socialismo que no atiende para su plan
la redención humana sino
la organización económica de la sociedad. Si miramos ahora las ensefianzas pontificias,
comprnbaremos
que

en contra de lo que afirma la objeción, Juan
XXIII ha distin­
guido claramente la socialización del socialismo, al precisar que, «EL MUNDO ECONÓMICO ES RESULTADO DE LA
INl'.:'IATIVA PERSONAL

DE
LOS PARTICULARES, BIEN SEA QUE ACTÚEN INDIVIDUALMENTE O ASO­ CIADOS DE LAS
MÁS DIVERSAS

MANERAS PARA LA
CONSECUCIÓN DE
LOS
INTERESES
COMUNES» (Mater et Magistra, II parte). En cuanto a
Paulo
VI, ha recordado con suficiente vigor que «EL DERECHO DE
PROPIEDAD PRIVADA NO CONSTITUYE PARA NADIE UN DERECHO INCON·
DICIONAL Y ABSOLUTO»,
subrayando la

gravedad de los
deberes que
de

ello resultan, para que se vea con plena claridad que es para
su buen uso que este derec·ho existe, y que, de suprimirlo, se
SU·
primiría

por este mismo hecho la posibilidad de practicar la jus­
ticia
(Populorum progressio, núm. 23).
Así, quienes
afirman que
el Concilio ha girado la Iglesia hacia
el socialismo, no pueden, en modo alguno, apoyarse más en los
textos del

Vaticano
II que en las enseñanzas autorizadas por los
Soberanos Pontífices. Aquella afirmación es, pues, puramente
per­
sonal

por no decir aventurada.
3_!!' QBJECJON: LA PALABRA «SOCIALISMO» PUEDE MOLESTAR A
QUIENES, POR REFLEJO
JNTELECTUAL, LO
HAN RECHAZADO SIEMPRE.
909
Fundaci\363n Speiro

910
PERO ESTA PALABRA TIENE UN CONTENIDO POSIYIVO. LA ESPERANZA
BE MUCHOS

SE APOYA HOY EN ESTA
PALABRA. Es ESTE UN MOTIVO
SpFICIENTE PARA UTILIZARLO, SALVANDO

DE PRECISAR EXACTAMENTE
LA. P ALA.BRA.
No estoy empefiado. ¡He llegado a adoptar vocablos que nada
me inspiraban,
y a dejar olvidados otros que me gustaban mu­
cho! Pero, cuando lo he hecho,
ha sido por razones serias._. y
precisamente son razones serias las que me inclinan a no usar, en
un sentido positivo, la palabra «socialismo».
Para ser exacto, he renunciado a dar sentido positivo a casi
todas las palabras terminadas en
«ismo», porque el sufijo «ismo»
indica,

en la mayoría de los casos,
un sistema totalitario que cen­
tra el mundo en la realidad particular así idealizada. La nación
es algo bueno; el nacionalismo es
rechazable. La

libertad es cosa
buena, el liberalismo es
un error que hace mucho daño. Lo mis­
mo ocurre con la razón
y el racionalismo, la naturaleza y el na­
turalismo, el individuo
y. el individualismo, la sociedad y el so­
cialismo, etc.
En todos esos casos, de una parte de la realidad, se
hace
el centro

de
ella. Sin embargo, el centro de lo real, el alfa
y la omega de todas las
cosas., es Cristo. Se puede, pues, justamen­
te, hablar de cristianismo o de catolicismo
(y aún ... ¡ a condición
de adorar a Jesucristo y no a su doctrina!).
»Pero el

socialismo, el liberalismo, el individualismo, el co­
munismo, etc., son
ideología's: ídolos

abstractos, intelectuales, cada
uno de los cuales ha exigido ya sacrificios sangrientos como todos
los ídolos.
»Muchos fueron

quienes en el siglo
XIX quisieron adaptar el
Evangelio al liberalismo económico. No
sería prudente volver
a caer en
un error simétrico con el socialismo.
»4.ª OBJECION: VUESTRA POSICIÓN ES UN OBSTÁCULO AL APOS·
TOLADO DE LA
IGLESIA. LA lcLESIA DEBE PENETRAR EN EL MUNDO
OBREllO. ÁFIRMANDO SU

OPOSICIÓN
AL SOCIALISMO,
CIERRA POR
AN·
TICIPADO

LOS CAMINOS A LA
PREDICACIÓN DEL Ev ANGELIO.
»Debo observar que~ a despecho de tan excelentes intenciones,
esta objeción no me parece muy fuerte. Y es así porque no com­
prendo cómo la Iglesia podría, a la vez, ser campeona del libera­
lismo económico para no cerrar los caminos al apostolado en el
mundo capitalista norteamericano; cómo, al mismo tiempo,
po­
dría declararse existencialista para no separarse de los discípulos
de Sartre; cstrncturalista para no aislarse de los de Lévy-Strauss,
etcétera. El apostolado conduce a actuar. en todos los ambientes ...
pero no
¡a pensar

no importa qué con no importa quién!
Fundaci\363n Speiro

¡ Se percibe a dónde llevaría bato! Y a dónde, j ay!, ha con•
ducido ya a algunos ...
»5.1 OBJECION: No DISCERNÁls Los «s1cNos DE ws :rIEMPos».
AL SOCIALISMO NOS LLEVA UNA EVOLUCIÓN INSOSLAYABLE. No IDUS·
TEN OUlAS-POSIBILIDADES.

No
MALOGREMOS TODO.

S1 LOS CRISTIANOS
NO DEFINEN
«su» SOCIALISMO,

UN SOCIALISMO CON ROSTRO
HUMANO,
ES'.rABÁN,
UNA

VEZ
l\lÁ.s AUSENTES DEL MUNDO QUE SE CONS'.rRUIRÁ Sl'N
ELLOS.
»Intento -y desde hace mucho tiempo-discernir los signos
de Dios, expresión que me parece mejor y más precisa que «signo de los tiempos». Ahora bien, así como me parece que la
crisis de
1929

señaló el ocaso del liberalismo económico en todo el mundo,
asimismo la ruptura de
«la primavera

de
Praga», en
1968, me
parece haber
señ.alado el

ocaso del «socialismo· con rostro huma­
no», ya

que los otros socialismos de Moscú y Pekin son bien co­
nocidos, desde hace mucho tiempo, como campos de concentra­
ción de los que es difícil evadirse.
»No hay

ya esperanza para las diversas especies de socialismo
con rostro humano porque en lo profundo de su esencia ese ré­ gimen moderado no es
sino una

reacción en el interior del co­
munismo
«conservador» hacia

un poco de libertad y de respeto
a la dignidad
de la persona. Y esta dinámica que es uno de los
«signos» de

desequilibrio del socialismo, conduce por la fuerza de
la inclinación natural a un régimen en
el cual la economía se
fundará en la iniciativa personal de los particulares ... El rostro
será totalmente humano cuando el régimen será social -cierta­
mente-- pero
¡ sin ser socialista!
»No hay

esperanzas de un socialismo con rostro
humano, en
definitiva,

porque el análisis marxista resulta cada vez_ más ana­
crónico. El aplanamiento de
los socia.listas en

Francia no
es un
simple

azar, ni su fracaso electoral en Inglaterra. Los obreros se
convierten cada vez más en «pequeños
burgueses». Ciertamente
quieren·

hacer huelgas reformistas ... pero les tienta poco la Re­
volución: saben que el virus administrativo y burocrático de
los
países

socialistas
esteriliz~ la
producción y prefieren el neocapi­
talismo, todavía
«a precisar».
»6_!!, OBJECION: RECHAZANDO EL SOCIALISMO, os HACÉIS «OB•
JETIVAMENTE»
CÓMPLICES
DEL CAPITALISMO, DE LA
DOMll'fACIÓN DE
LOS
MONOPOLIOS, DEL EGOÍSMO DESORBITADO DE LOS RICOS Y
COMPROME·
TÉIS A LA
IGLESIA

EN EL DESORDEN INSTITUIDO
Y CON
LA
PLUTOCBA­
CU
ESTABLECIDA.
911
Fundaci\363n Speiro

912
»Me he formado con las enseñanzas de Pío XI, de Pío XII, de
Juan
XXIII y, hoy, de Paulo VI, en la consideración de que el
neocapitalismo individualista no es menos conforme a
~os designios
de

Dios que los diversos socialismos. Los comunistas y los mis­
mos socialistas quieren consiguientemente imponer la idea de que sólo hay dos sistemas posibles: el capitalismo
y el socialismo.
»Sin embargo,

esto es inexacto. Desde hace casi
cien años,
y más aún desde hace veinticinco años, se ha constituido un pen•
samiento

social, que, por joven que sea, no es menos cierto que
es el que más posibilidades tiene de imponerse sobre los
escom­
bros

del capitalismo liberal y de los diversos socialismos, que
hoy lo frustran. Este pensamiento social no es una receta mágica,
ni un
sistema del género del liberalismo o del socialismo. Es la
puesta en obra, realista
y concreta, de un espíritu de justicia y
de caridad en las instituciones que favorece el diálogo, y la co­
laboración entre las· clases
y la dirección de la vida económica
por los organismos profesionales e interprofesionales paritarios.
7.ª OBJECION: ¡ACEPTÁIS UN GRAVE RIESGO! YA QUE SI MA­
ÑANA LA
IGLESIA SEÑAL COMO

UN DEBER EL SER SOCIALISTA,
¿QUÉ
SERÁ

DE VOS?
¿ ÜS HABÉIS PLANTEAJ>O LA POSIBILIDAD DE QUEDAR SE·
PARADOS DEL
p APA Y DE LOS ÜBISPOS? ¡ TENED CUIDADO! •••
»Debo confesar que esta «hipótesis» me parece de tal modo
improbable que la considero pura
y simplemente como una elu­
cubración mental.
»Basta recordarse del texto solemne de la
Quadragésimo anno,
en el que Pío XI declaró que el socialismo, si continúa siendo
VERDADERAMENTE socialismo, no puede conciliarse con los
principios de ]a Iglesia católica.
»Cito el texto por entero:
» Y SON MU"HOS LOS CATÓLICOS QUE, SABIENDO PERFECTAMENTE
QUE NUNCA PUEDEN ABANDONARSE LOS PRINCIPIOS CATÓLICOS NI SU·
PRIMIRSE, PARECEN VOLVER
SUS OJOS

A ESTA
SANTA SEDE Y PEDIR
CON INSISTENCIA QUE
RESOLVAMOS SI ESE SOCIALISMO, EL MÁS
MODERADO,
ESTÁ SUFICIENTEMENTE PURGADO

DE SUS FALSAS DOCTRI·
NAS, DE TAL SUERTE QUE, SIN SACRIFICAR NINGÚN PRINCIPIO CRISTIA·
NO, PUEDA SER ADMITIDO
Y EN í'IERTO MODO BAUTIZADO. PARA SATIS·
FACER,
SEGÚN NUESTRA PATERNAL SOLICITUD, ESTOS DESEOS.
DE­
CIMOS: QUE EL SOCIALISMO, YA SE CONSIDERE COMO DOC­
TRINA,
YA COMO HECHO
IDSTORICO, YA COMO ACCION,
SI

SIGUE SIENDO VERDADERAMENTE SOCIALISMO,
AUN
DESPUÉS DE SUS CONCESIONES A LA VERDAD, Y A LA JUSTICIA EN LOS
Fundaci\363n Speiro

PUNTOS DE QUE HEMOS HECHO MENCIÓN, ES INCOMPATI8LE
CON LOS DOGMAS DE LA IGLESIA CATOLICA, PORQUE SU MANERA DE CONCEBIR LA SOCIEDAD SE OPONE DIA­
METRALMENTE A LA VERDAD CRISTIANA»
(núm. 46).
»El socialismo que «continúa siendo socialismo» amenaza la
fe. Propone una «redención
social» que
consiste en no esperar
que el hombre
sen capaz

de usar bien de
sus derechos,
sino en
suprimírselos porque usa
mal de ellos.
»Sin embargo, Cristo nos ha lfberado. En el amor. Y en la
esperanza.»
111. FRACASOS DEL SOCIAIJSMO EN ÜJBA,
Muchos socialistas a quienes- impresionan y desagradan tanto el comu ..
ni.,mo ruso como el chino, han afirmado que el de Cuba, el de Fidel Castro,
era otra cosa may distinta.
Tal. vez lo sea en cuanto al hecho de que el dictador cubano suele con-­
fesar públicamente los fracasos JI ¡xom.e:te el despido; o el cldigo, de loo
responsables, como después deJ fracaso de la zafra de 1970, la de Francisco Padrón como Ministro de la industria azucarera.
La prensa ha hecho algún eco, aquí demasiado débil, de algunos de
estos discursos.
Jean-,Marc
DufOW' en "L'Homme nouveau.", del 19 ck julio, se ,refiere
al. discurso pronunciado por Fidel el veinte de mayo en el Malecón de
La Habana:
;O
«El anuncio por Fidel Castro, el 20 de mayo último, del fra­
caso de «la zafra de 10.000.000 de
toneladas» ha suscitado

poca
reacción en la prensa. Para unos, convencidos de antemano que
la incapacidad del actual régimen cubano
·para mantener

sus
compromisos -sobre todo en materia agrícola-, el discurso de
Fidel no vino sino a
confirmar lo

que ya sabían; para otros,
_lea
significa

la obligación de tapar caritativamente un nuevo :fracaso
del socialismo.
»¿ De

qué se trata? Desde hace
varios años, el régimen

castrista
había señalado como objetivo de
la agricultura y de la industria
cubanas la producción, en 1970, de -10.000.000 de toneladas de
azúcar. La «zafra de 10.0-00.000 de toneladas», empeñaba, según
Fidel Castro, el honor de la revolución. De hecho, había en juego
algo más que

el honor
de la revolución, el azúcar es la
principal exportación cubana: «el azúcar es
nueStra divisa»,
ha­
bía declarado en su tiempo Che Guevara. La Unión Soviética
913
Fundaci\363n Speiro

914
se ha comprometido a c~mpnr cierta cantidad de ese azúcar,
pero este acuerdo comprende cláusulas en virtud de las cuales
las compras soviéticas, en
realida~ son

un simple trueque, azú­
car cubano contra mercancías soviéticas. A fin de obtener divisas
convertibles,
Cuba debe,

pues, producir
lo suficiente para sumi­
nistrar a los soviéticos las cantidades prometidas y vender
el resto
en el mercado
«capitalista». He

ahí el juego de envite de los
«diez
millones».
»Era,
en

efecto, un envite. La recolección más importante de
los veinte últimos años, la de 1952
(bajo el

régimen capitalista),
no alcanzó sino
7.2.98 .. 000 toneladas

de azúcar. Después de la re­
volución, la media anual de
la producción cubana venía siendo de
5.261.000 toneladas, Era, pues, preciso, doblar, de un solo golpe,
la cantidad generalmente producida. Señalemos de paso que toda comparación entre esta media
y la de los diez últimos años « de
producción
capitalista» resulta

engañosa; ya que, después de la
«zafra de
1952», se

limitó voluntariamente la producción para evi­
tar un hundimiento de los precios en el mercado mundial. Cuba
«capitalista» no

producía más azúcar porque no quería; Cuba
«socialista» ha intentado producir más, pero no lo ha consegui_do.
Aún es preciso añadir que comparar las dos cosechas equivale admitir como puntos de
, partida

bases erróneas·.
En efecto, entre
estas dos fechas, han
sido plantadas

en la isla nuevas variedades
de caña de
azúcar con

rendimiento en principio más elevado;
igualmente la capacidad de los ingenios (de los molinos de azú­
car) ha aumentado -en teoría-; la red de carreteras se ha ex­
tendido; los medios de transporte se han multiplicado. Sin olvi­
dar la corta automática de la caña, especie de «Bestia de Geva­
dán» cubana, que Fidel Castro ha prometido durante varios años
a los campesinos cubanos pero que aún no ha sido vista en las
plantaciones.
»Este envite no ha sido lanzado a ciegas. Una reunión, en la
que estuvieron presentes todos los responsables principales de la
economía cubana -que tuvo lugar el día 26
y 27 de noviembre
de 1966 en Santa Clara-, lo decidió después de
nn profundo
es­
tudio. de sus posibilidades. Desde hace cuatro años, pues, todas
las -decisiones- económicas han sido tomadas en fución de los
«I0.000.000 de toneladas en
1970». Y,

sin embargo ... Y, sin em­
bargo, se ha producido lo que preveían los
observadores habi­
tuales

del fenómeno cubano.
Fidel Castro

ha terminado por de­
cidir que el envite no sería mantenido.
»¿ Qué

ha sucedido? Simplemente que nada ha funcionado
como había sido previsto. Las cañas de azúcar «socialistas» de
Fundaci\363n Speiro

alto rendimiento han suministrado, en definitiva, menos azúcar
por kilo que las viejas cañas «capitaHstas». Los ingenios, en los que
se había

autorizado el máximo de inversiones, han caído en
avería. Ahora bien, cuanto más tiene que esperar la caña cortada
para ser molturada, menos azúcar suministra a igual
peso. Ha

sido
por ello preciso detener
la corta, y de 40 a 50.000 obreros, fre­
cuentemente apartados de su trabajo ordinario para participar
en la zafra, se han encontrado en paro forzoso. Cuando
la fábrica
había sido reparada, no había ya caña presta para aprovisionada.
»Es más, para
désemhotellar esos

ingenios ultramodernos,
última palabra de la tecnología socialista, cierta cantidad de caña
de azúcar
fue remitida

a las viejas fábricas,
Se comprobó enton­
ces que la misma caña, machacada en
esas condiciones, ¡ su.minis­
traba

más azúcar que cuando había sido molida en las fábricas
nuevas!
»Creo que es innecesario precisarlo: Ninguna de
estas expli­
caciones

es inventada. No hago sino
repe~r las
palabras del
dis­
curso pronunciado por Fidel Castro el 20 de mayo último en el
Malecón de La Habana.
---.. -.................................................... '... .. .. . . . . . .. . . . . .. . .. . . . . . . . . »
El Boletín lnformafi.vo del Centro Iberoamericaoo de Documentación
Europea
(C. l. D. E.), julio-agosto de 1970, dice que, en un discurso que
pronunció el veintiséis de. julio para conmemorar el aniversario décinw ...
séptimo del ataque al. cuartel de Moneada, Castr-o ha confesado que la
producción ha disminuido notablemente, así: cernen.ro~ 23 poc 100 menos
que en 1968; ·acero en barras, 38 (X)t' 100 menos que el año pasado; neumá...,
ticos,

sólo la mitad
de lo previsto; dentífrico, 11 por 100 menos de lo -pre­
visto; ropa y productos textiles, 16 millones de metros cuadrados menos
de lo previsto; leche, sólo tres cuartas parles de lo obtenido en 1969; -pan
y galletas, 2 par 100 menos que el año último; piensos y abonos, 32 ¡xx
100 menos de lo previsto. También es deficiente la. producción· de legum­
bres,
bebidas, aceite, carne, mantequilla, etc.
.

. . Y añade el mismo Boletín: "Están
racionados los alimentos y algunos
artículos
de uso corriente:. Cada persona. adulta recibe mensual.mente quihce
huevos, ocho filetes de carne, setecientos cincuenta f/t811lOS de ¡u.dí~ ver­
des, tres kilos de azúcar, una botella de ceroeza y ciento setenta gramos de
café; además, a cada hogar k están asignados, también mensualmente, una
pastilla de jabón, un rollo de -1 higiénico y un tubo de dentí/,ico. Si
a esto se añade el que carecen de prerwa libre los cubanos. se hallan some­
tidos
a
la
delación sistemáfi.ca y están librados a la arbitrEll'iedad de una
policía implacable,
no resulta extraño que se hayB111 ido del. país seiscien­
tas

cincuenta
mil personas, la mayor parte de profesiones liberales; que cinco
veces por semana, a las diez de la mañana, salga del aeropuerto de Varade-
9U
Fundaci\363n Speiro

ro un avión caragado de emigrantes y que los pasajes de tales vuelos estén
ya comprados para los cinco añ.os próximos ( son ocho millones los cu-­
banas)."
A su vez> en ABC

del
miércoles 29
de
julio, Alfonso Barra también 'lo
comenta después de enunciat' que:
«El resultado de doce meses de esquizofrenia bajo el lema
«Zafra
197o» ha
sido 8,5 millones de
toneladas.»
Transcribimos de su crónica> desde Londres, en la, cual.> este correspon.
sal recoge el eco que allí ha ,producid.o el discurso de Fidel Castro, del
domingo
26 de julio en la Plaza de la Revolución de La Habana:
916
«Los medios izquierdistas de esta capital han perdido las alas
del corazón. Horas antes se festejaba el triunfo arrollador del
marxismo cubano, elevado a la categoría de píldora política capaz de remediar todos los males de la sociedad de consumo, Fidel
Castro ha admitido que los problemas del con·sumo pueden que­
dar
resueltos gracias al socialismo

marxista, con
l'B desaparición
de

los bienes que son la salsa de la vida del ciudadano.
»El balance

presentado por el dirigente cubano a los once años
del triunfo de la revolución roja no parece muy estimulante.»
........................................................................\
............
«Castro confesó el domingo en la Plaza de la Revolución,
ante doscientos mil cubanos, que el país
sufre ahora
las peores
condiciones de la década del marxismo triunfante. «Hemos de·
mostrado que somos muy poco eficaces. Nosotros, los
dirigentes
revolucionarios,

hemos aprendido, pero el precio de las lecciones
ha sido muy caro
y ahora pagamos la cuenta de nuestra igno­
rancia.»
» La

fórmula de salvación no es jubilar a la plana mayor
re­
volucionaria.

Castro
advirtió que
el pueblo puede darle el pasa­
porte, pero no aclaró cómo podría expresar este deseo y cómo
extendería el documento. El remedio es trabajar más y sufrir
nuevas privaciones para
que el

marxismo pueda demostrar sus
bondades.»
»La esperanza

de transformar a Cuba en un escaparate tenta­
dor, abierto
ante· los

ojos asombrados de Hispanoamérica, sólo
se mantenía

en los sectores izquierdistas de algunos países occi­
dentales. Alguien recomendó recientemente una cura heroica cos­
teada por
1as sociedades

de consumo para que los admiradores
Fundaci\363n Speiro

de la revolución cubana puedan disfrutar de sru, mercados en el
país de origen y por tiempo indefinido.
»El socialismo marxista tiene aún un objetivo más importante
que la meta de
loe diez millones de toneladas de az.úcar: conse­
guir

imponerse en
un país industrializado gracias a una victoria
electoral. Mientras tanto,
61 gran triunfo de la producción bajo
esos sistemas es exportar
las golosinas del reino de la utopía.
»Como Castro acaba de

recordar,
la revolución roja necesita
la promesa de tiempos mejores,
y para verla realizada tiene que
brindar ahora tiempos peores.
La fórmula no parece muy esti­
mulante al
cabo de

once años. bajo
el ala tutelar de Carlos Marx
y de las potencias comunistas..t>
En el artículo pi-imeramente citado, Jean. Marc Dufour concluye pre­
guntando:
¿ Qué conclusiones saca hoy él, Fidel Castro: ¡ La necesidad
de reforzar el aparato
administrativo y

para-administrativo!
Pero,
pensándoio,
¿ tenemos nosotros suficientes razones para reírnos?
Es usad que los fracasos de las medidas socialistas de muchas estatifi­
caciones -----v. gr. la del c.ttdito,......., qttier8tl ser resueltos afirmando ,....,como
Fidel Castro hace,-.,, la necesidad de reforzar el aparato administrativo y
para-OOminisrtativo: ¿No seria me;or desadministrafizw, es decir, deses­
tatatizEU"? De ahí la última pregunta que; desde la -perspedtva francesa., /«­
mula Jean-Marc Dufour. ¡Todos deberíamos medi.tarla!
IV. EL CAMINO TRUNCADO DE LOS PAÍSES COMUNISTAS EUROPEOS HACIA LA
META DE LA DESAPARICIÓN DEL
EsTADO Y
DEL DERECHO.
Hace poco más de un alfo publicó VERBO., número 77, pági,na.s 579 y
si'guientes,
y

recogió el
volumen los MITOS ACIUALES, la ponen.da EL MITO
DB LA DESAPARICIÓN DEL DERECHO que Juan Vallet de Goytiscilo había des­
atToflado en la reunión de La Ba!mesiana en noviembre de .1968, e~ la que
expl.ica
cómo Marx había profetizad-O en su Crítica al programa de. Gotha
la desaparición del derecho y c:ki Estado después del asentamiento del ré-­
gimen comunista. Esta meta no sólo se va aplazando sino que incluso aJ,.,
gunos tratan de cambi&le su sentido. Pero k> cierto es que los Estad.os co­
munistas no ceden en su régi.men coercitivo.
Hoy

podemos
aportar el testimon!o de un escritor que no puede ser ca­
lificado de conkarrevolucionario, ni de pro-americano, ni. de conservador,
Baltas.ar
Porcel, que en el semanierio de Barcelona, DESTINO, número 1.715,
917
Fundaci\363n Speiro

de 15 d~ agosto, ha publicado un artículo titulado "LA CAUSE DU PEUPLE"
o UNA CURIOSA IZQlDERDA INTELECTUAL. Como mu_esfra del pensamiento del
autor, _indicllt'emos_ que, precisl1lt1lenfe en ese artículo, con relación al cali­
ficativo d_e "Curip,so filósofo marxista", que otorga a Roge-. Garaudy, po·
demos _leer: y digo "marxista" sin doble sentido alguno peyorativo; no C'l'eo
que. nadie pueda dudar de las formidables aporladones del materialismo
histórico
en_ tod0$ los campos"; líneas después, refiriéndose al, Cardenal
Daniél"ou,_ le. ca/.ifica de "sutil reaccionario vaf:icanista", y al final del pá·
rrafo -referente al._ diál!ogo televisado, del que hemos recogido el primer -re•
corte,
comenta: "si ql. monolitismo comun,ista hemos de añadir el axiometis.
mo católico, los países social,istas pueden dejar de soñar en evoluciones
hacia

la
libertad. Dos martillos remachando un clavo realizan un traba.¡o
sumamente perfecto".
Pues. bien,
el propio Baltas.ar Porcel, con motivo del éxito obtenidc en
Yugo,sÍávia por la proyección de la película "L'Aveu", que relata el "pro.
ceso cínico y feroz" del viceministro checo de Asuntos Exteriores, Arthur
London,_ condenado.
en su país hace dieciocho años, escribe:
918
«L'Avew responde, en definitiva, a esta vasta corriente que se
ha despertado en el seno de los partidos comunistas occidentales
y

entre
los _intelectuales
de izquierdas a raíz de la invasión de
Checoslovaquia por

las tropas rusas en 1968. La
pelícuia acaba
con una escemt que

podría
resulllir la
posición de los intelectua­
le~ franceees -y

de muchos otros
países-frente
al problema:
en un·
muro de

Praga, mientras las calles trepidan al paso de los
tanques, unos jóvenes escriben: «Derpierta, Lenin,
que se

han
vuelto locos». Es decir, un retomo a la «pureza» leninista y a la
figura de

Trotsky
--cuyos te'!Ctos son

masivamente reeditados-,
-contrapuestos al

stalinismo.
Naturalmente, Lenin no despertará, deshecho en el hundi­
miento absoluto de
la muerte,

momificado en su espléndido mau-
11oleo
-de·-1a Plaza

Roja moscovita. Ni Trotsky, asesinado por Ra­
món Mercader, agente comunista español. Pero si resucitaran
los
dos

viejos
y míticos camaradas, es más que probable que los jó­
venes· checo.s y los intelectuales franceses de izquierda tuvieran una sorpr_esa muy desagradable: la de verse igualmente aniqui­
lados en el sacrosanto
nombre de

la Unión Soviética y su dicta­
dura
de'l_ .proletariado. La misma sorpresa que, de 1918 a 1921,
tuvieron -los

obreros de la comuna de Kronstadt, los anarquistas
rusos que participaron en la revolución de Octubre,
la Ucrania
revolucionaria de Mankho, un triple frente auténticamente revo­
lucionario, liberador, realmente izquierdista y creador, que fue
brutalmente masacrado

por el señor Trotsky,
cumpliendo órdenes
Fundaci\363n Speiro

del gran Lenin. En su «Living my life», escribe Enima Goldman:
«Una
orden firmada por Lenin y Trotsky llenó Petrogrado de
estupor. La orden
decía que

Kronátadt se
había· amotinado
con­
tra
el Gobierno soviético y denunciaba a los marinos ·como dos
instrumentos

de antiguos generales zaristas
qu~ de
acuerdo con
traidores socialistas-revolucionarios, habían
montado· una

cons­
piración
contrarrev~lucionaria contra

la
repúbUca proletaria».
Como

muestra entre mil, un
b~tón. ·
Botón

que en nada difiere de los métodos seguidos por Stalin
cuando
la guerra de España, al liquidar primero la fuerza de los
anarcosindicalistas y al ajusticiar después a· los
'.(lro'pioe comu­
nistas

que
habían actuado

aquí. Botón que es
idé.Íltico, también,
a
lo ocurrido eri Hungría y a· la represión anter¡'ór ()ne en Rusia
siempre se ha mantenido fresca y eficaz. Y que había sido olvi­
dado, extrañamente olvidado, por la
intelectn:álidád aÚn al

par­
tido, que en general sólo. comenzó a despertar
cÓlÍ -

el mazazo de
Checoslovaquia.
¿ y qué mazazo se necesitará ahora para recordá.r ei expeditivo
carnicerismo leninista-trotskysta
de 1918-192.l? .AcuD1ular única­
mente
sobre Stalin los defectos del comunismo -dictádura ca­
pitalista estatal y policíaca-
es, coino mínimo,

una falta de in­
formación histórica. Al
ig~al que

es de una
'fri~ólidad pasmosa
presentar

como un triunfo de
la libertad la proye·cci6n ae «L'Aveu»
en

Yugoslavia: por reformista que sea Tito
-Persónáje que queda
como

un excelente profeta en
el film,

dicho sea de
'paso-, es la
suya

una dictadura de arriba a
abajo. El misino

London se ma­
nifiesta en
su libro

como ciego ejecutor de
'las 'consignas
del
partido... hasta que es él quien recibe loe palos.
Más adelante, al comentar la afi,rmaclón de Gar&Udy de que "st, puede
haber sacerdotes, a condición de que sean también COtn.'unistas"~ glosa:'
Yo quisiera saber qué pensaba Garaudy al · emitir este juicio:
por una parte, el mantenimiento de
la ortod_oxia Comunista; · poi­
otra,

la aceptación de
cua1quier alianza, ei~mpre qne fuera ·en
un

plano
ae inferioridad.
Subrayemos las ocho últfitias palabra.s> que tantos clérigos debieillrt
tener presentes
y meditar.
Res-pecto
de ·la vkfa que lleVen campe.sinos !J obreroS eri Rusia, observa:
Pero, ¿.y la base? ¿Es q·ue la pretensión definitiva del comu­
nismo
iio es llegar ·al

lihertarismo, a
lá eoeie"dad común

e ideal,
919
Fundaci\363n Speiro

libre? Kruschev, el campesino jovial y pragmático, decía que en
la URSS
entér~ sus millones y millones de
proletarios, conocería
esta
dicha. Un recieiitísimo informe

de S. S. Karol, nada sos­
pechoso de anticomunismo, publicado aquí, relata unas condi­
ciOnes de vida de hase muy diferentes, que van desde los cam­
pesinos -koljosianos-

obligados. a residir en el mismo lugar,
sin pasaporte para poder trasladarse de
nn lugar

a otro, has.ta
la resistencia pasiva que en campos
y fábricas llevan a cabo los
obreros,
lo que hace perder anualmente setenta y dos millones
de jornadas laborales a la economía soviética. Y termina dicien­ do:
«No son

estos problemas los que incitarán a los dirigentes
soviéticos a desmantelar el aparato de encuadramiento político­ social. En esto, no son
guiados por

el dogmatismo, sino por un
análisis· a ras
de tierra del estado eu que ee encuentra su socie­
dad. Los hombres del Kremlin se agarran a su poder
y· no quie­
ren desencadenar un proceso que corren
el riesgo

de no poder
controlar.
Están persuadidos de que si relajan las mallas de la
red burocrática la hase toda entera, y no sólo los intelectuales,
hará irrupción en la escena política. No correrán,
pues, ningún
riesgo.

No cederán si no son obligados a hacerlo por una pre­
sión de fuerzas sociales más importantes que las de la inteligen­
cia. Es una vieja verdad que la oposición rusa debe haber apren­
dido si ha leído bien a
Marx: «Una clase

social no puede im­
poner su dirección
y sus ideas si no se presenta como el porta­
voz de la sociedad entera». ¿Habrá que descubrir todavía el es­
tado social de la Unión Soviética, de su capitalismo de Estado, que no
es otro

que el propugnado por
Lenin y por Trotsky e im­
puesto por medio del Ejército Rojo y las ejecuciones a partir
del trienio 1918-21?
Todos los idealismos, ante sus fracasos estrepitosos, caen en la disolu~
ción anárquica. Es fruoo de. no aceptar la realidad del orden de la natura­
leza. Rebelados en contra del mismo, por una utopía, se ter.mina en el
nihUismo al cotn[Xdbar la caída del -peñasco que se creía ya a punto de
col.ocar en la cima de la montaiía~ en una repetición del trágico destino de
Sisifo. Es la con-fusión de. len.gua.s en el fracaso ·de. Babel. Así ocurre con
la llamada "La cause du peuple" o nueva izquierda intelectual francesa.
Pero volvamos a leer lo que> de ella, escribe f3alt8JS&" Porcel:
920
Dejo aparte la desastrosa falta de perspectiva del maoísmo oc­
cidental: las máximas de Mao Tsetung producen, repetidas por
nuestras calles, un alto efecto cómico. Supongo
que en

su con­
texto, el de China, la cuestión es diametralmente opuesta. Pero
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aun así es comprensible, al menos para mí, que una gente joven
apasionada por el estático conservadurismo de la sociedad occi­
dental,
y sin problemas de suhsistencia debido· a la opulencia
industrial, gente además contraria
a la dictadura moscovita des­
pués de la reaccionaria actitud del PCF en mayo de 1968 y de
la invasión checa, se constituya al fin en gropúsculos de encen­
dido revolucionarismo
y Pregone subversiones sociales a sangre
y fuego.
921
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