Índice de contenidos
Número 90
Serie IX
- Textos Pontificios
- Congresos
- Actas
- Estudios
- Información bibliográfica
- Crónicas
- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Documentos
Autores
1970
Hugo Rhaner, Humanismo y teología de occidente
INPORMACION BIBUOGRAFICA
culsa, de Madrrid, ha ¡mblica
Gutiérrei C. M.
F., uu intelectual de cuerpo ,erutero, titUJJ,;da "'San
Atlltonio Maria
Olaret, A¡póstol de Canarias".
El P. Gutiérrez, religioso olaretiano, de vastísima cul1tura,
orador de un wtidsmo atrayente y comunicativo, ha pisado las
misma,;
huellas
de Claret,
para rastrear
el dato
¡y encotlltrarlo
avivado y enriquecido con el más mínimo dewUe. EJ nos ha!Jla y
nos nanra, con tJ?r.eci.lSión de historiador y amenidad de '1iiterato,
con ¡pormenores poemáticos, Ja vida laboriosa, de incansaible ope
rario, que el P. Olaret llevó a cabo du.rame su estancia en Cana
rias. El nos relata el paso del "Pad.rito" por cada ,uno de los
pueblos
misionados, los frutos conseguidos,
y
el recuerdo per
durable de sus bendiciones.
Escrita con un estiJo limpio, laboriosametllte trabajada, con no
tidas y datos abundantísimos de primera mano, transvenberada
toda ella por el mismo e~kitu daretiano que el autor vivió en
su
~ecorrido, la obra se
lee
,con ,fruición y deja un
regusto de
fres
cor
en el a.lma. Creo, sincernmerute, que el mejor homenaje a'1
"Padriito" aairet, en es:te centenario que ahora comienza, es ad
quirir e91:a obra-, a fin de que no se ¡pierda en las famiJias canarias
el recuerdo de .este santo Rundador, misionero, escritor,- místico
y aütivo, q.ue infutltdió en nuestro catolicismo una nueva savia
que, a
Dios
gracias,
aún ¡per
Quien
amará a la lg1esia, a fa que él, fidelísimamente, se entregó en cuer
po y
a.lma.
GABRIEL DE ARMAS.
Rahner, Hugo: HUMANISMO Y TEOLOGIA .
DE
OCCIDENTE
(*)
Para nadie es un secreto que, en €1feoto, en Eur,qpa !hace rtiem
po
que se
vienen multi¡plicando los esfuerzos para implantar [a es
truotura de un nuevo humanismo. Muchas y muy difíciles cir
cunstancias se oponen a
e&te sugestivo proyecto.
Por
lo pronto,
cabe señail.ar
que ;bajo la expresión "humanismo" se comprende
en
Europa todo
lo concerniente a los
¡:,roblemas que
plantea
1a
filosofía y ,la ciencia. Filosofía y ciencia tienen en Europa un matiz
diferente
al que
a.mbas entidades intelectuailes presentan en cua;l-
(*) Ediciones Sígueme. Salaman'ca, 1969, 336 págs.
997
Fundaci\363n Speiro
lNPORMACION BIBUOGRAPICA
quier otra pa,nte del Un;verso. Europa posee un estilo propio y,
desde luego,
in.translferil,le. Digamos, siguiendo a Husserl (1),
que
la historia
de Europa es
un
enca,denamieruto de la más alta
significación. Por consiguiente, la primera pregunta que hay ,que
tratar de rnsol,ver es la siguiente: ¿<¡ué es lo que caracteriza Ja
figura espiritual de Europa? El Dr. Rahner, sin embargo, no
trata
en su profundo ensayo
teriormente expuestas, sino, ¡por el conttrario, de .examinar, con has~
tarute deteuimiento, ,las principales causas que han llevado ai hom
bre
occidental a
dudar de sus
propios ralores inteleatuaies y
teoló
gicos. He
aquí una colección
de
dieciooho valiosos e111Sayos, fruto
de
la erudición y ex¡periencia del profesor de la F acu[,tad T eoló
gica
y
Rector
Magnífico de
la
Universi.daJd de Innsbr,nck, doctor
Hugo
RAHNER que,
bajo
el sugestivo titulo HUMANISMO
Y TEOLOGIA DEL
OCODEN'l'E, está
a
disposición del leotor
en lengua castellana. Las ,tres par,tes en que
está
dividida la obra
llevan
los subtítulos ,(epígr.¡tfes) siguientes: I)
Humanismo cris
tiano en occidente; II) Forjadores de occidente, y III)
La Iglesia
en occidente.
A,! Dr. Rahner, como ¡pe1'Íectameute podrá advertir el futuro
lector de es1a obra, le inquieta enormemente la imagen es¡piriitual
que presenta Europa. Nadie, ¡,or lo tanto, puede sentirse defrauda
do ¡por el hecho de
que,
en este ilibm, a,penas si
se
habla ,de Eurn
pa, en dos o tres ocasiones, como algo que tiene una evidente
presencia geográfica. Desde las primeras páginas de su obra ,tra
ta el autor de fijar con ,toda nitiooz sus propósitos, a saber: afir
mar que no todo, desde el
¡plano de vista espiritual, es.tá perdido.
No constiituy,e, a nue9tro rpairecer, una utopía el ¡pensar que el
hombre europeo
puede encontrarse a sí mismo. El ¡prdfesor
RaJmer. nos habla en sus, bellos y densos ensayos de que hay una
luz -de e&peranza en ]a formación de una vida nueva, de una vida
mucho
más dig-m ~' consecuentemente, más
,sincera.
Considera el autor que. no existe motivo rulguno ipa,ra dejar
de i11ll:entar,
entre otras ,cosas, 1a creación ide una nueva forma
de vida en el hombre ocidental. El ¡progreso técnico y científico
aconsejan, quiérase o no, que el hombre se_ torne mejor, es dec.iir,
más humano. Uno de [os principales aciemos del hbro que comen
tamos es el referente a cómo debe
A juicio del autor es claro que tiene que ser e:iotremadamente
(1) Husserl, Edmund: Crisis de la hwmamdail eiwopea. Eco, Revista
de la Cultura de
Occidente, ·Bogotá, núm. 119, págs. 400
y
sigs.·
998
Fundaci\363n Speiro
INFORMÁCION BIBUOGRA.FICA
seocillo y, ·sobre todo, auténtico. Hay, pues, que huir de los pseu
dohumauismoo
(o
humanismos
Msos) y, co11JSiguientemente, que
desenmascarar
a
los ídolos.
El
humanismo, sefula Rahner, a[e
j ado de Dios ,termina ,en un despotismo ,sin fronteras. El izn
pu1so esencia,l que
mantiene
en ¡pie el verdadero humamsmo se
asienta en aigo m~ slmple: que Dios, muy a pesar de Nietzsche,
no ha muer.to.
Por eso
niismo, ieon itoda agudeza rlo :Señala el
autor; lo eterno en el hombre no es sólo la apertura a la itraa:is
cendenda, sino 1a eternidad en el Dios heaho hombre, Cristo.
Por
eso, subraya Rahner, la iruterpmtación cristiana de la
his
toria edílfica esenda1rnente 1Sdbre la irevelación de Dios, que hizo
romper
-el drculo del acontecer unirv.ersail: es decir, Ja esperanza
y construcción, aJ mismo :ti~po,
El! Dr. Rahner es nn teóllogo de espíritu profundamente
eurqpeo. Esto, ¡precisamente, es 1lo que rev-e1a la rCa[)Ítal irnipor
tancia de ,Ja5 ¡páginas que comentamos. El autor sabe, y m~ bien,
que el auténtico hombre cristiano de nuestro tiempo ·transita, la
mayor parte de ,lais ocasiones, por ambientes que le
riamente,
adversos.
El auténtico cr.i.sitiano, aJ. que no hay que con
fundir con fa imagen del "beato", sue1e ser considerado como
algo ex1raño a la sociedad. Y, efectivamente, en una sociedad en
la que nadie parece -eSitar rpredi~uesto a renunciar a na-da, 1a
fi,g,ura del .cristiano, hombre que renuncia 'ª sí mismo, sui-ge .como
aLgo antagónico. El autor, efectivamente,
,para
,d1bujar la imagen
exacta de ,lo ,que ha
pelido a ex¡poner, en dograda -sí111tesis histórica, fa actuación ejem
plar de unos cuantos cristianos ,europeos insignes. Preguntándose
el
autor
cuál era la fuerza misteriosa que unía a todos esos espí
ritus
de
ocidente en una
comunidad, dice: "Esa /fuer.za era e1
poder vincuJatorio que brota de la dootri.na y de Ja ,tradición y que
es guardado por la
mater ecclesia, Ja madre de toda cultura."
En
,tc,do caso, a nuestro ¡,arecer, Ja pregunta ala ve del
encierra en -la sugestiva i.nrt:errogante que el autor nos exipone en
las
primeras páginas
de su
obra, a
.saber:
¿ha exisitido un huma
nismo cristiano? El Dr. Ranher dedica 1a parte más voluminosa
de su ensayo a la investigación de .todos aquellos dail:os históricos
que, en efe.oto; de al.guna manera perm1tan corn¡probar ,si existió
un humanismo cristiano. Es muy difícil aceptar Ja existencia del
humanismo dásico desligada de un humanismo esenchclmente cris
tiano. En
todo caso, [a razón esen-ci<1Jl que animó a[ humanismo
c1ársico
no
fue, precisamente,
la misma que
alentó los movimientos
es¡¡pi,rituaJes de la Edad Media y Ec!ad Moderna. Glaro está, es
preciso subra,yar muy bien esto, que en esos movimientos espiri-
999
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBUOGRAFICA
tuales, en hombres ,de profunda ,fe cristiana, existió una fuerza
apoyada en Ja fe en el "'l[)Íritu, en Ja nobleza del hombre, en ilo
verdadero, ,en ,la bueno y en, '1o bello.
Conviene, en
conc1usión, adweritir que paira el Dr. Rahner sí
que existe un
humaWsmo cristiano. Este humani&no, a dirferencia
de
cualquier otro, presenta
,la ,peculiaridad de ser a,bsoluto. Quiere
esto
decir ,que {seguimos aJ aiuitor aJ pie de la •etra) para el teó!logo
oristiano
parece que ,todo
es, ¡por
de pronto, muy sencillo. Sabe
del
hombre, sabe de Dios,
sabe de Dios-hombre.
Y así,
insistimos
en 11a idea, confiesa .un humanismo absoilu.to en el sentido de que
no aisla al hombre de Dios Creador ni de Cr\sto Redentor. Pue
de,
pues,
decirse que
nadie
roma al
hombre
más en_
.serio que
el
cristiano. Por eso mismo, ·lo ¡primero que el iteólo.go se pregunta
es si sabe prqpiamente qué y quién, es el hombre.
Y he
aquí, en conclusión, unas breves pero claras advertencias
del
,profesor H
ugo Rahner : .
"Con
un
puro humanismo, .Iloble y
sin
compromiso, que se dis
tancia
de
la Iglesia, no podremos saJlvar el mundo occidental."
"El amplio horizonte de la Iglesia Católica es la única y gran
diosa
antigüedad que nos
quedó en
oocidenite ...
"
"Oocidente
solamente puede ser hijo
o
a,póst
ecclesia."
"Queremos .ser de nuev,o hombres, hombres de un noble hu
manismo, pero esto sólo será ¡posible ,si nos hacemos de nuevo
cristianos."
JosÉ MARÍA NIN DE CARDONA.
1000
Fundaci\363n Speiro
culsa, de Madrrid, ha ¡mblica
F., uu intelectual de cuerpo ,erutero, titUJJ,;da "'San
Atlltonio Maria
Olaret, A¡póstol de Canarias".
El P. Gutiérrez, religioso olaretiano, de vastísima cul1tura,
orador de un wtidsmo atrayente y comunicativo, ha pisado las
misma,;
huellas
de Claret,
para rastrear
el dato
¡y encotlltrarlo
avivado y enriquecido con el más mínimo dewUe. EJ nos ha!Jla y
nos nanra, con tJ?r.eci.lSión de historiador y amenidad de '1iiterato,
con ¡pormenores poemáticos, Ja vida laboriosa, de incansaible ope
rario, que el P. Olaret llevó a cabo du.rame su estancia en Cana
rias. El nos relata el paso del "Pad.rito" por cada ,uno de los
pueblos
misionados, los frutos conseguidos,
y
el recuerdo per
durable de sus bendiciones.
Escrita con un estiJo limpio, laboriosametllte trabajada, con no
tidas y datos abundantísimos de primera mano, transvenberada
toda ella por el mismo e~kitu daretiano que el autor vivió en
su
~ecorrido, la obra se
lee
,con ,fruición y deja un
regusto de
fres
cor
en el a.lma. Creo, sincernmerute, que el mejor homenaje a'1
"Padriito" aairet, en es:te centenario que ahora comienza, es ad
quirir e91:a obra-, a fin de que no se ¡pierda en las famiJias canarias
el recuerdo de .este santo Rundador, misionero, escritor,- místico
y aütivo, q.ue infutltdió en nuestro catolicismo una nueva savia
que, a
Dios
gracias,
aún ¡per
po y
a.lma.
GABRIEL DE ARMAS.
Rahner, Hugo: HUMANISMO Y TEOLOGIA .
DE
OCCIDENTE
(*)
Para nadie es un secreto que, en €1feoto, en Eur,qpa !hace rtiem
po
que se
vienen multi¡plicando los esfuerzos para implantar [a es
truotura de un nuevo humanismo. Muchas y muy difíciles cir
cunstancias se oponen a
e&te sugestivo proyecto.
Por
lo pronto,
cabe señail.ar
que ;bajo la expresión "humanismo" se comprende
en
Europa todo
lo concerniente a los
¡:,roblemas que
plantea
1a
filosofía y ,la ciencia. Filosofía y ciencia tienen en Europa un matiz
diferente
al que
a.mbas entidades intelectuailes presentan en cua;l-
(*) Ediciones Sígueme. Salaman'ca, 1969, 336 págs.
997
Fundaci\363n Speiro
lNPORMACION BIBUOGRAPICA
quier otra pa,nte del Un;verso. Europa posee un estilo propio y,
desde luego,
in.translferil,le. Digamos, siguiendo a Husserl (1),
que
la historia
de Europa es
un
enca,denamieruto de la más alta
significación. Por consiguiente, la primera pregunta que hay ,que
tratar de rnsol,ver es la siguiente: ¿<¡ué es lo que caracteriza Ja
figura espiritual de Europa? El Dr. Rahner, sin embargo, no
trata
en su profundo ensayo
tarute deteuimiento, ,las principales causas que han llevado ai hom
bre
occidental a
dudar de sus
propios ralores inteleatuaies y
teoló
gicos. He
aquí una colección
de
dieciooho valiosos e111Sayos, fruto
de
la erudición y ex¡periencia del profesor de la F acu[,tad T eoló
gica
y
Rector
Magnífico de
la
Universi.daJd de Innsbr,nck, doctor
Hugo
RAHNER que,
bajo
el sugestivo titulo HUMANISMO
Y TEOLOGIA DEL
OCODEN'l'E, está
a
disposición del leotor
en lengua castellana. Las ,tres par,tes en que
está
dividida la obra
llevan
los subtítulos ,(epígr.¡tfes) siguientes: I)
Humanismo cris
tiano en occidente; II) Forjadores de occidente, y III)
La Iglesia
en occidente.
A,! Dr. Rahner, como ¡pe1'Íectameute podrá advertir el futuro
lector de es1a obra, le inquieta enormemente la imagen es¡piriitual
que presenta Europa. Nadie, ¡,or lo tanto, puede sentirse defrauda
do ¡por el hecho de
que,
en este ilibm, a,penas si
se
habla ,de Eurn
pa, en dos o tres ocasiones, como algo que tiene una evidente
presencia geográfica. Desde las primeras páginas de su obra ,tra
ta el autor de fijar con ,toda nitiooz sus propósitos, a saber: afir
mar que no todo, desde el
¡plano de vista espiritual, es.tá perdido.
No constiituy,e, a nue9tro rpairecer, una utopía el ¡pensar que el
hombre europeo
puede encontrarse a sí mismo. El ¡prdfesor
RaJmer. nos habla en sus, bellos y densos ensayos de que hay una
luz -de e&peranza en ]a formación de una vida nueva, de una vida
mucho
más dig-m ~' consecuentemente, más
,sincera.
Considera el autor que. no existe motivo rulguno ipa,ra dejar
de i11ll:entar,
entre otras ,cosas, 1a creación ide una nueva forma
de vida en el hombre ocidental. El ¡progreso técnico y científico
aconsejan, quiérase o no, que el hombre se_ torne mejor, es dec.iir,
más humano. Uno de [os principales aciemos del hbro que comen
tamos es el referente a cómo debe
(1) Husserl, Edmund: Crisis de la hwmamdail eiwopea. Eco, Revista
de la Cultura de
Occidente, ·Bogotá, núm. 119, págs. 400
y
sigs.·
998
Fundaci\363n Speiro
INFORMÁCION BIBUOGRA.FICA
seocillo y, ·sobre todo, auténtico. Hay, pues, que huir de los pseu
dohumauismoo
(o
humanismos
Msos) y, co11JSiguientemente, que
desenmascarar
a
los ídolos.
El
humanismo, sefula Rahner, a[e
j ado de Dios ,termina ,en un despotismo ,sin fronteras. El izn
pu1so esencia,l que
mantiene
en ¡pie el verdadero humamsmo se
asienta en aigo m~ slmple: que Dios, muy a pesar de Nietzsche,
no ha muer.to.
Por eso
niismo, ieon itoda agudeza rlo :Señala el
autor; lo eterno en el hombre no es sólo la apertura a la itraa:is
cendenda, sino 1a eternidad en el Dios heaho hombre, Cristo.
Por
eso, subraya Rahner, la iruterpmtación cristiana de la
his
toria edílfica esenda1rnente 1Sdbre la irevelación de Dios, que hizo
romper
-el drculo del acontecer unirv.ersail: es decir, Ja esperanza
y construcción, aJ mismo :ti~po,
eurqpeo. Esto, ¡precisamente, es 1lo que rev-e1a la rCa[)Ítal irnipor
tancia de ,Ja5 ¡páginas que comentamos. El autor sabe, y m~ bien,
que el auténtico hombre cristiano de nuestro tiempo ·transita, la
mayor parte de ,lais ocasiones, por ambientes que le
adversos.
El auténtico cr.i.sitiano, aJ. que no hay que con
fundir con fa imagen del "beato", sue1e ser considerado como
algo ex1raño a la sociedad. Y, efectivamente, en una sociedad en
la que nadie parece -eSitar rpredi~uesto a renunciar a na-da, 1a
fi,g,ura del .cristiano, hombre que renuncia 'ª sí mismo, sui-ge .como
aLgo antagónico. El autor, efectivamente,
,para
,d1bujar la imagen
exacta de ,lo ,que ha
plar de unos cuantos cristianos ,europeos insignes. Preguntándose
el
autor
cuál era la fuerza misteriosa que unía a todos esos espí
ritus
de
ocidente en una
comunidad, dice: "Esa /fuer.za era e1
poder vincuJatorio que brota de la dootri.na y de Ja ,tradición y que
es guardado por la
mater ecclesia, Ja madre de toda cultura."
En
,tc,do caso, a nuestro ¡,arecer, Ja pregunta ala ve del
las
primeras páginas
de su
obra, a
.saber:
¿ha exisitido un huma
nismo cristiano? El Dr. Ranher dedica 1a parte más voluminosa
de su ensayo a la investigación de .todos aquellos dail:os históricos
que, en efe.oto; de al.guna manera perm1tan corn¡probar ,si existió
un humanismo cristiano. Es muy difícil aceptar Ja existencia del
humanismo dásico desligada de un humanismo esenchclmente cris
tiano. En
todo caso, [a razón esen-ci<1Jl que animó a[ humanismo
c1ársico
no
fue, precisamente,
la misma que
alentó los movimientos
es¡¡pi,rituaJes de la Edad Media y Ec!ad Moderna. Glaro está, es
preciso subra,yar muy bien esto, que en esos movimientos espiri-
999
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBUOGRAFICA
tuales, en hombres ,de profunda ,fe cristiana, existió una fuerza
apoyada en Ja fe en el "'l[)Íritu, en Ja nobleza del hombre, en ilo
verdadero, ,en ,la bueno y en, '1o bello.
Conviene, en
conc1usión, adweritir que paira el Dr. Rahner sí
que existe un
humaWsmo cristiano. Este humani&no, a dirferencia
de
cualquier otro, presenta
,la ,peculiaridad de ser a,bsoluto. Quiere
esto
decir ,que {seguimos aJ aiuitor aJ pie de la •etra) para el teó!logo
oristiano
parece que ,todo
es, ¡por
de pronto, muy sencillo. Sabe
del
hombre, sabe de Dios,
sabe de Dios-hombre.
Y así,
insistimos
en 11a idea, confiesa .un humanismo absoilu.to en el sentido de que
no aisla al hombre de Dios Creador ni de Cr\sto Redentor. Pue
de,
pues,
decirse que
nadie
roma al
hombre
más en_
.serio que
el
cristiano. Por eso mismo, ·lo ¡primero que el iteólo.go se pregunta
es si sabe prqpiamente qué y quién, es el hombre.
Y he
aquí, en conclusión, unas breves pero claras advertencias
del
,profesor H
ugo Rahner : .
"Con
un
puro humanismo, .Iloble y
sin
compromiso, que se dis
tancia
de
la Iglesia, no podremos saJlvar el mundo occidental."
"El amplio horizonte de la Iglesia Católica es la única y gran
diosa
antigüedad que nos
quedó en
oocidenite ...
"
"Oocidente
solamente puede ser hijo
o
a,póst
"Queremos .ser de nuev,o hombres, hombres de un noble hu
manismo, pero esto sólo será ¡posible ,si nos hacemos de nuevo
cristianos."
JosÉ MARÍA NIN DE CARDONA.
1000
Fundaci\363n Speiro