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Conmemoración de la festividad de Cristo Rey en Madrid

C0NMEMORACI0N DE LA FESTIVIDAD DE CRISTO
REY EN MADRID
Esta gran fiesta litúrgica se ·ha celebrado tradicionalmente e1 úl,timo domingo de octubre, muy ¡próxima a otras a ,su vez muy
próximas entre sí:
la de
Todos
,Jos Santos,
la de los Fieles Di­
funtos y

la del Domingo Mundia•l de las Misiones. Su
tmslado al
último

domingo del ciclo
I1túrgico, que este

año
ha sido el 22 de noviembre, la presenta _ai.slada y con mayor r:ealoe; ha sido, en común sentir de los liturgistas, •beneficioso. Pero todo .traslado, por

beneficioso que sea, tiene
fa servidumbre del desarraigo, que
dura
hasta que el pueblo asimilla la nueva fecha. Para paliar este in.conveniente

pasajero, varios grupos
madtíJeños católicos
pro­
curaron su celebración este año con cierta relevancia, oh jetivo que se cumplió plenamente.
La víspera, don Santos Beguiristain celebró una Misa en
bien vocalizado latín, voz alta y reposada, en la cual los asistentes cantaron en gregoriano, ,también ,en Uatín, las oraciones que 1les corresponden con música de la misa de Angelis acom¡pañados al a:rnnonium. AJ. sal.ir, el comentario era fervoroso y unánime. Desipués nos d:rasl!adamos a un restaurante a cenar; oportuni­dad

bien
aprovechada para saludar a antiguos am.igos y conocer a otras personas afines, relaciones 1cada vez más los
.postres, .dirigieron 1a palabra, muy e.s¡perada, don Rafael Gam­
bra, don Bias Piñar
y don Santos Beguiristain.
E1 profesor Gambra dijo, entre otras co.sas muy sabrosas sub­rayadas con aplausos, que fos m,tles .del laicismo que Pío XI
quei;-ía contener con .la insti.tución de ·lia fiesta de Cristo Rey han
avanzado sin resisrtencia hasita el ,seno ,de importan-tes ·sectores de
la

propia
Ig¡lesia, ,pero,

así
como, en el orden temporal, frente a
las tropas de Napoleón que en su tiempo era "El Hombre del
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Fundaci\363n Speiro

Destino", el "viento de la Historia", cuando habían fallado to­
das las ayudas y no quedaban esperanzas razonables en España
para la resistencia, fue cuando surgió el Dos de Mayo que terminó
en
la victoria,
para¡lelament:e se nos

ofrece ahora
para ,el orden
religioso un ejemplo de esperanza para nosotros.
Blias P:iñar centró su discurso en un estudio teológico pro­
fundo y actual sobre las palabras ele CriBto "mi reino no es este
mundo", y rebatió las iruterprátaciones que tienden a colocarlo en
un ¡Jlano remoto -superpuesto o trasladado históricamente el "en
adelante" -con

objeto
de desterrarle de la realidad presente.
Cristo,
como Rey,
vendrá aJ fin del mundo para mostrar a todos
su
gloria y su poder; Cristo, como Rey, nos juzgará ,después
de la muerte; Cristo

es
el wlfu y el omega, nuestro principio y
nueSll:ro fin. Pero es ll uno de nosotros, los cristianos, en nuestra vida y en -nue&tra so­
ciedad ¡presente, somos ¡paDte de su reino.
Don

Santos,
ceñido a lo estrictamente r~ligioso, pronunció
un discurso vibrante muy a

,tono con
el a,mbiente de entusiasmo
creciente. Fue un llamamiento a la austeridad y a •la santidad
como

remedios
imprescindibles ,para
cualesquiera
tribulaciones. La
Iglesia es eterna, no puede morir; pero -en cuaruto obra humana
puede ,desfallecer, ,tener debilidades; pero esto no nos autoriza a
los cristianos al abandono;-todo lo contrario: nos ol:diga, más
que
nunca,

a una
lucha a¡postólica en todos •los terrenos, .sin dar­
nos por derrotados ni por jubiJaclos, pu.es ante Dios nunca lo so­
mos. Terminó citando una antífona que parece escrita para 110s
tiempos .presentes: "Yo, sin embargo, esperaré siempre".
Al final, de madrugada, los ,doscientos. y pico comensales se
despedían ,satisfecihos con esta frase qne es una consigna: "Has­
ta e.l año que viene".
A. R. G.
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