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¿Qué es la explotación?

¿QUE ES LA EXPLOTACION?
POR
Lurs SAI,LERON
Desde hace algunos años, los católicos se han volcado hacia
el marxismo para hacer de él su religión. Con una ignorancia· que
asusta ~ignorancia del marxismo, ignorancia del catolicismo-­
se desposan con s11s ideas y con .su vocabulario.
V amos a examinar una palabra que se repite a menudo en pe­
riódicos, congresos, mociones y declaraciones de los medios cató­
licos: "la explotación". Es preciso destruir el u capitalismo" e
instaurar el "comunismo" ( soviético, maoísta, castrista o el que
sea), puesto que el capitalismo es el régimen de "la explotación"
(de los asalariados,
del proletariado,

etc.) y
el comuuismo el de
la supresión de
la explotación, y, por ello, probahlemente, es el
régimen de la justicia. Tal aberración es tan increíble
-sobre todo
cuando
se consi­
dera 1a situación de los asalariados en los regímenes comunistas­
que no se
sabe por
donde tomar la cuestión para aclararla.
Nos limitaremos a algunos puntos.
1.io La palabra "explotación" en la historia de las doctrinas.
Es conveniente -examinar, en primer lugar, la palabra "explo­
tación" en la historia de las doctrinas. Sin duda, existe algún
grueso volumen sobre la cuestión. Pero nos contentaremos con
recordar algunos hechos bien conocidos que hoy día parecen ha­
ber sido olvidados.
No fue Marx quien inventó la
te orla de la explotación, ni la
palabra, ni la idea.
La idea de explotadón es tan vieja como el mundo. Ha ha-
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LUIS SALLERON
bido siempre fuertes y débiles, ricos y pobres, explotadores y ex­
plotados; siempre ha habido injusticias. Todas las religiones,
to­
das

las filosofías bablan de
la justicia.
¿ En qué momento la pa;/abra "explotación" efectuó su entrada
en
la literatura económica? Lo ignoro. Siempre se encuentran pre­
cursores en el uso de las palabras. Pero si Sismondi habla de
"expoliación", en el sentido en que seguidamente se empleará la
palabra '·explotación", ésta última parece que fue lanzada a la
circulación por los saint-simonianos.
Decimos los Hsaint-simonianos" más que Saint-Sirnon, puesto
que la referencia generalmente dada es La Doctrina de Saint­
Sim.on,
obra en la cual su discípulo Bazard expuso las ideas del
maestro.
En esta obra se hallan frases como éstas: "El hombre hasta
ahora ha e;rplotado al hombre" ... o "La explotacio"n del hombre par
el hombre, que hemos mostrado en el pasado /Jajo su forma más
directa, mús grosera, la esclavitud, continúa en wn grado muy alto
en las relacwnes entre propietarios y trabajadores, entre Mnos y
asalariados" (1).
Fecha: 1828-1829.
Proudhon emplea igualmente la palabra con referencia (muy
probablemente) a Saint-Simon. Estigmatizando
el robo efectuado
por el
"capitalista" al

"produotor''
{el trabajador), escribe: "En
todo
esto

consiste lo que se
ha /,/amado también la explotación
del hom,bre por el hombre" (2).
Fecha: 1840. Si recordamos que la primera edición del
Manifiesto del par­
tida comunista es de 1848, y la primera edición de El capital es
(1) Citados por Paul Gemalling en Les grands ecan-onii.stes (Sirey,
1933, págs. 5 a nota).
(2) 1En ¡,QUest ce que la propiété, íd., pág. 225.
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¿QUE ES LA EXPLOTACION?
de 1867, se comprueba que Marx ha tenido predecesores. Ahora
bien, si
la idea de explotación está en el corazón de la doctrina
de Marx, la
¡,ala/n-a no se emplea en ella muy frecuentemente. Ci­
taremos, al menos, dos párrafos: "El modo de producción capi­
talista se presenta, pues, como una necesidad histórica para trans­
formar el trabajo aislado en trabajo social; pero, entre las ma­
nos del capital, esta socialización del trabajo no aumenta las fuer­
zas
productivas sino para explotarlas con

mayor provecho. (El
capital, traducción

Roy,
II, pág. Zl). La división del trabajo
se presenta como "una fase necesaria en la formación económica
en la sociedad y como un medio civilizado y refinado de explo­
tación". (íd. pág.
53.) (Hemos tomado estas dos citas de la obra
del P. Calvez, El
pensamiento de Mwrx, págs. 303 y 305.)
En cuanto a las teorías, éstas varían hasta el infinito, aunque,
para ei profano, concluyan todas en lo mismo.
En
su clásica Historia de

las doctrinas económicas, Ch. Gide
y Ch. Rist escriben: Podrían resumirse así los diferentes signifi­
cados de las palabras "explotación" .según nos situemos en el pun­
to de vista de Sismondi, en el de los sansÍ!11onianos o en el de
Marx:
1.0 Para Sismondi el trabajador es explotado en cuanto
no se le da un salario suficiente para vivir humanam.ente; pero
la renta sin trabajo le paro:e legítima; 2.0 Para los .sansimonia­
nos, hay explotación en cuanto una parte del ¡,roducto material
del

trabajo
es di-straída en beneficio de los propietarios por las
instituciones sociales; 3.0 Para Marx, finalmente, hay explotación
en tanto que una pacte del valor creado por el trabajo es sus­
traído por
los capitalistas
en virtud de las instituciones sociales
y de fas leyes del cambio" (3}.
(3) Histoire des Doctrines Econ.omiques, Gíde y Rist, S.ª edic. 1926,
nota

pág.
254 (la.s itálicas

son de Gide
y Rist). La teoría de Marx ·es re­
sumida
al máximo por Gide y Rist. Es, de hecho, de una complicación ex­
tremada, constituyendo, a decir verdad, todo
El capital. Se sabe que
tiene
como punto de partida la
teoría de

la plusvalía. Marx considera que
el obrero no
recibe sino

el precio de la fuerza de su
trabajo, igual al

valor
de las subsistencias que le permiten vivir, siendo así que su
trabajo crea
un valor

superior en el producto por
él fabricado. La diferencia entre estos
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LUIS SAUERON
Se comprueba que las teorías pueden variar. Gide y Rist no
examinan más que tres. Se podrían contar muchas más si se pa­
sara revista completa de los autores que, en el siglo xrx, denun­
ciaron las injusticias sociales sufridas por los asalariados. Cada
autor, en verdad, tiene su propia teoría.
2,'0 La palabra "explotación" en el lenguaje corriente.
En el lenguaje corriente, se entiende por "explotación" una
in justicia dur'adera de orden económico y social, eometida por los
más fuertes sobre los más débiles, en ·una prestación de ser­
vicios.
Cuando de una persona que suministra servicios a otras se
dice que es explotada, se quiere significar que a cambio
de· los
servicios

suministrados no recibe una "recompensa" proporcio­
nada, bien sea en dinero, en consideración, en mejores condiciones
de vida, etc.
Hay dos ideas que laten en la noción de explotación: la idea
de
injusticw (que es la idea principal) y la idea de duración (que es
la

idea accesoria).
¿ En qué consiste la justicia? En dar a cada uno lo que se le
debe, reddere cwique suum.
Si no se da a cada uno lo que se debe, en una oc-asión deter­
mitl(J)(/a, se le roba o se le lesiona. Pero si no se le da lo que se
le debe
en una prestacwn de lMga durOJción ( que constituye un
estado para el interesado) se le explota.
dos valores es la p,lusvalía. El capitalista, al apropiarse la plusvalía EXPLOTA
a~ trabajador. Esta teoría simplista, tan falsa en el siglo x1x como hoy,
tenía entonces una
aparente-justiñcaclón a

causa de la
INJUSTICIA que sufría
el

mundo de los trabajadores
EXPLO'.L"AOOS efectivamente (en el sentidp or­
dinario de la
palabra) por el mundo de los capitalistas. En nuestros días,
el
desarrollo del

maquinismo, la automación, apenas permite comprender
la teoría de la plusvalía, que está, por otra parte, vacía de todo sentido
concreto por la relación entre la masa de los salarios y la de los beneficios.
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A este respecto, el lenguaje corriente corresponde a una in­
tuición completamente exacta de las nociones de justicia e in­
justicia.
3.0 Los diferentes niveles de la explotación (o de la no explo­
tación).
La explotación ( o la no explotación) puede realizarse en di­
ferentes niveles; y puede haber explotación en-un nivel sin que
ha ya explotación en otro nivel.
Expliquémonos.
Un intercambio de servicios tiene lugar entre dos individuos,
o entre un individuo
y un grupo, o entre un grupo y un indivi­
duo
-y cada vez en el seno de un conjunto social más vasto,
incluido a su vez en otro conjunto aún mayor-. Puede haber
explotación en un nivel y no en el otro.
Supongamos un aldeano, pobre, que, para un trabajo cualquie­
ra, llamara a otro más pobre que él y le diese una suma muy in­
ferior a todos los salarios mínimos. ¿ Le explota personalmente?
No, puesto que no puede darle nada de más y tendría que pres­
cindir de sus servicios si tuviera que dárselo él. No hay, pues,
aquí explotación de un hombre por un hombre. Hay explotación (si es que hay explotación) de un hombre, e incluso de dos, por
"la sociedad".
No se trata aquí de un caso excepcional. Se trata, por el con­
trario, de una gama de situaciones variadas hasta el infinito de la
trama misma de la vida social. Por eso,
si se escarba un poco en fas nociones de explo­
tación
y de no explotación, ~ápidamente se ve que desembocan
en un solo y único problema, el de la justicia, tal como es plan­
teado bajo sus dos aspectos clásicos:
el de la justicia conmutativa
(lo que uno debe al otro en un cambio) y el de la justicia distri­
butiva (lo que es debido a cada uno, en la organización de grupas
sociales y de la sociedad global).
Esto es, en resumen, lo que se llama el problema de la justi­
cia sacial.
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4.'0 La explotación "capitalista".
Para el marxismo, la explotación se resume en la "explotación
capital,ista".
En el Mamwl de Econom,ía Política, publicado por el Instituto
de Economía de la Academia de Ciencias de la URSS, en tiradas
de millones de ejemplares (4), se lee:
"La producción capitalista
está fundada

sobre el trabajo asalariado: Los obreros asalariados
son liberados de los lazos de la servidumbre. Pero son privados
de los medios de producción y, so pena de morir de hambre, se
ven constreñidos a vender su fuerza de trabajo a los capitalistas.
La explotación del proletariado por la burguesía (5) constituye
el principal rasgo característico del capitalismo, y la relación entre
burguesía
y proletariado es· la relación de clases fundamental de
un régimen capitalista" (6).
Frente a este texto (y a los innumerables textos de esta misma
clase), uno se ve obligado a formular las siguientes preguntas:
--Si la "explotación" es la explotación "capitalista" -es
decir, la condición del asalariado pagado por la empresa capita­
lista-no
puede haber explotación en otro sistema. El asalariado
de un patrono individual no puede ser explotado. El asalariado
de una empresa nacionalizada no puede ser explotado. Los hijos
que trabajan con su padre no pueden ser explotados por éste, etc.
-Si el marxismo responde que, en un régimen capitalista,
la incidencia del régimen en todas las actividades económicas y
sociales puede afectar de un coeficiente de explotación a las rela­
ciones extrañas a las empresas capitalistas, entonces es el mismo
régimen el que constituye la explot_ación.
Si el régimen capitalista
(es decir,

en el régimen caracte­
rizado por la propiedad privada de los medios de producción)
(4) Traducido al francés por Editions Sociaks (texto conforme a la
2.ª edic. París, 1956).
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(5) Subrayado por el autor.
(6) Op. cit., págs. 117-118.
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constituye en sí mismo la explotación, en tal caso no puede haber
explotación en un régimen no capitalista (es decir, régimen co­
munista).
-Si no hay explotación en régimen comunista, los intere­
sados ( es decir, todos los que se llaman los asalariados en el ré­
gimen capitalista)
¿ están, en igualdad de circunstancias, mejor
pagados,

mejor tratados, más libres y más felices que antes, o
que sus homólogos de los países capitalistas?
Cuando se razona se llega rápidamente a la alternativa si­
guiente:
-o bien la explotación es una noción puramente abstracta}
que no es sino otra denominación para significar la condición de
"asalariado en régimen capitalista" ;
-o bien la explotación evoca una idea de injusticia, de du­
ración,
de alienación vinculada concretamente a la condición de
asalariado; y, en este caso, es preciso demostrar que el asalaria­
do es efectivamente explotado en el régimen capitalista y que no
lo es realinente en el régimen comunista.
La noción a;/Jstracta es evidentemente absurda. No tiene sen­
tido sino por referencia a la realidad concreta.
Tirando del hilo, se acabará por reconocer que del problema
de la
ezplotadón se pasa al de la ju~ticio,. Lo que se trata de sa­
ber es si, en con junto, un régimen en el que se
halla abolida la
propiedad privada de los medias de producción es más justa que
un régimen en el que existe.
Aquel
-en que la justicia esté más asegurada, es decir, donde
los
servicios suministrados
sean r~compensados en su valor más
exacto por los demás ( en el contrato) y por la sociedad ( en la or­
ganización social), será el régimen más justo.
5.•
La

doctrina social de
la Iglesia.
La Iglesia habla. mucho de justicia. No habla apenas de ex­
plotación -noción que en el sentido marxista de· la palabra le es
extraña-. Para ella, en efecto, esta
palabra "no significa,

como
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para Karl Marx, el proceso automático de la extorsión de la
plusvalía, que se desencadena desde que están enfrentados el ca­
pital.

y el trabajo", significa
"la injusticia de una modalidad (o
régimen
de salariado), en la que el capital (en
el sentido colec­
tivo

de los capitalistas) no utiliza el trabajo de los demás sino
para sacar un beneficio" (7). En
la Quadragessimo anno, Pío XI
escribe: "Hay violación del orden establecido cuando el capital
no contrata a la clase proletaria sino con vistas a
explotar a su
antojo
y en su propio provecho la industria y al régimen eco­
nómico entero, sin tener en cuenta ni la dignidad humana de los
obreros, ni el carácter social de la actividad económica, ni siquiera
la justicia social y el bien
comón" (8).
En

resumen, para Pío XI, hay
e.x-p/otación capitalista cuando
hay explotación, es decir
injusticia, en el régimen capitalista. Pe­
ro el sistema capitalista no constituye en sí mismo la explotación.
No se podría decir otro tanto de la explotación comunista, en
cuanto el comunismo es
intrínsecamente perverso y su sistema
econfnniico constituye una unidad con su régimen político y su
doctrina del hombre (al revés que el sistema capitalista que, al
ser de naturaleza eX.clusivamente económica, puede funcionar con
efectos sociales muy diferentes según sea utilizado por regímenes
políticos diferentes (9) y de conformidad con diferentes doctrinas
del hombre).
CONCLUSION
De este vistazo ultrarrápido de la noción de explotación, :la
conclusión se extrae por sí sola.
(7) Eglise et société economique J. Y. Calvez y J. Perrin, Aubin,
1959, pág. 451.
(8) Citado en la obra anterior, pág. 451.
(9) De hecho, todos los regímenes políticos son hoy
ht'bridos, y
lo que
los comunistas
llaman "regímenes

capitalistas" son regímenes generalmente
muy socializados. Como tampoco son puramente socialistas (es decir, comunis­
tas) en tanto admiten la propiedad privada de los medios de producción y ésta
subsiste a pesar de los importantes sectores -nacionalizados y de una· pre­
sión fiscal muy "socializante".
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¿QUE ES LA EXPLOTACION?
-O bien se refiere a la noción marxista de explotación y
entonces es falsa eomo teoria y positivamente ahswrda si se con­
fronta con la rea/ida4. (Pretender que un asalariado americano es
explotado mientras que un asalariado ruso no lo es, resulta gro­
tesco.)
- O bien se emplea la palabra "explotación" para signifi­
car una
injusticia en las relaciones sociales entre los más débiles
y
los más fuertes y, entonces, hay mil formas de explotación que
nos invitan a una lucha perpetua, por una parte, para corregir
las injusticias
donde se
encuentren, y, por otra parte, para intentar
establecer un régímen social favorable, por sí mismo, a la mayor
justicia o, al menos, la menor injusticia, para el mayor número.
En esta segunda perspectiva, lo que se puede decir con se­
guridad, con la prueba de los hechos en un plano doctrinal, es que un régimen que llega a abolir totalmente la propiedad privada de
los medios de producción favorece más la injusticia (y, por consi­
guiente, la explotación) que un régimen que admite la propiedad
(regulándola).
Y esta observación será aún más cierta si tomáramos en con­
sideración bienes superiores a los de la igualdad en el cambio y
la organización social, tales como, por ejemplo, la libertad y po­
sibilidad para el hombre de alcanzar sus fines más altos.
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