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Número 124-125

Serie XIII

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Las «sociétés de pensée» y la política de los francmasones

ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
LAS "SOCIETES DE mN&E" y LA POLITICA DE LOS
FRANCMASONES
Esta. vez, excepcionalmente, las üustraciones que ofrecemos a nuestros
lectores no $olamente recogerán recortes de periódicos sino que girarán en
torno de un libro que para nosotros tiene tanta o más actualidad informa­
tiva
que
las
noticias recogidas por los periódicos. Ese libro es "LA POLI~
TIQUE DES FRANCS~<;oNS", escrito por el das veces Gran Maestre del
Gran Oriente de Francia, )aoques Mttllerrand .(ed. Roblot, París, 1973)
libro del cual, en VERBO 123 ,( págs. 347 a 349), Andt-é., Olivares dio una
breve pero sustancial noticia
El tema de la masonería ,nunca lo habíamos tratado, pero la aparición
de este libro y su carácter a la vez· de alegato y de confesión, nos ha
acuciado a hacerlo. No se trata de cazar brujas sino de registrar hechos
a tral7és de manifestaciones publicadas por persona autorizada de la párfe
interesada que defiende una posición radicalmente contrapuesta a la trw­
dicional e inveterada:mente· mantenida par la religión católica..
l. LAS "socIÉTÉS DB PF.NSÉE"' AyER y Hoy.
Uno de los aspectos del libro de Jacques Mitterrand que subraya Aoorés
Olivares en VERBO 123, en su artículo "LA POLÍTICA DE LOS FRANCMASO ...
NES, EXPLICADA POR UN GRAN MAE.STRE DEL GRAN ÜRIENTE DE FRANCIA",
se refleja en el pátrafo que a continuación reproducimos:
«Cuando Mitterrand defiende a la masonería, "sociedad de
pensamiento
y acción", de las acusaciones de ineficacia y cosa
caduca

con que se
la ataca, rebate fácilmente estas acusaciones
preguntando
a su vez:
¡, es que los temas que ,se discuten pública­
mente y las soluciones que
se propugnan no coinciden con las
preocupaciones
y soluciones establecidas por la maso"nería? Hay
qn,e e,onve_nir en qu,e Mitterrand

no
carece de
razón, y ello es
muy signifiea_tivo.»_
Tan significativo como lo es, asimisnw, el hecho de que sus actitudes
531
Fundaci\363n Speiro

resulten coincidentes con la sorprendente postcton de la gran prensa de
los países capitalistas, que resulta también coincidente con la opinión de
los comunistas respecto de la apreciación de cuestiones tan candentes como
las relativas a Vietnam, Chile. etc., como luego veremos.
"Sociedad de pensamiento
y acción", define MitterrBnd a la frencmas0,,
nería .... ¿Sabemos -lo que representaron en la -preparación y desarrollo de
la Revolución francesa, l& "Sociétés de-Pemée"? ¿Valocamos suficiente..,
mente
lo que han seguido significando y lo que determinan hoy en la
esfera de las ideas y de su desarrollo práctico?
Tenemos en la mano un ejemplar del número 177 de L'ORDRE FRAN­
CAIS de enero de 1974, abierto en la página 6 donde comienza el artículo
"LAS SOCIÉTÉS DE PENSÉE HIBR ET AUJOURD'Htn"' escrito por Pierre Bevi-­
llard, del que recortamos los siguientes pál'l'él/Os:
«Los . adinirahles trabajos de Agustín Cochin (.,.) han pro·
yectado plena luz acerca de la
consti_tueión de las «Sociétés
de
Pensée». en el siglo XVIII, así como sobre el papel primordial que
jugaron
en· la preparación y realización de la «Grande Revolu­
tion» de 1789.
Las. cuatro obras (1) que han podido publicarse
después de su muerte,

no han dejado
obscuridad alguna,
Sabemos
por ellas que las
Sodétés de Pensée no solamente fueron instru·
mentos
de la difusión de las ideas de
Jean-Jacques Rousseau y
de

los
-philo-sophes, ni meramente el armazón de un complot ela­
borado fuera
de,_ellas, sino

que, por
su propio trabajo, destru­
yeron entre
i!US propios adeptos la misma noción del derecho,
el valor obligatorio de las leyes civiles y de los mandamientos de·
la ley de Dios, el respeto a lo recibido de la tradición y de
la experiencia. Las Soci.étés de pensée han destruido de este inodo
el espirita humano·

en
sus más seguras operaciones, A

éstas y
por
h~squedas de

todo orden las han sustituido por el recurso a
]a mayoría de las opiniones igualadas.
»Pero la Société de Pensée no fue inventada por la Revolu­
ción de 1879 ni ha
desaparecido después de

ella .•.
»
«
...

si pudieran estudiarse a fondo las revoluciones que en el
curso de los siglos han subvertido las estructuras y el orden de
cualquier nación, probahlemente se comprobaría

en todas ellas
la
presencia de Organisnios subversivos

análogos a las
Sociétés
(1) La Révolution et la Libre Pensée (Pion) 1952, 2." ed. Les So­
ciétés de Pensée et la Democratie Moderne (d.0
). La Révolution en Bre­
tagne (Champión) 1925, 2 vol. Abstraction révolutionai,e et réalisme catho­
lique (Desclée de Brouwer) 1960.
532
Fundaci\363n Speiro

de Pensée identificadas por .Agustín Coehin en la revólución
francesa
de 1789.
»Esa coincidencia se manifiesta suficientemente para nosotros,
entre
esta Grande Révofotion, de la que pronto hará dos siglos
y la revolución aún mayor que se está preparando e incluso
comenzando a realizar ante nuestros ojos.
»Agustín Cochin ha mostrado

las
Soeiétés de Pensée en acción
en Borgoña, por una parte,
y, de modo más detallado, en Bretafia.
Pero -hallamos también en la correspondencia_ o en las memorias
de
testigos de

los
acontedmientos, descripciones

o simples notas
en las cuales los propios autores generalmente no
observaban
nada

de interés, pero que con el tiempo
y con un conocimiento
más amplio de
los acontecimientos., .han adquirido valor de tes­
timonio.
»Ei:ttre estos documentos,

pueden indicarse las Memorias
es­
critas en Londres por el Conde ]oseph de Puisaye (2) que fue
delegado de la nobleza del Perche en los.
Etats _Gé"eraux y se·
guidamente tuvo asiento
en r Assarnblée Consritua.nte. Situación
que
le permitió hacer numerosas obs·ervaciones ... »
Ellas nos muestran, como detalla el artículo:
«Agentes sectetos, jerarquía secreta, ' reuniones y deliheracio·
nes clandestinas, dirección oculta de las deliberaciones públicas
de
la:s asambleas oficiales, he ahí puesto

claramente
al día el fun­
cionamiento

de las sociedades revolucionarias, gobierno miste­
rioso, la primera República.» «El Conde de Puysaye
tal vez reflexionó después acerca de
los acontecimientos a los que
~ía asistido dlll'ante su
partici­
pación en los Estados Generales
y en fa Constituyente. ¿_Halló
en su memoria e-1 papel inmediato
·de los
Jacobinos? Probahle­
mente le faltó la necesaria
reflexión para ver claramente la re­
lación entre la agitación
Verbal de las Sociétés de Pensée de
París
y la agitación propiamente revolucionaria efectuada en las
ciudades, los campos
y en el ejército por los correspondientes de
estas Sociedades. No
obstante~ sus
memorias aportan una con­
firmación
y una ilustración irrefutables a los descubrimientos de
Agustín
Coehin.
»La
acción

revolucionaria de las
Sociétés de Pen&ée no se
detuvo cuando el 9 termidor se puso término a la revolución
(2)
LaB memorias del Conde de.Pu.isa-ye fueron editadas en 1803 por
E. Harding. Pall MalL núm. 18, y Dullan et C.o, Sobo Squace.
533 .

Fundaci\363n Speiro

sangrienta, ni cuando la toma del poder por Napoleón Bonaparte
creó la ilusión del restablecimiento de un orden semejante al de] antiguo régimen.
»Las Sociétés de Pensée continuaron exi11tiendo bajo diversas
formas generalmente vinculadas a
la.s diversas
obediencias ma­
sónicas. En
el cul"so del siglo XIX su actividad continuó siendo clan­
destina, pero siempre
pro-democrática y anticlerical. El trahajo
revolucionario se proseguía sin ruido.
La III República, al favo­
recer la elección de mayorías
cada vez más a
la izquierda, per­
mitió un creciente desarrollo de las
Sociétés de Pensée. Estas
aprovec,hando
las

justas quejas emitidas en los medios
Obreros,
se

infiltraron en los sindicatos
y los utilizaron para infundir ideas
cada vez más subversivas. Puede decirse que hoy en día esos
.sindicatos funcionan

como las
Sociétés de Pensée del siglo xvru
y que la preparación de una nueva revolución se efectúa también
de modo tan amplio como en 1789.»
El autor del artículo pon.e como muestra reciente la del denominado
!' affaire Lipp, y reemprende luego la línea directriz de su exposición.
534
«La organización de dicho affai.re Lipp así realzada nos sitúa
exactamente en la atmósfera de las
Sociétés de Pensée descritas
por Agustín Cochin. No
-se exterioriza ni más ni menos que
cuando el Conde. de
Pui511ye vio
producirse en los primeros días
de la Revolución. »Análoga similitud
se manifiesta

en lo que concierne a la
formación, o más propiamente a la deformación de las inteli­
gencias-, a
l_as que

se trata de habituar al desprecio de la legalidad
y al odio a la autoridad. »Como M.
Ceyrac ha

hecho observar a Edmond Maire,
«el
nacimiento
de una legdlidiad por la üegali.dad, esto se llama -la
Revoludóm,. (Le Point, 27-8-73). Ignoramos lo que respondió
Edmond Maire; pero podría haberle recordado a M. Ceyrac que
la actual legalidad no es otra cosa que el resultado de las
ileg"a·
lida·des
cometidas

hace cerca
de dos. siglos por los grands anee­
tres revolucionarios.
»En 1789, para que
el pueblo
francés perdiera
el respeto a la
autoridad
y al derecho de propiedad, las Sociétés de Pensée
orgariizaron la grande peur: el Conde de Puisaye refiere que
«el. mismo día y a la misma hora» el rumor de la irrupción de
salteadores
se extendió en todas las ciudades
y pueblos del reino.
«La puniualidad y la precisión» con que fue transmitido éste,
Fundaci\363n Speiro

muestran «en sus autores mayor inteligencia que la mostrada des­
pués
por aqueUos a quienes fue atribuula». En el pueblo, muy
agitado,
·se formaron

guardias nacionales sin .autorización oficial
alguna y, en los tumultos
subsiguiente~ «las propiedad& de los
n.obl83 fueron en diversos lugares el objetivo de estw agrupacio­
nes». No hubieron reprobaciones ni sanciones de clase alguna.
Estas violaciones del

derecho de propiedad y de la propia lega­
lidad se convirtió así en
cebo y estímulo de las violencias y ban­
didajes que

las
siguieron.»
11. Los ESTUDIOS BFECTUAOOS EN ESTA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX EN
LAS LOGIAS DE LOS FRANCMASONES,
Suspendemos la lectura del artículo de Pierre Bevillacd, para abrir por
la página 145 el libro de Jacques Mitterraind y transcribimos:
«... Cuando el colonialismo es denunciado, cuando los hom­
bres de color
se niegan
a soportar por más
-tiempo la
tutela del
hombre blanco, cuando pueblos enteros
tie aLzan contra la explo­
tación extranjera de su suelo, se trata de que
estos hombres y
de

que estos pueblos tomen en
sus manos

por sí mismos su propio
destino a fin de construir un futuro mejor para sus
hijo1:1 y

sus
futuras generaciones ...
»
¡ Bellas frases ... ! si rw supiéramos cuáles han sido los amargos resul~
tados: guerras, genocidios, hambres, tiranías
que

se -
creían hace tiem:po
desapmecidas
... ; si no supiéramos que la mayor parte de estas poblaci.o~
nes no han hallado la libertw:1, la igualdad, ni el bienestar, sino que han
sido
oprimidas por minorías sin escrúpulos ... ; si también se refiriesen a los
países colonizados
¡x;r la U. R. S. S., muchos de ellos con antigua civi-­
lizadón
y que se. hallabán culturalmente avanzados cuando el telón de
acero cayó delante de sus fronteras -occidentales ... ; si no fuera porque detrás
de

esas
invocaciones idealistas, que

en
tantos aspectos han resultado fu~
nestas para
los pueblos asi "liberados", se ha tratado y logrado dejar a
Europa

alejada del petróleo
y de las materias primas. indefensa· militar y
económicamente ante. los grendes colosos que son, más que nunca, U. R.
s. s. y u. s. A.
Pero, sigamos transcribiendo del mismD libro de Mitterrand:
« ... -Tales acontecimientos, penetrados de la moral del bien­
estar, ¿han sorprendido a los francmasones?
Se ha subrayado
que una de
las características de los estudios efectuados por las
Fundaci\363n Speiro

logias consiste en que estos estudios deben orientar tanto cuanto sea posible acerca de
estos problemas
de vanguardia
respecto
de

los cuales la opinión pública aún no se hallaba impuesta.»
A continuación vienen los_ ejemplos. Veamos primero el de Arge.lia:
«Antes de que estallaran los grandes conflictos entre las me­
trópolis

colonizadoras y
los países
colonizados,
los francmasones
Jranceses no

escapaban a la regla general: la educación escolar,
los
libros, los diarios y las declaraciones gubernamentales les
llevaban a

considerar con cierto
patriótismO miope
que «por
do­
quier que flotara

la bandera francesa, la libertad tenía derecho
de ciudadanía». Sin embargo, han hecho un esfuerzo por razón
de
sus opiniones

políticas y filosóficas, para romper el círculo de
la mentira. Y, a
este respecto,

el de Argelia
es el
ejemplo -más
nítido de un problema colonial estudiado por los francmasones,
bastante antes de
sel' planteado

ante el país
-~»
Desde 1900 los' francmasones se preocupan de A,rgelia. En el primer­
ter-cio
de siglo aceptando la tesis de fa asimilación, pues ese problema.:
«Naturalmente no se plantea en 1900, como se plantearía y
resolvería en
la asamblea de las logias del Gran Oriente de Fran­
cia en 1955 ...
»
«Cuando el drama sobrevino, evidentemente numerosos franc­
masones
de Argelia y

de Francia no comprendían los aconteci­
mientos
y, con la mejor fe del mundo, permanecían anclados en
las antiguas
ideas de la asimilación. Pero la primera asamblea
general del Gran Oriente de
Francia~ siguiente
a la insurrección
.argelina, tuvo lugar en septiembre de 1955.
Desde esta fecha,

por
una aplastante mayoría, los representantes de
las logias,

después
de emotivos
debate~ adoptaron

posiciones ·categóricas: denun­
ciaron la guerra y preconizaron la negociación entre argelinos y
franceses para establecer entre ellos relaciones políticas y
eco~
nómicas

nuevas •.
.>
Pase.mas al Vietnam:
«Conviene recordar, ante todo, q'ue en la antigua colonia de
Indochina las logias masónicas estaban florecientes y era corrien­
te hallar en sus reuniones francmasones indochinos
.~.
»Cuando

una ·política de mentiras y de felonía condujo a la
Fundaci\363n Speiro

guerra, los francmasones que· se habían batido por la libertad,
reconocieron en Ho-Chi-Minh
y sus partidarios a los hermanos
de lucha
Contra los japoneses:t> ... «el Gran Oriente de Francia
tomó posiciones contra la guerra y recordó el derecho de los
pueblos a
-su libre

determinación.»
Que medio Vietnam cayera en manos comunistas ¡ nada importaba!
Ni el terrible éxodo de católicos vietnamitas del' norte hacia el sur tam,.,
poco preocupaba, naturalmente, a..:f.as logias francesas. Pero sigamos leyendo:
« ... ·En :Ein, llegada la hora de la firma de la paz, el ZO de
junio
de 1954, el gobierno del presidente Ho-Chi-Minh contaba
en
su seno dos ministros francmasones, mientras que el propio
general Giap no era un desconocido en
lB's antiguas logias fran­
cesas de Indochina. Hubiera

podido
esperar.se que la francmaso­
nería
tu.viera su lugar en el corazón del Vietnam independiente.
Pero
una

mala
sucesión había
sido abierta
en el sur del país:
los franceses parten
y los americanos liegan _ Con ellos cierta
forma
de francmasonería que, no contenta con ser racista, va a
solidarizarse con el horror de la nueva gnerra ... Esta masonería
anglo-sajona, de

carácter religioso
y reaccionario, va a arruinar
las

esperanzas de la
francmasonería liberal

francesa, mientras
ésta, por su
Gran Oriente, continuará siil debilidad denunciando
la espantosa
guerra sufrida por !;'l desventurado pueblo vietna­
mita.»
¿Se deberá a este último punto de vista que ocurTa lo narrado por el
P. Weren/ried von. Stretten en el mímem de marzo de 1973, de "AYUDA
A LA foLESJA NECESITADA?".
«A pesar de mis tentativas repetidas, no conseguí encontrar
un solo diplomático, hombre de
negocio~ periodista
o misionero
extranjero que suscriba las

informaciones referentes al Vietnam
del Sur que corren
en Europa

occidental. Los·
43 extranjeros
en
Vietnam del Sur con los cuales hablé personalmente, califican
unánimemente
~e tendenciosa,

mentirosa, injusta, criminal o de­
mente la campaña de propaganda llevada a cabo desde hace años
en contra de este pueblo tan duramente
probado y

de
sus aliados.»
Pero ... volvamos al libro; y leamos como Jacques Mitterrend nos ex-­
plica que todo gran problema conteinporáneo suscita la reacción de los
francmasones "en f.ettant compfe des solutíons qu'ils porwaint avoir·préa...,
lablement étudtées".
·537
Fundaci\363n Speiro

«En 1962, · el Gran Oriente toma la iniciativa de un coloquio
sobre la democratización de la enseñanza .•.
»
«
...

en 1965
la asamblea general de las logias del Gran Oriente
de
Francia» ...

«decidió por unanimidad que la mayoría de edad
cívica
de los

franceses debería fijarse a
los dieciocho
años.
»He ahí,

en lo esencial,
el patrimonio del que disponían los
francmasones del Gran Oriente de Francia cuando estallaron en
Francia los acontecimientos
de mayo y junio de 1968. ¿ Cuál fue
entonces la actitud del

Gran Oriente de Francia, qué debían pen­
sar los francmasones de
este acontecimiento?

No se trata de
romper la
tradicioruil discreción

de la que siempre han dado
pruebas los
fruncmasones cuando

participan en razón de su ran­
go, a las grandes
luchas d-emocráticas: baste de<:ir que

los
estu­
diantes

francmasones
estuvieron en

las barricadas, que
lo"S mé­
dicos estuvieron en los puestos de socorro y que la solidaridad
material de las logias no
faltó.»
¿Cuál fue la actitud oficial y pública del Gran Oriente de Francia?
El
consejo de la orden, en nombre de los francmasones, proclama que:
«.-saluda con su emoción al grandioso movimiento de los
es-tudiantes y de los trabajadores de las ciudades y los campos,
que expresan su voluntad ferviente
de justicia, de democracia
y de
prngreso guardando

el sentido de su
responsabilidad.»
«En

el corazón del acontecimiento, las reacciones que
pl'Odu­
jeron

con estrépito fueron comunes a toda la juventud del mundo.
De Estamhul a Varsovia, de Tokio a Belgrado, de Washington a
Moscú, de

París a México, de Berlín a Praga, se elevó en seguida
el rechazo de
toda socieded autoritaria,

bajo el signo firme de
la "contestation" ...

»... los francmasones no podían dejar de ser sensibles a la
idea de "contestation" y
el gran
maestre de la Gran
Logia de
Francia

expresaría con daridad su
puóto de
vista cuando pro­
clamó: "La

contestation, c'
eat . nous". ¿ Qué organismo, en efecto,
más
que

la logia masónica,
ha sido siempre, y continúa siendo
hoy, el centro de la- "contestation"? ..
.>
Fundaci\363n Speiro

111. ¿CUÁLES SON LAS GRANDES IDEAS QUE FUNDAMENTAN LOS PRINOPI0S
P0ÚTICOS DE LOS
PRANCM'.ASONBS]
Abramos el libl'O de J acques M·itter~arrd por la página 110 y veamos
su respuesta a esta pregunta:
«Si la filosofía de todos loe francmasones se reconduce a sus
datos principales, se puede fácilmente distinguir tres
grandes
ideas fundamentales.
»--Ante todo, el francmasón es el hombre que exige el res­
peto

de la libertad absoluta
de conciencia y de ella hace derivar
el
derecho a la absoluta libertad de expresión.
»-Luego, ·e1 francmasón, en su trabajo intelectual, utiliza
una lógica de tres
valores: aprecia la tesis, pero también la an­
títesis, y se es-fuerza en deducir la síntesis~
»-Finalmente, el francmasón, porque es el ainigo de los
hombres, testimonia

un pensamiento
resueltaniente optimista; re­
chaza,

por eso
mismo, toda
idea.
de resignación.»
Macee! CJMm.ent, en el número 605 de L'HOMME NOUVEAU del
2 de septiembre de 1973, con el título "Y a:,.t,il une politique des francs,,
:mac;.on.s?" Al comentar la respuesta afirmativa que da a esa pregunta el
libro de Jacques .Mitterrand, observa:
«Esta política explica sin duda lo principal de cuanto los
espíritus rectos,

informados, a veces un poco ingenuos, llaman
-con

una hermosa convicción
la "mutation" de nuestra civilización.
Para decirlo en una
-sola frase, lo que los francmasones metódi­
camente piensan, que pueden
acabar de
derribar y lo que ocultan
que tratan de destruir,
es la

c_ivilización cristiana. Lo que tienen
conciencia de
edificar, a

través
de una empresa multiforme de
"liberación", es una civilización humanista en el pleno sentido
de la palabra, es decir, una civilización fundada no ya en ·Dios
sino en el
hombre, en

una libertad humana que subvierte radical­
mente las
finalidades naturales

de la moral, y en una igualdad
humana que
suhviérte todas les jerarquías

no
masónicas.»
Ciertamente, Jacqu.es Mitferrand en la .. página 162 de su libro proclama
enfáticamente la fe masónica en el hombre liberado de Dios: ·
« ... Más que nunca, incluso por razón de las posi_hilidades que ,.
le ofrece el mnndo moderno, el humanismo requiere la vigilancia
Fundaci\363n Speiro

y la acción de todos los hombres que piensan que "el hombre
es
el porvenir del hombre".
»Si colocar al hombre en el altar en lugar de poner a Dios
es
el

pecado de
Lucifer~ todos· 1os humanistas, desde

el Renaci­
miento, cometen
este pecado: éste ha sidO uno

de los agravios
invocados contra los francmasones la primera vez que fueron ex·
comulgados por

el Papa Clemente XII en
1738 .. .»
Volvamos a ceder la palabra a Marcel Clément, en su citado artículo
acerca de la política de los francmasones:
«Al seguir el análisis ·de Jaeques Mitterrand se comprende
que, si bien las logias no
explican -
por sí solas las grandes etapas
de la historia de Francia desde el
-siglo xvm,

tampoco puede
escribirse seriamente esta historia· sin_
examinarla • la

luz de
la influencia de
la fracm.asonería. Ya que, en definitiva, ésta no
trata nada menos sino de poner
.en márcha el

gobierno mundial
de
wta 11contra-lglesia".
Jacques Mittettand, avala la certeza de esta apreciación, cuando en la
página 170 afirma que:
« ... desde hace tiempó los francmasones acar1c1an este sueño
(el viejo sueño
dell:1:ocrático de
Byron o de Victor Hugo,
res­
pecto de Europa). Llegan incl~so a examinar la posibilidad de
un
gobierno mwtdial. Une

vez más la Iglesia siente en
su camino
la

amenaza del
pensamiento libre, animador

de
toda acción de­
mocrática,

y la francmasonería
liberal Cs una

de
suS protagonis­
tas.

Ya
se trate,

en efecto, de la construcción de
Eúropa, ya se
trate

de los problemas
escolare~ ya

se
tritte de los derechos de la
ciencia, d_e la libertad de la cultura o de la libertad sexual, del
socialismo o
simplemenie de

los
dereclios del
hombre, mientras
el dogma· sueña en el pasado, el pensamiento
libre tiende

hacia
el porvenir.»
Lo más grave es que tantos clérigos y algún obispo desde dentro de
la Iglesia acarician hoy el mismo Sueño y pretenden que éste se realice
en su propi.o seno. Por eso Marcel Clément, concluyenc!o ese primer ar·
tículo suyo, no vatjló en reconocer:
540
«Hay una política de los francmasones. Esta no se despliega
exteriormente
CONTRA la 'Iglesia o
CONTRA el Estado. Se
insinúa,
presentándose como una 'irresistible evolución

histórica
Fundaci\363n Speiro

EN la Iglesia y EN el Estado. Como explica Jacques Mitterrand,
hay .más o menos_ en todas partes francmasones "sin mandil1'. A
veces, los interesados no se dan cuenta •.. »
Pero> volvamos a las ideas fundamentales que guían la política de los
francmasones, según las explicacione.s de Jacques Mitterrand.
IV. LIBERTAD ·ABSOLUTA DE CONCIENCIA CON NEGACION DE TODO DOGMA
QUE NO SEA ESTA LIBERTAD.
De nuevo abrim9s el libro por la página 111:
«Cuando el francmasón se declara defensor de la libertad
absoluta de conciencia, rompe deliberadamente con todo·
-pensa•
miento dogmáti~. El dogma participa de lo intangible: la ver­
dad
reVelada no 8e diacu~ se impone; y quien I.a pone en du.da,
en cualquier ponto

que
sea, es condenado sin ser oído, es_ el
herej~ es el ~emigo que

debe
ser combatido

_
y reducido por
la
futtza.»
Claro que al proclamar este antidogmatistnQ se procl4ma como dog-­
ma indiscutible que · no hay dogm~ ..• exce{'to éste, es. claro, '{Jtto se niega
que lo sea a la vez que se· impone como tal., pues quieñ rechace el dogma
de. ese antidogmatismo también es, para ellos, el enemigo ¡que debe ser
comba/ido y reducido por la fuerza si, preciso fuere!> como luego veremos.
_ Y no es éste el único dogma que dimana de loo principios que Mit-­
terf!and proclama
como fundamentales de lo~ masones.
Un dogma radicalmente democrático y una fe dogmática en el progreS-O
humano, como también vamos
a_ ver, son pr~fesadBJS por ello.s.
Antes-_subrayaremo~ que su -PTimer dogma comP"ende la a'bsoluta ne-­
gación de todos los dogmas. _aj~s-y, entre ellos,_ primordialmente de todos
los
proclamados por la Iglesia c;aiólica. · ·
Mitterr~ en la. página. 203,. así nos lo confirma:
«Por consiguiente, el liberalismo de pensamiento, la lucha
contra- la injerencia temporal
del catolicismo romano, el respeto
a la información,
el derecho a la libre crítica, pasan por las logias
masónicas en la medida en
que éstas permanecen fieles a sus orí­
genes.»
·volvamos ·hacia atrás lmipáginas y detengámonos en la 97:
Fundaci\363n Speiro

«El siglo XVIII es el siglo de las luces. Para el francmasón
se trata
espeeiahnente de
las "luces de la logia".
Y si en el se­
creto del temple,
"las luces

de la logia" significan,
en lenguaje
masónico,

los oficiales de la logia libremente elegidos por
sus
hermanos; en eil lenguaje profano son las luces del siglo -todo
aquello que irradia el pensamiento masónico. Ya que el
pensa­
miento ma'Sónico ha hecho su entrada en el mundo por los sa•
Iones políticos
y literarios. No todos los enciclopedistas fueron
francmasones, pero
todos conocieron
el ardor de pensamiento de
los· "Hermanos
y Amigos".
»Cuando estalló

la Revolución francesa, las logias masónicas
han cumplido su papel:
la libertad, la igualdad y la fraternidad,
nacidas en el temple,
llevadas por

los francmasones fuera del
temple, fueron desde entonces confiadas al pueblo
y puestas en
las manos de la nación .•.
»
Hay unos nuevos ®gmas de "libertad", "igualdad" y "fraternidad",
entendidos
como ellos los definen, que son instllU'l'ados y que constituyen
las
bases de la nueva "religión demOC"t'ática". En· ella caben todas las
religiones y fambién la negación de todas, .con una sola pero esencial con~
dición: la aceptación de dichos tres dogmas, y consiguientemente; la adap­
taciÓll a ellos de toda religión que habrá de desnudarse de todo otro dog-­
matismo que
no sea el masónico de esa nueva "religión universal". Así no.s
dice Mitterrand (pág. 120)'.
«Ella es [la masonería], desde un pwito de vista democrático
la única organización que bajo el signo
de la
libertad de pen­
samíento, agrupa en su seno hombres
de todas

.las
ideologías y
de todos los partidos políticos del progreso. Están allí ~n la
logia,
hombro con hombro, esos liberales, esos
radical~ esos
socialistas, de

todas las escuelas, esos comunistas, esos
anarquis­
tas,

esos sindicalistas, esos hombres que no están adheridos a
ninguna formación política ni
de otra clase. Están allí, en la
logia, esos deistas, esos espiritualistas, esos agnósticos,
esOs hu­
manistas: ·

ateos, esos materialistas ateos, que no solamente están
unidos por su igualdad fraternal, sino por su voluntad de enten­
dimiento
y éomprensión. E_stán unido-s porque todos ellos son
hombres libres que participan en esa filoso,fía masónica, que re­
coge
la filoeofía de la democracia.»
Esta es la condición sine qua non para su unton que explica.; sin lugar
a dudas, su incompatibilidad radical con el catol.icismo.
Marce! CMment en un segundo artículo publicado en L'HOMME NOU--
Fundaci\363n Speiro

VEAU, rním. 606 del 16 de septiembre de 1973, "Les fram-~ons face a
rEvangile' pone de manifiesto esa evidencia:
«De una parte, esta francmasonería no está fundada en la
Paternidad de Dios. Su primer principio no es SINO la frater­
nidad de los hombres.
Pero pretende
extender -como la Iglesia
de Cristo- a
todos lo-s miembros de la humanidad», la . fraterni­
dad masónica. En otras palabras;, los hombres han de escoger: o
la fraternidad
de los
hijos de Dios en la Iglesia Católica, o bien
una fraternidad de los «hijos de la lm:» FUERA DE LA IGLESIA
CATOLICA. Existe la

Iglesia
y la contra-Iglesia.
»ne· otra parte, el «principio» de esta fraternidad fuera de
la Iglesia no es Cristo, el
Camino., la
Verdad
y la Vida. Es la
libertad absoluta de conciencia ...
»
Los textos de Jacques Mitterrand que ilustran el pensamiento masomco
a

este respecto,
como comenta M atcel Clémerrt, permiten comprobar:
« .•. que a la fraternidad católica (es decir, universal) de la
única Iglesia de Cristo, oponen

los
fráncmasones la
fraternidad
universal' en

la masonería
¡ fundada
en
el recliazo de una verdad
universal! Concretándonos

el plano
eapiritual e int{llectual, que
es el

considerado en los textos escritos,
y entendidos lealmente
en

el sentido de quienes los
han eticrito, parece establecido -di­
ría de común acuerdo---que entre el Evangelio· y la única Iglesia
de Cristo., de

una parte,
y el "Humanismo" y la francmasonería,
de otra
part.e, no

es posible ninguna conciliación ni reconcilia­
ción:
"El Concil-io, obirervá. Jacques Mitterrand, reunido bajo el,
signo-del aggionuunento, ha hecho algunas concesiones a lfl'S exi­
gencias del. mundo moderno, pero, sin embargo,. no ha wmad-0
la via del, humanismo" (pág. 187).
»Pero Jacqueis Mitterrand; aun

reprochando vivamente a la
Gran Logia de Francia, y
más aún a la Gran Logia Nacional de
Fl'ancia (obediencia

minúscula, según él observa en la
pág. 172)
el haber _aceptado proclamar, por
lo menos transitoriamente, su
creencia en "el Gran Arquitecto del Universo",
y de haber caído
-también transitoriamente---

en las redes del P. Riquet
(!), no
deja de indicar, en las
página:s finales

del lihro, que la esperanza
de los
francmasolles consiste en eaperar que finalmente la

Iglesia
sea investida
desde el

interior por "católicos" humanistas ... Es
preciso leer atentamente estas líneas:
»"Estos católicos advertidos n.o han sido engañados por la
propaganda concüiar: han juzgado l(l,S insuficiencia.f y la. Fundaci\363n Speiro

sim¡., del Concilio, pero SE VALEN DEL CUMA que contri­
buyó a error para exigir uua VERDADERA RENOV ACIIJN DE
LA
IGLESIA ( ... ) El
carácter contestatario y liberador de estos
cató_licos no deja de suscital'. simpatias de los francmasones" (pá­
gina 189).
»En cuanto.

a los católicos que -
se, mantienen fieles, por adhe­
.sión d'e
su

inteligencia
y de su voluntad, a las enseñanzas de Jesús
y de todos los Papas, ins¡.ste Mitterrand, en que son "integds­
tao" ( ! ) ... "Enemigos irreductibles de toda libertad, de todas las
liberaciones humanas,
que forman cuerpo con todo un · pasado de
injustkia.s y tristezas".
»¿Son necesarios los comentarios? Los textos hablan~ Tam­
bién explican lo que ocurre EN la
Iglesia.»
V~ NEGAaóN ABSOLtn'A DB QUE LA LIBERTAD PUEDA ESTAR CONDICIONADA
POR
VERDAD ALGtrn'A DIMANANTE DE

UN
ORDEN NATilRAL, QUE RECHAZAN.
Los francmasones no sólo niegan que la libertad pueda ser coartada
pot dogmas religiosos, sino que también rechazan todo límite derivado de
verdades dimanantes del orden natural, que niegan rotundamente. Asi, en
el segundo de los artículos. a que nos hemos ,remitido, lo subraya Marcel
Clément.
«En cuanto a la libertad, tal como la defienden los francma­
sones,
es, ante todo9 el reclia:,;o explícito y metódico de la verdad
revelada e infalible expresada en los dogmas-de la Iglesia. Pero
también
es el

rechazo explícito
de toda

verdad filosófica univer­
sal y científica del modo que permite formular el método inte­
lectual de Aristóteles
y de Santo Tomás Qe Aquino.»
Jacques Mitterrand, no deja duda alguna en_ este punto. Tomamos de
su página 112:
« ... en ·democracia eo-mo en masonería, la filosoHa y la ac­
ción rechazan a la
vez la

verdad impuesta y
el maestro que la
impone ...
»
El verbo "imponer" juega aqúi un doble papel: cElt'icatw'iza a la vez
que niega> hace cxliosa además de recliaza,;:/toda verdad dada por cierta.
Y precisa en la página 117:
«Es preciso subrayar que los francm.asonee y los demócratas-,
Fundaci\363n Speiro

en sus esfuerzos para el progreso, i;e evaden de la filosofía y de
la acción de la Iglesia romana. Es preciso tecordar, una vez más, que según está
el mundo, los hombres~ han sido obra de Dios y
que
su de&iinó prefijado ha sido. regulado

de una manera defini­
tiva por su_ voluntad. Lá famosa "ley natural", de la que
se vale
el actual pontífice Paulo VI, no es Sino la expresión de un con·
servadurismo por el
cual tradicionalmente
la Iglesia se opóne
cuanto puede a toda evolución
progresiva ... »
En un tercer. artículo, también en L'HOMME NOUVEAU que_. en el
númei-o 607 del 30 de ·se:¡,tiembre: de 1973, Marce! Clément publicó bajo el
título "LES FRANCMA.C;ONS FACE A LA LÓI NATIIRELLE"' explica qtie los. franc-­
masones:
« ... fundan su actuación en la filosofía del iihre pensamiento,
ea decir,

en la filosofía que rechaza en cuanto tal no solamente
los dogmas
revelacl_os, sino,

incluso, las simples verdades
natu­
rales, én particular verdades sociales naturales, Esta es la con•
cel)ción masónica

de la democracia, de la familia, de la
eseu.ela,
de

la ciencia, de la
liberta~ de

la cultura, de la sexualidad
e,
incluso, del socialismo que debe llegar a ser el pensamiento so­ cial universal. Esta propaganda, una vez difundida y aceptada
por el mundo entero, dará lugar, por la fuerza de las cosas, a
que el gobierno masónico sea establecido de hecho y de
derecho
si

pudiera decirse.»
Lo
cierto es, prasi.gue M arcel Clément que:
< te.mas
de la propaganda social
masomca están
muy
ex­
tendidos

hoy en
dí~, . se

difunden con harta frecuencia, detentan
un monopolio muy -evidente no·
sólo en los proyectos de ley, -sino
en

la radio y en. la televisión, incluso
en las
homilías en
ciertas
parroquias

y en ciertos.
episcopados, . tanto

que
¡ numerosos cató·
licos acaban por dudar!_ Algunos piensan de buena
fe que se
puede _ser partidario
dél aborto

y
.eatólieo, o

partidario de la
H.
bertad sexual y

católico o
socialfata y católico ... Resulta, pues, in­
dispensable

recordar con suavidad pero con firmeza que existe
una doctrina
social de -la Iglesia,

que ésta deriva no de las
cir­
cunstancias

sino del orden
ínsit9 por

el Creador en la naturaleza,
y que el fundamento de esta doctrina social es la ley natural.:.
V aficano-II y Paulo VI . mantienen solemnemente esa doctrina:
"
Fundaci\363n Speiro

54&
«En el párrafo 5 del númel"o 76 de la constitución pastoral
..._L"UMEN·,.-,GeNTrnM" ,_ el ConcHio proclama. que es justo que la
Iglesia "pueda por doquim-y siempre predicar su Je con autén­
tica libertad,
ENSE~AR SU DOC.'TRINA SOCIAL (socIALEM suAM
oocTlUNAM DOCERE; pág. 809, .sesión IX de la edición latino-vatica­
na),
cumplir tri,n esiorbos su misión entre los hombres, etc.".
»En el párrafo 4 de la· carta ÜCTOGÉSIMA AoVENJENS, Paulo VI
pidió a
loe católicos

y mayormente a las comunidades cristianas
que
"inspirasen los principios de !1U pensamiento, las normas de
juid-0 y las reglas de la acción en l,a doctrina social de la Iglesia'
("~ principia cogitandi, iudicandi normas, regulas operandi
e
socioli doctrina Ecclesia~ hauriant" O. R. del 5 de mayo de 1971).
»Es preciso recordarlo, pues la interpretación masónica del
Concilio, más que atacar
est.a doctrina, no

ha cesado de propagar
que ya no existía, o que había sido sobrepasada, u
otra afirma­
ción

superficial pero muy a menudo eficaz.»
«Ciertamente la Iglesia no ha recibido el mandato de tomar a
su cargo, de modo inmediato,
el gobierno de la vi&. política,
económica y social
~omo tiel'lden a

creer e incluso
·a ·practicar
.ciertos

clérigos que con ello provocan la reacción de los sindicalis­
tas, loe

empleados, los mili
far es, etc.

No
se extiende
en modo
alguno, como

recordaba Pío XII,
"a establecer reglas en el,
terreno puramente práctico y técnico -propio de la organización
social.
(

... )
pel"o, en cambl-0, es indiscutible la competencUl de la
lglesi,-a en esa parte del orden social en conMcto con la moral
para juzgar si las bases de una determinada orgariización soctal
están de acuerdo con el, m-den inmutable de las cosas que Dios
ha puesto de manifiesto por el, Derecho natural, y la Revelación,
doble manifesth.ción a la que se refiere León Xlll, y con razón,
pues los principios del. Derecho natural y las verdades reveladas
derivan efectiVamente, por caminos diferentes, como dos arroyos
de agua no contrarias sino oonveTgentes, de la misma fuente di,.
vina; y la Iglesia cusrodia el, orden sobrenatural, cristiano, en el,
Cl.Uil convergen la naturaleza y la gracia, con la misi6n de formar
las conciencias. y, por· to tanto, rmnbién las de aquellos que mtán
llamados a buscar las soluciones para fus problemas y los deberes
plantemlos en· la vida social". Pío XII. Radiomensaje del V' de
junio de 1941. AA. S. XXXIII, núm. 6, pág. 205).
),Es, pues, equivocadamente,. y, en contradicción con las uná­
nimes enseñanzas

de todos los
papas, como se pretende

hoy resol­
ver el problema:
fe y política, haciendo abstracción del

orden
natural creado por Dios, a· la luz de un evangelismo unilateral,
Fundaci\363n Speiro

separado, o mejor dicho, mutilado de toda la naturaleza resca­
tada y elevada
por la
gracia
de Cristo. La gracia eleva la natu­
raleza. No la destruye, ni le modüica su estructura. No le arranca
ningwio de

los
derechos innato·s

de que el Creador le
_ha dotado.
»Por lo tanto, significa la más elemental falta de teología y
una perspectiva protestante de las relaciones entre la naturaleza
y la gracia el plantear
-el problema Fe y Política haciendo abs­
tracción de
la ley natural. La política y, de modo general, el
conjunto
del actuar hwnano, personal y social, no se subordina
a la fe haciendo abstracción del orden natural. La doctrina social
de la Iglesia en este punto no halla su fundamento en la fe, sino
en la naturaleza del hombre. Todo el influjo que actualmente se
ejerce en sentido
inverso es co~traria a

la
misµia fe.
Como ha
enseñado
Pío XII: "Sin .preocuparse. de las opiniones efímeras,
que han si,d,o sostenidas en diversas éJ)O'C(,L!, la lgle.sia ha afirmado
el val,ur de lo que es .humano y conforme· a la naturaleza:
sin vacüar
en buscarla, desarrol.lmla y ponerla en claro. No ad­
mite que, ante Dios, el. hmnbre no sea si11JO corrupción y pecado.
»"Por el, contrario, a sus ojos, el pecado original, no ha afectado
. índmamente a sus aptitudes y a sus /uerzaJS e inclusa ha dejado
esencialmente intaCM la luz natural, de su in.teligencia. El hombre
dotado de esta naturol,eza, se hall~ sin duda, herido y debüitado
por la pesada herencia de una naturaJ,ez:a caída y privada de sus
dbnes sobrenaturales y preternaturales, necesita hacer un es,fuer­
zQ, observar la ley na DEROSO DE LA GRACIA DE
JESUCRISTO-----para vivir cQmQ
exigen
el honor de Dios y _su propia dignidad de hombres ... »
»"La ley natural, ¡He ahí-el FUNDAMENTO sobre el cual
reposa LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA. Ha sido pre­
cisamente su concepción cristfrma del ml,lrulo la que ha inspirado
y
sost.e,iido a la lglesfu en la edifícaciéin de esta doctrina sobre
tal fundamento" (Pío XII, Alocución del 27 de septiembre de
1949, B. A. S., XLI, nóm. 13, pág. 555.
»Esta es la enseñanH de Pío XII. Y me apresuro a añadir:
esta es la ensefianza de Paulo VI que, hablando de los principios
de
fa doctrina moral del matrimonio, la expone así: 11 Doctrina
FUNDADA en la LEY NATUl!AL, esclarecida y enriquecida par
la Revelación
divÑul." (Humanae Vitae, núm. 4), y añade que
Cristo ha cons-titu.ido a Pedro y a los Apóstoles en "guardianes
e intérpretes auténticos de toda ley moral,: no solamen.te de la
ley EVANGELICA, SINO, ADEMAS, DE LA LEY NATURAL,
expresión también de 1,a voluntad de Dios, y _cuya observancia
547
Fundaci\363n Speiro

fiel es igualmente necesaria para la safoación" (lbid). Resulta,
pues, que la enseñanza· de Paulo VI en esta materia
es. -rigurosa­
mente

idéntica
a. la de Pío XII, a despecho de todos los que
propagan
lo contrario por irreflexión o por pasión ideológica.
Resulta tanto más -de ello~ que para observancia fiel de la ley
natural, "necesaria- para la
salvación", es

preciso conocerla y
de­
fenderla,

en
nos0tros y a nuestro derredor, si es .atacada.>
VI. CoNSBCUENOAS DE LA NEGACIÓN MASÓNICA DE :CA LEY MORAL REVELADA
Y NATURAL.
Hemos visto que Jacques Mitterrand, entre los problemas de los c:uales
se han hecho cargo los. francmasones, ha señalado el derecho a objeción
de conciencia, · "1a · nadooalizadón de la en,efianza", "los problanas de la
juventud", "el planndng familiar y el derecho a la hbre procreación" _(p¡v
gina 87) "la libertad sexual", "el socialismo", etc. (pág. 170) la "justifi­
cación o condena" "de la violencia -en el mundo de hoy", "el aborto''
(págs. 197 y sigs.).
M BJrcel Clément,. en el tercero de sus citados aiiículos se detiene bre•
vemente para
contraponer la perspectiva masónica.¡ y la de la doctrina.
social de· la Iglesia, apoyada en el orden natural~ en el planteamiento de
algunos de los enunciados problemas.
1.0 fu "PLANNJNG" FAMILIAR., LA EDUCACIÓN SEXUAL Y EL ABORTO:
«He citado ya el texto importante y jamás contradicho de M.
y A. Blaque Belair, en su obra_ La contraception. Voy a recor­
darlo:
"La Organización 1nmónica. francesa del Gran Oriente de
Francia ha reunido en · .París, del O al 10 de septiembre de
1965, cuatrocientos Jdegados franceses y extranjeros. Tod.os han.
declarULW su plena y· entera aprobación de los principios y de
los objet.ivos del planni.ng familiar y han exhortrido a todos los
/rancJmDSOnes
a sostenerlos -activamente. Se han declarad.<,-a favor
de

la
modificación de la ley de 1920, que prohibió la venta de
anticonceptivos, de

una
liberal.ización de
la
ley sobre el aborto
y de la organización de la educación sexual para adulws con in,.
tegración de esta educación en los programa., y estudios esco•
lares y universitarios" (págs. 117--118, Ed. Lihra.irie Maloine).
»No es necesario tener

el
espíritu de observación

muy des­
arrollado para darse
cuenlá:. de que aCtualmente ell el -Estado, o el
O. ·R, T. F., en la ·prensa (especialmente femenina y de padres
de
familia) y en la
prqpia-Iglesia, ·esos -tres
temas son impuestos
Fundaci\363n Speiro

amartillado.s, repetidos. has-ta que lo11 ~ fieles 11e 11-ientan ten­
tados a ceder. _Son sacerdotes que se rebelan contra la. encíclica
"Humanae vitae"; son
.sediceD¡tee católicos
que. hablan en la
te­
l~visión considerando_ caducadas las en5eñaµ.za11. más solemnes del
Concilio
y de Paulo VI acerca del abort1t-, .que es un "crimen
~bominahle". ¡Son

curas que
se erigen en propagadores de la
sexología, e
incluso revistas

"bien pensantes" que rec_omiendan
la enciclopedia
sexual de la casa Hachette!»
En MONDE ET VIE .. número. 226,_ 2.o año de la _nueva sene, _del 29
de marzo de 1974, leemos:

«Como prólogo a la rean'1dación de-los_ debates parlamenta­
rios
acerca del
aborto y de la anticoneepeii;n,-. fos-francmasones
del Gran Oriente de Francia, del que
M .. Pr~)D.teau es actualmente
el Gran
Maestre., han expresado su

posición acerca
de es-te deli-
cado
problema.
; .,, ,,
»Después
de un coloquio mantenido los ,!:líQ,~-9 y 12 de marzo;
el Gran Oriente definía
así, en cuatro punto·s, su doctrina:
-el, aborto no debe s.er deliro;
-la anti.concepción es un derecho;
-la educación sexual., un deber;
-
la

ley
moderna en esta materia debe_ reconocer el derecho
a

la
libertad de oonciencia, a fu libre._ elección.
»No se puede ser más claro. Es limpio como · un golpe de
bisturí. Nada de asombroso,
pues,, si Mmes~ Maríe Thél'ese Eyquem,
eo-presidente del

"Mouvement Démocratique· Féminine"
y Ja­
nette Broutelle,

presidente del club "Louise Michele", ambas
militantes en el Partido Socialista de
M. Mitterrand, nada han
tenido que decir a estos
tres puntos, convertidos en cuatro. In­
cluso la célebre
GiBele Halimi, muy

extremista en la materia,
estaba
satisfecha.
»Sincrónicamente (el 9 de marzo) otros francmasones, los· de
la
Gran Logia de -Francia, de la que es Gran Maestre
el doctor
Pierre Simon, determinaban
igualmente su posición al respecto.
Ea-ta
fue

menos tajante.
>El doctor

Simon hizo
saber que "la--liberaüzación del, aborto,
probl'elna esencialmente de éti~ se inserta en la lucha empren­
d/,Ja por los hombres contra la fatalidad, .y paro alcanmr el do­
minio de la vida",
»El claro-obscuro de la frase e&hoza ya algunos escrúpulos
549
Fundaci\363n Speiro

de conciencia; pero estos escrúpulos se convierten en dolor de
entrañas cuando
el doctor Simo~ enfrentándose a los abortistas
impenittentes estilo Prouteau-Halimi, prosigue: "el. fin supremo
(de la 'reivindicación de abortar) es el de soca:var los fundamen­
tos de la~":»
2.0 LA DESTRUCCJÓN DE IA LIBERTAD ESCOLAR.
Volvamos a leer el libro de Jacques Mftterrand, ahora en las págin&
100 y 101:
«Cuando, siempre en nombre de la libertad, una nación acep­
ta que
en su

territorio se abran
eseuelas confesionales,
entrega
sw hijos a

la
enseñanza dogmática ... ¡,
Es decir, ¡sólo debe haber 'Uberlad para los dogmáticos-del antidogma!
Pero sigamos leyendo:
« ... Todo un mundo proclama el derecho de los padres. Y
en nombre de este derecho, en nombre de esta libertad, el padre
de familia entregará la inteligencia de
sus hijos al dogma por él
mismo aceptado. Pero, para los francmasones, por encima de los
derechos de fos padres,

existen los
derechos del

niño.»
Por eso, quitan la -tutela a los _padres para entregarla al Estado laico
que siga los
principios propugna.dos por los propios francmasones ¡'Curioso
liberalismo! A su juicio:
«La salvaguardia d~ sus ,derechos requiere que el nifio reciba
nna enseñanza que respete
su libertad
en potencia. Unicamente
la
emreñanza laica

puede dotar
al niño de todas las posibilidades
para el

futuro que llegado a
la edad adulta le permitan decidir
por sí

mismo, y solamente por
sí mismo, sus opciones religiosas,
morales y
pólíticas, sin constricción

previa .•..
»
Lo.s padres
no· -pueden poner su experiencia aJ servicio de la educación
de los
hijos; no es admisible la tt"adición de las experiencias adquiridas ...
porque ¡ hay que inculcar el dogma de que nó hay dogmas, la consigna de
que
cada
. generación ha de recomenzar la civilización desde la primera
página!

Y esto
¡ se dice en una lengua multicentenaria! Y, con ello, ¡ se hace
a la ~ez que una .siembra de ideas, aunque sean anti--ideas, de ideas en contra
550
Fundaci\363n Speiro

de las inducidas por la experiencia "ccm la ayuda de los saberes heredados
que son recka.zados a priori.
Cedemos,
por unos momentos, el espacio a Maircel Cltment:
«Pero si se ohBerva. de cerca la nacionalización de la ense­
ñanza, ¿ acaso no significa la negación totalitaria de los derechos
de las familias a la educación de sus hijos?»-
«No es preciso
ser

soc_iólogo de
profesión ,para saber cuán
furiosos
ataques son

dirigidos contra las
escuelas católicas,
in­
cluso
p~r clérigos

que las
califican de ghetos, de signos de ri­
queza, de contra-testimonios ...
«...
Sin embargo la Encíclica Divini ülius magisu-i~ cuando
afirma los
derechos de

la familia no hace sino
expresar la
ley
natural. La
declaración conciliar 1JOhre -"la educación cristiana"
rei.tera con firmeza la misma doctrina (§ 3.11
) .. .>
3.0 LA DESAPARICIÓN DB LA PATRIA Y DEL DERBCHO A LA LEGÍTIMA DEFENSA.
Este tema ha sido tratado en VER.IJO número 101-102, de enero-febrero
1972 (págs. 107 g slgs.) por Gomalo Muiüz en su estw:J;o .. LA OBJECIÓN
DE CONCIENCIA ANTE LA MORAL Y EL DEREcHo", y SPEIRO acaba de
editar el documentado libro del mismo auf:or. "Los OBJETORES DE CON ...
CJENCIA, ¿DELINCUENTES _ o MÁRTIRES?". Recomendamos su lectura. Aquí nos
limitaremos a. transcribir dos páriraf!"s del artículo últimamente citado de
Ma:r:cel Oément:
«No es casualidad

que
se haya producido la intensa propa­
ganda
que
hemos visto desarrollarse en favor de la «objeción de
conciencia». No es casualidad que las cadenas· de televisió~ am­
pliamente influenciadas por los francmasones, multipliquen los sar­
cas-mos
y las caricaturas para deshonrar a la8 más altas figuras
de
la historia de Francia. No es por casualidad que ciertos sacer­
dotes multiplican sus ignominiosos ataques contra hombres que
han vertido su sangre por Francia o que muestren su considera­
ción de los soldad'os
franceses como públicos pecadores ... »
«Actúa aquí también la propaganda social masónica. que se in­
filtra en la Iglesia, en el Estado, en los medios de comunicación
social ...
»
Entre paréntesis: ¿Ha_bréis pensado sin
duda

algo de esto
si habéis visto
la película BntUodo· "Jhony cogió el fusil"?
551
Fundaci\363n Speiro

«... Pretendiendo _ alcanzar un gobi~rno m~dial fundado en
la negación de la ley natural, las logias
consideran hoy. el amo_r
a la patria como un
.dogm~tismo dañino. MWI que P.t,acar. de frente
prefieren

penetrar en la
Iglesia para que en nombre

de Dios
ae
horre
a

Juana de .Arco
de. la

memoria, que sea en nombre
de
la paz que .se .entre;gne i,ndefensa Fra,ncia-.a la .agresión socialista,
para que en.nombre de la justicia se niegue el derecho
más ele­
mental

a la legítima defensa. Justicia y paz masónicas.»
Luego lo comprobaremos al analizar (:On Jacques Mitterrand el segundo
principio masónico
_-par tél enumerado.
4.10 LUCHA CONTRA EL DBRBCHO NATURAL DE PROPIEDAD EN UNA PRE~
TENDIDA EVOLUCIÓN HACIN'UN "soCIALISMO HUMANO".
Mitterrand (pág. 144), pregunta:
« ... ¿Qué gobierno 1osará preten.der ante el pueblo en nombre
de la voluntad de Dios, que "habrá siempre patronos y obreros,
ricos
Y pobres~ sabios é ignorantes, nobles y plebeyos?" ¿Quién,
por lo tanto, osará
decir: que
es
preciso respetar
ese
"orden na­
tural"

querido por
Dios'?'»
Al-final de la pági'rur 144 ·é:~"!,enta:
«Cuando el -sacerdote Camilo Torres halló la muerte con las
armas en la mano en las guerrillas de Colombia, fue porque que­
ría contribuir a dar a
Io'~·homhres de

su país un poco de justicia
s.ocial, un poco de
bienestar.»
Esta intención lo justifica tódo: el fin, por utópico que sea, y los medios,
pues la violencia que )'?¡() se admite en defensa de la patria se acepta para
aquel fin.
Saltemos a la página 181 donde pone en contraste la actitud de Paulo VI
en
su uiaje .a Bogotá:
552
«Ante la muchedumbre Paulo VI tuvo la audacia de reprochar
a estos
últimJs sus actos de violencia y de aconsejar resignación
a todos estos
miserahl~ en
tanto que no pronunciaba ninguna
palabra de reproche ante la inhumana actitud de los feudales
agrarios ...
¿Qué pensarían

todos
catos curas
que no habían ol-
Fundaci\363n Speiro

vidado los sacrificios del sacerdote Camilo Torres, muerto en
la guerrilla?»
Liq.eas antes presenta otro -contt-B:Jte:
«A este respecto (de las exigencias del mundo moderno en el
tercer
mundo), para
un
fr¡incmasón, es simbólico que
el Obispo
que defendió la francmasonería ante el
~ncilio y pidió prácti­
camente que se
les-levantase

la excomunión. caduca, fue
Mgr.
Méndez Arceo, en cuyo episcopado, es decir, en Cuernavaca, co·
menzó
en 1910, con Emiliano Zapata, la revolución agraria ... »
¿Va aclarándose algo? ... Pasemos ahora al. final de la página 203 y
entenderemos mejot" la reacción de casi toda la prensa occidental ante la
caída de Allende:
« ... en los países donde el capitalismo creía haberla corrompi-­
do;
las fuerzas vivas haeen revivir la masonería. En Santiago de
Chil~ el francmasón Allende renueva la tradición de los gran­
des

liberadores, todos francmasones; en Roma celebrando, en
1971, el centenario del fin del poder temporal del papado, la
francmasonería renueva la_ tradición
9-e Garibaldi.» _
Marcel Clément comenta:
«Es sabido hasta _qué punto se han hecho esfuerzos para amal­
gamar, en la
-Iglesia, fe y política socialista, para am~gamar Evan­
gelio
-Y colectivismo .. De ahí la cólera, es pr~iso decirlo clara­
mente, llena de furia de toda la propaganda masónica en el Es­
tado

y
en la Iglesia, ante el. fracaso del socialismo chileno en
la legalidad.
»(Y ce lógico pensar que los francmasones contaban con la
.experiencia chilena pard demostrar-a los estalinianos _que las
logias son. mejor
soporte para llevar a término la vía socialista
que la revolución- sangrienta.)
»En cambio la doctrina social de la Iglesia, que rechaza el
capitalismo
liberal
no menos que su heredero· el socialismo auto­
ritario en
la producción o de la · distribución, nos recuerda que
la ley natural requiere la iniciativa privada en la colaboración
orgánica de
las clasea. Es ahí y no en el liberalismo del e.apita]
anónimo, ni e-n el
scicialism.o de los ideólogos donde debemos
trabajar.>
Fundaci\363n Speiro

VII. EL iDEMOCRATISMO TQTAL, · DOGMA DE LOS FRANCMASONES.
Si no exist-e verdad objetiva alyuna revelada ni natural, si cada con~
ciencia
está libre de toda norma. de conducta que no sea ella misma.; si
somos iguales en todos aspectos, padres e hijos, maestros y discípulos,
sabios e ignorantes, todo& en fin, no hay más normas de verdad que la
opini.6n pública ni de moral que la conciencia colectiva, aunque éstas
puedan fonnarse
a través de medios de ccwwnicad6n dirigidos más a los
deseos y apetencias que a la razón responsable y al sentido del deber..
Leamos otra vez a facques Mitterrand, volviendo a la página 112 de
su
libro:
«Así, en la democracia como en la masoneri~ la filosofía y
la·
acción rechazan a la
·vez la
verdad impuesta y el maestro que
la impone.
En la democracia como en la masonería, es el diálogo
entre

hombres libres
lo que debe permitir la aproximación a la
verdad.»
Y volvemos a leer en la 7.05 y última linea:
«Así, la política de los francmasones alcanza, en los tiempos
presentes., la

política de las verdaderas democracias, que como eUa
jumaban en

tiempos antiguos la voluntad de los
hombres deseo­
sos

de
liberarse del
miedo a los dioses y de las servidumbres de
la ignorancia ..

Tan. incompatibles son sin duda con toda la verdad objetiva, tanto la ab~
soluta libertad de pensamiento y de -conciencia, como el dogma democrático
~ la razón {Jeneral .-que .no es sino un intento de con.jugar las libres
Vol.untades individuale:s
del mismo modo como la conciencia colectiva trata de
subsumir
todas las condencia.s 'individu~. quitándoles así su libertad, cual~
quier:a que sea ei juego de parsdÓjas con las que R.ousseau, Hegel o cual~
quiera
de sus seguidores quieran explicar lo con.tt'ari.o-. Lo cierto es
que
esta ,razón _general tiende a no admít!ir límités de ninguna clase,
Eugenio VegaJS Latapie, en su discurso ~ ingreso en la R.eal Acade~
mia de Ciencias Morales y Poli.tica:s, recordaba que Kelsen en su "TEORÍA
GENERAL DEL EsTADO" htJbia reconocido si.n ambages:
«La causa de la democracia aparecerá desesperada si se parte
de la idea de que
el hombre
puede alcanzar verdades y poseer
valores abaolutos.»
y en "Atoo SOBRE TEMAS DE HOY", glosó a su vez Juan Vallet de
Goytisolo:
554
Fundaci\363n Speiro

«Si lo absoluto e.s la 'voluntad general, la .sociedad no podrá
.ser teocéntríCa sino

antropocéntrica;
y como

esta
vob~ntad puede
cambiar,

no habrá verdades
absoluta~ sino

relativas, según
el
tiempo y lugar, y nuestra mente trazará una línea evolutiva de
estas verdades

relativas que
,st, moverá _ a compás y en la direc­
ción de los cambios de opinión
pública.»
J acques Mitterrand subr-aiJa que los francm&ones y los demócratas en
sus esfuerzos por el progreso creen en la "evolución progresiva" .(pág.117) y
achaca
a

la Iglesia
c«t.ólic:a un fijismo que .(en la pág. 143) expone en
forma éaricaturesca:
«Dios había c.reado el mundo de una vez para todas. El mun­
do
era un
conjunto de
cosas previamente fijadas: el
pensamiento
y
el c_onocimiento estaban fijados por lo~ textos sagrados de

la
Biblia, la
vida social, -así como la vída de los animales estaban
fijadas sin mutación
posible, Este fijismo no es sino una de las
expresiones
del "orden natural" .. .>
La caricature es evidente. Mitterrand atribuye al ius naturalismo clásico
el fijismo de Parménides. Pero entre el monismo 'del devenir de Heráclito
que ,-,.como el antor indica, del pensamiento masó'nico--no admite más
verdad que el cambio perenne., y el monismo del ser,. de Parménides,. se
halla la
visión tomista· del orden de las· cosas mcwiéndose entre la po­
tencia 'y el ·acto, entre el ser y efdevenir, en virtud del cusl BUn cambiando
una cosa petmaríece en su esenci4
Santo Tomás de Aquino lo muestra clarainente en el artículo 1 de la
quaest,. 97. l."-llse de su· Summa Theologica: ·
,......, el conocimiento y la razón humanas son imperfectas y mudables,
aunque

la ley
eterna es inmutable porque

recibe fa
perfección de
la
inte•
ligencia divi~;
-
y

aunque la ley
natural contiene cierWs pteceptos universales, que
siempre perduran, sus conclusiones dan lugar a preceptos particulares que
var'ian según las circunstB11cias concretas, incluso por razón de la mor~
lidad

del pueblo
de que se trate,. que determinan lo concretamente adecua,.,
do al bien común y la pública utilidad.
En cambio,. según ]acques Mitten-and, no hay verd8d al.guna estable­
cida,

sino la que
van estableciendo los lwmbres en cada triomento y que
puede dejar de serlo maflana si como tal aceptan obra cosa,
Vlll. 1LA DIALÉCTICA, O LÓGICA DE TRBS VAWRES, OTRO DOGMA MASÓNICO.
Releamos a ·partir de la página 110:
555
Fundaci\363n Speiro

« ..• el frai:tcmasón, en su trabajo intelectoa4 utiliza una lógica
de
tres valores:
aprecia la tesis, pero también
la antítesis y se
esfuerza en sacar · la síntesis.»
En contraste, en el mundo occidental ...
«... impregnado de la moral religiosa dominante: la de la
Iglesia
c8tólica y Romana» ... «la lógica
en uso se inspiraba
na­
turalmflnte
en el maniquei.smo

romano. Lógica de
dos valores
...
»
Pero
ya ...
«... antes de que Marx aplicara la ley ,de las contradicciones,
los
francmasones tuvieron conciencia. de
que más allá de los dos
valores, ·de las dos tesis que parecían irreductiblemente opuestas, era cierto que debía surgir un tercer valor.
Este tercer

valor,
que
cOmunment.e denominaban síntesis, es

profundamente dife­
rente a
los dos

primeros: aun tomando de cada uno de ellos, los
domina y los sobrepasa ...
»
Ya "tenemos otro dogma: el del infalible progreso dialéctico. Pero vea­
mos su funcú:mamietrto práctico:
«En toda-. sociedad, sea· cual fuere ·d_ regimen político de esa
sociedad, lok--'intereses de

los
hombres frecuentemente ·están con­
trapuestos.

Lo mismo ocurre al ·nivel de los Estados o de las
naciones. Es

·el conflicto que opone el pobre
al rico, el

patrono
al obrero, el súbdito
al príncipe, las naciones proletarias a las
· naciones Capitalistas ... Lucha· de clases al nivel de los hombres,
lucha
de clases al

nivel
de los

pueblos.»
Si no hay verdad ob¡etiv-a, no es lícito impon.er ninguna. Pero es preciso
hallar una sol~n pacifica democratizante. Veamos cómo:
556
« ... En el interior de un país democrático, la discusión acerca
de los
intereses individuales
debe
llevar, por
reducción de
algu­
nos

de
ellos, a
un entendimiento social. Poco a poco, por el libre
juego -de las fuerzas sociales organizadas políticamente, debe na·
cer un ordeµ nuevo:

a los dos
yalores, opuestos desde su origen,
sucede

un nuevo valor. Sin violencia.
»A&í se

aplica normalmente la metodología de las logias. Por
el juego de

la .democracia,
pued.e suceder igual en la esfera in­
ternacional»

...
«Así la

filoso-fía y la acción de
la democracia co­
inciden

con
la filosofía y la acción de la francmasonería.»·
Fundaci\363n Speiro

Asi no es posible la guerra. ¡Cuánta ~Bclleza! No es lícita¡, ni es lícito
que -el poder reprima en lugar de dialogar a quienes violentamente recla­
men al.go,, aunque elJtime que no· debe concederse, Pero,, a la inversa,, puede
set licita
la vWlencia. V amos a ver lo que al respecto explica· J. Mitterrand:
«Sin embargo, los problemas planteados por las contradic­
ciones iniciales no
se resuelven siempre tan fácilmente. Hay
casos en que la desigualdad de las partes --al contrario de lo que
ocurre en la masonería- hace
absolutamente imposibles

o
ilusorio~
toda

confrontación o todo diálogo. El príncipe
llo discute

con
el
súbdito, el capitalista rechaza toda conversación con el proleta­
rio, el feudal agrario rechaza todo contacto -con el siervo, el
Es­
tado opresor en ningún caso admite· someterse al arbitraje in­
ternacional. Ante

estas situaciones
y solamente en esos casos_
la coerción y la violencia serán "raccoucheuse des Nations". Por
razón de
la negativa del diálogo, el súbdito, el proletario, el sier­
vo,
los Estados oprimidos, tienen el deber de tomar las armas y
será la violencia revolucionaria la que hará surgir un orden nue­
vo, el
del tercer

valor.
La lucha de clases a escala de los hombres
o

de los pueblos
deaemboca por culpa· de los tir_anos en la guerra
civil o internacional.»
¿Se comprende la estrategia del juego? Como todos somos absoluta~
mente iguales ,-,aunque no sea vero.ed sino en la esencia.---,, y_ come no
hay un orden que determine lo objetivamente justo -puesto que asi se
presupon(? dogmáticamente, aunque no sea verdad ni se . prueba que no lo
hay-,, es preciso que siempre se acceda desde arriba ¡x,r lo menos a parte
de lo que se exije desde abajo -aunque esa cesión resulte desastrosa parra
el bien -común, cosa que no se admite en virtud del dogma optimista que
como veremos constituye el tercer principio masónico-; y si no se cede
en nada, entonces está. justifi.cada la revolución y la guerra anti~coloniaUsta.
¡Unicas violencias.
licitas!
¿Comprendéis de dónde han salido esas ideas tan repetidas por lo.s
cut as progresistas de que lB.c guerra es~ siempre iltcita y que la revolución.
en aras a la

conquista de la
igualdad, es siempre lícita? ¿O aquella afir~
mación,,
que también repite~ de la ilicirud de la viol.encia institucional. y
de que ésta ¡us&fi,ea la violencia -revolucionaria?
IX. Su APUCACióN A LA FDUCACióN: "LA BDUCACióN LIBERADORA".
Esos dogmas de la igualdad.absoluta y de_ la-inexistencia· de verdades,
que contribuye a desintegrar .e[ tejido sociaL aplicados a le. cultura, tieneñ
que originar en é:ita "la· falta de tod.o rigor~ · su. imprecisión, "su adocena:,:,
Fundaci\363n Speiro

miento,, y, naturalmente,, el retroceso de esa cultura masificada g su adulte­
rada en unos . medios de difusión en manos de vulgarizadores; y tanto más
porque las síntesis llevarán a una subcultura que absórberá las tesis de
los doctos -y las antítesis de los o88Cios., de los indocumentados o de quienes
se alimenten en la pseudo cultura confeccionada. en los grandes medios
de-difusión. Si esa "lógica-de tres valores" se aplica de&de las escuelas,, el
efecto parece que será aún más demoledor.
Pero enterémonos de lo que Jacqu.es Mitterrand ha escrito al res¡,e.cto,
en

las
páginas 154 y siguienteá de su libro:
«El estudiante estima que desacraliza ,.la Sorbona rechazando
el curso
magistral_ e instituyendo un diálogo permanente entre
profeso_res y alumnos. El joven obrero, el sindicalista, la central
sindical, entienden
que democratizan la fábrica· con la legaliza­
ción de la acción de los
sindicat(!S y
la
extensión de
ésta. En la
UniVersida:d, como· en la fábrica, se trata de_ rechazar el espíritu
de autoridad
y de abrir la diacuaión, para apreciar mejor los pro·
hlem&s planteados, a fin de llegar conjuntamente a determinar las
pers-pectivas abiertas y las BOluciones admisibles,
»El método del libre diálogo, sin previa toma de Posición y
con igualdad de derechos para los participantes, es esencialmente
el método de trabajo
. no
sólo de los francmasonea entre sí, sino
de todas las logias cada día de su existencia. Cuando el estudiante,
o

cuando
el obrero exigen el derecho para su mandatario de
participar en la Universidad o en la fábrica, esta reivindicación de ca·rácter positivo,
constructivo, se sitúa bajo el signo de un
deseo, incluso de
una voluntad, de resPonsabilidad ...
» ... Por eso la noción de cogestión en la universidad y de
cogestión
en la fábrica, cuadra con la noción de dignidad huma·
na, que reclaman los frane.ri:tasones ... »
Naturalmente que la participación, cada cu.al en el puesto de su res­
ponsabüi.dad_,
en la Univitsidad, en las empresas, en todas parte$, es cosa
buena y deseable, y no es monopolio de. los masones· tal aspiración. Lo que
ocurre és que éstos reclaman otras cosas. Es decir, reclaman la parlicipar­
ción
en igualdad al. máximo nivel de los representantes de estudiantes u
obreros, y no la adecuada participación de cada uno de éstos en su puesto;
y exigen la democratización de. la universidad en el sentklo de su.stituii­
la

lección
det profe.sor por la "sesión conjunta", en forma tal que inadver­
tidamente supone
"la renuncia del estudiante -a examinar o concebir el mun-­
do más allá de sí mism:o", es ·decir, fuera de 185 ideas que flotan en el am ..
biente, más
o menos "pceparado" que respira, Recomendamos a nufistros lec ..
tares
que relean en las Üt;l.stracionéS publica:las en

VERBO 97-98,
págs. 868
558
Fundaci\363n Speiro

a 872,. los recortes que alli efectuamos del Bt'tícu.lo de Robert Brunstein, en
FACETAS 1970, número 3, tilttlado "L. UNIVBRSIDAD AMATEUR, VD. PRO­
FESIONAL", del que aquí sólo vamos .a reproducir una sola frase puramente
testimonial:
«Los estudiante& se sentaban juntos frente a Uílll mesa re­
donda p&:ra dramatizar su

igualdad esencial con·
el instructor; el
instructor -o, más bien el coordinador, tal como le llaDUWan­
permanecía
completamente al 111argen; y en lugar de determinar
las
reBpuestas mediante la investigación-o

la autoridad del pro•
feaor, se

las decidía por mayoría de votos.»
Pero este instructor, en especial. en la enseñanza primaria y en la básica,
también puede influk sin enseñar. Esta era la idea de Rousseau en "EMrLE".
Nos lo ha recordado Jacques Tremolet de Villers en "LA JIDUCAClÓN REVO­
LUCIONARIA" (Cf,. VERBO, 119-120, págs. 982 y sig., o "L• EDUCACIÓN
DE LOS HOMBRES", Speiro, 1974, pága. 54 y sig.): .
«La autoridad del maestro sobre el alUIWlo, para Rous,aeau,
no es el derecho a

enseñ.ar del que no
sabe, sino la fuerza do­
minadora del poderoso
sobre el

débil.»
Reléanae si no, en Bmi:lia. estas dos frases del propi.o Rousseau:
«¿No están en nuestras manos · s-us trabajos, sus juegos, sus
oci~s,
sus penas, todo, sin que él lo sepa? No hay duda de que
sólo
debe hacer

lo que quiera, pero no
debe querer
más que
lo
que queráis vosotros- -que haga.»
Hoy se habla de la "educación· liberadora". Lo que. es nOs lo ha expli­
cado el Pr<>fesor Víctor García Hoz en ROCA VIVA, núm, 76, de abrü
de 1974, e!! un magnifico artículo titulado "LA LLAMADA Ei>uCAaÓN 1JBERA.­
DORA11. Del mi3mo tomamos los recortes que siguen:
«El riesgo del pensamiento actual no tanto se ve en los erro­
res claramente

apreciables
cuarito en la ainbigüedad de

las
expre­
siónes
tras

las que
se ofrece
una visión
exclusivista y
parcial, que
no sólo oculta otros áspectos de
· 1a realidad, sino que cierra el
camino para llegar a
conocerlos. Esto
es lo
~ desdichadamente,
ocurre
en, el campo

de la educación con
la llamada "educación
liberadora" en la interpretación de Paulo
Freire.>
«En

la-s dos obras principales de Paulo Freire,
Educa~ como
Fundaci\363n Speiro

Fáctica de libertado y Pedagogía do oprimido, en las que se
expone su idea de
18. educación concebida como un momento del
proceso . global de

transformación de
la sociedad para dar vigor
y justificar . su doctrina, el autor acude al fácil recurso de una
simplüicación dialéctica
en la cual la educación tradicional es el
é:ompendio de todos los .males y su educación liberadora es el
resumen de todos los bienes
y perfecciones. Así, según Freire,
en la educación tradicional el educador
es el sujeto de :la educa­
ción y el
educando un

puro objeto, mientras que en la educa·
ción liberadora el educador sería
el objeto y el educando eI su­
jeto. No
sé si en los momentos actuales se puede invocar nn autor
más
"tradicional" que
Santo Tomás de Aquino. Le hubiera bas­
tado al señor Freire acudir a las
Cuestiones disputadas, en las
que Santo Tomás de Aquino habla del maestro, o también a la
Suma teol,ógica, en la que habla de posibilidad de acción de un
hombre sobre
otrO para coinprobar que

en la educación, tradi­
cionalmente
concebida, e,l educando

no es tan "objeto" como
el
autor

brasileño supone.
En la Suma teológi,ca se dice textualmente
que·
el primer modo de enireñar es "suministrarle algunos medios
o auxilios de los cuales
use su entendimiento·

para adquirir la cien­
cia". Que se· haya acentuado
más o menos la acción del maestro
es
una cuestión que

necesita bastantes precisiones.
La idea de
· que

en la. enseñanza tradicional el educando
sea un

objeto más
bien
parece un solemne disparate.
»Pero, én definitiva,

el recurso
retórico de

caricaturizar la
C:ducaci6n tradicional

no tiene demasiada importancia. Lo
verda·
deramente grave es 1'a confusi6n entre acci6n educativa y acción
política y
la reducci6n del proceso educativO a un mero instru­
mento de la revolución y la
lucha de clases, alejando
la educa­
ción liberadora
del concepto criatiano de

la realidad y de la vida
para insertarla como un elemento de la lucha de clases
tal cOmo
el ntarxismo la

entiende.>
Según el r,ropio Freire:
«La educáción para la liberación •.. es la que se propone, como
praxis
social, contribuir
a liberar a los
seres humanos
de la opre•
sión en

que
se hallan
en la realidad objetiva.
POr esto
mismo
es una educación política, tan política como aquella que sir­
viendo ·a las élites
del poder se proclama,
a pesar de todo, neutra.
De
ahí que esta edUeación no pueda ser puesta en práctica, en
términos sistemáticos, antes
de· 1a transformq.eión radical

de la
sociedad.
Fundaci\363n Speiro

»De estu. · forma no puedo aceptar ser un mero espectador;
existe, por él contrario, un lugar de · proceso de transformación
en el mundo. Entonces la tensión dramática ·entre el -
pasado y
el futuro, entre la vida y la muerte, la desesperación y la espe­
ranza,

entre el
ser y

el no
ser, ya no aparece como

un callejón
-sin
salida,

sino como lo
que realmente es: un desafío permanente al
cual debo responder. Mi respuesta no puede ser otra que mi
praxis histórica; en otras palabras: mi praxis revolucionaria.»
Frente a lo cual García Hoz observa:
«En las palabras. que acabo de transcribir está el error más
grave desde el punto de vista pedagógico: la confusión de la
acción educativa con la
acción social
o política; confusión
qne
es

en
definitiva una consecuenda del
determinismo social ante•
riormente aludido.

Porque,
electivamente, ai
la sociedad lo es
todo
y el hombre se halla determinado pur las estructuras sociales
y la evolución histórica de la humanidad como un todo, cualquier
acción que
quiera--realizarse en
función
'de un
hombre es una ac­
ción
il.usoria o es una acción social. Pero cuando se acepta la
idea de que el
ser individual de cada hombre es una persona,
es

decir, una realidad sustantiva
que aun

cuando esté condicio­
nada por determinadas relaciones sociales
y· objetivas, sin embar­
go
conserva su eap.acidad. de

decisión,
se puede distinguir clara­
mente entre
la acción

que
tiende al

·
periecciollamiento de
la per­
sona
y la que tiende al perfeccionamiento de la sociedad, aunque
uno
y otro tipo de actividad tengan éstrec~ relaciones.»
X. LA FILOSOFÍA OPTIMISTA DE QUE BL HOMBRE ES EL FUTURO DEL HOMBRE.
RECHAZANDO TODA IDEA
DE RESIGNACIÓN.
Volvamos al libro de lacques Mitterrand para ver cómo des8N'olla la
tercera
de las tres grandes ideas fundamentales que,

según
. dice, comparten
todos
los francmasones. Seguimos por la página 115:
36
«Queda por exatninar si la francmasonería, que se halla de
acuerdo
con la

democracia acerca de
la libertad

absoluta de con­
ciencia
y de expresión y, de acuerdo con-fa. democracia sobre la
lógica de los tres
valores, está también de

acuerdo
con ella
en
el optimismo del pens_amiento. La acción perseverante de los
francmasones no
se concebiría si participaran de un ideal de re­
signación. SOn resueltamente

optimistas porque creen en la me-
561
Fundaci\363n Speiro

jora de los hombres y de su destinó, Para, ellos no es verdad· que
el hombre sea un miserable pecador que deba encorvar su cabeza
ante las desgracias de la vida.»
Su fUosctía es:
«... filosofía optimist-a, la filo800ía de,l bienestar»_ ... «Rom­
piendo con toda tradición popular de origen religioso, los franc­
masones no temen el porvenir.»
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
«Es preciso subrayar que los francmasones y los demócratas,
en
sus esfuerzos de progre50, se separan

de
la filosofía y de la
acción de
la I~esia romana· ...
» ... Ni la una ni la otra acepta la idee de que el paso de los
hombres sobre
la tierra sea. el paso "en un valle de lágrimas".
La búsqueda del hieuestar terrenal por la acción ha sustituído
en ellos a

la búsqueda del bienestar celestial por
la resignación.»
Saltemos aJ finaJ de la página 142, para seguir recortaruro:
«Bajo· el .11igno de la r-es,ignaeión, durante siglos, la religión ha
acunado la humanidad con

letanías de
comruelo ante
la miseria
a. la que debía
.11ometeree. E.sta debía aceptar sin

murmullos la
dosgracia de· su condición, JJOl"que tal

era
la voluntad de Dios, de
quien recibiría un
día recompensa

... Ante -
Dios, y
por toda
la
eternidad, el hombre estaba abocado a la impotencia •.•
:>Contra esta m9ral de

resignación, contra esta visión pesimista
de la
existen~ terrestre, que

entiende abocar
el hombre a la
impotencia,
fos francmasones h_an

practicado y
practican una mo•
ral

penetrada de optimismo y
se han

alineado en la filosofía del
bienestar
r~ncontrando a -Epicuro y

a Lucrecia.
»... Es en la
tierra como

quieren los
francmasones que
los
hombres traten de conquistar los caminos del bienestar.
» ... ¿ Qué gobierno osaría proclamar ante el pueblo, en nombre
de la voluntad de Dios, que siempre
habrá "patronos
y
obreros,
ricos
y

pobres, sabios· e ignorantes, nobles y plebeyos"? ...
»
Volvemos a encontrarnos con un .falso planteamiento de la cuestión
tanto con respecto a

la
natura_leza del hombre C9J7W al concepto cristiano
de resignación y a las posibilidades del hombre· de cambiar el mundo y la
SCK:iedad.
En cuanto a la-primera cuestión, hemos visto antes . --en el apartado
V -- que el concepto cristiano del hombre y del estado de su. razón, que
562
Fundaci\363n Speiro

repite Pío XII en su .alocución de 27 de septiembre de 1949, si bien no es
el
optimista de ~ousseau, tampoco es el totalmente pesimista de Lutero.
Ni el concepto cristiano de resignación es el que refleja Mitterrand. La
resignación aistiaJna no es sino -la confot'midad con la vol.untad divina,
que no le impjde. luchar y usar de su libertad de conformídad a la ley -re-­
velada y a la natural. No es un fatalismo, pero tampoco puede admitir la
rebeldia COntra estas leyes.
Y, finalmente, las posibilidades del hombre ante el mundo que le rodea
y la sociedad en que t•ive tampoco las limita el cristianismo, sino el re­
conocimiento del orden de la naturaleza. Pero a esto dedicamos otro epi-­
grafe
a continuación.
XI. LA UTOPÍA, PERENNE HEREJÍA.
Este es el titulo de una interesantísima obra de Thomas Molnar: "L'UTo­
PIB ETBRNELLB HBRESIE". París, 8e&1.ehesne, 1973, editada en castellano
con el título "El utopismo, la heregia perenne", en Buenos Aires, por
Eudeba. V amos a ·recortar los dos primeros párr(!fos del Prefacio de
esta obra:
«De tiempo en tiempo se e&parce entre ilos hombres la creen­
cia de que
es posible construi.J: una soc_iedad

idaL En consecuen­
cia, comienza a
tocarse a

rebato a fin de que
todos se congreguen
para

edificarla:
el reino de Dios sobre la Tierra. A pesar de su
aparente
atractivo, se trata de una fantasi'B. delirante con la im­
pronta de una lógica demencial.
»La verdad es que la sociedad está siempre in.acabad!! y

siem­
pre en transformación, de suerte que
sus problemas clave

no
pueden
ser resueltos nunca

mediante una
ingeniería social.
Pero
para reconocer
esta verdad el hombre debe conquistar, una y
otra vez, su
libertad. Mientras tanto, en los intervalos,
sucumbe a
ese sueño de una humanidad definitivamente petrificada en su
orgullo planetario.
Tal sueño --el· utopismo-

conduce a la ne·
gación de Dios y a la autodivinización
~o es,

a la herejía-.»
La utopía masónica es hoy compartida en tantoo otros ambientes: co­
munistas, tecnocráticos., progresistas· ·e, inclusive_. por numerosos sectores
eclesiásticos que se han lanzado a la tarea de cambiar el mundo, promo­
viendo unas
nuevas estructuras pol.íticas y sociales, y previamente cJestro ...
yendo las actuales mediante la revolución, como p,rimer paso para allanm'
el terreno a fin de construir la nueva sociedad, aunque no sabemos cómo,
y al nuevo hombre, al que se le promete el bienestar social y la felicidad
Fundaci\363n Speiro

colectiva en este mundo como. la Iiberadón _y salvación escatológicamente
por veni-r.
Sin embargo, las_ esper_,anzas no se cO(lfirman. Pero .•• los sueños -rechazan
la -realidad. En

los
sueños no somos libres: al soñar c.reemos que la ver-­
dad
es lo que soñamos, pero _se nos _ Wvanece cua,ufo nos derpertamos
totalmente.
El progreso material . . . hoy contempla la ame:;naza del agotamiento
de las materias energéticas, que se despilfar-r~ _ en una sociedad de con-­
sumo excitada por la _ prapagand4 la del emponzoñamiento de las aguas
y
.de la polt.teión del mnbiente. Mientras ese_ bienestar material está en:. peU,·
gro siente, a su vez, el contrapeso de la comtpeión moral, del hastío de la
rebeldía juvenil ...
Los re,iímenes tecnocráticos y socializantes se acercan a un callejón
de dificil salida con la inflación en progresiva aceleración, cQtt una cre-­
clente presión fiscal, que puede resultar de efectos maltusianos, y con
inte-rvenciones estatales, cada vez más ~tensas e intensas, que vm coElt' ..
tando .la libre iniciativa y con·virtiendo
al país en una .comunic:Lad de ase-­
gurados que .c;;da di.a reswléleá -~ -pesada de sostener.
Por otra parte, los m~an.ismos _sociales han dado. lugar a monstruosos
totalitarismos
El

violento fin de la
primavera de Praga, el f't'acaso de la vía chilena
del socialismo . . . son
consecuencias lógi~ más que meros síntomas. El
comunismo

sólo
.se ha logrado instaurElt'lo por la _ violencia, y únicamente
por la violencia se mantiene ... ¡ sin habet llegad.o a ser verdadero camu-­
nismo!
. Salvador de Madariaga en ABC ha narrado sólo historia objetiva al
hablar de
Lenin.
Su artículo del 28 de marzo "Len.in y su obra" comienza con los pá ..
rrafos que siguen:
«Semanas antes
del

centenario del nacimiento de
Le"nin firmó
la

Unión Soviética un
tratado en virtud del
cual la
República
ultraburguesa

de Francia
le prestaba
cuatro
mil quinientos mi­
llones de
francos.a en la tradición más ortodoxa del zarismo {de
modo
que, al cabo de medio siglo de mando absoluto, la econo­
mía comunista de 220 millones de
rusos tiene
que pedir un
prés­
tamo

-a la economía burguesa de 50 millones de franceses); obli­
gó por
. Ja fuerza

a la República
c'heea a renunciar al programa
de
comunismo. Iiheral que el propio

Lenin preconizaba en 1905
;
y encerió en

un manicomio a un hombre
acusado de haber dis­
parado

contra cnatro astronautas rusos unas
cuan~ bel.as, a iodas
luces
dirigidas

a los dos zares rojos. Quiso la "suerte", la
"his­
toria"

o la
1'divinidad que da forma a nuestros fines" que el agre-
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sor se llamase Ilyn, precisamente el seudónimo que con más fre­
cuencia
usó Lenin antes-de adoptar este nÓmhre que hizo famoso.
»Es, pues,

-cosa de
preguntarse si

Lenin logró
el propósito al
que dedicó toda su vida. No creo que
haya hómhre de buena fe
que se atreva a contestar que st Tan evidente es el caso que
apenas
si merece argüirse en detalle. La Unión Soviética no ha
emancipado al
pueblo ruso, menos aún a los pueblos que obligó
por
las armas a someterse a su régimen; los trabajadores rusos
no toman parte alguna en
el gobierno del país ni en la elabora­
ción de la opinión pública ni en su·política extranjera; y en vez
de lanzar la revolución
universal que

Lenin creía a pies juntillas
prendería por doquier al
arder la

centella
rusa,· el mundo ha
retrocedido hacia una
situación en muchos aspectos más atrasada
de

la que había logrado en
1917 -retroceso cuya causa y respon­
sabilidad no únicas, pero sí las mayores con mucho, correspon­
den
a la Unión Soviética-.»
Su.segundo articulo del 30 de marzo, "APOSTASfA", puede .servir para
que sigamos meditando al releer estos párrafos:
«Mientras esperaba eil Estocolmo a que el mar (también en
revolución) le
permitiera-ir

a tomar parte en la Revolución de
San
Peten.burgo Oa de. 1905)., Lenin

formuló así el ·programa
para aquella revolución: »Completa realización en los
hechos de

la libertad política con
tanta hipocr!'Sía prometida

por el Zar; abolición de todas
la.a
ley ea restrictivas

contra la libertad de. palabra, de conciencia, de
Prensa, de
Sindicato&, de

huelga;
supresión· de
todas laa institu­
ciones que limitan
estaa libertades (

... ); convocación de una asam­
blea constituyente apoyada por el pueblo libre armado ( ... ); li-
'
bert8d real
y

completa ·para las· nacionalidades oprim_idas ..• ; en­
trega de toda la tierra a
los campesinos; apoyo de todas las me­
didás que · los

mismos campesinos hayan tomado para quedarse
con la tierra; formación en
toda.s partes

de comités
cámpes-inos
revolucionarios. »¿Era

éste el Lenin que abolió todas estas
lihcrtade1:, en cuanto
se

sintió seguro en el poder, el que liquidó a
los revolucionarios
sociales? ¿Se

dio cuenta de
sn propia

apostasía Sí, al menos en
momentos no
miHtantes, como,

por ejemplo, cuando se hablaba
de otra
cosa.»
«He aquí lo

que Lenin
decláró en el VIII Congreso del partido~
»El movimiento prol.eta:rio polaco va_ tomando el mismo rum,;
Fundaci\363n Speiro

566
bo que el nuesf;ro h,acia la di.~ del proletaruµ:lo, pl{l'o no en
el mismo seniido que ~usía. Allá también están intimidados los
trabajadores por a/irmaciQneS que sostienen que l~ moscovitas,
los grandes rusos, que siempre han 9primido a los polacos, as­
piran a ll~ll1' 11U pafrio~mw gran-ruso a Polonia en .forma de
comunismo. (Pero) no es posible imponer el. · éomunismo por la
fuerza.
»Bueno, y ¿cómo se impone el comnnismo en la gran-Rusia
sino
por la fuerza? ¿ Y qui¡;:.n lo impone sino Lenin después del
décimo Congreso? Por tanto, no cabe suponer que Lenin
se ha­
bría opuesto a la operación que llevaron a cabo Breznev y Ko­
sigin en Checoslovaquia,_ que
fue exactamente eso: imponer el
comunismo por la
fuerza.»
»Quizá se pueda excusar a Marx de haber creído que la cien­
cia era, en potencia
al menos, omnisciente y, por tanto, omnipo­
tente;
en 1894 escribía Plejanov (máxima autoridad marxi&ta entre
lQ"S rusos

y maestro
de Lenin) .: «Soy un gusano, dice el idea/,ista.
Soy u:n. gusano. dice el materialista.dialéctico, mientras soy ig­
rwntnte. Soy un di.os cuando sé. -Tamum possumus quantum sci­
muos.» De: modo que, puesto que Marx creía en to® esto y tam­
bién que .m obra era un análisis -cienti.fico de la vida colectiva,
ergo, '*"• Lenin, disdpulo de Marx y de Plejanov (hasta que
T'ompi6 con é1,) creyó en esta omnisciencia-onmipotencia del hom­
bre toda su vida; por eso se asombró wnto cuando el, mundo
entero ,w le siguió después de su éxito revolucionario en Rusia;
pues qué~ ¿no Maba
todo escrito en «Das Kapital»? (El caso es
que n() lo

estaba.)
»Pero hoy,

cuando ya sabemos, o debiéramos saber, que la
ciencia. no
pasa de ser la expresión exacta (por ahora) de nuestra
ignorancia,
que sólo puede pronunciarse

con autoridad sobre
lo
que puede medir, r que cuanto más maravillosa y exactamente
mide lo que mide menos
sabe qué es

lo
que está midiendo

hoy;
¿ qué clase de mente hay que tener para decir yo sé"?»
«Sin

embargo,
esta cla-se,
si lo
es, se regodea

ahora en
su
"marxismo-leninismo"

(que
es como
decir círculo cuadrado o
"pez-cuadrúpedo"), y por lo
visto, en

su masoquismo, as-pira a
que otro Lenin haga

con ellos en
París, Roma
o Londres
lo que
Vladimir
Ilyieh hizo

con
sus predecesores

en
Petrogrado y

lo que
Suslov y
compañía están

haciendo ahora con Siniaski,
Daniel~
Li~nov,y
demás intelectuales rusos que se respetan

hasta allende
el -
peligro. También se

lo perdonaremos
a Le

nin. Y el lenguaje
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memo, y los slogans, .Y los embustes, Pero lo que no pode!llos
perdonarle

a
Lenin es que su apostasía baya condenado el Occi­
dente a vivir en la confusión y la irracionalidad.
»Pobre Occidente, Los que no
se ven

reducidos a la irracio­
nalidad por aquiescencia se ven hundidos en la
desesperación poÍ'
el

desengaño.
Cuando tras · años de ~ lucha a yeces heroic.a,
logró

Rusia
sacudirse la tiranía de los zar~ el suspiro de

alivio
se oyó en el mundo entero y fue emocionante.
»Una gran
esperanza; Los

-que por haberla vivido todavía

recuerdan saben lo profunda que fue. Y el tremendo destino de
Lenin ha sido el de
desengaña-r y

defraudar ·el mundo entero des­
honrando y· mancillando
aquella esperanza.

El mundo de
los hom­
bres

no volverá jamás a
ser el

mismo, porque
·ya nadie
jamás
osará abrigar esperanza
tan· luminosa ·en ·su: triste corazón. La· ju­
ventud del Occidente ha
perdido la fuerza de esperar. Los
hay
que vuelven

a un
Epicuro más
o
men-os modernizado por jugue,,
tes

mecánicos que inventa un
Vulcano electrónico.
Los
más~ ex­
traviados

por-
toda una genet"ación de
maestros
''izquierdistas",· es
decir,

ciegos de un ·ojo,
·vagan ·ya desconsolac!_os,. ya

exasperados,
ya perdidos en el desierto de la desorientación, ya encal'amados al púlpito de la
infahilidad, lanzando inaldiciones a

una socie­
dad que no entienden,·
incapaces de inaséullar la

menor
alterllati•
Va
inteligible

al
niundo que
rechazan,
porqUe tienen
que
sog¡rlc
fieles

a
Len.in, pero

se
leé atraganta la tirariía ñoña

y
ocliosa de
la

Unión·
So:viética, y porque quieren creer que lo saben lodo
y

saben
que no saben nada. Así con Iá espalda

a la
pared, sienten
la necesidad--patológica· de la violenCia · -nCcesidad que Lenin
Bentía cada

vez
niás a
medida que su
voluntad mostruosa se 8due­
ñaba

cada vez más
de sus facultades-, y gritan y tiraÍl porqtie
ya

no son
capaees de

pensar.»
Xll. ¿CóMo HAN-PODIDO DIFUNDIRSE TAN'I'O EN ÁMBl~OS CMLES Y ECLE•
SIÁSTICOS LAS IDEAS QUE }ACQUf,S MlT1°ERRAND EXPONE COMO PRIN-'
CIPIOS DE LOS F~CMASONES?
No hay_ dtt4a, de -que si _no se cree en Dios ni en unais verdades más o
menos
estables, ni en la existen.cia -de un orden natural; z,ero. se cree -en
la-total. igualdad de todos los hombrea ( dogma que sustitu.ye los-rechazados
y a las creencias ~cluíd@s), no -cabe más "t'ecurso que la ley .de la ma--
J67
Fundaci\363n Speiro

yoría; ni más método para concordar las_ diversas opiniones que la llamada
lógica de tres valores~ y de que la falta de fe en Dios ha de sustituirse
pot una fe en el futuro del hombre,
Pero
el caso es _que muchos de los católicos progresistas están llegando
a

iguales
.. principios ...

_
:por un camino inverso. No es así en ellos por una
necesifla,d lógica _como lo es-pera quien al. no creec en Dioo,, ni en verdad
alguna. revelada o natur'al,, y no queriendo -perderse en la incongruencia., en
el
escepticismo ni en la Bn-81'.quía necesita fabricarse un orden mental con
la única lógica que cabe en su mente al partir de aquellas negaciones
básicas.
El e.aso es-......-subrag&noslo......-que la lógica de los progresistas recorre
el camino inverso.
Comienza
con
una
transposición de las bienaventuranzas que, negán-­
dose
a


mismas, deben real.izarse aquí en este mundo. _Compadecen más
al
bienaventurado que al pecador, y les -preocupa más el futuro de aquellos
en este mundo que el de éstos en el otro~ Unen esta transposi.dón con
una fe· beatífica ·en, el futuro material del hombre _en este mundo, en la
transformación- de las estructuras sociales, gracias a la cual llegará a
producirse la liberación en este mundo del · hombre, para la cjue .muestran
más preocupación que par la salvación eterna de las almas. -Tal vez por,.
que ya no creen en el pecado individual., sino en el pecado social con el
que funden el dogma_ del pecado 'original. Pero, este .cambio implica ne-­
cesariamente la eliminación como un estorbo de -la fijeza de los dogmas
revelados y el orden natural, y requiere el recurso a la conciencia colec-­
tiva --en (a que htchan por influir--y a la democracia, como definid-ora
de

la
relativa verdad circunstancialmente vigente; es decir, a todo cuanto
condenó San

Pío X
en la

Encíclica
Pascendi Dominki greg.is y en su
carla Notro oharge apos1lholique: el modernismo 11 la tesis de "Le Sillon",
mucho más moderadas sin duda que las t¼· los actuales sostenedores de la
Teología de
lf!l liberación que han desembocado. en la Teología de la
Revolución.
La contraposición radical entre qu,{enes identifican _la salvación· cris--
-tiana con ! la liberación hu.msna y quienes las separan irreductiblemente,
algunos tratan de superarla en

una
sínteSis por la que entienden que la
salvación
cristiana y

la
liberación hu.mfJ'l'té4 aun siendo distintas, están
íntimamente
conectadas entre sí, y sostienen que, si_ bien es cierto., que la
salvación
cristiana no

se
reduce a la liberación humana, sin embargo la
incluye

y en
cierto modo la lleva a su ·cima, de tal. manera que la libera-­
ción humana ya es germen de la salvación, pero un germen que para
encontr«r
su plenitud culmina en esto que llamamos salvación, y que ya es
salvación en esa fase germinal o inidal.
Aquí hay un· juego de mixtificación grave, porque confunde otras dos
concepciones que -también se hallan contrapuestas:
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Fundaci\363n Speiro

La liberación del hombre del pecado, su santificación, sin duda ha de
incidir en la vida. social con la liberación de muchos males de este mundo.
Esta
ha sido siempre la doctrina de la Iglesia, que también tiene una
visión escatológica de

la
liberac;íón- definitiva de los elegidos,-de todos
los

niales, incluso
de la muerle, que sei-á culminada [J«· el Hijo de · Dios
en su segunda venida. Notemos, pues. que esta liberación escatológica al
fin de los tiem(XJS no se confunde con aquella santificación personal de
cada hombre.
Además.,
en aquella síntesis, 811.tes expuesta, .se itwierte la relación. No· es
la santidad de los ho,:nbres la que puede liberar la sociedad de las. miserias,
sino

el cambio de
las estructuras será lo que redimirá el pecado social, que
viene a

subsumir
el pecado original, y liberará-al. hombre. ·Del éxito de
esa
liberación depende la ·salvación crls,tiana según

los
defensores de esta
postura. que, por lo tanto, en sustancia viene a coincidir con la que sub~
sume 1~ salvación en la liberación del hombre, aunque con al.gunas dife-­
·renctas, como son.:
---que

-con la
teoría de la total. subsunción de la salvación con la libe~
ración humana --que
_coincide con "las-tesis masónicas y con el ídeal mar~
xista---se termina -en un ate:ismo práct.ico, que, al, fin, lleva a la apoBtasía.
---y que con la síntesis que considera la liberación social, por el cam~
bio

de
CBtructuras, como el germen y embrión de ta salvación, si bien se
llega a
coi.ncidtr en la praxis masónica_ del Gran Oriente y con la marxistEt
en cambio> en conb:ápOSidón coii éstas, se pone al, final del recorrido un
Dios lejano que nos pide esa liberación dialéctica, e incluso revolucionaria,
contra
la_ que Se denomina violencia -estructural, y -en cuya práctica con·
sistiría nuestra samificación. Pera, ¿en qué se parece ese dios de en ade~
!ante al Dios personal uno y trino de la Biblia?, ¿qué semejanza Hene ese
cristo que es interpretado trasponiéndo-lo a 1este contexto del cambio de
estructuras con

el
Cristo hijo de Dios vivo> engendrado y no creado, na·
cido-de Maria Virgen, muerto y resucitado P ¿Han actuado y actúan sociedades de pensamiento t-ambién en esos
ámb!.tos eclesiásticos que hen llegado a esos conceptos de la liberación tem~
poral que absorben o que son del germen y presupuesto de· la salvación
c_ristiana
poi-ellos ccmtemplada?
Conviene que se relean los estudios siguientes:
"NUEVO PROFETISMO CORRIBNTE Y GRUPOS PROFÉTICOS", Ed. Acción
Católica, 3.º ed., Madrid, 1969.
"EL "AFFAIRE" PA~ EsPIONAJB SOVIÉTICO EN LA IGLESIA CATÓLICA",
Madrid; ed. A/r.odisio Aguado, S, A. 1965.
"EL IIX)-C ¿UNA JERARQUÍA PARALELA.?", Madrid, Ed. CIO, s. A.,
1968.
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"GRUPOS OCULTOS TRAMAN LA SUBVERSIÓN EN LA-IGLESIA", Madrid,
Círculo Cultural Covadonga, 1971;
¿Han existido o no influencias masónicas en estas sociedades de pe~
samiento eclestltsficas?
Pierre
.Yirion en "Mysterium iniquitatis" ha ilustra.do las coincidencias
ideológicas
entre lo pteconizedo a fines de siglo poc destacados masones
y

lo
que hoy ¡,ropugnan los grupos de vanguardia.. Ese libro~ traducido
al castellano con el título "La Iglesia. católica · y la masonería", ha sido
publicado por Ediciones Acervo en Barcelona.
Pero, -sea lo que fuere; ¿son males inevitables los de las SOCIEDADES DE
PENSAMIENTO?
Bletre Bevtllard en el artículo de L'ORDRE FRANCAIS que hemos
referido al comienzo de estas ilustraciones, lo rechaza:
«Pero, las Sociétés de Pensée no son males inevitahlea.. .. Ne­
cesitan para establecerse y desarrollarse, ·de circunstancias favo­
rables que pueden ser
· identificadas Y denunciadas.»
La' primera es la CARENCIA DE AUTORIDAD:
«... Cuando la autoridad legítima descuida los verdaderos
Poderes jerárquicos, cim:i$to de W,!l verdaderas solidaridades,
cuando no ve la Scdvación sino en el recurs:o ( ... ) a la demagogj,a
o en la alianza con las fuerzas que la combaten, prepara su
tuina ... »
«Desfallecimiento también de la autoridad pública que, en
defecto de

una verdadera organización profesional,
destnüda du­
rante
largo· fielllpo por

la democracia soberana, habría debido in­
tervenir antes de que la situación resultase desesperada
Y -qlle,
una

vez
el desorden en curso de instauración, nada· ha hecho para
defender
el orden, la legalidad y el derecllo.
»He
ahí

las puertas abiertas por todos los
lá:dos ·a la· aCeión
de

las
Sociétés de Pensée y al abandono de los elementos· sanos
· que no hubieran
Querido someterse.»
-- Lá s0.gllnda és u.-smnSIÓN DEL ESPÍRITU PÚSLICO:
-, , a«En cuanto al espíritu· público, sometimiento a la tiranía de
·Ias-Sociétési ,de P'en.sée, ·efectuando
;__ úzja HamaU;:r
contra

la propagación de
las .ideas suhversivas · y

man­
tener su adhesión a las
reglas tradicionales,

faltó en
-_17,89, como
Fundaci\363n Speiro

falta en 1972-73, una formación cívica, y careciéndose de toda
dirección social
Oos «buenos> escritores están ahoga-dos pór las
Sociétés de Pemée), de toda formación honesta y objetiva (la
prensa
y loa «maS& medio han sustituido a los libelos de anle8
con el mismo espíritn .des.tructor) y de todo sostén de los diri­
gentes
.soci&les, que a s-0'. vez parcialmente han sido pervertidos,
hallándose ciegos ante el crecimiento de los peligros, o imagi­
nando que haciéndose olvidar en
.una postura de indiferencia .se­
rán olvidados también en la persecución de los cuerpos y en el
acaparamiento de los
bienes.»
Bevillard concluye que es preciso:
«Desenmascarar las Soci.étés de Pensée por todas partes en
que puedan ·ser halladas, Esto les
hará perder úna parte de sus
medios de dañar.
»Suscitar de nuevo el sentido de la autoridad en todos los
que participan de
ella en cualquier ámbito~
»Trabajar
para

mantener, donde aún exista, y para restaurar
en quienes parecen haberlo pefdido,. el gusto por el verdadero
orden en
el derecho

natural y tradicional a fin de que pueda
renacer el buen entendimiento y la paz, condiciones de la pros­
peridad

y
del bienestar hm;nanos.
,Y tratar de hacer comp~_der a nuestros obispos que la "-op•
ción socialista" no es hoy diferente de lo que pu.do ser, hace
doscientos
año~ el
culto a las
"luces" revolucionarias
y anticris­
tianas, surgido ayer como
hoy de las Sociétés de Pensée.:.
571
Fundaci\363n Speiro