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Lecciones de Portugal ¿Es invencible el comunismo?

LECCIONES DE PORTUGAL.
¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
POR
MICHEL DE PENF;BNTENYO.
«La tercera guerra. mundial se ha iniciado inmediata­
mente
después de la .segunda, ha sido su relevo

desde
que
acahó, y nació en Y alta, en 1945, gracias a la de­bitidml de las plumas de Roouvelt y de Churchill. ( .... ) «Precisamente para evilar a cualquier precio la terce­
ra guerra mtmdial, Occidente ha dejado que Je intro­dujera en el mundo, y ha permitido devastara y so­
metiese dos docenas de países y modifkara completa­mente la faz de la #erra, Y a no es el momento de pre­guntarse c6mo evitar la tercera guer,a mundial. Pero hay que tener el valor y la lucidez de detener la cuarta. ¡Detenerla y no caer de rodillas!».
A. Soljenitsyne.
Le Monde, 31 de mayo de 19TS.
"Nosotros actuamos paso a pttro y prudentemente, le decía Al­
varo
Cunhal, jefe del P. C. portugués, a K. S. Karol (ex combatiente
del Ejérciro soviético);
si nuestra experiencia trú,nfa, mañana ser­
vwá
de modelo ... " (1).
Un modelo siempre merece ser_ estudiado atentamente.
Hemos. publicado

eo el número precedente de
PERMANENCES (2)
las

observaciones que hemos
hecho en
Portugal
acerca del desarro­
llo

del proceso revolucionario. En él
hem?s señalado:
1)

Que el comunismo consiguió controlar la vida política
y
social porrnguesa en cinco etapas, de abril de 1974 a marzo de 1975.
(1) Intención referida por P. de Will-emarest en Monde et Vie del 21
de marzo de 1975.
(2) Permanences, núm. 121, junio-julio, «El p«!ceso r~volucionario en Portugal».
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MICHEL DE PENPENTJJNYO
2) Que la causa de la aplastante superioridad de los comunis­
tas se
ha enconttado, una vez más, en la práctica de la dialéctica y
en el papel de los soviets, motores de la dialéctica.
Publicamos aquí una continuación con la conclusión de nues~
ttas observaciones. Las hemos clasificado en dos apartados:
I. Las victorias comunistas en Porrugal se han beneficiado del
efect0 de sorpresa en uo país que no esraba prepatado para las
pruebas de la guerra revolucionaria; pero la maquinaria comuoisra
y la praxis que la mueve no son, en sí mismas, menos vulnerables
y frágiles. Hay que hallar cu.:les son sus debilidades. Hay que des­
cubrir sus puotos débiles si querernos
evirat la
desmoralización que
no dejan
de provocar los primerns éxitos aterradores de los araques
revolucionarios.
II. De esto se desprenden algunas consideraciones acerca de
las condiciones de una acción eficaz que
hay que
emprender
antes
de

que se insrale la "dictadura del proletariado" y acerca de
las dis­
pos,iciones de un combate que todavía es posible en los comienzos
difíciles de una democracia popular .
.. . .
l. LA MÁQUINA DE GUERRA COMUNISTA NO ES INVENCIBLE-
No se ha desracado suficientemente este punto débil que hay
en la misma esencia de la guerra revolucionaria, a saber: ésra no
puede desenvolverse sin un cierto grado de desmoralización
y de
abdicación de los cuadros sociales. Todo el arte de la guerra
co­
munista consiste en crear las condiciones psicológicas para esta ab­
dicación. Con frecuencia los jefes comunistas han confesado su
extrañe­
za por no haber encontrado frente a ellos más resistencia. He aquí
la extrañeza de Lenin:
"Si hubiera habido mil hombres decididos enfrente nuestro en
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¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
San Petesburgo, en octubre de 1917, no hubiéramos podMo hacer
nada."
Los comunistas portugueses han hecho idénticas confesiones.
Creemos de una
manera absoluta
que el
poderío ensordecedor
de

los comunistas en Portugal es el resultado de
un formidable
pá­
nico de los dirigentes, producido por lo que Tchakhotine ha
lla­
mado el envenenamiento psíquico:
"Y
a
es hora de
comprender que ,on po!ibles situacione, er, lar
que /a, grandes ma,a, ( ... ) pueden sucumbir a un verdadero enve­
nrmamiento
psíquico en el más real ,entido" (3).
• • •
Realmente~ no nos damos cuenta de hasta qué punto los esta·
dos mayores revolucionarios tienen consciencia de su vulnerabilidad
y cuánto temen, en todo momento, que las jerarquías naturales se
sobresalten durante lo que
llaman el periodo transitorio. Conocen
mucho mejor que
nosotros la

debilidad de
su. PODER

REAL du­
rante
esos largos meses de

desorden
y de demagogia que les resulta
necesaria
para hacer soportar al pueblo una vida social desorga­
nizada.
Hay que comprender lo que significa, en el len.guaje comunista,
la expresión "período transitorio": es el período, muy frágil, du­
rante el cual se
destruye la "sociedad antigua"
sin que todavía fun­
cionen convenientemente las nuevas estructuras burocráticas y po·
licíacas.
No
olvidemos que la Revolución en Portugal es una Revolución
comunista aislada geográficamente, lejos del
gran Partido bolchevi­
que y de la "protección" de sus tanques
y de sus policías. Así la
hubo ayer en Chile,
y fue un fracaso.
Hay que comprender que todo el arre de la guerra comunista
durante esos largos meses se dedica a mantener una cortina de
humo que forje la ilusión de un poder que no existe.
(3) Tchakhotine, «Le viol de les pules par la propagande politique»,
N. R. F., 1952, pág. 296.
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Es dramático que los mandos de una nación ignoren estas cosas
cuando
el enemigo tiene tal conciencia de ellas que no cesa de de­
cirlas
y escribirlas en sus· manuales.
En
"Su mord :Y lt1 nuestra" (pág. 71), Trotsky escribía:
.. La lucha a muerte na se concibe sin una astucia de guer,-a; en
otros términos, sin mentira 1U engaño."
Mentira y engaño, porque la Revolución, en sus comienzos, no
puede
ganar más que gracias a un "envenenamiento psíquico" de
las poblaciones. Regert (4) lo
ha comprendido

bien:
"El vencedor es aquel que puede y quiere combatir aún, mien­
tras
el adversario ya no lo quiere o no puede."
Por su parte, Van der Goltz señalaba:
"En un combate no se trata ttlnto de anular a los combatientes
enemigos como de anular JU ánimo.'·'
Así, pues, el punto de partida del envenenamiento psfquico per­
seguido sistemáticamente por los comunistas (5) es la desmordiza­
ci6n
de las poblaciones . . . empezando por la desmoralización de
los cuadros
naturales de

la nación .
• • •
Hay una profunda analogía entre el proceso revolucionario en
ese
estadio inicial y lo que que San Ignacio escribió acerca del com­
bate espiritual En ambos casos vemos en el adversario las mismas
ilusiones, las mismas
corrinas de humo, y los mismos engaños. La
misma
debilidad ridícula en
el enemigo cuando se le resiste desde el
(4) Regert, Les force.r morales, ed. Ch. Lavauzelle, París, 1937, pág. 129.
( 5) ¿C6mo es posible que el Occidente
haya adoptado hasta ese punto
la costumbre de ceder .... ? Cedió ante Hitler en 1936, a la URSS desde hace
treinta
años .... Contestación de· Soljenitsyne: es por «la crisis de pánico por
parte
de

los dirigentes»
y su insuficiencia moral .... (léase a este respecto las
páginas
de· Soljenitsyne

aparecidas en
Le Fígaro de los días 15 y 16 de
julio
de 1975: «L'appel

angoissé de: Soljenitsyne a l'Ocddent:
l. Treinte ans
d'aveuglement. 2. La
détente n'existe pas»).
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principw. La misma ferocidad cuando se cede ante él y se deja uno
embargar por el miedo. San Ignacio escribe (6):
"Es
propio de los demonios causar en las ahnas tristeza, tormen­
tos de conciencia, levantar obstáculos ame ellas, y perturbarlas con
razonamientos
falsos con el fin de detener sus pro gres os."
¿Qué es, en realidad, esta "arma absoluta" de la agitación y de
la
propaganda revolucionaria

sino
el conjunto de los medios para
obtener la desmorafu:ación, el silencio, la neutralización y la elimi­
nación política de
las élites sociales?
-
La

intoxicación de los valores por los cuales los dirigentes
del país deberían luchar
y exponer incluso su vida.
- La lucha morbosa sobre. el fundamento de esos valores.
-La culpabilidad ...
"Hay que llega, -dice Ellul-a que el enemigo pierda con­
fianza en la justicia de su propia cau,a, d, su patria, de su ejército,
de su grupo ( ... ). Co,..,encer al hombre de que, si no él mismo, al
menos los de su bando cometen actos inmorales e injustos, y llevar
el grupo a que pertenece a la desintegración (7).
-La impresión de la soledad moral y social ... , la impresión
de que la sociedad que le rodea le reprueba (8), sin contar los
otros
subproductos

de la
desmoralización, analizados
por R. Mucchielli
(9):
(6) San Ignacio de Loyola: Discernimiento de las mentes, segunda
regla.
(7) Jacques Ellul: Propagandes, Armand Colin, 1962.
( 8) El ejemplo alemán de julio de , 1932 muestra, por su parte, que el
triunfo de las revoluciones comienza por
la derrota espiritual de los que de­
bían custodiar las poblaciones. Hitler quedó sorprendido por la falta de re­
sistencia a sus golpes de bluff. Tchakhotine ha explicado· así el fenómeno:
«La depresión azotaba a las organizaciones obreras. Todo el mundo parecla
paralizado
(

... ).
La depresión se manifestaba de forma tan intensa que se
observaban
sus ·efectos psicológicos inmediatamente (

... ). El caos
y el pánico
reinaban

en
todas las organizaciones centrales (

... ).
Ya no

se
hablaba de
proyectos de acción, se

limitaban
al intercambio Je notkias, de opiniones y
de hipótesis» (op. cit., pág. 411).
(9)
R. Mucchielli en su notable folleto de análisis técnico: La subver­
sión,
Bordas, 1972, 100 págs .. (actualmente agota.do). Véanse recogidos en las
Ilustraciones con recortes de periódicos de VERBO, núm. 133-134, págs. 582
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MJCHEL DE PENFENTENYO
el ridículo, la irrisión, la falta de lógica, la impresióo de que la lucha
es inútil, la persuasióo de que el enemigo .es invencible, de que está
seguro de
su victoria, decidido a todo.
Baschwitz ha creado la

expresión de "pánico
mudo'' para
de­
finir la forma de miedo colectivo que se apodera de
las poblacio­
nes cuando se sienteo
abandon.das por sus jefes naturales.
"En esta .situación se puede ver cómo asambleas y comisiones
toman decisiones asombrosas o innobles a poco que les sean suge­
ridas por cualquier personaje aliado de los terroristas."
Una reflexión seria sobre este aspecto fáctico de la Revolución
nos parece indispensable. Se hará un
gran progreso el día en que
todo titolar de autoridad privada o pública se
·haya enterado
de
que al fin y al cabo hace
falta poca cosa para impedir que ope­
re la máquina de guerra comunista.
Esa poca cosa es de esencia
moral y espiritual: esa poca cosa es el valor de desgarrar la cortina
de mentkas y de engaños sin los cuales el comunismo ya nada puede.
Hay que conocer, además, los puntos débiles de las revoluciones
comunistas
para saber
por
dóilde son vulnerables.
Durante decenios, el Occidente liberal
y sibarita ha sido me­
cido por las propagandas tranquilizantes; se ha dicho y repetido
que el comuoismo no existía más que en la irnaginacióo enfermi­
za de los "conservadores retrasados". No se creía que en él exis­
tiera
un
"Archipiélago Goulag".
De repente, el Occidente se ha
despertado a
la realidad.
Se dibuja el peligro inverso: pasar súbitamente de la inconscien­
cia tranquila al
alocarniento.
Auoque permanezca vigente el deber

de dar a conocer
el in­
fierno comunista
y sus métodos de conquista, es quizá todavía más
imperioso dar a conocer sus debilidades
y defectos.
Si no se
perfeccio=,e más

que el arte de dar a conocer el ho­
rror comunista, se acabará por facilitar SU estrategia consistente en
inhibir, aterrorizar y neutralizar.
a 600, algunos de los textos más salientes de este estudio ( adición del tra­
ductor).
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¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
Convendría que los numerosos especialistaS en subversión die­
ran

ejemplo,
y que, de aquí en adelante, la literatura antisubversiva
se
dediq,.ra a examinar los
fallos y debilidades del comunismo;
fallos
y debilidades que, una vez conocidos, permitirán elaborar una es­
trategia y unas técnicas de combate espiritual y cultural, social y
político ...
• • •
Hemos clasificado en cuatro categorías las dificultades princi­
pales que hallan los
comunistaS en

Portugal. Como vamos a ver, esas
dificultades convergen sencillamente en la resistencia de lo
real,
desde el momento en que la ideología contra natura de los comu­
nistas se mide con él.
l. La alergia de las poblaciones respecto del oomuniemo,
El primer fallo, verdadero defecto en la pesada coraza comunis­
ta, es, sin ninguna duda, la incompatibilidad de humor que separa
las poblaciones del comunismo. Decimos bien, las
poblaciones y no
las masas; las poblaciones, consideradas en su contexro natural y en
sus reales comunidades de vida.
Hemos sefialado en otro lugar (W) la

resistencia pasiva de las
poblaciones de los pueblos, de
las fábricas y de los barrios al es­
fuerzo de educación democrática que les piden los soviets. He ahí
una primera línea de resistencia sobre la cual la acci6n ideológica
de los comunistas fracasa. Este hecho es capital. Revela hasta qué punro
rodo se

juega en
una
cuestión de

mandos sociales. Esta resistencia pasiva ya había
planteado un problema
terrible a

los soviets rusos. Recordemos la
dramática soluci6n impuesta
por Stalin y la liquidación de los Koulaks
como clase social,. Esta resistencia está en trance de plantear a los
comunistaS portugueses un problema análogo (con la diferencia de
que Portugal es
más rico en clases medias de lo que lo era Rusia).
(10) Cf. Permanences, núm. 121.
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MICHEL DE PENFENTENYO
Por eso, la "dictadura del proletariado" se encuentra ya en Por­
tugal en los limites del dilema que han conocido Lenin y Stalin:
¿hay que proseguir el ensayo de instauraci6n de la "democracia
po­
pular" en la anarquía y la demagogia ... , es decir, en la descompo­
sición del
país .•. ?, ¿o hay que-dar a la Revolución ese carácter te­
rrorista que organiza
la "purificación socialista" por medio de la li­
quidación física

de sus oponentes
y la apertura de campos de con­
centración
para los sospechosos?
Es un

problema difícil para un Partido que dispone de un nú­
mero restringido

de mandos
calificados.
¿Cómo, pues, los mandos naturales del país no ven sus posibi­
lidades y sus oportunidades? Si
la "resistencia pasiva" del rebaño,
incluso carente de encuadramiento, pone a los lobos en tales dificul­
tades, ¿qué no harían si los pastores dieran
la cara?
"Vosotros en üsboa -decía un campesino del norte-, habéis
encadenado
a los pe,ros 'Y habéis soltado a los lobos". Este campe­
sino ha
resumido en pocas palabras la exacta verdad: este drama re­
volucionario es

una cuestión
de valor de los pastores frente a los
lobos.
2. La desintegración del ejército.
Este es el segundo fallo de la coraza. Explica la ansiedad de los
comunistas durante
"el período

de
transición".
Ofrece

un vasto campo de posibilidades de acción,
en el país
real,
a los hombres que no se hao dejado intoxicar y que han sabido
guardar de

algún modo los poderes locales.
Porque ya no hay más ejército en
Portugal; se

reconocen en él
los mismos des6rdenes que conoció Rusia en
1917.
Los comités de soldados y los soviets en la jerarquía militar han
sido
considerados como una etapa para transformar
el "ejército
burgués" en "ejército del pueblo". Y esto se hizo ...
tan bien hecho que la explosión de la autori­
dad en todos los nive1es se
ha propagado en cadena, y que en se­
gnida no hubo ni siquiera un "ejército del pueblo" para asegurar
la seguridad del "orden popular".
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¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
Y a se sabe c:ómo Lenin resolvió el problema: creando un ejér­
cito nuevo, el Ejército Rojo. Este, obra de Trotsky, estaba llamado,
junto con la policía bolchevique, a resultar el instrumento del terror
sangriento que, durante
largos años, permitió a los soviets poseer las
"democracias populares" y cincuenta años más tarde, aplastar con sus
catros y cañones las veleidades populares de liberación.
¿Cómo va a resolver Portugal el problema que le plantea, también
allí, la desintegración de su ejército? Es demasiado pronto para de­
cirlo. Pero es seguro que el
actual ejército portugués es incapaz de
asegurar al

nuevo régimen esa protección. Si mañana se produjera
un enfrentamiento armado entre "socialistas" o "izquierdistas"
y
"moscovitas" (las milicias obreras están armadas y "a la izquierda"
todo el mundo tieoe armas), parece poco probable que el ejército
portugués estuviera en condiciones de
"restablecer el. orden".
En este punto son unfuiimes los testimonios de todos los oficia­
les, de
todas las teodencias, grados y armas de Portugal. Todos com­
prueban que

la unidad, la disciplina
y la jerarquía en los ejércitos
están muy
cerca del cero absoluto.
Incluso el general

Otelo Carvalho, sieodo jefe del COPCON
( que recogió concieozudameote las unidades escogidas cuidadosa­
mente
para asegurar la cobertura del régimeo), había confesado a
Jean Pouget (de
Le Pigaro):
"En algutlds de eJttJS unidade, la
deJidia es tal que evito tener
que '""""
a ella.r para intervenw en la calle" (11).
En Lisboa se dice con frecuencia: tal regimiento es maoista, tal
otro del PCP, ral otro trotskista, o anarquista ...
El
general O.
Carvalho le
dijo,
ademiis, a
Jean Pouget:
"Lo, partidos políticos han abusddo de la libertdd infiltrándo,e
en
el ejército, partJSitando las unidades, com1mpiéndole en la ba,e
con reivindicaciones demag6gica, y dividiéndonos".
La desintegración del ejército portugués es, pues, completa.
Esto también forma parte de lo real ... Una realidad ante la
cual
los comunistas no tienen otra salida que la que antaño obligó a Lenin a crear el Ejército Rojo ...
La fantasmagoría de las "mentiras
(11) Le Figaro, 15-16 de marzo de 1975.
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MICHEL DE -PENFENTENYO
y de los engalios" no bastará indefinidamente para asegurar la se­
guridad del
régimen contra la

agresión .. . de los izquierdistas,
por
ejemplo.
Hemos aludido a un eventual
enfrentamiento entre
los comunistas
y los izquierdistas. Hay que detenerse un instante a considerarlo por­
que la contestación llevada a la
retaguardia del

aparato P.
C. P. -
M. F. A. constiruye una tercera categoría de puntos débiles comu­
nistas.
3. La amenaza de anarquía y las rivalidades izquierdistas.
La rivalidad de los izquierdistas y los moscuteros no es una ba­
gatela en la historia -bolchevique. Es inherente a la fragilidad inter­
na de la unidad central del Partido. Lenin, desde 1920, forjó la pa­
labra
izquierdiJmo para hablar de la enfermedad del comunismo.
El Partido moscovita ha estado constantemente amenazado por
· los riesgos

de estallido de esa
· unidad
central,
y molestado por las
rivalidades pujantes de
los izquierdistas. Sólo ha podido sslir de esa
situación por un
refuerzo, cada vez

más feroz, de la burocracia y de
sus medios de espionaje y de coerción. Las luchas internacionales para .eliminar a los
"falsos revolucio­
narios": anarquistas, izquierdistas, aventureros, ... llenan· la historia
del bolchevismo de episodios saogrientos. La eliminación de Trotsky
fue el más característico del •·realismo"· moscovita.
Trotsky escribió:
"Así se explica la detrotá de la insurrección búlgara y la reti­
rada sin gloria
de los obreros alemanes en 1923; el fracaso de una
tenttdwa de sublevación en Estonia en
1924; la pérfida líquidaci6n
de la huelga general en Inglaterra
y la conducta indigna de los co­
munistas polacos después del golpe de fuerza de Pi/sud.ski en 1926;
la espantosa derrota de la revolución china en 1927; las derrotas aún
más graves que siguieron en Alemania y en Austria. Estas son las
catástrofes históricas que han
arruinado la confianza de las masas
en la revolución mundial
y permitido a la burocracia soviética ele-
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¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
v<11se cada vez más '11,ta como un fMo imücatwo del cammo de
sál,vación"
(12).
¿Acaso la Revolución en Portugal vendrá a ser una excepción en
esta terrible "ley
histórica" del
desarrollo comunista?
Mientras tenían que
luchar juntos

contra
el orden antiguo, y
se necesitaban mútuamente para eliminar a los aliados de ayer, los
moscuteros y los izquierdistas estaban relativamente a
partir un piñón.
Ahora tienen que
eliminar a

los
socialistas. Así es que dutante
algún

tiempo no será probable que su
alianza plantee
problemas
graves.
Pero, ¿mañana?
No hay que olvidar que en el origen de la Revolución del 25
de abril hubo mucho más de fenómeno
anarco-izquierdista que
de
"golpe"
preparado deliberadamente.

No olvidemos que
el "detona­
dor"

de los acontecimientos
fue un d=eto modificando las condi­
ciones de promoción de los oficiales. Cerca del 80 % de los oficia­
les subalternos en situación de actividad eran oficiales de comple­
mento (los milicianos). Esos jóvenes universitarios-oficiales, salidos
de las universidades con un espíritu izquierdoso (o poco menos) for­
maban dentro

del ejército el
encuadramiento directo

de la
tropa, y
se encontraban mucho más próximos, psicológicamente, al espíritu.
antimilitarista del contingente que del espíritu tradicional de los oficiales de carrera. A la
primera embestida
contestataria este
encua­
dramiento

subalterno se interpuso entre la tropa
y el mando, aisló
a éste e hizo causa común con el contingente.
Por ello, las organizaciones izquierdistas conservan profundas
raíces en el Ejército.
Desde este punto de vista,
el análisis que hace el periódico iz­
quierdista
Liberadon (21 de febrero de 1975) nos parece bastante
exacto:
"El movimiento de estos oficiál,es, en rebeldía contra la auto­
ridad militar y pol#ica y desconfiando de los estados mayores, es un
movimiento de
la base cuyas estructuras se parecen más a las del
{12) La revolution trahi3 págs. 108-109,
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MJCHEL DE PENFENTENYO
movimiento del 22 de marzo y de sus comités de acción de mayo
del 68, que a la organización de un estado 'ITUl'JOr golpista".
Todos estos hechos contribuyen, sin duda, a formar un clima
terrorista y mantienen una cierta psicosis de naufragio universal
irreversible (13). Sin
embargo, si
se miran las cosas más de cerca,
es muy cierto que semejantes siruaciones anarquizantes, cada vez
más odiosas a los ojos de la población, poddan contribuir a recons­
tituir la unidad nacional, si unos notables del
país, que impu­
sieran su prestigio
pot los indiscutibles servicios prestados, hicieran
oír a tiempo su voz y constituyeran la autoridad directora, sin la
cual los más vivos impulsos del patriotismo caen pronto en las con­
tradicciones
y en el agotamiento.
4. La desintegración de la economía.
Si concretáramos mejor hasta qué punto resiste lo real, compren­
deríamos mejor la
extrema perplejidad
de los jefes comunistas.
La colectivización sistemática inmediata
y general había condu­
cido
al caos a la Rusia soviética.
El

Gobierno, sorprendido por la amplitud de la desorganización
económica, fue incapaz de "conducir la evolución". Las autoridades
locales no sabían
qué era

lo que
se les
exigía. Faltaban aprovisiona­
mientos en las ciudades. Para evitar lo peor, hubo que confiscar el ganado en
gran escala. La burocracia saqueaba los campos, escribió
después
Trotsky ...
Y

Andreev, miembro del Comité Central en el Congreso de
Moscú en 1930, escribía:
( 13) Por otra parte, la anarquía no · cesa de agravarse sobre todo el
territorio portugués. Los izquierdosos toman posiciones en todas partes donde
pueden
y como pasa siempre en las primeras fases revolucionarias, que pre­
ceden a la reacción «termidoriana», las bandas incontrolables no toman un
respiro de descanso, porque están cubiertas por
el intocable engaño de la
«espontaneidad popular»:

ocupación de locales vacíos o insuficientemente
ocupados, instalación de hospitales
y maternidades de campaña, bajo el im­
pulso de la L. U. A.
R. (Liga de Acción Revolucionaria), conversión de las
empresas pequeñas o medianas
al .régimen de autogestión, etc.
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¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
"La colectwización completa ha sumergido la economía en una
miseria
como hacía tiempo no se había visto; fue como si ,ma guerra
de tres años hubiera pasado por allf'.
Trotsky añadiría:
"Hasta entonces jamás el hálito de la muerte había flotado tan a
ras sabre
el territorio de la Revolución de Octubre como durante los
años
de la colectivización completa.

El
descontento, la inseguridad y
la represión desgarraban el país ...
"Las PÉRDIDAS DE HOMBRES -por hmnbre, frlo y a consecuer,­
cia de epidemias y de la represión-
no han sido, desgraciadamen­
te, registradas con tanta exactitud como las pérdidas de ganado, pero
se cifran también en MILLONES ••• (14).
"La lucha a muerte con· los innrnnerables robos de las cajas de
los

kolkhoses
y el disimulo de esos robos, LA MOVILIZACIÓN PURA­
MENTE MILITAR para combatir el sabotqe de los kouleks ... (15) y
al mismo tiempo
el retorno al sistema de las cartillas de raciona­
miento,
de las raciones de hmnbre y, finalmente, el establecimiento
de los sa/.voconductos ... ", etc.
Este cuadro de la desorganización económica rusa explica el
cuidado que ponen los comunistas en Portugal para que la colecti­
vización sea

prudente
y progresiva. Han hecho todo lo posible para
tranquilizar incluso

a
. las sociedades anónimas y a los inversores.
Pero no pueden
"hacer la revolución" sin instalar el "poder popu­
lar", es decir, sin los
soviets .. Es por ahl por donde la desintegración
económica sigue en Portugal
el· ejemplo

ruso.
Lo sigue más despa­
cio, pero realmente
(lo sigue más lentamente gracias, especialmen­
te, a las importantes
reservas de divisas dejadas
por
el antiguo ré­
gimen).
Los estudios que se han hecho sobre la desorganización de
la
economía portuguesa

se parecen mucho, incluso en las palabras,
a las
descripciones de '.trotsky.
Un observador escribe (16):
(14) Subrayado por nosotros.
(1') El subrayado es nuestro.
(16) Documento del U. N. l. (Unión Nacional Inter-Universitaria, 2,
rue Fr. Salieres, 44000 Nantes).
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MICHEL DE PENFENTENYO
"La destrucl;Í6n de la econamla es sistemática, y todo descansa
en la amenaza y la intimidación
(

... );
se deja ocupt1r tal empresa o
tal explotación 'Y se acusa a sus responsables de no wver#r. Esto se
considera como un sabotaje (

... ). Los
trabajadores de tal localidad
atacan a tal agricultor porque enüerra unas "hierba,'º
que según
ellos deberlan dedicM'se a pienso ...

,
sabotaje. $in eembargo, este agri­
cultor no hacia
más que enterrar un pienso verde ( ... ). Tal empresa,
que tiene que exportar un concentrado
de tomate, no puede hacerlo
más que a un precio inferior al del ejercicio anterior porque la de­
manda ha bajado. Esto
se considera como una subfacturadón, lo que
equwale a una exportación de capitale:r
.

. .
Crimen"".
"Un agricultor, a fin de diciembre de 1974, tenla su ganado mal
alimentado ... ; sabotaje. El sindicato fue a confiscarle la totalidad de
su ganado para transportarlo a una propiedad ya ocupada ( ..• ) ".
Se podrían multiplicar hasta el infinito los ejemplos similares.
Hay sectores
enteros de
la
economla que están arruinados. Cincuenta
mil mandos intermedios de empresa han huido a,l extranjero, y unos
diez
mil más están en la cárcel. Se calcula que doce mil empresarios
han sido "saneados'" (depurados), El paro sobrepasa la cifra de tres­
cientos mil obreros.
El resultado es· sencillo: en Portugal ya no se trabaja. El déficit
de la
balanza comercial es de 50,25 billones de escudos para el ejer­
cicio de
1974, y este déficit se agrava cada día.
Después de haber roto
la economía y vaciado las cajas, el Par­
tido Comunista Portugués no
tendrá ya salida. ¿Qué sucederá en­
tonces?,
-¿las "democracias liberales" van a pagar la factura y a sacar
a flote a Portugal?,
-¿las "democracias populares" salvarán la Revoluci6n. portu­
guesa?
En todo caso,
los plaros se cumplen. Los plazos de la realidad.
De una realidad que nunca se somete a las locuras de la utopía co­
munista.
372
Fundaci\363n Speiro

---- --------------------
¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
ll. CONDICIONl!S DE UNA ACCIÓN EFICAZ EN TIEMPOS
DE
REVOLUCIÓN.
Resistir firmemente en la J11cfu contra el mal.
No admitir jamás compromisos.
Preferir perderlo todo, vida, saJirio, condiciones

de
exis­
tencia, antes q11e sacrificar la propia concienciá.
A.
Soljenitsyne.
No se trata de facilitar aquí un estudio completo y preciso en
todos sus

puntos de
las condiciones de una resistencia eficaz y de
una reconquista social de la lucha contra la Revolución.
Existen estudios generales a los que hay que volver; la resisten­
cia y la reconquista presuponen unas minorías selectas formadas so­
brenaturalmente:
hay, pues, que volver a estudiar el "'Pour Qu'il
Regne'"
de
Jean Ousser. Esas minorías presuponen una doctrina de
,u:ción política: hay que volver a estudiar el manual ., Action·· de
Jean Ousset.
Oaro que

después
hay que ejercitarse en discernir los focos de
desintegración. Pero

es mucho
más importante aprender a discernir
los elementos de vida y de progreso según los cuales se puede actuar.
El
gran error de los métodos empleados generalmente en los com­
bates
"'anti-comunistas" ha radicado en que se ha recurrido a toda
clase de procedimientos, más o menos admisibles, pero casi siem­
pre
extrttfi()s a las energías naturales de los municipios oficiosos, em­
presas, escuelas, agrupaciones de campesinos, obreros, artesanos, etc.
Sin embru:go, en estas comunidades es donde se hallan los re­
medios específicos
y la energía vital para la resistencia al comunis­
mo. En ellos hallarnos las jerarquías sociales elementales, qne emer­
gen frente a la
masificación. Se

encuentran también
las solida­
ridades
orgánicas que

se forman frente al mito de
la solidari­
dad proletaria.

También se encuentra en ellas una relativa estabili­
dad social, que se
opone al desarraigo socialista. En ellas se halla
uno más cerca de las personas reales, de las que tienen que defen­
der, como decía Peguy,
su hogar, y los pobres homwes de ltn casas
$0/ariegas.
En una palabra, allí se encuentran las últimas reservas de
• 373
Fundaci\363n Speiro

MICHBL DE PBNFBNTBNYO
amor de los seres y de las rosas sin los cuales los individuos nau­
fragan en seguida en la apatía
y el gregarismo de los desheredados.
Ahí está el problema central de la lucha real contra el comunis­
mo: se
trata, no

tanto de suscitar uoas fuerzas artificiales contra los
artificios del

enemigo, como de
reforzar o

reconstruir una comu­
nión social resistente a la
práctica de

la dialéctica.
Como la comunión
social comienza en las comunidades restrin­
gidas, de ello se deduce que la vetdadera acción de salvación pública
debe
organizarse en

primer lugar en las comunidades restringidas,
ha de
arraigar en ellas, alimentarse en ellas y tomar de ellas el prin­
cipio permanente de su energía.
·
Lo que produce la dislocación de las comunidades humanas es
el
absentismo de los dirigentes
y de sus jefes. Los patronos que han
dejado ya de compartir las penas de sus hombres y el destino de sus
obreros se

hacen indiferentes
y naufragan en el desprecio de sus
gentes.
En las comunidades militares pasa Jo mismo: generalmente,
los

motines no se
producen en
momentos de peligro bajo el fuego
enemigo, sino en la monotonía de la vida de guarnición cuando
los
oficiales dejan de vivir con sus hombres. Por todo eso se puede adivinar lo que podría ser una lucha anti­
subversiva realmente curativa: debe de
estar basada

en un refuerzo
de la comunidad social, y no en la cirugía, o en todo caso, en la me­
nor cantidad posible de cirugía.
Este principio

director constituye una
. clave
para enjuiciar cier­
tas reacciones-tipo que
aparecen periódicamente

en el enloqueci­
miento de los combates
antirrevolucioaarios. Se les vuelve a encon­
trar en Portugal como ya se les ha conocido desde hace cincuenta
años en varios puntos del mundo;
todas se derivan de la negativa
común a empezar
por las comunidades de destino.
Las hemos clasificado en cuatro tesis típi=:
-
la
tesis de la emigración
y del "ejército de liberación",
-la

tesis del
contraterrorismo,
-
la

tesis de la adaptación al nuevo
régimen,
-la tesis del repliegue a lo puramente sobrenatural (tesis ve-
cina de la no-resistencia, o de la no-violencia).
374
Fundaci\363n Speiro

¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
1) Tesis de la emigración con intención de formar en un país
vecino un "ejército de liberación".
Esta concepción _no es absurda ni en sí misma ni por principio.
Estriba en el principio, excelente, de que las naciones son in­
terdependient.es en su paz. El triunfo de la Revolución en un país
destruye un equilibrio y una armonía generales. En función de esta
verdad, Pío XI envió un nuncio a Burgos desde el comienzo de
la
guerra, cuando aún no estaba definida la suerte de las armas ... (16 bis).
Igualmente, Pío XII ha recordado al mundo que la violencia sovié­
tica contra los húngaros en 1956 hubiera justificado, en otros tiem­
pos, una cruzada
militar de las naciones libres.
No es, pues, a nivel de los principios generales donde una idea
de una emigración con vistas a una reconquista levanta serias di­
ficultades.
Es a nivel del realismo específico en tiempos de Revolución. Y
esto por tres razones principales:
P,-imera.-Es vana la esperanza de poder formar un "ejército de
reconquista" sin un mínimo de consenso internacional. Pero es que
el consenso internacional no es hoy en día particularmente favo­
rable
a este tipo de operaciones. (Basta recordar la cantidad de
ge­
nocidios

perpetrados desde hace cincuenta años sin que la "con­
ciencia universal" haya encontrado contra ellos nada que aposti­
llar.) ••. Hay que contar con la virulencia del consenso revoluciona­
rio que no dejaría de desencadernarse, incluso en la prensa "liberal",
contra el infame agresor "fascista criminal" que se atreviera a so-
correr a un pueblo víctima del comunismo. ·
Este
hecho es
tan real que España no ha creído oportuno "mo­
ver un dedo" por Portugal a
pesar de un tratado particular suscri­
to hace unos treinta afios (tratado que autoriza a una de las nado-
(16 bis) El Nuncio presentó sus credenciales el 19-X-37, es decir, dos
días antes del finai de la Campaña del Norte y 456 dfas después del co­
mienzo de las hostilidades (N. del T.).
375
Fundaci\363n Speiro

MlCHEL DE PENFENTENYO
nes a penetrar en la otra para restablecer el orden en caso en que
esta
última sea víctima de una "B'""Sión revolucionaria) (16 ter).
Segunda razón.-El carácter propio de las revoluciones mo­
dernas.
La revolución empi= con la ruptura entre los dirigentes de
la nación y las poblaciones.
La emigración de los dirigentes no puede sino agravar esta dia­
lectización: los
emigrados, cualquiera que

sea
el motivo principal
de su éxodo, resultan siempre sospechosos a los ojos de las poblacio­
nes. Se piensa que
si se han marchado es porque algo tendrán que
esconder o porque sus principales intereses económicos están en el
extranjero. Y

cuando la crisis económica empiece -porque su ad­
venimiento es inevitable en los regímenes revolucionarios-, no
costará
ningón trabajo

hacer responsables de la misma a los diri­
gentes que se han marchado ... Por otra
parte, la

emigración acarrea rápidamente la deformación
de los juicios del
emigrado. Privado

de toda comunicación con sus
compatriotas, lejos de los peligros que son
el hacer diario de los que
se han quedado en
el país, el emigrado cae fácilmente en los erro­
res del desarraigado, amenazado alternativamente por la périda de
la esperanza o
por el

"golpe de
fuerza", huérfuno de

ese sentido ma­
tizado de lo posible que sólo se revela en quienes peremanecen
arraigados en su patria.
Trecera razón para rechazar la tentación de emigración.-Pavo­
rece la desintegración social, y entrega a las poblaciones al terroris­
mo totalitario. Contribuye a
transformar un

pueblo
todavfa organi­
zado en

una
masa ciega.

Por otra
parte, ésta es la razón por la cual
los comunistas de Portugal más bien han facilitado
las salidas de los
dirigentes del país, como en 1792 en Francia, los Jacobinos favore­
cieron
la salida de los emigrados (17).
(16 ter) España no fue requerida por Caetano. En cambio, Salazar la
requirió cuando Galvao se apoderó del buque Santa María, y Espafi.a envió
el crucero Canarias (N. del T.).
( 17) Cfr. Joseph de Puisaye: Memoires de J. de Pufraye, libro V, pá·
gina 9.
376
Fundaci\363n Speiro

¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
Joseph de Puisaye, último general de los ején:itos católicos del
Oeste, ha escrito en sus memorias unas observaciones severas respec­
to del "Ejército" de emigrantes. Se aplican tan bien (ajustando las
cantidades) a la actualidad portuguesa, que vamos a transcribir los
principales
párrafos:
"Ciertamente,
si

este
magnífico ejército
de
emigrantes que ha
sido tan miserablemente dispersado
( era de más de treinta mü hom­
bres) hubiera permanecido en
el interior del reino -porque de
ninguna manera comparto la opini6n de quienes a-een que entran­
do él s6lo hubiera obtenido éxitos decisivos-; si,

como digo,
cado
gentühombre hubiera permanecido, bien
en su puesto en el ejér­
cito, bien en sus fincas, y ahl hubiera contado con un cierto mime­
ro de soldados o de habitantes, que se hubieran fácümente decidido
a segui,/e,
no

se puede
dudar de que los Prlncipes franceses hubie­
ran
tenido en muy poco tiempo a su disposición un ejército pode­
roso,
cuya cuantla no exagero si la eval,úo en un mül6n de solda­
dos.

En
lugar de esto, esas gentes, carentes de jefes, de consejo y de
gulas, han sido arrastrados, atados de pies y manos a los ejércitos
del comité de
salvaci6n pública; y pronto situados entre el temor de
las venganzas -de quienes hasta ese momento hablan sido sus guías
natural.es, y
la violencia de quienes les hablan sustituido, forzados a
combatir contra sus sentimientos 'Y contra sus opiniones, no han mos­
trado en ello sino más coraje, porque estaban espoleados por la des­
esperaci6n.
"Si al.gunos gentilhombres aislados en el Poitou, en Bretaña y
en Anjou consiguieron su-cesWamente poner en pie tJ más de qui­
nientos mil hombres, ¡qué no hubieran hecho todos los miembros
de
la nobleza francesa, repartidos en todas las provincias y dirigidos
por
los mismos consejeros!
"Se ha replicado que aislados y dispersos, expuestos

a
las trai­
cioneI y persecuciones, hubieran sido asesinados inútümente, ellos,
sus mujeres y sus hijos ( ... ). Pero la posterioridad ha probado que,
si se hubiesen entendido p,,,-a combatir en el interior, ni la mitad
de los que cayeron hubieran perecido en las hombles carnicerías en
que fueron degollados
sin poder defenderse. Porque como la fero­
cidad
no es más que una modificación de la cobardla, se ha notado
377
Fundaci\363n Speiro

MICHEL DE PENPENTENYO
que en los p,nses sublevados mientras esttwieron bajo las armas, los
momtmos que se ¡ugaban las vidt,s de sus propias famJlias, siem­
pre comm,aron algunas atenciones para
las familias y los bienes de
los jefes de quienes tenian que temer justas represalias" (18).
Esta página admirable es muy actual. Soljenitsyne no ha dicho
otra
cosa.
Los mandos y los dirigentes de un país que han disfrutado du­
rante generaciones de los privilegios de
la fortuna y de su rango
social, ¿acaso no deben, en correspondencia, estar prontos. para de­
fender a las poblaciones, aun a riesgo
de sus
vidas, cuando la patria
ha sido entregada a los furores de la subversión? El deber específico de los mandos sociales
en tiempos

de
revo'
lución

consiste en
hacerse como
"peces en el agua" en
medio de
su

comunidad natural, en correr los mismos riesgos que ella, en
compartir
las mismas penas, en asumir fas funciones de protección,
ariimaci6n y direcciólL
¡La Revolución tiene una-gran n~sidad de que los jefes apa­
rezcan como

ventajistas,
acaparadores, egoístas
y libertinos, encasti­
llados en sus privilegios y en su
fortuna!
Por

el contrario, no hay mejor manera de desmontar
la mentira
revolucionaria y de destruir
-sus

propagandas que
probar con
hechos
evidentes que hay
élites sociales

que colocan el
interés y la seguri­
dad de las poblaciones
que les han sido ronfiadas por encima de sus
-ventajas

y de sus privilegios personales.
Porque hay que contar
con: las disposiciones secretas de la in­
mensa mayoría del pueblo. Incapaz, cuando
esrá aislado, de resistir
al desencadenamiento de
la demagogia, el hombre de filas hace cau­
sa común con el
poderoso de
cada día, con
la esperanza de salvar su
tranquilidad. ¿Cómo reprocharle esto cuando sus jefes le han dado
ejemplo de abandono, cuando la única diferencia entre la cobardía
plebeya y la de los jefes estriba en los
medios de fortuna que han
permitido a los segundos salvar sus preciosas personas y sus bienes
lejos de
la tormenta, mientras que los primeros están físicamente
prisioneros de los agentes revolucionarios?
( 18) J. de Puisaye: Op. cit., pág. ,4.
378
Fundaci\363n Speiro

¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO;
A esto se replica que el foodo de honestidad, de valor y de res­
peto
a los valores sagrados está tan herido por ttes generaciones de
laicismo que
las "disposiciones ocultas" de la mayoría de las pobla­
ciones
se ioclinan más

bien a la izquierda.
No
lo creemos. Son demasiadas las mentiras, los artificios y el
terror movilizados pata hacer creer al pueblo que "está a la iz­
quierda", de
ta!l manera que, por el oonrtatio, prueban que las dis­
posiciones ocultas son mejores de lo que hacen creer las
urnas elec­
torales.
Dos factores pueden salvar a ese pueblo:
La ferocidad de la Revolución cuando se revela tal cual es: por­
que los ataques abiertamente dirigidos
contra el derecho de
gen­
tes, el orden moral
y la religión, oonttibuyen cada día en el Portu­
gal de 1975, tanto romo en Francia del Oeste en 1792, a abrir los
ojos de
la. mayoría.
El

instinto natural, que lleva a las poblaciones hacia los hom­
bres que se distinguen por sus servicios personales, su
desinteerés y
su

autoridad social y moral (19). Cuando la Revolución arrasa
las solidaridades sociales, cuaodo
la autoridad enmudece, cuaodo se rompen los lazos civiles, políti­
oos y religiosos, cuaodo
cada ciudadano ya no encuentra apoyo más
(19) Aquí, nuevamente, el testimonio de J. de Puisaye es muy valioso:
«Las disposiciones del pueblo de las provincias en la época en que la asam­
blea &on1tituyente terminó SIIS sesiones eran tales, que si no hubiera tenido
Jugar la emigación, no solamente los municipios, las administraciones de los
distritos y de los departamentos, sino aun también las asambleas electorales,
hubieran reunido una mayor/a
numerosa Je nobles y de eclesiásticos. Y nadie
ignora que incluso, en

la forma
que estahan las cosas, en casi todas partes
se ofrecieron los puestos o

se destinaron preferentemente
a los miembros de
las dos órdene.r
y a personas respetables de la tercera, que, engañadas por
ese
pernicioso sistema
de
inacción que se

les
presentaba como un deber y
un mlrito, contribuyeron,
con SIi ausencia o por su negativa a tomar parte
en
las deliberaciones públicas, a

la
formación de
esa
Asamblea Legislativa
que pronunció
la aholición de

la
monarqula, que provocó las matanzas en
las cárceles, que familiarizó
al populacho con la sangre y que entregó a
Lllis XVI a los verdugos que

le
reemplazaron ( ... ); el pueblo no puede ser
abandonado
largo tiem[io a si mismo, 1lecesita gulas» (Memorias, libro V,
pág. 62).
379
Fundaci\363n Speiro

MICHEL DE PENFENTENYO
que en sí mismo, entonces ha llegado la hora de que un pequeño
número de jefes
naturales se
atrevan a ser los primeros en
dar
ejemplo.
2) La tentación del contraterrorismo.
Hitler escribió en Mein Kampf:
"El terror en el taller, en la fábrica, siempre tendrá pleno éxito,
hasta que otro terror igual
le

salga
al paso".
Aunque este argumento de Hitler puede parecer simplista, sin
embargo,

no deja de
repetirse hoy
en día en muchos ambientes
que
serían

los primeros en sorprenderse de que su concepción
hubiera
sido

compartida por un predecesor tan ilnstre.
El contraterrorismo se define como una contrarrevolución que
consiste en combatir la Revoliici6n con sns mismas atinas (20); sus
acciones están calcadas en el mismo esquema de las acciones terro­
ristas: tratan de que reine la inseguridad, para "hacer saltar el dis­
positivo

de la legalidad que juega a favor
de los terroristas, porque
no es adecuado"; tratan de
cog"!' rehenes,

de organizar represalias
y
de golpear duramente al enemigo para sembrar el terror en sus filas ..
Este contraterrorismo se dirige generalmente a las poblaciones ino­
centes
en función de su sumisión al control enemigo y de su
inclina­
ción

a colaborar con él; por su misma lógica,
el contraterrorismo se
ve así arrastra.do a dañar, más o menos arbitrariamente, sin posibi­
lidad de medir la objetividad moral de sns acciones.
Esta concepción
ha aparecido frecuentemente en la historia, ett
el

momento en que la
población se ha sentido abandonada de sus
jefes naturales y

entregada a la acción
del terrorismo revolucio­
nario.
Hay que distinguir el contraterrorismo de las acciones de "jus­
ticia supletoria" que

ha conocido la historia, por ejemplo, con
loo
(20) No abordamos aquí el problema de fondo de la violencia legítima~
Remitimos a «La Guerre, J'armee, Ja nation» ¡,ar Andre Roche et Jacques:
Regnier.
380
Fundaci\363n Speiro

¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
caballeros de la Seinte Vehme (21). Esta justicia supletoria, para ser
legítima debe de ser verdaderamente una justicia (22), ha de res­
ponder a criterios objetivos, ser
practicada por

hombres de valor
moral probado, obedientes a un orden jerárquico, subordinado al
bien fundamental de la nación, y que no pretenden más. que restable­
cer el funcionamiento normal de las instituciones legitimas. Semejantes acciooes pueden ser
motalmente admisibles y social­
mente saludables, si resulta comprobado que las instituciones lega­
les de la policía
y de la magistratura están corrompidas, conquista­
das por el terrorismo o claudican hasta el punto de que se puede
considerar que las poblaciooes están prácticamente desarmadas fren­
te
al terrorismo.
Deberán dedicarse estudios especiales a
las condiciones de fun­
cionamiento de semejantes instituciones de protección del
país real.
Contentémonos coo observar aquí que una ausencia
total de ins­
tituciones para el restablecimiento del orden no puede desembocar
más que en la proliferación de las acciones ciegas del contraterro­
rismo...
y que éstas no pueden dejar de favorecer a la Revolución
dándole una apariencia de potencia de orden. No hay peor desorden social y político que la legalización de la subversión
y su instala­
ción en
las cumbres de la soberanía política.
Las
instituciooes
extralegales
de justicia supletoria se distinguen,
por tanto, del contraterrorismo desde dos puntos de vista:
- ratione materiae, por una determinación rigurosa de las mi­
siones
de protección, de los criterios de apreciación, y de las normas
de funcionamiento de
la institución dicha.
-ratione personas, por una determinación no menos riguro­
sa de los notables, verdaderos praeclari cwes, bajo cuya jurisdicción
mota! únicamente

una institución así
podría funcionar sin riesgo
(21) Sainte-Vehme: Organización de origen germano análoga a los tri­
bunales de los francs-iuges (siglos XII-XVI).
(22) Claro está que aquí no tratamos de las acciones de legítima de­
fensa personal ni Siquiera de las acciones -de autodefensa de grupos restrin­
gidos: barrios, empresas, pueblos ... , acciones que no
Plantean problemas par­
ticulares. Son la respuesta contra un agresor y no comprometen a un plan de
alcance nacional.
381
Fundaci\363n Speiro

MJCHEL DE PF.NPENTENYO
de desvi.w:se. Cuando el Estado desaparece o se pasa al enemigo,
corresponde inmediatamente detrás de él
a· los
notables naturales de
primer rango, a los que
han asumido funciones públicas y tienen
títulos
particulares para ser respetados y agradecidos por el país, la
asunción de la responsabilidad de
hacer funcionar las instituciones
supletorias sin las cuales la ley de la jungla sustituye a la ley de los
pueblos civilizados. A
falta de

tales instituciones, extralegales, moralmente controla­
das y regidas, el contraterrorismo tiende a proliferar en las situacio­
nes que
conducen a
las poblaciones a la
desesperación.
¿Será necesatio recordar

la nocividad del contraterrorismo?
-En primer lugar, es esencialmente un recurso al terror. Un
terror que se vuelve contra los terroristas ... y sus aliados (reales o
supuestos).
Da la salida a todos los fanatismos, a la acción ciega, a
la práctica de
represalias. Por eso mismo es imposible de dominar.
"En. cuestión

de
crímenes, lo· único que

cuesta es el primer
paso".
-Una vez admitido el principio del contraterrorismo, ¿quién
dominará la
,arabanda infernal
de los
atentados con bomba, de
los
incendios, de los secuestros, de los asesinatos, de
la tortura ... ?
-R. Mucchielli (23) define así la segunda objeción:
"Aunque por definición
tengan la
simpatía de
la población (los
comandos antiterrorisras)

no deben esperar un apoyo positivo in­
condicional de la población porque se siente insegura. Además,
y
esro es lo principal, la represión por parte del Estado y de sus fuer­
Z"-' disponibles será mucho má, salva¡e y perseverante contr~ los
contrMerroristd.l (

... ).
"Los contraterroristas son considerados como revoltosos mien­
tras que los militantes de la subversión son tratados como delincuen­
tes
cuando no
como
meros oponentes
políticos".
Así, pues, hay que proscribir absolutamente el contraterrorismo
tal como lo hemos definido, tanto por rarones morales como por
rarones de

eficacia. En semejantes
períodos de
ruptura social en los
que cada uno siente la tentación de licenciar la moral bajo el pre­
texta de

una oposición entre la moral
y la eficacia, es más esencial
(23) Cf. R. Muchielli: La subversi6n, Bordas, 1972 (agotado-).
382
Fundaci\363n Speiro

¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
que nunca comprender que jamás existe una eficacia real y dura­
dera contra

la moral: la moral es
la regla superior y trascendente
de la
verdadera eficacia.

¿Cómo
podría haber una eficacia de las
acciones humanas contra las leyes del orden divino?
(24).
3) La tentación de la adaptación.
No hablamos de la adaptación vergonzosa a la
legalidad revo­
ludont>ria, que no es sino una capitulación. Cada período tutbulento
ve
sali< de todos los escalones sociales una especie sórdida de co­
bardes

dispuestos a todo para
granjearse las
complacencias de los
nuevos amos.
Hay también la ad"f>tación "de buena fe". Hemos conocido en
Portugal a industriales
y mandos de empresa radicalmente antico­
munistas,
que creían
ser más fuertes que los soviets y que su dia,
Iéctica, por la cual:
-Creyeron que la controlarían, y, para ello, han jugado al jue­
go

de la "participación".
-Han "participado" en las asambleas populares
y en los co­
mités revolucionarios.
(24) 'I'rotsky había comprendido muy bien la debilidad intrínseca del
«contraterrorismo»
y, por ello, el provecho que se podía sacar del proceso
revolucionario. Mostraba (en Europa y América, págs. 14-15) cómo el 'contra­
terrorismo producía el «Kerenskismo», definido como «el régimen en que e/·
aparato de represión se escapa en la práctka de las manos de la burg11esía»,
Según Trotsky, cuando la sociedad burguesa empieza a experimentar que
«está evolucionando brusca y radicalmente hacia la revolur:i6n», y que «está
desamparada»,
entonces ya. no confía más que en la virtud interna de su
poder; esta sociedad
recurre al fascismo que es esencialmente «la agrupación
r:ombativa
de

las
fuerzas que la sor:iedad burguesa amenazada har:e surgir para
empujar al proletariado a

la
guerra r:ivil ... », a la v~ que «se enreda en
sus propias r:ontradir:r:iones internas, r:uando la legalidad burguesa es una
traba

para la propia burguesía».
Aunque todo esto es, evidentemente, la horrible jerga marxista, sin em­
bargo, se discierne debajo de ella que a una sociedad que ya no tiene
en sí
misma los

elementos trascendentales que fundan su derecho
y producen su
energía, no

le restan otras salidas que la lucha ciega
y, por tanto, desespe.
rada,
o la. «negociación» vergonzosa.
383
Fundaci\363n Speiro

MICHEL DE PENPl!.NTl!.NYO
En wdos los casos coru>cidos, esos hombres se han encontrado
transformados
en marionetas, y
algunos
han llegado hasta a denun­
ciar a sus colegas al
Partido, y a hacer declaraciones a la prensa co­
munista sobre los "cursillos fascitas" imaginarios que los Consejos
de
Administración habrían
organizado y sobre el "lavado de
cere­
bro"

que en ellos se padeda.
Conclusión: si los mandos sociales deben tratar de ser como
"pe­
ces en el agna" para mantener el contacro con las poblaciones, esto
no quiere decir que hayan
de hacerse peces de agua sucia. No hay
que confundir
el agua clara de las responsabilidades y de las com­
petencias
reales con el juego tramposo de los "diálogos" controlados
por
el Partido.
4) La tentación de la evasión hacia lo sobrenatural.
No hablamos aquí del hermoso reflejo sobrenatural de aquellos
que comprenden que
en tiempos excepcionales en los

que
el Infier­
no se hace patente en este mundo, es necesario un incremento de
la vida sobrenatural.
Hemos tenido
ocasión de admirar en
Portugal una cierta
reno­
vación

sobrenatural; vigilias de oración, rosados, adoraciones noctur­
nas . . . Parece ser que también se
reza mucho

en
las cárceles.
El sobrenaruralismo no es esto. Radica en la actirud
perezosa y
desolada que invoca lo sobrenatural para justificar el absentismo tem­
poral y la dimisión cívica. A
pesar de las apariencias, el sobrenaruralismo no es tan sobre­
natural como pudiera creerse.
Se descubre con un signo que no en­
gaña nunca y que es la ruina de la
esperanza. Ruina
de la esperan­
za que no puede dejar de conllevar la repugnancia por las obras, la
recitada al absentismo y el refugio perezoso en
el equívoco de que
S6lo Dios puede salvarnos. Ciertaroente que se invoca a la fe. Pero
a una fe inerte ... La fe sin obras, ¿es una fe. sincera?
Un religioso portugués nos decía:
"En Portugal hemos pecado de "fathnismo"; no quiero decir que
se pueda tener demasiada devoci6n a la Santísima Virgen, sino por-
384
Fundaci\363n Speiro

¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
que nos hemos tranquilizado con nuestras peregrinaciones a Fálhn,,
y hemos abdicado de nuestros deberes d• estado tempMales".
La revista británica Approaches (l. Waverley Place Saltcoats KA
21, 5 AX
&ot:land G. B.) ha publicado una traducci6u del artícu­
lo de
Perman.nces, número 112, sobre Portugal; a continuación de
este
texto he

puesto una excelente reflexión acerca
de las fu1sas for­
mas de

espiritualidad que
han contribuido a desarmar las élites ca­
tólicas en Portugal, mientras que
un puñado de ag.ntes subverswos
masónicos
y marxistas alcanzaba los puesros con influencia sobre el
pafs. "La verdadera espiritualidad católica siempre ha afirmado el
deber de cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo, de cumplir
los deberes del propio estado". "... La verdadera devoción matiana no puede ir sino paralela
con el cumplimiento de la doctrina social de la Iglesia". Por
otta
parte,

Nuestra Señora de Fátima ha afirmado explícitamente a Lu­
cia que la penitencia
específica exigida

por su Divino Hijo
para la
salvación del mundo era
«la perfección

en los deberes del propio
estado» ...

" ¿No es ésta una manera de recordar la importancia de
la doctrina social enseñada
por los Soberanos Pontífices?
A GUISA DE CONCLUSIÓN: ALGUNAS NOTAS PARA LA ACCIÓN,
Los peces en el agua.
Los mandos sociales no pueden asumir sus funciones sociales más
que en cuanto estén como "peces en el agua" en medio de su
ro­
munidad. Tienen . que volcarse por mantener en tomo suyo una re­
serva suficiente de "agua clara" para atraer a ella a los mejores y
salvarles de las "aguas turbias".
El agua clara.
Es la vida social -al menos en algunas partes que han queda­
do sanas-, en la que reinan la verdad
y la justicia. Estar dispues-
., 385
Fundaci\363n Speiro

MICHBL DE PBNFBNTBNYO
tos a todos los sacrificios para resistir a la menor "adaptación", a la
menor pe,lución con la corriente de las mentiras revolucionarias. El
secreto de este mantenimiento es la verdad en los actos, más aún
que en los discursos. Los que costean y sufren por la verdad sirven
de

indicadores: consiguen que se manifiesten los hombres de buena
voluntad.
EZ agua turbia.
Se mantiene así por el continuo envenenamiento de las asam­
bleas de barrio, de fábrica, de pueblo, por los comités revoluciona­
rios, por las manifestaciones; por los medios de comunicación so­
cial, por el "envenenamiento psíquico", el miedo y la desmoraliza­
ción.

Hay que hacer todo lo posible para arrancar a aquellos que se
tiene a cargo (hijos, subordinados ... ) de
la atracción de esas aguas
turbias
y para ello no ptWticiptW uno mismo en las asambleas, co­
mités, manifestaciones, etc.
Los "emigrados del interior"
Además de los emigrados del exterior que son como peces que
se salen de
sí mismos y de su ambiente natural, están los "emigra­
dos del interior". Son los que se han dejado progresivamente ence­
rrar en

su universo social, o psicológico.
Quizá hayan
guardado
la
tecta razón en el ámbito de las ideas. Pero, ¿basta esto para salvar
al
país? No

es cerrándose en un
ghetto, aunque sea ortodoxo, como
los dirigentes de una
nación pueden

cumplir sus deberes de estado.
La acción ideal y la acoión real.
Una cierta "emigración del interior" amenaza a los que se com­
placen en el universo abstracto de los sisteruas puramente ideológi­
cos; también ellos se eliminan por sí solos de sus funciones sociales.
La Revolución no les pide otra cosa.
386
Fundaci\363n Speiro

¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
La acción real requiere que se sepa escuchar, comprender a los
seres
extraños a nuestro ambiente
...
y discernir los hombres de bue­
na voluntad,
mi\s o

menos víctimas de los envenenamientos revolu­
cionarios, pero que no son unos envenenamientos patentados. Con­
siste en aprender a pasar del universo lógico de las ideas donde se
mueve la razón pura, al universo complejo y mezclado de los hom­
bres de la realidad.
Una pro#l,axis contra la in.toxwación.
Como el arma principal del enemigo es la mtox, es necesaria una
profilaxis contra ese demonio, principal
organizador del "e,wene­
namiento psíquico".
-Hay una defensa pasiva contra la "intox".-Es la voluntad de
no abusar de la radio
y de la televisión ... , de abstenerse de largas
reuniones en las que los mejores se intoxican entre sí; considerar
como "probablemente bobadasº' el 95 % de las informaciones que
da
la prensa y los panfletos ...
-Hay una defensa actwa contra la "intox".--Que es la difusión
de verdades ciertas, en forma de hojas sueltas, no periódicas pero
frecuentes.
En estos tiempos de mentiras nada es tan buscado como la in­
formación
segura: esas hojas se difunden con una rapidez increíble
y se reproducen por cientos de miles de ejemplares con medios de
fortuna.
Entender

por
verdades ciertos las informaciones materiales ve­
rificada,;
la prueba de las mentiras del enemigo; las demostraciones
rigurosas de la mecánica de la subversión, para aprender a librarse
de ella,
Una higüme física, psíqui.ca y espiritual..
Trotsky ha dicho (25):
"La rsvoluci6n es una gran devoradora de energlas individuales
(25) La Revolution trahie, pág. 107.
387
Fundaci\363n Speiro

MICHEL DE PENFENTENYO
y colectwas. Los nervios no aguantan, las conciencias se doblan, los
caracte,es se desgastan, los su&esos v"" demasiado aprisd'.
Hay que decir que esta gran "devoradora" destruye tanto a sus
propios militantes --entre los que se cuentan gran número de de­
presiones

nerviosas-
como a

sus enemigos.
Hay, pues,

que
"aguanmt". Hay,

pues, que mantener
las fuerzas
de quienes tienen que actUar a contraearriente.
De lo cual se deduce la importancia de:
-Una higiene flsica: especialmente, hay que dormir bien.
-Una higiene psiquica: cuidar "la moral" es evimt todo lo que
supone un gasto inútil de energía
(cf. la defensa contra la "intox"),
y
también aprender

a
ceñirse a las mteas de las cuales es uno real­
mente responsable.
-Una higiene espirilual: papel de la oración, papel del silencio
interior; por encima de todo,
la conse,vación del estado de gracia ...
y, para ello, hay que recurrir a los sacramentos.
No contentarse con

decir a los jóvenes:
"No participéis
en
las
manifestaciones", no vayáis a las asambleas". Sino pedirles que par­
ticipen en las mteas que se imponen.
En consecuencia, organizar las misiones, los talleres, las acciones:
redacción, reproducción y difusión
de documentos; misiones de in­
formación (cuidar siempre de que se hagan recortes y de que se si­
gan los asuntos), misiones de -enlace, etc.
"No se expulsa más que lo que se sustituye".
H,reer hablar a las autoridades del país.
Otro

de los .principales aliados de la Revolución es el
si/encw
de

los mandos de la nación.
Ese silencio hace creer al pueblo que
está abandonado;

que las
élites pactan, o en cualquier caso que las
cosas se pueden arreglar si no se provoca la hostilidad de los nue­
vos amos.
388
Fundaci\363n Speiro

¿ES INVENCIBLE EL COMUNISMO?
Pero los notables se callan porque están aislados. Y .porque in­
cluso ellos mismos están privados de informaciones segurm.
Hay que organizat un sistema de encuentros, de citas, de deci­
siones que sirva
· de

mutuo
sostén, de

información y de
decisi6n
para los vetdaderos mandos de la nación.
Es necesario que los obispos hablen. Es necesario que los alcal­
des y
otras auroridades

hablen;
· igualmente, los

ex-combatientes,
los
hombres de ciencia, los magisttados, los universitarios, los jefes de
la industria y del
campesinado ...
Es preciso ayudar a descubrir qué hombres tienen categoría na­
cional, con mériros nacionales suficientemente evidentes para jus­
tificar que se les pida que asuman las funciones de direccióo geoe­
ral y que tomen ciertas decisiones.
Hacen falta, además,
redes de

sostén, de protección
y de infor­
mación.
"La paz es hija de la fumza".
Es evidente que no se encuentra la paz más que e.0: el surco de
la fuerza.
La fuerza está, en primer lugar, en las almas, los corazones y
los caracteres.
La fuerza duerme en un gran
número. de

hombres de
valía que
sólo esperan

el ejemplo de unos
pocos para manifestarse.
Búsqueda sistemática de la comun.ión social.
La Revolución es un cáncer; hace estallar las células sociales. Dis­
loca
y organiza las enemistades en las familias, en los oficios y en
los pueblos.
Sus categorías de accióo son la "derecha" y la "'izquier­
da"; los "ricos"
y los "pobres"; lo "'airo" y Jo "'bajo" ... Siembra
la suspicacia, la delación, la lucha.
• 389
Fundaci\363n Speiro

MICHBL DE PBNPBNTENYO
El antídoto de la Revolución es, pues, cierrameote, la caridad, con
sus aplicaciones políticas.
Es imposible vencer ese cáncer social sin una élite emrtmada,
probada y hábil eo la práctica de la caridad polltka (Pío XI).
Es una virtud específicamente cristiana, que puede salvar a las
poblaciones arrastradas contra su voluntad a las redes de la sub·
versión.
"Si hablare las lenguas de los hombres y de los ángeles, mas no
tuviere caridad, no so'Y sino un bronce resonante o un címba/,o e.s­
truendóso. Y si poseyera Id p,ofecfa ... ( ... ), y si tU11iere to fe htJSta traski eteérera" (cf. 1 Cor., XIII, 1, 4).
El catolicismo es el único remedio específico y el antídoto del
mal revolucionario,

porque únicamente
el catolicismo habla ese len­
guaje. El
único lenguaje

que apacigua, fortifica
y vuelve a traet · la
amistad
social.
Cuando la comunión
social estalla, cuando las conciencias y los
nervios crujen y por todas partes cunde la desespetanz.a, no queda
otra alternativa: o tratar a la geore a la baqueta (como hacen los
totalitarios y los "contratotalitarios") o guiar a los hombres por
medio de la única voz que
supera las
mentiras
y el terror, que nun­
ca tieoe palabras de división·
para los anmgonismos de casta, de
clase, de partido:
la voz del Buen Pastor.
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