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De los tópicos a una doctrina del campo (I y II)

DFJ LOS TOPICOS A UNA DOCTRINA DEL CAMPO
POR
J. GIL MORBNO DB MORA.
l.· Los TÓPICOS DEL CAMPO: UNA VISIÓN DEFORMANTE.
Sobre el Campo (Agricultura-Ganadería-Bosque) se habla a base
de

tópicos. Hay tópicos pequeños
y tópicos grandes.
Puede
decirse que

los tópicos pequeños son esas frases hechas
comunes que emplean las gentes de la calle respecto al Campo. Aun
no siendo grandes no carecen de importaneia porque forman un clima
influenciado,.
Los tópicos grandes son aquellos otros que bajo la denomina­
ción de
"slogans"' tienen va:lor prácticamente
oficial, son proclama­
dos desde las alturas y constituyen verdaderos dogmas
para el pen­
samiento oficial. Su gravedad estriba en que quienes les sostienen
no admiten discusión sobre la
base de su edificio, a modo del pro­
cedimiento de la dialéctica
marxista.
Los

tópicos pequeños los
docroriz:an desde
el Sr. Feliú, fabrican­
te de electrodomésticos, hasta doña
Leonor, que tiene un primo con
un
chalet de

campo en Cuenca, y suelen ser acusaciones simples y
concretas de

que el ·Campo va mal por
culpa del Campo. Tan sim­
ples y concretas que son siempre falsas sobre todo por simplifica­
ción, es decir, por considerarse cualquiera de ellas a gusto
del con­
sumidor

como la causa prácticamente única del desastre. Por ejem­
plo, tenemos:
l.º m campesino es ignorante, .rutinario, cerrado (el clásico
"rústico aldeano"). 2.º El campesino no sabe
organizarse, no
sabe unirse, no sabe ... ,
eteétera ... , nada (es una mala bestia, en suma).
3.º El campesino debiera dejarse aconsejar por los "más evo-
33 513
Fundaci\363n Speiro

J. GIL MORENO DE MORA
lucionados" (argumento favorito de los comerciantes, sus mas m­
mediatos enemigos jurados naturales), no sabe comercializar, no se
industrializa, no tiene técnica moderna
4." El campo está descapitalizado (¿qué es capital y qué es
renta?).
5." En el Campo sobra gente (en la Ciudad, no ... ).
6." Hay que hacer una Reforma Agraria o Revolución Agtaria
sobre todo repartiendo las tierras de los grandes terratenientes (siem­
pre apetece aunque también se hable de minifundio).
7.' Siempre

ha habido problemas en el Campo, España
es po­
bre,
la agticultura

española no puede competit con la extranjera:
no
se puede hacer nada (en la industria por lo visto no hay proble­
mas).
8.° Falta educación, iostrucción, dinero, escuelas, investigación
o cualquier otra cosa que a un ciudadano confortable se le antoje ...
9.' ... , 10.' ... , lLº ... y hasta el infinito, según el humor o el
ingenio del que hable.
Los tópicos grandes u oficiales son de mayor consecuencia por­
que han servido frecuentemente para la elaboración de ios Planes
de Desarrollo
y, entre ellos, destacan:
I.' Los precios agrícola.r no deben dejarse al Ubre juego de la
ley de la oferta y la demanda porque "son precios políticos y so­
cüiles".
2.' El ser un país eminentemente agrlcola es signo de subdes­
arrollo (palabra mágica).
3.' El Campo no interesa porque la producción iodustrial per­
mite importar sus productos
y materias primas de países subdesarro­
llados.
4.' El Campo dentro de la civilización de Consumo tiene que
· ser lugar
de esparcimknlo para la civilización de bienestar de los
Ciudadanos Qos de

las
gtandes ciudades,
claro).
5.' Las productividades espafiola.r inferiores a la.r otras de otros
paises son rnz6n suficiente para desechar los cultivos.
6.0 Sólo una Administraci6n Central y Superior puede dmgi,
el Campo.
7.' Et necesario aument,,r el éxodo rural,
514
Fundaci\363n Speiro

DE LOS TOPICOS A UNA DOCTRINA DEL CAMPO,
8.º El comercio y la industria derivados tienen iguales dere­
chos que la producción •.•
Todavía podríamos enumerar más "slogans" oficiales y oficio­
sos, pero, en conjunto, los tres primeros que hemos citado son
los
más graves y planea sobre todos un cierto convencimiento de que
el
sector Servicios
(terciario) y el
sector Industria
(secundario) son
más importantes que el sector producción de materia prima (pri­ mario). De los tópicos pequeños o populares casi no
valdría la pena
ocuparse, pero, sin embargo, hay que decir que influyen en
la men­
talidad nacional y que suelen fallar en su conjunto, aunque en parte
puedan
tener alguna

razón. Por ejemplo, es
falso que todos los agri­
cultores sean ignorantes, ruti~ios y cerrados, aunque haya campesinos
que lo
sean,

pero, además, muchas veces
la ignoram;:ia no es culpa
suya; la rutina es desconfianza ante los palos acarreados por las fla­
mantes novedades, y la cerrazón es fruto del desprecio social que se les dirige (Rústico aldeano).
·
·
Es

falso que el campesino no sepa
ni sea capaz de organizarse
en cuanto
nuestra historia pasada muestra abundantes ejemplos de
gremios campesinos, singularmente eficaces en su tiempo, como es
falso que no sepa unirse, como lo demuestran las terriMes rebeliones
campesinas que
registra la historia mundial. Lo que, en cambio, sí
es cierto es que su organización y unión ni puede seguir los moldes
utbanos, porque el camp~no está disperso, ni puede . ser eficaz si
se organiza desde un despacho aidsimo y lejano. Más cierto es decir,
a mi ver, que no se le ha permitido unirse
ni organizarse como de­
biera, imponiéndosele desde arriba
esquemas extraños
a su idiosin­
cracia y a sus condiciones naturales.
En cuanto a que el campesino se deje acoosejar por su adversario
natural a la hora de vender, es cosa que
ya fue tratada en la fábula
del "perro y el cocodrilo": ... "del enemigo
el consejo" ... Por lo
qué toca a comercializar ·e industrializ.ar Dios sabe, y muchos Otros
también, si hay intereses enormes y poderosos, nada campesinos, per­
fectamente opuestos a esta idea, cuya sola mención horroriza, y , es
fácil comprobar
las trabas de todo género· que se oponen a la venta
directa.
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J. GIL MORENO DE MORA
La técnica moderna la alcanza el campesino en seguida si tiene
medios de
pagar su costo, y aliciente de precios que la justifique.
Y
por fin, Jo de que sobra gente, como las ideas sobadas de
Reforma
Agraria de
la Propiedad,
y el considerar endémico este
problema agrario,
son tópicos derivados de diversas teorías mante­
nidas
oficialmente por políticos de variado color,
y por los tecnó­
cratas de la Adminisrraci6n y de la Economía de Consumo. La rea­
lidad de España es menos la de una tierra pobre que la de una tie­
rra "empobrecida" por siglos de desidia, malas políticas, talas, mes­
tas, arrastres de aguas, ete. y, sobre todo, por las terribles Reformas
Agrarias indirectas

aplicadas sucesivamente,
cosa que con buena
técnica, firme voluntad de hacer y paciencia de una orientación acer­
tada tienen solución, como lo
ha demostrado
Istael en
los desiertos
palestinos. Si es cierto que falte instrucción,
dinero, escuelas, inves­
tigación,
etc., es cosa que depende exclusivamente de que exista una
voluntad nacional de remediarlo.
Sobre los tópicos grandes u oficiales hay que insistir en que han
sido dogmas condicionadores de la opinión pública
y que los Pla­
nes de Desarrollo
'los han elevado a tal categoría, extrayéndolos de
diversas teorías económicas aplicadas a mjatabla por los economis­
tas y tecnócratas. lliblaré en detalle de los que son más impor­
tantes.
PRECIOS POUTICOS Y SOCIALES. Este "slogan" parte de
un razonamiento que, considerando los producros de primera nere­
sidad

como oblígatoriamente asequibles a todos los niveles
econó­
micos
de

la población, determina que no deben experimentar alzas
que los pongan fuera de su alcance.
Razonamiento en parte correcto
pero incompleto, pues por una parte olvida que por ser productos
de primera necesidad merecen una calificación de
interés nacional
preferente
y, por tanto, un estímulo y protección al sector que los
produce, entre ellos aquellos que conduzcan a lograr un buen nivel
de vida para
los campesinos (la reciente historia demuestra un total
olvido de este aspecto). Por otra parte, lo que verdaderamente tiene
carácter "político

y social" en cuanto a limitación es el precio pa­
gado
por el ·coosutnidor, o sea el precio de venta final al público y
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DE WS TOPICOS A UNA DOCTRINA DEL CAMPO
no precisamente el precio pagado al productor (hoy abismáticamen­
te lejano a aquél)
y lo

verdaderamenre "político
y social" es que
este

último sea lo
más alto posible dentro de los límites de precio
de venta al consumidor, resultando curioso que las
mismas perso­
na:lidades que

tanto manejan este "slogan" olviden, por completo,
con regularidad admirable, el
mencionar siquiera el papel del inter­
mediario, cuya
labor es precisamenre antipolítica y antisocial, pa­
gando ínfimos precios al
productor en
quien rara
vez repercuten las
alzas que

dicho intermediario imprime con regularidad
ai mercado
consumidor.
Por este razonamiento, coodenado al absurdo por ser incompleto,
se llega finalmente a
la solución más absurda todavía de recurrir,
por

sistema, a
la importación de materias alimenticias romo medio
de rebajar precios en origen (jamás en consumo), satisfaciendo
la
demanda en la escasez producida por retraimiento del sector pro­
ductor
sin rentabilidad, dando por
efecto el de subvencionar así la
producción extranjera anres que a la española; cuando la verdadera
solución históricamente probada desde los egipcios de José
es que
se
han de constituir en tiempos de vacas gordas reservas nacionales
para tiempos de vacas flacas que sobrevienen indefectiblemente tar­
de o
temprano, ronstituyendo
estas reservas sobre la producción de
origen· interior, lo
cual además de evitar subvencionar producciones
extranjeras
y proporcionar al país independencia, mantiene la ren­
tabilidad de los cultivos en años de superabundancia, actuando de forma natural sobre
la ley de la oferta y la demanda que siempre
ha sido el mejor,
más exacto y ágil regulador de los precios, pasan­
do a ser
la rompra · nacional un cliente mils del campesino.
Dos palabras mágicas "excedentes" y "déficit" han alucinado a
montañas de jóvenes economistas actuales que suelen ser economis­ tas ron prisas,
para los cnales la aparición de un año de superrose­
chas no puede proyectatse en
el número de años en el cual inva­
riablemente aparece el déficit. Se piensa entonces alocadamente en
todo menos en almacenamientos reguladores · sistemáticos permanen­
res a largo plazo, villidos para todos los productos no perecederos,
frigorizables y conservables. Los pasados >lustros han mostrado ver­
daderos
pánicos frente

al término "excedentes" que el tiempo ha
• 517
Fundaci\363n Speiro

J. GIL MORENO.DE MORA
evidenciado ser por cierto muy injustificados, produciéndose a corto
plazo reacciones de
pátúco opuesms.
Lo que de!,iera decirse de la Política Agraria es que, por sí mis­
ma,

es de
gran imporrancia,

"política
y social", valga la redundancia;.
quiero decir que el pensamiento que la oriente trasciende,
y que la
buena o
mala orientación trae consigo consecuencias imporrantes,.
y no precisamente en
lo que exclusivamente puede llamarse "Po­
lítica

Agraria",
la que está desde largo tiempo equivocada.
Tambíen han

sido
equiyocadas las políticas de "precios de pro­
tección", "superficies mínimas obligatorias de cultivo", "entregas.
obligatorias", "precios de tasa", mercados ce!lttales, etc., políticas de
parcheo, políticas coercitivas que el campo
mal puede soslayar pero
que los intermediarios
repercuten impunemente
sobre productores
y
consumidores. Muy diferente. sería "el precio oficial de compra .del
Estado",

fundamentalmente distinto· al "precio de protección",
de­
finidor

de situaciones
anómalas· de

inferioridad.
Las superficies obli­
gatorias

pueden substituirse sin trauma por crecimiento de la
de­
manda y por desgravaciones fiscales o gravámenes. Las "entregas.
obligatorias"

desaparecen con los
almacenamientos de "vacas gor­
das".
Los mercados centrales quedan como ilógicos intermediarios
cuando están en manos
ajenas a
la producción
y está todavía por
ver
el fruto real de los mercados en origen, que si se llevari bien
pueden ser muy positivos siempre y cuando no sean de nuevo
los.
intermediarios . sus controladores.
SIGNO DE SUBDESARROUO atribuido al carácter agrícola.
Esta es una extrapolación de unos casos concretos de
países verda­
deramente subdesarrolladns que
ni siquiera

pueden elaborar
ningu­
na

de sus materias primas. Se olvida en esta
afirmación la potencia,
agrícola

de países como Estados Unidos, Francia,
;\.lemania, etc,, que
en

ningón caso pueden ser considerados subdesarrollados. Se
ha ex­
trapolado

sin límites en
el sentid!> de menguar nuestra poblaciór>
agrícola por q:¡a.lquier medio, mientras

hubiese sido mucho más
ló­
gico

considerar que
el verdadero desarrollo hubiese consistid!> ene
potenciarla

al máximo,
monwi.do toda
la transformación y elabora­
ción derivada de ella que fuese posible. En los
niómentos de défi-
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DE LOS TOPICOS A UNA DOCTRINA DEL CAMPO
cit agrícola a que nos ha llevado este "slogan" importamos patatas
y whisky, de Inglaterra. Vino, alcohol, fruta, leche y quesos, de Fran­
cia. Almendta, maíz, cebada
y soja, de Estados Unidos. Cerdo, de
Alemania y China,· etc. (sólo nombramos algunos ejemplos), o sea que no parece que sean los países
más subdesarrollados los que nos
abastecen de comida.
Que EL CAMPO NO INTERESA
y que su producción puede ser
suplida por importación mediante compensación de exportaciones
de productos industriales es algo difícil de justificar cuando todo
nuestro sector primario, duramente castigado, deja a la elaboración
de productos industriales sin materia prima en que apoyar su razón
de

ser. Es un "slogan" absurdo, derivado de los anteriores, que
ha
calado hondo: en primer lugar, en el ánimo de los mismos agrirul­
tores, saciados de castigo a_-lo largo de veinte años consecutivos, y, en
segundo lugar, en el optimismo pacifista de tantos periodistas y su
zona de influencia que ya no son capaces de prever las posibles
causas de que falle esa bendita y curativa importación: guerras o
interrupción de relaciones diplomático-comerciales ... , que no nos
quieran vender ... , que no podemos pagar el
precio que

nos pidan ... ,
que cese el turismo ... ,
etc. Lo de "no interesa" es uno de los trucos
mágicos de moderna dialéctica con los que se paraliza una discusión
y descalifica al adversario sin más razonamiento, pero respecto al
campo sólo se puede emplear efectivamente
en tiempos de panzas
llenas como los de ahora. La realidad es que al menor asomo de es­
casez se despierta siempre un interés febril por ese campo culpable,
incapaz, estúpido, al que
se hace siempre responsable de tales situa­
ciones. De ambos
"slogans" puede

decirse que
el país que e,,porte
sólo

productos sin
elaborar del·

campo
· es

realmente subdesarrollado,
pero nada
más.
Del campo como SIMPLE LUGAR DE ESPARCIMIENTO, a
pesar de Sicco Mansholdt, no cabe siquiera hablar. Basta pensar con
la
cabeza.
Las manidas COMPARACIONES DE PRODUCTIVIDADES de
las tierras españolas con las extranjeras sí que justificarían una lar­
ga discusión, pero resumiremos que en· esta materia se mezclan há-
519
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J. GIL MORENO DE MORA
bilmente las verdades y los errores más crasos, se juega con las cifras
haciendo ttampa y, en primer lugar, se pierde de vista que
cuando
de asegurar el mínimo vital se ttata y más en producciones destina­
das al consumo interior, se. pueden admitir productividades bajas
donde no hay posibilidad de obtenerlas más altas; pruébalo que nues­
tto gobierno haya favorecido
largo tiempo el cereal de secano de
Cuenca
y de los Monegros con producciones medias de 700-800 ki­
logramos/Ha. de ttigo a pesar de que la Beauce francesa
y las zonas
cerealistas polacas
y alemanas obtengan, sin esfuerzo, los 6.000-8.000
kilogramos/Ha., porque como dice el refrán:
"l'ájaro en
mano ... ".
Pero en cnanto del consumo interior se ttata no juega realmente la
competitividad por productividad de la tierra en juego de los pro­
teccionismos
y fronteras actuales y vigentes en todos los países. Si
no hubiera aduanas en nioguna materia,
ni "dumpiogs", ni fronte­
ras,

acaso las reglas del juego serían las de la simple competitividad;
Pero no es tal el caso
y las inverosímiles viñas suizas, los increíbles
invernaderos de todo el norte de Europa y tantos ejemplos
más, lo
demuestran.

Cualquier cantidad
obtenida es
un
seguro de
vida
aut6-
noma,

cualquier productividad es clavo ardiente al que hay que aga­
rrarse para la vida interna de la Nación. Donde juegan realmente las productividades
y las competitividades es en los productos des­
tinados a la exp0ttación, como cuando la avellana española ha de
ofrecerse compitiendo

con la
turca, o cuando se quiere asentar la ex­
portación de vinos.
Pero,
además, si

se tuvieran en cuenta las capacidades reales ad­
quisitivas de
cada país, de las monedas a la hora de calcular los cam­
bios, éstos aparecerían muy diferentes de
Jo que nos muestran las
cotizaciones oficiales y muchas de estas competitividades desapare­
cerían por ensalmo. Portes, distancias, diferencias en los impuestos,
en las cotizaciones de seguros sociales, en el costo real de la mano de
obra, desperdicios, envasa.dos, etc., son multitud de factores rara­
mente tenidos
verdaderamente en cuenta -a la hora de hacer compa­
raciones, acaso p0t la pereza mental de meterse en tales berenjenales,
o por tener un objetivo previamente decidido al
comenzar dichos
cálculos.

Y parece mentira que en España no realicemos, que a pesar
de las torpes leyes anti-dumping internacionales, todos los países sin
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DE WS TOPICOS A UNA DOCTRINA DEL CAMPO
excepción ofrecen sus productos con procesos disimulados de pri­
mas, desgravaciones,
marcados a través de terceros, etc., que son ver­
dsderos y auténticos procesos de "dumping" de lo más ostensible.
No sirven tales comp:iraciones con el extranjero para justificar
que se deseche una producción de consumo interior; sólo es guía
cierta la conveniencia o no de un autoabastecimiento nacional y
no otra.
Del centralismo administrativo y director de la planificación to­
tal del Campo como única solución para el Campo también cabe
hablar
latguísimarnente. La exclusiva administrativa . de los super­
cerebros no
parece justificarse
con los hechos, pues nunca en España
había existido un período tan largo como el que llega hasta ahora
de intervencionismo centralizado; cabe
preguntarse entonces

por qué
se habla todavía del problema del Campo.
Regularmente se nos presentan unos balances de realizaciones
cuyo mérito no qniero disminuir, pero falta el balance de necesida­
des y
posibllidsdes que

unido al tiempo en el que se
han realizado
las mejoras inventariadas deja en muy pobre proporción el
balance
oficial.

Las hectáreas
puestos en

regadío por
IRYDA, o los frigorí­
ficos instalados hasta el presente pueden justificar la buena voluntad
de algunos funcionarios; pero
hechos sangrantes,

como el bajísimo
aprovechamiento del Ebro en regadío, o el saneamiento del delta de
ese mismo río, prácticamente realizado exclusivamente por iniciati­
va privada y con retraso notorio cuando ya podía, con relativamente
poco esfuerzo oficial (sobre todo si se
comparan las ayudas

aporta­
das a la industria), ser la primera vega de Europa, como me decía con
envidia un ingeniero holandés de los Polders. Y más sangrante se
vuelve la comparación al ver las presiones tremendas que han sur­
gido en cuanto de abastecer de agua a la Barcelona metrópoli para
rea:liz.ar un transvase mucho más costoso que todos los saneamientos imaginables, con la
casi certeza, además, de que dicho transvase-al
bajar las aguas frdticas resalinizatá todo lo saneado hasta ahora. Se
pregunta uno qué fuerza o tarea tiene el Ministerio de Agricultura
o
para quién trabaja. Mucho se podría decir también del error básico
de planteamiento de los planes Jaén y Badajoz, y no porque no
fue­
sen necesarios-estos planes sino por la miopía normal de una admi-
521
Fundaci\363n Speiro

/. GIL MORENO DE MORA
nistración que Jo decide todo centralizadamente en los despachos de
la capital. El
defecro ya

mencionado del afán de
todo organismo de ser
protagonista y héroe principal en cualquier realización, o la utiliza­
ción de las realizaciones como propaganda política, les hacen perder
de vista la subsidiatiedad donde reside el verdadero secreto del éxito
de los organismos del Estado. Lentitud, rigidez, encarecimiento, ale­
jamiento del lugar de aplicación y falta de identificación con las
gentes afectadas, papeleo interminable,
uniformismo inadecuado

de
las normas, son constantes archiconocidas de la acción de estos su­
percerebros centrales. Ya hablaré luego de la necesidad de descen­
tralización que
no sea sólo desconcentración, de organismos ágiles
apoyados en leyes generales muy sencillas completadas con
fueros
locales

apropiados y limitados a las necesidades de cada zona.
EL EXODO RURAL afirmado como necesidad urgente es mi­
tad error y mitad verdad. Verdad en cuaoto que tradicionalmente,
para conservar las unidades viables de cultivo, los antiguos
fueros
locales

previeron
y sostuvieron disposiciones que ordenaban la emi­
gración regular y
sistemática de
parte de cada generación.
Hoy, con
sorpresa, se ve,
por ejemplo en Italia, propugnar soluciones muy pa­
recidas a las del antiguo fuero aragonés para la
conservación de
las
unidades viables. Pero lo que es un error destructivo,
ctuel, genoci­
da

y de consecuencias fatales, es
provocar por
medios auténticamen­
te coercitivos de ·simple ruina, un éxodo masivo, indiscriminado, de
familias enteras y de pueblos enteros, sin dar pie siquiera a que se
queden los más vocacionalmente llamados ni los más capaces, pro­
vocando un brusco envejecimiento de la población que se queda por
proporcionar mayor aliciente al éxodo a los más jóvenes, vaciando
totalmente las zonas más desgraciadas y trabajosas, dejando a rela­
tivamente corto plazo la hipoteca para toda la Nación, porque ttas
la experiencia ya conocida, por una parte ningún emigrado volverá,
y por
otra la

muerte ya próxima de los viejos actuales plantea ya la
cuestión de quién trabajará en
el Campo, y de quién transmitirá a
quién la experiencia de cada rincón necesaria en toda buena agri­
cultuta.
522
Fundaci\363n Speiro

DE LOS TOPICOS A UNA DOCTRJNA DEL CAMPO
Por fin, no es cierto que la industria y el comercio que trabajan
~obre
la

producción agrícola sean
merecedores de igual y mucho me­
nos de superior
derecho y atención. Digo esto porque ha sido
argumento repetidas

veces esgrimido
para paralizar

el desarrollo del
-cooperativismo en
España. No deben tener iguales derechos y con­
sideración porque

ellos son complementarios de una actividad prin­
.:ipal. Me

explicaré:
el sector primario es el que posibilita todo lo
.demás; sin él huelga hablar de economía; la industria y los servicios
sin las materias primas son cañones sin balas, motores sin carburan-
--tes, estructuras sin vida ni objeto. Los sectores industria y servicios
son buenos en tanto que son complemento del primero y no su
aplastamiento o

substitución en la valoración
toral. Son sectores que
.dependen del

primario e incluso, en buena lógica, le deben esrar su­
peditados por su misma función complementaria. No quiero aquí
negar su

necesidad
y los beneficios que aportan al progreso, pero en
tanto
en cuanto sirven
y no más que quien produce el origen de
roda la actividad. Por ello, en buena lógica
también, no
sólo no
de­
ben ser como ahora Jo son los opresores y destructores ciegos de
un sector primario auténticamente esclavizado, reducido a perder
basta su libertad de contratación; no pueden ser quienes impongan
sus condiciones

como sucede ahora,
ni los únicos que se salvan del

se
han apoderado del mismo dirigismo en su exclu­
-sivo provecho; no deben ser los únicos reguladores de la ley de la oferta
y la demanda a quienes la ultramoderna técnica de publici­

condicionar al consumidor. En pu-
1:eza de

la lógica, el principio,
y el final de la cadena económica, es

productores primarios
y los consumidores finales, son los
verdaderos objetos beneficiarios de la economía.
Es ilógico que en
este caso como en
tantos propios

del pensamiento moderno, los
me­
-dios sé conviertan en fines. Los sectores secundario y terciario son
-sólo medios,

jamás fines en sí mismos. -Sin embargo,
los sucesivos
planes de desarrollo han mostrado una preferencia oficial hacia estos
~ectores, la industria de.

manipulación
y transformación ha prevale­
cido sobre no sólo
la producción

de
materias primas,
sino sobre la
-industria de síntesis (que siempre concluye también necesitando ma­
. -terias primas), muchas son las industrias que durante este período
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f. GIL MORENO DE MORA
de euforia se han montado sobre el presupuesto de materias pri­
mas de exportación; nada tiene de
extrañ.o que
la crisis de materias
primas, iniciada
con la

crisis del petróleo,
las baya puesto en trance
difícil. Si
mal no recnerdo, los Ministerios de Industria y Comercio
fueron, en

sus inicios, simples departamentos del Ministerio de
Agri­
cultura.

Esto
hoy día sería absurdo habiendo más fuentes de materia
prima que
la agricu:ltura, pero sigue siendo lógico que las indus­
trias
y servicios dependientes de materiales del campo sean de nue­
vo simples departamentos de la organización del campo
y supedi­
tados al Campo, su engendrador natural y no al revés como está su­
cediendo.
Podríamos examinar otros razonamientos que demuestran la in­
sidia falsificadora de los tópicos y "slongs" con que la presión polf­
tica ha aplastado nuestro campo
y siguen siendo usuales en la calle
de hoy, pero
prefiero pasar

a consideraciones
más po,,itivas e

im­
portantes que la simple refutación de errores.
II. SER SAGAZ CON EL PORVENIR.
La revista del Instin1to Catalán de San Isidro, en octubre de
1972, se preguntaba, por boca de Daniel Pagés, si la agticulrura es­
pañola en las décadas de los 80 y 90 habría de ser estatal o de ini­
ciativa privada. Esto era tratar de ver en lo por venir.
Creo que la mejor definición de prudencia que he leído es aque­
lla que la define no como precaución o simple cautela, y mucho
menos como
el no hacer nada o hacer poco por miedo a errar; tam­
poco ·Como el no atreverse, sino como la consecuencia lógica de ser
sagaz con lo porvenir y obrar en consecnencia. Lo cual supone firme
decisión de actuar, peto no de cualquier manera, o a modo del
"In­
sensato", intentando cualquier cosa al revés de como se venía ha­
ciendo, ni al modo revolucionario produciendo una ruptura total
con el pasado para partir de cero, ni dando saltos en el vacío. De los
saltos en
el vacío vemos que sólo por casualidad pueden acertar; del
modo revolucionario tenemos
el dato dado por Daniel Pagés de
que después de 5 5 afios de régimen revolucionario el censo de ga-
524
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DE LOS TOPICOS A UNA DOCTRINA DEL. CAMPO
nado vacuno de leche en la Rusia comunista está por debajo del
30
% del que tenían los Zares. Del "Insensato" nos abundan las ex­
periencias recientes y personales de las que nadie se ha salvado, de
cómo un funcionario reformador normalmente con
poca originali­
dad se la
procora haciendo al revés de lo qne se venía haciendo, y
en España hemos pagado abundantemente las conseruencias de estos
hechos.
La verdadera prudencia mueve a la acción con firmeza
y segu­
ridad pero es un proceso qne
ha de ser lógico y honrado, porque no
bastan lógicas cuando hay predeterminación de fines, sino qne es
precisa también la honradez de la lógica capaz de firmar un cheque
en blanco a la verdad.
No pretendo que las deducciones que
voy a hacer sean infalibles,
pero he sido honrado al pensar y creo que pueden servir para una
meditación de lo que se puede, y acaso debe, intentar en la agricul­
tura, la ganadería y la actividad forestal que definen al Campo. Se
podría,
ciertamente, extender
a otras actividades del
secror primario
como 1a pesca y la minería, pero escapan a mis conocimientos de
problemas modernos, como el de las aguas jurisdiccionales.
En cierta
parte del porvenir económico se pueden entrever unas
líneas principales que no parecen ofrecer muchas dudas y que son
de valor mundial.
La primera es la de que tras los recientes a:ldabonazos mundiales
de
crisis de materias primas, todas
las naciones van a tender a alcan­
zar el mlnimo de autarquía necesario y la máxima posible en todo
aquello que se refiera a los productos de primera necesidad
y a las
fuentes de energía, y esto por varias razones:
l.', qne ni las Nacio­
nes Unidas ni el reciente experimento de la F.conomía de Consumo
han eliminado el peligro de guerras interruptoras natas de los inter­
cambios internacionales; 2.', porque la vieja sabiduría de los pneblos
antiguos tendente a asegurar siempre,
y en toda circunstancia, la
subsistencia de la población resurge con mayor importancia
cuando
resucita el poder que sobre otrOs pueblos da siempre a aquellos que
la tienen, la
materia prima;
3. •, porque el juego de los
balances de
divisas
cada vez es más peligroso y frágil; 4.', porque es una de las
525
Fundaci\363n Speiro

J. GIL MORENO DE MORA
bases de seguridad para el porvenir que instaura la confianza po­
lítica de los Pueblos en los Gobiernos. No se
trata de
un
a& demencial de autátquía a todo trance,
sino

de una lógica
manera de
aprovechar al
máximo los
recursos na­
turales de

un territorio que tiene
la característica de

ser inelástico.
La agricultura juega aquí un papel prepondetarite porque las plan­
tas autótrofas son los únicos seres capaces de sintetizar'. materia or­
gánica por sí mismos a partir de materias inorgánicas con una faci­
lidad
y economía
de
medios sorprendente. La ganadería, que no sin'
tetú:a
a partir de

materias
inorgánicas, transforma los.

compuestos
orgánicos de
las plantas en otros que,

como
la leche,
son más
apro­
piados

a
la vida animal hererótrofa. Cuando se habla de problema
energético y se le da aplauso unánime
de· sector
preferencial parece
anómalo que no se
recuerde que

los alimentos son material energé­
tico de uso interno además de material de construcción
para los se­
res vivos
y, que por lo tanto, merecen la misma calificación de sector
preferencial. El hecho de que un ejército
perfectátnente armado y
organizado, pero carente
de alimentos,

es un ejército vencido o muer­
to, tiene que volver a ser un pensamierito de sentido común. Si hasta
ahora el Campo, a pesar de las presiones y castigos ha producido,
queda la refleotión de pregunw cuánto

tiempo seguirá haciéndolo
sin rentabilidad
y en situación de inferioridad social.
Aún podríamos pensar en que el gasto de divisas efectuado al
comprar productos que podrían producirse dentro del país es más
doloroso,
y que como ya contemplamos antes en los productos des­
tinados
al mercado interior el juego de las competitividades y pro­
ductividades comparadas con
el extranjero tienen poca mnnta.
La segunda gran línea que se entrevé es la tendencia general de
todos los países hacia una máxima elt,boracéón de la malerúl prima,
tendencia a no exportát materia prima en bruto, sino trabajada y
revalorizada, y esto también por razones bastante claras:
1.0 Porque con ello escapan las naciones a la presión sobre
precio que han podido ejercer las naciones transformadoras o elabo­
radoras mientras
fueron· las únicas

que
podían hacer esta elabora­
ción ( caso de los países de
la Commonwelrh frente a la Inglaterra,
526
Fundaci\363n Speiro

DE LOS TOPICOS A UNA DOCTRINA DEL CAMPO
que durante siglos se reservó el elaborar los productos de sus colo­
nias).
2.° Porque_
al exportar productos
terminados no
sólo se valo­
ran más sino que representa participación de mayor masa de genre en los beneficios de la exportación. Llegará un
día en

que los Es­
tados Unidos

no exporten ni un grano de
maíz o
de soja corno
tal,
sino piensos compuestos mezclados, molidos y envasados, procurando
dar a ganar lo menos posible a aquellos que ahora sobre esras ma­
terias primas todavía tienen el negocio elaborador en España.
3.° Porque
con ello muchos países se librarán de la doble
pér­
dida del mal precio que les pagan por la materia prima y de tener
que volverla a comprar
lista para

su uso, pues la falra de instalacio­
nes ttansformadoras les pone en manos de quienes la elaboran, Jo
cual es por sí la cuarta
razón de

hacerlo, ya que no se consume la
materia prima sino el producto terminado.
5
.° Porque

lógicamente qnienes producen la base están en las
mejores condiciones para elaborar
y pueden así mandar.
Hemos de prever una
etapa en

la que los países van a hacer ba­
lance de sus materias primas y como entonces-va a volverse poco
a poco cada vez más difícil el comprarles en bruto, tenderán a ela­
borar
aJ máximo la que tengan en un mercado que acabará siendo
de materias exclusivamente terminadas o casi para los intercambios
internacionales. El país que no se prepare a tiempo se hallará re­
ducido a un verdadero estado colonial frente a los demás.
La tercera gran línea que influirá especialmente en el ámbito
del Campo es que se
tenderá a diJminuú- por todos

los
medio, el
abismo frecuente ahora entre el precio pagado al productor y el
precio pagado por el consumidor, lo cual equivale a una eliminación
de intermediarios, pero quizás no tal como algunos la entienden,
cosa que habremos de explicar. Pero, sin embargo, las razones de
esta tercera

línea son
bastante obvias:
l.º Porque llegando al límite de la posibilidad técnica de re­
bajar los costos de producción, la única posibilidad de regular
el ba­
lance
deficitario de

las exploraciones agrícolas sin causar aumentos
en el precio del consumidor, es la eliminación de intermediarios que,
en muchos casos, hasta permite una seria rebaja en el precio del con-
527
Fundaci\363n Speiro

/. GIL MORENO DE MORA
sumidor. Por ejemplo, en el verano de 1975 una botella de tres
cuartos de litro de vino de marca corriente no se vende en ningún
restaurante a menos de 150 pesetaS, habiéndola despachado el em­
botellador alrededor de

las 50
pesetaS botella, peto el precio pagado
al agricultor por el vino contenido, con cotización de 52 pesetas
hectogrado y 12 grados normales no excede, en ningún caso, de las
4,50 pesetas. De 4,50 a 150
aparece un
aumento de 33 veces
el
precio pagado al productor. Sobran comentarios. Hemos conocido el
caso de una partida de vino vendido por una
cooperativa y
que antes
de set retirado de la bodega
cambió siete

veces de mano. Esta es
ahora la

única posibilidad
lógica de restaurar una
rentabilidad pata
la actividad
agraria y

un
país; Israel lo ha comprendido muy bien
organizándose de
tal forma que en el actualidad, el · 90 % de la to·
talidad de la producción llega
al consumidor exclusivamente por ca­
nales

de industrialización
y comercialización que pertenecen al agri­
cultor y al ganadero por medio de una organización cooperativista
de poderes
y miras tan amplias que en la actualidad ya acomete la
industrialización
y comercialización de los productos que consume,
como maquinaria, material de riego, pesticidas, abonos, etc., también
en manos de la propia agricultura, Este es un ejemplo mediterráneo, en país de características
mucho más

parecidas
al nuestro que Ale­
mania, Estados Unidos o la misma Francia,
tomadas por modelo hasta
ahora
por
nuestra administración.
2.º

Otra consideración inmediata
para apoyat esta desaparición
de
intermediarios ajenos

al Campo es su repercusión directa en los
procesos inflacionistas
y su tendencia a la estabilidad de mercados,
ya que el sector siempre más dañado por la inflación es, sin duda,
el
sector primario, que la teme como mal mayor.
3.º También apoya esta línea de pensamiento una razón polí­
tica, ya que la estabilidad y seguridad de estas producciones prima­
rias,
sus precios

y su rentabilidad son la
primera piedra para la cons­
trucción de una confianza nacional en los regímenes políticos
y en
los gobiernos, evitando la deserción masiva de la población. 4.º También otra causa de tipo político es la que
afecta a
productoo de primera necesidad, sin

los
cuales peligra

la vida
hu­
mana y aunque ello llegue a constituir en el país una fuerza agraria
528
Fundaci\363n Speiro

DE LOS TOPICOS A UNA DOCTRJNA DEL CAMPO
de primera magnitud, de indiscutible repercusión en la constitu­
ción política de la nación, ésta es una fuerza que elimina a su vez
a multitud de grupos de presión, muchas veces
extranjeros o

mul­
tinacionales, de consecuencias políticas mucho más graves, pudién­
dose afirmar que la
mayor oposición

existente en la actualidad pro­
viene precisamente de dichos grupos económicos de presión ajenos
al Campo
y que de ello se aprovechan para dominar. al consumidor
e imponerle
su ley,
aprovechando la corrupción
y la necesidad de que
la gente ha de comer al precio que
sea. Las

plutocracias en estos sec­
tores intermediarios, aunque se disfrazan a menudo con una peque­
ña explotación agrícola que les sirve de pantalla, es algo nunca co­
nocido hasta ahora en la historia de España.
La cuarta gran línea de pensamiento es simplemente de econo­
mía

internacional, ya que opera
sobre el desg!ISte de dwis!IS a que
obliga
el autodesabastechmento y viene a apoyar la primera por ra­
zones de balanza de pagos. De esta línea de pensamiento surge
tam­
bién la reflexión de que el país que depende de otros para abaste­
cerse de
materias primas cae

en régimen
colonial y más si
es un
producto de primera necesidad.
Y la
quinta gran línea de pensamiento es la de que casi todos
los países que, como
Francia y España, han basado los desatrollos
comerciales e industriales a expensas del sector primario, han que­
dado en deuda de justicia con él y, por tanto, establecerán tarde o
temprano, como acto de simple justicia restinttiva, una protección
especial a categoría de interés nacional, cosa que ya se puede ver en
Inglaterra, que aún
recuerda con tettot los
años de hambre
de la
guerra
y la post-guerra y sabe las dificultades que ha conocido para
restaurar en parte una población campesina prácticamente desapare­
cida en la época de las chaquetas rojas.
De estas líneas lógicas de pensamiento se pueden entrever
cier­
tas consecuencias también lógicas en extremo:
l.' Aparecerá """ subvención directa a los empresarios a título
de
indemnización ·por la descapitalización ocasionada

anteriotmente,
y esto con gran diferencia con el sistema actual, en_ el que se han
arbitrado subvenciones y desgravaciones tan indirectas que en la
.. 529
Fundaci\363n Speiro

J. GIL MORENO DE MORA
práctica repercutían mucho más en beneficio del comerciante y ex­
po.ttador

que de la producción (existe
precedente en Inglaterra).
2.' Se hará una rev;sión profunda de la kgis/aoión sucesoria y
tfibutaria, especialmente encaminada a estimular la formación y con­
servación de unidades viables.

de cultivo y
empresa, de
las que ya
hay precedentes históricos en nuestra
antigua legislación

foral, espe­
cialmente las de la
O>rona de . Aragón en las que incluso se pre­
veían los
problemas de

viudedad, emigración de los hijos sobrantes
y
s1;1 indemnización, etc. No es precisamente una reimposición de las
antiguas normas sino una reflexión adaptada a nuestros
tiempos y
nuestras técnicas modernas, pero dentro del espíritu que animó a
los antiguos
fueros.
3.'
Una política de desgravación a las exportaciones agrarias
necesatias que esté por lo menos al nivel de las atbitradas pata pro­
ductos industriales,
.hoy mucho más favorecidos que los agrarios.
Es ciertamente un procedimiento de "dumping" indirecto pero apli­
cado por la totalidad de
los países mundiales; véase como ejemplo
patente el de

Turquía con su avellana
y el de Italia con muchos
productos, sin hablat de
'los Estados

Unidos en los cereales,
etc.
4.' La procltnnación de una doctrina nacional del sector pri­
mario exponiendo sus rawnes y consecuencias y extendiéndola hasta
la enseñanza primaria en los colegios
pata concienciación de todo
el pueblo. Esta Doctrina del Campo
merece capítulo
aparte que le
dedico.
5.' La redacción de una Ley de Cooperación e Integración de
pleno
alcance con

la base en que toda actividad industrial y comer­
cial sobre productos agrarios que como tales lleguen al consumidor,
debe pertenecer al mismo sector Campo y set controlada por · él.
6." Consecuencia

de la anterior, que
acarreará la atribución
plena
al Ministerio de Agricultura sobre los problemas comerciales
e industriales de productos del campo, retirándoselos a los Ministe­
rios

de Industria
y Comercio, junto con una mayor capacidad de voz
y fuerza del Ministerio de Agrkultura frente a los demás para cues­
tiones de autopistas, ferrocarriles, teléfonos, electricidad, en
los. que
se
acumulan roces

con infinidad de departamentos como Obras Pú­
blicas, Trabajo, etc. Esto también traerá un gtan esfuerzo de simpli-
530
Fundaci\363n Speiro

DE LOS TOPICOS A UNA DOCTRINA DEL CAMPO
ficación administrativa (hoy la electrificación de un pozo exige pa·
peleo

en un mínimo de siete oficioas).
7.' Unas medida, de integración paulatma p"'a aquellos co­
merciantes
e industriale, que siendo verdaderamente válidos mere­
cen

no
desaparecer y

que
se hagan en fonna tal que se elimine la
actual preponderancia de
éstos en

todas las actividades agrarias como
grupos de presión, y logrando una mejor distribución de las
ganaocias
hoy abusivas obtenidas en la transformacióo de los productos. Me·
recerá

especial atención una reflexión sobre cooperación-integración.
8.' Una

fortísima y
rigurosa represi6n de la adulteraci6n hoy
proliferaote eo materias de primera necesidad que implique la ruina
definitiva de adulterador, su prisión sin posibilidad de indulto, y
la peoa de muerte cuando las consecueocias de la adulteración sean
mortales o incurables (caso del alcohol metílico). Esto tiene una
ra­
zón

jurídica fortísima por atentar· a la salud pública de
la Nación
y hoy daña, además, graodernente ciertos sectores ( el vino vendido
al consumo en
Espaiía es
1/3 más del vendido por la producción).
9.' lnversi6n de los crilerios que hoy supeditan la producci6n
agraria a
las importaciones (caso del azúcar) de modo que estas
últimas así como el comercio sean subsidiarias de la producción.
10. • Reforma total del actual sistema de mercados centrales y
mataderos, atribución .al sector campo, eliminación de los actuales
asentadores, derechos de descarga, exclusivas, etc., favorecimiento de
la venta directa del productor al consumidor.
11.' Revisi6n de los márgenes autonzados actualmente a los
restaurantes y b"'es, especialmente en productos terminados.
12.'
Mayor identificaci6n del Ministerio con su sector, que in­
tervendrá, en cierta proporción, en su organización. El Ministerio
de Agricultura debe estar al servicio del Campesino (doctrina nega­
da

abiertamente hasta ahora, arguyendo que debía estar al servicio
exclusivo de la adminisrtación).
13.' Descentralizaci6n para flexibilizar, agilizar y diversificar
las actuaciones. Muchos organismos como FORP A, IR YDA, SEMP A, etcétera, pierden gran
parte de

su
eficacia por

la rigidez obligada
por el centralismo. Participación del sector Campo en el control de
estos organismos.
531
Fundaci\363n Speiro

J. GIL MORENO DE MORA
14.' Medidas para favorecer la disemmaci6n de los núcleos de
población, procurando que en la máxima proporción posible estén
sobre

contextos
naturales capaces
de abasrecerles ( existe el prece­
dente actual de la China comunista).
15.' Un gran esfuerzo en las subeskuctur,is pata recuperar el
retraso que comparativamente
han sufrido

con
las urbanas, revalo­
rización
de la

vida rural
y del empresario que vive en su empresa-
16.• Una profundo revi.ri6n de los sistemas de representación
campesinos pata lograr que vuelvan a tener voz en el concierto na­
cional. Ello implica la desaparición de la heterogeneidad
actnal de
los sindicatos de frutos,
· en

los que se
mezclan los

mayores adversa­
rios del agricultor con sus grupos de presión
más dañinos

y, en in­
ferioridad, los agricultores. La revisión enfocará lo distintivo de la
profesión como carácter aglutinante (un
vinatero está más próximo
de un arrocero que de un comerciante de vinos). Esta revisión se
proyectará en

dos vías principales: la municipal y
la profesional.
De estos 16 puntos son unos de mayor y otros de menor urgen­
cia y facilidad, pero a
la larga todos completamente inevitables. La
lucha de los intereses creados para evitar estos procesos será dura
y larga, sobre todo en un ambiente político liberal, en el que los
grupos de presión, siempre bien colocados cerca del poder, llevan ventaja al Campo, diseminado sobre
la faz de la tierra. Pero aun así
los
acontecimientos

mundiales
forzarán estas

direcciones
y, en el
peor de los casos, serán bandera de los grupos subversivos que am­
bicionan
la revolución de la Nación.
(Continuará.)
532
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