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Lucien Morin: Les charlatans de la Nouvelle Pédagogie

INFORMACION BIBLIOGR.AFICA
tema tan vital en el campo de fas ideologías y de sus consecuencias
prácticas.
Se deduce un abismo de diferencia entre el filooofar y el
vivir; entre la siembra de ideas revolucionarias que sirvan bien para
consumar la toma de una catedral y levantar un pueblo pero estOiban
fa
construcción
serena de mentalidades dispuestas
al trabajo
vocacional
y
abnegado en

servicio de
la elevación del país. Se deduce cómo la
pobreza colectiva al lado de la riqueza potencial
constituye campo
abonado

para
los más

disparatados
propósitos, pero la justa

reduc-,
ción de
tal desequilibrio

no puede afrontarse a
impulsos de la pasión
desatada sino de los altos ideales inductores de una
aa:ión sabia,
constante, fraterna y efica2, en las que se · 1ogre la esperanza que
ofrece Teresa Donoso en las últimas líneas de su libro.
Los índices onomástiro; y de siglas, con sucinta explicacion del
significado de Jas entidades que designan, los perfiles biográficos de
ciento veintinueve personajes, la relación bibliográfica
y de publi­
caciones periódicas utilizadas, demuestran hasta qué punto resulta concienzuda
y útil esta, por el momento, última edición de la obra.
ANGEL Ml!NÉNDEZ VNBS.
Luci,en. Morin: LES CHARLATANS DE LA
NOUVELLE PÉDAGOGIIE(*).
Con un título tan certero y descriptivo como el de Lo, charlataneJ
de la nueva pedago gia, Lucien Morin se refiere a todos aquellos
«pedagogos», «educadores»,

«profesores», etc., atacados
por la en­
fermedad de la «opiniotitis» u
«opiniomanía», término con

el que
designa
«la manía

de tomar las propias opiniones
personales y sub­
jetivas por la verdad» (pág. 9). El hombre de
hoy, rechazando, todo ptincipio y todo atisbo de
sentido común, ha instaurado la opio.manía, por lo que cree ciega­
mente en
«sw> opinión, hasta que «la ficción y fo imaginario se con­
viertan en realidad, hasta que el error y, la falsedad se conviertan en
la verdad» (pág. 16).
De este modo, el relativismo intelectual se siembra por todas
partes (pág. 25),
y en educación, la razón, como principio directivo
de ella, es
rechazada (págs. 26 y sigs.).
La opiniomanía pedagógica rehúsa el saber, pero cree siempre lo
(*) Presses Universitaires de France, col. SUP, Vend6me 1973, 189 págs.
Hay edición española de Herder, Barcelona, 1975.
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que ella. dice. Considera que lo que cree, porque lo cree, es verdad,
sin importarle el objeto de
su creencia (pág. 34).
Se ha hecho realidad, dioe ,el autor, la procJ,una de Mirabeau:
"Todo hombre tiene derecho a enseñar lo que s,,be e iodluso lo que
no sabe" (pág. 46); lo que se sabe es míoimo, cualitativa y cuantim­
tivameote,
y ilo que no se sabe, se ensefia siguiendo a KriShnamw:ti,
para quien Ia intuición, < 0es una "inteligencia ailtamrore despi.erm'" (pág. 51).
L,. ficción se ha heoho ~eaJ,ixlad y el sofisma se ha adueñado de
la razón. Todo se aprende porque rodo se ensefía; y rodo se ensefia
J)01'que todo se sabe (pág. 5 2).
La pedagogía moderna, ataeada por la opi.ruomanía, cae en una
verdadera fe en ella misma, en una verdadera fe en la opinión, al ser
éste cl único valor existente, la únka verdad.
L!. petlagogla de la esencia !ha sido snstituida por la pedagogía
de la existencia; bif que desemba.razru:se de todo prejU!Ício, de roda
idea
preconcebida, de toda concepoión a priori, liberarse para siem­
del execrable "deber ser" (pág. 87). Bl exceso de la pedagogía de la
existencia ha engendrado el mostruo de la opiniomanía pedogógica.
Esta es el rediazo del sentido común y de la ciencia, la negación de
la
evidencia y de la realidad, 1a deificación predicativa del subje­
tivismo, del relativismo, del ~cismo y del nal1lUJ:a.lismo positi­
vista
(pág.
89).
L,. crítica de Lucien Morin es dura, pero ila realidad ,.esrá ahí, aun
cuando no se la quiera ver; la opiniomanía es un hecho, y en la edu­
cación y en la enseñanza su influencia es grande y, por eso mismo,
lresu!!m áterradnra.
Erigida la opinión de cada cual, profesor, pedagogo, alumno,
esoudiante ... , en norma del bien 'f del mal, de la verdad y del error;
negada la realidad que es sustiruida por la creencia subjetiva, los
errores en ila educación y eo la ..nseñaoza se suceden unos a orroo, y el
mundo se aleja cakla vez mAs del saber, y aJ. mismo tiempo, por con­
siguienre,
se ..:erca a Ua ignorancia. más completa.
Hoy, saber, el saber, no es importante en sí mismo considerado;
lo importante es opinar, con esponmneidad, franqueza y iiberta,i
En

el campo de la enseñanza, profesores
y alumnos, prácticamente
a cualquier nivel!, opinan oceoca de rodo y de cualquier cosa. No se
tram de acercarse a la realidad de las cosas, sino de poder decir y
obrar conforme quiera la voluntad, absoluramente independiente.
Y
ello porque todos somos iguales, y, por tantn, todos l'el1etOOS de­
rafuo a opinar sobre cualquier cosa; y cualquier opinión, sea de
quien
sea, y fuere Ua que ,fuere, tiene el mismo vailor, J)01'que lo que
vale es fa opinión en sí misma considerada, es decir, el derecho a
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opinar ron indepeml.encia del ronteniido de la opinión y de su ron­
frontación ron
la realidad; par consiguiente, todos sabemos lo mismo,
porque además, todos tenemos deroobo a swber lo mismo.
En última instancia, la masa (que no puede ronfwidirse ron el
pueblo, pues son términos contradictorios) se erige sobre las élites
mtmales (cfr. págs. 91-116), destruyéndolas, a:l imponer "su" "de­
recho" de saber lo mismo, a aquelloo que efectivamente swben algo;
parque de otro modo, no exisriría la igualdad ni la libertad, sino la
"opresión" de quienes saben (sea poro o mucho) sobre quienes no
saben o saben menos.
La culrura de masas y la edooación de masas, l.o que se ronsidera
CQIIlO tal, pues tantO la cultura como la educación son im:ompatibles
con la masa, instauran el reino de las tinieblas de la ignorancia, donde
los ciegos,
hombres masa de hoy, opiomaniáticos, alentados y dirigidos
por los cbarlwtanes de la nueva pedagogía, sabiendo que son ciegos,
pretenden imponer «su>> < tarles, tarupoco, el precipicio al cual están abocados.
El libro de Lucien Morin, profesor en la Universidad de Quebec,
que brevemente se ha comentado exponiendo algunas de sus ideas,
merece ser leído y meditado, en especia:! por los educadores y los
pedagogos «profesionales».
Lucien
Morlti oo inventa mda, sino que muestta una realidad
que

no
cabe ignorar; la forma un 1Ja.!lto outkaruresca que en oca­
siones tiene su exposición, no hace sino resaltar, ton perfa:to buen
seotido, los errores y los males que critica.
Porque

al fin
y al cabo, tales errores y tales males no son fruto
de
su iroagioodón; entre otros apuntados ya, no es el menor el de la
anarquía
intelectual y pedagógica, que lleva a rechazar la ta2Ón,
la ciencia y el saber, en aras de unas clases «obiertas», sin prescrip­
ciones, ni mandatos_, ni reglas, ni siquiera principios 'lógicos, clases
donde se opina sobre todo, por todos y por cualquiera, porque lo
importante no es más que opinar (Cfr. cap. X).
EsTANISLAO CANTERO •
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