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El mensaje revelado

La fe está basada. en. el testimonio ·eVangélioo transmitido por
la tradición que eon.stitnye el "depósito" confiado al ma-
gisterio eclesiástioo. · · ·
« ... ¡,. certeza de 4,, Res11mm:M,t,, del Señor ha ,ido dmla, salvo
"a pocos
( Ji bien no mll] pocos; San Pahlo hahla de «máJ de qllinien­
"tos hermano.r de llni:I vez>>, de'los cuales la mayoría viven aún, 1 Cor.,
"15, 6), no por medio de conocimiento· ,entibie y directo', sino, por
"medio

de
Mlimomo, e, decir, por la fe; f~ hllmana, ¡,ero apoyada
"imnediatamente
en ot,,, testimonio. interior, la . gracia· del E,píritu
"Santo (,:fr. Jn.;
15, 26-27).
»Pero lo· que nos "premia de,tacar ahora es. la función que en
"el de,ignio dél miti,.nfrm" mlqlliere ek te,timonio, e, decir, la
"trammfriór,
del Evangelio por medio ·.de """ enfefí"'1Za. original y
"autorizadá, wbre '" i:lkll la fe ent11tintra 111 fundamento. ¿Qué ng­
"niji Es ésta un,i palahra emplemlá con frecuencia y
"hench;;Ja de Jignifi "nifka, ·en lo que a naso/ro, respecta, la afirmación de una verdád;
"Jignifi
4,, afirmación de la realidml de ·una co,a o de un hecho,
''.que adquiere certeza por. la m!(/ibilidml de quien la refiere y por
"un,i cierla corre,¡,ondencia
de tac, p'álabra,. intrinseca a fr,, dispoJi­
"cione, e,¡,iritualnde qui~ !"ucha
( ,:fr. Luc., 24, 32;

Rom.,
10, 17 ).
»¿Y et1ándo cf.lffle'nzó · ·el testiinoní-o evilngélico a ser consciente de
"su mi.Jión? Este comenzó a. ser _,)ttmoroso, pqdero10 y P~fen.te con
"Péntecosth; y ello jnJtamente r-e,peeto, robre ·tod."; al hecho real
"y misteri"'º de¡,. Re,urrección. Je,tls, al dé:rpedirse de k,, Diidpulo,,
"le, ht1bla di lá venidd Jet EJ¡,trilu SantfJ: «V"'·
"otro, ,eréfr Tflis teJtigo, en ]eru,alén y en toda ltJ J11de" ,y en S "maria», y despue,, abriendo lo, confine, hacia todo el mundo: .«Y
"ha,ta las extremidddes de~ Tlertd>> (HechfJ1,
1, 8). Y, quien med#a
"1obre etle nadmliento- del cristianiuno, ve que los Di.rclp111()s, e.tpe·
"cia!Jmente loi eJ "son' invadidós
por .un _viento p,ofltico ¡,ar" anunciar el aconteci­
"mient/J ,orpren,/entt
e .innávadar: CriJto. htJ re,ucitádo.
»"Nosotri,s somos.teJtigos", repelirán;/o, Apó,to/e, (,:fr. Hechcts,
"2,
32;

3,
15; 5, 32; etc.); de aquí lafe;cde aqul la IglesitJ.
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»Y de aqm una fufflle de otras verdades, de las que no puede
"prescindir la dlltentkidad de nuestrfJ profesión crislian,., Surge, en
"primer /ugfJf, el concepto de tradición; concepto que debe

ser con­
"cretad0 muy ctJntamente, si lo queremos t01'/1!tW en su significado
"viviente, vinculante iY constitutivo de eco fiel de la palabra de Dios
"anunciada por /fJS Apóstolú, es.· decir, pori /oi testigos dlllorizados
"para transmitir/" (cfr.
Const. Dei Verbum, núm. B).
»<,on la tradición se furr4e el, semido históric9, y doctrinal de la
",ra!v,ición, es decir, .del cumplimientq drd .4esignfo r!e,;Dios en el
"tiempo·. No, somos dueñós de las intenciones ,:s11premos de-e_ste, de­
"signio; debemos reconocerlas y admirarlas a lo largo de los siglos
"que describen las dfJs grfJndes etapas de la histori", el

Antiguo
y el
"Nuevo Test,.,,,ento, y tienen en Cristo el punto focal, separador del
"fJntes y del después. fcfr. Efes,, 1, .10; Gal., 4, 4 ); y 1m debemos
11observar, y ·cottservar.•.ce!'-O'stammie· en el tumulio de los-acontecimien­
"tor y en kpl,n,alidad de lar situaciones como un tesoro intangible
"que
no se debe

perder;
,s. el «depósito» precioso del que Sán Pablo
"escribe en do.s ocasiones a Timoteo (1 Ttm.·, .6, 20¡ ZTim'., 1, 14).
»Y para;/uminar este sentido histórico y doctrinal, en lo que con­
"cierne a /afecurulidad de sabidurfa.,del depósito·mismo y á.sil ina­
"g{)table· aplicación
a las condiciones siempre ·diversa, de la huma­
"flidád;_·será necesario -un ministerio- de atltén-tic'a proyección ap.ostó­
"lica, que hoy se llam" magisterio eclesiástico; 'al 'ca,,/ está confiado
''por Cristo la garanffa
de la verdad y de la unidad para el pueblo
"de Dios cdrr res¡,ectd a la revelación dhlina (cfr. iLNc., 10, 16; Mat.,
"16,
16;De/ v,,-bnm ntim. 1o;L11men gentiun num. 12).»
-P"'-ULo ·vi: Alocuciórl -en 'Ia: áúdiericia gene­
. ral del ·12 de abril de 1972 ("O. R."; 13 de
abril die 1972; original italiano; traducción de
.. Ecclesia qúm, l.589, del 29 de abril).
La fidelidad al depósito revelado exige que no oe silencie nin-
guna · verdad esencial. ·
. «U fideUdad· di depótilo de 1a Revelatión exige iguálmente que
"r,o ;e silencie ninguna verdad esencia!,
de lafé. El pueblo encomen'
"dadó a nuestro cuidado goza ri'ertamenré delilerecho sagrado ind!ie­
"nable
de recibir la Palab.,a· d,r Dios, toda la Palabra de Dios (ib.,
"p4gs. 99, wo J.»
4
PAUI.o·.VI: ·Disc11rso··eD,..la sesi6I1 de· claúsu:ra
. de la. V ~bl~ del Sínodo do los Obispos,
.29 de octubre di, 1977; I:OsservaJore Romano,
edición·. seniana1 _en __ lengilá ·espaiiolá, _ a,ño_·. IX,
núm. 45 {362), domingo 6 de noviembre de
1977.
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Crisis de la verdad religiosa al querer sustituir la vertlad obc
jetiva por la subjetiva y falsos. camin;'.)S de ut¡'a verdad de­
bilitada.
«Pero hoy la 11er,fad está en crisis. A la verdad o-b¡etiva q11• nos da
"l" posesión cognosétliv11, de la redlwlad se lasustlftlye por.la sub¡etiva.:
"la experiencia, la conciencia, la libre opinMn personal, cuando-nrY
la
"crítica
dem1estra capacidad de.conocf/1' y

de
pensar váltdamente. La
"verdad filosófiéa Ja pasq al agriostiij,mo, al escepticismo·, al ,, brsmo»· _Je la duda- sfrtemJtica_ :y ·negdti11a. Se estudia, se investiga
"par" déstruir, no para hallar. Se prefif!"• el vtlCÍo. El EvangeHo nos
"lo advierte: «Los hombres han preferiík, lds tinieblas a ú, luz» (Jn.,
"3, 19). Y con la crisis de la verdad filosófica (¡Ah!, ¿dónde ha ido
"a desvanecerse nuestra. sana r"{iio1Jalidad, ntfestra filosotia. peren.
"ne?), la verd,ad religipsa se ha dei-Nnnbadq sr,bre si, misma, no tia
"sabido sostener ya la, grandes y esplendorosas 'i,firmació11er de la
"ci.encia de Dios, de la t~olo,gla ntJtur_al y1 mMcko' menos, las.de la
"teología de la revelaci6n: los o¡o, se han nubkado y .i¡ conti1111ación
"se hán cegado; j¡ se ha llegado a la osadía de confundir la propia
"ceguera con !'fl, m'ilerte dé Dios.
»Por este camino, la vérdad cristiana sufre hoy sacttdidas y crisis
"tremendas. Incapaces de soportar
t,, en~eñanza del magisterió, püesto
"por Cristo para defend,r
y difumlír lógicamente su doctrina, que es
"la de. DiO's (Tn.1 7, 12/Lt.,_10, 16; Me., 16, 16}¡ unos bu.rca,r_-una
"fe fácil a la qúe 'VlJC!an, 11/J obstante ser ella' t, Integra y verdadera,
"de "'{Uellas v,rdades que no parecm e1eeptables para la mentalidad
"moderna;
y eligen, seg,ín su prdpio talemo,· una verdad cualquiera
"considerada admisible
(selecte fait'h); ütror buscan una n11eva fe,
"ésfrecia/mente e,r lo concernimte a la Iglesia; trrllándo de adaptarla a
"las ideas
de la sO'Ciologia moderna y de ú, historia profana (re¡,ífien­
n do de este modo ·el error" de -otro-.s -tiemp~.r cottsi.rtertte.r en 1'1iodelar
"la estructura canónica de la Iglesia de acuerdo crm ¡,., in.rtituciones
"históricas vigentes);
otros querrlan entre$arse a 11nctfe 17urdmente
»11aturalistica
y filarilrópica; "· 1111it fe uiilitaria, aunque qmzá harada
"en valores reales
de la fe auNntica: lo-s de la caridad, erigiéndola en
"cttlto.
del hombre y descuidanl/o su valor primero, el

del
amor y cttlto
"de
Dios; O'tros, finalmente, Ueilados por una cierta desconfianza frente
"a las e,cigencias, dogmáticas.
de ti fe; con e¡ pretexto 1'el filuralimo
"que permite eitNdiar las int de lás verdades di­
" vi11as
y exprerarlas con !eng«aje y mentalidades diversas, querrlan
"legitimar expresiones ambiguas e mcierttlS de fa fe;·conten1a, "su búsqueda para evitar su ,efirmación, preguntar " la opinió11
de

los
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"fieles qué es. lo que quieren creer, atribuyéndoles un discutible ca­
"riJ1ila
de competencia 1 de experier¡cia que pone la. verdad de fa fe
"en peligro de ser victima de las arbitrariedades más extr,#ias 1 más
"voJubtes.
»Todo esto s11cede e11ando no se acepta el magisterio de la Iglesia
"con el que el Señor há querido proteger las verdades de la fe

(
cfr.
"Hebr.,

13,
7. 9, 17).»
PAULO VI: Aloclici6n en la audiencia gene­
ral cllil 20 de mayo de 1970 (texto italiano en
L'Osservatoré Rómano del 21 de mayo; texto
en castellano: Ecclesia núm. 1.493, del 30 de
mayo).
Actualidad y eficao:Ía del ejemplo de San Agustín: su amor
apasionado por

la verdad
y su fidelidad al dogma.
«En esto lo 1orprendente es la actudidad y la eficacia del e¡emplo
"de San Ag11stín.»
«El ha amadq dptmonadamente la verdad, y no se ha cansad"
de
"investigar el

contenido de
la fe y de e11/tivarlá como ciencia. Es
"1uyo el lemá <,na mucho akentendimiento» (Ep., 120, 13; PL, 33,
"459); suya la noción
de la teolog/a .como ciencia, por la cud la fe
"sdllberrima, qne conduce a la verdadera bienaventuranza, se pro­
" duce, se defiende, se alimenta, .se robustece (De Trin., 14,-1, 3; PL,
"42, 1.-037). Pero nddie meior que él ha sábido inclinarse ar,te las
"dturas
del
misterio;
prefiriendo· lá fiel ignorancia a la temeraria
"ciencia (Serm.,
27,

4; PL,
38, 179
), es
decir, a la ciencia qz,e, ,#¡ar,­
" donádiJ la gllÍá de la fe; se conjítJ a la si]/,¡, investigación de la razón.
»El conoció t.odos los recursos de la cultura filosóficá-¡ Uteraria
"de su tiempo; pero sintió un amor apasionádo por

los
Ubro.s Sántos
"que
él meditó y explicó con incomparable sentido

de
amor. Bfblica
"fue sz,
teología,. como tam·bién bíblico fue su lengua¡e.
»En la especulación teológica dcanzó cimas
no: fácilmente accesi­
" bles; pero el autor del tratddo De Trinitate ama también el carácter
"concreto
de la historiá 1 quiere también que la exposici6n de lá doc­
"trina cristiana
se haga en el marro de lá histMia de la sdvación
'!(De C!11eq11izandi, RJ1dib11s,
3, ·6; 7, 11; PL, 40, 313; 317).»
«Al igud que
todos los Padres, también él sintM viv" ·1a exigencia
"de profundizar el mensaje evangélico; de adaptarlo a Id menld;dad
6
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"de s11s contemporáneos y de manifesl#W con 11n leng11aje adecuado;
"pero na,#e me¡or q11e
él h4 emeiiado y pr<1&ticado ¡,. fidp/idad al
"sentidq tradidonal del dogma. < "doctqr de

Hipona
en el tratado De Civitate Dei-con palabras li­
,, bres y no les preoe11pa ufender a los oídos. refdgiosas en as11ntos di­
"ficiles
de entender. NoS()/Ms, en

cambfo, tenemos
necesidad de
"hablar según 11ntJ regl" ciert" a fin de que la licemi" de las palabras
"nq cree 11na
opinión impla wbre las cosas que quieren significar»
"(10, 23; PL, 41, 300}.»
-PAuto VI: Alocucióll en la inaugui'ación del
Instituto Patrístico "Augustiniánum" del 4 de
mayo de 1970 (texto· italiano en L'Osservatore
Romano
del 6. de -mayo;. texto .en -castellano:
Ecclesla núm.. 1.4%, del 20 de junio).
No deben disociarae los estudios. de. la Teología y la Filosofía
y seguir al ¡,rincipe y maestro. Santo Tomás de Al<[nl.no.
«... no han de ser diwciado-s los a/lo~ estudio", especialmente de
"filosqffa y teología, a los cuales, por prescripción .de vue!fra Orden,
"es necesario· que viváis entregaJqs cqr, toda
diligencia, f11ndándoos
"bien en los rectos principios y en ¡,. fe ortodoxa. Pard, esto seguid al
"príncipe
y mm,str<> Santo T<>más de Aquinq, CIIJ" doctrina todavía
"constituye
el patrimonio de tod" l" Iglesia

y
de lt>s hombres <1&tua­
"les, "cuyas mentes
puede llegar de jqrma saludable y útil.»
PAULO VI:. Carta aj Maestro General de
la
Orden de los Hennanos Predicadores Ani­éeto Fernández (texto la.tino -en-L'Osservatore
Romano del 31 de mayo de 1970, texto en
castellano:
Ecclesia núm. 1.497, del 27 de
junio).
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