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Advertencia sobre el régimen tradicional

ADVERTENC1A SOBRE ,ElL RF.GIMElN TRADICIONAL
POR
Jod ANTONIO G. DE CORTÁZAR Y SAG.ARMÍNAGA
Aunque VERBO no suele publicar trabajos relacionados con mo­
mentos históricos aún vivos, o muy cercanos, y se preocupa más de
las ideas fundamenrales del orden natural justo, fundado, raz.onable
y legítimo, he creído conveniente la inserción del trabajo del ilustre
escritor y académico Don Gonzalo Fernández de la Mora, España y
el fascismo, a pesar del conrenido del último párrafo de ensayo. Pero

deseo, a título puramente personal, y no en nombre de la re­
vista, sostener unas opiniones contrarias sobre parte del mis.mo pá­
rrafo.
No habrá nunca divergencias entre nosotros, los que trabajamos
en la revista, sobre las ideas esenciales que inspiran nuestra casi so­
litaria --áunque no triste- empresa. Puede haber las accidentales
como el fluir del rio de la historia siempre cambiante bajo la mi­
rada de Dios.
Al mencionar

al Estado nacido
el 18 de julio de 1936, Gonzalo
Fernández

de la Mora Jo entronca con el tradicionalismo español, ni si­
quiera configura esta afirmación refiriéndose
al status tradicional
basado
en el

derecho
¡mblko cristiano y sí ·en un partido político
determinado.
Porque una
c0&1J:·.,.es el pensamiento político tradicional
español y otra el pensamiento tradicionalista tan ·benemérito y fértil.
Y se da la circunstancia de que las personas que cita nuestro cola­
borador y amigo como representantes de ese tradicionalismo, Balnies,
Donoso, Menéndez Pefayo, Mella y Maeztu con su grupo de "Acción
Española"

sólo uno, Mella, militó en
las fila, del tradicionalismo
político químicamente puro.
Creemos, ·con tcxi.os los respetos, que el régimen al que se refiere
Fernández de la Mora no responde al orden político tradicional. No
existen en él auténtica representatividad política, los ruerpos in-
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termedios, la solidaridad de los pueblos y las personas y el principio
fundamental
de
la subsidiariooad del Esrado. Tampoco el régimen
del 18 de julio dio vida
propia y
fecunda a las Cortes, Diputaciones
y Ayuntamientos
La cultura no se improvisa; la filosofía política tampoco. Puede
adaptarse a principios concretos urgentes pero de forzl?sa limitación.
Pero, sobre todo, lo que no es permisible es elevar a válidas y per­
manentes, soluciones sumarísimas. La Patria
y su Gobierno no son
producto de causas personales o decisiones arbitrales, aunque éstas
puedan tener dignísimos horizontes, buena fe y -amOr ferviente a la
justicia histórica del momento. Porque es la Patria un fermento de
siglos de un manantial que ·emerge con aguas puras del entramado
vivo del latido del tiempo. Y un gobierno legítimo no debe olvidar
que no es el resultado de un instante de triunfo sino una consecuen­
cia de la tierra y los muertos (y rambién adjetivamente de acciden­
tes excepcionales) de una patria
y de una tradición que quiere serlo y
no de un plagio más o menos encubierto. Afgunas circunstancias,
como todo régimen personai, variaron este rumbo. Bn lo esencial no
se
puede olvidar, aunque nos
repitamos, la falta del reconocimiento
de !lbertades narurales, fueros justos, estricta personalidad de orga­
nismos subestatales, regiones idiomáticas e instituciones autóctonas;
colegios
profesionales, gremios y sindicatos. Y en cambio, sí afirmar
la primacía del arbitrismo administrativo, la afluencia de todos los
poderes a un Ejecutivo fuerte. Y esto no
es el
orden tradicional
españoL Estoy convencido de que algunas distinguidos colaboradores de
VERBO opinarán desde diferentes puntos de vista sobre la apre­
ciación de Fernández de la Mora que nos ha complacido publi­
car. Quiere la revista en esta ocasión plantear
el problema sobre
la
base de

"Au dessus de la melée", como escribió Romain Rolland,
aquel genial escritor
y persona poco recomendable. Se abren así discre­
tamente
las puertas de la palestra. Mi corta nota sólo tiene por
objeto
fijar una
posición puramente personal
y ser un punto
de partida para trabajos de otros sobre
este terna

candente traído a
nuest'ras páginas por la brillante pluma de un escritor e historiador
de raza.
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