Índice de contenidos

Número 491-492

Serie XLIX

Volver
  • Índice

Miguel Ayuso (ed.), El pensamiento político de la Ilustración ante los problemas actuales

Miguel Ayuso (ed.): El pensamiento político de la Ilustración ante los problemas actuales, Fundación de Ciencias Humanas, Santiago de Chile, 2010, 200 págs.

Hace unos años se constituyó un grupo de investigación, dirigido por los profesores Paul-Ludwig Weinacht (Würzburgo) y María Elton (Santiago de Chile), que obtuvo financiamiento de la Unión Europea a través del programa Alfa, para el estudio de la conexión entre los pensadores de la Ilustración y los problemas políticos actuales. Tras distintas reuniones, en Madrid y Wurzburgo principalmente, los frutos se reunieron en un primer volumen publicado en 2005 en Santiago de Chile.

Sin embargo, no quedó ahí el trabajo, en el que colaboraron, además de los directores (convertidos en editores de la obra), los profesores Ayuso (Madrid), Cárdenas (Ciudad de Méjico), Clère ( Dijon), Gallego (Madrid), Negro (Madrid) y Rovira (Montevideo). Sino que prosiguió en ulteriores reuniones en Santiago de Chile, Madrid y la Ciudad de Méjico hasta dar lugar a un segundo libro editado también en Santiago de Chile, coordinado por Miguel Ayuso, y donde se presentan y comentan críticamente textos de Locke, Adam Smith, Montesquieu, Rousseau y Kant, contrastándolos con la realidad presente.

Nada mejor, para cerrar esta breve nota, que reproducir las palabras que estampa el profesor Ayuso en el liminar de la obra:

“Son muchas las reflexiones que cabría dejar aquí, en este liminar, sea sobre los aspectos teóricos como sobre los prácticos, evidenciados a lo largo de los pasados años de trabajo en equipo, más allá de las particularidades de cada de uno de los temas y las preferencias de los distintos autores. Para empezar, la ‘ilustración’, se nos presenta como un fenómeno bipolar. Pues si, de un lado, se sitúa en la continuidad del pensamiento clásico y cristiano, de otro implica la divergencia (progresivamente) radical respecto de éste. Es el sino de la modernidad, que culturalmente pertenece a la civilización cristiana, pero que filosóficamente (sería mejor decir ideológicamente) conduce a su cancelación. Por ello, algunos han querido ver en la ilustración sobre todo esa continuidad, mientras que otros han reforzado la presentación de lo que tiene de ruptura. Algo parecido a lo que, quizá con menor intensidad, se produjo con el llamado ‘renacimiento’. Así, Augusto del Noce, reconociendo que la modernidad triunfante había sido la que de Descartes había llevado hasta Nietzsche, postulaba su sustitución por la que desde Descartes podría conducir a Rosmini (Da Cartesio a Rosmini, Giuffrè, Milán 1992). Otra cosa es que el propio punto de partida sea cuestionable en su clasicidad; más aún, que pueda concluirse (como prefiere el autor de estas líneas, pero no la totalidad de los colaboradores del volumen) que en el mismo resida la raíz ponzoñosa luego rebrotada en mil ramas, hoy quizá (al menos en apariencia) secas. Sería, si se me permite, la ‘ilustración real’. En efecto, fue la que teoréticamente habría de asentar el principio de la inmanencia en el idealismo y sus versiones o en el existencialismo y las suyas, siempre con el nihilismo al fondo. Y fue la que prácticamente habría de desarrollarse luego en el ámbito político y social a través de la revolución liberal y sus mutaciones socialistas. Y la que, en el agotamiento de la modernidad, cobra un nuevo interés en los últimos decenios no tanto por conexión como por contraste. Siempre los signos contradictorios que tiñen los períodos de crisis.

Ambas líneas se entre cruzan en los textos que se presentan en el volumen, así como en los comentarios que los acompañan. De una parte, en la comparación con los temas y signos intelectuales de este nuestro tiempo, resalta a veces con evidencia la mayor proximidad de los maestros de la ilustración con los clásicos de la civilización cristiana; mientras que en otras lo que se deja ver es precisamente la lógica que ha llevado de esos posicionamientos hasta las consecuencias que preñan los de hoy. Los temas, además, no son cualesquiera, sino que resultan altamente significativos, no sólo para la comprensión cabal de su tiempo, sino también para el nuestro. No se oculta, finalmente, la significación pedagógica de la presentación de temas y autores a través de textos escogidos, comentados y contrastados con el espejo del presente. En su originalidad, por lo demás íntimamente ligada a la dimensión dialéctica (aristotélica, no hegeliana) de las ciencias prácticas”.

Juan CAYÓN