Índice de contenidos

Número 565-566

Serie LVI

Volver
  • Índice

AA.VV., Indipendentismi nell'Europa d'0ggi

AA.VV., Indipendentismi nell’Europa d’oggi, Rimini, Il Cerchio, 2018, 242 págs.

La Asociación Gilberto Oneto, en honor del arquitecto y colaborador de Gianfranco Miglio, y como él uno de los inventores de la Padania, fallecido en 2015, reunió en junio de 2017 en el Lago Mayor a un conjunto de «expertos» para debatir sobre los autonomismos e independentismos del mundo con motivo de la explosión en Cataluña.

El punto de partida es que los Estados centralistas han oprimido etnias, lenguas y culturas minoritarias. Mientras que hoy resurge, como demuestran los acontecimientos en Cataluña, el tema de la independencia de los pueblos. Pero Cataluña (Marchi y Battistoni) no sería el único «Estado negado» de Europa, sino que Escocia e Irlanda (Gulisano), Córcega (Bracalini y Sartori), Occitania (Salvi), el Tirol del Sur (Klotz y Galli), Bretaña (Polli) o el País Vasco (Sartori) estarían también sometidos a rapiñas sin cuento por parte de esos Estados. Pero los movimientos que luchan por la independencia de los pueblos no sólo se enfrentarían con los Estados sino también con los agentes homogeneizadores del mundialismo y la globalización, entre los que se cuenta la Unión Europea. En el prólogo, escrito con posterioridad al simposio, se habla incluso de la «sanguinaria represión» ocurrida en Barcelona en ocasión del «referéndum» del 1 de octubre.

No hace falta mucho más. Se trata de un planteamiento erróneo desde sus postulados teóricos (el derecho de autodeterminación) e históricos. Incluso sociológicos. Claro es que las ilustraciones buscadas no son siquiera homogéneas. Cataluña fue siempre una parte de la Corona de Aragón y, como tal, españolísima. Los territorios vascos (que carecieron de unidad política) están indisolublemente unidos con Castilla y (aunque resulte paradójico) no con Navarra. Distintos son los casos de Escocia o Irlanda. Pero más aún el del Alto Adigio incorporado en 1918 tras la guerra a un Reino de Italia construido en 1870. Teoréticamente implica oponer lo posmoderno a lo moderno. Pero lo posmoderno no corrige a lo moderno sino que generalmente lo agrava. La globalización tampoco es unívocamente favorable a los Estados, sino más bien lo contrario. Si la Unión Europea (por ofrecer tan sólo una ilustración) ha sostenido al Gobierno español en el asunto catalán, y con el entusiasmo perfectamente descriptible que se ha visto, ha sido por razones más bien coyunturales, mientras que gentes que –como Soros– encarnan el globalismo se han puesto del lado de los autores del panfleto que reseñamos. Que ha sido editado por un sello ligado a oscuras tendencias gnósticas, con contactos «paneuropeos».

Vicente Berrocal