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Número 587-588

Serie LVIII

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Juan Antonio Widow, El cáncer de la economía: la usura

Juan Antonio Widow, El cáncer de la economía: la usura, Madrid, Marcial Pons, 2020, 138 págs.

En este volumen, el autor, reúne algunos trabajos sobre otro de los temas que le han ocupado en los últimos decenios y, así, se enfrenta con la usura, que desde el título califica de cáncer de la economía, de la que traza una verdadera historia presentando particular atención a la doctrina moral de la Iglesia y la ciencia económica de la Escolástica. El filósofo chileno, que siempre ha seguido con atención las cuestiones económicas, explica aquí con sencillez algunas de sus claves.

Consta de cinco capítulos: «Nociones básicas», «La ciencia económica de la Escolástica», «El pecado de usura», «La usura, una compleja historia» y «Conclusión».

En ésta leemos: «Si se confunden los términos, también se confunden los conceptos, y si éstos se confunden, es la misma realidad la que se enturbia y revuelve. Con el Profesor Utz se vuelve al sentido unívoco del dinero. No se entiende que el préstamo sea un acto específicamente distinto tanto de la inversión y la capitalización cuanto de la donación. Así se ha perdido la referencia clara a la justicia conmutativa, y con ello también desaparece la obligación moral vigente en todas las operaciones económicas. Las famosas y execradas distinciones escolásticas se borran, y queda la confusión.

”Por cierto, la economía moderna es mucho más compleja que la de tiempo atrás, pero hay una verdad que no cambia, y es ésta: la naturaleza moral de las operaciones económicas, que sigue siendo la misma aun en la más compleja de las situaciones.

”La práctica de la usura destruye las bases de una economía justa, y con ello también las bases de una normal convivencia. Si se admite la usura, se crea en la sociedad una situación de desconfianza, pues el que recibe el préstamo y se compromete, movido por la necesidad, a pagar los intereses, sabe que hay uno que se enriquece a costa de su propia pérdida. Hay resentimiento junto con una sensación de impotencia. Si no lo sabe, feliz usurero, que, además, goza así de perfecta impunidad.

”La economía moderna vive de la usura. Se ha difundido y radicado profundamente en la sociedad una insensibilidad sobre este fenómeno. Cuando una persona común y corriente solicita a una institución financiera un préstamo, no suele poner atención en lo que pierde en favor de esa institución, es decir, en lo que ésta gana –aparte de los gastos propios del servicio– a costa del cliente, esa persona no se subleva ante tal robo, y lo acepta como una fatalidad necesaria, si es que se da cuenta de que es víctima de un acto de rapiña. Probablemente se informará acerca del monto de la cuota que debe pagar cada mes, pero nada más.

”El cáncer es una enfermedad que se produce y crece a costa del organismo sano. El problema de la economía moderna es éste: corre el constante peligro de que la gente deje de vivir de sus deudas –es decir que se extirpe el tumor– y se descubra una economía natural, en que el negocio de las finanzas sea subsidiario de esa economía. Suena a utopía, pero no lo es, pues se trata de algo tan real como una convivencia en que la lealtad y la justicia sean normas ordinarias».

Juan CAYÓN