Federico Finchelstein, Del fascismo al populismo en la historia

Federico Finchelstein, Del fascismo al populismo en la historia, Barcelona, Taurus, 2019, 348 págs.

Muchas preguntas quiere responder el autor de este libro. ¿De qué hablamos cuando hablamos de fascismo y populismo? ¿Qué los asemeja y qué los diferencia? ¿Cuáles son sus conexiones en términos teóricos y cuáles en su decurso histórico? ¿Cómo y por qué el fascismo se transformó en el populismo en la historia?

Sabemos que quién pregunta busca, pero no siempre la verdad, porque hay preguntas intencionadamente dirigidas a «esquemas pre-elaborados ideológicamente», como éste de Finchelstein que en el inquirir nos da la respuesta: el fascismo es la causa eficiente del populismo, que viene a ser efecto de aquél. Quien quiera saber cómo se manipula la historia, lea las 348 páginas del libro o esta reseña que será, de seguro, muchas más breve.

Pero antes de proseguir, algo digamos sobre su autor. F. Finchelstein es un argentino que se tituló de historiador en la Universidad de Buenos Aires y que se dio a conocer con un abominable libro, de todo punto de vista errado, escrito con odio y plagado de mentiras, que dio en llamar La Argentina fascista. Los orígenes ideológicos de la dictadura (2008). Por estos días, alejado del suelo que lo vio nacer, y para dolor de cabeza del planeta todo, se ha instalado en Nueva York para enseñar «Historia» en la New School for Social Research y en la Eugene Lang College de New School. Allí ha seguido se carrera de cazador de dragones fascistas doquiera le digan se encuentran (aunque Argentina sigue siendo su preferido lugar de pastoreo), como prueba una seguidilla de libelos pseudo históricos: Transatlantic fascism. Ideology, violence and the sacred in Argentina and Italy, 1919-1945 (2010); The ideological origins of the Dirty War. Fascism, populism, and dictatorship in twentieth-century Argentina (2014); El mito del fascismo. De Freud a Borges (2015); y, últimamente, From fascism to populism in history (2017), que es el que aquí se comenta en su versión española.

La mente de Finkelstein se radiografía en cualquiera de los libros citados: «la izquierda» progresista, marxista en cualquiera de sus variantes, es el motor de la historia; «la historia» se ha detenido, sino retrocedido, en el XX por la aparición del hijo bastardo del capitalismo liberal explotador: el fascismo (la vieja tesis de Trotsky tan usada como tan estúpida); y «el fascismo», aparentemente vencido luego de la segunda gran guerra, ha cambiado de aspecto (como un camaleón ideológico-político) para adoptar las formas del «populismo» (vieja tesis de otro marxista argentino, Ernesto Laclau, abandonada por él cuando se decidió a gozar de la pizza y la champaña del gobierno kirchnerista).

De modo tal que la internacional fascista se prolonga en la internacional populista, que azota particularmente a los latinoamericanos, con democracias no consolidadas, agredidos por una teología política del líder mesiánico y un nacionalismo radical, que de una manera u otra, acaba por convertirse en una dictadura en la que fascismo rebrota como un rostro plagado de espinillas y pústulas infectadas.

No hay que decir más de este odioso libro, tan falso como los anteriores.

No se puede escribir «historia» con premisas ideológicas que acomodan los hechos a la ideología; no se puede escribir «historia» como relatos monocausales gestados en mentes maniqueas; no se puede escribir «historia» leyendo arbitrariamente los hechos, cortando arbitrariamente las palabras, imaginando arbitrariamente nexos y vínculos, causas y consecuencias. No se puede escribir «historia» de ese modo, porque lo que se «fabrica» (y no se escribe) es una ficción mental, una mentira lisa y llana.

Juan Fernando SEGOVIA