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1977

La familia: sus problemas

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La acción en la empresa frente a la subversión

LA AOCION EN LA EMPRESA FRENTE A LA
SUBV,ERSION
POR
PA'I'R.IC JOBBÉ-DuvAL
Durante años, la empresa parecía vivir en un mundo donde la
política
no tenía patte alguna.
Los problemas eran, en su casi total mayoría, de tipo técnico y
económico.
Ahora las cosas han cambiado. Nos encontramos en un momento
en que la política, y sobre todo la política de partidos, interviene
en fa empresa.
Esta acción de los sindicaros parece orientarse, de forma más o
menos marcada, hacia una situación
de locha entre la autoridad
natural de la dirección de la empresa y los sindicatos.
los métodos emplerulos por fos sirulicatos, y sobre todo por los
marxistas, son métodos
subversivos que conviene ronocer si se pre­
tende que la empresa cumpla sus fines en relación con todos los
elementos que la integran. Pata conocerlos:
- Primero, trataremos de
analiza:r el mecanismo habitual de
la subversión.
---.. Segundo, a la luz de este análisis, sacaremos enseñanzas po­
sitivas que nos
permitirán finalmente estudiar el método que per­
mitirá obtener resultados inversos.
l. Mooanismo de la subversión
Esta táctica es la preconizada por Trotsky y que los principales
líderes de
la revolución han adoptado. Los acontecimientos que se
desarrollan en el mundo desde hace ciocuenta años pata el desarrollo
de fa dictadura· marxista confirman el análisis que a conrinuación
esbozamos.
Tal táctica se desarrolló en cinco puntos:
1.Q En primer lugar, se requieren pequeños equipos de hom­
bres formados
y acostumbrados a actuat.
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PATRJC JOBBE-DUV AL
Este punto es esencial. Todos los teorizantes y prácticos de la
. acción subversiva han insistido en ello. La acción no se logra con
masas, sino cot1 pequeños equipos bien formados ideológicamente
y táoticamente.
En fa Historia del PdA"tido C-0mumst.., editada en Moscó, se puede
leer: "El Partido Comunista
de la U.R.S.S. ha nacido de círculos y
grupos marxistas que se habían unido al movimiento obrero, al cual
traían la conciencia socialista."
El Partido Comunista siempre subrayó la importancia marxista
de las "células"; y es sabido que, en la acrualidad, para preparar el
camino a las, futuras '' secciones políticas de empresa'', ya fue dada
la consigna de hacer un esfuerzo especial para el desarrollo de las
células de empresa en número, desde luego, pero también, y más,
en calidad.
Las otras tendencias izquierdistas, si bien no tienen esta disci·
plina férrea de partido, han adoptado la misma táctica, a partir de
pequeños
grupos intensamenre formados, en mayo de 1968. Cohen
Bendiit: escribía: "Ya no interesan 1as manifestaciones a gran escala,
debemos orientarnos hacia la constitución de grupos de trabajo y
de acción."
Este mistn0 movimiento revolucionario de mayo de 1968 nació
de
pequeños grupos de trabajo en la Facultad de Letras de Nanterre
entre los estudiantes de Sociología.
La formación de estos pequeños grupos debe ser ideológica y
táctica, con hombres animados
por una estrategia global y que estén
ejercitados en los métodos
de acción.
2.º La aplicación de las enseñ1DZas ideológicas y tácticas es el
segundo aspecto del funcionamiento de estos grupos, y consiste en
montar pequeñas operaciones que tienen por objeto bloquear el
funcionamiento de las instimciones.
Su objeto es demostrar prácticamente que impunemente se puede
actuar en contra de las leyes y reglamentos y, con ello, en oposición
al poder y al funcionamiento normal de la empresa.
La huelga es, evidentemente, una de las operaciones dirigidas
en este sentido, pero existen otras que permiten obtener resuitados
análogos.
Por ejemplo:
-
Repartir octavillas de tipo polftico dentro de ía empresa.
- Poner carteles fuera de los sitios previstos para ello.
-Sobrepasar el tiempo legal para las actividades sindicales.
- Tratar de
resolver un problema laboral simple con la direc-
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ción, menospreciando sistemáticamente los escalones. jerárquicos in­
termedios.
-Crear situaciones de ta1 tipo que las autoridades, Magistta­
tuta del
Trabajo, gobernador civil, etc., no se atrevan a imponer
la aplicación de
una decisión legal.
Todas estas actuaciones también obedecen a1 mismo tipo de ac­
ción demoledora de la autoridad o de los principios reconocidos por
todos. Por
ejemplo, la han a,plicado:
- los obreros de L.I.P., vendiendo los relojes eo stock;
-loo agricultores a! derrumbar los límites de una finca, 'esco-
giendo, desde luego, la finca de otro agricultor poco simpático;
- interrumpiendo los corsos eo
!a Universidad;
-organizando un aborto público, como ocurrió días antes de
la decisión de la ley sobre el aborto, en Francia;
-secuentrando un director de empresa.
Alain Geismar ha explicado cómo se llega a secuestrar un in­
geniero
y a obligar a un director a andar a gatas, y precisaba:
"No se ttata, con ello, de una diversión o de una manera de dar
satisfacción a algunos. Es una violencia profundamente política."
En
efecto, preguntaba: ·· ¿Qué queda de la autoridad de un director
que todos
han visto cómo se doblegaba de esta forma?"
Todas estas acciones deberán ser enfiladas desde un punto de
vista ideológico, es decir, en cuanto ·ejercen una influencia sobre
los espfriru.s.
3.º E1 tercer objeto de esta acc10n subversiva consiste en que
todo lo expresado no tiene más objetivo que provocar la duda, el
miedo y
el silencio en la mayoría del persorud de la empresa.
Pru-a opetaciones del tipo de las que acabamos de exponer, se
dará la msyor publicidad posible, a fin de manifestar ampliamente
que
se ha conseguido bloquear las reglas sedales.
El resultado llega rápidamente:
-la gente honrada de la empresa empieza a dudar del valor
de las instituciones y, con ello, viene la pérdida de confianza;
-se duda de las intenciones de la dirección cuando se la ve
tratar los problemas con
los delegados de sindicatos sin utilizar los
mandos intermedios.
Se duda del valor de las leyes Cllilndo son impune y públicamente
transgredidas
y desobedecidas.
Surgen dudas acerca del derecho
de propiedad cuando se des­
tru:¡,en impunemente los límites de la finca del vecino.
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Pero lo peor no es '1a duda, sino que, con ella, entra el miedo,
que lentamente va creciendo.
-Miedo de no ser de su tiempo.
-
Miedo de a,parecer como defensor de posiciones abandonadas
por todos, de defender los
"t•búes" burgueses.
-Miedo de que cambie el viento.
-Miedo de no ser escudhado, miedo de ver desaparecer su
autoridad.
Y este miedo, cultivado, entretenido, puede llegar a un verdadero
terror.
Un alto funcionario americano, encargado por el Senado de Es­
tados Unidos de una encuesta en el Vietnam, escribla en 1970:
"Ya es u.:n _axioma para los ct:>munistas: sus éxitos son propor­
cionales al gra,do de inseguridad sufrido por el pueblo ...
"Es así que la herramienta. que permite a los comunistas esta­
blecer su dominación son fos programas que aterrori:z.an."
La intoxicación, intox, como dicen en Francia, puede actuar en
esre tipo de dima subversivo. Juego de norida,s que se contradicen,
muchas veces falsas, que soplan
el calor y el frío, la esperanza y la
desesperación, que gastau los nervios.
Y cuando
la duda y el miedo se apoderau de los espíritus, en­
ronces la genre buena queda reducida al silencio.
Las fuerzas vivas, la gente responsable, se sienten aislados, se
sient!en incapaces de ejercer su influencia.
Es el fenómeno de la m'o/oría silenciosa.
Mucchieli, en La Subversi6n, lo dice claramente:
"La ,estrategia fundamentaJ consiste en obrener la apatía popular,
la inhibición, la no intervención, el silencio de la gran mayoría."
Esre es el reswltado que se obtiene realizando pequeñas opera­
ciones repetidas que hau tenido como objetivo crear la duda.
4,Q El cuarto aspecto de la acción en este tipo de subversión,
dentro de estructuras esta.Mecidas, consiste en crear las apariencias
de una nueva moralidad y, con ella, de una nueva legitimidad.
En cada operación,
sisteruáticamente, se basará la propaganda en
el aspecto moral, denunciando .Ja falta de moralidad de las institu­
ciones y
de los hombres que ejercen en ellas una responsabilidad:
ºFrente a la política de regresión social, de autoritarismo, de
abaudono nacional ... ", se hablará de: "Derechos a las legítimas as­
piraciones., a las justas reivindicaciones, de los po·tentes movimien~
tos ampliamente mayoritarios ... "
Es notable observar el esti'lo siempre moralizador de la mayoría
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LA ACCION EN LA EMPRESA FRENTE A LA SUBVERSION
de los dorumentos ela!borados para •poyar los pequeños grupos que
se
dedican a la subversión.
En efecto, el objetivo es anular roda reflexión personal, toda
consciencia indiv,ídual, para favorecer un nuevo tipo de reflexión y
de conciencia, la reflexión y la conciencia colectiva.
O,ntra un supuesro "complot del poder", se trata de hacer creer
que "es
el pueblo el que decide", cuando en realidad el pueblo está
manipulado.
A
partir de esta nueva moral se elabora una nueva legitimidad.
"Vender relojes robados'" ha podido ser considerado durante va­
rias ·semanas como un acto heroico "que se adelantaba a su tiempo".
Esta nueva moral inspirará, cuando sea necesario, cierto tipo de
"juicios populares". Por ejemplo: montar una expedición contra tal
o cua,J persona, prohibir a cierta categoría de estudiantes el asistir
a los cursos de la universidad.
O,n esta nueva legitimidad se persigue sentar las bases de nue­
vos poderes.
Y es el quinto punto de la acción subversiva:
5.º Suscitar nuevos poderes fuera de las rompetencias
reaJ.es y
de las responsabilidades.
En este punto del desarrollo
de la acción subversiva la empresa
se enroentra en la situación siguiente:
-Neutralización de la gente hontada por asco, por miedo y
dudas de su propia
realidad.
-
Silencio de todos los que inregran la empresa ante esta es­
pecie de terrorismo moral, cuando no físico.
-Los grupos subversivos presentan sin cesar nuevas justifica­
ciones,
y refuerzan los contrapoderres que se apoy~ mutuamente.
-Las jerarquías paralelas se manifiestan cada vez más abier­
tamente.
-Lo que hasta ahora erau infroccioues de las leyes se transfor­
ma en derechos adquiridos,
y cou estos nuevos derechos será poslb1e
montar nuevas operaciones destinadas a bloquear las instituciones
normales y, por consiguiente, acrecentar el miedo, la duda, el si~
lencio de la geote honrada.
Y, finalmente, nos encontramos con que la "sección sindical",
el soviet de empresa, es el poder que domina tanto en la base coruo
en la cumbre.
La práctica del noyautage ha trasladado todo el poder a manos
de los grupos políticos, dejando la responsabilidad del funcionaruien­
ro de la empresa en manos de Ios "Comperentes". La doble jerarquía,
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instrumento privilegiado de ,los totalitarismos, queda entonces ins­
talada.
El sistema así montado es una espiral sin fin que progresa sin
trabas hacia la revolución. Este método es aplicación de la misma
consigna de Stalin: "Para el revolucionario, lo primero es el tra­
bajo revolucionario, no la reforma. Por esto, una reforma será siem­
pre, y naturalmente, un instrumento de disgregación del poder, un
instrumento de refuerzo para
la revolución, un punto de apoyo para
el desarrollo del movimiento revolucionario''.
11. Leooiones posittivas
En esta rápida exposición de la táctica empleada por los mancis­
tas para tomar el podet, podemos sacar iecciones positivas que nos
permitirán evitar nuestro engaño y que otros se dejen engañar por
este proceso subversivo.
Vemos, con ello, que se trata de una táctica concertada, pacien­
temente elaborada en pequeños equipos de acción o células, y vemos,
también, que no se
trata tampoco de un ineluctable proceso que se
inscribe dentro del movimiento
de la historia y el irreversible curso
de las
cosas.
Por otra parte, es interesante observar que se trata de un proceso
que obedece
a un rigor psicológico cierto.
Primera observaci6n:
No son las teorías las que causan mayor impacto en los espíritus,
son los
hechos.
Por esta razón, una rea:lización concreta, aunque de poca im­
portancia, tiene m-ás influencia que un discurso.
Geismar escribió: "Toda gran revolución empieza por una fas·e
de revolución en los espíritus."
La consecuencia inmediata de esta revdlución de los espírirus es
la posibilidad de acreditar mitos e ideologías, y ninguna demostración
por hábil que sea bastará para evitar
su penetración en las mentes
y la "justificaci6n" de los nuevos poderes.
La seg11nda observación que sugiere este proceso es que no so­
lamente se ada,pta perfectamente a la psicología del desatrollo de
las ideas, sino que tiene el mérito de fraccionar la dificultad.
En
efecro, n.o se derrumba una institución de un golpe, como
tampoco
las leyes, las jetru:quías, los poderes y la moral de un país;
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pero es posible que uoa minoría bien adiestrada e inteligeotemente
guiada actúe en una sucesión no interrumpida de pequeñas. infrac­
ciones.
Progresando ,por pequeñas etapas, rápidameute se coostata que
se obtienen transformaciones eo la forma de pensar de la geote.
T """'" observad6n:
La experiencia demuestra que prácticamente es estéril luchar
contra tales _procesos subversivos sin tener un plan positivo del
conjunto.
Por ejemplo: animar un grupo de mandos intermedios cuando
éstos se dan cuenta que día tras día su autoridad desaparece, u
oponerse al desarrollo de los contrapoderes (de los sindicatos) cuando
en la opinión
de muchos estos poderes son legítimos.
Con tales métodos 'la "represión" será considerada como "odiosa"
y la "caza de brujas" producirá mártires.
III. Un método adecuado
Si toda improvisación para ludhar contra la subversión lleva casi
siempre al fracaso y éste a un nuevo- éxito de 1os equipos de sub­
versión, debemos encontrar
el método adaptado a este tipo de lucha.
La experiencia enseña que se debe emplear una táctica simétrica,
pero inversa en todos sus puntos.
l.º Movilizar pequeños equipos formados y experimentados.
Todo lo que ha sido un éxito en la historia se ha hecho gracias
a la intervención decidida de algunos hombres que tenían la forma­
ción y el adiestramiento necesarios.
La diferencia con 'las organizaciones subversivas que se apoyan
en
ideólogos sin responsabiHdades es que, en primer lugar, los hom­
bres que se deben movfüzar para esta acción son precisamente los
que tienen responsabilidades.
Jefes
de empresa, ingenieros, contramaestres, padres de familia,
las
fuerzas vivas de pueblos y ayuntamientos, etc.
En segundo lugar, estos hombres deben estar formados, no dentro
de una ideología o
en construcciones a priori, sistemas, "proyectos
de sociedad", sino en las realidades sociales.
Es decir, fueta de toda construcción intelectual, dentro del em­
pirismo cotidiano, con un conocimiento serio de la realidad para
mejorar lo que existe ya.
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Hombres decididos a romper con las costumbres "dialécticas",
que analizan todo en función
de relaciones de fuerzas de oposiciones,
de tendencias, de partidos,
etc.; hombres capaces de imponerse y de
expresar alrededor suyo estos nuevos hábitos mental.es de encuentro
sobre realidades y valores comunes.
2.º Consagrarse a pequeñas reallzádones para demostrar que
"es posible".
Pero no se trata de hacerlo todo a la vez.
Porque la tarea es inmensa y el más valeroso se desanimaría
antes de empezar.
Pero sí se pueden fijar objetivos concretos, parciales, pero de
realización posible.
Por ejemplo:
-restaurar la jerarquía y ita justicia en e1 taller, en la empresa;
- restablecer el circuito normal de la información, dando pre-
ferencia a la jera,:quía que tienen las responsabilidades sobre los
representantes no jerárquicos;
- obtener, caso por caso, una restauración del respeto a los
reglamentos;
- suprimir todo diálogo "trampa" con personas cuyos objetivos
son
precisamente coger el poder llevando el diálogo en su terreno.
Y a son
mudhos los ejemplos de situaciones que han sido ende­
rezadas en poco tiempo con operaciones limitadas, pero que marcan
un hito donde el "sentido de la historia" ha cambiado.
Por
ejemplo, en una empresa fuertemente minada y con huelgas
serias,
los elementos subversivos han empezado a peroer terreno y
la Jerarquía a volver a su sitio el día en que, a la inversa de la cos4
rumboe, los aumentos salaria:les han sido comunicados por cada escala
de '.la jerarquía y no por los de'legados sindicales.
Otro ejemplo, en
una región de fuerte agitación sindical, la
caima ha vuelto el día en que en una empresa se logró restaurar el
funcionamiento de las jerarquías, y en que las demás empresas,
viendo que la cosa era posible, decidieron hacer lo mismo.
El resultado se sitúa a corto plazo, inmediatamente, para obtener
una mejora sensi!Me en 1as relaciones laborales; a plazo medio, ha~
ciendo la prueba de que se puede progresar, y, a largo plazo, paira
demostrar que la iniciativa y las proposiáones constructivas son po·
sibles y que no es la vía subversiva la más eficaz.
3.0 Volver a dotar a las personas de sentido común, de oo,,fúmza
en sí mismas, y en las instituciones, demostra,-la eficacia del valor
personal, restablecer las relaciones entre persa-nas.
Cuando un sector, por pequeño que sea, ha sido saneado, cuando
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la gente honrada ha podido ver que esto ,era posible, entonces este
tipo
de acción es creíble. En lugar de la duda aparece la confianza.
Renacen los
val.ores personal.es. La gente vuelve a hablar. Se restau­
ran las
mentalidades. En vez de una acción ideológica, fruto de la
subversión, se percibe un regreso a las realidades.
Pero, para ello, es preciso que los hechoo alcancen a percibirlos
quienes los. necesitan para recobrar la confianza; es necesario que la
info~mación circule, que existan relaciones, encuentros, experiencias,
concertaeión entre personas responsables interesadas:
-dentro de la empresa,
-entre empresas de la misma ciudad y región,
~ incluso a nivel nacional.
Traer elementos de información, de formación y de reflexión
a los que están dispuestos a animar esta obra de 1tec:onstn1cción social
y unirlos entre sí con lazos de relaciones y de amistad.
Ya,
en Francia, han sido conseguidos éxitos importantes con esta
táctica. Este éxito
es debido, en gran parte, por el hecho de que anula
la "intoxicación"
de las mentes, haciendo la demostración positiva
y concreta de resultados, utilizando dentro de su ambiente a las je­
jera,quías natnrales, devolviéndoles su sentido de la responsabilidad.
Puede
decirse que dentro de la empresa 'las cosas van de por sí,
en cuanto, claramente
y sin vacilación, se expresa fa voluntad de
un responsable jerárquico, porque esta voluntad es ,percibida inme­
diatamente hasta en los nive1es máS modestos y la mayoría vuelve a
tomar confianza y deja de ser silenciosa.
4.0 Lograr, en consecuenc.i,.a, la confi,rmadón de la razón de ser,
del, fundamento moral y de la legiJimidad de las pode<-es persana/es.
Los hechos iha:blan po< sí solos.
Por poco que se arooe a la gente a observar a mirar, por poco
que se les llame a utilizar su juicio personal, demostrándoles que
los hechos
eliminan los perjuicios de una "conciencia colectiva",
los hombres vuelven a enronttar:
-que las instituciones normales tienen su razón de ser;
-que las autoridades responsables se confirman en el senti-
miento de su responsabfüdad y de su legitimidad;
__. que, para ser creíble, es prieciso creer en verdades cieirtas,
que tienen su origen en los hechos y en los resultados.
Se han visto jefes que han recobrado su autoridad, han logrado
desvanecer las dudas
que tenían sobre su compdrtamiento el día en
que han sido obligados a creer en 'los frutos de una acción llevada
con método y con coherencia.
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5.º Y, en fin, devolver el poder a los responsables.
Es de observar que en este mundo en que vivimos el poder no
se otorga. Se forma.
El poder pertenece a los que dan confianza, porque saben adon­
de van.
Sería en vano
que ios ideólogos teorizaran sobre modelos de so­
ciedad, porque no son los modelos lo que conduce el mundo, sino
los hombres
que actúan-con un método.
¿No vemos todos los días
poderes legales que son reducidos a
la impotencia casi total, porque otros han conquistado
la plaza, los
corazones y las voluntades?
Y
si los hombres de lo real adoptan esta táctica realista, pueden
ellos también prOivocar un movimiento, una progresión en espiral,
cada día más potente, -más eficaz.
Porqne, día tras día, la confirmación de un poder responsable
permite pasar de u.na reaHzación _ positiva a una más positiva aún,
reforzando la confianza, eliminando las dudas, suprimiendo las ra­
zones de miedo y logrando que <:ada uno hable; en resumen, haciendo
cada día más posible lo
que alhora todavía parece imposlble.
¿No se
encontrarán en España y en Francia hombres vaJerosos
y que vean claro para empeza,r este proceso de renacimiento, este
parón a la subversión?
- ¡Existen!
- ¡Algunos han empezado!
- Estos se ofrecen
para colaborar, para que su ejemplo sirva a
todos los hombres de buena
y férrea voluntad.
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