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Más textos sobre la fe

]\IA.S TEXTOS SOBRE LA FE
Profesión y 1·iesgo de la fe.
"La fe implica un peligro, un riesgo, tal vez un aten-fado "contra la propia tranquilidad e incobt.111idad.
"He aquí otro aspecto que hace difícil la fe, y hoy, resue/­"tos tácita e ín,timamente como estamos, no querer inconiodi­"dades ni a.frontar molestias y perjuicios por causa de n,ues­"tras ideas, la dificultad se agra:z:a niás. Raramente estamos dis­,, puestos a luchar por principios no vinculados a. intereses in­"111ed·iatos; rara vez exponemos nuestra persona al juicio aje­"no_, y mucho menos a los vejámenes ajen-os,· nos agrada pen­" sa.r por nuestra cuenta lo qu,e no halla críticas y peUgros, y en "la 1.1ida-social nos agrada fá.c-ilmente adherirnos sin esfuerzo a "la opinió-n pública o nos resulta cómodo dar la razón al mds "fuerte, aunque no sea el 1nás razonable; fácilmente ti.os hace­"mos gregarios y c01iform.istas, y en materia de religión nunca "quisiéramos que nos produjese molestias; antes desearía-mas 'con frecuencia una reh'.gión que nos pusiese al amparo de todo "mal en-esta 'l!ida '}' en la futura. En ese caso la Iglesia, órgano "de la religión_, debería concebirse canto un sístenia de segu­"ros espirituales y más todavía, si fuese posible, de algún pro­'"'r•cclzo temporal. Y nwv a m.emtdo deseamos sintonizar con los "dnmfs_; hOJ' nos acomÜdamos c011,. facilidad a un «pensamiento
"mash•o» ..
"
"/ray que profesar la fe. En debida forma, se entiende, lo cual ''no excluye, antes exige nwderadón, tacto y prudencia. Pero "está el hecho de que la fe interna debe hacerse externa en ''determinadas circunstancias y maneras: por el honor de la mis­''nta-fe, es decir_. de Cristo .>' de Dios_; por la coherencfo y 1Jigor ''áe la personalidad del creyente y por el testimonio a los her­"·ma.n-os j.' al mundo.
'-'Por esto decíamos que la fe es difícil, pero aifo !antas al 'punto que es dificil para los débiles y tímidos; la fe exige fuer-11:.::a de alma, gmrtde=a de espíritu/ incluso la otorga a quien se 1'eiercita e1t su sencilla y noble profesión. Y terminémos recor-1'dando qu.e ese Cristo, que desea a su·s seguidores tan. fuertes y "11f-.1litantes, es el mismo que da la grncia de serlo magn.ffica­
"mcnte. cuando
es necesario.
n La historia de los 111á-rtires de ayer y hoy lo confirma. Re­"ffr.,rionalt, hijos carísimos_, en ello y tened confiawza. Os dire­''mos cori el Seffor: Nolite timere, ¡no temáis! (1'fatth., 10, 28), "nn tengáis miedo."
S. S. PABLO VI: Palabras en la audiencia general del 28 de junio. (Texto italiano en LjOsservatore Romano del día 29; texto cas~ tellano de Ecclcsia-_. núm. 1.349, del Z2 julio 1967.)
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Olljeciones contra la fe características de nuestro tiempo. In­
fluencia en ]a crisis de fe de ]a separación del pensamien­
to moderno de la llamada '"filosofía perenne".
''Sería, interesante hace-r la síntesis de las objeciones carac·
"teríst1'.cas contra
la fe en nuestro tie11tpo (cfr. Danielou, 'Poi et
n1-nen. cantemp., Etudes, 1954, 289-301), y ad'Vertir cómo 1mú:has
,,proceden de la «fo,:nia mentis», es decir, de la forma de em­
,,plear 1Mtestras facultades cogn,osdtivas, en la cual la escuela,
n¡a ciencia, la. mentalidad nioderna, casi sin darnos cuenta,. edu.­
ncan a nuesfros espíritus; ).' como siempre, mw,z,•as dificultades,
n1zoy temerosamente radicales, que lo ponen todo en duda, se
nsuman a las de aye1·. Hoy se duda de todo en el nnmdo del
"pensamiento, y por ello también de la religión; y parece qi,c la
"mente del hombre moderno no encuentra ·descanso más que en
"la negación total, en abandonar todo tipo de certe~a. de todo
"tipo
de fe, conio el que tiene los ojos enfermos y no encucn­
"tra descanso nuí.s que en la oscuridad, en la tiniebla. ¿Serán
'·'/as tinieblas al fin la meta del pensamiento lmmano ~\' de su
"in-extinguible sed de z,erdad, y del encuentro con el Dios 'Z'·ii·o
)}y verdadero? 1JLa vida religiosa puede estar e:rpuesta a tremendas pr11e­
"bas en la generación pró.1~ima si n,o -la sostiene una fe genuina
"y fuerte. Por esto exhortamos a todos a fortificarla y a z•i­
"virlq. Recuérdese a San Pablo: tenemos .que hacer de nuestra
"je una cora=a: «'vosotros, herman,.os, 1i,o Cstáis en, -la tiniebla ... ,
"i,osotros sois hijos de la lu:::» (1 Tes', 5, 4~8).
"Y con respecto a nosotros, revisarentós-.también entre las
'' ra,,sas generales y pr1~ncipales de estas dificultades· presentes y
,,posibles crisis de fe la separación del ¡,insamfrnto moderno.
"im:luso en> al-gunas :;onas de la escitela _rGtólica_, de la llamada
"«filosofía pe_renne», es decir, de la :11_orma natural de la · rn­
" cionalidad humana_, )1, sobre todo, la desconfia-n:::a en el .ma­
,,g-isterio
de la Iglesia. Tamb_iéw arj.uí parece sugerir el apóstol
"unas palabras a propósito, cuando :esáibe a Timoteo: «Habrá
"mi-tiem.po en el qu.e (los hombres) n-0 sofrÓrfarán la sana dac­
,,trin.a
... Tú permanece vigilant.e en todo maniento» (2 Tim., 4,
S. S-. PABLO Vl: Alocución en fa Audiencia
General del 14· de junio.-(Texto. en italiano en
L'Ossri·vatore Roinano del 15 de juni.o de
1067; texto castellano de
Ecclcsia núm. l.3-t9,
del 22 de julio 1967.)
.
La fe y el sentido crítico: adhesión a,(:risto.
~'Es preciso tener sentido crítico. _ Pllrd nosotros los c1·1S­
-'·'tianos esta facultad hay que aplicarla'_ ta1jtbién a muchos cle­
"mentos que se refieren a nt{estr(l. 11iisnui profesión religiosa.
'"Llegamos a someter a un e.t:amen -·objetiv-0 nuestra misma fe,
·"'la pon.emos ante nosotros y nos pregunta-mas,. especialnl'l'n"te
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~'los jó'l•c11es, ron toda since,~idod: ¡ Vale_, resistir, es verdadera,
"merece la pena. debo mantenerla o sin-miedo alguno p·uedo
naban-donarlo .e inclHso combatirla? .La rtspuésta es fÍn-icaJ ab-:­
"soluta e irrefutable; hijos míos; é¡ue vuestra fe sea sólida; sabed
"q-u.e lo que -el cristianismo os en-seña como verdadero, es ver­
"dadero; que lo que el cristianismo os eniseña_ como vital está
"vivo;
que cuanto el cristianismo os dice que es impo,-tante, lo es,
ny· qu-c cuanto el. cristianismo os ense1ih como necesario, es ne­
" cesario.
''No se pnede dejar en nu:,l lugar a Cristo. No se pueden
"menospreciar los elevados valores que nos ha legado la Re­
"velación de Dios y ffOS Ita enr;omendado, a trové:; de los siglos,
"la Iglesia. Ha llegado hasta nosotros una J,erenr:ia, cuya in­
''mensa riqueza desconocemos. Siw embargo saber-nos qwe el Cf'is­
'·'tianismo auténtico es un. valor absoluto. Tenemos que ser per­
"sonas de je que juegan, por así decirlo, su vida a esta elecd/m
''¿, afirmación., solemnemente, irrl!'Vocáblem'ente: admito y creo.
''Estoy seguro de que, fundamentándome en la palabra de Cristo,
'"'de la que es gara"ntía ;,• maestra la-Iglesia, no nie equivoco.
''Estoy seg11ro que prest011do a Cristo mi adhesión no me en­
" trego a un-capitán de creent11reros o a. imo que se eq1ti1.1oque;
"la ofrc:::co a quien, ha sido 'V será Siempre 'iJencedor · de la vida
···y de la 1111u·rtc." •
Fe y Caridad.
PAUW VI : Alocuciún a los fieles de Albano.
(3 de septiembre de 1967; : teXto .italiano -en
i..'Osservatore Romano del 6 ;-texto en caste•
llano: Ecclesia,-núm. 1.385, ·23 de septiembre.)
'lLa observacián ·metódica -y el estudio científico del ·-mun­
·''do en que nos encontramos han dado resultados enormes ~'
'·'desconcertantes; estamos ya habituados a jusgar la vida mo­
''derna Por sus descubrimientos y por el empleo instrnmemal
'·'de_ s-us conocimientos, y por ello, por las grandes tran•sfornw­
''ciones que la ind11st1'ia ,, la riqueza llevan consigo. Está bien.
Pero esta intmensa y progTesiva conquista del m1.tndo. no satidace
"plenamente
el corazón humano, si en lugar de cal1tiarse sits
"deseos, se multiplican 3' se enardecen, para hacerlo pasar de la
"fase creativa de la prosperidad a si< goce, co1l' todas las exal­
"taeiones, las ilusiones y desilusiones finales propias del hombre
"que busca en la cuz.tura :.V en el placer al ·encontrarse a sí ntis­
"mo. Las palabras de .Cristo tienen un eco eten>o: «;De qué
"sirve
al hombre conqwistar todo el mundo si luego pierde s11
"alnwf» (Mat. 16, 26).
"Y cambiando de camino, para segwir el que hoy recorre con
J'mayor con.viC'ción y mds dinámico ardor el cristiane, el após­
"tol que desea p011erse al servicio del menisaje de la. salvaei6n,
"y observa /,a sociedad que nos rodea, venws algo análogo; ""
_.,movimien:to espiritual 31 práctico, es decir, plenamente -e .. der-iór
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"al ·voluntarioso seg1iidor del Evangelio: la accion pre'l.:alece so­
"brt.· la contemplación, el in-tcrés exter_ior sobre el ·interior, la
"«miSió-n» sobre el «culto». Ciertmnente que la caridad sostie,ie
"y est"ffliula esia orientación pastoral, misionera. apostólica; pero
"si la ·caridad se_ consuma .. en oliras exteriores y se apaga en
'~sus fuentes interiores, -,¡cÓnl'O no Pensar en el co-nsejo del
"Apóstólf: «Si. gastase todas mis energías y entregase mi "cuer­
::,'po af tormento, -piro no twuiese caridad. tJ,o me vale nada»
"(1 Cor.13, 3),
PES dedr, no se puede perder de vista el hogar or·iginar·io
",r alimentador de la caridcúl, el' punto de inserción del amor
11dh.,ino en el nuestro, qn.e qu.iere· ser testimonio del divino, o
"1llejor, vehículo; no .debemos olvidar dónde '\' cómn el Esp-íritir
"Santo, del cual tanto se habla como si su ,nefable y delicado
"Contcicto con nuestra vida autónoma -v-agitada estuviese sicu1-
"prr a nuestra disposición, com:ede ,, realiza en nosotros la
"presencia invisible, pero verdadera 3: opaante de Cristo.
"Q-ueria deciros _esto, hijos cárísimos_; ·es preciso que demos
''a la. vida interior la_ ·import_ancia que le corresponde. tanto en
"el equilibrio del desarrollo pedagógico de las facultades huma­
, .. ,J_as, como en 1-a Cfmsecució11 de la salvación cristio.M n·ttestra
11)' a_iena. El hombre -miodcrn-o .. emplearemos el sf.mil dé mi filó­
,, sofo de nuestro tiempo, ha salido de casa 1' ha perdido las
"llaves para-regresar; está «juera de sí». Que no se diqa ésto
''del cristiano. Recordemns las repetidas palabras de la doctrina
"apostólica; que nos exige que ·con-sideremns al hombre ... de
ndentro, «ho1110 .•. , qui 1'ntus ('st» ·rz Cnt. 4, 16) .. al '10111hrc
ninteri_or «i1tlerioren1 honiin.ern» (Ron-,. 7, 22), al_ hombre ocul­
ntii en el cara.eón «absconditus cst cordis /zaino» (1 Pedr. 3, 4).
"sablendo que tenC111-os que -_ser fuertemen.fe con-firmados por el
"Espíritu dC' Cr·isto. en el hmnhre interior. porque «Cristo ha­
"hita 111ediante la fe en; nllestros cora::ones» (E/. 3. 17).''
Firmes en la fe,
PAULO VI: ·:-\locución en la Audiencia Gene­
ral del 16 de agosto. (15 de agosto de 1967;
texto italiano
en L'.Osscr..:atore Romano del
16-17; texto en castellano: Ecclesia núm. 1.358,
23 de septiembre.)
'1Se vislmrnbra a
veces el péligro de que el 1n'ismo c1-Í1-1n.do de
''las conq·uistas nvodernas no soporte el peso y amenace con o-pri­
"inir o inc/11,so aplastar al hombre incau.to e ignorante de la débil
ntonsistencia de las construcciones levantadas, sin el fundam!ffl-to
"ni e1: cemento aglutinante. que s6lo un cristianismo auténtica­
"meitfo vivido p_uede ·proporci-ona-rle".
PAU_I.O VI: Discurso· a una Peregrinación
de Mi"lán (texto italiano en L'Osserrntore Ro­
mano -del 18 de marzo ;_ texto en castellano:
Ecclesia, núm. 1.393, sábado 8 de junio· 1968.)
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