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Número 133-134

Serie XIV

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Mindszenty y sus «Memorias»

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Gabriel de Armas: MINDSZENTY
Y
SUS "MEMORIAS" (1)
Las "Memorias" del Cardenal Mindszenty están ya en castellano.
Con su llamativa portada constituyen, desde los escaparates de las
libredas, un toque de atención para cnalquier lector medianamente
apasionado. Su publicación, en uno de
los momentos

de gravedad
como los que vivimos, llevan la finalidad que su propio autor les
asigna: "Publico todo esto para que el mundo conozca el destino que el comunismo
le prepara".
Tengo para mí ,que ·el mundo conoce; a la·. perfección, cuál es el
destino que el comunismo le prepara. Pero, sin capacidad de reac­
ción
y con. una atonía en el pulso mental, rayana en la fatiga, pro­
clive a la entrega, las gentes van prefiriendo ya ser dirigidas a re­
benque, como mo.rios· de circo, a responsabilizárse en una lucha sin
tregua, que les resulta fatigosa e incómoda. De otra manera· no se
explica tanta abdicación y tanta· huida. Da la impresión de que la
libertad le ha resultado enojosa al mundo y aspira, en su demencia,
a vivir sumido en un inmenso campo de concentración, guarnecido
de murallas de cemento, púas de hierro y gorilas con metralleta ...
A pesar de todo, gracias sean dadas al
gran Cardenal
de la Hun­
gría mártir, súnbolo de la lucha por la
libertad, testimonio

perma­
nente de fortaleza cristiana, que pone su martirio irrecusable al ser­
vicio de este aturdido y necio _ siglo de nuestras culpas.
• • •
Comienza la obra con un pequeño bosquejo biográfico, donde
la excelsa figura de la madre, «inteligente y bondadosa", encnentra
ácomodo en los piropos filiales que han de fluir, a torrentes, de
la pluma del hijo agradecido, a través de las trescientas setenta y
cinco páginas bien apretadas: "Mi madre era una estrella que bri­
llaba con resplandor propio en la oscuridad de estos tiempos duros
y penosos", escribe conmovido.
(1) Cardenal Minds2!:et).ty: Mem01ias, Luis de Caralt, Editor, S. A ..
Barcelona,
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págs.
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Al Cardenal Mindszenty, mediante un proceso de comedia, que
se relata fielmente en sus "Memorias", le condenaron como a reo
de alta traición. Pero ya sabemos quiénes son los traidores para el
rotalitarismo comunista,

cuando él
ha tenido la avilantez de .levan­
tar un monumento a Judas maldiciendo al Cielo. ¡ Cristo es el trai­
dor! Por eso
Mindszenty tuvo

que soportar, sobre sus hombros, como
el Nazareno, el inmenso peso de
la cruz y el trato inhumano de los
verdugos profesionales del crimen.
Consagrado sacerdote el 12 de junio de 1915,
durante toda

su
vida,
inmolada en

el
servicio del Señor, Mindszenty habrla

de ser,
por vocación
y por formación, el auténtico "defensor fidei" contra
las injerencias de cualquier enemigo • . • En 1944 fue nombrado
obispo diocesano de V eszprém. Los nazis, en ese mismo año,, ocupan
Hungrla. "La hora de la angustia y las tinieblas --escribe-habla
sonado
para Hungría. Por el Oeste le amenaza el peligro pardo
y
por el Este el peligro rojo". Es curioso. La desfachatez del impío no
tiene
límites: y claro está, aunque él no crea, la creencia de los de­
más debe ponerse a su servicio. Los nazis, ¡ Dios bendito!, quieren
celebrar un Te Deum en acción .de gracias por el éxito de la reco­
gida de judíos para ser llevados a
las cámaras de exterminio. Dios
al servicio del crimen. La liturgia oficial de la Iglesia al servicio de
los criminales.
Mindszenty se opone. Y

como es natural, es
encar,
celado.

Al Partido no
se k discute .
• • •
Las tropas rusas entran en Hungría y Mindszenty es liberado por
ellas. Ironías del destino. El 15 de septiembre de
1945 fue
nombra­
do Arzobispo de
Esztergom y Primado de Hungría, en una nación
ocupada por el ejército rojo
y con un gobierno marioneta impuesto
por la Rusia imperial-comunista. Pronto, muy pronto, la propagan­
da roja
comienza su
labor de desprestigio contra
todos los
valores
tradicionales
y contra el propio Primado. Las técnicas de la menda­
cidad, tan sabiamente controladas
y dirigidas por el Partido (ahora
de los rojos; antes era el de los pardos), comienzan a funcionar a
la perfección. ¿.Quién se resiste a ellas? No obstante, Mindszenty re­
plica con una frase que se
hizo lema

nacional en aquel crucial
roo,
mento: "Cuanto más duro el martillo, más resistente el yunque".
El 9 de febrero de 1946, tras las máximas dificultades puestas
por el gobierno, pudo ser recibido por Pío XII quien, al abrazarlo
cordial
y emocionadamente, gritó exultante: ¡Viva · Hungría! Pero
con la disolución de todas las asociaciones católicas y
la persecución
embozada contra la Iglesia, el clima de encarcelamiento se va ha-
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INFORMACION 'BlBLIOGRAFICA
ciendo más denso por momentos... El Primado sabe lo que le es­
pera. No lo rehuye, naturalmenre.
Mindszenty no
se resigna a
. ser
un

perro mudo. Por eso, su pluma
y su palabra no descansan un solo
momento. Y escribe: "El auténtico pastor de almas
-aun cuando
por

ello se le califique de anticuado- tiene que sentirse respon­
sable de las
almas a él confiadas y de la conciencia de esta misma
responsabilidad debe surgir
la preocupación de apartar de todo pe­
ligro
y todo obstáculo a aquellos que tiene confiados'".
Frase ésta que es todo un
programa de
acción apostólica y que
ranto nos evoca
la figura giganresca de un hermano suyo en el epis­
copado, de características psicológicas muy
similares, el
santo doctor
Pildain, obispo de Canarias, que solía repetir, desde el púlpito, como
una cantinela: "Tengo que obrar así, hijos míos, porque Dios, en
su día, me pedirá cuenta de
cada uno de vosotros y de cada una de
las almas de mis fieles diocesanos. Temblad, pues, cuando las cam­
panas de esta Catedral doblen por vuestro obispo. Allí estaré dando
cuenta de cada una de las almas que se me confiaron'".
• • •
El 23 de diciembre de 1948, tras un minucioso registro al pala­
cio archiepiscopal,
Mindszenty fue
detenido por
la policía roja y lle­
vado al número 60 de
la calle Andrássy, "donde se apaleaba a los
acusados con varas de acero en los riñones y
las partes sexuales, se
les clavaba alfileres bajo
las uñas, se les quemaba los párpados con
cigarrillos,
y se les suministraba drogas y estimulantes que les con­
vertían en despojos nerviosos, incapaces de conciliar el
suelio'".
¡ Las caricias normales del Partido y de sus hombres!
Al Cardenal de
la santa Iglesia de Dios le esperaba igual suerre
desde el primer interrogatorio. Inicialmente, al negarse a firmar su
propia confesión de traidor, de antemano confeccionada, un
fuerre
patadón le hizo rodar por los suelos. Después, llegó el rurno a la
famosa po,ra de goma, con la que le dieron "primero en la planta
de los
pies y luego en todo el cuerpo". Tras la pérdida del conoci­
miento, Je rociaron con agua. Y vuelta al interrogatorio. Ante
la
reiterada negativa a' firmar, nueva paliza. Así una y otra vez ... "El
totalitarismo rojo --escribe-- se había abatido sobre
mi persona y
me parecía experimentar
la misma sensación física de que el siniestro
poder
bolchevique inmovilizaba

mi alma,
mi cuerpo, mis nervios y
hasta mis huesos'". Luego, no tardarían en· aparecer en escena los
fa.m.osos médicos,
con

sus
drogas de control. Y por encima de todo, una consigna sa­
tánica: no
dejarle dormir,
para
volver a la carga, intermitente.men-
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te, con la torturadora porra de goma. "fa¡, .cada !)Olsi6n -nos dice-.
el cnroaodaor~ me devolvía a la --celda, donde, me ;desvestían, me
arrojaban al suelo y me golpeaban. Los guardianes trataban de acre-·
centar

todavía más la eficacia de
aquella tor.\Ufa impidiendo que
conciliase

el sueño
cuando me
rendía el agotamiento".
Después, el proceso. Un proceso
· bufo,

escenificado,
y la senten·
cia condenatoria por traición. Bien es cierto que nada se prob6 en
aquel juicio de
marionetas movidas
por Moscú.
La voz de Pío XII
se hizo eco de
tamaña injusticia en el Consistorio de 14 de febre­
ro

de 1949, denominaodo al Cardenal de Hungría ":valeroso
aboga·
do

de la Iglesia",
y realzaodo su labor de titán "en favor de la de·
fensa

de la religión
y de la moral cristiana". Contrastaba esta voz
del Padre común con el silencio suicida de los medios de difusión
de Occidente, tan inclinados, por otra parte, a exaltar la dignidad de la persona humana cuando se
trata de

justificar o paliar las
abe­
rraciones
de

los más viles delincuentes ...
Ocho años, sí, entre palizas, burlas
y escarnios, permaneció el
Cardenal Mindszenty cautivo del totalitarismo comunista. Pero en
su trágico cautiverio, hubo un ángel tutelar ... "Mi anciana
ma·
dre -escribe-sería

la única estrella
· en

el oscuro firmamento de
mi reclusión. Ella fue .mi única visita y de,. ella crecibí los abrazos
durante los ocho años de permanencia en la cárcel".
• • •
El 30 de agosto de 1956 es liberado el Cardenal por la subleva·
ción nacional que estalla. en Hungría contra las
tropas soviéticas
que
amordazan
y esclavizan · al país. Hungría· entera, en ascua de en·
tusiasmos,

celebra su liberación. El Cardenal Mindszenty es
·rehabili·
tado

públicamente, reconociéndose la comedia
de. su
proceso
y su
confesión arrancada a base de drogas
y palizas.
Pero

. . . poco
duraría el contento. El
4 de noviembre los
tan·
ques

soviéticos. aplastan, entre el
, estupor y la imbecilidad del Oc­
cidente afeminado,
todo el ímpetu de un pueblo, noble y decidido,
que se resistía a vivir esclavo de una nueva democracia: la_ del mayor
número de máquinas de guerra. El. Cárdena! Mindszenty apenas tuvo
tiempo de
entrar, como remgiado, en
la Embajada de Estados
Uni·
dos.

Allí, como un recluso más o
menos distingoido, pudp . permane·
cer

hasta el año 1971, en que por gestiones del Vaticano
-y no por
voluntad propia- hubo de abandonar su patria
y su grey.
A los dolores sufridos entonces, reconocidos tanto
por· Plo XII,
como
por Pablo VI al llamarlo "emblema de la inquebrantable forta·
leza de

la fe
y la adhesión a la Iglesia", hubo de sufrir uno más: su
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separación de la Sede Primada húngara por presiones del gobierno
comunista de Budapesr. ¿Servirá de algo -nos preguntamos no sin
cierta angustia-este su último sacrificio? Social y políticamente,
no lo

sabemos. E incluso nos inclinamos
á juzgarlo negativamente.
Las tretas comunistas no· nos pueden llevar a engaño. Si intrínseca~
mente

perversa es
ia doctrina, como la calific6 Pío XI, no menos
perversos son sus seguidores mientras están en comunión con ella.
Sólo Dios puede prever, con claridad, el porvenir. Personalmen­
te,
sí, y desde un punto de vista sobrenatural, sabemos que su sacri­
ficio no
será
estéril, porque
nada se pierde en la insondable cari­
dad de Cristo, hecho obediente hasta
la muerte y muerte de cruz.
ci,
PATRIA -NACION -ESTADO
por JJtAN OuSSET.
L ESTA COMUNIDAD SOCIAL DE LA QUE SOMOS HIJOS
II. DEFINICIONES ·PROPUESTAS
III
.. LA

EDUCACION DEL PATRIOTISMO
IV. EL INTERNACIONALISMO
V. LA NACION
CONSIDERADA COMO

ABSOLUTO
VI. UNIDAD

DE RAZA Y UNIDAD DE LENGUA
VIt ERRORDE UNA

CONCEPCION
DEMASIADO DESENCAR­
NADA

DE LA NACION
VIII. ERROR DE UNA CONCEPCION MATERIALISTA DE LA PATRIA O DE LA NACION
IX.
MAQUIAVELISMO O

TOTALITARISMO ESTATAL
144 páp. 90 plU.
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