Índice de contenidos

Número 279-280

Serie XXVIII

Volver
  • Índice

Maria Adelaide Raschini: Le cerebroteche

INFORMACION BIBUOGRAFICA
lidad religiosa, visionaria, que subvierte todo sistema de valores
de signo racional y mucho
más los revelados; e) una proyección
de universalidad o ecumenismo
sin fronteras con ecos orientales
y bohemios; /) una vida autogobernada comunitaria; g) una mo­
dulación ejemplatizante y aún pedagógico- moral-social, y h) en
el aspecto religioso, o
se margina bruscamente o lo rapta.
En el capítulo siete, dedicado a documentos, recoge la cuarta
parte de las directrices de la Sagrada Congregación para la Edu­
cación Católica,
y el capítulo preliminar de la obra de Giovanni
Gozzer, L'ora de Religione.
El capítulo octavo, sobre notas, contiene algunas observacio­
nes o
comentarios del autor, a modo de flecos o cenefa, que poco
o nada tienen que ver con
el tema de la obra.
G.A.C.
Maria Adelaide Raschini: LE CEREBROTECHE (*)
Partiendo del supuesto que conviene entender, cualquier rito
de tránsito como superación de
la realidad a través del mundo
de
la verdad (intransmutable, ideal), toda la primera parte de
este
libro de excepciona,[es valores estilísticos e imaginativos, es
el testimonio y el contexto, la realización de este tr~to por
parte de un observador-sacerdote que, litúrgicamente, cumple
el
rito, lo actúa pensándolo en su actuarse. Aparece de este modo
inicialmente,
la metáfora del -nacimiento y la muerte del viejo
mundo ( el
«fin del mundo»), por cuanto cualquier novedad debe
constituirse sobre
la muerte de la vieja realidad de la cual «se»
estaba hecho.
En efecto, como en un rito de paso, esta vez es·
rán presentes: a) la purificación, conditio sine qua non del pa­
saje hacia el verdadero nacimiento; b) el cumplimiento del pasa­
do, por cuanto
lo nuevo no es un renegar de lo que ha precedi­
do o ha preparado;
e) la superación de cualquier distancia, por
cuanto «el tiempo ha llegado,-, el instante cumple y realiza la
sucesión.
El pasaje no se realiza por la propia interna actividad o con·
quista, sino a través de
la revelación de aquel verdadero que
agota el sentido hasta ahora suspendido. Mientras
se está en el
proceso se sigue todavía delante del obstáculo, aunque se en­
trevea
el nuevo mundo, manteniendo en todo caso residuos de
las presencias de viejo mundo. El pasaje ( definido por la autora
«purgatorio»), nos hace dependientes, porque ésta
es su carac­
terística, en función del cumplimiento conclusivo.
La historia es
vista, metafóricamente, como tal pasaje que prefigura y prepara
(•) Studio Editoriale di Cuitar, Génova, 1988, pág. 164. Colecci61l
de lujo Imaginaria, I.
1454
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
en cierta manera, en cuanto rito de pasaje, su sentido cumplido
y estable, que la historia revela.
El «no-más»; el «todavía-no»
testimonian este movimiento todavía presente.
Como en todo rito
de pasaje se supera el sujeto, el espacio y
el tiempo y la conclusión cumplida es el blanco ( que suma la
multiplicidad de colores) y el silencio de la presencia, que supe­
ra los sonidos particulares y el lúnite de las palabras.
La segunda parte del libro, I frammenti delle tecche, son vi­
siones, verdades vistas en su plenitud (relación con el pasado y,
sin embargo, novedad de significado). Muy bello
y lleno de su­
gerencias el doble trozo epistolar sobre Bacon, genial el texto de
la aplicación de la fisiognómica a Voltaire.
En cuanto al último fragmento sobre La gran simulación, la
aséptica estancia de Janoshi parece condensar la pureza de la
posesión ilusoria. . . Aquella blancura etérea se contrapone al con­
creto cumplido, blanco también
él en cuanto suma de todo, del
principio. La contraposición es constante.
La superación. de la
diferencia está presente en ambos fragmentos, pero en la prime­
ra parte
es portadora de serenidad. En cambio, en la segunda,
se asoma la tensión y la ansiedad ( «la nuestra espina en el flan­
co», dr. págs. 146 y sigs.).
En igual analogía se plantea también la conexión diversa con
el devenir y la mutación, con los sentimientos y la razón, con
el pasado y
el futuro. La gran simulación presenta a J anosh
(frente al sacerdote-testigo del único y primer cumplido rito de
pasaje), como el Anticristo, el falso profeta
por excelencia. Tam­
bién
en el plano de la construcción literaria, la pane conclusiva
parece sostenida
por una tensión, si bien en guardia, constante­
mente agresiva y no se despliega tranquila y articulada
como 1a
primera. La belleza del trabajo consiste en este cristalino mundo
de lo
verosimil, que a través de imágenes y sugerencias concep­
tuales límpidas, logra, más que ello, obliga a soñar -a soñar de
un modo
adult~ para liberar la imagen creíble.
Refinadísima la forma expresiva, con un cuidadoso trabajo de
matices lexicales que logra una verdadera obra de orfebrería.
La autora ha sido en esencia guiada hacia la escritura concebida
cpmo una serie de «cuadros», viviendo exactamente lo que ex­
presa en la primera parte, donde precisamente se describe ( con
aparente
lejanía) aquella relación reveladora y visionaria con la
plenitud que
M. A. Raschini vivía en su escritura. Esta meta te­
mática especulativa hace en pane problemática la lectura, en el
sentido de ofrecer la visión sin que ella sea, efectivamente, vi­
vida como de hecho lo es por pane de la autora en el momento
en que la escribe. Al lector le queda como una especie
de dis­
tancia insoslayable que consiente solamente una síntesis tipo
1455
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBUOGRAFICA
«viejo mundo,. y no según los auspicios de la primera parte, se­
gún un nuevo nacimiento.
Más cerca de las condiciones del lector, La gran simulación,
don de la ilusión definitoria se asemeja mucho a la del crítico.
Probablemente la separación entre «Prólogo entre dos mundos»
y
«La gran simulación» es emblemáticamente la misma que in­
tercorre, diría yo inexorablemente, en este caso ( dado el tipo de
narración), entre la posesión creativa del que escribe y la pose·
sión relativa ( tras el estímulo y por tanto en un
nexo objetiva­
do), del lector.
ROBERTO Ross,
Eusebio Ferrer: EXIGIR PARA EDUCAR (*)
Eusebio Fetrer Hortal es licenciado en Ciencias de la Infor­
mación, con expetiencia en prensa y radio. Desde hace
más de
veinte años colabora activamente en cursos de orientación fami·
liar, tanto en la investigación y publicación de trabajos como en
la docencia. Una larga experiencia, tanto a nivel teórico como
práctico, avala sus enseñanzas.
Exigir para educar es un pequeño gran libro en el que el
autor expone con sencillez y sentido práctico sus conocimientos
sobre la materia.
Para
él la educación de los hijos arranca desde el noviezgo
de los padres, pues según cual fuese entonces su comportamien­
to,
así tendrán luego más o menos autoridad para orientar a sus
hijos por el camino recto. Como acertadamente dijo Mella, el
matrimonio, base de la familia,
es una institución, no para el
placer individual sino que constituye un debet y responsabilidad
social. En el curso de su exposición, Ferret va salpicando
el relato
con casos muy concretos
de su propia experiencia y las de otros
padres, como, por ejemplo, el niño que llora cuando sus progeni­
tores salen de casa, pues quiere que lo lleven con ellos; el que
deja comida en el plato; la niña que tiene píldoras anticoncepti­
vas en el bolso o pretende
hac.et una excursión o viaje sola con
su novio; las salidas nocturnas; los juguetes; los Reyes Magos;
la educación sexual;
las relaciones prematrimoniales con plena
convivencia; las amistades;
la dejación de la Misa dominical por­
que
«no dice nada», etc.
A los niños hay que dedicarles mucho tiempo, y tener
con
ellos mucha paciencia y sentido de la responsabilidad, con un
comportamiento ejemplar.
Por eso la educación supone una gran
(") · Madrid, Ediciones Palabra, 1989.
1456
Fundaci\363n Speiro