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Número 553-554

Serie LV

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Francesco Alfieri, The presence of Duns Scotus in the thought of Edith Stein. The question of individuality

Francesco Alfieri, The presence of Duns Scotus in the thought of Edith Stein. The question of individuality, Heidelberg-Nueva YorkDordrecht-Londres, Springer, 2015, 184 págs.

Mi intención es sencilla: dar cuenta de la publicación en inglés de este importante libro que tiene trascendencia por dos motivos. El primero, porque ilumina el horizonte espiritual-intelectual de la santa Edith Stein (1891-1942) y, como de refilón, de buena parte de las mutaciones católicas del pasado siglo y del presente. El segundo, porque instruye acerca de la enorme influencia de la metafísica del Doctor Sutil en la cultura y la religión contemporánea y hodierna, como ya nos había advertido André de Muralt.

Francesco Alfieri, OFM, es doctor en filosofía por la Pontificia Universitas Lateranensis (en la que también ha enseñado filosofía moderna), título que obtuvo precisamente con una disertación sobre la influencia de Escoto en Stein, y que se editara por Morcelliana en el 2014 con el título La presenza di Duns Scoto nel pensiero di Edith Stein. La questione dell’individualità. La obra que referencio es traducción de ésta, realizada por George Metcalf, publicada bajo el volumen CXX de la Analecta Husserliana, el reconocido Anuario de Investigación Fenomenológica.

El libro consta de un prólogo de Angela Ales Bello –directora del Centro Italiano de Investigación Fenomenológica–, una brevísima introducción del autor y de tres capítulos y una conclusión, además de un postfacio, una detallada bibliografía y un índice de nombres.

¿Por qué el interés de los husserlianos por Stein? Porque la santa se formó en la fenomenología –fue nada más y nada menos que asistente del mismo Husserl. Además, fue canonizada en 1998 por otro conocido fenomenólogo católico, Juan Pablo II. El intuicionismo –metafísico y ético– y el individualismo ontológico están en el fondo de sus pensamientos, reflexiones y escritos, fuertemente influenciados por el franciscano Escoto. Alfieri lo ha sacado a la luz, junto al influjo de la Lógica de Husserl y otros escritores de la escuela.

El autor es un gran conocedor de la obra de la santa y en especialista en Husserl y la fenomenología. El texto principal de Stein al que recurre Alfieri es Ser finito y ser eterno, aunque no el único, y en él va siguiendo las huellas del escotismo; es este el tema del capítulo segundo, un estudio crítico e histórico de las fuentes escotistas (singularmente las Quaestiones disputatae de rerum principio una vez que pudieron serle atribuidas) usadas por Edith Stein. El capítulo siguiente, el más escolar, estudia el principio de individuación escotista en las lecciones conocidas como Quaestiones super Libros Metaphysicorum y que constituyen un claro apartamiento de la síntesis tomasiana, no obstante pretender también de aristotélicas. El cuarto capítulo escudriña la original perspectiva de Edith Stein en cuanto a la intangible individualidad de los seres humanos. La antropología que delinea la santa está tan próxima al personalismo que no sorprende que la intangibilidad de la persona sea su tesis capital, la «yoedad» o individualidad (selfness) como rasgo distinto de la persona referida al otro (la «otredad»), la importancia vital del sentir (fühlen), del sentimiento, y la asombrosa concepción de la radicalidad del ser como «forma vacía» que toma precisamente de Escoto.

Demás está decir que la obra se desenvuelve con erudición y soltura; Alfieri muestra pericia en la investigación y fino olfato metafísico para establecer relaciones. Sin embargo, no siendo el propósito de la investigación, restaría sacar conclusiones y derivaciones del escotismo de Stein –que no corresponde que hagamos aquí y ahora– especialmente las que conciernen a la vida espiritual y a la teología moral. Para quienes están preocupados por estos temas, el libro de Alfieri les proporciona una base metafísica que explica, entre otras, la deriva personalista en teología y espiritualidad.

Juan Fernando SEGOVIA