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Número 575-576

Serie LVII

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José Pedro Galvão de Sousa, Legitimidad, Hispanidad y Tradición, Madrid, Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II, 2019, 176 págs.

El profesor José Pedro Galvão de Sousa (1912-1992) destaca como una de las personalidades más señeras del tradicionalismo hispánico del siglo XX. Cultivador del derecho público en la clave del iusnaturalismo clásico, afirmado a su vez en la tradición histórica lusitana, descubrió pronto la inserción de ésta en el mundo hispánico.

Fue merced, en un primer momento, a su amistad con el profesor Francisco Elías de Tejada (1917-1978), indubitado campeón de una hispanidad no reducida a entecos horizontes culturales, sino también encarnada políticamente. Así, en los años cincuenta del siglo pasado, ambos iniciaron con toda intención una empresa cultural común, la revista Reconquista, que por desgracia duró poco. Un decenio después Galvão de Sousa fundaría, siempre con la colaboración de su compadre Elías de Tejada, otra revista, Hora presente, en admirable fidelidad a una línea marcada por la catolicidad, la hispanidad y la legitimidad. Esto es, la del tradicionalismo hispánico.

Trató el profesor brasileño a lo más granado de ese mundo, a la sazón no sólo relevante por la altura intelectual de sus representantes sino también por el peso de su fuerza social. Respecto de lo primero, al ya mencionado de Elías de Tejada, habrían de sumarse –entre otros– los nombres de Rafael Gambra, Juan Vallet de Goytisolo o Álvaro d’Ors. En cuanto a lo segundo, nuestro hombre se adhirió con entusiasmo y perseverancia a un Carlismo todavía popular en amplias capas de la población y con una organización en absoluto despreciable. Conoció al Jefe-Delegado de la Comunión Tradicionalista, Manuel Fal Conde, que le impuso la boina roja, al Delegado Nacional de Requetés, José Luis Zamanillo, y al futuro Jefe-Delegado Juan Sáenz-Díez. Pero también a los viejos integristas (reintegrados a la Comunión) Manuel Senante y Luis Ortiz Estrada, así como al inefable historiador Melchor Ferrer Dalmau.

El nombre de Galvão de Sousa comparece, pues, en las empresas más señaladas del tradicionalismo español de esos años. Lo encontramos en la elaboración del libro ¿Qué es el Carlismo?, animada –cómo no– por Elías de Tejada al frente del Centro de Estudios Históricos y Políticos General Zumalacárregui, por él fundado, y que después de su muerte (a diferencia del resto de su legado, custodiado por la Fundación que lleva su nombre) cayó en otras manos, que no lo han cuidado, hasta vegetar hoy penosamente. También en la creación, tras las I Jornadas Hispánicas de Derecho Natural, de la Asociación de Iusnaturalistas Hispánicos Felipe II, que goza de buena salud convertida hoy en Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II. Pero igualmente en las Reuniones de Amigos de la Ciudad Católica y en la revista Verbo.

En el Brasil del siglo XX el mundo católico ha dado también otras personalidades, pero ninguna de la pureza y riqueza de Galvão de Sousa. Gustavo Corção, por ejemplo, escritor notable, abandonó el maritainismo de su juventud para abrazar un tradicionalismo de cuño francés y más bien volcado hacia la dramática crisis de la Iglesia que el II Concilio del Vaticano evidenció más que produjo y, de resultas, multiplicó. La revista que dirigió en Río de Janeiro, Permânencia, contó con la colaboración de destacados tradicionalistas hispánicos, como el profesor Rafael Gambra. Plinio Correa de Oliveira, por otra parte, buen conocedor del mundo carlista, prefirió erigirse en fundador y seguir su propio camino, de una contrarrevolución más de matriz francesa que hispánica y más conservadora que tradicionalista. Lo primero por sus afinidades culturales electivas, mientras que lo segundo posiblemente por sus vínculos con los Estados Unidos, que lo apoyaron en la batalla del anti-comunismo. Precisamente en ese anticomunismo, no acompañado de un antiliberalismo eficaz, residen en parte las debilidades de su obra y los motivos de distanciamiento progresivo con el carlismo. También en la deriva –si no fue originaria– sectaria de su organización, mantenida intacta en sus metamorfosis.

Los textos que hemos reunido en este volumen proceden todos de las páginas de la mentada revista Verbo, de la que fue colaborador frecuente y entusiasta, traducidas algunas por Estanislao Cantero y otras por quien firma estas líneas.

Los tres primeros giran en torno del problema de la legitimidad, más señaladamente el segundo y el tercero, referidos respectivamente a un famoso pensador francés, punto de referencia doctrinal de los blancs d’Espagne, Antoine Blanc de Saint-Bonnet, y a la «Carta a los españoles» de la Princesa de Beira, donde la segunda esposa de Don Carlos V salvó una delicada situación dinástica acudiendo a la distinción tradicional, pero no siempre recordada, entre las dos legitimidades: la de origen y la de ejercicio.

El segundo tercio, entre el capítulo cuarto y el sexto, está centrado en la Cristiandad de las Españas de América, esto es, la institucionalización que tras la evangelización vio florecer los reinos de Ultramar. Todo lo contrario de la colonia y el colonialismo propios de otras culturas y, particularmente, la anglosajona.

Finalmente, el tercer bloque, hasta el noveno de los capítulos, aborda la cuestión de la Revolución como opuesta a la Tradición: producto de la ideología, de matriz inmanentista y siempre destructiva en su despliegue.

Como siempre, en la obra del profesor Galvão de Sousa destaca la transparencia de la exposición a la hora de tratar las cuestiones más profundas. Esperemos que los lectores de De Regno aprecien esta sencillez, que es un don, y refleja una actitud que excede lo erudito para entrar de lleno en lo filosófico y sapiencial.

MIGUEL AYUSO