Índice de contenidos

Número 575-576

Serie LVII

Volver
  • Índice

Jeffrey L. Morrow, Three Skeptics and the Bible. La Peyrère, Hobbes, Spinoza, and the reception of modern biblical criticism, Eugene, Pickwick Publications, 2016, 198 págs.

El autor enseña teología en la Escuela de Teología del Seminario de la Inmaculada Concepción de la Universidad de Seton Hall, en Orange, Nueva Jersey y el que reseñamos es su primer libro. Ha colaborado en varias revistas con artículos sobre temas de religión y teología católicas, históricos y actuales.

Este libro enfrenta a tres escépticos y sus estudios de la Biblia: el francés protestante, más tarde católico, Isaac La Peyrère; el inglés agnóstico (aparente defensor del Estado anglicano) Thomas Hobbes; y el portugués-holandés judío excomulgado, ateo y panteísta Baruch Spinoza. La temática que aborda no es nueva y, salvo por La Peyrère, hay a la fecha abundantes estudios sobre cómo Hobbes y Spinoza estudiaron las Escrituras. A la vista de estos, no puede considerarse al libro de Morrow como un aporte original, sino más bien una suerte de manual para estudios universitarios, por lo mismo dirigido a los alumnos.

Sin embargo, por más modesto que nos parezca su alcance, hay que reconocerle a Morrow cuando menos dos grandes méritos. El primero de ellos está en haber apuntado a los orígenes de la crítica bíblica histórica moderna con enorme acierto pues, como se puede leer en el primer capítulo introductorio, hace arrancar la escuela en la decadencia de la Cristiandad, con las obras de Marsilio de Padua y Guillermo de Ockham, franciscanos ambos, cobijados en la corte de Luis de Baviera y en pugna con el Papa de Aviñón Juan XXII. Y aunque esto sea sabido, viene muy bien recordar a los estudiantes que el comienzo de las modernas teologías anti-bíblicas está en la defección de la teología católica.

El segundo acierto, enorme por lo demás, es haber sabido unir la revisión teológica de la Biblia por los nuevos teólogos y filósofos a un propósito político: fortalecer el brazo secular, apuntalar los Estados nacientes, como nuevo poder capaz de frenar las ambiciones pontificias. De donde se siguen varias funestas consecuencias tales como la desacralización de la Biblia, la secularización de las instituciones religiosas, el rebajamiento del estatuto de las iglesias, la reducción de las religiones a una moral cívica congenial a la obediencia al Estado, y un marcado y difundido anti-catolicismo. No por nada la tendencia crítica encadena su suerte a la del emergente protestantismo y se hace fuerte en los principados y naciones adheridas al luteranismo y el calvinismo.

El libro de Morrow fuerza a entender la crítica histórica de la Biblia en la Modernidad como parte de un proyecto político contra la Iglesia Católica, que servirá para justificar las ambiciones de los Estados, en tres puntos que el autor prueba: la designación de los obispos y las autoridades religiosas, la expropiación de las tierras y propiedades de la Iglesia Católica, y la imposición de gravámenes al clero y la Iglesia. Por todo esto, la obra que comentamos merece ser leída.

JUAN FERNANDO SEGOVIA