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Número 130

Serie XIII

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Actualidad de Santo Tomás de Aquino

ACfUALIDAD DE SANTO TOMAS DE AQillNO
El "retorno" de Santo Tomás de Aquino,
« ..• no podemos dejar de a/,udff, al menos de pasada, a otrOs
"significados del acontecimiento de hoy; es decir, en primer lugar,
"el «retorno» de Santo Tomás, de forma ciertamente inesperada,
"pero formidable, para com,a/idar la sabia indicación que el Sup,e-
11mo Magisterio ha dado de. él como de guia autonzado e insustittd­
"ble de los estudios filosóficos y teológicos, y que el Vaticano II
"ha confirmado

de él, hablando como
del «maestro» perenne (Op­
"tatam totius, 16), especialmente pell'a las Universidades-católicas
"(Gravissimum educationis, 10); y por ello, el «lndex» viene a co­
"r-roborar que, una vez más, para edificar algo valioso es necesario
''tener siempre en cuenta, permitídnoslo decú-1 al Aquinatense. ,,
''Y, segundo; por el hecho de que sus innumerables obras están
'1ahora
recogidas en su ·totaUdad, y viviseccionadas, y ordenadas para
"componer
estos

índices
y estas concordancitfS, no podemos sino es­
"per-ar una contribución positiva

de luz,
claridad y orden, para los
"estudios actuales, no

sólo de-
filosofía, o

de
lingüística, o
de
semán­
"tica,
etc.,

sino
para «el estudio» en absoluto, para hacer que se en::..
'' cuentren nuevamente puntos fi,,rmes tras ciertas aventuras lamen­
"tables originadas por
la improvisación, la ligereza, sobre todo por
"la
separación, más

que de los métodos
válidos de la lógica y de la
"gnoseología, de las· matrices mismar del pensamiento cristiano, ·del
"cauce seguro
por

donde discurre el río pacífico
y poderoso de la
"tradición.»
PAur.o VI: _Alocución del 20 de mayQ de 1974
al Comité Promotor del «Index Thomisticus» (ori­
ginales italiano y fraricés; L'Osservatore Romano
del 20-21 de mayo de 19'74; traducción de Ecclesia
núm.-1.696

del
22 de _junio).
Santo Tomás de Aquino, maestro de peneamiento par~ la hús­
qneda de la verdad.
«Santo - Tomás de Aquinó, gran santo, gran filósofo j, gran teó­
"logo1 Una de las maJoreS y·mejotes figuras de 'la hiitoria de -la cul-
1Ó99
Fundaci\363n Speiro

''tura medieval europea! personalidad de fama mund,i,a/,, de impor­
"tancia actual
y moderna.
"Hemos querido honrar también

Nos, con un acto de
presencia
"al menos,
a

este maestro de
pensamiento, al cual tanto

debe la
es­
ncuela,
la civilizaci6n, la

Iglesia;
y lo hemos hecho con un deseo es­
"pecial en

el co,azón: el deseo de que
las nuevas generacio.nes, los
"jóvenes~ queremos

decir los estudiosos, los
maestros! los
políticos,
''los
periodista;, los

artífices, en definitiva, del pensamiento
y de la
"palabra,

encuentren en este sabio doctor «el arte de
pensar bien»
"-en
palabras de

Pascal- que es saber ejercer la divina
(Divina
"en
semejanza)

facultad de la inteligencia para una
orgáni.ca y ra-
11 cional búsqueda y conquista de la verdad, hasta sus irradiaciones
"superiores, además
de

la
zona sensible y experimental, hoy tan abier­
"ta
y seductora; en la esfera no sólo matemática y científica, donde
"hoy triunfa

el
saber, sino también en

aquella ·otra de los
principios
"sumos,

que hacen que el problema
del-ser y, por tanto, el problema
"de Dios, y en consecuencia el de nuestra vida, revistan un máxi-mo
"y

sublime interés-.
"Santo Tomás,

con sus
preferencias aristotélicas, es decif', realis­
tas, nos

puede conducir
por e.sos
senderos sin desconocer nada de la
"·verdad contenida

en
cualquier otro sistema

filosófico
y sin impedir
"a
la

investigación humana·
un posible

continuo
progreso; y.
llega­
"do a

los umbrales de la revelación
divina, lejos

de rechazarla,
trata
"de aco¡r,erla en sus

recipientes racionales y
suprarracionales, es
de­
"cir,
relil(iosos y místicos, siempre con un respeto doble y rir!uroso:
"al

hombre, discipulo,
y a la palabra de Dios, Maestro de ulteriores
"verdades st:rlvíficas.»
PAULO VI:· Alocución en el «Regina Coeli» del
domingo 21
de abril de 1974 (original italiano en
l'Os1ervatore Romano del 22-23 de abril de 1974;
traducción de Ecclesia núm. 1.690 del 11 de
mayo).
Santo Tomás, maestro de· método y de pedagogía, despertando
el appetit.u_s varitatis.
«La

escuela de· Santo
Tomás puede ser para nosotros una

pro­
"pedéutica elemental,
pero providencial, de

aquel alpinismo intelec­
"tuaJ filosófico

o
teolór.ico que
exige, sí, el respeto de las leyes del
"pensamiento en el análisis
y en la síntesis, en la búsqueda inducti-
1',va
y en la concluii6n deductiva, indispensable para -conquistar las
"cimas de
la
Verdad y para ahorrar a la mente humana la vana ex­
"periencia de

ilusorias
y frecuentemente frágiles construcciones. Y
1100
Fundaci\363n Speiro

"también para otro objetivo1 siempre en el campo didáctico, pero
"bastante

importante
en la f)Conomía del
pensamiento; es
decir, el
"de acostumbrar

al
discípulo (y en cuanto til saber todos somos dis­
"cípufos) a razonar en vü-tud de los principios subjetivos de

la ver­
"dad y objetivos de la realidad y no según fórmulas que la cultura
"en boga, fovarecida muchas veces
por tantos coeficientes exteriores
"y
ocasionales1 impone a. la mentalidad pasiva de un cierto ambiente
"o de un momento histórico concreto.
Parece extraño~ pero así es:
'1el maestro Tomás, lejos de privar a/, alumno de su personal y ori­
,,
ginal virtud _de conocimiento y de búsqueda, despierta, más bien,
"aquel appetitus

-veritatis que asegura
al pensainiento una fecundi­
"dad siempre

nueva,
y al estudioso una· característica personalidad
"propia.»
PAULO VI: Mensaje en el VII Centenario de
Santo
Tomás de Aquino ( original italiano en
L'Osservatore Romano del 22-23 de abril de 1974;
traducción de
Ecclesia núm. 1.690 del 11 de
mayo).
Actualidad de Santo Tomás de Aquino y su triple grandeza
en virtlld moral, en ciencia filosófica y en especulación teoM
lógica.
«Esta

Asamblea reconoce,
en efeao, la grandeza de Santo To­
"más de

Aquino
bajo el triple aspecto
de la
virtud moral, orientada
"toda

ella a mostrar
y facilitar el camino de la ascensión del espíritu
"humana
a

Dios (cfr.
D. Th. C., XV, 1, 633); de la ciencia filosó­
"fica,

tan ensalzada por nuestro gran
predecesor León XIII en la
,iconocidísima encíclica Aeterni

Patris, del 4 de aiosto de 1879
"( cfr.
Acta, págs. 225-284) y de la especulación teológica que, se­
i'gún
el

mismo célebre documento pontificio
y la
conno.tación
hi,r­
"tórica,
clasifica

al Aquinate entre los mayores
maestros del
pensa­
"miento religioso. Nuestra complacencia se acrecienta viendo en el
"homenaje rendido
al insigne maestro medieval

no
sólo un
recono­
" cimiento

a su gran personalidad
y al, fuerte y decisi,Jo influjo que
"tuvo su obra tanto en el pensamiento de su
tiempo como
en el de
"los siglos

posteriores, sino
descubriendo también
en ello un claro
"y si1
de su
actual,idad.
nv uestra intervención, ilustres señores,_ esclarecidos profesores e
-''inteliRentes estudiosos! demuestra

que
la voz de Santo Tomás de
"Aquino no es un simple eco de
tdtratumba, como
la de tantos otros
"Rloriosos pensadores, cuya

historia se complace en recordar nues­
"tra cultura moderna, ci la vez que trata de descifrar el esfuerzo in-
1101
Fundaci\363n Speiro

"telectual llevado a cabo por ellos pttra penetrar en los secretos dél
"universo
o
de hallar en sus
personales especulaciones una riqueza
"de expresiones Of'iginriles y elegantes, sino

que_
demuestra, sobre
"todo, que

la voz del
inCompa1'able hijo
de
Santo Domingo sigue
"hablando

a nuestros
espíritus como la

de un
maestro viviente,
cuyas
"enseñanias nos r(lsulta p,recio.so escuchar,

a
causa de
su contenido
"tOdavía válido 'Y actua_l, del que no pocos de. vosotros reconoce_n la
"urgente '.)! nó desdeñable necesidad.»
PÁlJLo VI: M·ensaje en el ,VII Centenario de
Santo TomfÍ.s de Aquino ( original italiano en
L'Osservatore Romano del 22-23 de abril de
197Á; traducción de Ecclesia núm. 1.690 del 11
de mayo).
Santo Tomás y la húoqueda de la verdad. La fidelidad a Santo
Tomáe.
«En tercer lugar, deseam05, finalmente, incitaros y moveros al
"estudio c_ada vez más ferviente y asiduo de la Verdad. Santo Tomás
"enseñó
que

todas las cosas creadas
en la pa/,abra de
Dios
tienden
"a exponef'
la verdad como

a
.su fin:

«Se sigue, pues,
necesariamen­
"te
que

la verdad es el fin último de todo el
·universo» (Contra_ Gen­
"tiles, I 1, c., 1). Este es el modo maravilloso y espléndido de pens,,,. ·
"sobre
toda la
c1"eación, que os invíta

a
captar atentamente toda

voz
"de verdad· que

os llega de
parte de

los hombres, sean éstos los que
"sean: -«Todo lo
verdadero, dichO por cualquiera que

sea, viene del
"Espíritu Santo» (Ambrosiaster, cfr. Santo Tomás, 1-II, 109, ad. 1).
"Por tanto,.-debéis estar atf!nt'os a

las voces de la
cultU1"a 'l' a los mo­
"vimientos
de la historia. Pero, al mismo tiempo, com~ discípulos
"de Santo

Tomás e hijós
fiele.s de
la
IgleSia, deb"éis sopesar -cNtica-
11mente
y repudia1' aqUellas opiniones exegéticas y teológicas,-acep­
"tadas por ·audaces

pero
ineptos filósofos

profanos, las cuales
ponen
"en
duda

o deforman el
sentido objetivo

de las
verdades que la

lgle­
"sia ha e'liseñddo tradicionalmente con

su
autoridad (
cfr. exhorta­
"oión <>/)ostólica Petrum et Paulum del 22 de febrero de 1967: «AAS»,
"59, 1967, 198).
.
"
"En el discuno que prónunciamos ha~e ocho días en la basüi­
"
ca
de Fossanova (Latina,
Italia), expusimos varias razones por las
'' cuales la Iglesia pone plenamente su confianza, incluso hoy día, en
"Santo Tomás; y en la alo_cución que tuvimos en la ciudad de_Aqui­
"no dijimos, entre-otras

cosas,
lo siguiente: «El es el Doctor de la
1102
Fundaci\363n Speiro

"Iglesia que ha ilustrado su doctrina como no lo ha conseguido
i,hacer quizá

ningún otro en toda la
historia» a
causa de la
penetra­
,,
ción

de su ingenio. Y ahora os decimos a vosotros
aquí presentes
i, y a toda vuestra Orden: ta Iglesia eJpera con gran confianza de los
"hijos de Santo Domingo
fidelidad a
la
doctrina de
Santo
Tomás
"de
Aquino,

la
cual, debe s81' deJarrollada ult~iof'1!7,ente jegún_ las
,, cuestiones

que propone el
mundo, actual ;r según la grandíJima
"fuerza y la eficacia interna
que yacen en ella. La fidelidad a Santo
"Tomás fo-rma parte

de vuestra especial misión
en la
Iglesia.»
PAULO VI: Orientaciones a los Dominicos del
21

de septiembre de 1974 (original latín en
L'Os­
servatore
Romano del 22 de septiembr ede 1974;
traducción de
Ecclesia núm. L 712 del 19 de oc­
tubre).
Santo Tomás-y· la confianza en la verdad y en la complemen­
tariedad

entre fe
y ciencia.
« ... maestro Tomás, ¿qué lección·puedes darnos? A nosotros, en
"un momento

breve e intenso como el
presente,· a nosotros que

es­
"tamos lejos de tu escuela desde hace ya siete siglos; a nosotros, gal­
"vanizados
por

la
cultura; a
nosotros, orgullosos de nuestro
saber
"científico; a
nosotros, distraídos por

la
«_fascinatio nugacitatis»
de
"la que

habla el libro de la
Sabiduría (4,
12)
y que experimentamos
"hoy con

el predominio del conocimiento sensible sobre el intelec­
"tual y espiritual; a nosotrosi sometidos

a
la anesteJia del

laicismo
"antU'1'eligioso; a

nosotros,
Santo Tomás
1 que

todavía sigues
sobre­
"saliendo,
filósofo y teólogo,

sobre el horizonte del pensamiento
"ávido de

seguridad, de
claridad, de profundidad, de fealidad,· a nos­
,,
otrosi incluso

con
una sola palabra, ¿qué puedes decifnos?
"Santo
Tomás

no
reJponde ahora

con palabras que en gran
_me­
"didd,
'V procedentes de sus obras, vendrían a nuestra escucha, sino
"con el
reflejo

de su _figura
y de su enseñanza, de las que nos pare­
.•i
ce

escuchar
una lección

exhortadora. La confianza en la
verddd del
"pensamiento religioso

católico, tal como fue difundido por él, ex­
,, puesto,
abierto a la capacidad cognoscitiva de la inteligencia hu­
"m(J.na.
Basten

algunos aspectos de su obra monumental para con­
"solidar en

nosotros esta confianza,
la cual desearíamos que

perma-
1'neciese como recuerdo vital de
la conmemoración centenaria del
"santo Doctor. Confianza, porque su obra se
evidencia ·en la

histo­
"ria del pensamiBnto, tanto _.filosófico como

teológico, como una
sín­
"tesis

de lo
que otros

ilustres
maestros, antes
que
él) han
estudiado
1103
Fundaci\363n Speiro

''y dejado en herencia a la cultura universal; él ha asimilado el teso­
"ro de saber más significativo de

su
tiempo (
que es tiempo incom­
"parable por

la amplitud y
por la
agudeza del estudio especulati­
"vo); lo

ha calificado
con el
más riguroso intelectualismo, el aristo­
"télico, el cual, .rin desconocer otras formas

supremas del conoci­
"miento, como

la neoplatónica o agustiniana,
pa,-ece ponerlo
en sin­
"tonía con nuestra rigurosa mentalidad moderna; lo

ha sometido,
"sin prejuicios, a

la discusión dialéctica de
una honesta y apremian­
"te racionalidad; por

ello,
lo ha abierto a toda posible adquisición
"progresiva! con

tal de
que lo reclame

el descubrimiento de
una
"verdad ulterior.
"Confianza, incluso, debemos

a
Santo Tomás, porque nos
ayuda
"a resolver

el conflicto tan divulgado
y radicalizado en nuestra épo­
" ca,

entre las do.r formas de conocimiento de que dispone la inte­
"ligencia
del hombre

creyente: la fe y la ciencia,
partiendo de la
"palabra de Dios revelada y apoyada por razonables motivos de cre­
"dibilidad y comprometiendo en ella la inteligencia humana; la
"ciencia, para estudiarla con principios y métodos propios, de suerte 11
que
la resultante teológica pueda,
sin presunción y sin superstición,
"ascender a

un
verdadero y maravilloso nivel de «scientia Dei»
n( ciencia de Dios).
"Confianza, finalmente, por aquel
providencial resultado que

llega
"al pensamiento}

más
aún, a la vida

del
hombre, procedente
de la
"complementariedad recíproca

de la fe y de la ciencia. La fe busca
"en la

ciencia, es decir, en el conocimiento humano
natura/,, no
ya
1'la certeza que es don de gracia, sino su confirmación, su desarrollo,
"su defensa,

su gozo:
«Pides quaerens intellectum»

(la fe que busca
"la inteligencia); y en entendimi-ento «quaerens fidem» (

que busca
"la fe) recibe la recompensa de
una orientación fi-nal sin igual, ga-
1'rantizada como

está por la fe de la
superior Verdad divina, que
"ilumina plenamente al, conocimiento humano, lo preserva de la in­
"timidad de su esfuerzo,

de la enfermedad incurable de la
duda, del
"desesperado escepticismo final del «nihil scire» (no saber), como
"igualmente del loco orgullo
de un
despotismo científico, hoy
más
"señalado qne nunca, .el cual puede convertir en ofensa y muerte
'del

hombre que piensa
las conquistas de ·su mismo pensamiento.»
1104
PAUL-0 VI: Alocución en la Basílica de Fossa­
nova durante su visita a los lugares de Santo To­
más, en.
la tarde del sábado 14 de septiembre ( ori~
ginal

italiano en
L'OsservaJore Romano del 16-17
de septiembre de 1974; traducción de
Ecclesia
núm: 1.710 del _) de octubre).
Fundaci\363n Speiro

Actualidad de la enseñanza de Santo Tomás.
« Y, ¿'Cómo puede un pueblo t¿omo el vuestro, después de pa­
"sados siete

siglos de la
muute de
Santo
Tomás, y absorbido en un
"contextQ. histórico y social muy diferente de aquel en que vivió y
"actuó aquel santo, mantenersei en_ cierto modo, en la línea de su
"tradición? V os otros no pretendéis competir con su sabiduría y tam­
"poco situaros

sobre
las huellas de su vocación, tanto religiosa como
"intelectual. ¡ Nadie puede pretender permanecer al lado de seme­
,,jante maestro! ¡ Pero todos los que somos hijos fieles de la igle­
J'sia
podemos y debemos, al menos, en cierta medida, ser sus dis:­
"cípulos!
,, .
" si sois verdaderamente conscientes del honor de
"pertenecer a Aquino, que

da el
nombre al más grande teólogo de
"nuestras escuelas,

no solamente medievales, sino también
modernas,
"tratad

de
ser diligentes y sentU'os interesAdos en el estudio regular
"y perseverante de la religión.
" • " La lgles,ia, a pesar de admitir como legítimo y
"obligado el

conocimiento de las nuevas
Y. diversas forma.r de
la
cul­
!'tura religiosa!
no

ha
ceiado de .reiterar, incluso .en el
reciente Con­
"cilio, un .. eitudio ·preferente de las obras

de Santo Tomás. Es un
"maestro de ial categoría que inclu10 hoy merece ser considerado
"como

actual
y, en medio de la difusión de tantas opiniones, falsas
;,o discutibles! como prnvidencial. ¡ Vaya nuestra exhortación a nues­
"tros
seminarios, a

nuestras
casal religiosas! a

nuestras
mismas uni­
"versidadesl»
..
PAULO VI; Alocución a última hora de la tar4e
del

sábado
14 de septiembre durante su estancia
en Aquino ( original italiano en
L'Osservatore Ro­
mano del 16-17 de septiembre de 1974; traducció.n
de Ecclesia núm. 1.710 del sábado 5 de octubre).
1105
Fundaci\363n Speiro