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Número 130

Serie XIII

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La cultura en la guerra antisubversiva

LA. CULTURA .EN LA GUERRA ANTL-SUBVERSIV A
PÓR :Jii.
DR. B. CAVIGLIA CA.MPoRA.
Abogado (MoOtevideo).
Ciertamente que estos momentos son de acción; son de, comba~
te, soá de violencia, son· de guerra verdadera. Y todos pueden dar
el nombre de este tipo de guerra que se libra prácticamente en todo
el mundo: Guerra subversWa. Pero respecto a esta guerra hoy ge­
neralizada cuya designáción corriente es "guerra subversiva", lió
siempre son considerados adecuadamente ciertos aspectos, alcances
y profundidades que forman parte esencial de la misma.
Los tratadistas· destacan

que ella es,
ailte todo, una· guerra ·ideo­
lógica y política, es ·decir, que se caracteriza por el empleo de las
modet"nas téc'f/4,_eas, psifológicas para dominar. las mentes de la po­
blaci6n y wamformarla en inswumento dócil al servicio de la ideo­
logía y de los fines pollticos del agresor marxi-comunista. Por esta
razón hay
quiell'eS sostienen

que su esencia se
resumé y expi-esa más
exactamente
con la palabra
Psicopolítica, y que por ello su desig­
nación debe ser
GUERRA. PSICOPOLITICA.
Dejando de lado ese aspecto terminológico, lo cierto es que si
nadie discute los caracteres
ideológico, poUtico y psicotécnico que
reviste la "guerra subversiva", en general pocos ·advierten hasta dón­
.de llegan

las implicancias de tales caracteres.
Veammt las·

consecuencias
dél caráqer ideológico.

El agresor
marxi-comunista ataca mediante
una ideología

que va
impoOiendo
,a través de mil medios. Pues bien, como necesitamos luchar con· él en
el campo ideológico para impedir realmente que Siga imponiendo
la ideología marxista, necesitamos
eiI primer lugár, comprenderla.
Pero
hemos de tener bien presente que comprender la ideología
marxista no es lo
mismo que

conocer las obras fundamentales del
marxismo. Si nos limitamos a esto le haremos
el juego al enemigo
y, en mayor o menor grado, quedaremos contam-inados. Porqlle la
filosofía doctrinal o teoría marxista
--que tódoS esos nombres

ad­
mite-en sí misma· y ante todá e,s un· amia psicológica de revolu­
ci6n y aun· su mera lectura puede dañar graVemente.· Tal ocurrió a
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B. CAVIGUA CAMPORA
ciertos oficiales franceses en_ Indochina que, .dándose cuenta de la
importancia que la ideología enemiga tenía en los éxitos de la agre­
sión comunista, se empaparon de las teorías maoístas y quedaron
contaminados de marxismo. En esto se basa la acertada reflexión
del sovietólogo argentino
Alberto Daniel

Faleroni: "Inspirarnos en
Mao para combatir a Mao, es darle el triunfo a Mao".
Comprender la ideología o teoría marxista significa CONO­
CERLA EN FORMA CRITICA,
es decir, comprender y valorar per,
fectamente

la naturaleza y la gravedad de los errores que el
marxis­
mo implica. Y esto supone, a su vez, conocer cu4}es son las verda­
des que
el marxismo niega o ataca.
Y aquí nos encontramos con .una verdadera dificultad, la cual,
a menos que tomemos las providencias adecuadas, resultará insupe­
rable en nuestro mundo de hoy. Porque hay que tener presente que
del punto de vista filosófico, el marxismo no surge por generación
espontánea. Marx no
sacó su
filosofía de
la nada sino que ella· es
hija del hegelianismo, el cual a su vez, es fruto de una sucesiva evo­
lución filosófica. De una sucesiva
Involución filosófica habría que
decir con más exactitud. En pocas palabras, el marxismo constituye
la lógica culminación de un paulatino proceso de degradación, de
destrucción filosófica y cultural que dura varios siglos. El mundo moderno ha seguido dos trayectorias simultáneas y
divergentes: por una parte, ha experimentado un continuo y acele­
rado progteso en lo relativo a las ciencias exactas y naturales y a la
tecnología; pero, por otra parte, ha experimentado una paulatina y
también acelerada regresión en lo relativo a las ciencias del hom­
bre y de
la sociedad: regresión ea la cultura, la filosofía, las cien~
cias morales, políticas y sociales. La degradación cultural, filos6fi­
ca, religiosa, moral, social y política que hoy presenciamos es evi­
dente, y además de los· monstruosos regímenes que esclavizan graó.
parte de la tierra, esa degradación ha convertido el adelanto tecno­
lógico en una terrible amenaza de aniquilamiento masivo de la
hu·
manidad y aun de roda vida sobre el planeta.
El mundo moderno está empapado hasta la saturación de erro­
res

de
la misma naturaleza de Jos del marxismo, aunque éste repre­
sente un paso más adelante en
el mismo camino de degradación.
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CULTURA Y GUERRA ANTI-SUBVER.5/V A
Por tanto, las verdades c¡ue ataca el marxismo no podemos defenc
derlas con las filosofías en boga, pues foeron ellas pteci~aménte lás
que, primero las debilitaroll o las negaron.
' Así pties, para abordar el conocimiento -crítico del marxismo es
netesarió armar sé de una·· sana · filosofía,-- lo que no es fácilmente
asequible
para

muchos
efi el

mundo
actual, el

que deliberada
y per­
fectamefite viene

despreciando
y silenciando la sana filosofía y aufi
llega a los extremos de desterrar su estudio y hasta la mera mención
de
ella, La sana filosofía es la filosofía del sentido común reflexiva
y ·ciíticamente asumido, es la filosofía ·'d:el orden natural, del sano
realismo, es la herencia más preciada de nuestra Cultura Occidental,
es
decir; grecolatíno-cristi_ana.·
La, filoso~ía, fundada y· elaborada sistemáclcanie~te como cietlda,
es un producro original • de la "cultuta gri~ga" de los siglos v y IV
arttes de Cristo, heredada niás tarde po:r· los rO:roaiioS 'y [>erfecdonada
sobre todo por la Europa Occidental y Cristiaoa. Sócrates, Platóh,
Atisrótelés, Cicerón:, Séneca, _ Marco :Arirelio, Agustín, Isidoro de
Sevilla, Tomái de Aquino, Vitoria, Suátei; scifi jalones destacados él.e
una obra filosófica momunetttal e imperecedera que los impulsores
Secretos de la Siniestra RevOiudón se esfuerzan en borrar en ~ne­
ficio
final y ex<;lusivo del marxi -comp.nismo;
En la realidad de las cOSas, el dilema es sólo entre la auténtica
"Cultura Occidental y' Cristiana" y los jurádos enemigos de la mis­
ma ,¡·'de, sus valores trascendentes, enemigos que lo son, en primer
lugar, los promotores ideológícos de la Siniestra Revolución y 're·
cién después, el marxismo, que es el beneficiario final de dicha
Revolución, que él no
ha comenzado; pero que sí culmina.
Desterrada la sana filosofía, el mundo moderno está saturado
de
idelsmo, mal

llamado
idealismo, de
naturalismo, de materialismo,
de agnosticismo, de pragmatismo, de relativismo, negadores todos ·del
sano reali~o y de toda norma objetiva, permanente y universal
del espíritu humano.
Si el marxismo conquista los
núcléos universitarios y dirigentes
de la sociedad
y mediaote ellos, ~vaoza avasállador en los mfs di--_·: ' 1 . ' -'. ' -. • . '
ve:r_sos sectores sociales, eS po~que nadie le opone una doctrina po­
sitiva y sólid:i . ciué __ le c~erre __ el_paso y tah' sólo-en~?entra. él ·reiati-
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É, CAVIGLIA CAMPORA
vismo liberal Y éste no significa obstáqtlo alguno porque niega la
existellcia de verdades objetivas válidas para todos, y afirma que
cada individuo tiene
"su" verdad y "su" moral y que, por tanto,
todas las ideas,-sin discriminación alguna, son igualmente respeta­
bles; incluso considera respetables las perversas y destructoras ideas
que siembra
el marxismo y que son palanca eficaz y directa de re­
volución, de guerra
y de esclavización total del hombre y de la so­
ciedad. Ese es el secreto que explica la_ intrínseca y esencial incapa­
cidad del liberalismo para oponerse eficazmente al marxismo.
El marxi-comunismo conoce_ y valora astutamente esa debilidad
intrínseca del mundo moderno que es su relativismo y su falta de
auténticas convicciones filosóficas y morales. Y así lo expresa en
varios pasajes de un manual comunistá de psicopolítica: "El cambio de
convicciones en cualquier lugar del

mundo
está
preparado

por
la degradación y desprestigio de todas las filosofías
no-marxistas."
"El vigor y el poder de la Psicopolítica no puede ser subesti­
mada, especialmente
cuando se
la aplica
en naciones donde la inte­
ligencia se

marchita entre
las manos

de
pseudointelectuales ...

"
"En uo Estado capitalista -que en la jerga comuoista es Jo
mismo que decir en un Estado liberal- la
corrupción del

hombre
en sus costumbres
y en sus filosofías florece por doquier ... ".
"Mediante la psicopolítica nuestras posibilidades de asumir la
jefatura internacional aumentan considerablemente. Nuestro primer
y más importante paso es introducir un caos máximo en la cultura
del enemigo:·
Oara y ale<;:cionadora es, pues, esta enseñanza del propio-ene·
migo,

contenida en el referido manual
coml!-nista de
psicopolítica.
Por consiguiente, insistiremos en lo
dicho de

que sólo se le
puede- cerrar
el paso al marxismo en el campo ideológico enfrentán·
dolo

con una doctrina_
positiva., concreta y verdadera, que oponga
una cosmovisión válida
y coherente a la falsa y engañadora cosmo­
visión. _marxi-co111unista. _y .convjene. señalar aquí que no implica
poseer es.a

doctrina positiva el empleo de las grandes palabras, como
patria, Nacián,J _Nacionalismo; Hispanidad, si eltas cat.ecen de. ~
contenido conceptual :PCJ:fectamente definido y co.n~to,. enruadra·
do

en
la sana filosofía; con esa carencia tales términos no son otra
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CULTURA Y GUERRA ANTI-SUBVEIISIV A
cosa que meras palabras huef3,s, que eso sí, sirven para que tam.bién
las recoja y las explote la propia psicopolftica marxi-C?munista, como
sucede
hoy.
Todo Jo expuesto evidencia que en esta
guerra integral o global
como lo es la Guerra Subversiva, el -campo de combate de la cul­
tura reviste una importancia primordial. En efecto, la Cultura es
algo que incide directa y eficazmente sobre la mentalidad de los
hombres. Por tanto, ella es insustituíble en la labor de conquista
de las mentes
y su eficacia se ve acrecentada poderosamente_ cuando
es apoyada por la acción de las psicotécnicas.
El campo de la Cultura ofrece una amplitud considerable, por Jo
que errarían quienes centraran su atención exclusivamente en el ám­
bito de las aulas, aun abarcando las de nivel
más elevado.
Debemos

tener muy presente que el primer foco de cultura ra­
dica en la familia,
ruya función

en este aspecto es fundamental,
pues ella ejerce las más naturales
y oportunas influencias formad-,
vas

de la personalidad
y de la inteligencia e imprime una actitud
vital, muchas veces permanente, respecto a los valores
culturales
y a su adecuada jerarquización. Por ello los padres y madres deben
ser depositarios celosos de .las tradiciones culturales básicas y poseer
una formación iluminada, lo más posible, por la sana doctrina.
, Ante

la corrupción cultural
y moral que todo lo invade, incluso
la familia, no podemos permanecer impasibles creyendo que bastan
reformas en la "educación de aulas" y mucho menos, si esas modi­
ficaciones versan sobre lo meramente formal, sin que supongan
la
menor rectificación . de los rumbos culturales.
Pero
aunque esta rectificación se diera
-que no se da-, que­
daría

intacto todo el resto del vasto andamiaje pervertidor, caldo
de cultivo, según vimos, de la subversión intelectual
y violenta del
marxi-comunismo.
Existen ía:ffibié_n sectores de la cultura. don_de se
_debe actuar
con

medios
quf' no

están
compr~didos dentro

del concepto
estricto
de .la docenci_a tradicional: la .moral pública, la producción. ~rtísti­
ca en general, los espectáculos públicos de toda índo[e; sectores todos
ellos de primordial importancia en la batalla
cul.tural.
Puede llevar tiempo considerable montar la lucha en todo lo
ancho del vasto campo de la cultura. Pero lo más urgente es ir for-
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B. CAVIGUA CAMPORA
mando -cuadros de dirigentes que, llegado el caso, estén en condicio­
nes de asumir puestos claves de conducción.
La lucha antisubversiva en el campo educacional y cultural s·e
ve trabada por dos factores principales: por la falta de una concep­
ción filosófica; éoherenre; verc)adera, capaz

de dar unidad de acción
y eficiencia para derener al marxismo y derrotarlo; y. por el escaso
n:úme:ro ·de personas dispuestas y capaces de Servir a la causa nacio­
Óál en é:Ste terreno.
Para ello es preciso propender a la adecuada comprensión teó­
r_ico-práctica del marxiSi;no a la luz de la ~ filosofía, sin la cual
OOmpiensióri la lúcha· COntra la agresión marxi-comunista sólo será
superficial ·y sin cal'ácter· decisorio._ .
Pero,

además
de ~sta aplic'acióll concreta y tan u·rge11.te de la
sana filo:SOfía, es necesario tin ceritro irradiador dé la misma a efec­
tos de que puedan · acceder a ella quienes, por diversas razones, no
lün podido hacerlo, que propende al estudio del Orden Natural
y de la sana doctrina y a su difusión, proporcionando así. la posibi­
Hdad _ de e_ncarar políticas realm·ente_ positivas, constructivas, en iodos
los órdenes . de · lhs actividad e~ e<ónóm.icas,. sociales, · institucionales;
políticas de
aÜ.téntica renÜva~ión prÓfundá que

permitan abandonar
un accionar
Superfi~ial, meramente

defensivo, simplemente
rectifi­
Catori~
de

aspectos
insubstallciales e
intrascendentes; accionar,
que
significa dejar intocadas las . fallas básicas, los males de fondo, es­
tructurales.
Que propenderá, además, al
estt¡dio de la

ciencia psicológica en
forma qll:e capacite para abordar la· investigación de las psicotécni­
cas y de fa acción psicopolfrica propiamente dicha,. del agresor mar­
xi-comuni~ta.
Estos·
momentos decisivos exigen combatir formá.ndose
y for­
marse combatiendo.
Hay, pues, que iniciar la carnpafia levantando el pendón de
guerra y convocando para luchar sin cuartel p<:>r las mentes, a cuan­
tos están contra la barbarie toral del marxismo y contra sus cóm­
plices ideol6gicos que le preparan el camino. imponiendo de mil
modos distintq_s la corrupción e.t;i lo cultural, en lo mo,a1 . y en lo
l'eligioso, imponien_do

«:>da
forma _de anticultura.
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