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Número 130

Serie XIII

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Un libro esclarecedor: Michele Federico Sciacca, L'Ora di Cristo

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
" UN LIBRO. ESCLARECEDOR;.
Michele Federico" Sorocca: "L'ÓRA or CRISTO" {*)
Hay mentes rellenas de contenido lógicamente bien . trabado,
como si en
~as huhiera .1.lll-ovillo de pequeños eslabones artícula­
dos silogísticamente, que se despliegan
· y pliegan ante el adecuado
estúnulo intelectual,
pero _ que a

veces dan
lugar a que el lector no
especializado se embrolle y se•·quede con un lío en la cabeza. Pero hay otras mentes
clarificadoras, _ que expanden su luz por
doquier e iluminan cuanto conterriplan, 'm,ostrando los v_erdaderos
contornos de los _seres y 4e las cosas, y también descubren la artifi­
ciosidad de las ideas plasmadas en pipe! qué pretenden pasar por
~oherentes·-__ y; no ·tienen mayor Solidez que los juguetes· de ·-cartón­
piedra.
Entre estas mentes
luminosas, esclarecedoras, sugerentes, .que· a
veces nos muestran. ·tOdo 'un· itunenso panorama red.uciéndOló pata
nuestro examen a u11 p~ano._.asequible,_ que ·otras Veces nos·. atilplían
los

detalles que en
él resultan cla'.ves pará efttenderld, - que siempi-e
radiografían los heC"hos ·para mostrar por transparencia contrastada
y comprobada la verdad de Jo contemplado, diremos que, tal vez,
nos ha impresionado más que ninguna otra, la de nuestro -querido
amigo,

el
profesor.-Michele Federico· Sciacca. ·
El
libro

que tenemos el honor de presentar aquí, según
Su preám­
bulo, es obra "de un clerius (o intelectual) fiel, que siempre ha per­
manecido

apartado
_de la. ¡,o lítica . activa, pero nó de los problemas
de la
sódedad contemporánea y de sus trabajos,
Jo cual le ha
per­
mitido, y--le permite, reflexionar como; filósofo; es decir; .sobre la
base de los
príndpios.:,que hoy en "cambio ·quieren exilarse y elimi­
narse a favor
de. ,la praxis, ~t;! lo sed.icen te .. concreto" que· más bien
es lo particular ciego"; . . . "quiere ser
.Una enérgica
llamada a los
principios, sin los
cuales 1:10 puede_-haber _acción política ni acción
social; digo,
a los

principios
de.-1¡¡ visión ,cristiana de la experiencia"_·.
Su reveladora introducción empieza
pregunt:ando cuántos
siglos
han transcurrido de 1914 hasta hoy. La pérdida de la proporción
ha dañado toda medida
razonable ...
Más que_ la grandiosidad de Ciertos· acontecimientos, impresiona
el retroceso del hombre en.
contra_1X?sición con
el progreso
.vertigi­
noso

de la técnica
}'"' de
las. condicione_s
Jlmb_ientales o
'·'nivel de
ci-
(*) Milán, Marzorati Ed., 1973, 333 págs.
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INFORM.ACION BIBUOGRAFICA
vilizaci6n", pues la "cualidad" de una societa.r es muy . diversa de la
"cantidad" de una
masa. Todo esti fabricado M para "cualificar",
"elevar", sino para descalificar y envilecer todo valor intelectual y
espiritual. Hoy es s6Jo uno el problema
que preocupa: "progreso
técnico industrial, incremento de la producción 'Y del consumo para
el bienestar social". Esta es la dimensi6n absoluta de la llamada
, "sociedad de máquinas".
Sin duda hay que admitir que Jo econ6mico, Jo "material", ocu­
pa el lugar de valor "básico",
en el sentido de que "siendo el hom­
bre también animal ~spíriru. encarnado- necesita Satisfacer sus
insuprimibles necesidades vitales", consecuente con "la elemental
verdad de que el hombre no puede mantenerse vivo sin su cuerpo,
·cuyas necesidades

son .materiales". Pero "se confirma sin equívocos
la subordinaci6n .del cuerpo al espíritu, desde el momento en que
aquél es. reconocido como condición de_ la actividad espiritual con
miras al . fin de elevación del hombre a su integridad de cuerpo y
espíritu, que tampoco es su pleno cumplimiento,. en cuanto es rran~
sitorio y obra no sólo del hombre". Pot eso, "la caída de los valores
espirituales, y la supremacía del progreso técnico-indusrrial-produc­
tivo para el bienestar, convertido en fin et, 1í mismo, trae el con­
siguiente envilecirnienro del hombre y. su degradación a la animali­
dad", que amenaza con sumergir nuestra '_'verdad" o la-esencia del
hombre.
Hoy se tiende a ser sólo "té~nico especializado", con un cierto
bagage de nociones de televisión, de enciclopedia a n_ivel de todos,
que tiende a sustituir el nivel humanístico de cultura por el
·"econo­
místko"
y "cientístico". Esto comienza desde los primeros grados :de
instrucción ·y tiende a llegar hasta el vértice, de tal modo ,que lle­
gará un momento en que "la cultura universitaria se ~~-sus­
pendida

en
el vacío y, quiérase o no, deberá···resignarse -a dejar de
representar el grado más elevado de la cultura y de la enseñanza
humanística y científica, para Convertirse también en una .escuela
técnico-profesional de masa".
· ·.
El hombre "se ha envilecido de tal modo a sí mismo y a su li­
bertad de espíritu, que espera su propia libertad de un decreto ley, elaborado en algún cenáculo de politicasrros, de la burocracia. es­
tatal que, en sí misma, en tanto máquina, es irresponsab\e"; y el Es­
tado "en lugar de ser el promotor de Jo.s derechos naturales y su­
prasoiales

del hombre, es
la máquina que le produce y le da, le
quita y le suprime, le ofende e insulta cuando quiere so
pretexto de
la
salud pública, del bienestar de todos, de los intereses superio-
res ... ".
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INPORMACION BIBLIOGRAPICA
l. Dros, 'EXILADO DB LA CIUDAD TERIIENA.
El problema primero y fundamental para la filosofía clásica es
el de la
realidad y del saber que se centra en el ser. Hoy, el proble­
ma de la
verdad ha sido sustituido por el del método para la conse­
cución de lo
útil; y el del ser; por el del hacer. Lo útil prescindé d.e
la

verdad
y el hacer, en el sentido -extrínseco de construir, elimina
al ser.
'-
Se afirma que· 1a verdad divide a los hombres, pues como no se
trata de una
mera Opinión, -es

preciso no·
trans.igir
respecto

a ella;
y, en cambio, parece má_s fácil que se pongan de acuerdo en cuanto
a los medios
y a los conocimientos técnicos qlle permitan resolver
los problemas cotidianos de organización, de bienestar social, etc.
Es algo ya planteado por Sóo:ates en el diálogo Eutifrón, de Platón.
En política, también se dice que es mejor no discutir acerca de los
principios y ponerse de acuerdo acerca de las cosas. Pero "las cosas
son ciegas",

observa Sciacca,
y así "se concluye por _elegir-a ciegas,
es decir, sin la luz de la verdad".
Para no dividir, se dejan
al margen incluso los principios -n:io~
rales y también la verdad religiosa, para no enfrentar unos hombres
a los
otrós. Se

llega a pretender que existen dos mundos: "uno so­
cial o
público, ·en

el cual los hombres se unen en torno a lo que prác­
ticamente les conviene y deciden al respecto; y otro de las creencias
y de las opiniones personales, de las cuales lo mejor es no hablar
porque de lo cóntrario podría estropearse la conversación".
Es la
tes_i.s de
N atán, -el drama de Lessing, que concluye con el abrazo
universal de los protagonistas que renuncian a
· buscar

la -verdad.
As( .son eliminados lbs principios

morales, con . la consiguiente>
decadeneia de

las
costumqres. No

buscándose
el ser y la verdad, sino
una· organización cada vez más funcional y racional de nuestro fa­
bricar
_para un mayor y más difundido bienestar, la moral deja de
consider~se
como la petfección interior del hombre o la práctica
de
ia-_-virtud ~, fOstá de

sacrificios
y renuncias, y se la contempla como
la liberación del hombre de todo cuanto impide o comprime su ex­
pontaneidad, es decir, de los vi_ejos tabúes, llamados virtudes, que
son
considerados como pretex~_._más o

menos hipócritas
_que enmas­
cararán

otros intereses o superestructuras económicas, o simplemente
prejuicios.
La virrud Se presenta así como un instrumento de repre­
sión, un prejuicio que impide al hombre ser feliz en el desarrollo de
su
riaturaleza instintiva. La libertad, de ese modo, queda reducida a
la pura expontaoeidad animal.
También, asi Dios es exilado de la ciudad terrena
y relegado
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INFORMACION /3Il!LIOGRAFICA
a un fideísroo privado. Por otra parte, se estima que, si Dios existe,
el hombre no_ es libre; pues no puede serlo si hay un Dios que es
su patrón y señor, que roda se lo enseña, que lo envuelve en su pro­
videncia y que- lo desvía de su fin. te.treno, al ser ·concebido este -Pios
CO:tp.o_ -fin último, bien -absoluto y eterrui bea,tirud, Siendo así "el
opio del pueblo". Feuerbach, y tras él Man; afirmarón que no fue
Dios·· quien creó al hombre, sino que- el hombr-e, con su imaginación,
inventó
a
·:pios, pues; al vivir en tiil estado. de renunc_ia, alienó a otro,
en ese caso a Dios, lo que le pertenecía. Se desconfía en Dios para
confiar-, en absoluto, en el hombre.
· Pero,

pretender eliminar
el mal de este mundo "equivale a afir­
mar que la ciudad de Dios puede ser
perfectamente realizada
en este
mundo. Y,-
~n _este

caso,-el
:.hombre, capaz
de construir el
reino per­
fecto, sería el mismo" Dios. Pero -eótonces ya- no se trataría del hom­
bre, sino de otro ser. Por· otra parte, . el. tener más confianza en el
hombre que en Dios, es afirmar que
. el

hombre es más que Dios
y
esto - es una forma de ateísm~. por desesperaeión".
Cierto que, junto
al _ateísmo· optimista·, respecto de las posibili­
dades del hombre, tenemos
el "ateísmo de ·lo ·absurdo" de Camús,
implícito en la concepción del mundo -como esencialmente
absu!do
y contradictorio;- pero "lo absurdo elevado a _sistema se niega a sí
mismo, en cuanto sistematización de
lo absurdo, orden del des­
orden".
IL LAICISMO-Y HUMANISMO LAICISTA.
El capítulo IÍ _ enlaza el mundo moderno cori la religión del hom­
bre
que se

declara
a:utosufo:iente; identificándose ya· sea con la Raz6n
(en ·el sentido iluminístico. y ert el hegeliano), bien séa con- .la vo­
luntad
(la acción) o con la vida o el sentimiento (en el sentido ro­
rrtántico y vitalista); y considera -la religión conio enemiga en cuanto
niega prácticamente

esa
autosuficieneia al
considerar al hombre. de­
pendiente de Dios,
Principio trascendente y absoluto. El núcleo lai­
cista de-
la civilización moderna part~ · de·-la convicción de que la
razón humana es el fundamento de sí
misma, y de _que ésta· es la
verdad,
toda la verdad.
Ese nuevo. mesianismo laico ·e 'iconoclasta ha invadido y-corrom­
pido la cultura europea: "los valores privados de su fundamento ab­
soluto
se han eclip~ado; et ord-en: natural y hum.ano ha quedado· sus­
pendído
en e1

vacío·. En -vano; -
d.u.taBte .cerca·
de dos siglos,. la
razón
divínizada se ha

esforzado,
_patai salvarse, ·en inventar mitos

-de su
carácter
absoluto'~; ... "en vano,

el
.tnito- como: todo

mito, se ha
mostrado simplemente mito". Perdída_la verdad,
·en -la que-se _apoya
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lNFORMACION BiliUOGRÁFICA
la objetividad de la 'tazón, negadó el Ser, fundamento de todo ser,
no hay verdad ni valoies-que se salven sin el Ser. El .. -todo eS racio­
nal y nada existe por .eÍlcitna de la razÓrt", ha engeñdardo-en su seno
el "todo es irracional y nada entra en· el ordeO. de fa·-razón". Los
héroes--iluministas
y masónicos han cedido ef paso a los existellcia­
listas

de- Sartre,
y el laicismo entusiasta y dogmático del hombre ha
sido demolido por el laicismo crítico que ha revelado toda la irra­
cionalidad y la falta de sentido de
la absoludzación del hombre.
Después de que el primero hubiera asignado al hombre lo que es
de Dios, el segundo le ha negado incluso lo que es suyo, lo reduce
a la Nada. · ·
Pero

del fenómeno de salón, de
club, de logia, de pasillos parla­
mentarios, deI
laicismo liberal, se ha ,pásado al fenómeno de masa:
"fábricas",
"cooperativas", "casa del
pueblo'.'. del laicismo social inar­
xista, que refuta dogmáticamente las conclusiones críticas del ·numi­
nista-liberal y hace Valer su nueva instancia .social en el puro terre­
no de
la piaxis, con una fe· absoluta··. en el fu.roro de una humani­
dad mejor
y perfecta, en la que el hombre realizará sus aspiraciories.
"Quien se niega
-a
conocer
y amar a Dios, fatalmente recónoce
y ama un fetiche"· ... "Y toda idolatría corille_va el fanatismo: Dios
es uno; pero los ídolos pueden ser iofioitos y cada hombre sé fa­
brica el suyo" .. . "cada hombre cree-que su ídolo es el verdadero
y
niega la verdad a lo_s otros;- surge la intolerancia Violenta y gue­
rras de ídolos contra ídolos, de fanáticos ·contra fanáticos; de--_.ahí
la falta de respeto redpróco, de ahí la impiedad hacia todo y rodos
y
la negación de la· libertad. La· sociedad moderna· id6laira -'--el lai­
cismo siempre es -idólatra-eS fanática e intole!aó.te, de extrema
intolerancia.
111. LA CRlSIS DE LA CMLIZAclóN OCCIDENTAL Y EL PROBLEMA
DE_ SU UNIDAD ESPIRITUA~
Según explica· el autor,- esta es la 00-nsecúencia de la ruprura
producida entre la tradición culntral crítico'.científica y la metafísi­
co-religiosa, características de· nuestra civilización en· Ja --qU.e se· ha~
liaban entrelazadas. Esta crisis tiene una doble vertiente: una, pro­
ducida por el -humanisniO ·laicista y, otra; · por· till supe!teologismo
ariti-humanista.' El. resultado·
ér el' mismo: "la ruptura éritre el hom­
bre
-y Dios: o Sea. el hombre "sin Dios o Dios sin el-hombre, o un
radOnaliSffio irracionál,

porque contra
la razón ·es llegar a Dios, o
uri fideíSJllo igualmente

irracional,
pOrque vi C:Ontra la razón negar
lá.
misma

razón
y ··la verdad ·racional"'; pues "rio-se salva' la fe sin
salvar la razón, ya qtte negar la objetividad de ·ésta, su luz de ver-
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INPORMACION BlBUOGRAPICA
dad, es negar también la verdad de la fe: el super-humanismo ateo
pierde la verdad humana en el momento en que niega a Dios y a la verdad revelada; el
superteologi1;mo pierde

a Dios y la fe en
· cuanto

niega la verdad de la razón".
Un fruto amargo de esta ruptura
ha sido "la ilusión

de la línea
de pensamiento de Descartes a Hegel, del ingenuo cienticismo positi­
vista y neopositivista", "error especulativo, como es la identifica­
ción de conciencia y verdad, de sujeto consciente y objeto conocido,
porque una ci:>sa es el conocimiento humano de la verdad y· .otra
cosa es. la verdad".
El pensamiento moderno había presentado un ·aspecto destructor
y otro_ constructor: "con el primero intentó implacablemente demo­
ler los fundamentos del realismo metafísico y gnoseológico del pen­
samiento clásico cristiano, con lá consiguiente negación de Dios,
de la inmortalidad personal del alma, etc.; · con el segundo se esfor­
zó soberviamente en construir una nueva verdad, un mundo nuevo":
el 1'egnum hominis, que se creía realizable en este mundo_ y autosu­
ficiente.
Y el pensamiento contemporáneo, aceptando la parte destruc­
tiva, somete a ulla crítica implacable el áspecto constructivo, ne­
gando toda verdad objetiva y universalmente válida. Ciertamente,
esta crítica ha resultado fácil,·pues "si no hay una verdad objetiva, es
decir, no creada por el hombre, sino sólo la que él se ha dado como
un objeto interior, y no hay más verdad que la producida por el
hombre, ¿qué hay que defender?: "la crisis de los aspectos particu­
lares -(inoral, político, social, etc.) de nuestra civilización es conse­
cuencia de la pérdida de la verdad, de la metafísica clásica, del prin­
cipio de la metafísica en cuanto tal, de la pérdida de la conciencia
metafísicaJ del fundamento".
"El pensamiento laicista, negada la existencia de Dios
y la ~is­
ma posibilidad de pensar, ha perdido al mismo tiempo la confian­
za en la capacidad del hombre para construir sin Dios un mundo
verdadero y bueno, ha caído en la verdadera nadd' y, por eso, ha
perdido
el ca.mino, está desorientado; se ha autodestruido, nq le
queda
"sino
ser materialista y escéptico, acrítico y vano. Ha per­
dido el concepto mismo del derecho, con la negación del derecho na­
tural
y con la subjetividad de la ley; de ahí la autoridad como auto­
ritarismo arbitrario y, por ende, tiránico; y de ahí la negación de
la autoridad en cuanto tal y, por ende, la anarquía".
La gran ttadici6n cultural europea sufre el asalto por dos lados
de dos invasiones. bárbaras:
"la marxista y la angloamericana, dos
«civilizaciones>> técnicas, praxistas, para las cuales los valores teoré­
ticos carecen de toda validez; valen sólo aquellas
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INFORMACION .BIBUOGRAFICA
mente iosttumentales que son ttansforma),les y adaptables a las si­
tuaciones sociales, válidas sólo como medio técnico
. de. organiza­
ción ... ", "dos civilizaciones sin cultura", "dos miios Iaici~(í:1.5.", "idén­
ticos en la concepción materialista de la vida,-que acept¡¡n, como
verdad dogmática, la solución
infalibl_e del
destino de la humanidad
futura, la más feliz imaginable". Pero, el "peligro mayor no lo cons­
tituyen hoy el comunismo ruso
y el neocapitailsriio americanp; está
en la propia Europa, que, renegando de su tradición crítico-humanís­
tica y de la religiosa, es decir, de sí misma, aCépta «d~mocrática­
mente»
una
concepción antieuropea de la vida, que es la misma del
sovietismo y del angloamericanismo ".
IV. CULTU~, CIVILIZACIÓN, TÉCNICA.
Estas tres palabras representan tres conceptos que el autor -trata
de desenttañar en el capítulo IV.
,
El

concepto de
cultura es complejo: "no es sólo aprehensión y
adquisición personal de lo que se aprehende; no es un cúmulo de eru­
dición, sino conciencia crítica; no un conjunto de nociones, sino un
«universo» de conocimientos, un «cosmos» intelecrual, un todo or­
gánico
y «otde_!Iado». Por eso, no es cultura la pura «especializa­
ción» que puede realizar el «experto» o el
«docto», pero
no
to»". Objetivamente, cultura "es el conjunto orgánico de las obras
válidas de la actividad intelectual del hombre",
El término
civilizaci6n es ambiguo. Hoy, sin embargo, indic~
especialmente,

"progreso, avance, etc.,· más en el sentido de conquis­
tas externas
--Científicas, técnicas,

sociales, etc.- que en el otro
de conquista interior;
y la cultura es conquista interior".
"Eo un sentido resttingido
y despotenciado,_c¡ue hoy es de uso
común,
la civilización, en_ el fondo, no se' distingue de la técnica,
entendida no como aquel conjunto de ~-~glas de un determinado
«arte» -por ejemplo, la
«técnica» de la' pintura, etc.-silla como
el
modo más eficaz, racional
y «científico» de «organizar» ~a
mejor

avanzar o progresar en el
mundo; es-decir, como

acción pro­
ductora o utilización prácitca de las ciencias.
Así, decimos

que un
pueblo está más «civilizado» que otto según su grado de organiza­
ción o de potencia
técnica, es

decir, por su grado de capacidad de
«dominar» el ambiente exterior para las necesidades del hombre".
Es
la .. muerte de lo «humano» en lo «técnico» ...
"La cultma no es eneOliga de la civilización ni del progreso téc~
nico-cientffico;

sólo quiere conservar el _puesto que le corresponde
de ser cierto que el
ho'!'bre vale más que las cosas, y que los. valo­
res
estéticos, morales
y t'eligiosoS valen para _él mucho ·· l11ás que los
producidos
por los

adelantos
exteriores" ...
"así, afirmamos,
~uesto
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INJ:'0RMACION BIBUOGRAl'ICA
que el hombre' no es sólo espíritu y vivé y piensa en· el mundo, que
to~o avance ~ivil que cree t:1Da_ condicfeón más favorabl~, _ puede ·s.er
una-buena ocasión de desarrollo cultúral y de _avance éspiritua:l. Lo"
que · consideramos .. una chlamidacl . es el predominio· o la supiemada
de la -civilización técriiarcientífica eón 'el co.tiSiguienre hundimientQ
de los valores humanos y de-lo ·~·humano"; no"-combatimós la cien­
cia -sino el, «cienticisino»., ·no la-técnica· sino él «tecnicismm> y-su
exaltación, "no · la· «Givilizacióll» -Sino el «civiliza_ci9riismo» , que es
«ittciVilización» ··exterior y ·«barbarie» ·interior". ·
··'Hoy
suftimos· urta. decadencia de Ja ~tura, _propOrdonal al avan­
ce de la civilización. Así "tenefuós ·ooa·-·huníanidad ·roda ·cuérpci Y
nada «espíritu», uÓ.a civilización sin cultura, sin arte, poesía, moral,
religión, etc., vacía de esprit de finesse y monstruosameote repleta
de
espf'it de géométrie" .... "Una humanidad de sólo «técnicos» y
sólo' «fottcional»,- en la cuál todo se halla perfectrunente «orgániza­
~0>?, ~.n,;Iuso ~ _se~tir, el pensar y el _querer,· y no -~egún_ el _«orden»
efe 'la yerdad o

del ser,
sihosegón el de la «funcionalidad» técríica y
OJ'.>erati
á, no es_. ya. una. hlÍinanidad, sino lJ.llil «máquina» . Como" la.
< de la qué hábló Descartes". -. ,
· '' É:0. ·Cainbio, "conquista,• la cultura es ca·nquistar el se'ntido de
los_,_ ~aiO,-es, ser ·Ubre. para los valores"·. '
, .· ."éuitura es afirmación de la positividad de los valores humano,s
y de su «existencia» en obras de arte, filosofía, ciencia, etc.". Peio
este concepto ha sido extrapolado y puesto fuera de su «orden» "al
ampliar su autonomía convirtiéndola. en autosuficif;{lcia del ho.m,bre
y del ~undo: __ de a~( la. ruptuza _c(?n la tra4ición metafísica y reF:.
giosa.

De ahí
la absoludzación de los valores hwnariós y naturales
~ue los

desnaturaliza
y pierde, y con ellos al hombre; pierden la cui­
tura por el culti!r~is~o,-su ._supervalo'i-adón y aqoración; es la_ ad­
tur~-ídolo." .. Con ella lleg_a la .incompr_ef?,sión, conSf0Jencia de la ~m­
penetrabilidad

de los
varios puntos
de vista;
y "sólo cuando los hom­
bres ·
cesen

de proclamarse soberbios
creadores de
la verdad
y co­
miencen
a sentjrse sus humildeS., servidÜres,

reconquistarán lo
_subli­
me de_ la·_.vida, se.

comprenderán
.y se á.marán. El entendimiento es­
piritual

hará cesar la desarmonía de una .sociedad que se ha
hecho
«materia»". _lll progreso
civil,

"cuerpo de la sociedad" debe ir acom-
pañado
dela "cultura''., porque

es
"espirito". -
V. "SUBVERSION'ISM~" ANTIHUMANÍSTICO-ATEO Y "REVOLUCIÓN"
_HUMANÍSTICO-CRISTIANA.
El autor confronta críticamente "el antihumanismo del-huma­
nismo at~, negativo ·de lo humano y lo. divinQ", y "'el ~umanismo
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INFORMACION BIBLIOGRAFICA
cristiano, que en la forma .cat9lica, única aut_éntica, es afirmación
y garantía del uno y del otro y de su .autonomía".
Marx
. deriva dC" Hege~ · de quien

acepta su
concepción dialéctica
del

pensamiento
y de la realidad, que conlleva la negación del ser,
pues para él, no es el ser -D la ,-esencia .del hombre o de otro ente>
que, a ~avés del devenir .o ·lá. evolución:.perm.anecen idénticos, sino
que el ser ·o la eséncia son
formf!S hi1tóricas y .nátmales, n(J entidaM
des ontológicas. El «hombre nuevo» y la «sociedad nueva» de que
habla el marxismo
-al igual. que el «hombre libre:o y la «sociedad
democrática» de

que se envanace
-el laicismo

«Occidental»- no
.son·
los equivalentes a un tipo. de hombre que no explota .el trabajo
del hombre o a una sociedad en la que se realizará mejor la justicia
social, sino que
.c¡uieren significar -

. el
advenimiento. de un hombre
ontológicamente diverso, «transformado» en el sentido .más fuerte
de la palabra, .. es decir, otro. en su «ser», en su «esencia»J en un nuevo
grado de evolución o nueva siru.ación histórica. La «nueva sociedad»
«homogénea», ~sin
clases

·sociales, fundada con el
fin -de las viejas
estructuras económicas,

lleva
.. consigo

la muerte del
hOmbre tal. cual
es· 'y, -con. esto también; el fin de la .«superestructura» de la sociedad
clasista
y alienante".
El p-r-o gresismo marxista, como el mesianismo americano,· es
nihilista, en cuanto es "negación del ser como· tal e incluso de
,la
historia, que es negada con la ruptura de -la tradición··. Ello da al
marxismo cierto carácter «teologal» e incluso «escatológico», con su «fanatismo», cuando no
«míStiCa», consiguiente

a toda absolutización
de lo finito, a toda divinización de
Jo terreno y lo temporal. Maix
seculariza el Paraíso, que sitúa en la tierra en un momento de la evo­
lución natural
y humana y, a la vez, al fin. del devenir histórico. Y
así, "el hombre es la adoración del hombre", es decir, "ídolo de sí
mismo".
Tiene de común con
la Ilustración, el dogma· laicista: "la reli­
gión es un
grado /nfe,ior de ·1a evolución y del progreso"', grado
transitorio, que será superado al llegar al punto álgido de la evolu­
ción, es

decir, al humanismo ateo,
en· cualquiera
de sus
fórmtilas:
"religión

histórica" de Hegel, "religión científica" de Compre, "re­
ligión moral individualista" de NietZsche, "religión socioeconómi­
ca" de Fuerbach
y Marx.
Para Feuerbach, el'hombre no e.S ·cuerpo y concie'ncia, sino cuerpo
consciente, en cuanto la conciencia no es sinó -µna manifestación del
cuerpo
yivo qué siente .. un ·conjunto de necesidades qlle quiere sa­
tisfacer. Pero, en tanto
·no ·puede

·liberarse
de· ellas, ·siente la aspira­
ción. de

liberarse de
la· necesidad de las necesidades; lo que le lleva
a
imag'inar e1

ser sin
rtCCesidadeS, al·· que llall1a Dios, qbe no .es sino
8<> l26l
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INFORMACION IJIBUOGRAFICA
la proyección de lo que el hombre querría ser y de ahí le viene su
alienación religio$a. La. teología es reducida a una parte de la antro­
pología.

Llegada la perfección cesa esa alienación.
y el amor a Dios
es
sustituido por

el .amor a la humanidad, "la religión del Dios
tras­
cendente, US\llpador
de

lo que corresponde al hombre, deja su lugar
a la fraternidad humana". Y así, para
Marx, "el ideal dé la perfecta
justicia,
primero hiposratizado,
proyectado fuera
de la historia
y lla­
mado Dios; una vez lograda una humanidad en la que todos los
hombres serán hermanos en el trabajo, sin explotación ni aliena­
ción", "se cancelará de su -mente aquel
ser imaginario y tiránico que
la sociedad aún no evolucionada y emancipada
llama Dios, en quien
el hombre aliena su poder y cuanto le corresponde".
El
marxismo, como una forma de historicismo absoluto y de evo­
lucionismo radical, niega la sustancia como entidad ontológica y la
convierte· en un puro. producto de la historia, gobernada por la dia­
léctica de lo económico (materialismo histórico), de modo que a
cada
estructura económico-social

corresponde un nuevo tipo de hom­
bre. Pero, _
al llegar a la sociedad homogénea, para Marx se detiene
la evolución. ¿Cómo se entiende esto? ¿Cómo puede ser inmutable
la esencia al fin de la evolución si no lo es al principio? ¿Cómo la
sociedad homogénea, siendo un momento histórico, puede quedar
fuera de la historia? ¿Cómo, si toda tesis engendra su antítesis, la
sociedad homogénea resultará una tesis sin antítesis, escapándose
más allá de
la dialéctica que la trajo?
Y, por otra parte, como esa sociedad, para liberarse de Dios, de­
berá liberarse de las necesidades y, para ello, de todos los dolores
físicos y morales e incluso de la _muerte, de todos sus males e inclu­
so del mismo mal,_ resultará que ese "hombre nuevo" no será ya un
hombre, sino un ser desconocido, algo así como el superhombre de
Nietzsche
socializado. El

ideólogo marxista, para escapar de este ab­
surdo, tiene que entender que, al ser satisfechas en la sociedad
ho~
mogénea

todas sus necesidades materiales,
el hombre perderá la coq.­
ciencia

de su insuficiencia
de ser mortal, pero, con ello, perdería
también su condición de honibre en cuanto es definido, incluso por
Feuerbach,. como consciente .. Es decir, que con
la sociedad homogé­
nea, el hombre se hará "beatísimo inmortal o
dioS" o
"quedará sin
conciencia como los otros animales":
"en uno o en otro caso, --d,i,os
o

bestia-
cesará de ser hombre".
El marxismo ha sido una lección para los cristianos negociantes
y fariseos, más
amig<)S del «tesorero» Judas que del Maestro que; con
. ¡¡, caridad, multiplica los pa.IJes y los peces. Es innegable que el· angli­
canismo, el puritanismo, el calvinismo, el protestantismo, como tal,
han dado origen al capitalismo, alimentándole el espíritu de con-
1266
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
quista y de dominio, de potencia económica, que es también potencia
política
a través del disfrute del
trabajo de
blancos, negros,
amari­
llos,

nutrido de
la más lucifetina soberbia, como la de quien se cree
elegido de Dios e inmerso
por la gracia ... Peto la lección del mat­
xisrno en cuanto reclama el debet de reconocer el derecho de todos
a una vida
acorde con
la
dignidad de
hombre, concluye
ahí. Su ca­
mino es. el contrapuesto al predicado por Cristo, que-.nunca trató
de
organizar
una revolución - de los

esclavos.
Es la diferencia que media entre el espmtu de la revolución ---- léctica, entendida como proceso de las estrú.i:turas económico-so­
ciales, fatal pero _acelerable por la lucha de clases, horizontal a nivel
de lo económico, de lo «material»- y la
revolución del espmtu,
que el cristianismo significa, de reconstitución de la condición «ori­
ginaria»,

perenne reconquista de las «raíces», del sentido
«inicial»
de la verdad, modificación de nosotros mismos a la altura del ser
revolucionario interior de cada hombre, como hijo de Dios -rescata­
do por Cristo, en la fideliddd al orden interior de la verdad y de la
justicia, en la caridad en sentido teologal de unión con Dios y con
sus hermanos en Cristo. Espíritu de dar y no de tener, de usar de
la propiedad petsonal pata servir al bien de todos.
Mientras que la solución materialista "es el esclavismo de hacer
del hombr_e un puro instrumento de producción
y de consumo, re­
gulado con
la precisión de una máquina, la víctima para sacrificar
al Dios Producción-Consumo. El hombre libre ha sido sustituido con
ella _por el autómata: el trabajo se convierte en una abstracción eco­
nómica y la producción en un ídolo; el espíritu y la libettad son
consideradas dos supersticiones «improductivas»".
VI. LA LIBERTAD_ COMO LIBERACIÓN DE LA NECESIDAD.
Entre tantas definiciones dadas de la libertad humana, tenernos
la expresada negativamente como ausencia de violencia y de coac­
ción. Como también el ambiente social
y físico, con sus situacio­
nes desfavorables
y hostiles, es una forma de constricción, Marx en­
tendió que el hombre habrá realizado plenamente su libertad cuan­
do haya dominado, con el
progreso científico,
las fuetzas físicas
y
se libere de las constricciones económicas mediante una organización
racional de la sociedad. Pero la equipatación entre cantidad de bienes y necesidades no
patece realizable, porque· el
acrecentamiento de

aquélla provoca el de
éstas y así recíproca y sucesivamente. De ese mód.O la necesidad será
siempre "alienación"
y el proceso de alienación y liberación suce­
sivamente indefinido, sin alcanzarse
la· libertad identificada por el
marxismo con la liberación de ll:l necesidad.
1267
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION' BlBUOGRAFICA.
- La oposición-neces_idad-libertad resulta dialéctica a través de la
atracción y-la-satisfacción de fas -necesidades sucfsiva·s, y la libertad
se éonvierre asf.-en-un capítulo de "la ·biólogía. Lo cual nada tiene de
particular en cuanto la razón, c;omo el :,espíritu en general, ·no es
para el marxisn:io -sirio'-un- producto de la evoluciótÍ de la_ materia,
pues no es sino un medio más del que disponen los hombres para
advettir las· necesidades que. otros animales· no _sienten y para ·pr_o­
ducir los bienes con el fin de satisfacerlas. La libertad no resultaría
sirio la co11Secllencia de un equilibrio fisiológicO y biológíco, de un
cálculo-
Jiara:·algo qµe-en otros animales ·se resuelve con su instinto.
Pero, verdaderame.ó.te, la libertad no --es_ el . producto mecánico
de
Una o más· condiciones· favórables _ que· en este caso serían su cau­
sa. Estas· sólo- son condiciones favorables que facilitan
el ·ejercicio
de
la libertad pero que no hacen libre ni a un. solo. hombre. Se pue­
de ser espiritualmente libre siendo indigente, careciendo de medios
ecoiiómi~os y se puede _ser esclavo del m¡tl sin carecer de nada para
la Satisfacción de las riecesidádes materiale'S e incluso,- de ln super­
fluo. La libertad_ no
es · el resuliado de_ una' sensación placentera, ni
el efecto de
u.na ne.cesidad satisfecha.
Una

sociedad animal, organizada racionalmente, en la
que nada
faltase,

no por. eso
sería'· libre,
como
ho lo es la naturaleiá de sus
componentes. Así, tampoco una sociedad de
hombres racionalmen­
te

organizad_a conforme un cálculo que
1 es~blen~iendo la _ suma de
las necesidades vitales de sus componentes, distribuyera el "tanto"
global de

trabajo y
el "tanto"

global de producción
para satisfacer
el "tatlto global_" de necesidades,. no haría con e~e mecanismo_ a
todos libres; sus miembros no serían fruto de
srt iniciativa, sino el
resultado

mecánico de una organización exterior. El hombre es ne­
gado al negarle su libertad espiritual, incluida su 'iniciativa en Jo económico;
y _se le convierte en un animal idéntico a los otros, sin
que su
razóri.. resulte
una
difetencia ·espeéífica en

cuanto se
la re­
duce a
la. facultad

material
para producir y procurarse bienes eco-
nómicos. -·
La ·libertad del hombre sólo' tiene sentido con referencia al pro­
blema del bien
y del -mal, de la libertad moral, la única por la cual
la voluntad es
buena o
mala, según
que lo
que quiera esté o no dentro
del orden que es
el--de ser.

En
la economía socialista, en cambio, lo
moral;-la·

acción
buena~ -

es lo económicamente productivo. Pero
_una
libertad

cuyo
sentido moral

sea. absorbido
.por el sentido

económico,
no es
libertad; .se está

hablando
de otra cosa .
.
Para que.la libertad

económica. sea una condición del ejercicio
de la

libertad· espiritual. es preciso
. que
el hombre po¡ea la libertad
como inherente a su
ser, y que e~e estado de ·libertad. le haga due-
12613
Fundaci\363n Speiro

'INFORMACION _ BIBLIOGIUFICA
ño de. sus necesidades _de tal moda que ssu sa_t~sfacción no se.a un acto
económico sino espÍritual. La. condición económica_. no hace libre al
hombre; éste lo es antes y ninguna riqueza podrá' hacerle l_ibre de
su egoísmoi de sus .apetencias siempre nuevas,: de sus instintos hu­
manos insaciables. O se es libre en el cumplimiénto de _ la ley moral
o nada podrá hacer libre
ni a un ·solo hombre ...
Además, en la perspectiva mMX!sta, ~a prop~a libertad económi~
ca no es la actuación de la iniciativa de los individu9sr ·sino el re­
sultado

de un "plan". El trabajo de cada uno se halla encuadrado en
un engranaje, del .cual es un _ dietlte que deQe ·tunciOnar .conforme
el lllecahismo - exige. Mí libertad, f~bricada· sih tellerme en cuenta.
Si; en

fin,
eó. ia:· visión hegeliana· de Marx, la libertad es deter­
minada por ciertos deseos, a su .vez_ determinádos por .·el desarrollo
histórico y satiSfech_os en determinada situación social, se niega la
libertad al hombre en cuant0 éste se 'entiende como una resultante,
como una determinación, en cuyo principio no se halla
la libertad
humana.
-
La identificación del "humanismo" laicista con la conquista del
t'egnum hominis, con su ipmanencia en d .movimiento de ideas dis­
currido
d_escle el ·Rena~imieni:o a la· Rev0ludón francesa, con la carre­
ra de la burguesía a la
¡conquista del
mundo, ha ido seguida por la
carrera del proletariado_
hacia igual fin inmanente. :Así, .burguesía y
proletariadq se
sitÚaJ) en. el mismo plano: aquélla; nutrida de libe­
ralismo Iako_ se vio teritada
;;t adorar la Histori~, la Ciencia, la Liber­
tad, viviendo -Como si Dios_ no existiese; y el proletar.Í.ado, a su vez,
queriend9 participar de sus berieficios económicos, ha adorado el progreso social,
al Partido, a la furura sociedad homogénea. Así
ha nacido una lucha
sin cuartel,
"réligiosa", al pretender el paraíso
en la- tierra,
y coñ. ulla visión parcial, pues ambas partes no contem­
plan
el problema -integral del hombre, metafísico-ontológico moral y
no sólo
_ económico
o político. Marxismo
y-liberalismo son dos so­
luciones erradas opuestas
y equivalentes .. La libertad económica como
la liberrad polítka pretenden siruar toda
la libertad del hombre en
la satisfacción inmanente de
las-necesidades
temporales; por eso,
la
democracia de la_ igualdad económica y la democracia de la igualdad
política son dos formas- de una misma concepción del mundo;
la
"-religión" de la libertad marxista es paralela, dentro del mismo
plano, a la "religión" de la liberrad liberal.
VII. CONCEPTO DE '.LA PROPIEDAD.'
Ide~tificar el fin social· qe Ja propiedad con su-· "-socialización"
es
. una
afirma.ción
arbitraria del
socialismo
mqderno _
o de alguna
de sus· corrientes piedominantes. El problema es más
,Profundo y
1269
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INFORMACION BIBJ,J'OGRAFICA
complejo. No es sólo económico y político, sino ante todo ·moral y,
como siempre, ontológico y metafísico. -·
"La propiedad no es una función social -lo que negaría el de­
reclío
natural de propiedad con su consiguiente atribución, como
derecho _positivoi al Estado convertido en nuestro -patrono despótico
al depender exclusivamente de él nuestra paz temporal- sino_ qúe
tiene,
debe tenef', una función social, es ·decir, debe ser usada como
bien común",
Ser
J?!opietario "tiene

un sentido moral
y jurídico, y no sólo eco­
nómico y legalista", pues el único modo de ser "libre" de las cosas
propias y del propio egoísmo es ser "siervo" de su buen uso; "ad­
ministrarla para el bien común es tenerla para donarla". Sólo así
se

es verdaderamente "propietario", "dueño",
y nó esclavo ·de la
"cosa";· "conservar la propiedad es donarla continuamente para el
bien común".
El capitalismo, el socialismo, el comunismo no son sino distin­
tos sistemas de administración y protección de los egoísmos indivi­
duales o de clase, o de la sociedad homogénea; es decir, la abstrac­
ción del

concepto jurídico
ele propiedad de todo contenido moral y
espiritual y, por lo tanto, incluso social en el mejor y más enérgico
sentido. No son remedios eficaces, pues dejan el problema
én el
punto

de partida: la propiedad, entendida egoístamente, colocando
el bien material como suprema felicidad y fin último del hombre.
Quienes creen realizable en este mundo, a través de fases evo.­
lutivas, reformas
y transformaciones sociales, descubrimientos cien­
ficos
y técnicos, una humanidad en la cual cada uno poseyera Jo
suficiente e imperara el ideal de justicia a que el hombre aspira, e
incluso evolucionada hasta resultar inmune a los egoísmos
y a toda
carestía, se imaginan que el hombre puede realizar
la perfección ab­
soluta,
la justicia perfecta, la autosuficiencia, el Reino de Dios en
este
mundo. En

otras palabras, piensan que el mal puede desaparecer
de la tierra, que no es consemencia del pecado de Adán, o lo
-con­
sideran

como algo provisional
qUe será
definitivamente vencido por
el bien
y exclusivamente por obra del hombre: "pelagianismo, des­
teologizado, secularizado, ateo, impulsado a sus exttema_s
dmseroen­
cias"

... Sobre
esta· base
entiende el marxismo,
y en· gene.tal el lai­
cismo,
que· el amor cristiano es una "superestruttura" y la "caridad"
una afirmación de la supremacía del señor sobre el siervo. La exclu­
sión de
la caridad cristiana lleva consigo el materialismo y el ateís­
mo,
"la consideración como mitos reaccionarios, el pecado original,
la inmortalidad del alma,
la divinidad de Cristo, su obra de salva­
ción, el Reino de Dios: todo el Cristianismo". A la caridad cristia­
na, que considera "sociaJmente
· reaccionaria y reo lógicamente fabri-
1270
Fundaci\363n Speiro

JNFORMACION BJBLlOGRAFICA
ceada de fábulas por inmadura e ignorante, el· marxismo co¡¡trapone
la igualdad perfecta".
El hombre, en la cbncepción cristiana,
es deul!or · de Dios, i¡¡,
cluso

de
Ia propiedad de. su haber, que, por lo tanto; debe hacerla
rendir para pagar su
débito al
Donador.
Ha de hacer clisponi!,le la
propiedad,
sea dando lo superfluo, en el sentido literal de la
pala,
bra, o bien en el sentido_ de hacerlo servir para los. otros, hacién-
doles partícipes del mismó. · ·
El concepto cristiano

de propiedad es moral, ontológico,
meta,
físico y teológico, y no sóló jurídico y social; "'cuando solamente es
legalista y social en el se.titido empírico y material,· será concepto li -
beral o marxista, romano o griego, chino o turCo, pero no cristiano.
Sólo éste es justicia social, humana, poi:que a.rite todo es justicia mo­
ral, ·es decir,
ordinata cha-ritas ... ".
VIII. CONCEPTO DEL TRABAJO.
El trabajo es traducción en acto de la energía del hombre, de la
potencia del yo y, como cualquier acto humano, es a la vez físico
y espiritual. Trabajar es obra del hombre, que es a la vez cuerpo
y alma, para hacerse en algún modo útil. Sólo el hombre se asemeja
al Creador, en cuanto· imagen de la potencia cr_eadora y del amor
divino, y con ei trabajo debe pagar Ia deuda que Adán con su pe­
cado contrajo para
toda la

humanidad.
El fin último del trabajo humano
.no es

el perentorio
y prima­
rio de satisfacer las necesidades materiales, ni lo es el acrecentamien­
to infinito del volumen de las
riquezas, ni
el fanatismo idólatra de
la producción y del consumo, sino el perfeccionamiento del hombre,
la conquista de su libertad corporal y espiritual. No se trata, pues,
de liberarse
del trabajo, sino de liberar al trabajo, haciendo de él
promotor · de la libertad.
Urge acabar con _la secular antinomia entre actividad teorética
(cultura) y actividad práctica (trabajo) y resolverla en una concep­
ción. integral cristiana del trabajo. ..Un trabajo despersonalizado y
materializad,~ pierde su esencia humana; es sólo fatiga, aunque el es­
fuerzo físico sea mínimo, y, en lugar de elevar el trabajo manual de
fatiga a verdadero trabajo, se degrada cualquier trabajo a fatiga mor­
tificante y alienante".
La aparición del capitalismo coincide con la prqtesta_· de Luteró.
Es un fenómeno predominantemente protestante. El majxiSIIl.o es su
antítesis dialéctica
y, a la vez, su castigo; es la frustración de la _so­
berbia calvinista, que "ha hecho de la acción
el medio pata instau­
rar lo divino en el mundo, la señal de los elegidos de Dios, el ins-
1271
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION, BIBLIOGRAFLCA
trumento de 1a multiplicación de la riqueza para la .gloria del mismo
Dios". los santos del calvinismo, los "predestinados'.'
son los capi­
tanes .de industria de Ginebra,.de
.Ainsterdam,·d.e Londres; ·«10s ré­
probos"

son las desheredados ... Tanta soberbia.del capitalismo
es
hoy puesta a dura piueba por los proletarios, ~'los elegidos. de Dios
marxista" .. Así, 1a lucha del capiral y el trabajo se ha convertido en
"una lucha

de religiones sin. religión".
locke, uno de los teóricos del liberalismo ciudadano de una na­
ción protestante, no vaciló en decir qué "el primer deber del go­
bierno no es el de defender la fe cristiana, sino el de asegurar la
propiedad privada [entendida al modo del liberalismo inglés] por
amor a la cual los hombres entran en sociedad". Así planteados
los
problemas sociales humanosf de~e el punto de vista del puro interés
económico y del egoísmo, apoyado en uná: relación de fuerza [el
Estado así constituido}, no hay que maravillarse de que Marx diga
que su revolución sustituirá el derecho divino_ del propietario par
el

de la propiedad socializada
y del traba jo común. A la revolución
burguesa_ suced_e __ la revolución proletari~.
IX. .CONTEMPLACIÓN y ACCIÓN.
"Teoría" -o "pararse a ver" es el significado de .la contrimplación
o

"actividad de.
cot)Siderar atentamente é:on el

intelecto
y con lós
ojos". Lo contemplativus se identificá con_ lo "especulativo". Pa­
rarse, pues

"si no se para, no se
ve-'-'. Sin conte.inplá.ción no há.y sa­
ber; aquélla
mlleve a_

éste;. sin ella
,.cesa el_ pensamiento:
la
contemplaci6n natu,-al es

la
intuici6n de
la
verdad. Sin el co­
nocimiento intuitivo no cabe el conocimiento
disCursivo, que·

ha de
basarse en él; lo confirma
y -_ conttibuye· a que la intuición_ resulte
obra cOnstructiva.
·
La contemplación sobrenatu,ral es

la
forma más
alta de oración,
el
camino de

la "visión" sobrenatural.
Pararse para ver, ver para .hacer mejor.
La· -contemplación es

el
fundamento de

la
acción. Esta
necesita indispensablemente de aqué­
lla,
que,. en

cambio, no depende de la
·acción sinO que eri sí· eS inde­
peridiente,

"como el Verbo se hizo carne, así
la-contemplación se
encarna en la acción, pero
primero es la contemplacióri, como pri­
mero fue el VERBO". Pero
. si

eliminamos el
sér/ si

enviarríos
al exilio la Contemplación
por idolatría del hacer, del
efficere, deberemos

aceptar
las consecuen­
cias:·
la-antihumanidad radical, consiguiente ·a la ·negación del ser
,del hombre,

de. su verdad; negación que como tal también resultará
-ineficiente:.
· · -
'1272
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Concluye el capítulo con el comentario al episodio de Marta
y María
(Lucas, 10, 38-42), que el lector de VERBO puede leer en
extenso en el número 113, páginas
227 y siguientes, donde se pu­
blica la ponencia que había desarrollado el autor en la
XI Reunión
de amigos de
la Ciudad Católica.
X. MISERICORDIA ESPIRITUAL.
"La caridad se dirige primero al alma y después al cuerpo; y si
se atiende primero al cuerpo porque la urgencia apremia y no pue­
de esperar, siempre es en vista del alma
y _acompañada de la miseri­
cordia espiritual. Este imperativo, fundamental en el cristianismo,
nunca ha sido tan transgredido y olvidado como hoy a consecuencia
de la brutal o mezquina identificación de la llamada «cuestión so­
cial» con el «bienestar económico»".
"Misericordia" no es sólo "compasión", que es disgusto o dolor
por la pena o sufrimiento. de los · otros, pero no va más allá. La mi­
sericordia requiere compasión, requiere "piedad", es decir, disposi­ ción de recibir
y de dar misecordia y amor. Pero la misericordia no
es la resultante mecánica, como si dijéramos
la suma de la compa­
sión
y la piedad. En ella estos dos sentimientos se unifican y po·
tencian, se dinamiz.an, emergen fuera del cerrado s~ntir subjetivo y
se traducen en acción objetiva, eficaz; no es ya solamente "sentif'"
y "estar dispuesto", sino hacer po, el otro1 irle al encuentro con todo
el potencial de la compasión y la piedad cristiana, que exuberantes
se derraman y hacen. Y es espiritual, por que es obra del espíritu
y porque se dirige al espíriiu.
Obra con amor y, si es preciso, actúa también con dureza. Una
misericordia que se proponga hacer "fácil" la vida a todos,
y más
aún eliminar el mal
y el sufrimiento de los hombres sólo por el
hace.r humano, será fruto de nuestro orgullo y, por eso, no cristiana.
Por el contrario, la primera misericordia hacia nosotros y hacia los
demás consiste en tener siempre presente nuestra indigencia
y acep·
tar las consecuencias. No se trata de des~fiat' el dolor y la muerte,
sino de amar santamente el dolor
y la muerte, que es amar la Cruz.
"Correr en
ayuda, enseguida,

de quien tenga necesidad de nuestro
socorro espiritual, pero diciéndole: «acepta y haz la voluntad de
Dios, unido a ti me hago cargo de.tus penas». Esta es la misericor.
dia

cristiana".
• 1273
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION /JIBLIOGRAFICA
XI. CRISTO: PRESENCIA, -ACTUALIDAD Y CONTEMPORANEIDAD
HISTÓRICA.
El hombre integral no podría hallarse presente en .sí mismo si
no
hubiera sido creado ser pensante. Pero "sentirse"
y sentir, "pen­
sarse"
y pensar corutituyen el principio de la subjetividad que, como
tal
y sólo por eso, no puede ser el principio de la verdad sin el cual,
faltándole su objeto propio,
dejaría' de ser el
principio subjetivo, es
decir, porque el hombre no sería pens.rnte por falta de objeto en
que pensar.
Nuestra finitud,
al lado de lo infinito, susceptible de ser pensa­
do, conduce al "desequilibrio" entre
sujeto pensante finito y objeto
infinito superior a
él. Infinitud que impulsa al hombre en su tota­
lidad

a. su cumplimiento,
al que se prepara .con el encuentro "con
el
Logos sobrenatural

infinito, eterno
y absoluto del Verbo divino,
el hijo de
Dios hecho

carne, Cristo: la Verdad".
Cuando el
cristiano está

presente a la vérdad que
lo constituye
pensante
y a la presencia de Cristo en él, presente como Verdad re­
velada, está preparado para presentarse como cristiano a su próji­ mo con
plena disponibilidad

de su ser cristiano. Esta _preparación es
un complejo
y difícil ejercicio que dura toda 1a vida, en continua
lucha con nosotros
miSmOs.
Esta

lucha compleja, que comienza por el conocimiento de
la Verdad, tiene su reflejo social y eclesiástico, en su espíriru y en sus
estructuras, manteniendo la debida primacía de aquél. La Iglesia tuvo razón en rechazar
el llamado "iluminismo cató­
lico" ya en el siglo
XVIH, al que podríamos llamar "de izquierdas",
abierto a
la ''novedad del siglo", en el sentido equivocado que le
inclinaba a considerar preponderante el aspecto político
y social de la moral y de la religión, comprometiendo el sentido y el fin de la
misma Revelación;
y tuvo razón en rechazar el iluminismo católi­
co
"de derechas"

del tradicionalismo francés (que no debernos
con­fundir

con el éspañol), teorizado por De Maistre, para fines preva­
lentemente de "restauración" política
y que, ·con Lanmennais,: ter­
mina

por converger en muchos puntos esenciales con el de izquierdas.
El error es pretender secularizar, ya sea al servicio de lo estable­
cido,
ya sea al de lo "novedoso", el Mensaje de Cristo y de la
Iglesia. De hecho,
tanto el

conservadurismo como
el progresisino catÓli­
cos "consideran verdad
en sí, y por lo tanto inmutables, uno el pasa­
do
y otro el "concepto de sociedad en continua transformación", ele­
vados a principios absolutos y a los cuales tratan de adaptar cual­
quier verdad humana o divina, haciendo inmutable lo mudable
y
1274
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
mudable lo inmutable, absolutivizando la apertura o la clausura al
mundo, perdiendo
la presencia, aétualidad y contemporaneidad de
Cristo".
XJI. ·. fu INESCINDIBLE EMPEÑO.
, Hay tres. clases de alteridad: del h_ombre con las cosas -natura­
les o artificiales, con o sin v:ida-distintas a él; del hombre con su
prójimo, los demás hombres, "otros
pero semejantes
a
mí", y del hombre con Dios, Creador del mundo. Esto establece un orden de amor, orden
Je caridad y de justicia
que coincide con el orden del ser: el Creador por encima del uni­
verso finito en su totalidad
y de cualquiera de sus partes, incluido el prójimo; y éste por encima de las cosas.
"Pero no puede amarse a Dios directamente en este mundo fue­
ra de casos excepcionales de visión mística;_ en este mundo he de
amar a Dios a través del mundo: en todos los seres de la creación, en el orden de la naturaleza";
"el bien infinito a través del bieil fi­nito".
Ahí radican los dos mandamientos en los que se resume toda la ley de Dios, que en realidad es uho sólo con dos partes inescindibles: "no es posible amar a Dios sin amar al prójimo: pero tampoco es
posible amar al prójimo, sin 3:mar a Dios". A Dios, con amor ab­ soluto; el prójimo, con amor total, pero no absoluto. Hoy, cierto cristianismo
mal llamado social y que tal vez no de­
biera llamarse ya cristianismo, tiende a acentuar
el segundo marida­miento y a soslayar el primero, reduciendo la figura de Cristo, lo más humanizada

posible hasta negarle la divinidad, a una especie
de mensajero social. Pero así ya no puede haber amor total al pró­
jimo, porque tiende a absolutivizarSe, pues se convierte en Absoluto
al hombre, a la humanidad
-tesis típi_ca del inm.anentismo en cual­
quiera de sus formas: idealista con Hegel, materialista con Marx o
positivista con Comte-; pero entonces, como
el amor absoluto no
puede ponerse en todo, resulta contradictorio
amarl~ como
a nosotros
mismos porque en forma absoluta no puede amarse sino a un solo
ser. Así,
la negación de Dios no se resuelve en un mayor amor a
todo el prójimo sino en
el odio de todos contra todos. La explica­
ción es clara,
;por qué

debo amar a otro
con amor
total, como or­
dena
el segundo mandamiento, si no existe una paternidad común
de la que nutrimos el propio amor absoluto?
El
mandariliento cristiano

excluye a
la vez el · "evangelismo" y el "mundanismo" e instaura a Cristo como el "paraíso" viviente in­
finito, aunque siempre inalcanzado, que el hombre sólo
pued~. rea-
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INFORMACION BIBUOGRAFICA.
lizar aquí con una absoluta disponibilidad ante Dios, que mueve
montañas y con el auxilio de la gracia.
"Con mucha ligereza se dice hoy que el empeño es sumergirse
en el mundo hasta olvidarse de Dios y de los viejos «mitos» de lo
sobrenatural, lo que es perder el verdadero cristianismo
y cualquier
posibilidad de
amar al

prójimo. El cristianismo tiene dos fines que
se resumen en uno solo;
amar a

los demás por amor a Oios. Mi sal­
vaciQn sobrenatural está, pues, ligada a mi acción cristiana en el
mundo, sin que éste sea mi fin. Este equilibrio entre natural y so­
brenatural, entre mundo y Dios, entre amor_ a Dios y amor al pró­
jimo, en el «inescindible empeño», consiste la gran economía meta­
física, ontológica, moral y religiosa del Cristianismo, la esperanza
de salvación del hombre en
la tierra y en el Cielo",
El libro del profesor Sciacca concluye con un apéndice dividido
en dos capítulos: I,
Sacerdocio y mundo moderno y II, El sacerdote
y la política, repletos de actualísimo interés. La conclusión resulta
fluida:
"Si clericalismo significa injerencia del clero en la política mi­
litante, es
_decir, en la política de partido o en cuestiones que (;::O­
rresponde al poder secular, mediante lo cual se trata de constituir
una verdadera y
propiá potencia

política clerical, decimos sincera­
mente que el sacerdote no debe hacer esta política, y que de hacerla
da lugar a un claricalismo nocivo
al catolicismo, que acaba por pro­
vocar
inevitablem.e'nte el

anticlericalismo". Pero si se trata de la de­
fensa de los principios cristianos,
en concreto, en la conciencia de
los católicos, en su vida personal, familiar, social y política, "la in­
tervención de los católicos y del clero es sacrosanta, es un deber
elemental e improrrogable, que no constituye injerencia
en· el ám­
bito del Estado y del poder laico". Su competencia "es afirmar la
política
de la
verdad para

que sea una
verdad de

la política
Sin cle­
ricalismo
y sin compromisos".
JUAN . V ALLET DE GoYTISOLO,
UN EXTREMECEDOR TESTIMONIO.
A!exandr Soljenitsin: "ARCHIPIELAGO GULAG"
(1918-1956) (*)
En el Archipiélago GULAG (siglas en ruso de Dirección Gene­
ral de
Campos de
Concentración), Alexandr Soljenitsin nos da a co­
nocer el sistema que rigió en estos campos de la URRS entre 1918
y
1956.
(*) Madrid, Ed. Plaza Janés, máyo 1974, 4)6 págs.
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