Índice de contenidos
Número 177
Serie XVIII
- Textos Pontificios
- Noticias
-
Estudios
-
Cien años de la Aeterni Patris. Actualidad y vigencia de la encíclica
-
La revolución en el lenguaje político
-
Contribución a una crítica sobre el derecho al error
-
Libertad, liberalismo y tolerancia (II)
-
La mariología marxista de Leonardo Boff
-
Los presos de conciencia en la URSS
-
Rousseau, de las conjeturas al mito y del mito a la ficción
-
- Actas
- Información bibliográfica
Autores
1979
Armonía y dialéctica en la naturaleza
ARMONIA Y D!ALECTiiGA EN LA NATURALEllA.
POR
JULIO GARJUDO
Las ciencias naturales, cuyo objero es describir y explicar el
mundo que nos rodea,
tienen
su método propio de observación,
experimentación y dedua:rión
y en estas ttes etapas apw,ecen los
conce¡pws de armonía y dialéctica.
Pero, ¿cómo se pueden definir estos dos conceptos desde el
punto de
vista de las ciencias
naturales?
Ordinariamente
se define la """'""" como el conjunto de reJa. ciones que eJásten entre las
diversas
pa,tes de un rodo que hacen
que estas partes
concurran a
un
mismo efecto en esta rota.lidad. Re
sulta, pues, que este concepto se relaciona directamente con el omen
y la nrganizaciñtl y hasta con la noción de finalidad; así, decía Glande
Bemard, que "todos los fenómenos de un cuerpo vwo está en armo
nía recíproed".
En la naruraleza hay que tener en cuenta la existencia de dos
tipos
de annonía: la
dmzimía sincrónica y fa armoma diaorónica:
La armonía ,sincrónica se refiere al conjunto de relaciones entre
fas diversas partes de un todo en un momento deeemzinado, o sea, en
su
constitudón, independientemente de fa variable
tiempo. Dentro
de esta categoría se comprenden las armonías de constitución o es·
trucrural.es de los seres naturales.
De
estas armonías fas más especta·
rulares
son Jas maravillas
anatómicas del
cuerpo
humano o
de los
anúooles, del
ojo por ejemplo.
Lás annonías diacrónicas son
aquellas relacionadas con las
di
versas
partes
de un
todo que varía . con el tiempo, un todo dint,.
mico que se tram/wma o si se quiere que es evolutiw. Aquí las
armonías se refieren a fas conexiones, · víncuflos o tmbuzónes entte
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Fundaci\363n Speiro
JUUO GARRIDO
dos estructuras diferentes de un todo; una, anterior a la transforma~
ción y, .otra, posterior a ésta.
Las transfoomaciones o evoluciones pueden ser debidas 6nio,..
mente a causas internas a aquello que sufre l:a ttanofomiación, pero
más frecuentemente intervienen también caus-as ex11ernas y la trans
fotmación o evolución es el producto de interferencias, enfrenta
mientos, colaiboraciones, conexiones o con'SOD.ancias entre dos o más
elemeotos de la realidad.
Es
por
la consideración de estas
interferencias que
ha sutgido
la noción
de dialéctica en su acepción hegeliana.
La dia/,éaica hegeliana tiene su origen en Heráclito que veía en
la "guerra", o
sea, en la oposición de contratios, el "origen de todas
las cosas". Según esta concepción, lo real es esencialmente el deve
nit con la inseparabilidad de los contradictorios (tesis y antítesis)
que se unen en una
categoría
superior (síntesis).
Esta
visión hegeliana
addlece, a nue~o juicio, del defecto de
su
simplismo, pues existen muy
diversos tipos de relaciones y la
oposición
y los antagonismos son sólo un aspecto de las interacciones
o
interferencias que coadyuvan en el devenir.
Sería
útil
establecer una tipología completa de todas las posiMes
in
o
interferencias posibles en la
natura:leza. Se
vería
entonces
que la dialéctica heg&iana y el axioma de la produoción
de
una categotía superior (síntesis) por la ludha de los contrarios es
un aptiorismo
s
casos. Ni
todas
las categorías superiores son producto de antagonismos, ni todos
los antagonismos producen
categorías superiores.
La di,,J,écüca hegeliana no sólo es un apriorismo simplista, sino
que
adolece de un
marcado antropomorfismo
subjetivo anticientí
fico.
Bn ,efecto, el antagonismo conflictivo y la guetra son categorías
derivadas de actitudes y
comportamientos humanos que
no
signifi
can
gran cosa en
la naturaleza.
Para que exista dfaléltica es necesario que exista cierta armonía
entre
los contrarios, o
sea que
deben éstos
poseer un
conjunto de
ca~
racteres
comunes para poder oponerse en uno o varios de los
caracte
res en que discrepan. Es posiole, como hacen 'los materialistas dia
lécticos,
utilizar los antagonismos asimilación-desasimilación, polo
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ARMONIA Y DIALECTICA EN LA NATURALEZA
nort:e o polo sur o burgueses-proletarios, para explicar diversos as
pectos
del
devenir de la realidad, porque
elida uno de los ele
mentos que estos pares de
antagonistas poseen entre ellos determi
nada armonía, dete,minados caracteres y modalidades comunes. Los
conttatios están bajo un mismo género, decía Aristóteles.
La dia!éotica u oposición sólo es posible si existe cierta a1'tnonía.
Lo que
es todavía más
discutible es
la
afirmación que el enfren
tamiento de los
contrarios produzca una categoría sulpetior.
Para
no caer en el
antropomoJlfismo subjetiviota había
que po
nerse de
acuerdo sobre lo que
se entiende por
categoría superior.
¿Será aquella que contenga mayor· número de armonías, mayor com
plejidad, mayor estabilidad o mayor belleza?
En
estas afirmaciones sobre
la
superioridad de
las síntesis hege
lianas, los
marxistas cometen cantidad de
errores ya señalados por
mu
estos
errores la
tonfusión entre el conocimiento de la realidad y
la realidad
misma. Un
ejemplo muy demostrativo es el que
utili7All
muchos
marxistas
para exponer su tesis, el de la naturaleza de la
luz que
sería la sínt:esis de
dos
contrarios: onda y co~púscufo y la
mecánica ondulatoria
sería la
síntesis superior surgida de
esta con
tradicción. Pero esta dualidad, onda-corpúscU'lo, no corresponde a
una
contradittión, sino
que es
el resultado de la necesidad que tie
ne
el físico de proceder por esquematizaciones, idealizaciones y abs
tracciones.
Se encuentra con esto en presencia de aspectos diversos
que
son
en apariencia contradictorios, pero son complementarlos y,
como dice el fundador de la mecánica ondulatoria I.ouis de Broglie,
estos dos aspectos que
parecen irreconciliables,
no
implican nunca
contradicción. Cuando
uno de ellos se
afirma, el otro se esfuma en
la medida exata para que se pueda evitar el enfrentamiento y la con
tradicción.
La síntesis no es en este caso más que una hipótesis más perfecta
que recoge en una sola doctrina los aspectos diversos de una rica
realidad. La dialéctica no ha creado ninguna categoría su,perior en
la
realidad, sino
sólo en nuestro conocimiento. 11¡,rnaron< "categoría
superior" porque
es U11a. teoría que contiene mayor número de ar
monías
entre la realidad y nuestra
imagen mental
de ésta.
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Fundaci\363n Speiro
¡uuo GARRIDO
Lo que interesa a las ciencias natuncles es acercar lo más posible
nuestros conocimientos
o
imágenes subjetivas del
mundo
con la
realidad misma.
En la realidad de la natural-, la ll~ dialéctica hegeliana
no es más que uno de los aspectos de la complejidad y de las inte
raociones entre los
seres,
fenómenos, las leyes y las regularidades que
rigen estas intreraocion-es. Estas interacciones son la apresión de ar
monías en el devenir. La natu:raleza se desarrolla bajo el signo de la
armonía y del otden y no del enfrentamiento y la destrucción.
• • •
Esta afirmación que se desprende de todo análisis de las reali
dades del mundo
maretial merece ser examinada con más detalle.
m primer problema es considerar si este orden y armonía tiene ca
rácter objetivo o es simplemente el resultado de una esquematiza
ción e
idealización subjetiva.
Es necesario insistir en estas consideraciones sobre la subjetividad
y la objetividad de la armonía, pues ·a1ioira estamos en un momento
en que el subjetivismo lo iovade todo
y muchos creen que la verdad,
la
bondad o la belleza son algo que depende principalmente de
nuestra opinión, de nuestras profodas o de nuestra conciencia. Si
así fuese, sobraría la ciencia y sobraría la inteligencia.
Pues
bien, en la
f~ ,elación objeto-,ujeto, hay que
cons.iderat cuando
se aplica a
la noción de armonía: prim,,,o, la re
lación entre el objeto
(la naturaleza) y el sujeto que la contempla,
o sea,
Jo que se llama la observación; segtmdo, la relación entre el
objeto y el sujeto que lo interpreta, o ses, las deduociones y tercero,
la relación entre el objeto y el sujeto que lo ha creado, o sea, el pro
blema de los
orígenes.
• * *
La contemplación de la naturaleza revela inmediatamente la pre
sencia de un
orden, de. una
armonía.
Hay órdenes sendllos en los
cuales los elementos ordenados no se juntan para formar un todo
tal como
ocurre con
la
. serie de los números enteros, no surge de
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Fundaci\363n Speiro
ARMONIA Y DIALECTICA EN LA NATURALEZA
este orden un todo limitado e individualizado. Este tipo de orden es
propio
del mundo inorgánico y el ejemplo más demostrativo es el
de
los cristales en los que los
elementos que los forman se agrupan
de
un modo ordenado,
triplemenre peri6dico
según simetrías regu
lares que la observación y
la deducción
racional han
demostrado que
obedecen
a 230
grupos de simetrías. Este heobo nos indica clara
mente que
en
el mundo inorgánico rige un orden y una armonía ra
cionales. Nuestra
inteligencia es
capaz no
sólo de
"Preciar este
orden
y esta =onla, sino de reconocer y sistematiza< las posibilidades m
ciolll>!es
de
ordenación..
Cuando
subimos en
la escala de los seres
naturales, nos
encon
tramos con
ordenaciones y armonías que forman un todo, en que las
partes contribuyen cada una de ellas a
una finalidad determinada
del
todo: son los seres
vivos, los seres orgánicos, que tienen órganos.
Es sol=ente en los seres orgánicos que se pu
truos. No existen monstruos minerales, no existen monstruos me
cánioos. Todo aquello que no posee una cOhesión interna, orgánica,
cuya. forma,
estructura y dimensiones no están fijadas por un módulo
o modelo, no puede ser
tllChado de monstruosos en
el sentido es
tricto de la palabra. Se podrá decir de una roca o de las montañas
que
son
eno,mes o
grandiosas, pero no se puede
decir que
sean mons
truosas pues en esta idea entra una noción de
calidad y no de can
tidad. Y la calidad
principal es
la armonía
y el orden.
El estudio, esta calidad dada por el orden y la armonía nos lleva
al
esrudio de
las relaciones entre
el ob¡eto y el suiet<> que lo inte,
-¡,reta, es decir, a las deducci
estudio
de las
aimonías de
la
naturaleza. El
estudio de estas armonías
es, ni más
ni menos, la finalidad de
las cieru:ias naturales. Se
ex
presan estas armonías
por medio de leyes que actúan como causas
materiales y eficientes de los hechos naturales. Los mat&ialistas y
los
mecanicistas niegan el
prim:iipio de
finalidad. En
oposición al
sentido
común (sin el cual no existe la ciencia), no
wcilan en
afir
mar que
las
oves no
están dotadas de
all>s ,para volar sino que vuelan
porque
tienen alas y el ojo no está
hecho ,para ver, sino que vemos
porque tenemos
ojos. Posiciones
·esencialmente anticientíficas,
pues
en el
an:ilisis de
las
estructuras y fenómenos naturales no hay nada
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Fundaci\363n Speiro
JUUO GARRIDO
más fructífero que el preguntarse, ¿pam qué existe tal o cual par·
ticularidad de la
estructura o
del
comportamiento?
A
muchos
. cientJficos modernos les resulta difícil reconocer la
existencia real de un principio
de :finalidad, pero en realidad lo ad
miten
disimulando su claudicación,
empleando otro nombre
de
re
sonancias
pedantes :
J., teleonomía.
Se ha pretendido demostrar que la contingencia de las leyes na
turales
es tanto mayor
cuanto más· ,nos elevamos en
los grados de
nrgaoimción de
los seres;
ésta fue la posición de Boutroux en sus
obras
clásicas
L'idée de lt>i naturelle y Contmgence des lt>is de la
ndtfltt'e. No creemos que esta tesis sea sostenible actualmente, pues a
medida que nos elevamos en la jerarquÍJt de los seres, disminuye la
contingencia
en Jo
que se refiere a las
regolatidades de
su
esrrnc
rura y c:o.tnporramiento. ·
Las leyes
morfugenéticas son tanto más
¡,recisas y definidas y
mejor coordinadas cuanto más complejo es el ser natural considerado.
El estudio
de estas
leyes
mottogenéticas nos lleva
a considerar
el
tercer aspecto de !las ,
rando
el sujeto que h~ creado el ob¡et
fundamental de
la existencia de un plan en la naturaleza o la ausen
cia de éste,
y entonces todas las regwaridades y armonías serían
simplemente
fruto del azM". ¿Es el universo fruto de un ¡,Jan o un
mero accidente casual?
Un · premio Nobel de biología, con ribetes de filósofo, enunció
como
solución a
este
problema la antinomia: amr y necesidad. El
amr surgiría
de
forma imprevisible,
insólita y
fortuita en
la
naru
mleza;
la
necesidad
sería, por
oposición, aquello que no varía en un
proceso, lo que
puede ser previsto y
lo que ocurre
ineluctablemente.
Las leyes
marcan
la necesidad, la contingencia, el amr. Pero dejando
de un lado la
contingencia debida
a nuestra ignorancia
vencil:,le o
inveócible
y !a a
drío, en el desarrollo de la realidad, la existencia de leyes, de nece·
s~es,
implica la presencia de un plan e indica <¡ue el universo
no es mero accidente casuai, sino que en su estructuración y desa
rrollo intervienen leyes y regu!M"idades .necesarias, y leyes y regu
laridades
en la interacción e
intetterencia de
éstas, creando un
a ma--
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Fundaci\363n Speiro
ARMONIA Y DIALECTICA EN LA NATURALEZA
nera de trama o tejido más o menr,s ,ompücado que las ciencias na
tu
Lo que ocurre es que muchos científicos modernos no quieren
admitir
la existencia de up. plan pam 110 tener que admitiJ: un pla
nifa:ador. Es una maaifest¡¡ción de la teofobia que muohos quieren
disfrazl>r con
ropajes de objetividad
.y espíritu científico.
Reoordemos a Auguste Comte,
que con su positivismo quería
elevar a
la categoría de
religión el espíritu científico, doctoraJmen
te afürmó que
"nunca se
podría saber cómo están los átomos" (1).
Algún tiempo después, el
descubrimiento de los fenómenos
de di
fracción de
los rayos X y los progresos de la físicoqulmica permi
tieron
decermiuar
con . toda seguridad la estruetura a<óm.ica de los
cuerpoo materiales. Es una buena lección para aquellos que quieren
deducir conclusiones definitivas generales a
partir del
estado momen
táneo de
las ciencias naturales.
A medida que se desarrolla nuestro conocimiento científico, se
destaca más
claramente a
todos
los niveles (partícttlas elementales,
átomos, ·cristaies, seres vivos) :la. coherencia y la unificación de los
elementos en un todo, de acnerdo con un princi¡pio que se llama
ahora de integración. íntimamente relacionado con la finalidad o te
leonoJJÚa.
Es la integración fuente de las construcciones, estructuras y fun
cionamientos que se despliegan en el espacio y en la temporalidad
de
los
acontecimientos. La integración es una operaci6n unificadora
y sobre todo 7erarqllÍzante que rige la construcción según una ar
quitectura en "un edificio que se estructura por 'Ullla serie de !inte
graciones formando conjuntos que se asocian para construir otros
conjuntos de nivel superior"
como dice
el
proresor F. Jacob en su
libro Lo logique du vwam, donde expone su teoría del "integr6n"
como unidad constituida por la integración armónica de subunidades.
Las integraciones se llevan a cabo de acuerdo con las leyes na
turales y en este concepto de ley na
mismo
los marxistas
(aunque no les
gusta 1-tblar demasiado de él)
(1) Co11r.s de philosophia positive, París, 1930-42, .. vol. VIII, pág. 115.
829
Fundaci\363n Speiro
¡uuo GARRJDO
que los espiritualistas y tomistas. Oparin, miembro de la Academia
de
Ciencias soviética,
ba dicho, criticando el mecanicismo: "los pro
gresos
enormes
de las ciencias de la
naturaleza han
permitido
llegar
a
la
mnvicción que la aparición de la vida no ha sido el fruto de
un
azar feliz, como se pensa:ba anteriormente, sino que debe ser
considerada como
un fenómeno
inseparable de
la evolución
general
de nuestro planeta". Esta afirmación de Opatin, que no. ha sido
proihibida rpor el partido comunista, lleva consigo la idea de que
existe aJgo ,que ditige el proceso evolutivo. Y la confesión de la
necesidad de
admitir la
existencia de este
"algo" es ro que ha hedho
afirmar
,a varios autores
( entre ellos
el excelente filósofo argentino
Paulina
Ares Som07a), que los marxistas sigueo
en
mudhos puntos
a Aristóteles y quiereo presentar numerosas tesis aristotélicas romo
descubiertas
rpor ellos mismos. Pero en el discurrir de su peosa
miento mimético veo que van a chocar coa las tesis del materia:lis
mo
dialéctico y se ven· obligados a detenerse, pues delante de ellos
se
abre inexorablemeote
un abismo de contradicciones que les obli
garía a revisar y a abandonar sus tesis furulamentales.
La divergencia fundamental entire el marxismo y el tomismo es
que para el marxismo la ley natura! es sólo inmaoeote a Jo que exis
te;
y de la materia original ha surgido todo lo que existe. Es una
metafísica de
tipo panteísta-monista. En cambio,
para el tomismo
y para .toda ortodoxia católica, la ley natural es expresión de un
Pensamiento o lnteligeocia
inmanente pero también tranSCendeote.
Resulta
una alternativa: o el
materialismo dialéctico con su metafí
sica panteísta-monista o el
realirmo est_,i,ritfhtista ron s.u metafísica
de
la
Creación.
E:l marxismo a.firma que sólo existe la materia y a partir d-e ésta
y de sus propiedades se debe ""J)licat todo cuanto existe y ha exis
tido, y todo cuanto sucede y sucederá ea el Universo.
Pero
si rodo es consecuencia de la materia, ésta contenía en su
origen
todo lo que
luego apareció
y entonces se cae de nuevo en el
materialismo mecanidstia qu,e se ha creído superar con el materia
lismo dialéctico; o si no, en un mnjunto de inmngtueocias como la
afirmación
del
filósofo soviético Konstatioov que
llega a decir que
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ARMONIA Y DIALBCTICA EN LA NATURALEZA
"la ronciencia procede de la materia pero no es material", sin que
por esto acepte la iomaterialidad de
lia ronciencia.
Si
la
materia tenía en
su
origen todo
lo
. que vemos sutgir de
ella, estructuras, vida, pensamiento, conciencia, ete., entonces la ma
teria ya poseía en sí misma, desde siempre, la vida y .la conciencia,
aunque
sea de
una manera "virtual'" o ",potencial'". Si la materia
contenía
vida y conciencia, entonces oo
hay dialéctica en la naturaleza,
porque
la
diailéctica en
el
marxismo significa
novedad
y progreso
y todas las posibilidades de romplejidad y progreso estaban ya en
la materia primitiva y lo
6nico que bi ocurrido es que estas cuali
dades de la materia se !han manif~stado de un modo gradual.
Si la materia
original no
tenía
rodas las !pIOlpiedades que luego
se
han manifestado en ella, no hay más remedio que apelar a Ou-o,
a Alguien, que las contiene y este ,.;igu;en es un sujeto portador de
estas propiedades que se
manifiestan en la materia por medio de las
leyes de cuya
incidencia surgen
las armonías de
la naturaleza.
Además, cuando
nos
remontamos en el tiempo vemos que lama
teria
se simplifi01, disminuye
su complejidad
y llega a ser, en el
límite de nuestro viaje a través de'l tiempo, "casi t'kxhl' y este "casi
nada" estaría solamente formado por partículas elementa!les y radia
ciones, formando
un plasma amorfo con · algunos átomos de hidró
geno, puesto que este e)ementó se conrvierte de un modo permanente
y de un modo irreversible en helio. Para mantener el dogma de la
eternidad del universo, algunos llegan a admitir gratuitamente que
existe una creación continua de hidrógeno. Existe, por tanto, una
contradicción rentre 1a eternídad de la materia y su agotamiento.
Si se admite que el universo no es eterno, podemos afirmar que
existe uo ser necesario, pues, si en un momento dado nada existía,
nada existirá nunca, puesto que
la nada absoluta no puede producir
nada. Pero
el universo existe y nosotros vivimos y, por lo tanto, la
nada absoluta no existe ni ha existido nuna..
La ciencia nos 'informa de un modo cada vez más preciso sobre
su .pasado y su !Presente. El universo ha tenido un principio y la
ciencia astronómica confirma este modelo que hace impensable
_ el ateísmo. Si se considera el universo material como un ser abso
luto, increado, es el que ha producido la vida y el ,pensamiento, el
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JUUO GARRIDO
hidrógeno o las partículas elementa:les tendrían vida y pensamiento.
Para a ciencia positiva, son estas afirmaciones, fantasías inútiles, y
para la filosofía, defEcto de raz.onamiento basados en prejuicios ar
·~itrarlos cuando no anti.rracionaies.
Algunos han hablado de autocreación, lo cual es algo absurdo,
pues para crearse llay que ser primero y si se es ya no es necesario
crearse.
El mundo y la materia no son cientlficamente concebibles solos.
EstltlllOs obligados,
como decía Aristóteles,
a buscar algo por en
cima de la materia. No tenemos más remedio que admitir una dua
lidad: el mundo
y Dios.
El mundo está regido por un conjunto de leyes coherentes que
dirigen nuestra cosmología. Cosmología
y leyes que los progresos
de
ios estudios espaciales han demostrado que son universales, las
leyes de la física y de la química son constantes e iguales en todos
los planetas
y en las más lejanas estrellas. Es interesante recalcar esta
observación,
pues actualmente
circulan innumerables obras de cien
ciaAicción en las que de un modo más o menos feliz se imaginan
mundos diferentes del nuestro en los que rigen leyes distinras de
las que
conocemoo. No
tienen estas lucubraciones valor superior al
de los cuentos de
,hadas y son mucho menos divertidos.
Solamente serán probablemente
cambiadas las leyes del cosmos
en el momento del
fin y de la renovación del mundo, según nos
enseña la fe ortodoxa.
Sería de gran interés estudiar
y analizar a la luz de la ciencia
moderna
fas afim,,iciones de
la Tradición sobre esta renovación del
mundo en el
último día. A mi juicio nunca se insistirá demasiado
sobre la idea de que nuestra rellgión
es una
religión patrística más
que
U11i! religión bíblica, porque los Santos Padres son los auténti
cos
intérlpretes · de
las
enseñanzas de
Nuestro Señor transmitidas por
los Evangelios
y por la tradición oral. De modo que la importancia
de
las ensefianzas de
la Iglesia es tanto mayor cuanto
más nos acer
camos a sus odgenes, porque estamos más cerca de la fuente y a me
dida que nos alejamos de este origen se diluye ly adultera la doctrina
con facilidad. Lo mismo ocurre con los Concilios, que cuanto más
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Fundaci\363n Speiro
ARMONIA Y D/ALECTICA EN LA NATURALEZA
antiguos son, se refieren a verdades más fundamentales en su aspectO
dogmático.
En lo referente a la cosmología después de la . segunda venida de
Nuestro Señor Jesucrisro, tenemos escritos doctrinales en
San Cirilo
de Jerusalén (siglo rv), que en su catequesis bautismal número XV
dice
textualmente:
"N.S. Jesu-Cristo vendrá
de los cielos
al fin del mundo,
el últi
mo día pues el mundo tendrá un
fin y ese mundo creado será reno
vado.
Como consecuencía de
la cotrupción, el
adulterio
y las faltas
de
toda índole se han extendido sobre la tierra ... y para que la mo
rada del hombre no esté llena de injusticias, este mundo pasará, y
será inaugutado otro más bello".
Otros ilustres padres
de la Iglesia como los dos Gregarios ( el
Nazianzeno y el Niseno), San Juan Crisósromo, y San Agustín, en
señan ""que el mundo creado será renovado"
San
Juan Crisóstomo
IJ.ace notar
que así como los
hombres que
habitan
la tierra no serán destruidos
y no desaparecerán sino que
serán
transformados en la incorruptibilidad, lo mismo ocurrirá con
el conjunto de la creación
""Estará liberada
de la servidumbre de la
corrupción".
San Gregario Niseno hace notar que aquel que no admitiese la
idea de la consumación del mundo "no sería
capaz tampoeo de com
prender que en el
principio Dios creo el cielo y la tierra"".
¿Cómo se realizará esta consumación y trunsfonnadón del mun
do? Esto escapa a nuestra curiosidad, declata
el mismo Gregario.
Creemos, dice, del mismo modo como tenemos conocimiento por
la fo, que el mundo visible ha sido formado a partir de "elementos
'mdavía no aparentes que desafían la investigación". Del mismo
modo que creemos que la voluntad de Dios basta para producir, a
partir de
la nada, todo lo que existe, "la misma potencia creadora
se
puede aplicar a
la renovación de sus elementos constitutivos".
San Agustín hace notar que cuando el juicio haya terminado, el
cielo actual y la tierra cesarán y serán reemplazados por un cielo
nuevo
y una tierra nueva. m mundo pasará por una transformación
y no ,por una destrucción total. Las propiedades de los elementos co
rruptibles adoptados a nuestros cuerpos cotruptibles desaparecerán
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Fundaci\363n Speiro
¡uuo GARRIDO
y su esencia adquirirá, por una ad:imrable transformación, propie
dades
que estarán adaptadas a nuestros
cuenpos inmortales.
Pero la denominaci6n de nuevos delO.S y nueva tierra, ¿se debe
aplicar a la rotalidad del universo? Esto es un misterio, pero parece
que siendo
las leyes físicas universales, el cambio de éstas no puede
afectar a una sola porción del cosmos,
por ejemplo, e'! sistema solar.
Aquellos que gocen de
la eterna bienaventuranza vivirán como
los ángeles, como nos dice Nuestro Señor. Toda
esta nueva cosmo
logía es
para nosotros un misterio reservado por el Señor a la Re
velación
después de la consumación del mundo. Pero en los nuevos
cielos y en la nueva tierra habitará la justicia y, por lo tanto, la
armonía, la dialéctica perderá todo carácter de antagonismo, pues
en
la nueva antropología desaparecerá la noción del mal y cesará la
oposición de la came y el espfitu, y el drama del abandono de
Dios
y la lucha para la conversión.
Como dice San Sirneón, el nuevo teólogo: "La creación, porque
ha envejecido, porque ha sido mancillada, por nuestros pecados, será
disuelta
por el
fuego 'y será refundida y transmutada para volverse
hriUante y nueva sin ninguna comparación con 1a que vemos ahora".
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POR
JULIO GARJUDO
Las ciencias naturales, cuyo objero es describir y explicar el
mundo que nos rodea,
tienen
su método propio de observación,
experimentación y dedua:rión
y en estas ttes etapas apw,ecen los
conce¡pws de armonía y dialéctica.
Pero, ¿cómo se pueden definir estos dos conceptos desde el
punto de
vista de las ciencias
naturales?
Ordinariamente
se define la """'""" como el conjunto de reJa. ciones que eJásten entre las
diversas
pa,tes de un rodo que hacen
que estas partes
concurran a
un
mismo efecto en esta rota.lidad. Re
sulta, pues, que este concepto se relaciona directamente con el omen
y la nrganizaciñtl y hasta con la noción de finalidad; así, decía Glande
Bemard, que "todos los fenómenos de un cuerpo vwo está en armo
nía recíproed".
En la naruraleza hay que tener en cuenta la existencia de dos
tipos
de annonía: la
dmzimía sincrónica y fa armoma diaorónica:
La armonía ,sincrónica se refiere al conjunto de relaciones entre
fas diversas partes de un todo en un momento deeemzinado, o sea, en
su
constitudón, independientemente de fa variable
tiempo. Dentro
de esta categoría se comprenden las armonías de constitución o es·
trucrural.es de los seres naturales.
De
estas armonías fas más especta·
rulares
son Jas maravillas
anatómicas del
cuerpo
humano o
de los
anúooles, del
ojo por ejemplo.
Lás annonías diacrónicas son
aquellas relacionadas con las
di
versas
partes
de un
todo que varía . con el tiempo, un todo dint,.
mico que se tram/wma o si se quiere que es evolutiw. Aquí las
armonías se refieren a fas conexiones, · víncuflos o tmbuzónes entte
823
Fundaci\363n Speiro
JUUO GARRIDO
dos estructuras diferentes de un todo; una, anterior a la transforma~
ción y, .otra, posterior a ésta.
Las transfoomaciones o evoluciones pueden ser debidas 6nio,..
mente a causas internas a aquello que sufre l:a ttanofomiación, pero
más frecuentemente intervienen también caus-as ex11ernas y la trans
fotmación o evolución es el producto de interferencias, enfrenta
mientos, colaiboraciones, conexiones o con'SOD.ancias entre dos o más
elemeotos de la realidad.
Es
por
la consideración de estas
interferencias que
ha sutgido
la noción
de dialéctica en su acepción hegeliana.
La dia/,éaica hegeliana tiene su origen en Heráclito que veía en
la "guerra", o
sea, en la oposición de contratios, el "origen de todas
las cosas". Según esta concepción, lo real es esencialmente el deve
nit con la inseparabilidad de los contradictorios (tesis y antítesis)
que se unen en una
categoría
superior (síntesis).
Esta
visión hegeliana
addlece, a nue~o juicio, del defecto de
su
simplismo, pues existen muy
diversos tipos de relaciones y la
oposición
y los antagonismos son sólo un aspecto de las interacciones
o
interferencias que coadyuvan en el devenir.
Sería
útil
establecer una tipología completa de todas las posiMes
in
interferencias posibles en la
natura:leza. Se
vería
entonces
que la dialéctica heg&iana y el axioma de la produoción
de
una categotía superior (síntesis) por la ludha de los contrarios es
un aptiorismo
s
casos. Ni
todas
las categorías superiores son producto de antagonismos, ni todos
los antagonismos producen
categorías superiores.
La di,,J,écüca hegeliana no sólo es un apriorismo simplista, sino
que
adolece de un
marcado antropomorfismo
subjetivo anticientí
fico.
Bn ,efecto, el antagonismo conflictivo y la guetra son categorías
derivadas de actitudes y
comportamientos humanos que
no
signifi
can
gran cosa en
la naturaleza.
Para que exista dfaléltica es necesario que exista cierta armonía
entre
los contrarios, o
sea que
deben éstos
poseer un
conjunto de
ca~
racteres
comunes para poder oponerse en uno o varios de los
caracte
res en que discrepan. Es posiole, como hacen 'los materialistas dia
lécticos,
utilizar los antagonismos asimilación-desasimilación, polo
824
Fundaci\363n Speiro
ARMONIA Y DIALECTICA EN LA NATURALEZA
nort:e o polo sur o burgueses-proletarios, para explicar diversos as
pectos
del
devenir de la realidad, porque
elida uno de los ele
mentos que estos pares de
antagonistas poseen entre ellos determi
nada armonía, dete,minados caracteres y modalidades comunes. Los
conttatios están bajo un mismo género, decía Aristóteles.
La dia!éotica u oposición sólo es posible si existe cierta a1'tnonía.
Lo que
es todavía más
discutible es
la
afirmación que el enfren
tamiento de los
contrarios produzca una categoría sulpetior.
Para
no caer en el
antropomoJlfismo subjetiviota había
que po
nerse de
acuerdo sobre lo que
se entiende por
categoría superior.
¿Será aquella que contenga mayor· número de armonías, mayor com
plejidad, mayor estabilidad o mayor belleza?
En
estas afirmaciones sobre
la
superioridad de
las síntesis hege
lianas, los
marxistas cometen cantidad de
errores ya señalados por
mu
errores la
tonfusión entre el conocimiento de la realidad y
la realidad
misma. Un
ejemplo muy demostrativo es el que
utili7All
muchos
marxistas
para exponer su tesis, el de la naturaleza de la
luz que
sería la sínt:esis de
dos
contrarios: onda y co~púscufo y la
mecánica ondulatoria
sería la
síntesis superior surgida de
esta con
tradicción. Pero esta dualidad, onda-corpúscU'lo, no corresponde a
una
contradittión, sino
que es
el resultado de la necesidad que tie
ne
el físico de proceder por esquematizaciones, idealizaciones y abs
tracciones.
Se encuentra con esto en presencia de aspectos diversos
que
son
en apariencia contradictorios, pero son complementarlos y,
como dice el fundador de la mecánica ondulatoria I.ouis de Broglie,
estos dos aspectos que
parecen irreconciliables,
no
implican nunca
contradicción. Cuando
uno de ellos se
afirma, el otro se esfuma en
la medida exata para que se pueda evitar el enfrentamiento y la con
tradicción.
La síntesis no es en este caso más que una hipótesis más perfecta
que recoge en una sola doctrina los aspectos diversos de una rica
realidad. La dialéctica no ha creado ninguna categoría su,perior en
la
realidad, sino
sólo en nuestro conocimiento. 11¡,rnaron< "categoría
superior" porque
es U11a. teoría que contiene mayor número de ar
monías
entre la realidad y nuestra
imagen mental
de ésta.
825
Fundaci\363n Speiro
¡uuo GARRIDO
Lo que interesa a las ciencias natuncles es acercar lo más posible
nuestros conocimientos
o
imágenes subjetivas del
mundo
con la
realidad misma.
En la realidad de la natural-, la ll~ dialéctica hegeliana
no es más que uno de los aspectos de la complejidad y de las inte
raociones entre los
seres,
fenómenos, las leyes y las regularidades que
rigen estas intreraocion-es. Estas interacciones son la apresión de ar
monías en el devenir. La natu:raleza se desarrolla bajo el signo de la
armonía y del otden y no del enfrentamiento y la destrucción.
• • •
Esta afirmación que se desprende de todo análisis de las reali
dades del mundo
maretial merece ser examinada con más detalle.
m primer problema es considerar si este orden y armonía tiene ca
rácter objetivo o es simplemente el resultado de una esquematiza
ción e
idealización subjetiva.
Es necesario insistir en estas consideraciones sobre la subjetividad
y la objetividad de la armonía, pues ·a1ioira estamos en un momento
en que el subjetivismo lo iovade todo
y muchos creen que la verdad,
la
bondad o la belleza son algo que depende principalmente de
nuestra opinión, de nuestras profodas o de nuestra conciencia. Si
así fuese, sobraría la ciencia y sobraría la inteligencia.
Pues
bien, en la
f~ ,elación objeto-,ujeto, hay que
cons.iderat cuando
se aplica a
la noción de armonía: prim,,,o, la re
lación entre el objeto
(la naturaleza) y el sujeto que la contempla,
o sea,
Jo que se llama la observación; segtmdo, la relación entre el
objeto y el sujeto que lo interpreta, o ses, las deduociones y tercero,
la relación entre el objeto y el sujeto que lo ha creado, o sea, el pro
blema de los
orígenes.
• * *
La contemplación de la naturaleza revela inmediatamente la pre
sencia de un
orden, de. una
armonía.
Hay órdenes sendllos en los
cuales los elementos ordenados no se juntan para formar un todo
tal como
ocurre con
la
. serie de los números enteros, no surge de
826
Fundaci\363n Speiro
ARMONIA Y DIALECTICA EN LA NATURALEZA
este orden un todo limitado e individualizado. Este tipo de orden es
propio
del mundo inorgánico y el ejemplo más demostrativo es el
de
los cristales en los que los
elementos que los forman se agrupan
de
un modo ordenado,
triplemenre peri6dico
según simetrías regu
lares que la observación y
la deducción
racional han
demostrado que
obedecen
a 230
grupos de simetrías. Este heobo nos indica clara
mente que
en
el mundo inorgánico rige un orden y una armonía ra
cionales. Nuestra
inteligencia es
capaz no
sólo de
"Preciar este
orden
y esta =onla, sino de reconocer y sistematiza< las posibilidades m
ciolll>!es
de
ordenación..
Cuando
subimos en
la escala de los seres
naturales, nos
encon
tramos con
ordenaciones y armonías que forman un todo, en que las
partes contribuyen cada una de ellas a
una finalidad determinada
del
todo: son los seres
vivos, los seres orgánicos, que tienen órganos.
Es sol=ente en los seres orgánicos que se pu
cánioos. Todo aquello que no posee una cOhesión interna, orgánica,
cuya. forma,
estructura y dimensiones no están fijadas por un módulo
o modelo, no puede ser
tllChado de monstruosos en
el sentido es
tricto de la palabra. Se podrá decir de una roca o de las montañas
que
son
eno,mes o
grandiosas, pero no se puede
decir que
sean mons
truosas pues en esta idea entra una noción de
calidad y no de can
tidad. Y la calidad
principal es
la armonía
y el orden.
El estudio, esta calidad dada por el orden y la armonía nos lleva
al
esrudio de
las relaciones entre
el ob¡eto y el suiet<> que lo inte,
-¡,reta, es decir, a las deducci
de las
aimonías de
la
naturaleza. El
estudio de estas armonías
es, ni más
ni menos, la finalidad de
las cieru:ias naturales. Se
ex
presan estas armonías
por medio de leyes que actúan como causas
materiales y eficientes de los hechos naturales. Los mat&ialistas y
los
mecanicistas niegan el
prim:iipio de
finalidad. En
oposición al
sentido
común (sin el cual no existe la ciencia), no
wcilan en
afir
mar que
las
oves no
están dotadas de
all>s ,para volar sino que vuelan
porque
tienen alas y el ojo no está
hecho ,para ver, sino que vemos
porque tenemos
ojos. Posiciones
·esencialmente anticientíficas,
pues
en el
an:ilisis de
las
estructuras y fenómenos naturales no hay nada
827
Fundaci\363n Speiro
JUUO GARRIDO
más fructífero que el preguntarse, ¿pam qué existe tal o cual par·
ticularidad de la
estructura o
del
comportamiento?
A
muchos
. cientJficos modernos les resulta difícil reconocer la
existencia real de un principio
de :finalidad, pero en realidad lo ad
miten
disimulando su claudicación,
empleando otro nombre
de
re
sonancias
pedantes :
J., teleonomía.
Se ha pretendido demostrar que la contingencia de las leyes na
turales
es tanto mayor
cuanto más· ,nos elevamos en
los grados de
nrgaoimción de
los seres;
ésta fue la posición de Boutroux en sus
obras
clásicas
L'idée de lt>i naturelle y Contmgence des lt>is de la
ndtfltt'e. No creemos que esta tesis sea sostenible actualmente, pues a
medida que nos elevamos en la jerarquÍJt de los seres, disminuye la
contingencia
en Jo
que se refiere a las
regolatidades de
su
esrrnc
rura y c:o.tnporramiento. ·
Las leyes
morfugenéticas son tanto más
¡,recisas y definidas y
mejor coordinadas cuanto más complejo es el ser natural considerado.
El estudio
de estas
leyes
mottogenéticas nos lleva
a considerar
el
tercer aspecto de !las ,
el sujeto que h~ creado el ob¡et
la existencia de un plan en la naturaleza o la ausen
cia de éste,
y entonces todas las regwaridades y armonías serían
simplemente
fruto del azM". ¿Es el universo fruto de un ¡,Jan o un
mero accidente casual?
Un · premio Nobel de biología, con ribetes de filósofo, enunció
como
solución a
este
problema la antinomia: amr y necesidad. El
amr surgiría
de
forma imprevisible,
insólita y
fortuita en
la
naru
mleza;
la
necesidad
sería, por
oposición, aquello que no varía en un
proceso, lo que
puede ser previsto y
lo que ocurre
ineluctablemente.
Las leyes
marcan
la necesidad, la contingencia, el amr. Pero dejando
de un lado la
contingencia debida
a nuestra ignorancia
vencil:,le o
inveócible
y !a a
s~es,
implica la presencia de un plan e indica <¡ue el universo
no es mero accidente casuai, sino que en su estructuración y desa
rrollo intervienen leyes y regu!M"idades .necesarias, y leyes y regu
laridades
en la interacción e
intetterencia de
éstas, creando un
a ma--
828
Fundaci\363n Speiro
ARMONIA Y DIALECTICA EN LA NATURALEZA
nera de trama o tejido más o menr,s ,ompücado que las ciencias na
tu
admitir
la existencia de up. plan pam 110 tener que admitiJ: un pla
nifa:ador. Es una maaifest¡¡ción de la teofobia que muohos quieren
disfrazl>r con
ropajes de objetividad
.y espíritu científico.
Reoordemos a Auguste Comte,
que con su positivismo quería
elevar a
la categoría de
religión el espíritu científico, doctoraJmen
te afürmó que
"nunca se
podría saber cómo están los átomos" (1).
Algún tiempo después, el
descubrimiento de los fenómenos
de di
fracción de
los rayos X y los progresos de la físicoqulmica permi
tieron
decermiuar
con . toda seguridad la estruetura a<óm.ica de los
cuerpoo materiales. Es una buena lección para aquellos que quieren
deducir conclusiones definitivas generales a
partir del
estado momen
táneo de
las ciencias naturales.
A medida que se desarrolla nuestro conocimiento científico, se
destaca más
claramente a
todos
los niveles (partícttlas elementales,
átomos, ·cristaies, seres vivos) :la. coherencia y la unificación de los
elementos en un todo, de acnerdo con un princi¡pio que se llama
ahora de integración. íntimamente relacionado con la finalidad o te
leonoJJÚa.
Es la integración fuente de las construcciones, estructuras y fun
cionamientos que se despliegan en el espacio y en la temporalidad
de
los
acontecimientos. La integración es una operaci6n unificadora
y sobre todo 7erarqllÍzante que rige la construcción según una ar
quitectura en "un edificio que se estructura por 'Ullla serie de !inte
graciones formando conjuntos que se asocian para construir otros
conjuntos de nivel superior"
como dice
el
proresor F. Jacob en su
libro Lo logique du vwam, donde expone su teoría del "integr6n"
como unidad constituida por la integración armónica de subunidades.
Las integraciones se llevan a cabo de acuerdo con las leyes na
turales y en este concepto de ley na
los marxistas
(aunque no les
gusta 1-tblar demasiado de él)
(1) Co11r.s de philosophia positive, París, 1930-42, .. vol. VIII, pág. 115.
829
Fundaci\363n Speiro
¡uuo GARRJDO
que los espiritualistas y tomistas. Oparin, miembro de la Academia
de
Ciencias soviética,
ba dicho, criticando el mecanicismo: "los pro
gresos
enormes
de las ciencias de la
naturaleza han
permitido
llegar
a
la
mnvicción que la aparición de la vida no ha sido el fruto de
un
azar feliz, como se pensa:ba anteriormente, sino que debe ser
considerada como
un fenómeno
inseparable de
la evolución
general
de nuestro planeta". Esta afirmación de Opatin, que no. ha sido
proihibida rpor el partido comunista, lleva consigo la idea de que
existe aJgo ,que ditige el proceso evolutivo. Y la confesión de la
necesidad de
admitir la
existencia de este
"algo" es ro que ha hedho
afirmar
,a varios autores
( entre ellos
el excelente filósofo argentino
Paulina
Ares Som07a), que los marxistas sigueo
en
mudhos puntos
a Aristóteles y quiereo presentar numerosas tesis aristotélicas romo
descubiertas
rpor ellos mismos. Pero en el discurrir de su peosa
miento mimético veo que van a chocar coa las tesis del materia:lis
mo
dialéctico y se ven· obligados a detenerse, pues delante de ellos
se
abre inexorablemeote
un abismo de contradicciones que les obli
garía a revisar y a abandonar sus tesis furulamentales.
La divergencia fundamental entire el marxismo y el tomismo es
que para el marxismo la ley natura! es sólo inmaoeote a Jo que exis
te;
y de la materia original ha surgido todo lo que existe. Es una
metafísica de
tipo panteísta-monista. En cambio,
para el tomismo
y para .toda ortodoxia católica, la ley natural es expresión de un
Pensamiento o lnteligeocia
inmanente pero también tranSCendeote.
Resulta
una alternativa: o el
materialismo dialéctico con su metafí
sica panteísta-monista o el
realirmo est_,i,ritfhtista ron s.u metafísica
de
la
Creación.
E:l marxismo a.firma que sólo existe la materia y a partir d-e ésta
y de sus propiedades se debe ""J)licat todo cuanto existe y ha exis
tido, y todo cuanto sucede y sucederá ea el Universo.
Pero
si rodo es consecuencia de la materia, ésta contenía en su
origen
todo lo que
luego apareció
y entonces se cae de nuevo en el
materialismo mecanidstia qu,e se ha creído superar con el materia
lismo dialéctico; o si no, en un mnjunto de inmngtueocias como la
afirmación
del
filósofo soviético Konstatioov que
llega a decir que
830
Fundaci\363n Speiro
ARMONIA Y DIALBCTICA EN LA NATURALEZA
"la ronciencia procede de la materia pero no es material", sin que
por esto acepte la iomaterialidad de
lia ronciencia.
Si
la
materia tenía en
su
origen todo
lo
. que vemos sutgir de
ella, estructuras, vida, pensamiento, conciencia, ete., entonces la ma
teria ya poseía en sí misma, desde siempre, la vida y .la conciencia,
aunque
sea de
una manera "virtual'" o ",potencial'". Si la materia
contenía
vida y conciencia, entonces oo
hay dialéctica en la naturaleza,
porque
la
diailéctica en
el
marxismo significa
novedad
y progreso
y todas las posibilidades de romplejidad y progreso estaban ya en
la materia primitiva y lo
6nico que bi ocurrido es que estas cuali
dades de la materia se !han manif~stado de un modo gradual.
Si la materia
original no
tenía
rodas las !pIOlpiedades que luego
se
han manifestado en ella, no hay más remedio que apelar a Ou-o,
a Alguien, que las contiene y este ,.;igu;en es un sujeto portador de
estas propiedades que se
manifiestan en la materia por medio de las
leyes de cuya
incidencia surgen
las armonías de
la naturaleza.
Además, cuando
nos
remontamos en el tiempo vemos que lama
teria
se simplifi01, disminuye
su complejidad
y llega a ser, en el
límite de nuestro viaje a través de'l tiempo, "casi t'kxhl' y este "casi
nada" estaría solamente formado por partículas elementa!les y radia
ciones, formando
un plasma amorfo con · algunos átomos de hidró
geno, puesto que este e)ementó se conrvierte de un modo permanente
y de un modo irreversible en helio. Para mantener el dogma de la
eternidad del universo, algunos llegan a admitir gratuitamente que
existe una creación continua de hidrógeno. Existe, por tanto, una
contradicción rentre 1a eternídad de la materia y su agotamiento.
Si se admite que el universo no es eterno, podemos afirmar que
existe uo ser necesario, pues, si en un momento dado nada existía,
nada existirá nunca, puesto que
la nada absoluta no puede producir
nada. Pero
el universo existe y nosotros vivimos y, por lo tanto, la
nada absoluta no existe ni ha existido nuna..
La ciencia nos 'informa de un modo cada vez más preciso sobre
su .pasado y su !Presente. El universo ha tenido un principio y la
ciencia astronómica confirma este modelo que hace impensable
_ el ateísmo. Si se considera el universo material como un ser abso
luto, increado, es el que ha producido la vida y el ,pensamiento, el
831
Fundaci\363n Speiro
JUUO GARRIDO
hidrógeno o las partículas elementa:les tendrían vida y pensamiento.
Para a ciencia positiva, son estas afirmaciones, fantasías inútiles, y
para la filosofía, defEcto de raz.onamiento basados en prejuicios ar
·~itrarlos cuando no anti.rracionaies.
Algunos han hablado de autocreación, lo cual es algo absurdo,
pues para crearse llay que ser primero y si se es ya no es necesario
crearse.
El mundo y la materia no son cientlficamente concebibles solos.
EstltlllOs obligados,
como decía Aristóteles,
a buscar algo por en
cima de la materia. No tenemos más remedio que admitir una dua
lidad: el mundo
y Dios.
El mundo está regido por un conjunto de leyes coherentes que
dirigen nuestra cosmología. Cosmología
y leyes que los progresos
de
ios estudios espaciales han demostrado que son universales, las
leyes de la física y de la química son constantes e iguales en todos
los planetas
y en las más lejanas estrellas. Es interesante recalcar esta
observación,
pues actualmente
circulan innumerables obras de cien
ciaAicción en las que de un modo más o menos feliz se imaginan
mundos diferentes del nuestro en los que rigen leyes distinras de
las que
conocemoo. No
tienen estas lucubraciones valor superior al
de los cuentos de
,hadas y son mucho menos divertidos.
Solamente serán probablemente
cambiadas las leyes del cosmos
en el momento del
fin y de la renovación del mundo, según nos
enseña la fe ortodoxa.
Sería de gran interés estudiar
y analizar a la luz de la ciencia
moderna
fas afim,,iciones de
la Tradición sobre esta renovación del
mundo en el
último día. A mi juicio nunca se insistirá demasiado
sobre la idea de que nuestra rellgión
es una
religión patrística más
que
U11i! religión bíblica, porque los Santos Padres son los auténti
cos
intérlpretes · de
las
enseñanzas de
Nuestro Señor transmitidas por
los Evangelios
y por la tradición oral. De modo que la importancia
de
las ensefianzas de
la Iglesia es tanto mayor cuanto
más nos acer
camos a sus odgenes, porque estamos más cerca de la fuente y a me
dida que nos alejamos de este origen se diluye ly adultera la doctrina
con facilidad. Lo mismo ocurre con los Concilios, que cuanto más
832
Fundaci\363n Speiro
ARMONIA Y D/ALECTICA EN LA NATURALEZA
antiguos son, se refieren a verdades más fundamentales en su aspectO
dogmático.
En lo referente a la cosmología después de la . segunda venida de
Nuestro Señor Jesucrisro, tenemos escritos doctrinales en
San Cirilo
de Jerusalén (siglo rv), que en su catequesis bautismal número XV
dice
textualmente:
"N.S. Jesu-Cristo vendrá
de los cielos
al fin del mundo,
el últi
mo día pues el mundo tendrá un
fin y ese mundo creado será reno
vado.
Como consecuencía de
la cotrupción, el
adulterio
y las faltas
de
toda índole se han extendido sobre la tierra ... y para que la mo
rada del hombre no esté llena de injusticias, este mundo pasará, y
será inaugutado otro más bello".
Otros ilustres padres
de la Iglesia como los dos Gregarios ( el
Nazianzeno y el Niseno), San Juan Crisósromo, y San Agustín, en
señan ""que el mundo creado será renovado"
San
Juan Crisóstomo
IJ.ace notar
que así como los
hombres que
habitan
la tierra no serán destruidos
y no desaparecerán sino que
serán
transformados en la incorruptibilidad, lo mismo ocurrirá con
el conjunto de la creación
""Estará liberada
de la servidumbre de la
corrupción".
San Gregario Niseno hace notar que aquel que no admitiese la
idea de la consumación del mundo "no sería
capaz tampoeo de com
prender que en el
principio Dios creo el cielo y la tierra"".
¿Cómo se realizará esta consumación y trunsfonnadón del mun
do? Esto escapa a nuestra curiosidad, declata
el mismo Gregario.
Creemos, dice, del mismo modo como tenemos conocimiento por
la fo, que el mundo visible ha sido formado a partir de "elementos
'mdavía no aparentes que desafían la investigación". Del mismo
modo que creemos que la voluntad de Dios basta para producir, a
partir de
la nada, todo lo que existe, "la misma potencia creadora
se
puede aplicar a
la renovación de sus elementos constitutivos".
San Agustín hace notar que cuando el juicio haya terminado, el
cielo actual y la tierra cesarán y serán reemplazados por un cielo
nuevo
y una tierra nueva. m mundo pasará por una transformación
y no ,por una destrucción total. Las propiedades de los elementos co
rruptibles adoptados a nuestros cuerpos cotruptibles desaparecerán
833
Fundaci\363n Speiro
¡uuo GARRIDO
y su esencia adquirirá, por una ad:imrable transformación, propie
dades
que estarán adaptadas a nuestros
cuenpos inmortales.
Pero la denominaci6n de nuevos delO.S y nueva tierra, ¿se debe
aplicar a la rotalidad del universo? Esto es un misterio, pero parece
que siendo
las leyes físicas universales, el cambio de éstas no puede
afectar a una sola porción del cosmos,
por ejemplo, e'! sistema solar.
Aquellos que gocen de
la eterna bienaventuranza vivirán como
los ángeles, como nos dice Nuestro Señor. Toda
esta nueva cosmo
logía es
para nosotros un misterio reservado por el Señor a la Re
velación
después de la consumación del mundo. Pero en los nuevos
cielos y en la nueva tierra habitará la justicia y, por lo tanto, la
armonía, la dialéctica perderá todo carácter de antagonismo, pues
en
la nueva antropología desaparecerá la noción del mal y cesará la
oposición de la came y el espfitu, y el drama del abandono de
Dios
y la lucha para la conversión.
Como dice San Sirneón, el nuevo teólogo: "La creación, porque
ha envejecido, porque ha sido mancillada, por nuestros pecados, será
disuelta
por el
fuego 'y será refundida y transmutada para volverse
hriUante y nueva sin ninguna comparación con 1a que vemos ahora".
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