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Número 193-194

Serie XX

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Carlos Etayo Elizondo: ¡Viva Navarra 1936! Vigencia de su espíritu en 1980

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
La Anatomía a este informe de Campomanes con las valiosas
notas del padre Conrado,
que ahora se publican,
las juzgo de un
valor
inestimable para la historia del sectarismo español y universal
Ahora

que tantos espíritus generosos anhelan construir
la Nueva
Cristiandad, conviene conocer las fuerzas demoledoras de la
Antigua.
Suelen.

señalarse, como hace Marce! Clément con su acostumbrado
acierto, lAs Tres Revoluciones: renacimiento, reforma, revolución,
que es también triple: la francesa, revolución política; la rusa, re·
volución social; la china, revolución cultural (3). Pero no debemos
olvidar al
jansenismo y enciclopedismo, que prepararon la revolu­
ción francesa, cuya impiedad y mala fe quedan patentes en esta obra.
J. GoNZÁLEZ-QuEVEDO MONFORT, S. J.
Carlos Etayo Elizondo: ¡VIVA NAVARRA 1936!
VIGENCIA DE

SU
FSPliRITU EN 1980
El viejo Reino de Navarra, modelo y ejemplo hasta bien entrada
nuestra Edad. Contemporánea

de
la. vieja concepción medieval de
las libertades concretas, abanderada integérrima de la causa de los
Fueros que las Espa.ñas· misioneras mantúvieron y sostuvieron contra
el mundo, vive hoy horas ·de ag,itación revolucionaria, sufre en sus
carnes el desgarro del terror rojo.
Y la máquina de
la Revolución, exacerbada y acelerada, desplie­
ga

su actividad combinando las dos velocidades o marchas que
ha
señalado Plinio Correa de Oliveira. De un lado, la marcha rápida,
el ariete subversivo y el puñal asesino
trabajan incansables
para in­
corporar Navarra a esa supuesta entidad brotada del cerebro deli­ rante de
Sabino Arana y que, sin ningún arraigo en la historia, ha
nacido
bañada en

sangre. De otro, la velocidad lenta, el gas letal
que va progresivamente disolviendo las instituciones navarras, que
va minando toda resistencia al proceso y que bajo la etiqueta de
«democratización de las instituciones forales» coadyuva decisivamen-
te a los propósitos más brutales. ·
Mientras

que
la magnitud de la primera se mide en esquelas y
condecoraciones póstumas, la segunda escapa con derÍlasiada frecuen­
cia a los observadores más sagaces. Y, sin embargo, son inseparables
eti sus objetivos últimos. ·
Mas

frente
a la situación presente se alza imborrable la Navarra
(3) «Las Tres Révoluci~nes», ·en Verbo, núm. 80, diciembre 1969~
páginas 935-954.
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Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
de los mejores días: la católica de 1791 y 1808 frente a la impiedad
invasora, la tradicional
de 1820 y 1833 frente a la extranjerización
y la usurpación,
la del 17 de julio de 1936, en suma.
Tan cerca y
tao lejos. La Navarra cató.lica trocada en impía, la
leal
en sediciosa, la fuerte en claudicante, la arriscada en temblorosa.
Todo entre el alborozo del
sepulturero que

echa una paletada de
tierra
más sobre la fosa en que yace exangüe el sueño de las Españas, y el silbar de las balas traicioneras.
Por eso,
el propósito del capitán Etayo de rescatar la Navarra
de 1936 y de injertar su espíritu en la de 1980. ¡Buena falta hace!
Marino de limpias singladuras, sigue en su empeño en la más difícil
de las que
jamás acometiera:

variar el torcido rumbo
y llevar final­mente a buen puerto al viejo Reino.
«Llegará un día en que Navarra asombre al mundo», escribió
Shakespeare. Nos negarnos a creer que haya muerto la Tradición o
se haya extinguido
la raza.
Tras el recodo aguarda la Navarra de la Laureada
y de Monte­
jurra. La Navarra donde hasta las cerezas dan requetés y donde las cadenas... se romperi.
MIGUEL AYUSO.
Rafael Cubas Vinatoo: RAZON DE PATRIA (*)
El autor, que es Ingeniero Agrónomo, echa de menos una for­
mación humanística y de carácter espiritual en la mayor parte de la población moderna, masificada y materializada, que se deja dominar
por el liberalismo capitalista de
la. sociedad de consumo o por el gregarismo marxista.
Rechaza
la ingenua pretensión i.p.digenista de quienes desprecian
a la madre patria, precisamente en un idioma que España legó a
todos los pueblos hispánicos. Cita
el caso del ex-Presidente Velasco
Alvarado, cuyos ilustres apellidos demuestran claramente su noble
ascendencia española.
Reconoce
1a herencia espiritualisti de la nación civilizadora y aboga por una comunidad de pueblos hispánicos, procedentes todos del mismo tronco común.
Hace un encendido elogio de Pizarro como padre de la patria peruana y establece comparaciones con la colonización de otros pue-
(*) Editorial Universo, S. A. Lima. Perú, 19'78.
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