Ciencia y verdad

CIENCIA Y VERDAD
La verdad científica puede ayudar a la filosofia y a la teología.
,Tenemos el deseo común de superar malentendidos y, miis alin. de
"dejarnos iluminar por la linica Verdad que gobierna el mundo y gula
"la vida de todos los hombres y mujeres. Estoy cada vez más convencido
"de que la verdad denlfflca, que es en sí misma partidpadón en la Ver­
"dad divina, puede ayudar a la fllnsolla y a la teología a comprender
"cada vez más plenamente la persona humana y la reveladón de Dios
"sobre el hombre, una reveladón completada y perfecdonada en ]e­
"sucristc».
JUAN PABLO 11: Discurso a los participantes en un en­
cuentro organizado por la Academia Pontificia de Ciencias,
10 de noviembre. L 'Osservatore Romano, edición semanal
en lengua espafiola, año XXXV, núm. 47 (605), 21 .de no­
viembre de 2003.
En la distinci6n, sin separación, entre la persona que actúa con
albedrio y las factores biológicoS, podemos ver el fundamento I
de la dimensión espiritual.
,La neurodenda y la neuroflsiologfa, a través del estudio de los pro­
"cesos qubnicos y biológicos del cerebro, contribuyen en gran medida a
"la comprensión de
su fundonamiento. Pero el estudio de la mente hu­
"mana abarca mAs que los meras datos observables, propios de las den­
"cias neurológicas. El conocimiento de la persona humana no deriva
"sólo del nivel de observadón y del anii/Jsis denlfflco, sino tambi~n de la
"interconexión entre el estudio empírico y la comprensión refl.exl.va.
»los dentfficos mismos perciben en el estudio de la mente humana
"el misterio de una dimensión espiritual que trasdende la fisiología cere­
"bral
y parece dirigir todas nuestras actividades coma seres libres y autó­
"nomos, capaces
de actuar con responsabilidad y amor, y dotadru de
Verbo, núm. 419-420 (2003), 739-740.
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Fundaci\363n Speiro

"dignidad. Lo demuestra el hecho de que habéis decidido ampliar vues­
"tra investigación para incluir aspectos del aprendizaje y la educación,
"que son actividades específicamente humanas. Por eso, vuestras consi­
"deraciones
no sólo se centran en la vida biológica común a todas las
"criaturas vivas, sino
que tambiéTJ incluyen la tarea de interpretación y
"evaluadón de la mente humana.
»Los científicos sienten hoy, a menudo, la necesidad de mantener la
"distinción entre la
mente y el cerebro, o entre la persona que actúa con
"libre albedrío y los
factores biológicos que sostienen su intelecto y su
"capacidad de aprender. En esta distinción, que no debe implicar una
"separación, podemos ver el fundamento de la dimensión espiritual pro­
''pia de la persona humana, qÍ.J.e la revelación bíblica indica como una
''relación especial con Dios Creador (et. Cn 2, 7), a cuya imagen y seme­
'Janza
es creado todo hombre y toda mujer {cf. Gn 1, 26-27),.
JUAN PABLO U: Discurso a los participantes .en un en­
cuentro organizado por la Academia Pontificia de Ciencias,
10
de noviembre. L'Osservatore Romano, edición semanal
en lengua española, año XXXV, núm. 47 (605), 21 de no­
viembre de 2003.
La tecnología de las célulaS madre y otras tei:'apias innovadoras.
«Naturalmente, la importancia de la investigación en este campo ha
"aumentado en los últimos años a causa de la esperanza que ofrece para
"la curación de enfermedades i¡ue afectan a muchas personas. En otras
"ocasiones he afirmado que 18.s células madre para experimentación o
"tratamiento
no pueden proceder del tejido de un embrión humanó. En
"cambio,
-he esümulado la investigación sobre el tejido humano adulto o
"el tejido superfluo para el desarrollo normal del feto. Todo .tratamiento
"que pretenda salvar vidas humanas, pero que se base en la destrucdón
"de la vida humana en su estado embrionan·o, es. contradictorio desde el
"punto de vista lógicoy moral, como lo es cualquier producción de em­
"briones humanos COIJ la intención directa o indirecta de experimenta­
"ción o.de su eventual destruccióm.
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JUAN PABLO 11: Discurso a. los participantes en un en­
cuentro organizado por la Academia Pontificia de Ciencias,
10 de noviembre. L 'Osserv8.tore Romano, edición semanal
en lengua española, áño XXXV, núm. 47 (605), 21 de no­
viembre de 2003.
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