Volver
  • Índice

Alberto Caturelli: El hombre y la historia (Filosofía de la historia), 2ª ed.

zada en 1936”(fragmento del In f o rm eleído al Comité Central
por la Se c retaría General del Pa rtido Comunista dependiente de
Moscú, publicado en Radio Praga).
Digamos, para terminar, que si este libro es import a n t e
desde el punto de vista historiográfico, resulta muy oport u n o
p o rque hoy parece resurgir cierto jacobinismo y sectarismo ideo-
lógico, precisamente por quienes de forma simultánea insisten
en recuperar la “memoria histórica”. Por eso, si este libro es de
obligada lectura para los historiadores, también lo es para el
público en general, ya por el afán de satisfacer el compre n s i b l e
interés por la ve rdad del pasado, ya por dicha recuperación de la
“memoria histórica”, mientras los católicos sufren hoy una pau-
latina radicalización del laicismo político en las leyes y la vida
c o t i d i a n a .
JO S ÉFE R M Í NGA R R A L D AAR I ZC U N
Alberto Caturelli: EL HOMBRE Y LA HISTORIA
(FILOSOFÍA DE LA HISTORIA), 2.ª ed.(*)
Mi admirado amigo Alberto Caturelli, discípulo como yo de
Michele Federico Sciacca, de quien fue exitoso introductor en la
Argentina, miembro de la Società In t e rnazionale Tomasso d’ Aq u i n o,
ha publicado la 2.ª edición de su libro El hombre y la historia.
Para percatarnos de lo pretendido y realizado en esta obra por
su autor, nada mejor que prestar atención a lo que de ella dice al
c o m i e n zo de su intro d u c c i ó n .
“ Decirse a sí mismo, allí por 1953, que no existía en español
una filosofía y teología de la historia e, inmediatamente, ponerse
a pensarla y escribirla, sólo era posible a la audacia juvenil que
suele no conocer límites” .
____________
( 1 )Un i versidad Autónoma de Guadalajara, Jalisco, México 2005.
I N F O R M ACIÓN BIBLIOGRÁFICA
673
FundaciÛn Speiro

Es asombroso el esfuerzo que para ello hizo el autor en el tér-
mino de seis años; pues en primera edición se publicó en 1960
(por editorial Guadalupe, Argentina).
Respecto de esta 2.ª edición de este libro advierte que “a h o r a
v u e l vo a publicar con pocos cambios: sólo correcciones, algunos
a g regados y la sustitución de la introducción por ésta que el lec-
tor tiene delante” … “Así como el padre, con el paso del tiempo,
conoce objetivamente los erro res y defectos del hijo a los que en
su momento no pudo o no supo corregir pero le ama más hasta
por sus erro res y defectos, del mismo modo me he percatado de
las carencias y defectos de mi obra”. Pe ro, añade un párrafo des-
pués: “Y, sin embargo, lejos de estar arrepentido, quizás porq u e
en él aparecen líneas doctrinales desarrolladas en la madurez y un
testimonio cristiano que reafirmo, me place publicar su segunda
e d i c i ó n” .
No es, pues, posible enjuiciar esta obra —que, con dos salve-
dades, vuelve a publicar su autor— sin tener en cuenta lo que
acabamos de re p roducir de su nueva intro d u c c i ó n .
Su temario —que estracto de su índice— es impre s i o n a n t e :
—IN T RO D U C C I Ó N: El hombre cristiano ante la historia.
—CA P Í T U LOI :La historia: I. Na t u r a l eza de la historia; II. El
salto a la meta-historia; III. La teología cristiana de la his-
t o r i a .
—CA P Í T U LOII: La historia positiva: I. Los dos amores; II. La
c reación y el tiempo; III. La Ciudad de Dios hasta Cr i s t o.
AP É N D I C E: Cristo y el tiempo según Óscar Cu l l m a n n.
—CA P Í T U LOIII: La historia negativa: I. Civitas diaboli; II.
Civitas mundi.
—CA P Í T U LOI V: La última edad de la historia: I. Cristo, cen-
t ro de la historia; II. La muerte de Cristo; III. Historia y
Cuerpo Místico; IV. El desarrollo de la historia.
I N F O R M ACIÓN BIBLIOGRÁFICA
674
FundaciÛn Speiro

—CA P Í T U LOV: Las dos ciudades y el mundo actual.
—CA P Í T U LOVI: El fin de la historia: I. Tiempo histórico y
eternidad; II. El fin de la historia y los filósofos; III. his-
toria y profecía; IV. El Anticristo y el fin de la historia;
V. El que era, el que es, el que ha de ve n i r.
AGREGADOS:I. La providencia, el gobierno del mundo y las
dos ciudades: I. Ser, tiempo e historia; II. La providencia y
el hombre. La duración simultánea; III. El gobierno del
mundo y el mal en la historia; IV. El fin de la historia como
comienzo absoluto.—II. La profecía como conocimiento del
futuro histórico en Santo Tomás de Aquino:I. Santo Tomás y
el problema de la historia; II. El ser histórico mismo; III. La
profecía como conocimiento del futuro histórico; IV. Pro-
fecía e historia.—III. Deducción trascendental y descripción
fenomenológica del tiempo en la exposición de Jules Chaix-
Ruy; IV.Historia y metafísica clásica según Umberto Pado-
vani; V.Josef Pieper y el fin de la historia.
NOTA S:Nota sobre la bibliografía utilizada.
Tal como se observa ya con una sola mirada la obra enfoca el
n i vel más elevado de la metafísica en el que la teodicea entro n c a
con la teología. Por esa razón, sobrevuela la historia humana, a
c u yo devenir histórico no desciende ni pretende descender. En
eso se marca su diferencia con el genial Giambatistta Vico, que
estudia cómo la razón humana en el decurso de la historia, con
sus c o r s iy r i c o r s i ,se acerca o se aleja de la “historia ideal y eterna”
trazada por Dios. Así expone:
“lo hecho y lo verdadero son lo mismo; y que, por tanto, Dios es
la verdad primera (il primo vero) porque es el primer hacedor (facito-
re) o creador; y que esta verdad primera (primo vero) divina es infini-
ta porque Dios ha hecho o creado todas las cosas”. Ahora bien, mien-
tras “la verdad divina podría parangonarse con una imagen sólida
plasmada en relieve, en cambio, la verdad humana es comparable con
I N F O R M ACIÓN BIBLIOGRÁFICA
675
FundaciÛn Speiro

un monograma (o abreviatura), una imagen plana, casi como una pin-
tura. Por tanto, así como la verdad divina es aquella a la cual Dios, en
el mismo momento que la conoce, coordina los elementos y, a la vez,
los genera, en cambio la verdad humana es aquella que el hombre, en
el acto de conocerla, compone sus elementos a la vez que les da forma.
La ciencia consiste en el conocimiento de la génesis de las cosas, es
decir, de que modo éstas vienen haciéndose; y, por medio de ella, la
mente viene a conocer de ese modo, en el mismo acto en que la hace
y a la vez dispone ordenadamente los elementos de esa”. Lo que Dios
hace a modo de imagen sólida —como se ha dicho— comprendien-
do todos sus elementos; el hombre lo hace a modo de imagen plana,
y sin recoger “sino sus elementos extrínsecos”.
También Montesquieu —que creo haber demostrado (Mo n -
tesquieu, L e yes, gobiernos y podere s ,Madrid, Civitas 1986, galar-
donado con el Proix Montesquieu, 1988, por la Academie Mo n -
tesquieu de Bu rdeos) no fue ilustrado, ni racionalista ni contrac-
tualista— expone el orden de la creación y el goberno del mundo
por su Cre a d o r.
—E.L., I, I, 2:
“Ceux qui ont dit qu’une fatalité aveugle a produit tous les effets que
nous voyons dans le monde, ont dit une grande absurdité; car quelle plus
grande absurdité qu’une fatalité aveugle qui produit des étres intelli-
gents?” E.L.I.I, 8: “Les êtres particuliers intelligents peuvent avoir des lois
qu’ils ont faites; mais ils en ont sussi qu’ils n’ont pas faites. Avant qu’il y
eût des êtres intelligents, ils étaient posibles; ils avaient donc des rapports
posibles, et, par conséquent des lois posibles. Avant qu’il y eüt des lois fai-
tes, il y abet des rapports de justice posibles. Dire qu’il n’y a rien de juste
ni d’injuste que ce qu’ordonnent on défendent les lois positives, c’est dire
que avant qu’ont eût tracé de cercle, tous les rayons n’etaient pas égaux”.
—E.L., I, I, 3 y 4; donde con visión tomista dice:
“ Existe una razón prístina; y las leyes son las relaciones median-
tes entre ella y los diferentes seres, y las relaciones de esos dive r s o s
s e res entre ellos” —SA N TOTO M Á S,Suma Te o l ó g i c a ,I, 103, 1, re s p.
dice: “per aliquam providentiam res naturales dirigeretur ad finem
boni, quod est gobernare” — .
I N F O R M ACIÓN BIBLIOGRÁFICA
676
FundaciÛn Speiro

“ Dios se relaciona con el Un i verso como creador y como con-
s e rvador; las leyes, según las cuales ha creado, son aquéllas según las
que conserva —El mismo AQU I N AT E N S E,Suma Te o l ó g i ca, I, 103, 4,
ad 1, expresa: «quod ordo universi includit in se et conserva t i o n e m
re rum dive r s a rum a Deo institutarum, et mutatione earu m » …
«quod una ab alia movetur»; y, en la misma quaest, 103, 5, re s p.
Explica: «secundum eandem rationem competir Deo esse guberna-
t o rum re rum et causam earum: quia eiusdem est rrem pro d u c e re et
ei perfectionem dare, quod ad gubernantem pertinet»”.
Lo que digo no encierra crítica alguna de la espléndida y
ejemplar obra que reseño, sino que lo expongo para acotar mejor
el ámbito al que ésta se ciñe.
Únicamente lamento que no la haya revisado para ponerla al
día —a pesar de la clara justificación del motivo por el que no lo
hace—, pues de hacerlo hubiese podido recoger las aport a c i o n e s
de la escuela dominica española que, siguiendo al gran Sa n t i a g o
R a m í rez O.P., ha tenido su más claro expositor en Vi c t o r i n o
Ro d r í g u ez O.P., y de la escuela tomista de Ba rcelona, fundada
por el jesuíta Ramón Orlandis y que capitanea el doctor Fr a n -
cisco Canals Vidal, catedrático de metafísica de la Un i ve r s i d a d
de Ba rcelona y Académico de las Pontificias Romanas de Te o -
logía y de Filosofía, que ha mostrado siempre un gran interés
por la historia que ha culminado en doctos estudios sobre la
h i s t o r i a .
Después de lo dicho, no me queda sino felicitar a Albert o
C a t u relli por la oportuna reedición de El hombre y la historia, y
recomendar a los lectores de Ve r b ola lectura de esta magnífica
obra, objeto de esta reseña, que además contiene un testimonio
de catolicidad del autor.
JUA NBE RC H M A N SVA L L E TD EGOYT I S O LO
I N F O R M ACIÓN BIBLIOGRÁFICA
677
FundaciÛn Speiro