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El pluralismo y la tolerancia

EL PLURALISMO Y LA TOLERANCIA
La autenticidad de la profesión cristiana requiere un oom­
promiso doctrinal con
el depósito de la verdad, que debe
gúardar el magisterio y no consiente arbitrariedades lla­
madas pluralisticas, ni sincretismos superficiales y artifi­
ciosos, ni crítica -contestarla y subversiva.
« ... desde el pri,mer r,prendiza¡e, resulta fundamental y solemne
"el compromiso doctrinal para quien quiera atenerse a
la autenti­
"cidad de la prof esi6n cristiana, y c6mo la fidelidad a este empeño
"no puede ser calificada
de trasnochad-O y rígido integrismo, ni con­
"siente arbitrariedades, llamadas pluraUsticas,
de opin«mes persona­
"les y mudables que a-partan de la substanda textual de la doctrina,
"cuyo dep6sito
debe guardar el magisterio de la Iglesia en su res­
"ponsable funci6n y en su arduo deber
(confróntese I Tim., 6, 20);
"conserva, defiende y lógicamente ,,J,imenta y desarrolla acordándo­
"se
de la exhortación del Apóstol: «Que vueswa cllridad crezca cada
"vez más en
el verdadero conocirrdento ... » (Fil., 1, 9). Seguridad
"y armonía es la verdad de la fe en sus exp,resi<>nes inagotables¡ se­
" guridad y armonía de las que hoy tiene particularmerrte necesidad
"la
Iglesia; no de sincretismo superficJal y arli.Jicioso, no de critica
"contesta-ria
y subversiva, no de p./,uraUsmos índ6cües e indiscipli­
"nados, 1ino de quien, como dice una vez más el Apóstol, «vive la
"verdad en la caridad» (Efes., 4, 15) .» ·
PAULO VI: Afocución en Ia audiencia general
del miércoles 24 de abril de 1974 (original
it.a­
iiano «O. R.», 25-N-74; traducción de Ecclesia
núm. 1.690 del 11 de mayo).
Unidad de misión evangelizadora y diwrsidad de vocaciones
en
la Iglesia.
«Como queriendo ilustrar de una manera genuina la trabaz6n
"existente entre vo-caci6n
y evangelización, Jesús nos ofreció en sí 11mismo un incomparable ejemplo, haciendo oh su v-0z1 durante toda
"su vida
pública, entre lüs suyo-s y en su pakia: «Yendo por las
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"dt«l«des y aldeas, flredicaba y evangelizaba el remo de Dws»
"(Le., 8, 1). El fue, pues, el prfmero y el m4s grtmde evangelizad-O,.
"CIMflll.o m4s t "Evangelio quedaren siempre con nr,sotros:
«El cielo y la tierra pa-­
"sprán, pero mis palabras no pasarán»
(Mt., 24, 35); quiso que su
"voz continuara siendo escuchada por la humanidad: «Id por iodo
el
"mNmio
y {lredicad el Evangelio " toda criatura,, (Me., 16, 15).
"Reflexionemos juntos
ahora, hemumos e · hijos. Sabéis que en
'"la lglesü, existe . esta unidad
de mJsi6n, pero que son diversas las
·"funciones, los ministerios, los sef'Vicios: hfl'J, pues, variedrxl de vo­
"caciones. «Hay diversidad de dones, pero uno mismo es el Espf,ri­
"tu.
Hay dwersidad de mimsterios, pero uno mismo es el Seflor.
"Hay diversidd de operaciones, pero uno mismo es Dros, que obra
"todas
las cosas en todos. Y a ci,da uno se le otorga la manifestación
"del Espíritu para común uti/Uad»
(1 Cor., 12, 4-7).
PAULO VI: Mensaje en la Jornada Mundial de
Oración por

las Vocaciones, del 9 de mayo de
1976, I1Osservatore Romano -Edición semanal
en lengua española-. Año Vlll, núm. 18 (383),
domingo, 2 de mayo.
Límites del pluralismo cuando está en juego el tesoro de nues­
tra fe y el compromiso de nuestro testimonio o va oontra
la coherencia del. patrimonio de la fe cristiana.
«Hay situaciones, contmgencias, especialmente cuando está en
"juego
el

tesoro
de nuestra fe y el compromiso de nuestro testimo­
"nio, que rxigen hacer de un alboroto de muchas voces diferentes,
"una sola tirmonia. ¿Qué dirían
los autores del pluralismo alocdo si
"los instrumentos de una orquesta sonasen cada uno por su parte?
"Si para cualquier regla normal de convwencia se pide una ele­
"mental disciplina; si la imponen incluso
los que q,;ie,en perturbar
"la convivenci.a, ¿htPy que ext'f'aiúwse que la p-idt:mws pt1ra nosQtros?
"Es necesario, además, ser coherentes: el pntrimomo de la fe
"cristiana no puede ser sometido t1 mimetismo o a compromiso, so
"pena de la {lropia extinción; no puede ligMse a concepciones total
"o intrínsecamente opuestas a su ntJ'tllirffla.
"El creyente no puede ignorar tampoco experiencias demasiado
"graves y tremendamente {lrobatorias que, a pesar de ciertas afirma--
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Fundaci\363n Speiro

JJcfones verbales en contra,-io, y no obstante lar esperanzc,s que el
"cristúm-0 quiere ciertt>Jnente albergttr siempre, confia,nd,, en la Pro­
"videncú, y en la fuerza inmanente de la verdad y de la ¡usticia,
"indican c6mo una «constante» antirreligiosa
y anlieclesial, que ter­
"mina siendo-, pM tanto, antihu'ff'l,tNJa, permanece por desgracia in­
"mutable y presente en movimient1>s, de sobra con1>cidos, de pen­
"samkmto y de p,raxis.»
PAULO VI: Alocución a la Conferencia Epis­
copal Italiana~ 21 de mayo de 1976, L'O,rserva­
lore Romano -Edición semanal en lengua es­
pañola-,
Afio VIII, núm. 23 (388), domingo,
6 de junio de 1976.
De la condescendencia hacia las op1mones de los demás pa­
samos a la indiferencia hacia cualquier agnosticieimo y a
una interpretación
]exista del pluralismo y de las normas
lógicas y morales.
« ... nos hemos aprovechado de la libertad cristiana y de la obli­
"gada condescendencú, ha&ia las opmiones de /l>s demás para per­
"mitirnos la indiferencia hal>ia cualquier agnosticismo teó1'ico
y prác­
"tico; hemos dado al pluralismo
y " la, novedádes de idea, o/ de dC·
"clones una interpretación laxista y permisiva de/eté,,.. de toda nor­
" m~ lógica y moral.">
PAULO VI: Catequesis en la audiencia general
del miércoles~ 4 de febrero de 1976, L'Osserva­
tore
Romano -Edición semarud en lengua es­
p 8 de febrero de 1976.
El libre pluralismo de interpretación peraonal y Cll"Ítica fácil,
es
un disolvente
de la verdadera, sólida y operante unidad
eclesial, por influjo
centrífugo del lrore examen protes­
tante.
«Todos pueden hacer por su cuenta una diagnosis de la moder­
"na tendencia a disolver una verdadera, s6lida
y operante u,udad
"eclesial observando c6mo un espíritu de disgregaci6n, de contestfl­
"ción, de libre plt#alismo, de orítica fácil, de interpretaci6n pers-o­
"nal y frecuentemente polémica con respecto al Magisterio de la
"Iglesia, que es el autorizado e indispensáble intérprete y tutor de
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"los factores de la unidad eclesial, ha penewado en dwersN expre­
''siones
de la mentalidad del cuerpo místioo, de la misma oomunión
"cat6lica
(cf. L. Bouye,, La déromposition du catbolicisme, 1968;
"Religieux et Gercs contre Dieu, 1975). Un influjo centrifugo del
"libre examen
de procedencia protestant•, un concepto de libertad
"absoluta áhlado
del correspond,;en;e concepto de deber y responsa­
"bilid«d, un.a 1'esignaáa trahíson des dercs, es dech, un 1'elativismo
"hist6rico, y un oportunismo social y poUtico muy de moda, han
"debilitado
algo

el
,_ido de la unidad, de la solidrlridad, d, la c<>­
"ridad demro de la Iglesia de Dios.»
858 PAULO VI: Catequesis en la audiencia general
del miércoles, 28 de enero de 1976, L'Osserva-­
tore Romano
-Edición semanal en lengua es~
pañola-. Año VIII, núm. 5 (370), domingo,
1 de febrero de 1976.
UNIDAD -UNITARISMO
PLURALIDAD -PLURALISMO
(Actas del X Congreso del "Offiee lnternational",
Lansanne, 13,

14
y 15 de aibril de 1975).
UNIDAD, ¿A QUE PRECIO?, por Gustave Thibon.
EL PLURALISMO EN CUESTION, por Louis Doujar­
ques.
REGIONALISMO Y UNIDAD NACIONAL, por loon,.
ne

Flour.
UNIDAD DE ACCION CON DIVERSIDAD DE FOR­
MULAS, por Michel de Penfentenyo.
82 págs. 100 ptas.
Fundaci\363n Speiro