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China: la lucha por el poder y sus consecuencias

CHINA: LA LUCHA POR ElL PODER Y SUS
CONSECUENCIAS
POR
ANGEL MAESTRO MAR.TÍNEZ,
Al producirse la muerte de Mao Tse-Toung oonsiderábamos en
estas
páginas de
"VERBO" el comlicto desatado con

su
desaparición,
y la consiguiente y despiadada lucha por el poder, lo que oonstituye
una oonsrante cuando se produce la desaparición de los dirigentes
comunistas.
Dada la maguitud del continente chino, con su inmensa pobla­
ci6n
de 800 millones de personas, y oonsidetando la importancia
mundial que
reviste cualquier acontecimiento ocurrido en

semejante
coloso, la
ludha por el poder en uno de los más desp6ticos y crueles
estados de la Tierra, adquiere proporciones inusitadas.
Como anteriormente comentaba
(1) resulta patticulatmente difí­
cil la obtención de

datos fidedignos que
permitan la consnuoci6n de
esquemas verosímiles de

estudios
sobre cualquier estado comunista,
agudi:oindose estas dificultades hasta limi1ieS inverosímiles al tratarse
de la China Roja. Sin embargo, estamos en rondiciones de ofrecer a
los
lectores
algunos

datos que consideramos
feliacientes sobre la lucha
por
el poder en China, implacablamente desatada al producirse el
fallecimiento del déspota
y sanguina.río Mao, tan discinto del idea­
lizrulo poeta oonductor de pueblos, cuya imagen se ha heobo tan
común
en Occidente (2).
A su muerte, Hua
Kuo-Feng representa la

solución
"moderada"
frente

a
la ultraizquierda

de la "pandilla de los cuatro": Wang
Hung-Wen,
Ohang Chun O,iao, Ohiang Oiing y

Yao Wen-Yuan;
(1) Ver «Verbo», núm. 150. «Ante la muerte de Mao».
( 2) Mao, de joven, tuvo un conocimiento suficiente de la literatura clá­
sica china y, como dice el autor inglés Samuel B. Gciffith, ese conocimiento
nada más que suficiente, simplemente «le permitió usar las citas como muni­
ciones en sus frecuentes escaramuzas». Particularmente le interesaban los re­
latos de la vieja China, referentes a hi6torias de rebeliones como el «Shui Hu
Chao»
y el «San Kuo».
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Fundaci\363n Speiro

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pero Hua se ve elevado a un enorme grado de p una base sólida. Para mi opinión, su ascensión se debe a dos causas:
l.º El miedo a los ultras de la "pandilla de los cuatro", dispues­
ros a desencadenar una nueva revolución culturad., de consecuencias
aún superiores a ia tristemente famosa de la década de los sesenta.
Este más que mialó, terror, sólo comprensfüle para los que cono­
cen la implacable realidad del
comunismo, y cómo devora a sus hijos
de fomna tan cruel o más que a sus enemigos, hizo que fuerzas diver­
sas
rombinaseu sus esfuerzos ronira la

"pandilla de los cuatro".
2.º El apoyo

de
altOS jefes militares, así como de los dirigentes
veteranos del partido, movidos ambos en gran parte por un resenti~
miento rontra las humillaciones sufridas en la época anterior, y por
considerar que una nueva revolución cultural Jleva1"ía al desastre
económico y social irreversible.
Situación actual
La situación con que se enfrenta Hua Kuo-Feng. no le hace dis­
poner,
ni mucho menos, de
un poder
ronsolidado, taJ romo podría
servir de ejemplo la posición de Breznev a la caída de Jruschof.
Analicémosla:
a) Ha de afrontar un estado de oposición, y a veces de auténtica
rebeli6n en varias provincias y ciudades como: Hunan, Kwangsi,
Chengchou, Wuhan, Sinkian y Yunnan /probablemente alguna más).
En estos. lugares estaba ,particularmente arraigada la fuerza de la
"pandilla de los cuatro", y a[ igual que les sucedió a los seguido­
res de
Beria, 'los vinculados a la ultraizquierda dhiua saben cuál se­
rá su suerte en el caso del ttiunfo de los "IIDOderados". La lucha ha
sido enrabiada con auténtica
desesperación, recurriendo

Hua a
ínter,
venciones
militares masivas que restableciesen el orden.
b) El continente chi:no se ha visto afectado por una serie de
desastres
naturales que

han
trastornado gravemente su situación eco­
nómica. Pérdidas de cosechas, inundaciones, y el terrible terremoto
de

1976 (julio) que
asoló la

provincia
de Hopei, deterioraron pro­
fundamente
la agricultura y la industria.
e) Reducidos militarmente los seguidores de la "!p"-lldilla de
los cuatro", desarrollaron
una amplísima

oleada
de sabotajes, actos
terrdristas y huelgas. Según imom,aciones fidedignas, ,Jos sabotajes en
las zonas industriales

de
Kiang¡,í, y de Wuhan, ocasionaron pérdidas
tan

graves que
causaron la suspensión de la producción metalúrgica
en esas

zonas por espacio de
nada menos
que ocho
meses.
En los ferrocarriles los trastornos han sido tan graves que han
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CHINA: LA LUCHA POR EL PODER
trascendido incluso a los medios informativos occidentales, requirién­
dose la
intervención militar para .la norlilllliización del transporte fe­
rroviario,

llegando en su
fanatismo delirante los segui traiz.quierda a

justificar
los transtomos ocasionados con
los sabotajes,
con lemas tan
demenciales y consignas, como: "Más vale llegar

con
retraso con el socialismo> que llegar a la ho.ra oon el ca.pitaJlismo".
Noticias filtradas a Occidente, exponen cómo un viceprimer ministro
Ku Mu, reconoció que harán falta dos años para que la ya precaria
economía china -y el miserable nivel de vida de su pueblo, por ron­
siguiente-puedan recuperarse del daño causado

por el
terrorismo
de la ultraiz.quierda, particularmente las fuentes vitales de la econo­
mía como: el gas, las ronducciones de agua, la ·industria metalúrgica
y la producción de

energía eléctrica.
d) Aunque teóticamente el puesto de Hua es elevadísimo -no
olvidemos que simultanea la Presidencia del Comité Central del
panido mmunista ron las

funciones de primer
ministro, y presidente
de
la mmisión de asuntos militares, conjunro de puestos que sólo
ahora Breznev ha ad.canzado--, su situación es bastante más preca­
ria,

pues no fue designado
por Mao romo sucesor, sino sólo romo
primer vicepresidente del partido. Su nombramiento como Presi­
dente

del
Comité Central es

atacable desde su
orrodoxia romunista,
pues

fue designado en una reunión del "buró político"' y no en una
sesión
plenaria.
Aún

no está convocado, ni se
sabe a fecha cierta, cuando se rea­
lizará el

XI Congreso del P.C. Chino, pues siguiendo la
tradicional
costumbre

de los
regímenes comunistas afianzados, estos congresos
no

se
celebran más que

cuando un lider
esta confümado romo tal, y
el congreso
concede la aparente "convalidación"'
o
"ronfirmación"
democrática popular
a dicho nombramiento. Y esto desde luego no es
la situación
de Hua.
Ten Hsiao-Ping.
La gran incógnita de la política china es este hombre. Destituido
y petsegnido por Mao, tras la muerte de su protector Chu-En-Lai
-fallecido
en enero de
1976-, padeció ya

su segunda derrota.
Caso
raro y poco común en los conflictos despiadados entre los líderes
comunistas, pues su . primera caída en desgracia se remonta a la
"purga" de Liu Shao-Chi en 1966, siendo re!,,,bilitado por la enorme
influencia de Chu-En-Lai, a pesar del
mismo Mao,

en 1973.
En abril de 1976, se producen los famosos
incidentes de

la
plaza
Tien
An

Men, centro de
la capital

de China comunista, que bajo
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preteXtO de homenaje a la memoria de O,u-En-Lai, producen distw:­
bios de grav nirois, hace ya 30 años, y que oblig¡u:on a una fuerte represión, dis
turbios que tomaron descarado matiz anti-Mao, y en los que se
calcula intervinieron 100.000 personas. Estos disrutbios, caililfiaidos
de concracrevolucionacios, aceleran la pers«ución contra Teng, pero
al morit Mao en septiembte de 1976, se beneficia de la focba entte
la viuda de Mao, y segwdotes contra Hua, y de nuevo ; por rercera
vez!
su

nombre
empieza a sonar en progresión a.scendente.
La lucha contra la "pandilla de los cuatto"' ,potencia su papel,
pues se recuerda cómo él fue el blanco elegido por la ulttai,,quierda,
y cómo Hua fue escogido como solución intennedia por el propio
Mao --entte los "radu:rues"' y los "moderados""-, a la vez que Hua
necesita en su
lucha contra los ulttaizquierdistas el •poyo militar,

y
precisamente es en la clase militar donde Teng tiene sus más fuertes
apoyos. Su
rehabilitación completa

asusta a Hua
-se repite la historia,
y nos recuerda los sucesos girondinos y jacobinos de la revolución
francesa-, y aunque la :presión en pro de la vuelta de Teng, apacece
ya

incontenible,
se le oponen obstáculos como el de Wu Teh, quien
frena
la vuelta ttiunfal del antiguo
lider, que pondría en peligro la
estabilidad del propio Hua. No olvidemos que Kuo-Feng fue jefe de un
ocganismo clave

en
los regímenes
comunistas, la Seguridad del Estado, y conoce bien los
resortes
del poder, pero por ese · conocimiento es consciente de sus
fueczas, y

sabe que a dos
militares, 0,en Hsi-Lien y Y:eh atlen-Ying,
debe

su consolidación sobre la ulttaizquierda.
Sabe que
estos hombres
son
pattidarios de T eng, y también sabe que su oposición decidida a
la vuelta de Teng, le haría tambalearse peligrosamente al rperder el
apoyo militar. Otros dos hombres clave, actuaJmente en el poder chi­
no, son el jefe de los servicios secretos y Seguridad del Estado, W ang
Tung-Hsing, y el primer vicepresidente del gobierno Li Hsien-Nien.
Estos prestaron su
apoyo a Hua contra la "pandilla de

los
ruacco"'
pero
junto

con los dos
militares antes
citados
hacen que
la situación
del actual presidente del
Comité Centtal sea vulnerable

en
extremo,
pendiente

de
no desagradar
a
tan importantes líderes, que hacen que
la posición de

Hua
sea, en

vez. de
la ddl. jefe indiscutible que fue
Mao,
más bien la de un "primus inter pares".
Sólo puede disminuir de momento la posición que ha de ocupat
Teng, y procurará, ya que no puede frenar la que pacece irresistible
vuelta,

conferirle funciones más de gobierno que de
partido -darle
un
papel similar al que tuvo en sus ¡,,-imeros tiempos de gobierno
colegiado, Kosigyin con
Breznev-, e influir paca que por encima
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CHINA: LA WCHA POR EL PODER
de Teng, figure, halagando así a las Fuerzas Armadas, un militar,
Yeh Chien-Ying.
Dada la dificultad de informadón sobre Ohina, siempre hay que
jugar ron hipótesis,

pues inaluso desde
ese observatorio --- me
refería en

el anterior
ttobajo sobre China-que es Hong Kong la
información se
hace dudosa, al controlar el comunismo chino en esa
colonia británica, influyentes medios de
propaganda como
son los dia­
rios "Pacific
Weekly", "Shih Tai

Pao" y "Ming Pao y dominar la
fedetación de sindicatos obreros de Kowloon y Hong Kong, así
como emisoras radiofónicas
cual la "Hansheng" y tener bajo su in­
fluencia a una de
las emis<>t HKTVB.
Salvando esas enormes dificultades que ponen de relieve la difi­
cultad de íla sinología, y siemptte para mi opinión, el retorno de Teng
Hsiao Ping, supone una agravación mayor de !la amenaza comunista
sobre el mundo occidental, pues T eng presenta la imagen "mod«ada",
lejos de la violencia de WangHung W eng y la v.iuda de Man; algo
así· como un "eurocomu.nisino" á. •lo chino, ruyas consecuencias al
huir de esa radicalización harán descuidar la ya tan baja guardia occi­
dental ---
  • de
    la ultraizquierda-. Al_ presentar una imagen que f>Odría ser, si
    consigue
    exterminar los
    vestigios de

    la "pandilla
    de los cuatro", y
    desplazar a Hua, similar a la de la coexistencia pacifica, habrá des­
    poseído

    a
    la sociedad occidental del temor, aún existente, frente al
    imperialismo agreo;ivo chino-comunista, y un nuevo debilitamiento de
    las fuerzas anticomunistas, que ya no se enfrentarán a salvajes bárba­
    ros, como los .. guardias rojos", sino a comunistas de rostro humano
    y sonriente. ·
    Fundaci\363n Speiro