Índice de contenidos
Número 157
Serie XVI
- Textos Pontificios
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- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Crónicas
Autores
1977
Asociaciones del campo
ASOCIAGIONES DEL CAMPO
POR
J. GIL MORENO DE MORA.
Para acometer este tema es preciso comenzar con unas observa
ciones:
l.º El cmnpo entero.-Se tiende, sobre todo en los ambientes
administrativos, a reducir
el concepto de "campo" a
la mera pobla
ción
laboral agraria. Esto
no es
real. El campo, además
de abarcat
multitud
de actividades, desde el maestro y el médico rural hasta
los
artesanos
y comerciantes campesinos, tiene en cada 'hombre un
vecino de un municipio, un aficionado a ta1 o tal cosa, un padre de
familia, etc. Reducir la personalidad del campesino a su actividad
labtadora
es amputar al campo de multitud de sus miembros y de
sus personalidades.
2.0 El c,m¡,po vario.-& tiende también a una visión unifor
mista prescindiendo de los condicionamientos tan poderosos en este
sector
donde caben pocos artificios, por lo
cmtl es irutlcanzrrble la
uniformidad
urbana de
las grandes megápolis.
3.º F,l ctmvpo cor,w cwilizádón.--Se tiende también a reunir
la
manera de vivir,
la manera
de pensar
y de actuar de los hombres
del campo dentro de las corrienres que
se dan en las poblaciones no
campesinas. El campo
encierra una
civilización
marcada por el
arraigo
esencialmente diferente de la
civilización urbana
marcada
por el
nomadismo. En el campo lo importante no es el oficio sino
la casa; en la civifüaci6n urbana
lo
importante es el negocio y la
empresa.
Dados estos puntos e; fácil ver que el asociacionismo del cam
po no se limita a un simple sindicato de labradores y ganaderos o
a una organización cooperativista agraria, sino que debe extender-
Fundaci\363n Speiro
J. GIL MORENO DE MORA
se en multitud de esferas diferentes, desde ias gremiales de rodas
las diferentes actividades campesinas hasta las corporativas de mu
nicipio, de
padres de familia, de ideas políticas, culturales, recrea
tivas,
deportivas, religiosas, benéficas, etc.
Si no se
limita el concepto de política al de meros partidos po
líticos y si se contempia que, en realidad, es política y se hace po
lítica en cada ocasión en que un hombre se telaciona con los de
más, sobre todo en los
aopectos públicos,
surge un hecho cietto, el
de que toda una civilización campesina, un modo de vivir, pensar,
actuar, morit, con toda una secuela de hábitos, usos, costumbres pro
pias del campo, se halla enfrentada a otta civilización esencialmente
urbana que opone otro modo de vivir, de pensar, actuar, etc., radi
cialmente opuesto al de los campesinos. En el campo, aparte de unos
faetores
comunes de contacto con
la
naturaleza y, por tanto, de ma
yor
realismo, de ooa valoración superior de la familia como agente
del
arraigo,
y de la casa romo resultado del a,,raigo, todo se divet
sifica acoplándose
al paisaje, al clima, a las condiciones naturales y
las asociaciones; por ello, multiplican la diversidad de usos y cos
turnbtes (por consigwente de Derecho) y cada lugar o grupo tiene
peculiaridades
de personalidad
acusada como persona y como grupo.
En la civilización rubana cada día se tiende más a un uniformism.o
general, .tanto en ·las costumbres como en el modo de vivit y el ar
tificio, el
aire acondicionado,
la ca:lefaccióu,
el rrabajo bajo techado,
alejan al hombre del contaeto con la kcción cotidiana de ,la natura
leza,
lo
cual abona las utopías. La visión de la riqueza es, en el
campo, coru:reta, tomando imagen de kilos de productos mienrras
en
la urbe
es a,J,scracta en
columnas de números contables. Todo lo
cual indica
que aparte de
las múltiples
asociaciones profesionales
y
corporativas antes menci~as, sería conveniente una asociación
coherente,
no
politizada según
ideologías, coru:retada a
la
civiliza
cióu
propiamente campesina, que en las
Cortes pudiera presenta< un
dique
a la aplastante supremacía de la civilizacióu
urbana que barre
para
adentro los presupuestos del Estado, se
apodera de él y redu
ce, finalmente, al campesino
a1 estado de ciudadano de categoría
inferior,
para quien
son
difíciles ios accesos a;J apoyo estatal, a la edu-
986
Fundaci\363n Speiro
ASOCIACIONES DEL CAMPO
cación, a la palabra pública en las Cortes y en los medios de co
municación social.
Por la característica campesina todas las actividades que en este
ámbito se
dan tenderán, en su asociación profesional, mucho más a
los moldes gremiales clásicos
que a los modernos sistemas sindica
listas,
casi siempre nacidos en
las graodes aglomeraciones comer
ciales
e
industriales y que, aplicadas por presión de los diferentes l!P
biernos, en muchos países al sector primario se hao demostrado
ineficaces y inapropiados, con el único fruto visible de dejar inerme
al
campo.
El municipio
de los pueblos campesinos también
difiere pro
fundamente del
municipio de las
grandes dudadas, porque la dimen
sión
del núcleo de población permite que
sean bien
conocidos de
todos los concejales que se eligen, con lo
cual la rorporación es
verdaderamente
parte del
pueblo y se encuentra muy próxima a
todos los problemas reales de
1los vecinos. Por ello, se puede decir
que
el municipio campesino es una forma auténtica de asociación
y tal vez lo sería mucho más si la Ley de Régimen Local abandona
se
el exceso de
centralismo y uniformismo que la caracteriza acrual
mente y que obliga, por ejemplo, a hacer -la contabilidad y el pre
supuesto de una forma tan enrevesada que sólo lo pueden entender
los
especialistas, 0tto ejemplo de los males derivados de la actual
Ley de Régimen Local es el problema de los secremtios, que por
sí sólo es capaz de imposibilitar la existencia de
los pequeños mu
nicipios y que impone en este cargo a personas las más veces -extra
ñas al pueblo.
Quedan, por fin,
las asociaciones de tipo ecooómico, entte las
que destacan, en primer lugar, las cooperativas agrarias pero que
además, en frecuentes ocasiones, se' dan: en mudhors otros casos C:Omo el
de los centros recreativos que en Cataluña se llaman "ca.siaJs", en
los que se asocia ·1a mayoría de la población pata construir un com
plejo de cine,
bat, sala
de juegos,
bai1e, bibli=, etc. Las activi
dades deportivas, a veces, entran dentro de estos mismos casales,
otras son independientes en asociaciones propias de fútbol, balon
cesto, piscinas, etc. Y es frecuente que haya asociaciones culru.rales
para coros, teatro, ronfcrencias, etc.
987
Fundaci\363n Speiro
J. GIL MORENO DE MORA
Se podda, pues, resumir todas estas posibilidades de asociación
en el
campo dentro de los siguientes bloques:
A) Políticas: en este grupo estarán, en primer lugar, el muni
cipio,
y luego esa asociación política del campo sobre la que nos
extenderemos un
poco.
B) Profesiona:Jes, abarcando todas las actividades gremiales o
sindicales.
e
C) Económicas, entre las que destacarán las cooperativas y to
das las actividades en que haya asociación para acometer empresas de
tipo económico colectivamente.
D) Sociales: vasto grupo donde están las recreativas, cu:ltw:a
les, deportivas, religiosas) etc.
Conviene ampliar un poco el concepto de una asociación políti
ca del .. Campo Entero"'. Esta
debiera
ser una
asociación con voca
ción
parlamentaria y
de
diálogo' con
la
Adminisl!ración. Debe
agru
par al campo entero,
es decir, no
sólo a
los agricultores, sino
tam
bién a todas las activichdes de los pueblos: maestros, artesanos, mé
dicos, industriales ruta:les, comerciantes rumies, abogados, juristas,
intelectuales, campesinos, -etc. En realidad, es -una a80Ciación que de
biera formarse pata defender la civilización campesina del despiada
do ataque que le
inflige la civilización urbana.
Debiera
ser una aso
ciación con su propia doctrina, prescindiendo de todas las ideologías
de
partidos en curso, que
siempre son de origen
urbano, basando la
doctrina en los valores de la civilización campesina, en la idea de
la
.. casa", del
atraigo,
de la permanencia por razonamientos de rea
lismo total,
c,,paz de considerar el equilibrio de lo espiritual y lo
material que es esencia humana, razonando
por caminos
de simple
sentido común sin altas
lucubraciones filosóficas, reivindicando
el
papel de ser base de la patria
y de ,la nación, de la patria por estar
cercano
a su
más vital patrimonio que es el territorio y de la na
ción, por
ser siempre el estamento más fértil en
vidas de las que se
han
aJimentado rodos los
desarrollos industriales y
urbanos que he
mos
conocido. A esta asociación cabe
asignarle una
importancia re
levante ya que una
gran parte de la errónea actuación seguida con
el campo sólo se puede subsanar en las Cortes y rectificando ,las
988
Fundaci\363n Speiro
ASOCIACIONES DEL CAMPO
Leyes, así como poniendo coto a los abusos de · la Administración,
que
en el campo
ha obrado a sus anchas sin la menor oposición. La
bandera ha de ser la restauración del campo. El campo a través
de muchas
reformas ha sido destruido y arruinado en buena parte;
sus
estructuras naturales han sido substituidas por
p<Ótesis estatales
pocas veces eficaces, su derecho propio antaño vivo en los Fueros
ha sido paralizado, dictado desde arriba. Restauración no de los mol
des medievales ciertamente, pero restauración de una salud física y
moral perdidas en las reformas. Restauración de la posibilidad de
una evolución del campo desde dentro
del campo para bien gene
ral en la línea .que mencionaba el General Primo de Rivera en su
prólogo al Curso de Ciudadanía celebrado en Toledo en
= del
año 1929.
Esta asociación política del campo es la que puede . restaurar
municipios sanos
y eficaces, legislaciones tributarias ordenadas, cuer
pos
intermedios
vigorosos y actuantes. Es la que ha de formar el
frente
político campesino.
Del
mismo modo
el campo
deberá tratar
de
forma, un
frente
económico que le permita liberarse de la servidumbre
actual a la
Gran Ciudad. Pero el
frente político
es previo,
porque de él depen
de la posibilidad del frente
económico.
A
este frente
económico corresponderá
un frente profesional,
el
maestro, el médico, el mecánico rural hablará de su inferioridad
frente al colega ciudadano.
Y de estos frentes surgirá, como resultado, un frente
cultural. y
social que será el defensor de que esta civilización campesína hoy
agonizante en la conv,icción de que esta civilización es la única ca
paz de volver a ínformar en el sentido común Ia civilización gene
ral de
toda la
naci6n.
989
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POR
J. GIL MORENO DE MORA.
Para acometer este tema es preciso comenzar con unas observa
ciones:
l.º El cmnpo entero.-Se tiende, sobre todo en los ambientes
administrativos, a reducir
el concepto de "campo" a
la mera pobla
ción
laboral agraria. Esto
no es
real. El campo, además
de abarcat
multitud
de actividades, desde el maestro y el médico rural hasta
los
artesanos
y comerciantes campesinos, tiene en cada 'hombre un
vecino de un municipio, un aficionado a ta1 o tal cosa, un padre de
familia, etc. Reducir la personalidad del campesino a su actividad
labtadora
es amputar al campo de multitud de sus miembros y de
sus personalidades.
2.0 El c,m¡,po vario.-& tiende también a una visión unifor
mista prescindiendo de los condicionamientos tan poderosos en este
sector
donde caben pocos artificios, por lo
cmtl es irutlcanzrrble la
uniformidad
urbana de
las grandes megápolis.
3.º F,l ctmvpo cor,w cwilizádón.--Se tiende también a reunir
la
manera de vivir,
la manera
de pensar
y de actuar de los hombres
del campo dentro de las corrienres que
se dan en las poblaciones no
campesinas. El campo
encierra una
civilización
marcada por el
arraigo
esencialmente diferente de la
civilización urbana
marcada
por el
nomadismo. En el campo lo importante no es el oficio sino
la casa; en la civifüaci6n urbana
lo
importante es el negocio y la
empresa.
Dados estos puntos e; fácil ver que el asociacionismo del cam
po no se limita a un simple sindicato de labradores y ganaderos o
a una organización cooperativista agraria, sino que debe extender-
Fundaci\363n Speiro
J. GIL MORENO DE MORA
se en multitud de esferas diferentes, desde ias gremiales de rodas
las diferentes actividades campesinas hasta las corporativas de mu
nicipio, de
padres de familia, de ideas políticas, culturales, recrea
tivas,
deportivas, religiosas, benéficas, etc.
Si no se
limita el concepto de política al de meros partidos po
líticos y si se contempia que, en realidad, es política y se hace po
lítica en cada ocasión en que un hombre se telaciona con los de
más, sobre todo en los
aopectos públicos,
surge un hecho cietto, el
de que toda una civilización campesina, un modo de vivir, pensar,
actuar, morit, con toda una secuela de hábitos, usos, costumbres pro
pias del campo, se halla enfrentada a otta civilización esencialmente
urbana que opone otro modo de vivir, de pensar, actuar, etc., radi
cialmente opuesto al de los campesinos. En el campo, aparte de unos
faetores
comunes de contacto con
la
naturaleza y, por tanto, de ma
yor
realismo, de ooa valoración superior de la familia como agente
del
arraigo,
y de la casa romo resultado del a,,raigo, todo se divet
sifica acoplándose
al paisaje, al clima, a las condiciones naturales y
las asociaciones; por ello, multiplican la diversidad de usos y cos
turnbtes (por consigwente de Derecho) y cada lugar o grupo tiene
peculiaridades
de personalidad
acusada como persona y como grupo.
En la civilización rubana cada día se tiende más a un uniformism.o
general, .tanto en ·las costumbres como en el modo de vivit y el ar
tificio, el
aire acondicionado,
la ca:lefaccióu,
el rrabajo bajo techado,
alejan al hombre del contaeto con la kcción cotidiana de ,la natura
leza,
lo
cual abona las utopías. La visión de la riqueza es, en el
campo, coru:reta, tomando imagen de kilos de productos mienrras
en
la urbe
es a,J,scracta en
columnas de números contables. Todo lo
cual indica
que aparte de
las múltiples
asociaciones profesionales
y
corporativas antes menci~as, sería conveniente una asociación
coherente,
no
politizada según
ideologías, coru:retada a
la
civiliza
cióu
propiamente campesina, que en las
Cortes pudiera presenta< un
dique
a la aplastante supremacía de la civilizacióu
urbana que barre
para
adentro los presupuestos del Estado, se
apodera de él y redu
ce, finalmente, al campesino
a1 estado de ciudadano de categoría
inferior,
para quien
son
difíciles ios accesos a;J apoyo estatal, a la edu-
986
Fundaci\363n Speiro
ASOCIACIONES DEL CAMPO
cación, a la palabra pública en las Cortes y en los medios de co
municación social.
Por la característica campesina todas las actividades que en este
ámbito se
dan tenderán, en su asociación profesional, mucho más a
los moldes gremiales clásicos
que a los modernos sistemas sindica
listas,
casi siempre nacidos en
las graodes aglomeraciones comer
ciales
e
industriales y que, aplicadas por presión de los diferentes l!P
biernos, en muchos países al sector primario se hao demostrado
ineficaces y inapropiados, con el único fruto visible de dejar inerme
al
campo.
El municipio
de los pueblos campesinos también
difiere pro
fundamente del
municipio de las
grandes dudadas, porque la dimen
sión
del núcleo de población permite que
sean bien
conocidos de
todos los concejales que se eligen, con lo
cual la rorporación es
verdaderamente
parte del
pueblo y se encuentra muy próxima a
todos los problemas reales de
1los vecinos. Por ello, se puede decir
que
el municipio campesino es una forma auténtica de asociación
y tal vez lo sería mucho más si la Ley de Régimen Local abandona
se
el exceso de
centralismo y uniformismo que la caracteriza acrual
mente y que obliga, por ejemplo, a hacer -la contabilidad y el pre
supuesto de una forma tan enrevesada que sólo lo pueden entender
los
especialistas, 0tto ejemplo de los males derivados de la actual
Ley de Régimen Local es el problema de los secremtios, que por
sí sólo es capaz de imposibilitar la existencia de
los pequeños mu
nicipios y que impone en este cargo a personas las más veces -extra
ñas al pueblo.
Quedan, por fin,
las asociaciones de tipo ecooómico, entte las
que destacan, en primer lugar, las cooperativas agrarias pero que
además, en frecuentes ocasiones, se' dan: en mudhors otros casos C:Omo el
de los centros recreativos que en Cataluña se llaman "ca.siaJs", en
los que se asocia ·1a mayoría de la población pata construir un com
plejo de cine,
bat, sala
de juegos,
bai1e, bibli=, etc. Las activi
dades deportivas, a veces, entran dentro de estos mismos casales,
otras son independientes en asociaciones propias de fútbol, balon
cesto, piscinas, etc. Y es frecuente que haya asociaciones culru.rales
para coros, teatro, ronfcrencias, etc.
987
Fundaci\363n Speiro
J. GIL MORENO DE MORA
Se podda, pues, resumir todas estas posibilidades de asociación
en el
campo dentro de los siguientes bloques:
A) Políticas: en este grupo estarán, en primer lugar, el muni
cipio,
y luego esa asociación política del campo sobre la que nos
extenderemos un
poco.
B) Profesiona:Jes, abarcando todas las actividades gremiales o
sindicales.
e
C) Económicas, entre las que destacarán las cooperativas y to
das las actividades en que haya asociación para acometer empresas de
tipo económico colectivamente.
D) Sociales: vasto grupo donde están las recreativas, cu:ltw:a
les, deportivas, religiosas) etc.
Conviene ampliar un poco el concepto de una asociación políti
ca del .. Campo Entero"'. Esta
debiera
ser una
asociación con voca
ción
parlamentaria y
de
diálogo' con
la
Adminisl!ración. Debe
agru
par al campo entero,
es decir, no
sólo a
los agricultores, sino
tam
bién a todas las activichdes de los pueblos: maestros, artesanos, mé
dicos, industriales ruta:les, comerciantes rumies, abogados, juristas,
intelectuales, campesinos, -etc. En realidad, es -una a80Ciación que de
biera formarse pata defender la civilización campesina del despiada
do ataque que le
inflige la civilización urbana.
Debiera
ser una aso
ciación con su propia doctrina, prescindiendo de todas las ideologías
de
partidos en curso, que
siempre son de origen
urbano, basando la
doctrina en los valores de la civilización campesina, en la idea de
la
.. casa", del
atraigo,
de la permanencia por razonamientos de rea
lismo total,
c,,paz de considerar el equilibrio de lo espiritual y lo
material que es esencia humana, razonando
por caminos
de simple
sentido común sin altas
lucubraciones filosóficas, reivindicando
el
papel de ser base de la patria
y de ,la nación, de la patria por estar
cercano
a su
más vital patrimonio que es el territorio y de la na
ción, por
ser siempre el estamento más fértil en
vidas de las que se
han
aJimentado rodos los
desarrollos industriales y
urbanos que he
mos
conocido. A esta asociación cabe
asignarle una
importancia re
levante ya que una
gran parte de la errónea actuación seguida con
el campo sólo se puede subsanar en las Cortes y rectificando ,las
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Leyes, así como poniendo coto a los abusos de · la Administración,
que
en el campo
ha obrado a sus anchas sin la menor oposición. La
bandera ha de ser la restauración del campo. El campo a través
de muchas
reformas ha sido destruido y arruinado en buena parte;
sus
estructuras naturales han sido substituidas por
p<Ótesis estatales
pocas veces eficaces, su derecho propio antaño vivo en los Fueros
ha sido paralizado, dictado desde arriba. Restauración no de los mol
des medievales ciertamente, pero restauración de una salud física y
moral perdidas en las reformas. Restauración de la posibilidad de
una evolución del campo desde dentro
del campo para bien gene
ral en la línea .que mencionaba el General Primo de Rivera en su
prólogo al Curso de Ciudadanía celebrado en Toledo en
= del
año 1929.
Esta asociación política del campo es la que puede . restaurar
municipios sanos
y eficaces, legislaciones tributarias ordenadas, cuer
pos
intermedios
vigorosos y actuantes. Es la que ha de formar el
frente
político campesino.
Del
mismo modo
el campo
deberá tratar
de
forma, un
frente
económico que le permita liberarse de la servidumbre
actual a la
Gran Ciudad. Pero el
frente político
es previo,
porque de él depen
de la posibilidad del frente
económico.
A
este frente
económico corresponderá
un frente profesional,
el
maestro, el médico, el mecánico rural hablará de su inferioridad
frente al colega ciudadano.
Y de estos frentes surgirá, como resultado, un frente
cultural. y
social que será el defensor de que esta civilización campesína hoy
agonizante en la conv,icción de que esta civilización es la única ca
paz de volver a ínformar en el sentido común Ia civilización gene
ral de
toda la
naci6n.
989
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