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Michel de Saint Pierre: Monsieur de Charette, chevalier du Roi

INFOIIMACION BIBUOGllAFICA
tándonos los unos de los otros, recelosos y descoofiados, nosotros
mismos contribuimos a instaurar esa absoluta ausencia de información
y de publicidad que es la causa fundamental de todos nuestros males
tanto

de los millones de arrestos como
de su aprobación masiva».
Soplonería, traición como forma de vida, corrupción, la mentira
como forma de existencia y crueldad y psicología de esclavos son
otros tantos aspectos.
El final lo dedica Soljenitsin a algunas vidas de presos: como
Anna Petrovna Skripni.kova,
y Stepan V asilievich Loschilin.
MAITE V ALLET REGÍ.
Mrohel de Saint Pierre: MONSIEUR DE CJIA.RET'DE,
CHEVALIER DU ROI(*)
Michel de Saint Pierre, escritor bien conocido en España por sus
libros, como «Los aristócratas» o «Los nuevos curas», acaba de publicar
una nueva obra en tomo a la epopeya de la Vendée, a través de uno
de sus mayores héroes: Francisco Atanasio de Charette de fa Contrie
(Monsieur de Charette), general del Ejército realista. Porque si el
libro trata fundamentalmente de Monsieur de Gharette, a través de sus
páginas se ve claramente lo que fue la guerra de la V endée. Fue ésta,
más que

u.na guerra, una Cruzada, como lo fueron
la
guerra de los cristeros en México y las guerras carlistas.
La Vendée se alz6 en armas, como pueblo, frente a la intransigen­
cia
y a la tiranía de la Revolución ÍTanoesa. No fueron los nobles los
que
incitaron al pueblo al levantamiento para defender .sus privile­
gios».
Fue
el pueWo el que se alzó, obligando con frecuencia a los
nobles a ponerse a · 1a cabeza del movimiento contrarrevolucionario.
La V endée se levant6 teniendo por bandera la Cruz y los lises : por
la Religi6n y por el Rey; principalmente por la primera, como lo demuestra
el hecho de que tanto en el momento de la rebelión como
en los intentos de pacificación, la ruestión fundamental fue la cons­
titución civil del clero, cuyo juramento por parte de los sacerdotes
fue considerado abominable por el pueblo, así como la libertad reli­
giosa, la libertad de profesar libremente la religión cat6lica, cuesti6n
fundamental para aquellos que no concebían una Francia que no fuera
católica,
(*) La Table Ronde, París, 1977, 429 págs.
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No cabe, sin embargo, minusvalorar al Trono, a la Monarquía, al
buen Rey, como motivo del levantamiento. La Vendée, como otras
regiones de Francia, era profunda.mente monárquica,
y al grito de
¡ Viva la Religión!, se unió el de ¡ Viva el Rey!
Hay también otro elemento funda.mental para
explicar la
guerra
de la Vendée
y la oposición a la Revolución francesa. Es la existen­
cia -pese a sus imperfecciones- de las libertades cOncretas, de los
ruerpos -intermedios, que la Revolución francesa aniquiló con la li­
bertad abstracta. El campesino vendeano podía afirmar, y lo hacía,
que la Revolución les quitaba las libertades. El sentimiento de perder
sus libertades concretas, el amor a su tierra, el arraigo, posibilitó y fue
el artífice del levantamiento.
Sin olvidar que otro elemento de gran importancia lo constituyó
el que la nobleza vivía en contacto con la realidad del pueblo, con sus
mismas convicciones, sentimientos y esperanzas, en lugar de constituir
una nobleza cortesana, apartada del pueblo. Existían verdaderos lazos
que unían a la nobleza
y al pueblo llano en la misma comunión de
ideales.
La epopeya de la V endée no es, en suma, más que la lucha titá­
nica de un pueblo que quiere seguir siendo; que no quiere morir,
sino vivir, continuar y progresar en la fe y en las libertades de sus
mayores.
De la pluma de Michel de Saint Pierre asistimos a una lucha feroz
de supervivencia de todo un pueblo. Un heroísmo sin límites que
fortalece el alma del lector que considera que no es lo mismo
la verdad
y el error, el bien y el mal; para el lector que cree que la verdad
existe y, por consiguiente, cree que merece la pena morir defendién­
dola, como es el caso de la V endée.
El rechazo de «los trescientos mil»,
la negativa a la leva masiva
para formar parte de los ejércitos de la República, no fue
la causa
del alzamiento, sino el pretexto, el motivo inmediato del mismo ; la
verdadera causa fue la anteriormente señalada.
La Revolución llevó el terror a la V endée. En la Convención se
ordenó que la Vendée fuera arrasada. Hombres, mujeres y niños fue­
ron asesinados; los bosques, las cosechas y los puebloo, incendiados;
los generales de la República, casi sin excepción, llevaron a cabo una
política de exterminio sistemático. El genocidio sistemático fue puesto
en práctica por quienes proclamaban la libertad, la igualdad
y la
fraternidad. Por las
páginas del

libro de Michel de Saint Pierre pasa una
época heroica para una región que de una población de 500.000 ha­
bitantes tuvo 350.000 muertos. Guerra por Dios
y por el Rey y por las libertades concretas. Gue-
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rra sobre todo y principalmente en defensa de Dios. Bien lo sabían:
los

vendeanos, cuando al decir de uno de ellos a otro, al ser apresa­
dos
y condenados a muerte, exclama: «No llores, Dios cuidará de tu
familia,
y esta noche cenaremos en el Paraíso». O cuando al ir a ser
fusilados unos
«bleos» (

soldados de
la República)
por
loo vendeanos,
su

jefe, antes de.hacerlo
les hace

rezar
el Padrenuestro,
haciendo que
se detengan al decir «asi. comp, no~otros .perdonamos a nuestros _deu~
dores», con lo que los «bleus» salvan su vida y son puestos en libertad.
Sólo quien tenga
el firme convencimiento de luchar las batallas de
Dios puede decir al ser condenado a muerte las anteriores palabras.
Palabras que más que cualquiera otras resumen
y explican el por qué
de una guerra realizada, practicamente sin medios de ningun_a clase
contra el ejército más poderoso de Europa.
Michel de Saint Pierre ha sabido introducir al lector en la época
y
en la guerra misma, trazando un perfil profundamente humano de
Monsieur de Charette.
·
No

cabe duda de que para los lectores de Verbo,
la lectura d<>
Monsieur

de Charette constituirá un verdadero placer,
y que una
vez comenzada, no podrán dejarla
hast~ el

final.
EsTANISI.AO CANTERO.
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