Índice de contenidos
Número 173-174
Serie XVIII
- Textos Pontificios
-
Estudios
-
Semblanza de Ramiro de Maeztu
-
El sentido del hombre en los pueblos hispanos
-
La educación revolucionaria
-
Peligro de muerte
-
La idea del pacto en el Fuero Nuevo de Navarra
-
Navarra y los estatutos de la República
-
La tecnocracia, examinada por Juan Vallet de Goytisolo
-
Presentación del libro del padre Santiago M. Ramírez, O. P.: La prudencia
-
- Actas
- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Información bibliográfica
- Aniversarios
Autores
1979
Peligro de muerte
PELIGRO DE MUERTE(*)
POR
J. . DE SAINT-CH.AMAS
Hace ya más de diez años que la opinión francesa se había inte•
resado por lo que
pasa en otras parres. La conmoción de 1968 había
sido americana, china, alemana, italiaJ)a y checa antes de· ser-fran
cesa. Apenas habíamos mirado más allá del Ban:io Latino. Más re
cientemente, se produjeron
los. d!'alllllS
de Sudán y de Vietnam, de
Ounboya, de
Etiopía, de
O,ile y
de
Portug¡tl •.. La opinión, a pesar
de
[os ·esfuerzos de . algunos secrores de l!l prensa,
apenas se sentía
rozada por estos -acontecimientos.
. Vinieron las manifestaciones -teµoristas en Alemania, en Italia
con algunas incursiones en Francia, y, muy próximo, el drama del
Estado italiano.
Bruscamente, la opinión. ·francesa se sintió t~ada. y cada uno de
los franceses se interroga.
Entre
las numerosas reflexiones .sqgeridas por estos_ .aconteci
mientos, recogeremos una, expuesta bajo la firma de Max Oos, en
Le Fígaro, del 24 de abril. Otros análisis han profundimdo más:
pero
éste se destaca por un tono moderado, una visión rápida, una
observación de buen sentido
y que no .se presm apenas a contestación.
EXTRACTOS DE . "LE Fl:GARO" D!ll, 24 DE ABRU. DE 1978
"El drama italiano nos
concierne ~ . todos. El terrorismo está en
rrance de matar a Jtalia. Sería
preciso · ser ciego para no darse cuen
ta de que, pronto· O tarde,· Francia se eri'contrará, a· SU vez, amenazáda. ' . . .
(*) Publicado en C. Ec E. lnfortnAtion, de mayo-junio 1978.
449
Fundaci\363n Speiro
J. DE SAINT-CHAMAS
"En su jama de acero, Renato Curcio, el jefe de las Brigadas
Rojas,
increpó a sus jueces: "También
vosocros estáis condenados a
muerte"_ No son solamen~ fos hombres quienes corren el riesgo de
perecer.
Son también las sociedades.
"Tres corrientes participan en esta auténtica guerra: el «izquier
dismo», el terrorismo y el comunismo.
"La misión ele los izquienlistas consiste en minat desde el inte
rior
nuestras
sociedades,
sooavando los fundamentos mcrate, y filo
sóficos sobre los que han sido construidas. Se trata de convertir las
reglas en algo digno de risa; de criticar, de negar después la auto
ridad
de los cuadros de la nación y de poner la democracia en con
tradicción consigo misma.
"El resmtado es inquietante, En toda Europa, los liberales se
encuentran a la defensiva, petrificados en infinitos dramas de con
cincia, planteándose interrogantes sobre los fundamentos de sus can
vicoiones. Esto se ha visto én mayo de 1968, en el Barrio Latino,
cuando solicitaban humildemente el penlón de los jóvenes activistas,
que gritaban: «Elecciones, traición»; o bien «:::Elecciones de trampa
a la m ... ». Se les escncha hoy gritar a coro: «Al.to a la represión»,
a
propósito de las medidas de salvaguardia
más necesarias.
"Los terroristas son unQS centenares, unos millares, todo lo más,
en el mundo_ Su tarea es, trabajando sobre el terreno podrido por
los izquierdistas, dar
los golpes
certeros. Se
trata, al
mismo tiempo,
de una
fnerza 8ffitesca pero
terrible. Fanáticos, dispuestos a hacer
el sacrificio
ele su
vida, están hoy oganizados,
armados y entrena
dos con 1?-ayuda de especiali~ras. En sus filas, se ven alemanes, ja
poneses, palestinos, y tam!;,ién franceses. La potencia de estos mu
chachos
y de estas muchachas se deriva de su desprecio por la muer
te, por su propia muerte,
y por la de los demás. Procede también de
un rechazo profundo de
las reglas
morales
y las leyes humanas, que
creemos son las nuestras. todo •esto es lo que, al mismo tiempo, los
hace
imprevisi-b1es e incomprensibles.
"Tercera corriente: Los comunistas. Na-turailmente, no existe pun
to alguno en común entre elfos y la-pareja de «izquierdistas» y «te
rroristas». De los dos lados se ti.ene en cuenta fa muerte. Pero, obje
tivamente,
los terr<>rista.S les ~ un inmenso servido, al crear el
450
Fundaci\363n Speiro
PEUGRO DE MUERTE
desorden que enloquece la opiDión y hace retroceder al Estado bur
gués, oon una revisión con frecuencia .ineficaz o con un µunovillsmo
deshonro.so, acabando por aparecer como los verdaderos sosrenedores
del
orden
aquéllos, que,
en todo caso, son. capaces de
restablecerlo.
Y es probable que
tengan a la vez la determinación y los medios.
En Italia, ¿quién parece estar hoy en condiciones de poner fin a los
desórdenes-, los demócrata-cristianos o los comunistas?
"Los demócratas no tienen alternativa posible. Les guste o no les
guste, no pueden librarse de este
diletm: combatir o dejarse degollar.
Problema
difícil, porque no
pueden
recurrir a
ciertos medios, que,
sin duda, son
eficaces a
corto término, sin
perder su alma y conver
tirse
en
dictlldura.
"Proponen10s
tres medidas:
"En primer lugar, desarrollar, en cada país, una guerra rontra los
terroristas. Los teXlnS , legales existen y basta aplicarlos. Hay tri
bnna1es
y policías. Pues bien, que se les utilice plenamente.
"Oponer, después, a 1a internacional terrorista, una internacional
de democracias, qne pongan en común sus medios de información y
de combate.
"En fin, y sobre todo, sanear el terreno sobre el cual muerde la
acción de los izquierdistas y de sns aliados, conscientes o incons
cientleS. Los
gobiernos no
podrán hacer
nada en serio si la opinión
pablica no
los
apoya, es
decir, no comprende
la gravedad y la inmi
nencia del peligro. Pero será necesario mostrárselo."
Hasta ahí el texto de Max Oos.
Ya estamos advertidos:
El drama italiano nos concierne y , un día u otro nosotros mismos
nos veremos amenazados.
Y Le Figflf'o no es el único que lo dice. Baste recordar lo que
dijo
Fran\lOÍS Mitterrand e'! día 7 de mayo:
"No
hay mal italiano, aun cuando ciertos aspectos específicos
sean propios
de Italia, de sns
sistemas de gobierno, de
su
tipo de
sociedad. No
hay mal alemán, aun cuando las úgideces de la vida
interior de
Alemania Occidental pueden explicar algunos aspectos
particu1ares del terrorismo. Se trata de .un fenómeno de. civilización
que engloba el problema francés, de tal manera que un ¡:raís ¡:amo el
Fundaci\363n Speiro
J. DE SAINT-CHAMÁS
nuestro sería muy imprudente y muy ligero .si pensara que este en
frentamiento está sólo tésetv'ado para sos vécioos."
Y el señor Mitterrand, en l.e Mumle · del 9, de mayo de 1978, ob0
serva que "la tarea es difícil y-la senda estrec!ha".
Nos vetemos, pot tanto, amenazados y sabemos cómo. Y sabe
mos que es fácil destacar tres niveles de acaon: Los . izquierdistas,
los ten:oristas y · los comunistas.
O, si se prefiere: aquellos que preparán 1IÍl estado de espíritu;
aquellos que se
manifíest:!'n me
los
políticos capaces .de recu_¡,ernr iós frutos de las acciones prece
dentes. Veamos esta acción de tres fases, en detalle:
1. La preparación del terreno'
Consiste en una acción que' t:iene pot objetó minat la sociedad,
,ocavando lo, fundamento, filoióficoi y moral-es ,obre lo, que está
construida.
Un líder del com.unis:mo italiano, Antonio Gramsci, había su
brayado la importancia de los valores admitidos y sobre los cnales
reposan la cultnra, las ideas, las costumbres y basta el sentido común,
No hay, decía, roma de: poder · político
sin
roma previa del poder
ideológico y
cultural. ta toma del poder se efectúa a través de un
largo trabajo ideológico, por
la transformación de las ideas generales
y una lenta subversión de los espíritus, a
fin de hacer compatible
la mentalidad de la época con un nuevo mensaje político, gani
dola
para los nuevos valores.
Gramsci escribía,· en prisión, en la época de Mussolini. Entre no
sotros, los "izquierdistas" no se
expresan de forma diferente:
"Toda gran revolución polltica -escribía
Geismar en
mayo de
1970- debe
ir precedida de una fase que Smint Juste llamaba la re
volución en lo; , e,plritui , y que nosótros denominamos la revolu
ción ideológica". Transformar
/,u regkM en algo digno de risa, oponerse y después
negar
la autoridad, en fin, poner a la sociedad en contradicción con-
452
Fundaci\363n Speiro
PEUGR.O DE MUER.TE
sigo misma, con el fin de atrapar a los mejores en sus dramas de
conciencia, de obligarlos a interrogarse sobre el fundamento de sus
convicciones". Tal es
la acción de socavamiento, anotada por Max
Clos, a la que diez años de sociedad permisiva ·han otorgado uu libre
curso.
2. Los golpes directos
Es en esto, precisamente, en. lo. que se han especializado. los di
versos terroristas. Se trata de las intervenciones más espectaculares,
capaces
de conmover
más a la po\>lal:ión. Lo que los ou:acter_iza es,
ante
todo, "el desprecw de la.r leyes humanas", es decir, de las reglas
sociales, de las auroridades, de las convicciones: Sµ pbjetivo . se ins
cribe en la misma perspectiva que la de los "áJq1lierdistas". Se trata
de provocar
la duda acerca de los fundament0s filosóficos y morales,
sobre el valor de
las instituciones.
Entre
la roma de rehenes o los atentados por ,una banda invisi
ble y la negativa concertada de pagar el billete del metro, la dife
rencia
parece
gtande, pues
en
equéllos, efectivamente,
obedece al
des
precio
de
la vida y al cinismo de un lado y al clima de miedo, de la
otra parte. Sin embargo, en uuo y ottO. caso la sociedad es colocada.
en contrddicción consigo
misma, las reglas son ridiculizadas, los po·
deres públicos son
menospreciddos, la confianza perturbada.
Ha de añadirse que
,eJ clima de miedo acelera la degradación
de los valores
comunes; pero
este terrorismo ha pndido desarrollarse
en un terreno preparado.
El 26 de abril de 1971,
el señor Emilio ~lómbo, ent0nces pre
sidente
del Consejo
Italiano, decía,
en un discurso ante el Capit0lio:
"Atravesarnos hoy un momento que no es fácil... El peligro
consiste en que, frente a
nuestrás dificultades, surgen la indiferen
cia o la aversión
para nuestras libertades... de una op;m6n insen
sible a las realidades sociales o insensible a las exigencias del orden:
Una democracia que ·enmascara el desordén, lla,máodQIO progreso,
y una dernoctacia que está preparando su p.topio fin."
Este
diagnóstico italiano, de hace ilgunos a!iOs, ¿es ian dlferente
del que
expresa Max Oos para la Francia de nuesttOS ellas?
453
Fundaci\363n Speiro
], DE SAINT-CHAMAS
3. Los po/,itwos
Los políticos guardan sus distancias respecto de aquellos que
conmovían a
.J.. sociedad, pero intentan explotar las situaciones_ Aun
cuando conozcan reveses aparentes, hacen su obra sin pagar la cuen
ta: pueden ser pacientes ...
4. Los medios que se deben descartar
No tenemos ya otra alternativa: Batirse o dejarse decapitar.
Pero, ¿con qué medios podremoS defendernos?
Porque es el caso que no
podemoS emplear algunoS medios sin
perder nuest,-a ahna.
No se construye una sociedad con los medios que sirven para
destruida. Los medios revolucionarios jamás podrán servir para com
batir la revolución. Por h~ber ignorado esta verdad, loS fascismos
han
provocado tantas
ruinM y han preparado el terreno a la revolu
ción. Lo que
está puesto
en juego no es la competencia entre una
izquierda y una derecha, sino entre un ataque a los fundamentos fi
los6ficos y mo-rales de la sociedad y la acción contraria.
5. Medidas prupuestas:
Max Clos propone tres:
a) Hacer intervenir a los tribunales y a la policía. Y no sola
mente corno
reflejo de
defensa ante
el peligro, sino por el honor y
el deredho pisoteado del poder despreciado.
Los tribunales
y la policía, bien, pero no para dedicarse a la ca
za
de
brujas:
para la claridad de las e~ y la firmeza de
/4s CMMJicoi-
b) Una coordinacilm mternacional. Pero, a condición de qt1e
re tf"dt-e de obedecer- en oonjunto a los va/,Qf'eJ commzes. Si no, no
quedará otra cosa que acuerdoS entre policías; y la última palabra
corresponderá al
-país en
el! que la policía. está mejor organizada ...
454
Fundaci\363n Speiro
PEUGRO DE MUERTE
O bien, ser gobernados pot la policía alemana, y nosotros sabe
mos algo de eso ...
e) S,mear el terreno sobre el cfkll, muerde la acción revolucio
naria de los izquierdistas y sus aliados conscientes e inconsciente1,
de
todos aquéllos que concurren a socavar los
fundamentos filosó
ficos
y morales de la sociedad ...
¿Qué queremos expresas al
decir "san~as el terreno"?
La terapéutica resultaría inadecuada · a b. enfermedad constituida
si no se propusiera explícitamente fundar las_ relaciones de nuestras
sociedades sobte bases serias, filosóficas y morales; justificar las re
glas, restaurar la autoridad de los CU{Jdros de la nación; aclasar las
0011:ciencias y confirmar las convicciones.
_Solamente a esre precio no se encontrarán ya las sociedades en
contradicción consigo mismas, ni correrán ya el riesgo de perder su
alma.
Gramsci no
se equivocaba el subrayar que las actividades
inre
lectuales
y
espirituales contribuyen
a cot>firmas el consenso social,
sin el cual el poder no· puede hacer otta cosa que perecer.
Nada se
habrá hecho
que sea eficaz si no se hace a este nivel.
6.
¿Cómo opone:rse a ello?
El ejercicio de las responsabilidades humanas confirma las con
vicciones. La inmensa mayoría de los jefes de empresa, de los cua
dros, de los agentes de formación, que son rasnbién cuadros de la
nación,
comparten el
diagnóstico indicado. Pueden
sanear el
terreno
participando en una acción que se desarrolle también a tres niveles.
a) Una preparación del terreno
No basra hacer las cosas bien, obtener cada día resultados posi
tivos. Es preciso estar en condiciones de dar razón de fo que se hace,
de afirmar mejor la justificación de las reglas y las cunvicciones que
les inspiran.
Sería preciso cultivar las ocasiones de
aclarar las inteligencias,
de eliminas las dudas, de expresas los fundamentos filosóficos y
morales de la vida social, ya que ahí está la apuesta en juego.
Fundaci\363n Speiro
J. DE SAINT-CHAMAS
b) Realizaciones
Los hechos golpean en el espíritu más que los discussos.
Nada
demuestra
mejor la verdad de los val.ores de sentido co
mún que los resultados de su aplicaci6n.
Es preciso que los responsables tomen de nuevo la imcialwa do
las ,,,aUzacwnes positivas. Aun en número pequeño, muestran que
esto es posible, disipan las
dudas, rea.ni.man el roraje, despiertan el
juicio
y, el buen sentido y confortan las convicciones.
e) ,Lo, poli1i&o-1
Aquellos que participan de los poderes públicos no deben man
tenerse al
margen.
:& preciso, que sepan en qué sentido evoluciona. el estado de es
píritu de tos hombres .ele lo real; es peciso que sepan sobre . qué
valores, sobre qué hombres, sobre qué realizaciones pueden apoyarse.
A nosotros nos corresponde mostrárselo.
Aclatar las mentes, tomar de nuevo la iniciativa de las realiza
ciones,
probando la
calidad de
los valores que las
inspiran, ofrecer
a
los políticos
puntos de ,;poyo en la realidad, he aquí los objetivos
que
están a nuestro alcance.
Responden a una necesidad vital.
Fundaci\363n Speiro
POR
J. . DE SAINT-CH.AMAS
Hace ya más de diez años que la opinión francesa se había inte•
resado por lo que
pasa en otras parres. La conmoción de 1968 había
sido americana, china, alemana, italiaJ)a y checa antes de· ser-fran
cesa. Apenas habíamos mirado más allá del Ban:io Latino. Más re
cientemente, se produjeron
los. d!'alllllS
de Sudán y de Vietnam, de
Ounboya, de
Etiopía, de
O,ile y
de
Portug¡tl •.. La opinión, a pesar
de
[os ·esfuerzos de . algunos secrores de l!l prensa,
apenas se sentía
rozada por estos -acontecimientos.
. Vinieron las manifestaciones -teµoristas en Alemania, en Italia
con algunas incursiones en Francia, y, muy próximo, el drama del
Estado italiano.
Bruscamente, la opinión. ·francesa se sintió t~ada. y cada uno de
los franceses se interroga.
Entre
las numerosas reflexiones .sqgeridas por estos_ .aconteci
mientos, recogeremos una, expuesta bajo la firma de Max Oos, en
Le Fígaro, del 24 de abril. Otros análisis han profundimdo más:
pero
éste se destaca por un tono moderado, una visión rápida, una
observación de buen sentido
y que no .se presm apenas a contestación.
EXTRACTOS DE . "LE Fl:GARO" D!ll, 24 DE ABRU. DE 1978
"El drama italiano nos
concierne ~ . todos. El terrorismo está en
rrance de matar a Jtalia. Sería
preciso · ser ciego para no darse cuen
ta de que, pronto· O tarde,· Francia se eri'contrará, a· SU vez, amenazáda. ' . . .
(*) Publicado en C. Ec E. lnfortnAtion, de mayo-junio 1978.
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Fundaci\363n Speiro
J. DE SAINT-CHAMAS
"En su jama de acero, Renato Curcio, el jefe de las Brigadas
Rojas,
increpó a sus jueces: "También
vosocros estáis condenados a
muerte"_ No son solamen~ fos hombres quienes corren el riesgo de
perecer.
Son también las sociedades.
"Tres corrientes participan en esta auténtica guerra: el «izquier
dismo», el terrorismo y el comunismo.
"La misión ele los izquienlistas consiste en minat desde el inte
rior
nuestras
sociedades,
sooavando los fundamentos mcrate, y filo
sóficos sobre los que han sido construidas. Se trata de convertir las
reglas en algo digno de risa; de criticar, de negar después la auto
ridad
de los cuadros de la nación y de poner la democracia en con
tradicción consigo misma.
"El resmtado es inquietante, En toda Europa, los liberales se
encuentran a la defensiva, petrificados en infinitos dramas de con
cincia, planteándose interrogantes sobre los fundamentos de sus can
vicoiones. Esto se ha visto én mayo de 1968, en el Barrio Latino,
cuando solicitaban humildemente el penlón de los jóvenes activistas,
que gritaban: «Elecciones, traición»; o bien «:::Elecciones de trampa
a la m ... ». Se les escncha hoy gritar a coro: «Al.to a la represión»,
a
propósito de las medidas de salvaguardia
más necesarias.
"Los terroristas son unQS centenares, unos millares, todo lo más,
en el mundo_ Su tarea es, trabajando sobre el terreno podrido por
los izquierdistas, dar
los golpes
certeros. Se
trata, al
mismo tiempo,
de una
fnerza 8ffitesca pero
terrible. Fanáticos, dispuestos a hacer
el sacrificio
ele su
vida, están hoy oganizados,
armados y entrena
dos con 1?-ayuda de especiali~ras. En sus filas, se ven alemanes, ja
poneses, palestinos, y tam!;,ién franceses. La potencia de estos mu
chachos
y de estas muchachas se deriva de su desprecio por la muer
te, por su propia muerte,
y por la de los demás. Procede también de
un rechazo profundo de
las reglas
morales
y las leyes humanas, que
creemos son las nuestras. todo •esto es lo que, al mismo tiempo, los
hace
imprevisi-b1es e incomprensibles.
"Tercera corriente: Los comunistas. Na-turailmente, no existe pun
to alguno en común entre elfos y la-pareja de «izquierdistas» y «te
rroristas». De los dos lados se ti.ene en cuenta fa muerte. Pero, obje
tivamente,
los terr<>rista.S les ~ un inmenso servido, al crear el
450
Fundaci\363n Speiro
PEUGRO DE MUERTE
desorden que enloquece la opiDión y hace retroceder al Estado bur
gués, oon una revisión con frecuencia .ineficaz o con un µunovillsmo
deshonro.so, acabando por aparecer como los verdaderos sosrenedores
del
orden
aquéllos, que,
en todo caso, son. capaces de
restablecerlo.
Y es probable que
tengan a la vez la determinación y los medios.
En Italia, ¿quién parece estar hoy en condiciones de poner fin a los
desórdenes-, los demócrata-cristianos o los comunistas?
"Los demócratas no tienen alternativa posible. Les guste o no les
guste, no pueden librarse de este
diletm: combatir o dejarse degollar.
Problema
difícil, porque no
pueden
recurrir a
ciertos medios, que,
sin duda, son
eficaces a
corto término, sin
perder su alma y conver
tirse
en
dictlldura.
"Proponen10s
tres medidas:
"En primer lugar, desarrollar, en cada país, una guerra rontra los
terroristas. Los teXlnS , legales existen y basta aplicarlos. Hay tri
bnna1es
y policías. Pues bien, que se les utilice plenamente.
"Oponer, después, a 1a internacional terrorista, una internacional
de democracias, qne pongan en común sus medios de información y
de combate.
"En fin, y sobre todo, sanear el terreno sobre el cual muerde la
acción de los izquierdistas y de sns aliados, conscientes o incons
cientleS. Los
gobiernos no
podrán hacer
nada en serio si la opinión
pablica no
los
apoya, es
decir, no comprende
la gravedad y la inmi
nencia del peligro. Pero será necesario mostrárselo."
Hasta ahí el texto de Max Oos.
Ya estamos advertidos:
El drama italiano nos concierne y , un día u otro nosotros mismos
nos veremos amenazados.
Y Le Figflf'o no es el único que lo dice. Baste recordar lo que
dijo
Fran\lOÍS Mitterrand e'! día 7 de mayo:
"No
hay mal italiano, aun cuando ciertos aspectos específicos
sean propios
de Italia, de sns
sistemas de gobierno, de
su
tipo de
sociedad. No
hay mal alemán, aun cuando las úgideces de la vida
interior de
Alemania Occidental pueden explicar algunos aspectos
particu1ares del terrorismo. Se trata de .un fenómeno de. civilización
que engloba el problema francés, de tal manera que un ¡:raís ¡:amo el
Fundaci\363n Speiro
J. DE SAINT-CHAMÁS
nuestro sería muy imprudente y muy ligero .si pensara que este en
frentamiento está sólo tésetv'ado para sos vécioos."
Y el señor Mitterrand, en l.e Mumle · del 9, de mayo de 1978, ob0
serva que "la tarea es difícil y-la senda estrec!ha".
Nos vetemos, pot tanto, amenazados y sabemos cómo. Y sabe
mos que es fácil destacar tres niveles de acaon: Los . izquierdistas,
los ten:oristas y · los comunistas.
O, si se prefiere: aquellos que preparán 1IÍl estado de espíritu;
aquellos que se
manifíest:!'n me
políticos capaces .de recu_¡,ernr iós frutos de las acciones prece
dentes. Veamos esta acción de tres fases, en detalle:
1. La preparación del terreno'
Consiste en una acción que' t:iene pot objetó minat la sociedad,
,ocavando lo, fundamento, filoióficoi y moral-es ,obre lo, que está
construida.
Un líder del com.unis:mo italiano, Antonio Gramsci, había su
brayado la importancia de los valores admitidos y sobre los cnales
reposan la cultnra, las ideas, las costumbres y basta el sentido común,
No hay, decía, roma de: poder · político
sin
roma previa del poder
ideológico y
cultural. ta toma del poder se efectúa a través de un
largo trabajo ideológico, por
la transformación de las ideas generales
y una lenta subversión de los espíritus, a
fin de hacer compatible
la mentalidad de la época con un nuevo mensaje político, gani
dola
para los nuevos valores.
Gramsci escribía,· en prisión, en la época de Mussolini. Entre no
sotros, los "izquierdistas" no se
expresan de forma diferente:
"Toda gran revolución polltica -escribía
Geismar en
mayo de
1970- debe
ir precedida de una fase que Smint Juste llamaba la re
volución en lo; , e,plritui , y que nosótros denominamos la revolu
ción ideológica". Transformar
/,u regkM en algo digno de risa, oponerse y después
negar
la autoridad, en fin, poner a la sociedad en contradicción con-
452
Fundaci\363n Speiro
PEUGR.O DE MUER.TE
sigo misma, con el fin de atrapar a los mejores en sus dramas de
conciencia, de obligarlos a interrogarse sobre el fundamento de sus
convicciones". Tal es
la acción de socavamiento, anotada por Max
Clos, a la que diez años de sociedad permisiva ·han otorgado uu libre
curso.
2. Los golpes directos
Es en esto, precisamente, en. lo. que se han especializado. los di
versos terroristas. Se trata de las intervenciones más espectaculares,
capaces
de conmover
más a la po\>lal:ión. Lo que los ou:acter_iza es,
ante
todo, "el desprecw de la.r leyes humanas", es decir, de las reglas
sociales, de las auroridades, de las convicciones: Sµ pbjetivo . se ins
cribe en la misma perspectiva que la de los "áJq1lierdistas". Se trata
de provocar
la duda acerca de los fundament0s filosóficos y morales,
sobre el valor de
las instituciones.
Entre
la roma de rehenes o los atentados por ,una banda invisi
ble y la negativa concertada de pagar el billete del metro, la dife
rencia
parece
gtande, pues
en
equéllos, efectivamente,
obedece al
des
precio
de
la vida y al cinismo de un lado y al clima de miedo, de la
otra parte. Sin embargo, en uuo y ottO. caso la sociedad es colocada.
en contrddicción consigo
misma, las reglas son ridiculizadas, los po·
deres públicos son
menospreciddos, la confianza perturbada.
Ha de añadirse que
,eJ clima de miedo acelera la degradación
de los valores
comunes; pero
este terrorismo ha pndido desarrollarse
en un terreno preparado.
El 26 de abril de 1971,
el señor Emilio ~lómbo, ent0nces pre
sidente
del Consejo
Italiano, decía,
en un discurso ante el Capit0lio:
"Atravesarnos hoy un momento que no es fácil... El peligro
consiste en que, frente a
nuestrás dificultades, surgen la indiferen
cia o la aversión
para nuestras libertades... de una op;m6n insen
sible a las realidades sociales o insensible a las exigencias del orden:
Una democracia que ·enmascara el desordén, lla,máodQIO progreso,
y una dernoctacia que está preparando su p.topio fin."
Este
diagnóstico italiano, de hace ilgunos a!iOs, ¿es ian dlferente
del que
expresa Max Oos para la Francia de nuesttOS ellas?
453
Fundaci\363n Speiro
], DE SAINT-CHAMAS
3. Los po/,itwos
Los políticos guardan sus distancias respecto de aquellos que
conmovían a
.J.. sociedad, pero intentan explotar las situaciones_ Aun
cuando conozcan reveses aparentes, hacen su obra sin pagar la cuen
ta: pueden ser pacientes ...
4. Los medios que se deben descartar
No tenemos ya otra alternativa: Batirse o dejarse decapitar.
Pero, ¿con qué medios podremoS defendernos?
Porque es el caso que no
podemoS emplear algunoS medios sin
perder nuest,-a ahna.
No se construye una sociedad con los medios que sirven para
destruida. Los medios revolucionarios jamás podrán servir para com
batir la revolución. Por h~ber ignorado esta verdad, loS fascismos
han
provocado tantas
ruinM y han preparado el terreno a la revolu
ción. Lo que
está puesto
en juego no es la competencia entre una
izquierda y una derecha, sino entre un ataque a los fundamentos fi
los6ficos y mo-rales de la sociedad y la acción contraria.
5. Medidas prupuestas:
Max Clos propone tres:
a) Hacer intervenir a los tribunales y a la policía. Y no sola
mente corno
reflejo de
defensa ante
el peligro, sino por el honor y
el deredho pisoteado del poder despreciado.
Los tribunales
y la policía, bien, pero no para dedicarse a la ca
za
de
brujas:
para la claridad de las e~ y la firmeza de
/4s CMMJicoi-
re tf"dt-e de obedecer- en oonjunto a los va/,Qf'eJ commzes. Si no, no
quedará otra cosa que acuerdoS entre policías; y la última palabra
corresponderá al
-país en
el! que la policía. está mejor organizada ...
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Fundaci\363n Speiro
PEUGRO DE MUERTE
O bien, ser gobernados pot la policía alemana, y nosotros sabe
mos algo de eso ...
e) S,mear el terreno sobre el cfkll, muerde la acción revolucio
naria de los izquierdistas y sus aliados conscientes e inconsciente1,
de
todos aquéllos que concurren a socavar los
fundamentos filosó
ficos
y morales de la sociedad ...
¿Qué queremos expresas al
decir "san~as el terreno"?
La terapéutica resultaría inadecuada · a b. enfermedad constituida
si no se propusiera explícitamente fundar las_ relaciones de nuestras
sociedades sobte bases serias, filosóficas y morales; justificar las re
glas, restaurar la autoridad de los CU{Jdros de la nación; aclasar las
0011:ciencias y confirmar las convicciones.
_Solamente a esre precio no se encontrarán ya las sociedades en
contradicción consigo mismas, ni correrán ya el riesgo de perder su
alma.
Gramsci no
se equivocaba el subrayar que las actividades
inre
lectuales
y
espirituales contribuyen
a cot>firmas el consenso social,
sin el cual el poder no· puede hacer otta cosa que perecer.
Nada se
habrá hecho
que sea eficaz si no se hace a este nivel.
6.
¿Cómo opone:rse a ello?
El ejercicio de las responsabilidades humanas confirma las con
vicciones. La inmensa mayoría de los jefes de empresa, de los cua
dros, de los agentes de formación, que son rasnbién cuadros de la
nación,
comparten el
diagnóstico indicado. Pueden
sanear el
terreno
participando en una acción que se desarrolle también a tres niveles.
a) Una preparación del terreno
No basra hacer las cosas bien, obtener cada día resultados posi
tivos. Es preciso estar en condiciones de dar razón de fo que se hace,
de afirmar mejor la justificación de las reglas y las cunvicciones que
les inspiran.
Sería preciso cultivar las ocasiones de
aclarar las inteligencias,
de eliminas las dudas, de expresas los fundamentos filosóficos y
morales de la vida social, ya que ahí está la apuesta en juego.
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J. DE SAINT-CHAMAS
b) Realizaciones
Los hechos golpean en el espíritu más que los discussos.
Nada
demuestra
mejor la verdad de los val.ores de sentido co
mún que los resultados de su aplicaci6n.
Es preciso que los responsables tomen de nuevo la imcialwa do
las ,,,aUzacwnes positivas. Aun en número pequeño, muestran que
esto es posible, disipan las
dudas, rea.ni.man el roraje, despiertan el
juicio
y, el buen sentido y confortan las convicciones.
e) ,Lo, poli1i&o-1
Aquellos que participan de los poderes públicos no deben man
tenerse al
margen.
:& preciso, que sepan en qué sentido evoluciona. el estado de es
píritu de tos hombres .ele lo real; es peciso que sepan sobre . qué
valores, sobre qué hombres, sobre qué realizaciones pueden apoyarse.
A nosotros nos corresponde mostrárselo.
Aclatar las mentes, tomar de nuevo la iniciativa de las realiza
ciones,
probando la
calidad de
los valores que las
inspiran, ofrecer
a
los políticos
puntos de ,;poyo en la realidad, he aquí los objetivos
que
están a nuestro alcance.
Responden a una necesidad vital.
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