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Número 173-174

Serie XVIII

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Gabriel Alférez Callejón: El orden político al alcance de todos. I. Fundamentos

INFORMACION BIB/,IOGRAFJCA
. Gabriel Alférez: EL ORDEN rouri:co AL ALGANOK .
DE TODOS. L FUND~(*)
La editorial Speiro, fiel al combate ideológico y otltural empteDr
elido hace ya largos años, sigue ofreciendo libr05 para la formación
doctrinal en los principios del Derecho natüraI y i:rjstiano. . ·
En esta ocasión se trata de un libro de Gabriel, Alféte., viejo
luchador
por la Ciudad Católica, y es el prirnet volumen de una serie
de
tres, englobada. bajo el título de Et, orden político al alcance de
todos, . correspondiendo a este primer volumen el estudio de los
fundamentos

de
este orden · político. ·
Unánime y caluroaa ha sido la acogid,a de este li[,ro, que ha me-_
cecido,
entre otros, el elogio de Ráfael Gambta en El Pfflsamiemo
Ndtldrfo (20-11-79). . , . . .
El tema es sugestivo e interesánte, pues nuestra acción sólo será
eficaz y fecunda· si asimilamos los principios del orden natural y los
aplicamos
a cualquier campo, y, especialmente, al campo de la po-
Htica. .
La primera cuestión

que hemos
de plantearn"." aparece ya nítida,
¿qué es el orden pol!tico? Gabriel Alférez, a lo, largo de la obra,
da cumplida respuesta y precisa lbs límites de este término ( corres-
pondiente a un concepto, y, por
lo !lihto, ~ una realidad). .
El orden político no es la paz material y extenia o el equilibrio
de
fuen:as paralelas y de sentido contrario que se anulan .. El· orden
es el resultado de la conjunción armoniosa de los elementos plurales
que componen

la
realidad. ,
De ahí que a la cristiandad. no siguiera :un «orden de cos~> · dis,
tinto,

sino tan sólo
un «estado de cosa,,» diferente, que ha prolon­
gado entre dolores de
parto y revoluciones, 1~ frutos del desorden.
· La

importancia de
conocer el· orden es, ciertamente, · grande, pues
solamente teas el conocimiento intelectuatl nuestra voluntad se adhe­
rirá

con firmeza a ese orden·
y oclianl. con fuerza ~! desorden político
anticristibo. · .
De. ahí el mérito y la oportunidad de esté· libro. . .
Comienza
con

una eiq,o.ición de fines
inequ!voca, én la que el,
(*) · Madrid, Villena Artes Gnlficas, 1979, 323 págs.
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Fundaci\363n Speiro

INPORMACION BIBUOGRAPICA
autor subraya la gravedad del momento actua,l ( «Cuando no hay nada
que
hacer», porque

todo
está perdido, es cuando «hay que hacer todo»
con diligencia
y sin descanso) e indica las caracteristicas de la obra,
con lo
que esta labor .critica queda facilitada.
«No pretendemos -escribe Alfére>o--'-realizar ninguna construc­
ción original,
sino únicamente difundir, de manera sencilla y siste­
mática, la verdad política fundamental.» .
Hay,

pues, una
renunciá previa a

la
erudicci6n, y
un interés por
realizar una labor -meritoria.-de vocero, de divulgador de la doc­
trina.
Nos clncontramo&, por tanto, ante un manual: un manual orde­
nado, sistemático y enriquecido por gran cantidad de citas de autores
ilustres, .con
las que Alfér'ei: confirma sus asertos.
ú,nsta el

libro de
cuatro pams fundamentales: «Dios como fun­
damento del orden social», «El hombre como sujeto de la historia»,
«El orden
social» .y «Revolución y Contrarrevolución».
Observemoo
el

orden 16gico de esta
estructuración: Dios es el
prin­
cipio y
fundamento de todo, y, por tanto, del orden político. El nos
ha dicho que «Sine me nihil potestis facere», y nosotros, fieles a su
doctrina,
hemos de afirmar: nada sin Dios.
, El

segundo
punto es

el
hombre como
sujeto de la historia, como
protagonista de ese orden social al que va a deilicar el tercer ca-
pitulo.
. •
Y,

finalmente, se refiere a la ruptura de ese orden (Revolución)
y a los illtentos de restaurarlo (CQntrarrovolución) .
. Pero

no
obstante ser
un libro
estructurado lógicamente, cada
capitulo, cada página, es una agradable sorpresa, en la que se com­
binan la
sistematización y la amenidad. Y no podía ser .de otro modo,
dado el carácter de obra de iniciación en el pensamiento contrarrevo-
lncionario
que tiene. . . .
El

primer capitulo es la
afirmación de la soberanía social de
Nuestro Señor Jesucristo. Si no hay Dios, si no hay
trascendencia, si
todo
acaba aquí, no hay verdad . ni error; si el hombre no depende
de Dios, sino que
es. autónonio, puede pensar lo que quiera y puede
obrar sin ningún freno o regla.
Por eso,
Dostoievski sentenció,
que
«si Dios
no
existe, todo está
permitido».
. . ·
·
Pero

es
que, además -como reconoce Alférez-, la religión es,
incluso sentimentalmente,
necesaria para el hombre. Sin Dios no se
puede vivir,

y
cuando no, se cree en. El,

los
hombres inventan
dioses.
, Jlste diagnóstico: coincide

con
el de Chesterton : «Cuando el hom­
bre pierde la fe,
acaba creyendo las cosas más insospechadas.»
Tras

este punto.
·de· partida, que es la base de

todo· el
trabajo,
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!NPORM,¡I.CION BIBUOGRAPICA
estudia la trascendencia de la religión en el orden político frente a
la
tesis protestante
y modernista
que recluye
la religión en
las con­
ciencias;
las leyes que rigen el orden natural, y el papel unificador
y director del catolicismo en la Historia de España, ilustrado por el
epílogo
de la Historia de /r,s Heterudr,xr,s, de Menén.dez y Pelayo, y
por fragmentos del discurso «La Iglesia independiente en el Estado
ateo», de
Vázquez de Mella.
A
cootinuación desciende al hombre. Pero

el hombre
es un
es­
píritu
encamado, hecho a imagen y

semejanza de Dios. No
es el
«a too! making animal» de Darwin, ni el fruto de la evolución de la
materia en un proceso dinámico.
De ahí el rechazo de todo materialismo, y, claro está, del mate­
rialismo
marxista.
Y

este
hombre es el

sujeto
del orden social, con lo que nos in­
troducimos
en el tercer capítulo, un capitulo extenso, pero plagado
de sana doctrina. Esta tercera parte del libro es un

estudio sobre la
libertad y la igualdad.
Chesterton
afirmaba que los valores
revolucionarios
éran virtudes
cristianas

que se habían
vuelto locas, y, en efecto, de la libertad cris­
tiana,
de la libertad dentro

de
unos límites,

de
la hbertad den.tro del
orden natural,

se
pasó a la Libertad de la Revolución Francesa.
De
las libertades concretas

se
pasó a
la
libertad abstracta, como
tantas
veces demostró el

profesor
Ellas de

Tejada.
Pero· esta
libertad total

y
abstracta. lleva a la máxima esclavitud,
a
ser
esclavos de fas pasiones desatadas, pues, como dice

Gustave
Thibon, en

una cita
recogida en

la contraportada del libro: «El hom­
bre que no
arepta ser

relativamente libre está condenado a ser
abso­
lutamente esclavo.» ¿Y la igualdad? Todos los
sofismas que circulan sobre el tema,
son develados por Gabriel Alférez, que los va ·diseccionando co,¡.
aguda
pluma.
«La igualdad

de los
hombres -en palabras de León XIII- con­
siste en que, teniendo todos la misma naturaleza, están llamados
todos a la misma
eminente dignidad

de hijos de Dios»
(Qitod apos­
tr,f}ri mtmeris).
Pero las desigualdades accidentales, mas no por ello poco impor-.
tan tes (
rengase en
cuenta que
accidental no quiere decir
poco im­
portante, como a Veces se interpreta. Accidente es «ser en_ ~o»,
mientras que la sustancia es «ser en sí», y en una persona la bondad
o

la
maldad es un

accidente,
pero del

que se desprenden importantes
consecuencias),
son llcitas

y necesarias.
Son
necesarias porque únkamente entre

desiguales puede haber
comunicación
y armonización de variedades y contrastes. La igualdad
total
-dice nuestro

autor- es
fa superficie plana, el polvo, la nada.
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INFORMACION BIBLIOGRAPIC:A.
~~da, pues, de igtajitarismo · radical, fruto_ del orgullo revolu-
ci~~----' .' .. ,-' ' . . .
y entraJl]OS el¡, lleno en el. capítulo fiñaJ, en el que estudia la
Revoluc~ón y fa ÚJ!ltrarrevoludón.
• • <{La Révolución, a nivel i<\eqlógico, es el des<:Ql,lOCi¡niento o con­
culcación

de los principios naturales que
depen regir
el orden social»,
dice
1\.lférez.
- · Dentro libc,pllis¡nc,, 4"" tiem, ¡,qr rajz el_ ~mo, PQ1' 1tonco el raciona­
lismo y por
ramas las

escuelas
liberales, en clási.cas. piilabras de. Ga­
bino Tejado. Se . lismo con la democracia y el catolicismo, siguiendQ .. con la interpre­
tación cristiana
_de las libertades

de
enseñanza, l!l)ión,
y .rcligio,a.. _ . . · . · . __ . .
JJná segunda ~iente revqlucionaria es el marxismo, que tiene,
en opinión de Alférez, tres
pOBtuJadós esenciales:.

«el materialismo,
como
soporte filQSófico; la plusi,alla, como

factor
económico, y
la
luchlL. de .clases, . como elemento sqciolqgiC<>». : .·
Dentro

de este capitulo dedicado al
marxismo desmcan dos

inte­
resantes
aparta<\!lS, . que los lectores de Verbo ya CO!lOCerán, pues se
basan en
dOB trabajos

del
mi.~ autor publicados

en esta revista:
uno sobre
«Las herejías comunistas en _la historia. de la Iglesia» (Verbo
núm .. 155-156), y ~o sobre eL}JWVimiento «cristianos por el so-
cialismo» _(Verf,o núm .. 167); . .: :. . : ··
La :4nica solución pooible .es ens"far fa yer.dad, es establecer ~l
orden polltic<>
cristiano,

único que
salvaguarda la libertad verdadera,
y que se sintetiza en un bello refrán: «in necesarü.~-unitas, in. d~iis
libertas, in omni~ caritas». . . . . .
Et, . rerumen, libro dar y lt¡JJµnoso, que .cumple perfectamente
su

misión divulgadora. Sirve de gula y cartilla
para lós que empiezan,
y de
r~ y an~sis a Jos ya embarcados, ,
.
Sólo

quiero
termin!ll'. deseando que esta luz no

se
coloque debajo
del
celemín, sin<> en

el
candeler!>; para que alumbr.e al mWido en esta
hora de
las tinieblas.
- Miguel Ayuso
EJoy Landi,l,w,e; EMPllESA, SOCIAIJZA.CTQN, HOMBRE(*) ' ; • ' - • ': • ., • ' c ••
m .[ibro está divi apéndices. . . · • · · : ' . . ·
Constituye nn aná1isio generalizado· y reiterado · de :ta empresa
(*) !,!adrid; · Gráficas Letra, S. A.; 1978. 431 págs ... ·
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