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Slogans pseudo-económicos

SLOGANS PSEUDO-ECONOMICOS (*)
POR
Hmml PERRAC H ON
EL BENEFICIO,
SLOGAN:
«Es preciso reemplazar la economia del beneficio, guiada por
el interés, por la economia de servicio} guiada por la dedicación
social.»
RESPUESTA:
1) No hay contradicción entre beneficio y servIC10.
Actividades

muy provechosas dan lugar a servicios muy bue­
nos: así como los mercados de gran superficie en los que se
agolpa una clientela satisfecha. Ciertas actividades sin beneficio
no dan buenos servicios: asi como el teléfono cuando hacia falta
tres años para tener la instalación de un aparato.
2) Una actividad sin beneficio es, mirándolo bien, absurda.
Hombres que no estuvieran locos no podrían trabajar mucho
tiempo sin destruir
más valores

de los que crearían.
3) Existen, sin embargo, empresas sin beneficios o incluso
con pérdidas. No subsisten sino gracias a los presupuestos pú­
blicos, alimentados por los beneficios de los demás. De esa forma,
la SNCF recibirá, con el pretexto de la Ley
de finanzas de 1982,
la astronómica suma de 24,5 miles de mi­
llones de francos actuales. 4) El beneficio no va principalmente, ni sin ningún motivo,
al bolsillo del capitalista. Se reparte entre:
(*) Reproducimos, del Boletín 71, enero-febrero de 1982, del CERC
(Centre d'études et de recherches des cadres) las atinadas observaciones
que siguen, que H. Perrachon hace a slogans que hoy se repiten maquinal­
mente por doquier.
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HENRI PERRACHON
- el Estado, a razón del 50 % (y aún más por el juego del
impuesto sobre la renta);
- las reservas de la empresa destinadas a la inversión por
autofinanciación;
- los accionistas para, remuneración de sus aportaciones,
compensación del riesgo que han corrido, y la incitación
para que responda, eventualmente, a una nueva petición
de fondos.
5) El beneficio, en casi todos los casos, es de una importan­
cia mínima con relación a las riquezas que
la empresa crea. Su­
primir los

beneficios pata·
aumentar los

salatios conduce a un
aumento ínfimo de las remuneraciones cortando la fuente de
fi­
nanciación más ágil.
6) Las economías socialistas, sin beneficio, dan servicios mu­
cho peores
que las
economías ·capitalistas· cuyo motor es el be­
neficio.
·
Por

eso, economistas de los países del Este
han querido rein­
troducir el beneficio en los sistemas comunistas. El intento más
conocido fue el del checo Ota Sik. A estos economistas les fue
impedido, por las ideologías, llevat a cabo sus reformas, salvo, quizá, y .patcialmente, en Hungría.
La economía socializada de Polonia
fiOs suministra

un éjem­
plo muy actual
.de un

fracaso de los sistemas sin beneficio.
RESERVA IMPORTANTE.
El beneficio sólo es aceptable socialmente si cumple las tres
condiciones que
la moral de la libre empresa exige:
- actividad no nociva (lo que deja fuera de juego al trá­ fico de drogas, por ejemplo);
- exclusión de la violencia, del robo y del fraude ( especial­ mente fiscal);
- existencia de las conqiciones normales de competéncia.
El Estado verdaderamente liberal se compromete a hacer res­
petar esas tres condiciones.
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SLOGANS PSEUDO-ECONOMICOS
DuRACIÓN DEL TRABAJO Y PARO.
SLOGAN:
«Para reducir el paro, basta con disminuir la duraci6n del
trabajo.»
RESPUESTA:
Hay dos tipos de análisis pata explicar el pato; y, por ello,
dos métodos
pata, reducirlo.
-

El primer análisis, llamado
«maltusiano», puesto que
según el economista inglés Malthus, hay
y habrá siempre dema­
siados hombres pata los recursos limitados de la economía. El
número de empleos es
limitado: es

preciso pues reducir el nú­
mero de los que piden empleo, y, por otro lado, repartir entre
todos los empleos disponibles.
Esta concepci6n inspira medidas tales como:
prohibici6n de pluriempleos y de pluriretiro;
rechazo de. los

trabajadores inmigrados;
disuasi6n del trabajo femenino;
extensi6n de la duraci6n de los estudios, del servicio mi­
litar;
congelaci6n del empleo (restricciones para los despidos, el trabajo parcial ... );
y, sobre todo, disminución de la duración del trabajo:
reducción de los horarios semanales, extensión de los, per~
misos, descenso de la edad del retiro.
Estos métodos pueden producir un alivio, más o menos dura-
dero del paro, pero tienen un triple inconveniente:
frena el
dinamismo de

la economía: trabajar menos nun­
ca ha sido .una buena soluci6n para sacar
de las dificulta­
des a las personas o a las sociedades;
lleva consigo un
coste importante, que

pesa en definitiva
sobre las empresas, y al disminuir" su competitividad, ,esa
carga redunda sobre el paro, con un efecto de agravaci6n
en espiral;
incita al trabajo negro (incontrolado)'.
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HENRI PERRACHON
- El segundo análisis pretende, por el contrario, que el
número de empleos no es limitado, y de que una sociedad diná­mica puede y debe facilitar la creación y
la vida de las empresas
-
sobre todo, no poniéndolas dificultades--, es decir,
que conviene:
disminuir las cargas sociales, fiscales ... ; aligerar las obligaciones (sindicales, administrativas, de
despido, de remuneración ... ); exaltar
el espíritu de empresa;
adaptar la educación y la formación profesional a las ne­
cesidades de la economía.
La sociedad francesa está ante esta opción.
PARO Y NATALIDAD.
SLOGAN:
«Traer al mundo nznos, es fabricar parados.» El primer mi­
nistro: «Dos millones de parados: sufrimos el peso de una demo­
grafia excesiva» (prensa del
5 de

noviembre de 1981 ).
RESPUESTA:
Los gobiernos ven cada otoño la ola de jóvenes que termi­
nan los estudios y que agrandan las estadísticas de los demandan­
tes de empleo; aspiran a las generilciones menos numerosas que
llegarán al trabajo a partir de 1985. Pero una dificultad momen­
tánea no puede ocultar una realidad más fundamental: «No hay
riqueza, sino

con hombres», como decía ya en 1576
el viejo
economista Jean
Bodin.
En

efecto, una fuerte natalidad es un elemento de prospe­
ridad:
- A corto plazo, estimula el consumo. El «boom de los ni­
ños» de los años 1945-1965 no es extraño con la prosperidad
dt los «30 gloriosos». Ha

desarrollado los servicios de la sani­
dad y de la farmacia, los productos dietéticos y la agroalimenta­
ria;
el alojamiento y los electrodomésticos; los juguetes; las pro­
visiones
y los equipos escolares; la edición; los efectivos de quie­
nes se dedican a ellos ...
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SLOGANS PSJIDDO-ECONOMICOS
Si la natalidad francesa se hubiera mantenido al .pivel de
1964,
en 1982 habría un millón
y medio más de copsumidores:
¿ Cómo pretender que la situación del empleo no cambie?
-A

plazo medio,
la baja de la natalidad, asociada a la pro­
longación de la vida, lleva a un envejecimiepto de
la población.
Una causa preponderante, pues, del paro es
la rigidez de las es­
pecializaciones profesionales, que llevan a
la esclerosis de los
comportamientos.
Cara a un mundo en evolución se impone una adaptación:
se
trata, por ejemplo, de transformar agricultores en informáti­
cos; a un aldeano adulto le resultará difícil hacer este cambio, que su hijo hará.
La juventud de una población es
la condición del espíritu de
invención
y de conquista, que es el verdadero remedio contra
el paro.
-A

largo plazo,
el aumento de la proporción de personas
de edad (acentuada por una baja temeraria de la edad del reti­
ro) conduciría a hacer más pesado el coste de mantenimiento de
estos ancianos, sobrecargará los precios y disminuirá la competi­
tividad de las empresas, agravando el paro.
Los responsables de los sistemas de retiro, por poco que se
desprendan de la euforia del corto plazo, se inquietan ya por la
financiación de los retirados del año 2000.
COSTE DEL TRANSPORTE.
SLOGAN:
«Los que dan empleo deben pagar el coste del transporte de
sus asalariados entre su domicilio
y su lugar de trabajo.» Dicho
de otra manera, «la tarjeta naranja debe ser pagada por los pa­
tronos».
RESPUESTA:
La suministra Le Monde del 22 de octubre de 1981:
Las empresas contribuyen dos veces al coste del transporte
en las grandes ciudades:
la «inversión-transporte», percibida por la URSSAF, que
representa el 1,20 a 2 % de la masa salarial, según los
departamentos;
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la «prima de transporte» (-23 F por mes) pagada directa­
mente al asalariado.
Así, pues,
la «inversión-transporte» cubre más que el défi­
cit de
la tarjeta naranja, que se utiliza por un 30 % de usua­
rios no asalariados;
y por los asalariados para desplazamientos
no profesionales hasta un 20 % .
Hay, pues, en ello una carga
abusiva sobre las empresas,
La «prima de transporte» ciertamente no cubre la totalidad
de los gastos reales de transporte ( que van, en la región parisina,
de 100 a 230 F por mes). Pero
Le Monde señala los inconvenientes de una medida que
obligaría a las empresas a reembolsar a cada asalariado el precio
real de su transporte:
-complejidad

aumentada en la gestión del personal;
-incitación

a las empresas de que no tomen
· sino
a asala-
riados que vivan cerca del lugar de trabajo: pérdida de
fluidez del empleo;
-incitación a los asalariados, a la inversa, para que vivan
lo más lejos posible de su lugar de trabajo, puesto que
este alejamiento no les costaría nada.
Le Monde no añade que a fuerza de tirar sobre las empresas,
se acabará por matarlas a todas.
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